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CAPÍTULO I

DERECHO DE FAMILIA

La evolución en la formación social también genera cambios en el sistema jurídico y

como consecuencia de ello la creación e implementación de órganos jurisdiccionales

especializados corresponde a un compromiso y cumplimiento del mandato

Constitucional por parte del Organismo Judicial, que con la finalidad de mantener la

paz social interviene en la resolución de conflictos o controversias entre particulares

principalmente en asuntos pertenecientes a una o varias personas de un núcleo

familiar.

1.1. Aspectos generales

En principio, las normas del Derecho de Familia tienden a proteger a la familia, y

específicamente a los menores de edad que necesitan del cuidado, atención

alimentación, calzado, vestuario, atención médica y educación, siendo parte

importante de la relación, interviniendo para fortalecer los vínculos familiares, para

garantizar la seguridad de las relaciones, para disciplinar mejor el organismo familiar,

tal como lo preceptúa el Artículo 2 de la Constitución Política de la República de

Guatemala que establece: El Estado de Guatemala, se organiza para proteger a la

persona y a la familia; su fin supremo es la realización del bien común.

Además, el Derecho de Familia, está integrado por el conjunto de reglas jurídicas

que regulan las relaciones jurídicas familiares. Estas relaciones integran el Derecho

Civil. En el Derecho de Familia, el orden público domina numerosas disposiciones.

Las que regulan las relaciones personales entre los cónyuges, las relaciones

paternas filiales, las que determinan el régimen patrimonial del matrimonio, la

calificación de los bienes de los cónyuges, entre otras convirtiendo el interés familiar,

un límite a las facultades individuales. El Derecho de Familia destaca la relación


4
5

personal de los miembros dentro del grupo familiar teniendo en cuenta la condición y

estado que ocupan dentro de ella.

Las normas del Derecho de Familia son imperativas de orden público, mientras el

Derecho Civil tiene normas permisivas en su generalidad; lo que le da a los derechos

subjetivos familiares sus características de inalienables, irrenunciables e

intransferibles, razón por lo que las relaciones interpersonales del grupo familiar no

están sometidas a la autonomía de la voluntad amplia.

Algunos tratadistas han externado sus diferentes puntos de vista con respecto al

Derecho de Familia y a continuación, se presentan una de las más importantes de la

siguiente manera:

El jurista, Rojina Villegas, al respecto indica lo siguiente: “Derecho de Familia,

pertenece al Derecho Privado, aunque tutele intereses generales o colectivos, siendo

sus normas irrenunciables y que tampoco importa que regule las relaciones de

sujetos colocados en planos distintos, como son las que se derivan de la patria

potestad marital y tutela, pues fundamentalmente se trata de relaciones entre

particulares, y que si bien el Estado podrá tener cierta injerencia en la organización

jurídica de la familia, por ningún concepto puede pensarse que las normas relativas a

la misma se refieran a la estructuración del Estado, a la determinación de sus

órganos o funciones, o bien a las relaciones de aquellos con los particulares.” 1

Las normas de Derecho de Familia son imperativas; son indisponibles, de modo que

no se puede renunciar a derechos y deberes que imponen; no pueden transmitirse y

tiene un acentuado aspecto de función. En múltiples oportunidades, se ha indicado,

que las normas de derecho de familia son de carácter imperativo, esta imperatividad

rige también las formas de constitución. El Estado debe proteger los grupos

1
Rojina Villegas, Rafael. Compendio de Derecho Civil. Editorial Porrúa, S.A., México: 1978. Pág. 10.
6

constituidos como familia, pero, para ello, debe conocer cuáles son los grupos que se

han constituido como tales, al efecto de poder otorgarles la protección acordada en el

Artículo 47 de la Constitución Política de la República de Guatemala. Si bien es cierto

que no existe un modelo previo de familia, la forma a través de la que se crea no es

una cuestión inocua para el ordenamiento jurídico.

