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Análisis Antropológico Forense de Traumas Óseos

Los traumatismos, son lesiones o heridas físicas que sufre la persona, a nivel
de orgánicos y tejidos (incluyendo el tejido óseo); existen múltiples y variadas
lesiones traumáticas, en donde se hallan las lesiones de extremidades, los
esguinces, las luxaciones, fracturas, entre otras. Si nos centramos en los
traumatismos que sufre el tejido óseo, podemos enfatizar; fracturas completas,
fisuras, traumatismo simples o politraumatismos.

En el análisis del hueso, se aprecia que este cumple funciones varias:


mecánica (gran resistencia, escaso peso), de protección (encéfalo, medula
espinal, vísceras torácicas, sostén rígido interno, almacenamiento mineral
(calcio, fosfato, sodio, magnesio), hematopoyética (debido a que alberga la
medula ósea hematopoyética). El hueso es un tejido y órgano dinámico que
responde a las tensiones del modo tal, que su configuración es modificada por
fuerza mecánicas musculares, procesos patológicos o anomalías del desarrollo
(ley de Wolff).

Traumas óseos:

Podemos considerar el Trauma, como una lesión del tejido vivo causada por un
mecanismo o fuerza extrínseca al cuerpo humano (Lovell, 1997). Considerando
lesiones como fracturas, las dislocaciones, las deformaciones postraumáticas y
las condiciones traumática misceláneas. Las fracturas pueden se consideradas
resultantes de la aplicación de una o varias fuerzas; por tensión, por
comprensión o axial, por torsión o retorcimiento, por flexión o doblamiento y por
corte o cizallamiento (Mann, Murphy, 1990).

Desollamiento, desarticulación, descarnamiento, raspado.

Desollamiento, obedece a la intención de quitar la piel de la estructura ósea,


dado el escaso espesor de los tejidos blandos y la forma del cráneo o de la
estructura musculoesquelética, el cuchillo toca el hueso al cortar y deja su
marca en él, siendo por lo general las marcas lineales, largas, finas y a menudo
únicas (cuando hay más de una suelen ser paralelas) de características
transversales y oblicuas. Es más común encontrar este tipo de traumatismos
en restos y hallazgos de carácter histórico antiguo (prehispánicos), en culturas
que practicaban los rituales, sacrificios o como método de suplicio.

Descarnamiento, consiste en la actividad especifica de retirar el material o


tejido blando (componente muscular) que rodea al hueso. Siendo una práctica
bastante antigua, parte del canibalismo, en edades históricas como el neolítico
o Mesoamérica prehispánica, puesto que es parte de la actividad intencional de
retirar la carne para consumirla. Las marcas de descarnamiento son por lo
general más profundas (en comparación con el desollamiento) y sueles
aparecer en grupo de líneas escalonadas, perpendiculares y frecuentemente
permiten establecer la dirección en la que se produjeron los cortes o raspados,
por lo que los huesos llegan a presentar depresiones y salientes, debido a la
práctica a los que han sido expuestos.

Raspado, cuando el hueso ha sido retirado de sus partes blandas (músculos),


se hace más difícil el maniobrar para retirar lo restante de músculos o
ligamentos, ya que se encuentran adheridos al periostio, por lo que se haced
necesario el raspar para retirarlos. En ese caso quedarán señaladas en la
superficie del hueso unas marcas muy características, imposibles de confundir
con cualquier otra, que son muy poco profundas e irregulares en anchura y en
longitud. Además, también son irregulares en su distribución, porque se
entrecruzan unas con otras y no siguen la misma dirección. Están producidas
por las micro melladuras del filo del cuchillo, sea de piedra, de acero, o de otro
metal, así como por la diferente presión que ejerce dicho filo al raspar.

Desarticulación, dentro de los varios tipos de traumas óseos, estas son


características de las zonas periarticulares, no propiamente dentro de la
articulación. Son producto de las maniobras de separar en trozos un cadáver
cuando se emplea un instrumento cortante. En el caso de la desarticulación
coxofemoral, los cortes característicos se encuentran siempre en el cuello,
debido a la poca resistencia que allí se haya.
Lo más simple, en los casos de desarticulación, es cortar a nivel de ingle, en la
zona cuello femoral, y separar por tracción para cortar mar tarde el ligamento
redondo, consiguiendo la introducción del cuchillo o arma cortante.

En el caso de la articulación de la rodilla, se común poder apreciar las marcas


de corte en el inferior, en los platillos tibiales y en los tubérculos intercondíleos.

