A 200 AÑOS DE LA BATALLA MAS IMPORTANTE DE LA EMANCIPACION VENEZOLANA

1821 - 2021

“CUANDO EL CAMINO LLEGÓ A CARABOBO IBA BOLÍVAR ADELANTE Y OBLIGABA MUCHO,

HOY HAN PASADO CASI 200 AÑOS Y BOLÍVAR SIGUE ADELANTE Y EL COMPROMISO NO
HA HECHO SINO CRECER”

HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRIAS

Extracto del discurso con motivo de la conmemoración del 184
aniversario de la Batalla de Carabobo.
 “181 años de Carabobo, Batalla
Libertadora. Esta fecha, es una fe-
cha que hemos vuelto a colocar en el
epicentro del acontecer nacional de
estos últimos años, la batalla por la
libertad, y eso tiene un profundo
significado, Carabobo fue la corona
en la cima de un proceso revolucio-
nario de Independencia de más de
una década. Carabobo fue la con-
fluencia de todos, Carabobo fue y
debe seguir siendo símbolo de unión

HUGO RAFAEL CHÁVEZ FRIAS

Extracto del discurso con motivo de la conmemoración
del 181 aniversario de la Batalla de Carabobo.

El Arco de Triunfo o Arco de Carabobo. Cons-

truido con motivo a la celebración de los 100
años de la Batalla de Carabobo, fue inaugurado
el 24 de junio de 1921 por el entonces Presidente
de la República Gral, Juan Vicente Gómez.
Simboliza “Paz y Victoria”.
Por Cap. Jorge Fuentes Espinoza
Egresado de la AMGNB el 05 de julio de 2008
Integrante dela III Promoción Batalla de Carabobo
Por mucho
tiempo los hom-
bres y mujeres
integrantes de la
gloriosa Fuerza
Armada Nacional
Bolivariana, en tiempos de caos, de
vicisitudes, en momentos donde se
percibe que las cosas están fuera
del orden establecido, hemos escu-
chado a los líderes que nos dirigen
usar la frase “Volvamos a Carabo-
bo”, pero ¿qué significado tiene
este término en el argot militar
venezolano y ¿por qué se usa cuando
estamos desenfocados para llamarnos
a la reflexión y a la razón? Pues
es una forma de recordarnos nues-
tras raíces y de invitarnos a vol-
ver la vista atrás y retomar nues-
tra esencia y que actuemos de
acuerdo a los principios y funda-
mentos aprendidos de nuestros pró-
ceres independentistas.
Para entender mejor el contun-
dente mensaje que tiene intrínseca
esta frase, basta con resaltar que
hace mención a la batalla más im-
portante de la gesta independentis-
ta de nuestra Patria, entonces de-
bemos ahondar en la batalla en sí,
para ponerla en contexto, descifrar
que ocurrió en Carabobo, por qué es
considerado un punto de inflexión y
por qué debemos volver una y otra
vez cuando consideremos que nos es-
tamos desviando de nuestro norte,
del rumbo del deber ser para el
cumplimiento de la misión encomen-
dada, al nivel que sea.
Como Oficial de la Guardia Na-
cional Bolivariana, integrante de
la Tercera Promoción Batalla de Ca-
rabobo, desarrollé la curiosidad de
entender esta batalla en particu-
lar, más allá de lo táctico, enten-
der su significado estratégico,
geopolítico, su gran aporte a la
moral de una sociedad que luchaba
incansablemente por su libertad e
independencia y las consecuencias y
el legado de la implacable victoria
de nuestros héroes de la Patria y
Libertadores de América. He aquí
entonces un breve recorrido por la
Batalla de Carabobo, entendamos
pues por qué ahora, doscientos años
después de aquella muestra de va-
lentía y coraje, debemos una y cien
veces “Volver a Carabobo”.
 Llevada a cabo el domingo 24 de
junio de 1821, Carabobo no es sólo una
batalla sino, ante todo una campaña,
una expresión de unidad, estrategia y
organización. Para el 28 de abril de
1821 el ejército patriota estaba bien
organizado. Este día salieron todas
las divisiones desde sus respectivos
puntos de partida, menos la división
de Páez, quien salió de Achaguas el 10
de mayo. Todos debían concentrarse en
San Carlos.
Urdaneta sale de Maracaibo vía
Coro y Carora, donde debe quedarse por
enfermedad; Bolívar inicia la marcha