De allí, se deduce que una cosa es que la protección deba ofrecerse de forma igual a

las familias y otra que para constituir una familia que goce de los derechos

actualmente reconocidos en el ordenamiento jurídico sea necesario utilizar la forma

previamente establecida por el Estado para ello, es decir, el matrimonio, de donde se

desprende que en el sistema actual no existe autonomía para la constitución de

familias en una forma o prevista legalmente y que goce de protección

correspondiente.

Todos los seres humanos tienen derecho a constituir o ser parte de una familia, sin

importar la nacionalidad, religión, grupo étnico, raza, color o sexo a que pertenezcan.

Este derecho es quizá uno de los más amplios: incluye entre otros el derecho a

contraer matrimonio, de unirse de hecho, a la igualdad de los cónyuges y de los

hijos, el derecho a la maternidad, el derecho a la adopción, el derecho a la

planificación familiar, el derecho a la protección de menores y el derecho a la

protección familiar. Lo anterior se refiere a los postulados de carácter constitucional,

como ya se indicó anteriormente.

1.2. Evolución histórica

El Derecho de Familia, surge de la necesidad sentida entre los miembros de un

grupo familiar que componen una sociedad y que por ende, esos conflictos

trascienden al conocimiento del Estado, como el que tiene como objeto principal

entre otros, lograr la paz social, la convivencia armónica entre los ciudadanos, por lo
7

que como ya quedo expuesto se concibe como el conjunto de normas jurídicas,

aplicadas a la familia, indicando que todas las relaciones que se dan dentro del seno

familiar, deben ser susceptibles de la aplicación por parte del derecho.

En la evolución histórica del Derecho de Familia, siempre ha estado éste situado

entre las ramas fundamentales del Derecho Civil, a continuación, se presenta el

punto de vista de otro connotado tratadista como lo es Federico Puig Peña, quien al

respecto indica lo siguiente: “Formando con los derechos reales, de crédito y

sucesiones, la de aquella rama fundamental de las relaciones jurídicas. Pero en los

últimos tiempos, gran número de tratadistas estimaron la naturaleza privada de este

derecho como poco correcta y fuera de los principios generales de la técnica del

derecho.”2

Por su parte, el autor Cicu citado por Federico Puig Peña, establece lo siguiente: “Es

indispensable verificar un reajuste de conceptos en la distinción entre el Derecho

Público y el Privado, para centrar el problema en el mismo punto de partida. La

familia es un organismo con fines propios, distintos y superiores a los de sus

integrantes, de ahí surge la existencia de un interés familiar, que debe distinguirse

del individual o privado y del estatal o público; hay además una voluntad familiar,

esto es una voluntad vinculada al fin de la satisfacción del interés familiar.” 3

El citado autor destaca el papel que juega en el Derecho de Familia la voluntad

privada, y llega a sentar la afirmación de que aquella no es eficaz, en esa materia

para constituir modificar o disolver vínculos. Todo ello explica que en las relaciones

de familia, a diferencia de lo que ocurre en el Derecho Privado, el centro de gravedad

sea el deber y no el derecho. En total la clásica división bipartita del Derecho

Público y Privado debe ser abandonada por una clasificación tripartita, de que

cabida, como categoría intermedia, pero independiente al Derecho de Familia.

2
Puig Peña, Federico. Tratado de Derecho Civil. Editorial de Derecho Privado. Madrid, España: 1957. Pág. 23.
3
Ibíd. Pág. 24.
8

Además, toda construcción tiene su apoyo falso, parte de la distinción entre interés

privado, familiar y público. Pero aun admitiendo sus puntos de partida: “Son muchas

las objeciones que sugiere, si bien es exacto que existe un interés familiar que puede

estimarse distinto del particular de los individuos que la forman y del estatal o

público, ello no autoriza a crear una rama del Derecho Público Autónomo,

quebrando la antigua y límpida clasificación del Derecho Público y Privado. También

en las asociaciones el interés de estas es distinto al de los asociados y al del Estado,

también ellas tienen un interés propio y superior al de los integrantes y una voluntad

encaminada a satisfacerlo.”4

Tampoco se puede aceptar la existencia de una voluntad familiar distinta de la que

expresa y ejerce su derecho. La distinción entre el hombre como individuo y como

miembro y vocero de la familia es contra natura.

