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Complicaciones de las fracturas


de las extremidades en el adulto
P. Bonnevialle

El principal objetivo de la enumeración detallada de las numerosas complicaciones de las


fracturas de las extremidades del adulto es llamar la atención del traumatólogo para que
aplique las medidas preventivas adecuadas. El presente artículo expondrá una
descripción clínica y un procedimiento diagnóstico. A corto plazo, las complicaciones del
foco de fractura se relacionan de forma directa con el tratamiento aplicado: las más
destacadas son las parálisis postoperatorias, la infección, las dehiscencias y las necrosis
cicatrizales cutáneas, así como el síndrome compartimental. La embolia grasa con
repercusión pulmonar y neurológica aparece de forma casi exclusiva tras las fracturas de
la diáfisis femoral. Las complicaciones secundarias se producen en las primeras semanas;
se trata de las complicaciones tromboembólicas, la algodistrofia y, en las personas
mayores, la descompensación de las enfermedades asociadas, que causan una mayor
mortalidad. A largo plazo, las complicaciones de las fracturas consisten en los fracasos de
la osteogénesis (que provocan una seudoartrosis), la osteonecrosis en determinadas
localizaciones epifisarias, y la artrosis postraumática, cuya patogenia suele ser
multifactorial, pero en la que la intervención terapéutica (en su indicación y realización)
tiene un papel preponderante.
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Palabras Clave: Infección postoperatoria; Parálisis postoperatoria;


Síndrome compartimental; Embolia grasa; Accidentes tromboembólicos; Algodistrofia;
Osteonecrosis; Seudoartrosis; Artrosis postraumática

Plan actual de las fracturas es desfavorable, aunque no es el


caso. El conocimiento de los posibles riesgos secundarios
¶ Introducción 1 a las fracturas permite al traumatólogo modificar su
tratamiento y adoptar una actitud preventiva. El estudio
¶ Complicaciones inmediatas y precoces 2
cronológico de estas complicaciones impone su lógica al
En el foco de la fractura 2
excluir las lesiones no óseas simultáneas a la fractura
Complicaciones generales: embolia grasa 4
(lesión abierta, afectación neurológica, ruptura vascular),
¶ Complicaciones secundarias 5 que, de hecho, son traumatismos asociados. Se incluyen
Accidente tromboembólico 5 en el cuadro de una lesión pluritisular, en la que la
Complicaciones relacionadas con el terreno del paciente 5 ruptura de la continuidad esquelética sólo es uno de los
Síndrome algodistrófico 5 aspectos. Por el término de complicaciones precoces se
¶ Complicaciones tardías 5 entienden todas las alteraciones locales, regionales o
Riesgos de la consolidación 5 generales que se producen poco después de la fractura
Otras complicaciones tardías 10 (de las primeras horas a los primeros días). Están favo-
¶ Conclusión 11 recidas, e incluso inducidas, por el método terapéutico
aplicado, pero también por el carácter evolutivo del
propio traumatismo. Las complicaciones denominadas
secundarias aparecen en los primeros meses posteriores
a la fractura, por lo general antes de la consolidación.
■ Introducción Por último, las complicaciones tardías se producen más
allá de los períodos habituales de consolidación y
La enumeración y la descripción de las diversas agrupan todos los riesgos de la consolidación, así como
complicaciones podrían hacer creer que el pronóstico las consecuencias locorregionales del tratamiento.

Aparato locomotor 1
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■ Complicaciones inmediatas 12% tras el uso de una placa atornillada laterocorti-