en Barinas con dirección a Guanare y
San Carlos; Páez salió de Achaguas, y
tras una Penosísima marcha al mando de
2.500 hombres y conduciendo 2.000 ca-
ballos de reserva y 4.000 novillos pa-
ra el abastecimiento del ejército,
llegó a San Carlos el 4 de junio.
A Cruz Carrillo le correspondió
una misión muy importante, la diver-
sión en Occidente, de manera que si-
guió la ruta Trujillo – Carache - El
Tocuyo – Quíbor - Barquisimeto. Su ta-
rea era sólo la de impedir que las
tropas realistas concurrieran a auxi-
liar a los suyos. Igual misión tuvo
Bermúdez, quien salió de Barcelona
también con el propósito de distraer a
los realistas de Caracas. Presentó ba-
talla en El Calvario, y aunque fue de-
rrotado, sirvió para lo que se quería,
es decir, evitar la reunión de la gran
masa del ejército realista en Carabo-
bo.
El domingo 24 de junio de 1821 se
enfrentaron, a las 12 del mediodía,
4.079 realistas contra 6.500 patrio-
tas. Apenas la mitad, aproximadamente,
de los efectivos pudo participar en la
batalla, que culminó en cuestión de
una hora. La división de Páez fue
prácticamente la única que intervino,
con sus llaneros y la Legión Británi-
ca. Plaza y Cedeño murieron por impe-
tuosidad, cuando ya la batalla estaba
decidida.
Bolívar dirigió el ejército pa-
triota y Miguel de La Torre el realis-
ta. Fue tan contundente la hazaña de
Páez, que el Libertador lo ascendió a
General en Jefe en el mismo campo de
batalla.
La Batalla de Carabobo aseguro la
independencia de Venezuela, siendo la
acción bélica más importante que se
haya librado en el país. En ella se
hizo notable por primera vez la unión
cívico – militar, ya que las milicias
fueron apoyadas por fuerzas del pue-
blo, lo cual pudo ser logrado gracias
al liderazgo de Simón Bolívar.
Cap. Jorge Enrique Fuentes Espinoza
Integrante de la Tercera Promoción
Batalla de Carabobo.
 Al Excelentísimo señor Vicepre- batallones Rifles, Granaderos, Vencedor
sidente de Colombia. de Boyacá, Anzoátegui y el regimiento
de caballería del intrépido coronel
Ayer se ha confirmado con una es-
Rondón, a las órdenes del señor coronel
pléndida victoria el nacimiento políti-
Plaza.
co de la República de Colombia.
Nuestra marcha por los montes y
Reunidas las divisiones del Ejér-
desfiladeros que nos separaban del cam-
cito Libertador en los campos de Tina-
po enemigo fue rápida y ordenada. A las
quillo el 23, marchamos ayer por la ma-
11 de la mañana desfilamos por nuestra
ñana sobre el Cuartel General enemigo
izquierda al frente del ejército enemi-
situado en Carabobo, en el orden si-
go bajo sus fuegos; atravesamos un ria-
guiente: La primera división, compuesta
chuelo, que sólo daba frente para un
del bravo batallón Británico, del Bravo
hombre, a presencia de un ejército que
de Apure y 1.500 caballos a las órdenes
bien colocado en una altura inaccesible
del señor general Páez. La segunda,
compuesta de la segunda brigada de La y plana, nos dominaba y nos cruzaba con
Guardia con los batallones Tiradores, todos sus fuegos.
Boyacá y Vargas, y el Escuadrón Sagrado EL bizarro general Páez a la
que manda el impertérrito coronel Ara- cabeza de los dos batallones de su
mendi a las órdenes del señor general
división y del regimiento de caba-
Cedeño. La tercera, compuesta de la
llería del valiente coronel Muñoz,
primera brigada de La Guardia con los
marchó con tal intrepidez sobre la de-
recha del enemigo que en media hora to-
do él fue envuelto y cortado. Nada hará
jamás bastante honor al valor de estas
tropas. El batallón Británico mandado
por el benemérito coronel Farriar pudo
aún distinguirse entre tantos valientes
y tuvo una gran pérdida de oficiales.
La conducta del general Páez en la
última y en la más gloriosa victoria de
Colombia lo ha hecho acreedor al último
rango en la milicia, y yo, en nombre
