La seguridad como objetivo de la política criminal es un tema de que se ha
convertido de la discusión político- criminal; el discurso del riesgo responde a una serie de preguntas; comí la caracterización del mal; de los riesgos; la valoración de la gravedad; la valoración del grado de probabilidad del mal; y la prominencia del riesgo. (Eguzkilore, 2006, p. 129).
Contenidos y Aportes
LA SEGURIDAD COMO OBJETIVO POLÍTICO CRIMINAL DEL SISTEMA
PENAL.
De la lectura de José Manuel Paredes Castañón quien representa a la
Universidad Del País Vasco; podemos resaltar que el autor precisa sobre las cuestiones; de los tópicos de la seguridad que es tema de los discursos políticos- criminales en la actualidad.
Sobre dicho tema invoca la seguridad y sus riesgos teniendo tres cuestiones:
Cómo primera cuestión tenemos la existencia de las cosas y la seguridad del
mismo; podemos hallar estados de cosas valiosos que permanecen intactos a lo largo del tiempo y estado de cosas valiosas que; sin embargo, se han visto alterados y entre estos últimos; lo habrá que hayan aumentado de valor; que los hayan visto disminuido o, en fin; que aun siendo diferentes sigan mereciendo el mismo juicio de valor.
Cuando hablamos de extinción de las cosas ; hablamos más bien de la
seguridad de las cosas; hablamos más bien de expectativas; de predicciones; de probabilidades; del juicio de probabilidad que realizamos cerca de la posibilidad de que; en un futuro un estado de cosas cambie para perder en parte su valor. Por ejemplo, tenemos el rechazo y la represión que tenía la justicia penal sobre el delito de adulterio pero que con el pasar de los años paso solo a ser codificado en el código civil como causal de divorcio; más no en el área penal.
La segunda distinción conceptual tiene que ver; con la seguridad y la
percepción existente.
En la política criminal acerca de la seguridad de los bienes jurídicos; es
imprescindible especificar el verdadero objetivo del debate: es decir se está pensando en las percepciones que algunos individuos o grupos sociales poseen acerca de los cuales son esos riesgos; o sí; en fin. Se está pensando en el miedo o en la ansiedad que algunos ciudadanos sienten; aunque no exista una base objetiva suficiente para ello. (Eguzkilore, 2006, p. 130)
Por ejemplo, podemos crear nuevos delitos; teniendo en cuanto que la
realidad supera al derecho; por ejemplo, los nuevos delitos cibernéticos; o los delitos de abuso en las redes sociales.
De ello se deben hacer las siguientes preguntas:
Existen verdaderos riesgos reales que afrontar.
La manipulación de la información pública; la incultura; la
democracia política y aquellos conflictos sociales subyacentes que dan lugar a la inseguridad y al miedo.
En cuanto a la tercera cuestión; versa directamente con el propio
concepto de riesgo; y el de seguridad.
Una construcción conceptual del riesgo a evaluar; unos criterios fundados de
evaluación del mismo; y finalmente criterios de gestión del riesgo; esto es; de decisión acerca de los criterios de ordenación de los riesgos; acerca de los riesgos aceptables e inaceptables; acerca de quienes son los sujetos que deben participar en la decisión acerca del riesgo; acerca de la imputación de responsabilidad acerca de la distribución. El riesgo es el fruto de una construcción social. (Eguzkilore, 2006, p. 145)
La identificación de los riesgos y su vinculación a proyectos de acción
humana; no es algo aceptable de prueba científica; sino que depende de categorías culturales de conceptuación; de valoración y de imputación; entonces esto significa que estás cuestiones se verán necesariamente sujetas a las construcciones propias de los procesos de constitución de los contenidos de la cultura.
Por otro lado; en lo relativo a la determinación de la probabilidad; se ha
comprobado dos fenómenos dignos de consideración ; la dificultad de establecer una medida de probabilidad; y el segundo el de los sesgos cognoscitivos.
Finalmente concluye que conviene desconfiar de los discursos monologicos.
( Es decir que no existe un conocimiento exacto).La segunda conclusión versa en que exista un debate sobre la seguridad y el riesgo.