cal [1]. La paráli-sis se relaciona sobre todo con una
y precoces tracción sobre el tronco nervioso durante su disección,
que es obligatoria cuando se decide aplicar una osteo-
síntesis (ya sea laterocortical o centromedular) y el
En el foco de la fractura paciente presenta una parálisis radial relacionada
directamente con el traumatismo. En caso de parálisis
Cada método terapéutico expone a complicaciones postoperatoria, lo normal es que se produzca la
específicas, que se deben detectar y prevenir en las horas recuperación neurológica en algunos meses. En el
y días posteriores a su aplicación. informe quirúrgico deben registrarse las dificultades de
reducción y las relaciones del tronco nervioso con el
Tras el tratamiento ortopédico material de osteosíntesis (Fig. 1). Cuando el propio
cirujano constate una complicación de este tipo tras su
Después del tratamiento ortopédico, la aparición de intervención, puede tranquilizar al paciente e indicarle
un desplazamiento secundario a la resolución del edema las modalidades de la recuperación en 3-6 meses.
es indicativo de una inestabilidad de la reducción de la Cuando el traumatólogo no haya operado personal-
fractura y muestra los límites del método. Un apoyo mente al paciente y le explore en segunda intención, no
intempestivo o una utilización intensa y poco razonable conocerá, a priori, el estado anatómico del nervio. En
de la extremidad pueden explicar también un desplaza- estas circunstancias, la ausencia del inicio de la recupe-
miento secundario. Este riesgo obliga a realizar un ración en el electromiograma realizado al final del
seguimiento periódico y atento de todas las fracturas primer mes debe hacer que se plantee una exploración
tratadas por medios ortopédicos. El desplazamiento y la del tronco nervioso y una intervención adecuada en
intensidad de su grado se determinan en las radiografías función de su aspecto macroscópico: neurólisis simple,
anteroposterior y lateral. Después de la 3.a-4.a semana, sutura terminoterminal, o injerto interfascicular con
este riesgo disminuye, porque en el foco de fractura se microscopio [2]. Aunque las osteosíntesis mediante placa
produce la primera etapa de la osteogénesis de natura- siguen siendo las que más parálisis radiales producen,
leza fibrocartilaginosa, lo que asegura una cierta estabi- los demás métodos de osteosíntesis no están exentos de
lización de los fragmentos. Pueden aparecer lesiones patogenias variables: transfixión durante la colocación
cutáneas por irritación compresiva de la férula de yeso, de las clavijas distales de un fijador externo humerohu-
lo que obliga a cambiar el sistema de inmovilización o meral, traumatismo directo por la barra de reducción o
a sustituirlo por otro método. por las cabezas de fresado durante un enclavado, mani-
pulaciones intempestivas de la reducción durante el
Tras el tratamiento quirúrgico enclavado centromedular.
En la extremidad superior, las parálisis posquirúrgicas
Parálisis postoperatoria
menos frecuentes pueden afectar al nervio axilar tras la
Después de la osteosíntesis puede observarse una osteosíntesis humeral proximal [3], al nervio cubital tras
parálisis postoperatoria: la más frecuente es la parálisis la osteosíntesis de la paleta humeral [4, 5] y al nervio
radial secundaria a la fijación mediante placa de una mediano tras la fijación de una fractura del extremo
fractura diafisaria humeral. La frecuencia de las distal del radio. En la extremidad inferior, el tronco del
parálisis radiales posterapéuticas se sitúa entorno al nervio ciático está expuesto durante la reducción y la
5%, considerando todos los métodos en conjunto, y al fijación de la pared posterior del acetábulo, y el nervio

Figura 1.
A. Fractura extraarticular humeral distal secundaria a una caída de esquí. Fractura cerrada, sin parálisis radial.
B, C. Control radiológico postoperatorio (proyección lateral) tras osteosíntesis por vía posterior mediante placa atornillada, radial no
disecado. Postoperatorio: parálisis radial sensitiva y motora completa.
D, E. Consolidación radiológica en el 4.° mes postoperatorio. Primeros signos de recuperación del nervio radial observados al 2.° mes,
recuperación completa al 6.° mes.

