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¿Qué es una conclusión?

A veces sucede que, para definir un asunto, debemos recurrir primero a hablar de lo que no es.
Y es esto, precisamente, lo que haré para definir lo que es una conclusión.

De forma errada, las conclusiones se han entendido como el resumen de todo lo que ya se ha
expuesto en un texto, ¡y no es así! Una conclusión no es repetir las ideas, sino más bien, es una
oportunidad clave para hacer énfasis en la idea o punto principal de un escrito al final de su
argumento, presentando una conclusión general como meta.

En otras palabras, la conclusión puede ser definida como el momento adecuado para dejar una
huella memorable en el lector.

El objetivo de esta parte del texto es recordarle por última vez, por qué es importante todo lo
que le has expuesto, darle una explicación del porqué de los resultados obtenidos y dejarle la
puerta abierta hacia otros temas y otras posibles áreas de interés a ser abordados en un
futuro, pero que continúan ligados a tu aporte intelectual.

¡Dios mío! ¿Todo eso al mismo tiempo?

Sí. Nadie dijo que terminar es fácil, no lo es. Es de hecho la parte que más dificultades genera
en el proceso entero de la escritura. Incluyendo, y a veces superando, a la crisis de la hoja en
blanco.

¿Qué debe tener una conclusión?

Una conclusión se construye a partir de tres etapas: propósito, problema y posibilidad.

Vamos por cada una:

Propósito

Lo primero que una conclusión debe hacer, es esclarecerle al lector cualquier duda que aún
pueda tener sobre el asunto abordado.

Es decir, en ella retomas los puntos principales, demostrando cómo solucionaste el problema.
Esto sirve para que el lector no olvide qué fue el punto o los puntos más importantes que
abordaste en el texto.

Problema

Una vez abarques los puntos importantes, debes demostrarle al lector que el escrito que acaba
de leer, ofrece una solución real. ¿Cómo? Enfatizando la idea magna del texto; lo que querías
demostrar.

Posibilidad

El conocimiento no es un asunto con punto final. Por el contrario, es algo que se construye
indefinidamente y tu demostración en un texto, es solo un aporte a un tema aún mayor.
La conclusión, por su parte, es una oportunidad para invitar al lector a seguir sintiendo ganas
de profundizar. Y esto puedes lograrlo, haciendo un llamado claro a algo que tu quieras que el
lector haga.

Por ejemplo, invítalo a esperar la siguiente parte de tu escrito o condúcelo a otros contenidos
que has creado con temas afines para que el lector pueda aprender más sobre el asunto.

Invítalo a aportar conocimiento en forma de comentario o simplemente a que ponga en


práctica lo aprendido para así comprobar que lo que le has enseñado, funciona.

Una buena conclusión es tan importante cuanto una introducción. Hagamos un checklist antes
de desarrollar a profundidad el tema, para que grabes en tu memoria los elementos que no
pueden faltar, de ninguna manera, en la finalización de tus redacciones.

Atender los 3 Ps: propósito, problema y posibilidad. (Se tratará más adelante)

Destacar la idea principal: Asegúrate de enfatizar la idea central del texto.

Resumir los puntos más fuertes: Despunta los puntos primordiales, demostrando cómo la
lectura solucionó un problema.

Tener una llamada a la acción: El objetivo es mantener el lector interesado y comprometido


con tu texto.

Crear expectativas: Busca persuadir el lector a leer más sobre el tema o asuntos relacionados.

Enfatizar los beneficios: Muestra al lector cómo puede hacer uso del conocimiento que ha
adquirido.

Además, el texto debe ser coherente, tanto en lo referente al tema cuanto en su estructura.
Recuerda que el propósito de cada frase es incentivar al lector a que lea la siguiente,
manteniendo su atención desde el título a la llamada a la acción.

¿Cómo escribir una conclusión? 3 pasos para lograrlo a la perfección

1. Escribe una oración de apertura

Huye de los clichés "En conclusión", "Para concluir", etc. Después de todo, el lector ya sabe
que estás por concluir tu texto, ¿no es cierto?. En su lugar puedes usar, por ejemplo, "La
evidencia que presentamos anteriormente demuestra que", "Finalmente...".

2. Evita las repeticiones

Aunque sí debes abordar los puntos principales, eso no significa que tienes que aburrir a tu
lector repitiendo la misma información de forma abreviada.

Puedes usar frases como "Debido a", "Como puedes notar", "Por las razones que
mencionamos", así estableces relación con las ideas sin volverlas a repetir y tienes espacio
para concluir de una manera nueva y creativa.
3. Deja una impresión duradera

Las impresiones duraderas son aquellas que quedan en la mente del lector incluso después de
terminar de leer el texto.

Puedes lograrlas haciendo preguntas provocativas, terminando con advertencias, evocando


una imagen, haciendo una llamada a la acción, sugeriendo resultados y mucho más (¡inspírate
en el apartado de tipos de conclusiones!)

¿Qué tan larga debe ser una conclusión?

Es una pregunta que realmente es muy abierta y sujeta a muchas variables para ser
respondida. Realmente, la longitud de una conclusión depende del tipo de texto al que le estés
apuntando, al tipo de público al que te estás dirigiendo y a la intensidad de la información que
presentas.

Si es un artículo como este, por ejemplo, que es un escrito educativo para la internet entre
1000 y 1500 palabras, 2 párrafos es una buena extensión y suficiente para una conclusión.

Tratándose de una investigación, un texto tipo ensayo, tesis o un estudio profundo de longitud
considerable, se plantea correcto que la conclusión sea entre 1 y 4 páginas.

Demos un repaso:

Sé que hemos abordado ciertas cosas sobre la conclusión y por ello siento que es una buena
idea preparar una lista con asuntos que vale la pena incluir o no al hacerla:

Una conclusión NO debe:

añadir información nueva a la conclusión;

repetir todo lo que ya has dicho con menos palabras;

presentar nuevos argumentos;

mostrar poca confianza al exponer el argumento principal;

ser redundante;

ser incoherente en relación al asunto que abordaste en la estructura.

Una conclusión SÍ debe:

repasar puntos principales;

enfatizar la importancia de lo que quieres comprobar;

retomar el resultado y repercusión de forma concisa que dejó la idea principal;

motivar a continuar pensando sobre el tema;

invitar a realizar una siguiente acción por medio de sugerencias.

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