Está en la página 1de 2

RECOMENDACIONES

A ESTABLECIMIENTOS
PENITENCIARIOS Y CARCELARIOS
DURANTE EL COVID-19

La situación actual de emergencia sanitaria ocasionada por el COVID-


19 implica riesgos particulares para poblaciones confinadas, para las
cuales el distanciamiento físico no es una opción.
Por esto, establecimientos penitenciarios y carcelarios y otros
entornos de detención deben ser parte de la planificación de salud y
emergencias para hacer frente a la pandemia COVID-19 con un
enfoque diferencial según sus necesidades y sin comprometer la
seguridad pública. En este sentido, es esencial abordar medidas de
prevención y mitigación de riesgos.

La PPL presenta prevalencias más altas de


consumo de sustancias psicoactivas que la
población general. Esta conducta incrementa
la probabilidad de contagio de COVID-19 y de
presentar complicaciones graves por las
afectaciones que ocasiona en el sistema
respiratorio e inmune. Por esto además, se
evidencia la necesidad de que el enfoque
diferencial de prevención de COVID-19 en
cárceles tenga en cuenta esta condición.

EN ESTAS CONDICIONES, ES PRIMORDIAL GARANTIZAR:


Prestación de los servicios de salud a PPL y personal
administrativo y el cuerpo de custodia y vigilancia:
“Las PPL deben disfrutar de los mismos estándares
de atención médica que están disponibles en la
comunidad y deben tener acceso a los servicios de
atención médica necesarios de forma gratuita, sin
discriminación por su condición legal". Esto incluye
atención a patologías preexistentes como
trastornos por uso de sustancias.

La toma de medidas de prevención por parte de


quienes viven y trabajan en las cárceles:

Para quienes viven en prisión

Informarse mediante el personal y fuentes


oficiales sobre prevención del COVID-19, sus
síntomas, medidas a tomar en caso de
presentarlos y riesgos adicionales en caso de
consumir sustancias psicoactivas.
Lavarse las manos periódicamente de manera
correcta, evitar tocar zonas del rostro, toser o
estornudar en el hombro o un pañuelo de haber y
desecharlo en el recipiente designado.
Sin generar pánico o estrés entre las PPL,
notificar inmediatamente si usted u otra persona
siente malestar, especialmente si los síntomas
coindicen con los característicos del COVID-19.
Continuar de manera normal el tratamiento y
uso de medicamentos necesarios para tratar
condiciones preexistentes en salud, dentro de
estos trastornos por uso de sustancias
psicoactivas y patologías asociadas.
Solicitar el uso de alternativas para contactarse
con familiares, como llamadas o videollamadas.
Para quienes trabajan
en establecimientos
penitenciarios y carcelarios

Informarse sobre el COVID-19 y los riesgos


adicionales que puedan existir para personas que
usan sustancias psicoactivas.
Utilizar Elementos de Protección Personal (EPP)
desechables como: guantes, gafas y tapabocas.
Realizar valoración y evaluación de riesgos para
todas las personas que ingresan y salen del
establecimiento.
Realizar jornadas de limpieza y desinfección
ambiental, al menos una vez al día, con la guía
del personal de atención en salud.
Comunicar las medidas de prevención y control
de COVID-19 a todas las PPL, asegurándose de
que entiendan y aborden los temores y
preocupaciones que puedan tener.
Aislar a personas privadas de la libertad de las
que se sospecha infección por COVID-19, teniendo
en cuenta las condiciones adecuadas en salud.
Descongestionar las celdas cuando sea posible.
Mantener acceso al menos una hora al día a aire
libre, usando sistemas rotativos.
Garantizar el acceso a representantes legales y
cuerpos de inspección.
Asegurar la continuidad de servicios para
aquellos con necesidades especiales.

Para el personal de la salud

Solicitar y usar EPP disponibles al atender


pacientes y cambiar tanto tapabocas como
guantes después de atender a cada paciente.
Solicitar abastecimiento necesario de
medicamentos.        
Limpiar y desinfectar superficies y objetos del
lugar de trabajo.
Reportar los casos positivos de COVID-19.
Seguir las guías del establecimiento y
autoridades en salud sobre casos que requieren
atención hospitalaria.
Asegurar que se de atención y continuidad de
tratamiento a otras condiciones de salud.
Examinar a las personas antes de su liberación y
asegurar que entren en contacto con
instituciones de salud una vez sean liberadas.
Informar a los usuarios de sustancias
psicoactivas de los riesgos adicionales de esta
práctica en el contexto actual y promover la
práctica de actividades que ayuden a controlar la
ansiedad, el “craving” y síndrome de abstinencia.

Alternativas al
encarcelamiento como forma de mitigar riesgos de
transmisión de COVID-19:

Reevaluar el recurso de encarcelamiento en general para frenar la


afluencia continua de prisioneros y acelerar la liberación de
categorías adecuadas de prisioneros.
Evitar en la medida de lo posible nuevos casos de
encarcelamiento, utilizando otras herramientas para reducir los
nuevos ingresos a las cárceles.
Para ser sostenible, todos estos esfuerzos deberán complementarse con el
apoyo de los servicios de libertad condicional, sociales y de salud que están
adaptando su prestación de servicios a la pandemia de COVID-19.

También podría gustarte