2 Aparato locomotor
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peroneo común durante las osteosíntesis femorales nunca es nulo, porque la barrera cutánea es atravesada
distales [6]. Con independencia de su localización, estas por el propio traumatismo o por la intervención quirúr-
complicaciones neurológicas deben prevenirse mediante gica [10]. En traumatología, las intervenciones se clasifi-
un control sistemático de cualquier elemento troncular can en función de este riesgo: la clase II (limpia)
nervioso situado en el trayecto quirúrgico, con más corresponde a las osteosíntesis de una fractura cerrada.
razón si ya presenta una parálisis simultánea a la La clase III (limpia contaminada) se define como la
fractura. fijación antes de pasadas 6 horas de una fractura abierta.
Otras lesiones neurológicas se relacionan con la Por último, la clase IV (contaminada) consiste en la
colocación del paciente en la mesa de operaciones: osteosíntesis de un traumatismo abierto o de cualquier
parálisis del plexo braquial después de una abducción fractura pasadas 6 horas. Los factores de riesgo inheren-
prolongada del hombro, o del nervio cubital en el tes al propio paciente [11, 12] favorecen la infección del
surco epitrocleoolecraniano. La propia mesa de opera- foco de fractura: edad avanzada (mayores de 65 años),
ciones origina estas complicaciones: durante el encla- obesidad (>20% del peso corporal), diabetes, tratamien-
vado femoral, un contraapoyo púbico mal protegido o tos inmunosupresores y desnutrición crónica. Este
una tracción excesiva de la extremidad causan paráli- último factor no es excepcional en las personas mayo-
sis del nervio pudendo, cuya repercusión es sobre todo res, que asocian carencias proteicas, cálcicas y
sensitiva, con hipo o anestesia de la región perineal [7]. vitamínicas.
El nervio peroneo común también puede comprimirse En la medida en que los pacientes reciben una
por el estribo de la mesa ortopédica durante el encla- profilaxis antibiótica sistemática, el diagnóstico de la
vado tibial o por una tracción intensa durante los infección suele diferirse: la manifestación clínica de la
esfuerzos de reducción. Las medidas preventivas infección es una complicación cicatrizal o la presencia
adecuadas deben permitir evitar estas complicaciones. de febrícula. Las alteraciones de los marcadores de
Aunque no tenga una traducción inmediata, el neu- laboratorio de infección (aumento de la velocidad de
roma postoperatorio de un nervio sensitivo subcutáneo sedimentación y de la concentración de proteína C
reactiva, neutrofilia, disminución de la prealbúmina)
debe prevenirse mediante una técnica quirúrgica rigu-
deben interpretarse en función de la proximidad a la
rosa. Las localizaciones más frecuentes son los ramos
intervención quirúrgica. El cuadro clínico con hiper-
sensitivos del radial en la parte dorsal de la muñeca y
termia, exudado purulento cicatrizal y alteración del
del nervio safeno en la región maleolar lateral: el
estado general es infrecuente. El aspecto visual de la
cirujano debe conocer su situación anatómica precisa.
herida quirúrgica es el mejor criterio de vigilancia
Complicaciones cutáneas posquirúrgica asociado a la valoración de la cantidad
y calidad del líquido de drenaje. Son signos muy
No se trata aquí de recordar las lesiones cutáneas que sospechosos de una cicatriz claramente inflamatoria
se producen a la vez que la fractura y que deben descri- un exudado seroso o hemático abundante después del
birse junto con las lesiones óseas, sino de estudiar su 3.er-4.° día y una colección no fistulizada subcicatrizal.
