Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Proto-Nasca
Tiahuanaco
lea
o
I Dentro del área de los cementerios Nasca, secciones conteniendo
grandes cámaras construidas con adobes rectangulares y palos corta-
dos con herramientas de filo, en las que habían momias confecciona-
das en fardos rellenos de a l g o d ó n , con cabezas humanas artificiales y
ropa fina de tapicería del estilo Tiahuanaco.
2
E l término arqueológico adecuado es cista. Sin embargo, respetaremos las grafías usadas
en la primera edición. (N. del E . )
L o s t r a b a j o s a r q u e o l ó g i c o s r e a l i z a d o s d e s d e e l a ñ o 1925 h a n c o n t r i b u i -
do a l m e j o r c o n o c i m i e n t o de l a A r q u e o l o g í a d e l d e p a r t a m e n t o d e l e a y
d e l C e n t r o A n d i n o . M e d i a n t e e l l o s se h a n a l c a n z a d o , e n t r e otros, l o s
siguientes resultados:
L Paracas
I I . Chanka
III. Rukana
IV. Kollawa
V. Chincha
V I . Inka
Muy serios fueron los problemas que hubo que afrontar para asegurar la
integridad del material de Kopara, Kawachi y Paracas, y a la vez para
llevar a cabo investigaciones basadas en dichas fuentes de estudio. Pro¬
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Universidad del Perú. Decana de América
107
teger a todo trance dicho material era lo urgente e inaplazable. Para ello
se requería local apropiado y recursos indispensables para el funciona-
miento de un laboratorio y un taller donde prepararlo y estudiarlo. Con-
servar e investigar era más urgente que exhibir y publicar, La mayoría de
las especies de Paracas son obras de arte, testimonios históricos únicos e
insustituibles de la antigüedad del Perú, y su estudio no podía ser reali-
zado en tiempo limitado y sin los medios indispensables para hacer
efectiva la labor.
Esta situación explica las continuas gestiones que se hacen para
poner a salvo tales reliquias arqueológicas, y para llamar la atención de
los americanistas y del público ilustrado en general sobre la importancia
de estas fuentes de estudio. La circunstancia de haberse hallado el mate-
rial de Paracas en su mayor parte dentro de fardos; lo delicado y frágil de
las prendas contenidas en ellos, prendas en su mayoría carbonizadas o
deterioradas y adheridas a tejidos burdos, y en ciertos casos impregna-
dos de sales delicuescentes, me obligan a atender de preferencia a los
trabajos de preservación.
Aprovecho de un viaje que hiciera a los Estados Unidos en 1936
— a invitación de la Universidad de Nuevo México — para tratar sobre
estos asuntos de interés americanista. Gracias a la simpatía que el Perú
de los Inkas despierta en el país del Norte, y a la honrosa acogida que me
dispensaran la señora Truxton Beale y los profesores Edgar L. Hewett,
Alfred L. Kroeber y Leslie Spier, se funda el Institute of Andean Research
en Nueva York, el 26 de septiembre del mismo año, para fomentar en
forma activa las investigaciones andinas en el Perú.
Posteriormente, en mayo de 1937, visita el señor Nelson A. Rockefeller
el Depósito de Antigüedades de Paracas del Instituto de Antropología, y
ofrece su decidido apoyo a los fines científicos que persigue, como puede
apreciarse en la siguiente carta:
Country Club, Lima, Perú, Mayo 21,1937. Dr. Julio C. TeJlo, Miraflores,
Querido Dr. Tello: durante nuestra breve visita al Perú, mi imaginación e
interés han sido exaltados por la tremenda riqueza arqueológica de su
país. Las posibilidades para el estudio e investigación científica son
ilimitadas; y me parece que para desenmarañar la historia del pasado
requerirá la más amplia cooperación de los arqueólogos más notables
de ambas Américas. ¿Sería posible para mí ayudar a vincular a estos dos
grupos? Yo puedo asegurarle a usted que nada me proporcionaría ma-
yor placer. Por tanto, a mi regreso a New York yo haré todo lo que esté
en mi poder para atraer el interés y soporte del Presidente y Directorio,
así como del Director y personal del Museo Metropolitano (del que yo
soy uno de los Directores) en la gran obra que usted y sus colegas están
empeñados.