La teoría del tratadista Cicu ha tenido una baja recepción en la doctrina, y que, salvo

en los aludidos países comunistas, no ha trascendido a la legislación comparada, en

la que el Derecho de Familia se ha mantenido como parte integrante del Derecho

Civil, pudiendo por consiguiente, afirmarse:

a) Que ante todo no se debe conceder demasiada importancia a la catalogación

del Derecho de Familia dentro de la división fundamental del derecho, pues

que la distinción entre el público y el privado, sufre una grave crisis, que

impide establecer con absoluta precisión la diferencia cardinal entre uno y

otro, sobre todo teniendo en cuenta el trasiego constante que entre ambos

campos se observa en los modernos ordenamientos.

b) Que desde el punto de vista teórico, es extraordinariamente sugestiva la

posición del maestro italiano, no está sin embargo carente de reparos, pues el

4
Ibíd. Pág. 49.
9

propio aspecto preceptivo de las normas familiares se observa en otras

muchas instituciones del Derecho Privado, y a la par, existen derogaciones de

ese principio en el mismo Derecho de Familia, que mantiene una posición de

libertad en muchas de sus relaciones y especialmente, en la faceta

patrimonial.

c) Que, desde un punto de vista práctico, quizá no fuera conveniente, como

afirma José Castán Tobeñas: “Separar el Derecho de Familia de las demás

ramas del Derecho Privado, rompiendo la actual unidad científica del Derecho

Civil, pues las relaciones familiares van íntimamente enlazadas con las

relaciones individuales de carácter patrimonial.” 5

El criterio expuesto por el tratadista citado, pone de manifiesto un aspecto

eminentemente personal y no didáctico tomando en consideración que el Derecho de

Familia debe ser tomado primero como una rama del Derecho Civil así como una

parte del Derecho Privado y Público porque es el Estado que regula las relaciones

familiares a través de diferentes ordenamientos jurídicos.

1.3. Definición

Es indudable que la familia constituye la forma de organización social más importante

repercutiendo en todos los ámbitos de la vida, no solo de las personas individuales,

sino también en los Estados mismos; tal y como se ha podido evidenciar en la forma

en que el Estado de Guatemala la regula en la Constitución Política de la República

de Guatemala.

5
Castán Tobeñas, José. Derecho Civil Español, Común y Foral. Editorial Reus. Madrid, España: 1962. Pág. 18
10

En cuanto al Derecho de Familia es importante indicar, que la palabra derecho, en su

alcance jurídico, tiene dos acepciones a saber, Derecho Objetivo y Derecho

Subjetivo, por lo tanto el concepto de familia puede tomar esos dos sentidos:

El autor, Manuel Chávez Asencio indica desde el punto de vista objetivo, que el

Derecho de Familia, en su aceptación objetiva, es: “El conjunto de normas jurídicas

que regulan las relaciones familiares.”6

Desde el punto de vista subjetivo, José Flores indica lo siguiente: “Los derechos de

familia son las facultades o poderes que nacen de aquellas relaciones que, dentro

del grupo familiar, mantienen cada uno de los miembros con los demás, para el

cumplimiento de los fines superiores de la entidad familiar.” 7

Y es el conjunto de facultades o poderes que pertenecen al organismo familiar como

tal o a cada uno de sus miembros, en ese orden de ideas lo será también la facultad

que emana de la norma.