aspecto evolutivo posterapéutico. De entrada se realiza La necrosis cutánea de un colgajo conservado durante
un cierre con aposición de los bordes de forma urgente el cierre de una fractura abierta o tras una interven-
inmediata, o diferida para las lesiones cutáneas de los ción de cirugía plástica sólo puede deberse a una
tipos I, II y IIIA de Gustilo [8] tras un lavado y desbrida- causa isquémica o a una sobreinfección. En ese caso
miento cuidadosos. También está indicado aplicar un deben aplicarse todos los métodos diagnósticos: el
apósito graso, puncionar las flictenas, realizar un único criterio objetivo es el aislamiento del o de los
«curtido» de las dermoabrasiones en las fracturas cerra- microorganismos causantes de la infección. El cultivo
das de los tipos I y II de Tscherne y Gotzen [9]. Ya desde del drenaje y, sobre todo, el frotis del exudado cicatri-
el tratamiento inicial, una valoración inadecuada de la zal presentan demasiados riesgos de contaminación
vitalidad de los bordes cutáneos y un desbridamiento para afirmar la certeza de la infección. Asimismo, los
insuficiente pueden originar una necrosis seca más o marcadores de laboratorio de la inflamación son de
menos amplia, que exponga el material de osteosíntesis. poca utilidad, porque se alteran por la propia inter-
La necrosis se coloniza con rapidez por las bacterias vención quirúrgica. Por tanto, la mejor exploración
nosocomiales. La prevención de estas complicaciones sigue siendo la toma de una muestra in situ, realizada
pasa por una exploración inicial precisa realizada por un en el quirófano, en condiciones habituales de asepsia,
traumatólogo experto, y la renovación de los apósitos siguiendo el trayecto cicatrizal y/o evacuando una
bajo anestesia varias veces a la semana, asociada a posible colección. Por lo general, los microorganismos
desbridamiento si es necesario. responsables de la infección no son los agentes inicia-
Asimismo, puede producirse una pérdida de sustancia les: la contaminación traumática sirve de lecho a la
cutaneomusculoaponeurótica más amplia en las prime- infección nosocomial secundaria. Los microorganis-
mos causantes son los estafilococos dorados (en la
ras curas, lo que obliga a un sacrificio adicional de los
mayor parte de los casos resistentes a la meticilina),
tejidos blandos. En la práctica, el estado lesional cutá-
los estafilococos coagulasa negativos (que presentan
neo se establece en la mayoría de las ocasiones tras
varias resistencias a los antibióticos), Propionibacterium
varias curas, cuando la vitalidad de los tejidos es evi-
acnes, los estreptococos, etc. En las fracturas abiertas,
dente tras la limpieza espontánea o los desbridamientos
algunas circunstancias originan riesgos específicos de
sucesivos. La aparición de dermoabrasiones, e incluso de
infección por bacterias telúricas (Clostridium, gramnega-
escaras, bajo una férula de yeso se relaciona en la
tivos, etc.) o acuáticas. La prevención de la infección se
mayoría de los casos con un defecto técnico, una falta
basa en un lavado y un desbridamiento iniciales riguro-
de vigilancia o una cierta falta de cumplimiento de las
sos, repetidos ante la menor duda, y un cierre mediante
recomendaciones por parte del propio paciente.
sutura si los bordes cutáneos están sanos, o secundario
mediante una intervención de cirugía plástica. La
Infección
profilaxis antibiótica se ha convertido en un elemento
La complicación postoperatoria más temida es la obligatorio: en las fracturas cerradas y abiertas de tipo I
infección. El riesgo infeccioso del lecho quirúrgico de Gustilo, se basa en una cefalosporina de 1.a o 2.a