del Congreso, le he ofrecido en el cam-
po de batalla el empleo de General en
Jefe de ejército.
De la segunda división no entró en
acción más que una parte del batallón
de Tiradores de La Guardia que manda el
benemérito comandante Heras. Pero su
general, desesperado de no poder entrar
en la batalla con toda su división por
los obstáculos del terreno, dio solo
contra una masa de infantería y murió
en medio de ella del modo heroico que
merecía terminar la noble carrera del
bravo de los bravos de Colombia. La Re-
pública ha perdido en el general Cedeño
un grande apoyo en paz o en guerra;
ninguno más valiente que él, ninguno
más obediente al Gobierno. Yo recomien-
do las cenizas de este General al Con-
greso Soberano para que se le tributen
los honores de un triunfo solemne.
Igual dolor sufre la República con la
muerte del intrepidísimo coronel Plaza
que, lleno de un entusiasmo sin ejem-
plo, se precipitó sobre un batallón
enemigo a rendirlo. El coronel Plaza es
acreedor a las lágrimas de Colombia y a
que el Congreso le conceda los honores
de un heroísmo eminente.
Disperso el ejército enemigo, el
ardor de nuestros jefes y oficiales en
perseguirlo fue tal que tuvimos una
gran pérdida en esta alta clase del
ejército. El boletín dará el nombre de
estos ilustres.
El ejército español pasaba de seis
mil hombres, compuesto de todo lo mejor
de las expediciones pacificadoras. Este
ejército ha dejado de serlo. Cuatro-
cientos hombres habrán entrado hoy a
Puerto Cabello.
El Ejército Libertador tenía igual
fuerza que el enemigo, pero no más que
una quinta parte de él ha decidido la
batalla. Nuestra pérdida no es sino do-
lorosa: apenas 200 muertos y heridos.
El coronel Rangel, que hizo como
siempre prodigios, ha marchado hoy a
establecer la línea contra Puerto Cabe-
llo.
Acepte el Congreso Soberano en
nombre de los bravos que tengo la honra
de mandar, el homenaje de un ejército
rendido, el más grande y más hermoso
que ha hecho armas en Colombia en un
campo de batalla.
Tengo el honor de ser con la más
alta consideración, de V. E. atento,
humilde servidor.
Valencia, 25 de junio de 1821.
Simón Bolívar
 La batalla de Carabobo desde
el punto de vista estratégico re-
presentó la victoria de la liber-
tad ante el dominio de un impe-
rio, la neutralización de un
enemigo mermado que veía la opor-
tunidad de retomar el poder.
Significo el fin de 200 años
de esclavitud y maltrato del pue-
blo venezolano.
Representó la fortaleza y la
valentía de nuestro pueblo en ar-
mas y en alma para lograr sus ob-
jetivos ante una de las principa-
les potencias armadas de la épo-
ca.
Significo la entrega total de
nuestros próceres para luchar por
una causa noble, intentar pueblo
y milicia unidos, desprenderse
del yugo.
Fue un sacrificio para nues-
tros soldados que logró más que
una victoria militar, una victo-
ria moral de todo el pueblo, el
convencimiento de que éramos
fuertes y el reconocimiento in-
ternacional de Venezuela como una
nación.
Significó el logro de un ob-
jetivo claro, propuesto desde el
inicio y cuyos esfuerzos siempre
estuvieron encaminados a lograr-
lo, basado en unos principios y
fundamentos claros y precisos de
libertad, independencia, honor,
de verdad, justicia y bienestar.
Abrir el camino a una Patria
Grande, que avanzara en búsqueda
de la mayor suma de felicidad de
su pueblo
El “CAZADORES BRITÁNICOS“, comandados
por el Coronel THOMAS ILDESTON FARRIAR
soportaron tres cargas de bayoneta de
los batallones Burgos y el Hostalrich y
el Infante dando tiempo a la primera
división al mando de Páez para que se
reorganizaran. El Coronel Ildeston y el
60% del batallón murieron, y el resto
fue salvado por la tercera carga gene-
ral de la 1ra división.
 Ley 11—julio 23 de 1821
De honores a los vencedores en la batalla de Carabobo