Para el autor Rafael De Pina el Derecho de Familia es: “El conjunto de las normas

del Derecho Positivo referentes a las instituciones familiares.” 8

El Derecho de Familia es parte del Derecho Civil que se ocupa de las relaciones

jurídicas entre personas unidas por el vínculo del parentesco, y tiene por objeto la

resolución de conflictos que se generan producto de las relaciones jurídicas

familiares: relaciones conyugales, paterno-filiales, tanto en su aspecto personal como

patrimonial. Constituye su eje central la familia, el matrimonio y la filiación.

Sin embargo, Planiol y Ripert establecieron el Derecho de Familia como: “Aquel

6
Chávez Asensio, Manuel. La Familia en el Derecho. 3ª. Ed. Editorial Porrúa. México: 1994. Pág. 139.
7
Flores Maldonado, José Alejandro. Origen del Derecho de Familia y las Instituciones en el Código Civil.
Guatemala: Tesis de Graduación. USAC, 1997. Pág. 93.
8
De Pina, Rafael. Diccionario de Derecho. México: Editorial Porrúa, 1987. Pág. 183.
11

conjunto de derechos y facultades que la ley concede al padre y a la madre sobre la

persona y bienes de sus hijos menores, para permitirles el cumplimiento de sus

obligaciones como tales.”9

Por otra parte, se ha discutido la ubicación del Derecho de Familia entre las ramas

del derecho. Tradicionalmente ha formado parte del Derecho Civil, sin embargo, se

ha dudado de que su ubicación en este sea correcta, toda vez, que sus normas en su

mayoría son de orden público, como se puede apreciar en la intervención del Estado

en la formación y disolución de vínculos.

Es por ello, que existen teorías según las cuales forma parte del Derecho Público y

otras de que pertenece al Derecho Privado. Pero también surgen otras teorías según

las cuales, el Derecho de Familia viene a constituir una tercera rama del derecho.

Es así, como se ha mantenido entonces en una distinción entre el Derecho Público y

Privado, es decir, tiene tanto normas de una rama como de la otra. En tal virtud, se

puede considerarse que el Derecho de Familia es un derecho social autónomo, que

obliga al Estado a ser tutelar de la familia, elemento natural y fundamental de la

sociedad y del propio Estado.

Por lo tanto, es importante señalar que este derecho se caracteriza por ser universal

porque abarca todas las relaciones jurídicas familiares; los vínculos jurídicos no se

diferencian en razón de su origen matrimonial o extramatrimonial; es indivisible;

puede ser opuesto erga omnes para ejercer los derechos que de él derivan; es

estable pero no inmutable, es decir, puede cesar o modificarse, es cambiante.

9
Planiol, Marcel y Ripert Georges. Tratado Elemental de Derecho Civil. Buenos Aires, Argentina: Editorial
Depalma, 1964. Pág. 253.
12

1.4. Autonomía

Inicialmente, es necesario establecer cuál ha sido el desarrollo del principio de la

autonomía, si se analiza se encontrará en primer término la escuela del derecho

natural cuyo principal expositor fue Kant en la obra Crítica a la Razón Pura: “Donde

se ve que influenciado por una cantidad de ideas que están vinculadas al liberalismo

económico, a considerar al hombre como centro del sistema.” 10

El Derecho de Familia, se encuentra con varias normas que son de orden público,

inderogables y surgen las interrogantes ¿qué es lo que sucede con el principio de

autonomía? Entonces ¿no se es enteramente libre como en la teoría clásica y

después tampoco?

En consecuencia, la ley pone ciertas restricciones y llega a otro concepto que está

vinculado con lo que se tiene que ver en el Derecho de Familia que es el concepto de

la libertad de iniciativa.