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generación, administrada en un ciclo breve de 48 horas. significativo de hiperpresión en los compartimentos.


En las lesiones de los tipos II y IIIA, se recomienda De hecho, no es necesario realizar un fresado conside-
asociar una cefalosporina y un aminoglucósido durante rable del conducto medular para obtener la estabilidad
un período más prolongado. En las fracturas abiertas de del montaje, que depende sobre todo del bloqueo. La
tipo IIIC, la contaminación hace necesaria la antibioti- utilización de un clavo no fresado y de menor diáme-
coterapia, orientada por los microorganismos obtenidos tro sigue siendo la solución de seguridad. En presencia
in situ, adecuada a las necesidades, e interrumpida tras de un síndrome compartimental simultáneo a una
la certeza de la esterilización local. fractura de la pierna, el enclavado está contraindicado
por la mayoría de los autores y es obligatorio recurrir
Síndrome compartimental a la fijación externa; ésta no exime en modo alguno
La descripción histórica de esta entidad corresponde de realizar aponeurotomías, que son una intervención
a Volkmann, después de una fractura supracondílea del obligatoria y urgente.
codo tratada mediante reducción ortopédica y mante-
nida en flexión intensa. El síndrome compartimental
postraumático es una isquemia parcial locorregional que
Complicaciones generales: embolia
predomina en las masas musculares y que produce una grasa
necrosis irreversible [13, 14]. Las fracturas diafisarias del
esqueleto de la pierna son las más expuestas a esta La embolia grasa agrupa un conjunto de manifesta-
complicación, que se inicia tras el traumatismo. El ciones clínicas, de laboratorio y radiológicas secundarias
aumento de la presión en los compartimentos muscula- a la obstrucción de la red microcirculatoria pulmonar y
res se relaciona con el hematoma de la fractura y el a la migración sistémica de gotitas lipídicas procedentes
edema postraumático: cuando la presión supera un de un foco de fractura. El síndrome de embolia grasa se
umbral crítico, el flujo sanguíneo de la microcirculación produce sobre todo tras las fracturas de la pelvis y de las
es insuficiente para asegurar las necesidades metabólicas, diáfisis voluminosas, como las de la tibia y, sobre todo,
tras lo que se produce un edema celular isquémico que del fémur. Estas diáfisis asocian una abundancia lipídica
agrava por sí mismo la situación. Los compartimentos de la médula ósea y una abundante red venosa periós-
musculares que rodean el esqueleto de la pierna están tica y endomedular. Su patogenia no se conoce por
cerrados y son relativamente herméticos, lo que explica completo y aún existen controversias: aparte de la
que este síndrome se encuentre sobre todo tras las obstrucción mecánica de los capilares venosos perióseos,
fracturas diafisarias o metafisarias proximales de la tibia, existen trastornos del metabolismo enzimático que
aunque también es posible tras una fractura del fémur participan en estos fenómenos [19-21] . De hecho, la
o del antebrazo. embolización de lípidos hacia los capilares pulmonares,
Se trata de una urgencia diagnóstica y terapéutica las alteraciones del metabolismo de los ácidos grasos
que obliga a realizar aponeurotomías descompresivas circulantes y de la coagulación son fenómenos constan-
en las horas posteriores a su aparición. Pasado ese tes y precoces tras las fracturas diafisarias femorales. La
tiempo, las lesiones son irreversibles y las secuelas repercusión pulmonar es variable, y se relaciona con la
musculares y neurológicas son constantes. Debe cuantía de las embolias y con la capacidad pulmonar de
pensarse en un síndrome compartimental y buscarse filtrarlas. Esta función puede alterarse por el trauma-
de forma sistemática en el seguimiento inmediato de tismo. Mediante cortocircuitos arteriovenosos pulmona-
una fractura del esqueleto de la pierna tras un trau- res, los émbolos lipídicos pasan a la circulación arterial
matismo de alta energía y/o cuando una compresión y migran al cerebro. La embolia grasa, exclusiva de los
excesiva haya afectado durante varios minutos el adultos jóvenes, está favorecida por el shock hipovolé-
segmento fracturado. Los signos más sugerentes son mico, un traslado incómodo sin inmovilización de la
un dolor de intensidad anómala y una tensión dolo- extremidad, el politraumatismo y una osteosíntesis
rosa de los compartimentos musculares, exacerbado tardía.
por la distensión pasiva de los músculos pertenecien- Su expresión clínica es variable, y oscila desde una
tes al compartimento sometido a tensión. Estos sínto- simple modificación gasométrica a una dificultad
mas de alarma pueden enmascararse cuando, en el respiratoria con coma, que puede ser mortal en un
postoperatorio, se aplica al paciente un bloqueo cuadro de politraumatismo o añadirse a otras lesiones
troncular analgésico (técnica cuya indicación debe viscerales. El diagnóstico se basa en una serie de
discutirse con el equipo de anestesia). La medición de argumentos clínicos, de laboratorio y radiológicos en
la presión intramuscular en los compartimentos de la el contexto especial de una fractura de un hueso
pierna es un procedimiento obligatorio ante la menor voluminoso, en especial en un paciente polifractu-
duda diagnóstica. La aponeurotomía se realiza cuando rado. Por tanto, tras una fractura diafisaria femoral,
la presión supera los 40 mmHg y/o la diferencia con cualquier alteración injustificada de la conciencia y
la presión diastólica es inferior a 30 mmHg [15-17]. La cualquier dificultad respiratoria deben hacer pensar en
medición de las presiones es una técnica rápida y una embolia lipídica en los primeros días posteriores
repetible: en la actualidad se dispone de sensores al traumatismo. La presencia de petequias, las modifi-
especiales de fácil utilización y deben formar parte de caciones gasométricas y las imágenes radiológicas de
cualquier quirófano de urgencias traumatológicas. Tras síndrome alveolar difuso confirman el diagnóstico
una fractura de la pierna, deben tenerse en cuenta (criterios de Gurd). A veces, el cuadro neurológico y
otros factores favorecedores del síndrome comparti- pulmonar se establece con mucha rapidez desde las
mental: durante el enclavado centromedular, cada primeras horas, lo que obliga a una ventilación asis-
paso de la cabeza de fresado aumenta la presión en los tida mediante intubación o traqueotomía.
compartimentos de la pierna. Unas condiciones técni- En la actualidad, no existe un tratamiento directo y
cas adecuadas permiten dominar esta hiperpresión [18]: eficaz de esta embolia grasa una vez producida: en
perfil de la cabeza, velocidad de paso, diámetro del cambio, se conocen las medidas preventivas. El fresado
sistema de transmisión flexible, etc. La fuerza de se ha responsabilizado como iniciador e incluso como
tracción ejercida durante la reducción es un factor agravante de la migración embólica: su realización debe