El Congreso General de la República de Colombia

Instruido por el Libertador Presidente de la inmortal victoria que el día 24 de

junio próximo pasado obtuvo el ejército bajo su mando, sobre las fuerzas reunidas del
enemigo en los campos de Carabobo, y teniendo en consideración:
1° Que por esta batalla ha dejado de existir el único ejercito en que el enemigo
tenía fincadas sus esperanzas en Venezuela.
2° Que por la siempre memorable jornada de Carabobo, restituyendo al seno de la
patria una de sus mas preciosas porciones, ha consolidado igualmente la existencia de
esta nueva República.
3° que tan glorioso combate es merecedor de agradecido recuerdo y eterna alaban-
za, tanto por la pericia y acierto del General en Jefe que lo dirigió, como por las
heroicas proezas y rasgos de valor personal con que en él se distinguieron los bravos
de Colombia.
4° En fin, que es un deber de justicia presentar a sus ilustres defensores los
sentimientos de gratitud nacional, así como también pagar el tributo de dolor a los
que con su muerte dieron honor y vida a la patria;
Ha venido en decretar y —
DECRETA:

1° Los honores del triunfo al General Simón Bolívar y al ejercito vencedor bajo
sus órdenes.
2° No pudiendo verificarse en la Capital de la República, tendrán lugar en la
ciudad de Caracas, quedando a cargos de sus autoridades, y particularmente de su
ilustre ayuntamiento, acordar las disposiciones necesarias a fin de que haga manifes-
tación personal con la pompa y dignidad posibles.
3° En todos los pueblos de Colombia, y divisiones de los ejércitos, se consagra-
rá un día de regocijos públicos en honor de la victoria de Carabobo.
4° El día siguiente a esta solemnidad, se celebraran funerales en los mismos
pueblos y divisiones, en memoria de los valientes que fenecieron combatiendo.
5° Para recordar a la posteridad la gloria de este día, se levantará una columna
ática en el campo de Carabobo. El primer frente llevará esta inscripción:

“DIA XXIV DE JUNIO DEL AÑO XI”

“SIMON BOLÍVAR, VENCEDOR”
“ASEGURÓ LA EXISTENCIA DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA”

Se hará después mención del Estado Mayor General. En los otros tres frentes se
inscribirán por su orden los nombres de los generales de las tres divisiones de que
se componía el ejercito, y los nombres de los regimientos y batallones de cada una,
con los nombres de sus respectivos comandantes.
 6° En el lado de la base que corresponde al frente de la 2da. división se verá gra-
bado:
“EL GENERAL MANUEL CEDEÑO”
“HONOR DE LOS BRAVOS DE COLOMBIA”
“MURIO VENCIENDO EN CARABOBO”
NINGUNO MAS VALIENTE QUE ÉL”
NINGUNO MAS OBEDIENTE AL GOBIERNO”