Para el tratadista Manuel Ossorio al definir a la autonomía, expresa lo siguiente:

“Estado y condición del pueblo que goza de entera independencia política. Condición

del individuo que de nadie depende en ciertos aspectos. Potestad de que, dentro del

Estado, pueden gozar municipios, provincias, regiones u otras entidades de él para

regir intereses peculiares de su vida interior, mediante normas y órganos de

Gobierno propios.”11

Por otra parte, el concepto antes indicado hace referencia de la autonomía de

carácter político, sin embargo, en el campo del derecho se habla de la autonomía de

cada una de las disciplinas jurídicas y para el efecto, se entiende por autonomía la

10
Kant, Immanuel. Critica de la Razón Pura. Madrid, España: Editorial Alfaguara, 1978. Pág. 123.
11
Ossorio, Manuel. Diccionario de ciencias jurídicas políticas y sociales. Buenos Aires: Editorial Heliasta,
2000. Pág. 2.
13

actividad desarrollada dentro de un proceso independiente de una rama del saber y

de esa cuenta, el Derecho de Familia ha sido analizado, estudiado y estructurado de

tal manera que en los tiempos presentes se ha caracterizado por ser una disciplina

propiamente dependiente del Derecho Civil y de allí, su importancia jurídica, social y

política.

Además, señala lo siguiente: “Consecuencias de orden patrimonial el estado de hijo

o de madre, los alimentos etc. y esas consecuencias patrimoniales también están

regulados por un estatuto. Cuando se encuentra con estos distintos estados de

familia vemos que el papel de la autonomía es mucho más restringida que en otras

áreas del Derecho Privado.”12

Las normas que rigen el estado de familia son normas de orden público que no

pueden ser derogadas por los particulares. Los derechos de familia o que surgen de

los estados de familia se caracterizan por ser irrenunciables.

Cuando se está hablando de que son irrenunciables: “No quiere decir que yo no

pueda por ejemplo, perder los derechos emergentes del Derecho de Familia, si

incumplo con las obligaciones que la ley me marca, por ejemplo patria potestad, la

misma se puede perder, limitar, pero no es consecuencia de un acto que se vincule a

un querer personal a que la ley contenga una limitación o la renuncia, sino que la ley

lo organiza como consecuencia de un incumplimiento de los deberes que tengo a mi

cargo.”13

No obstante, hay muchas situaciones que la ley prevé, que se pueda llegar a un

acuerdo de voluntades respecto de determinadas situaciones patrimoniales,

vinculadas al Derecho de Familia, que no implican una abdicación de los derechos ni

tampoco que los derechos sean o no inalienables, por ejemplo el Código Civil,

12
Ibíd. Pág. 2.
13
Ibíd. Pág. 3.
14

establece que en materia de alimentos, los mismos son irrenunciables, no obstante,

esta característica le permite acordar respecto de las pensiones alimenticias

atrasadas. Además, podrán sin embargo, compensarse, embargarse, renunciarse y

enajenarse dichas pensiones.

También hay otras disposiciones que: “Permiten a los padres acordar respecto de la

administración de los bienes de los hijos, y también en las capitulaciones

matrimoniales se establece que régimen matrimonial van a adoptar los cónyuges en

cuanto a los bienes de estos.”14

Dicho sistema en materia de sociedad conyugal solamente permite la modificación

del régimen durante la vigencia del matrimonio cuando existe un régimen de

comunidad a través de la separación judicial de bienes.

El estado de familia es imprescriptible, pero la norma establece que el ejercicio de la

acción está sometido a un plazo y que ese plazo sea de caducidad. En materia de

Derecho de Familia, le son inaplicables al estado de familia los elementos

accidentales del negocio jurídico. En consecuencia, las partes pueden por acuerdo

de voluntades someter un estado de familia al modo, plazo y condición.

Los aspectos y puntos de vista demuestran que si bien es una rama donde la

voluntad tiene en general un amplísimo marco para moverse y las normas que son

de orden público en general son al menos, en materia de Derecho de Familia, se

encuentra en una situación opuesta, las normas son en su mayoría de orden público,

inderogables por la voluntad de las partes y donde la autonomía queda constreñida

porque no se puede modificar los estados de familia salvo el derecho de iniciativa de

poder acceder a un determinado estatuto.