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seguir unas reglas técnicas estrictas, lo que disminuye de a la marcha, su estado psíquico y su dependencia
forma considerable la intensidad y la gravedad de la social, que se refleja sobre todo por el lugar en el que
embolia [18]. La realización de una ecografía cardíaca vive.
transesofágica peroperatoria ha permitido demostrar
estas embolias durante el fresado [22], y en ella se basa
la monitorización del enclavado con fresado en un Síndrome algodistrófico
contexto de embolia grasa. En este caso, una vez más,
debe recomendarse un enclavado con un fresado Las fracturas pueden complicarse con un síndrome
mínimo, de forma que la parte esencial de la estabilidad algodistrófico, debido a una alteración del sistema
del montaje se base en el bloqueo proximal y distal. En neurovegetativo. Este síndrome, cuyas manifestaciones
caso de embolia grasa precoz en un paciente con un son locorregionales, asocia, en grados diversos, dolor,
politraumatismo grave y compromiso vital, la fijación rigidez articular e inflamación local. Se produce después
externa permite una estabilización rápida de las fractu- de una fractura de la parte distal de las extremidades,
ras, sin efecto perjudicial sobre la función sobre todo de la muñeca, del carpo, de la mano y del
respiratoria [23]. tobillo. Los factores favorecedores indiscutibles son un
carácter psicosomático especial y una inmovilización
prolongada.

■ Complicaciones secundarias Los síntomas aparecen en las semanas posteriores a la


fractura. El diagnóstico tiene una dificultad variable. Es
sencillo cuando todos los síntomas clínicos coinciden
tras una fractura que, además, evoluciona de forma
Accidente tromboembólico favorable. La zona de la fractura y todo el segmento
El empleo de anticoagulación es sistemático tras próximo de la extremidad presentan un aspecto infla-
una fractura de la extremidad inferior. El tratamiento matorio con un trastorno trófico cutáneo; el dolor es
ortopédico mediante inmovilización con yeso expone intenso y de predominio nocturno. La radiografía
en especial a esta complicación. Las heparinas de bajo muestra una descalcificación regional del hueso fractu-
peso molecular (HBPM) son sencillas de usar, se rado y del esqueleto vecino, que afecta a las articulacio-
controlan con facilidad y sus efectos iatrogénicos son nes proximal y distal. Su aspecto es característico, con
muy excepcionales. Las HBPM están indicadas durante microgeodas epifisarias en el seno de un intenso borra-
el período de no apoyo e incluso después en caso de miento de la trama esponjosa (denominado aspecto
factores de riesgo asociados (obesidad, varices, trata- «moteado»). La gammagrafía muestra una intensa
miento anticonceptivo, antecedentes de flebitis). La captación que sobrepasa en gran medida la zona del
movilización inmediata, la deambulación con o sin foco; el marcador se capta también por las articulaciones
apoyo y el empleo de medias compresivas son otras proximal y distal de la misma extremidad. El diagnós-
medidas preventivas que limitan la aparición de una tico es más difícil cuando el foco de fractura no evolu-
flebitis sural y la migración embólica pulmonar. Las ciona de forma favorable y se hace sintomático debido
fracturas de la pierna son las responsables más fre- a un retraso de la consolidación o, sobre todo, de una
cuentes de esta complicación. La prevención terapéu- infección tórpida.
tica no protege por completo de una trombosis Aparte de las medidas preventivas (tratamiento neu-
venosa. Esta medida modifica la sintomatología: una rosedante y movilización precoz), el síndrome algodis-
tensión dolorosa de la pantorrilla, un edema locorre- trófico, una vez instituido, responde a un tratamiento
gional, o el dolor con la flexión dorsal del tobillo son sintomático y a una fisioterapia varias veces a la
difíciles de interpretar en los primeros días del posto- semana; la calcitonina es un tratamiento controvertido
peratorio. El diagnóstico se basa en la ecografía en esta indicación. El trastorno evoluciona a lo largo de
Doppler, cuyas indicaciones deben ser numerosas, varios meses antes de que desaparezcan el dolor, los
debido a su carácter no invasivo y sobre todo si el síntomas inflamatorios y la descalcificación. Sólo la
paciente presenta factores de riesgo. pérdida de las amplitudes articulares puede persistir e
interferir en el resultado.