Cortes en el hueso.

Son las marcas resultantes de la acción de aplicar fuerza de corte contra el


hueso. En estas circunstancias a diferencia de los traumatismos óseos
explicados anteriormente, estas no son resultantes de una manipulación o
acción violenta de un tejido o estructura circundante o cercana al tejido óseo,
sino se trata de una acción directa al mismo. Las marcas de cortes encontradas
por lo general en los tejidos óseos, usualmente no tienen forma de V, sino que
dependerá del objeto o instrumento que se empleó parar ejercer el corte;
teniendo dentro de estos las siguientes posibles opciones:

 de filo dentado (sierra).


 de filo continuo y pequeña masa (cuchillo).
 De filo continuo y gran masa (hacha/machete).
INSTRUMENTO  abrasivo giratorio (radial).
 De movimiento oscilatorio (sierra vibratoria)

Realizando un análisis con luz rasante, se podrá apreciar las señales dejadas
por lo dientes de la sierra en forma de crestas; en el caso de un serrucho de
carpintero, dejará unas marcas más grandes y groseras; al uso de una sierra
eléctrica de cadena (motosierra) este producirá unos cortes en el hueso muy
groseros e irregulares.

En el caso del empleo de un cuchillo, la labor será mucho más tedioso; en el


caso del que hueso se corta mucho mejor con un cuchillo si está fresco y
conserva su humedad. En la actualidad, cuando se cortan o trabajan huesos
se mojan con mucha frecuencia, pues es como mantienen su elasticidad y se
rompen menos.

Al uso de un hacha se aprecia que el hueso se observa cortado en todo o


parte, pero con una línea más o menos limpia, que dependerá de la energía
que se transmita. En realidad, se trata de una marca de golpe con un
instrumento afilado y con mucha energía. Por eso, oscilará desde un corte
limpio, lineal y recto, hasta una línea anfractuosa con sección en V, asociada a
hundimientos y fracturas.

Cuando se corta un hueso con este tipo de sierra radial, se puede saber si el
disco estaba nuevo o usado si la impronta que deja sobre él es cuadrada o
redondeada. También es posible reconstruir el diámetro que tenía el disco en el
momento de ser empleado allí, porque deja una marca en segmento de círculo
que se puede completar. No ofrece dificultad el diagnóstico diferencial con
cualquier otra marca por la forma de la huella, cuadrada o redondeada, pero
con una anchura uniforme, y porque los granos abrasivos dejan finas líneas
totalmente paralelas e iguales en la superficie.

Fracturas y Contusiones en el hueso.

Teniendo en cuenta que el hueso en condiciones normales, tiende a ser


elástico y resistente a fuerzas externas. Por lo que para que se efectué una
fractura se ejercerá una tensión en el lado convexo y progresará hacia el lado
de comprensión, lo que causará la fractura resultando el hueso más angulado.
Podemos considerar que la fractura del hueso se deberá a situaciones diversas
como:

 Evento traumático simple: Las fracturas son causadas por diferentes


tipos de fuerzas súbitas y excesivas por varios mecanismos.
 Stress repetido: Las fracturas por stress causadas por trauma menor
repetido sobre un hueso especifico o grupos de huesos, puede ejercer
fuerza de manera constante y progresiva que puede lograr la fractura del
hueso.
 Debilidad Anormal del Hueso: Las fracturas patológicas causadas por
enfermedades tales como osteoporosis o algunos tipos de tumores
óseos.

Lograda la fractura del hueso, se analizará la tipología existente: Transversa;


Lineal; Oblicua; Espiroidea, Tallo Verde, Conminuta

Mientras que una contusión ósea es una lesión en el hueso que no es una


fractura. Una contusión ósea ocurre cuando el hueso recibe varias grietas
pequeñas. Sangre y líquido se acumulan justo debajo de las grietas. También
comúnmente se dañan los ligamentos o el cartílago cerca de
la contusión ósea.

Lesiones por PAF en restos óseos

Las PAF o Proyectil de Arma de Fuego, se podrían definir como instrumentos


destinados a lanzar proyectiles, a través del fenómeno de poder expansivo de
ciertos gases; este proyectil tiene gran capacidad de penetración y energía
cinética que logra transmitir al cuerpo afectado. Si se explora, este proyectil
causará distintos tipos de daños al tejido ósea del cuerpo afectado,
dependiendo del área y tipo de hueso afectado.

Los huesos largos llegan a mostrar una entrada marcada, pero por lo
general no muestran una salida a simple vista.