En el lado que corresponde al frente de la 3ra. División se leerá:

“EL INTREPIDO JOVEN GENERAL AMBROSIO PLAZA”

“ANIMADO DE UN HEROISMO EMINENTE”
SE PRECIPITÓ SOBRE UN BATALLÓN ENEMIGO”
“COLOMBIA LLORA SU MUERTE”

7° Se colocará en un lugar distinguido de los salones del Senado y Cámara de Repre-

sentantes el retrato del General Simón Bolívar, con la siguiente inscripción:

“SIMÓN BOLÍVAR”
“LIBERTADOR DE COLOMBIA”

8° Se concede al bizarro General José Antonio Páez el empleo de General en Jefe,

que por su extraordinario valor y virtudes militares le ofreció el Libertador en nombre
del Congreso en el mismo campo de batalla.
9° Todos los individuos del ejercito vencedor en aquella jornada, llevarán en el
brazo izquierdo un escudo amarillo, orlado con una corona de laurel, con este mote:

“VENCEDOR EN CARABOBO AÑO XI”

10° El libertador, además presentará muy especialmente, a nombre del Congreso, el

testimonio de agradecimiento nacional del esforzado batallón británico, que pudo aun
distinguirse entre tantos valientes, y sufrió la pérdida lamentable de muchos de sus
dignos oficiales, contribuyendo de esta suerte a la gloria y existencia de su patria
adoptiva.
Comuníquese al Poder Ejecutivo para su ejecución y el cumplimiento en todas sus
partes
Dado en el Palacio del Congreso General en Colombia, en Villa del Rosario de Cúcu-
ta, a 20 de julio de 1821—11.
El Presidente del Congreso
Manuel José Restrepo

El Diputado Secretario
Francisco Soto

El Diputado Secretario
Miguel Santamaría
 !Vencedor en Carabobo!
Los “Escudos de Distinción” surgieron como un nuevo concepto de recompensa pa-
ra reconocer méritos militares sobresalientes durante la guerra de independen-
cia española (1808—1814). Durante este periodo nuevos tipos de medallas, cru-
ces y escudos de distinción asociados a hechos de armas específicos, fueron
entregados a sus protagonistas sin distinción de rango para ser mostradas lle-
vándolas prendidas a los uniformes, lo que resultó una novedad histórica en la
evolución de uniformes militares. En América se adoptó esta práctica y los
miembros del Ejercito Libertador fueron recompensados con “Escudos de Distin-
ción” no solo de nuestro país sino de aquellos países donde sus acciones he-
roicas los hicieron acreedores de tal distinción.

Reseña: Escudo concedido por el Con-

greso de Colombia el 20 de julio de
1821 a todos los miembros del Ejercito
Libertador vencedor en la Batalla de
Carabobo el 24 de junio de 1821.
Descripción: Escudo amarillo, orlado
con una corona de laurel, con el mote
“VENCEDOR EN CARABOBO, AÑO XI”

!Anécdotas de la Batalla de Carabobo!