Complicaciones relacionadas con


el terreno del paciente
■ Complicaciones tardías
Cuando se produce una fractura, puede descom-
pensarse un trastorno crónico: delirium tremens en un
alcohólico crónico, crisis de agitación por abstinencia
Riesgos de la consolidación
en caso de drogadicción o desequilibrio glucémico en
un diabético insulinodependiente. Las complicaciones Seudoartrosis
relacionadas con la situación basal del paciente son
frecuentes y preocupantes en las personas mayores. La ausencia de un callo de unión indoloro después
Aparecen sobre todo después de las fracturas de la de un período normal define la seudoartrosis. Suele
parte proximal del fémur, pero también de otras hablarse de retraso de la consolidación antes del final
lesiones traumáticas (parte proximal del húmero, del 6.° mes y de seudoartrosis después. De hecho, es
aplastamiento vertebral, etc.) Esta mayor morbilidad el fracaso comprobado y definitivo de la osteogénesis
se acompaña a su vez de una mayor mortalidad [24]. La de reparación lo que diferencia la seudoartrosis del
mortalidad perioperatoria ha sido la más estudiada: en retraso de consolidación. Ninguna de las localizacio-
las fracturas cervicales y trocantéreas, se sitúa en el nes de las fracturas está a salvo de esta complicación
4-8%. Las causas de fallecimiento son, por orden de tardía, incluso aunque el tejido esponjoso sea más
frecuencia, las neumopatías, las insuficiencias cardía- apto para la consolidación. Los factores favorecedores
cas y los accidentes cerebrovasculares. Los factores son múltiples y suelen asociarse. El tabaquismo es un
predictivos de la mayor mortalidad son la edad, el factor favorecedor indiscutible: este nuevo concepto
sexo masculino, la presencia de comorbilidad anterior debe destacarse al paciente y el traumatólogo debe
a la fractura, el estado funcional del paciente respecto convencerle de que deje de fumar [25]. La conminu-

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El aspecto clínico de una seudoartrosis es variable,


y oscila de una movilidad considerable del foco a un
simple dolor mecánico al someter a carga o movilizar
el segmento óseo. La presencia de un material de
osteosíntesis modifica la sintomatología al mantener
un cierto grado provisional de rigidez al hueso. La
ruptura de un implante o su desplazamiento son
signos casi patognomónicos de seudoartrosis: la
ausencia de consolidación somete a los implantes a
tensiones repetidas que superan los límites de su
solidez mecánica y de su adhesión al hueso. La semio-
logía radiológica del foco de seudoartrosis adopta dos
aspectos, con independencia del tipo de tratamiento
aplicado. La seudoartrosis se denomina atrófica
cuando no existe callo: los trazos de fractura son
visibles con la misma nitidez que al principio del
tratamiento y los extremos diafisarios aparecen un
poco afilados y osteoporósicos. La osteogénesis está
completamente ausente. A la inversa, el aspecto
radiológico de una seudoartrosis denominada hiper-
trófica se caracteriza por un callo circular voluminoso,
pero sin unión. La osteogénesis es eficaz, pero la falta
de estabilidad y de inmovilización del foco han
impedido que tenga una eficacia mecánica. Su demos-
tración requiere a veces que se complemente con
pruebas de imagen: radiografías convencionales en
diversas proyecciones oblicuas, tomografías clásicas o,
mejor aún, TC en cortes transversales, en las que los
aparatos más recientes minimizan los artefactos
relacionados con la presencia del material metálico, lo
que permite demostrar la ausencia de callo que una el
foco.
Las seudoartrosis diafisarias son más frecuentes
después de lesiones conminutas o muy abiertas.
Algunas localizaciones de las fracturas están más
expuestas: tibial distal, zona interfemoral subtrocante-
riana. La insuficiencia de inmovilización y la persis-
tencia de una separación de los fragmentos de varios
milímetros son los errores terapéuticos que suelen
Figura 2. encontrarse tras el tratamiento ortopédico. La ausencia
A. Fractura diafisaria humeral sin parálisis radial asociada a una de estabilidad del foco, en especial en torsión, o una
fractura del tubérculo mayor. reducción imperfecta exponen a la seudoartrosis tras
B. Enclavado centromedular con defectos técnicos (reducción el tratamiento quirúrgico. Tras la osteosíntesis siempre
incompleta, distracción del foco, bloqueo insuficiente) que pro- debe sospecharse una sobreinfección, sobre todo si la
voca una seudoartrosis.
fractura era abierta inicialmente, y si la osteosíntesis
C. Resultado favorable del tratamiento de la seudoartrosis me-
ha sido larga y laboriosa. La aplicación obligatoria de
diante placa lateral y compresión, tras neurólisis del radial, antes
de la decorticación, con autoinjerto esponjoso.
profilaxis antibiótica modifica el cuadro clínico de la
infección que sólo se manifiesta en forma de signos
inflamatorios locales discretos y como modificaciones
leves de los marcadores de laboratorio. En especial en
ción de la fractura, la abertura del foco y las lesiones las sobreinfecciones por estafilococos coagulasa nega-
de los tejidos blandos que rodean la fractura son tivos, muy difundidos en la actualidad, los cuadros
factores de seudoartrosis. Con independencia del son tórpidos y casi asintomáticos. Debe pensarse de
método terapéutico, cualquier defecto de reducción forma sistemática en la infección ante una seudoar-
y/o separación de los fragmentos o cualquier movili- trosis demostrada o en caso de una consolidación
dad del foco interfieren con la osteogénesis (Fig. 2). En retrasada respecto a los plazos habituales. El contexto
función del método aplicado, algunas tensiones mecá- clínico a veces es sugestivo: febrícula postoperatoria
nicas aplicadas al foco son favorables (e incluso se busca persistente e inexplicada, complicaciones cicatrizales,
su presencia) para la consolidación.: durante un trata- exudados serosos prolongados. Una reacción perióstica
miento ortopédico mediante fijación endomedular, las intensa proximal y distal al foco es un argumento
tensiones verticales compresivas inducen la osteogéne- radiológico a favor de una seudoartrosis séptica.
sis. En cambio, tras la fijación directa con placa, en Cualquier seudoartrosis operada debe incluir varias
especial de tipo diafisario, la fijación debe tener una muestras bacteriológicas e histológicas sistemáticas en
rigidez máxima. En algunas fracturas epifisarias, la busca de una infección tórpida.
ruptura del pedículo vascular epifisario hace que el En el tratamiento de una seudoartrosis comprobada
potencial osteogénico de reparación sea aleatorio: y donde se haya confirmado el carácter séptico deben
seudoartrosis y osteonecrosis muestran una relación tenerse en cuenta numerosos elementos: presencia de
íntima. Esto sucede sobre todo en las fracturas del cuello material roto, desplazamiento del foco, error terapéu-
femoral y del escafoides carpiano. tico manifiesto, localización diafisaria o epifisometafi