Sinceramente
C o n e l s o p o r t e de R o c k e f e l l e r se i n i c i a u n p e r í o d o d e i n t e n s a a c t i v i -
d a d e n e l I n s t i t u t o d e A n t r o p o l o g í a . L o s trabajos de l a b o r a t o r i o p e r m i t e n
p o n e r a l a v i s t a el e x c e l e n t e m a t e r i a l q u e se e n c o n t r a b a h a s t a e n t o n c e s
e m p a q u e t a d o . L a s telas r e p a r a d a s s o n c o l o c a d a s e n c a j a s e s p e c i a l e s d e
cedro, y en bastidores acondicionados adecuadamente para s u fácil ex-
p o s i c i ó n . Se arreglan n u m e r o s a s especies que h a b í a n p e r m a n e c i d o e m -
p a q u e t a d a s d u r a n t e v a r i o s a ñ o s ; se l o g r a i d e n t i f i c a r l a s n u m e r a c i o n e s
o r i g i n a l e s p u e s t a s e n e l c a m p a m e n t o , y q u e se h a b í a n b o r r a d o o p e r d i d o .
Universid érica
ill
figuras demoníacas del arte Nasca y la que aparece en la estela Chavín;
igualmente conocer si los testimonios que Uhle considerara como pro-
ductos de la expansión del arte Tiahuanaco, sea del Clásico o de su
derivado el Epigonal, eran en rigor meras proyecciones o irradiaciones
del arte desarrollado en el altiplano del Collao; y por último, conocer si
Paracas antecede o sucede a la cultura de los grandes monumentos líticos
de la hoya del Vilcamayo, considerada por algunos como muy antigua y
por otros, atribuida totalmente a los Inkas.
A mediados del año 1941 encuentro una nueva oportunidad para
incrementar los conocimientos acerca de la cultura Chavín y sus vincu-
laciones con Paracas. Auspiciado por la Dirección de Fomento exploro
las cabeceras del río Puccha, afluente del Marañón. Descubro nuevas
esculturas líticas diseminadas en una área extensa, semisepultadas o en
la superficie; muchas erosionadas o formando parte de los cercos de los
potreros. Saco moldes de todas ellas, y los originales los hago transpor-
tar y reunir en una casa contigua a las ruinas de Chavín. A l mismo
tiempo realizo excavaciones de prueba en ciertos sitios, ampliando las
que realizara Bennett en 1939; y obtengo nuevas y más abundantes mues-
tras de cerámica Chav„i de la misma clase de la que yo recogiera el año
1934 en el banco izquierdo del río, contiguo al Templo, cortado por las
crecientes del Puccha. Esto hizo posible tener a la mano en el propio
Museo de Antropología las réplicas de todas las esculturas halladas en
Chavín, muestras típicas de su alfarería, y establecer con mayor funda-
mento las verdaderas vinculaciones existentes entre el arte Chavín y el
de las Cavernas de Paracas.
En posesión de datos más seguros acerca de Chavín y de sus
interferencias en las culturas del departamento de lea, procedo ensegui-
da a rastrear los testimonios relacionados con la conocida cultura de
Tiahuanaco, cuyo centro de origen se supone hallarse en el sitio de las
ruinas de este nombre. En los materiales de cerámica hallados en Pacheco
en 1927, a la par de la existencia de un estilo aparentemente semejante al
de Tiahuanaco, descubro que existen otros estilos distintos de éste o muy
lejanamente vinculados. Por un lado, se constata la presencia de un esti-
lo que es el mismo de la alfarería que Uhle calificara como Tiahuanaco
en Pachacamac; y por otro, se constata, asimismo, la presencia de diver-
sos estilos — considerados por entonces como modalidades de Nasca —
y posteriormente identificados como Chanka, Rukana y Wanka. Los res-
tos de Tiahuanaco antes del descubrimiento de Pacheco eran entidades
completamente distintas de las de Nasca. El hallazgo de Pacheco, donde
aparecen unidos estos estilos, viene a plantear un nuevo problema: cual
es el de descubrir las diferencias y analogías próximas o lejanas que la
alfarería Nasca tiene con la de Tiahuanaco.
El medio geográfico
Introducción
Situación
Límites
Los límites Norte y Sur del Centro Andino han sido trazados teniendo en
cuenta ciertos elementos fisiográficos que permiten deslindar las fronte-
ras de este territorio.
Como se puede ver en el mapa N.° 1, el límite Norte está marcado, de
Occidente a Oriente; en la Costa por el río Fortaleza o Paramonga; en la
Sierra, por la cadena que separa las cuencas del Santa y Marañón de las
del Pativilca y Huaura y por la línea irregular que sigue la divisoria de
las aguas que fluyen, pOT lili lado, del macizo de Pumpu hacia el Norte y,
por otro, de éste hacia el Sur; y por último, en el Oriente por la cadena del
Pozuzo que separa la cuenca del Huallaga de la del Mantaro.
El límite Sur está marcado, en la Costa, por el río Majes que toma sus
aguas tierra adentro en las cordilleras que bordean por el occidente el
altiplano del Collao y desagua en el Pacífico; y en la Sierra por las cade-
nas transversales que forman la divisoria de las aguas de los ríos
Apurímac, Urubamba y Paucartambo que fluyen hacia el Norte y las de
los pequeños ríos que fluyen al Sur, hacia la hoya del Titicaca.
