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ALTERACIONES EN EL DUELO

Muchas gracias compañera, Como hemos visto anteriormente el duelo es


necesario y cumple una función de adaptación a una realidad completamente
nueva. De manera que permite a quien lo atraviesa enfrentarse y ajustarse al
medio sin el fallecido.

En este aspecto, encontraremos que, en el duelo normal o duelo no


complicado, abarca un amplio rango de sentimientos y conductas que son
normales después de una pérdida.

Es importante aclarar que no es necesaria la presencia de todas estas


manifestaciones, es así que puede presentarse únicamente una o varias o
incluso no existir ninguna alteración.

Podemos encontrar que estas alteraciones se manifiestan los aspectos


Cognitivo, afectivo, fisiológico y conductual.

4.1 Alteraciones Conductuales:

En el primer ámbito encontramos que la forma de comportarse respecto al


patrón previo a la perdida, y su impacto, radica en que grado afectan al
adecuado desenvolvimiento de la persona y su relación con los demás.

4.1.1 Trastornos del sueño: Estas alteraciones pueden simbolizar miedos. Se


presenta incluso como el miedo a soñar, a estar en la cama solo y a no
despertarse.
4.1.2 Trastornos alimentarios: Estos se pueden manifestar con la ingesta
excesiva o de manera escasa, siendo la disminución de alimentos una
conducta presente con mayor frecuencia.
4.1.3 Conducta distraída: La persona se puede encontrar a sí misma actuando
de manera poco centrada y realizando acciones que al final les producen
incomodidad o daño.
4.1.4 Aislamiento social: Puede presentarse la poca o nulo interés por el
mundo externo y limitar sus contactos sociales a los estrictamente
necesarios.
4.1.5 Soñar con el fallecido: En ocasiones, pueden presentarse sueños
angustiosos o pesadillas.
4.1.6 Evitar recordatorios del fallecido: De manera que evitan lugares o cosas
que les provocan sentimientos dolorosos, esto puede derivar en un
duelo complicado.
4.1.7 Llorar y suspirar: Suspirar es un correlato a la sensación física de falta
de aire, y el llanto constituye una manera muy natural de expresar el
dolor y la tristeza sentida, es importante permitir su libre expresión.
4.1.8 Llevar y atesorar objetos: Se realiza la intensión de perpetuar la
presencia del ser querido fallecido, centran su atención a objetos que lo
relacionen con él, manteniéndolos cerca de manera permanente.
4.1.9 Visitar lugares que frecuentaba el fallecido: esta conducta refleja el
miedo a olvidar al fallecido.
4.1.10 Híper-hipo actividad: Hace referencia a mantener una actitud inquieta
permanente y un estado de atención a todo, lo que genera un
agotamiento severo.

Todas estas conductas se presentan normalmente después de una pérdida y


generalmente se corrigen solas con el tiempo.

4.2 Alteraciones Afectivas

Esa esfera se refiere al plano emocional, área en la que con mayor frecuencia
manifestaran alteraciones en la persona que se encuentre atravesando un
duelo.

4.2.1 Tristeza: Es el sentimiento más común y persistente en todo el proceso


de duelo y el primero que reaparece cuando se rememora el hecho tras
superar el duelo. Este sentimiento no se manifiesta necesariamente a
través del llanto, sin embargo, si es lo más común. Así mismo, suele
presentarse junto con sentimientos de soledad, cansancio e indefensión.
4.2.2 Enfado: Presentándose como desconcertante para el superviviente.
Adicionalmente, la rabia y la agresividad son reacciones secundarias a la
angustia. Pueden ser predominantes en una primera fase de duelo.
Según Worden (1997) el enfado proviene de dos fuentes:
i. De una sensación de frustración ante el hecho de que no había nada
que se pudiera hacer para evitar la muerte
ii. De una especie de experiencia regresiva que se produce después de
la pérdida de alguien cercano.

Es así que hay una tendencia a la regresión, a sentirse desamparado,


incapaz de existir sin esa persona, y luego a experimentar enfado y
frustración.

El sentimiento más frecuente ante la frustración de una necesidad es la


cólera, y con ella, el despertar de la agresividad. Es decir, los
sentimientos de ira o cólera y su conducta derivada, la agresividad,
pueden surgir de forma primaria, como consecuencia de la ansiedad
ante el peligro y la frustración por la insatisfacción de las necesidades de
reunión.