El “Bonito” que guío al Ejercito Libertador
Antes de la batalla el Coronel José Laurencio Silva captura en Tinaquillo a un destacamento realista. Entre los
prisioneros había un criollo a quienes apodaban “El Bonito” por lo poco agraciado de su apariencia. Pues este
hombre tuvo un papel crucial en la batalla. El 24 de junio cerca de las 11 am Bolívar y su ejercito llegan a la
cima del cerro Buenavista, de allí el Libertador observa las posiciones enemigas y ve que es imposible un ata-
que contundente porque todos los caminos de acceso al campo de batalla están cercados por los frentes
realistas, es entonces cuando llaman al “Bonito” a quien tienen amarrado, siendo lugareño conocedor de la
zona, el Libertador le pregunta por otro sendero que conduzca a la sabana, El “Bonito” describe un pasaje
poco conocido que atraviesa el cerro de La Mona. Al preguntársele donde exactamente llega aquel pasaje, el
baqueano señala un punto casi a retaguardia de las posiciones enemigas. El Libertador ordena entonces que
la Primera División, comandada por el general Páez, tome aquel sendero y comience la ofensiva. Al “Bonito”
le ponen una pistola en la sien y lo conminan a guiar al ejército. Así comenzó el ataque de la Primera División
patriota.
Los dos Comandantes que profetizaron su muerte
Antes de enfrentarse con los realistas, los patriotas que marchaban desde el amanecer hacia el campo de ba-
talla, hicieron un alto para comer. Bolívar comió con su Estado Mayor y los Comandantes de las tres divisio-
nes: Los Generales Páez y Cedeño, y el Coronel Plaza. Durante la comida Páez hablaba bastante pero Cedeño
y Plaza estaban mudos.
-¿En qué piensa, general Cedeño? –le preguntó el edecán irlandés O’Leary.
-Estaba pensando qué bonito muerto haría Plaza.
-Y yo –replicó Plaza rápidamente-, estaba reflexionando en cuál será la bárbara temeridad que le llevará a
usted a su fin.
Los dos encontrarían horas más tarde la muerte en el campo de batalla.

Páez salvado por un realista

El General Páez estuvo a punto de morir en la batalla de Carabobo: Al comenzar la batalla le sobrevino un
ataque de epilepsia, dejándole sin conocimiento en medio de un tropel de enemigos. El centauro sobrevivió
gracias a un llanero realista, el Comandante Antonio Martínez de la caballería de Morales. Martínez tomó las
riendas del caballo de Páez y lo montó, poniendo en el anca a un teniente de los patriotas llamado Alejandro
Salazar, alias Guadalupe, para sostenerlo en la silla y que lo escoltara hasta las filas patriotas.

Los Cazadores Británicos

Durante la batalla el batallón Británico resistió a pie firme de manera heroica el fuego de tres batallones rea-
listas. Thomas Farriar, comandante del batallón Británico, murió al frente de su unidad pronunciando una
misma frase: “firmes”. Esta acción permitió a la división del General Páez volver a organizarse y flanquear al
enemigo.

La muerte de Negro Primero

El teniente Pedro Camejo, conocido como “el Negro Primero”, al ser herido de muerte por un fusil en plena
batalla cabalgo desde el frente hasta donde se encontraba su Comandante el General Páez , quien al verlo lo
increpó de cobarde, a lo que éste le respondió “Mi general, vengo a decirle adiós, porque estoy muerto”,
cayendo a los pies del centauro de los llanos.

Las mujeres que lucharon

Se dice que en Carabobo, en las filas patriotas, pelearon algunas mujeres distribuidas en los distintos cuerpos
y batallones. Algunos señalan cifras de hasta 14. Supuestamente estas damas peleaban vestidas de hombres.
Algunas de ellas, según se cuenta, murieron durante la batalla.

El ejército patriota de gala

Durante la mayor parte de la gesta independentista los revolucionarios iban vestidos como podían. Aquel día,
los partidarios de la emancipación pudieron al fin vestir atuendos militares de gala, confeccionados en Gua-
nare por damas afines a la lucha emancipadora.

Nevado y Tinjacá
En Carabobo muere, atravesado por una lanza, el perro “Nevado”, de raza Mucuchies que era del Libertador.
“Nevado” tenía 9 años y era de pelaje negro con el lomo y las orejas blancas, como los páramos de donde
venía. Acostumbraba, en batalla, a lanzarse sobre los jinetes enemigos. El Libertador ordenaba tenerlo atado
antes de cualquier encuentro, por esta misma costumbre, pero en Carabobo el perro se escapó y combatió
como uno más. El indio Tinjacá, quien era el encargado de cuidar al perro, también murió durante la batalla.