Puede ser considerado como límite occidental próximo o lejano del
Centro Andino la ribera del Pacífico, las islas contiguas a ella habitadas
E l flanco oriental
Hidrografía
Clima
Las materias primas utilizadas en las artes e industrias del Centro Andino
de origen mineral, vegetal y animal, fueron adquiridas en la propia región
o importadas de fuera, de lugares situados m á s allá de sus fronteras.
E n base a los hallazgos arqueológicos se puede afirmar que desde la
m á s remota a n t i g ü e d a d existió un activo intercambio de productos entre
las tres regiones naturales del país. Plumas multicolores de aves tropica-
les fueron usadas por los antiguos habitantes de l a Costa y de l a Sierra,
en sitios alejados de las florestas ecuatorianas o a m a z ó n i c a s . Lanas de
llama, alpaca y v i c u ñ a —animales oriundos de las cordilleras — , se en-
cuentran a p r o f u s i ó n en las fábricas textiles halladas en la Costa; y, a su
vez, productos marinos son comunes en las tumbas de la Sierra. Ciertos
moluscos propios de mares ecuatoriales, exóticos a la fauna del Pacífico,
como las conchas Spondylus y Strombus fueron materiales de uso ritual o
ceremonial en todo el país, a juzgar por las numerosas muestras que se
encuentran en los yacimientos arqueológicos.
s
Numerosas especies de conchas Spondylus pictorum, Conus fergusoni y Strombus
galeatus, procedentes de diversos sitios arqueológicos del Centro Andino, se exhiben en
Explotación de la tierra
los museos de Lima. Véase lo relativo a Spondylus, en U H L E , Max «La esfera de influencia
del país de los Incas». Revista Histórica, t. rv, pp. 1 0 - 1 1 . Muchos son los hallazgos de la
concha-trompeta Strombus. Se incluyen entre ellos el de Shushuruyoc, Huaraz, ilustrado
en B A E S S L E R , Arthur. Altperuanische Kunst, Berlín, 1 9 0 2 - 1 9 0 3 , tafel 1 6 4 , Londres,
1907; el de Anchukaya, Huarochirí y el de Kantamarca, Canta, que se hallan en los
Museos de la Universidad y de Antropología de Lima; el de Pilcillacta o Muyna, hoy en
la Universidad del Cusco; el de la waka de Punkurí, Nepeña, en T E L L O , Julio C . «El
Strombus en e¡ arte Chavín». Turismo, Lima, agosto de 1 9 3 8 .
6
Objetos de origen cuzqueño o Inka en general se hallan por todas partes dentro del área
territorial andina. Restos de caminos de penetración se encuentran en casi todos los valles
de la Costa, como la vía Huaura-Tarma que es la que siguió Herrando Pizarra en su viaje de
Pachacamac a Jauja; la de Pachacamac ai Cusco por la ruta de Pariacaca, aprovechada
igualmente por los conquistadores; la de Sangallán o Pisco a Andahuaylas por Huaytará
donde presenta tramos pavimentados, antes y después de la ciudad de Naykasha o Tambo
Colorado; las vías que ascienden de Nasca y Caravelí hacia Vilcas y Andahuaylas; y la de
Kawana que se une a la vía longitudinal que corre por la altiplanicie en la pampa desértica
de Akopata, entre las provincias actuales de Parinacochas y L a Unión.
Entre otras diversas plantas útiles oriundas de los países tropicales cultivadas en los valles
de la Costa figura la coca, cuyas heredades dispuestas en terrazas en las faldas de las
quebradas y cañones cisandinos, abandonadas aún, perduran como en Cocachacra, en la
quebrada del Rímac y Viscas en la quebrada de Mala, cerca de Huarochirí.
9
V é a s e a este respecto: RAMÍREZ, Baltazar. «Descripción del Reyno del Piru, del sitio,
temple, provincias, obispados y ciudades de los naturales, de sus lenguas y trages. Año
1597». E n MAÚRTUA, Víctor M. Juicio de limites entre Perú y Bolivia. Barcelona, 1906,
tomo I , pp. 281-363.
1 0
Los indios de más allá de los Andes llámanse Chímenos «[...] es gente pobre y poca y
solamente tienen micos, papagayos y guacamayas, mucha plumería muy galana y algunas
cosas de madera labrada y pintadas con un barniz harto galano y de muy buenas colores
que en su modo tienen harto primor». RAMÍREZ, Baltazar, op. cit., pp. 329-330.
1 1
E n el área de las ruinas de Wiñake, Ayacucho, y en el fundo de Wakaurara se encuentra
en abundancia la piedra en bruto, desmenuzada o a medio trabajar, lo que parece revelar
que éste fue uno de los centros de beneficio.