Los huesos de tipología plana, por lo general muestran un claro orificio


de entrada y orifico de salida.

Los traumas por PAF, se muestran de manera más evidente y notorio en el


cráneo, en donde se aprecia craterización interna en la lesión de entrada;
externa y en el de salida (de encontrase orificio de salida), se efectúa la
fractura de la bóveda de donde empieza a avanzar generando fracturas
concéntricas severas y perpendiculares a las radiales. De salir el proyectil
dejando un orificio de salida, este efectúa un segundo grupo de fracturas
concéntricas en el lado opuesto de la bóveda.

Las heridas por PAF se clasifican de la siguiente manera:


 Heridas por contacto, donde la boquilla del arma es colocada contra la
superficie del cuerpo durante su descarga. Estas a su vez pueden ser
apretadas, sueltas, anguladas o incompletas. En las heridas de contacto la
boquilla se aprieta contra la piel, estampándose de tal manera que la piel
envuelve la boquilla; los bordes de entrada son chamuscados por los gases
calientes de la combustión y ennegrecidos por el hollín. En el contacto
suelto, la boquilla se sostiene ligeramente centra la piel, los gases y el
proyectil forman una muesca en la piel creando un boquete temporal entre
la piel y la boquilla por el que se escapa el gas; el hollín se deposita en una
banda alrededor de la entrada. Cuando las heridas de contacto son
anguladas, solamente una parte de la boquilla hace contacto, el gas y el
hollín se escapan por la brecha donde el contacto es incompleto; una zona,
la más cercana, se ennegrece de manera oval o circular, la menos
prominente es alargada. El contacto incompleto es una variación del
contacto angulado, cuando la boquilla se sostiene sobre una superficie que
no es plana, dejando áreas libres. En todas las heridas de contacto se
deposita hollín, pólvora, metales vaporizados del proyectil, fulminante y
cartucho, como también monóxido de carbono.
 Heridas por contacto cercano, cuando la boquilla se sostiene a una corta
distancia, pero no en contacto con la piel. Granos de pólvora se dispersan y
marcan la piel produciendo un tatuaje individual por la pólvora.
 Heridas de rango intermedio, cuando la distancia es tan cercana, lo
suficiente para que granos de pólvora expelidos por la boquilla produzcan
tatuaje sobre la piel.
 Distantes, cuando las únicas marcas sobre el blanco son las producidas
por la acción mecánica del proyectil que perfora la piel.

Lesiones en restos óseos por agentes externos

Los traumas o lesiones son causadas por empleo de utensilios u objeto


contundentes (tal es el caso de bates de beisbol, mazo, martillo, etc.), los
cuales son empleados de manera violenta para el descargo de fuerza
mecánica. Al ser de empleo con violencia, el daño o impacto contuso cuenta
con mayor poder de impacto y destrucción que en comparación un arma de
fuego o objeto punzo cortante

Referencia Bibliografica

Balears, U. D. L. I. & Universitat de les Illes Balears. (2003). VII Congreso


Nacional de Paleopatología. A. Cañellas Trobat.

BOTELLA, M. C.; JIMÉNEZ, S. A.; ALEMÁN, I., SOUICH, P. H. du;


GARCÍA, C. J. Evidencias de canibalismo en el neolítico español. En:
Tendencias actuales de la Antropología Física Española. Ed. Caro Dobón et al.
2000. Universidad de León, España, pp. 43-56

PIJOAN, C. M. Evidencias de sacrificio humano y canibalismo en restos


óseos. El caso del entierro número 14 de Tlatelolco, D.F.1997. Tesis
doctoral. UNAM. México.

Sanabria Medina, C. (2012). José Vicente Rodríguez Cuenca. La identificación


humana en Colombia: avances y perspectivas. Maguaré, 26(1), 354–356.
Recuperado a partir de
https://revistas.unal.edu.co/index.php/maguare/article/view/35321

Anexo de imágenes
Marcas óseas de desollamiento (neolítico)

Marcas de descarnamiento (Neolítico)


Marcas de raspado sobre un temporal (Neolítico)

Marcas de desarticulación (caso forense actual)

Cortes regulares con sierra (caso forense actual)


Cortes con una sierra más irregulares (caso forense actual)
Corte de hueso con cierra radial

Corte del hueso con cuchillo (prehispánico)

Corte Tangencial del cráneo con un machete o espada (Medieval)


Lesión de “cerradura” por PAF en cráneo

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