4.2.3 Alivio: Sobre todo, si ese ser sufrió una enfermedad larga o
particularmente dolorosa. Sin embargo, normalmente a esta sensación
de alivio le acompaña una sensación de culpa.
4.2.4 Culpa: La culpa, que se puede acompañar de autorreproche, se debe a
lo que se hizo y a lo que no se hizo, y suele ser la causante de actos
desesperados y de un sufrimiento exagerado. Debido a que, el doliente
necesita sentir el perdón del otro, pero, por la ausencia de éste, la
situación se vuelve más compleja. La mayoría de las veces la culpa es
irracional y se mitigará a través de la confrontación con la realidad.
4.2.5 Ansiedad: Puede oscilar desde una ligera sensación de inseguridad a
fuertes ataques de pánico y cuanto más intensa y persistente sea la
ansiedad más sugiere una reacción de duelo patológica. Puede provenir
del temor a no poder cuidar de sí mismos solos, o de como la ansiedad
se relaciona con una conciencia más intensa de la propia mortalidad
aumentada.
4.2.6 Apego: El apego a un ser humano es el que genera gran parte del dolor
posterior ante su pérdida. En el duelo, el apego hace que el ser ausente
se pueda desplazar a sus objetos o incluso al dolor que produce su
recuerdo. Es así que mantenerse triste, persistir en negar el placer,
mantener una expresión y actitud de víctima y sufriente, se tiene
presente al fallecido. Esto puede llevar a duelos prolongados o
patológicos.
4.2.7 Ausencia de sentimientos: Probablemente ocurre porque hay
demasiados sentimientos que afrontar y permitir que se hagan todos
conscientes sería muy desbordante; así la persona experimenta la
insensibilidad como una protección de su flujo de sentimientos. La
persona permanece confusa, distraída y ensimismada sin tener claridad
de lo que pasa. A menudo, es vivido con sentimiento de culpa por el
fallecido, al no estar sintiendo, en apariencia, un severo dolor.

4.3 Alteraciones Cognitivas

Se refiere a los cambios a nivel de creencias y conceptos, compromete la


lucidez y la claridad mental, pudiendo generar malestar al no tener claro que
está ocurriendo.

4.3.1 Trastornos de memoria, atención y concentración: se deben a que la


persona se encuentra en una incesante fluctuación de pensamientos y
sentimientos que no puede controlar. Además, se puede presentar
amnesia disociativa, como mecanismo de defensa; así mismo, es
frecuente que la capacidad de memorizar actos del presente.
4.3.2 Incredulidad y confusión: La incredulidad, suele ser el primer
pensamiento que se tiene cuando se conoce una muerte, sumado al
cansancio mental y físico, suele producir confusión, con pérdida de la
lucidez previa al duelo.
4.3.3 Preocupación, pensamientos repetitivos: Se trata de una obsesión con
pensamientos sobre el fallecido. Incluyen pensamientos sobre cómo
recuperar a la persona perdida o toma la forma de pensamientos
intrusivos o imágenes del fallecido sufriendo o muriendo.
4.3.4 Sentido de presencia: Es el equivalente cognitivo de la experiencia de
anhelo. La persona en duelo puede pensar que el fallecido aún está de
alguna manera en la dimensión de espacio y tiempo de los vivos.
4.3.5 Alucinaciones: Tanto las alucinaciones visuales como las auditivas,
estas suelen ser experiencias ilusorias pasajeras, y generalmente no
presagian una experiencia de duelo más difícil o complicada.

4.4 Alteraciones Fisiológicas


Estas sensaciones se suelen presentar en la fase aguda y aunque muchas
veces se pasan por alto juegan un papel muy importante en el proceso del
duelo:

 Vacío en el estómago
 Opresión en el pecho y garganta
 Hipersensibilidad al ruido
 Sensación de despersonalización
 Falta de aire
 Palpitaciones
 Debilidad muscular
 Falta de energía
 Dolor de cabeza
 Sequedad de boca
 Aumento de la Morbimortalidad

Es así que podemos ver que el duelo es un período de crisis, un estado de


choque en todo el organismo que puede dar lugar a complicaciones
psiquiátricas y a alteraciones físicas. En unos casos puede tratarse de
alteraciones somáticas de las que la persona no tenía conocimiento y que
aparecen o se agravan durante el duelo. Otras veces, será una
descompensación, en el curso del duelo, de una enfermedad crónica previa.

4. Conclusión

El duelo es necesario y cumple una función de adaptación a una realidad


completamente nueva, permitiendo a la persona enfrentarse y ajustarse al
medio. En este aspecto, el duelo no complicado abarca un amplio rango de
sentimientos y conductas que son normales después de una pérdida, no siendo
obligatoria la existencia de todas estas. De manera que pueden manifestarse
una, varias o ninguna alteración ya sea en la categoría cognitiva, afectiva,
fisiológica o conductual en desarrollo del proceso de suelo.

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