14
Ibíd. Pág. 4.
15

Durante mucho tiempo, se ha discutido mucho sobre cuál es la naturaleza del

Derecho de Familia, si constituye una rama del Derecho Privado o no, si en realidad

no se compadece más con el Derecho Público, en razón de restringir la autonomía

de los particulares.

1.5. Regulación legal

Durante el Gobierno del General Justo Rufino Barrios: “En su calidad de Presidente

de la República de Guatemala, emitió el Decreto número 176 del 8 de marzo de 1877

que aprueba y pone en vigencia el Código Civil guatemalteco, con lo que las

relacionadas disposiciones dejan de tener vigencia en Guatemala.” 15

1.5.1. Código Civil

Históricamente, el Libro I del Código Civil guatemalteco de 1877, comprende las

instituciones relacionadas con las personas, el matrimonio, la paternidad y filiación, la

legitimación, la adopción, la patria potestad, la emancipación, la tutela y las guardas;

estas formas fueron absorbidas del Derecho Español y Códigos Civiles extranjeros,

habiéndose propuesto la ampliación de algunas, ya creadas, o creando otras que no

existían.

Por la insuficiencia e ineficiencia las normas del Código Civil guatemalteco de 1877 y

las que fueron derogadas, modificadas y agregados, en 1932 se emitió un nuevo

Código Civil, donde se regulan las mismas instituciones del Código derogado, pues

lo único que se hizo fue aclarar conceptos y reducir espacios varios en las formas

instituciones de familia, persistiendo las anteriores.

15
Guerrero, Julián y Soriano de Guerrero, Lola. Derecho aborigen en Centro América y el Caribe. Managua,
Nicaragua: Editorial Managua, 1989. Pág. 106.
16

Sin tener una compleja justificación, el Código Civil de 1932 fue derogado en 1963

por el Decreto-Ley 106, en el cual lo que se estableció fue una depuración de lo que

contenía y agregar algunas disposiciones relacionadas con la familia y las personas

que se hallaban dispersas en otras leyes; pero sustancialmente, son sostenidas las

mismas normas de los anteriores Códigos y se regula en los siguientes Artículos 78 y

173:

Artículo 78. El matrimonio, una institución social. “El matrimonio es una institución

social por la que un hombre y una mujer se unen legalmente, con ánimo de

permanencia y con el fin de vivir juntos, procrear, alimentar y educar a sus hijos y

auxiliarse entre sí.”

Artículo 173. “La unión de hecho de un hombre y de una mujer con capacidad para

contraer matrimonio, puede ser declarada por ellos mismos ante el alcalde de su

vecindad o un notario, para que produzca efectos legales, siempre que exista hogar y

la vida en común se haya mantenido constantemente por más de tres años ante sus

familiares y relaciones sociales, cumpliendo los fines de procreación, alimentación y

educación de los hijos y de auxilio recíproco.”

1.5.2. Código Procesal Civil y Mercantil

El Código Procesal Civil y Mercantil, simultáneamente al Código Civil de 1877, se

emitió el Código de Procedimientos Civiles de la República, en el cual se instituyeron

algunas disposiciones procesales para el trámite de las cuestiones propias de la

familia que en el curso del tiempo fueron mejorados e insertadas en los Sistemas

Procesales Civiles posteriores: “Ley de Enjuiciamiento Civil y Mercantil y Código

Procesal Civil y Mercantil, ahora vigente en el que se tratan aspectos relativos a la


17

familia, como: el divorcio y separación, el reconocimiento de preñez y parto, ausencia

y otros.”16

1.5.3. Ley de Tribunales de Familia

Una de las cuestiones relacionadas con el Derecho de Familia de mucha discusión

en países de Europa y América es la posibilidad de atribuir a una jurisdicción

privativa o especializada el conocimiento de los asuntos que pertenecen al Derecho

de Familia. El criterio se inclinó por crearla y hoy existen, coexistiendo con los

órganos judiciales comunes, los Tribunales de Familia.

El espíritu de la Ley se encuentra en los considerandos que justifican su emisión,

trascendental para el derecho guatemalteco, porque señala no sólo la creación de los

Tribunales de Familia, Decreto-Ley 206 para conocer y resolver en todo los asuntos

relativos a la familia. Los considerandos de la Ley establecen: “Que la familia, como

elemento fundamental de la Sociedad, debe ser protegida por el Estado, mediante la

creación de una Jurisdicción posible la realización y aplicación efectiva de los

derechos tutelares que establecen las leyes”

“Que para la eficacia de esa protección al núcleo familiar, debe establecerse un

sistema procesal actuado e impulsado de oficio, con suficiente flexibilidad y

esencialmente conciliatorio;”

“Que las Instituciones de Derecho Civil que regulan lo relativo a la familia, de acuerdo

con una filosofía profundamente social, obliga al Estado a protegerla en forma

integral, por lo que es urgente e inaplazable instituir Tribunales Privativos de Familia.”

16
Guerrero, Julián y Soriano de Guerrero, Lola. Ob. Cit. Pág. 56.
18

Además, se establece lo siguiente: “Si la pretensión del Estado era proteger en forma

integral, urgente e inaplazable, al núcleo familiar, lo correcto era elaborar un

completo y total proceso de familia, apartado de cualquier injerencia del Proceso

Civil.”17

El Artículo 1 de la Ley enuncia que los Tribunales de Familia son instituidos para

conocer los asuntos relativos de familia y se aclara conceptualmente por el Artículo

8, en lo relativo a que la resolución de las cuestiones sometidas a la jurisdicción de

familia se rige por el Juicio Oral. Este tipo de juicio era el importante, urgente e

inaplazable, para convertirse en el instrumento por medio del cual fueran resueltos

los conflictos de intereses familiares. Sin embargo, el final fue otro, pues se insertan

además, los Procesos Civiles y formalismos engorrosos.

Como consecuencia de los defectos y errores insertos en la Ley de Tribunales de

Familia, la Corte Suprema de Justicia, se vio obligada a emitir su opinión

interpretativa y de aplicación de los preceptos relacionados con la familia, en

diversas disposiciones buscando de esta forma una administración de justicia

conforme a la demanda de la población Guatemalteca.

Por otra parte, es importante señalar que anteriormente solo se denominaban

Juzgados de Familia y posteriormente se modificó el nombre a juzgados de Primera

Instancia de Familia hasta la presente fecha.

Sin embargo, la tramitación de los procesos en los órganos jurisdiccionales de

familia, son múltiples y la Corte Suprema de Justicia a través del departamento de

planificación ha realizado los estudios correspondientes para implementar algunos de

ellos en aquellos lugares donde la demanda necesaria buscando no solo el acceso a

la justicia sino también la tutela judicial.

17
Castán Tobeñas, José. Ob. Cit. Pág. 51.
19

Finalmente, para efectos de la presente investigación es importante señalar que

durante muchos años el Código Civil como rama del Derecho Privado integró a

diversas instituciones del Derecho de Familia dentro del Libro I de dicho

ordenamiento jurídico. Sin embargo, hasta la presente fecha no existe una disciplina

jurídica autónoma que responda al Derecho de Familia sino que es estudiado y

regulado dentro del Libro I del Código Civil Vigente denominado de las personas y de

la familia.

Además, por la importancia jurídica y social se hizo referencia al antecedente

histórico del Derecho de Familia, así como, las principales definiciones planteadas

por autores nacionales y extranjeros, determinando su autonomía y citando algunas

disposiciones legales que se relacionan directamente con dicha disciplina jurídica.

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