6 Aparato locomotor
Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto ¶ E – 14-642

Figura 3.
A, B. Fractura supramaleolar cerrada tratada mediante placa con tornillos. Control de la
consolidación (proyección anteroposterior).
C. Control tras la retirada del material. Apoyo diferido a la 3.a semana.
D, E. Fractura repetida al 2.° mes tras la retirada del material. Proyección anteroposterior.
F, G. Tratamiento de la fractura repetida mediante injerto intertibioperoneo sin osteosíntesis;
inmovilización mediante bota de yeso durante 3 meses sin apoyo. Apoyo doloroso, que indica un
fracaso de la fusión.
H. Enclavado con foco cerrado mediante fresado y montaje estático. Apoyo inmediato. Conso-
lidación.

saria del foco. Su tratamiento requiere un aporte óseo necesario esperar el clásico período de 6 meses. El
autólogo para reactivar la osteogénesis y una osteosín- carácter parcial y, sobre todo, no evolutivo de los
tesis estable del foco [26]. No obstante, una seudoartro- signos de osteogénesis radiológica en las sucesivas
sis hipertrófica requiere esencialmente una radiografías de control debe hacer que se reconsidere
estabilización del foco mediante un montaje rígido, la actitud terapéutica respecto a la fractura y pasar de
mientras que una seudoartrosis atrófica necesita un la actitud expectante a la acción.
injerto y un montaje rígido. El injerto de hueso
esponjoso ilíaco asegura a la vez el relleno del foco y Osteonecrosis
aporta las proteínas inductoras de la osteogénesis. Si
se cumplen ciertas condiciones, la simple inyección de La osteonecrosis postraumática es secundaria a la
médula ósea en el foco [27] o de proteínas inductoras destrucción total o parcial de la vascularización
recombinantes [28] es capaz de hacer que se consolide epifisaria por la fractura; esta interrupción se produce
una seudoartrosis. Algunas técnicas más sofisticadas, en los puntos de penetración endoósea o del trayecto
pero cuyas posibilidades son limitadas, permiten capsular. Debido al carácter terminal de la microcircu-
aportar un injerto óseo vascularizado [29]. En la extre- lación arterial, estas lesiones provocan una necrosis
midad inferior, el enclavado centromedular bloqueado epifisaria irreversible y con mucha frecuencia inte-
con fresado, y con apoyo precoz que induzca tensio- rrumpen la osteogénesis de reparación. Las fracturas
nes mecánicas verticales, ha demostrado su eficacia epifisarias más expuestas a esta complicación son las
(Fig. 3); en la tibia, el enclavado debe acompañarse de de los cuellos femoral, radial y humeral, y en menor
una osteotomía peronea, porque la consolidación de grado las del astrágalo y del escafoides carpiano [31, 32].
este hueso desvía las tensiones compresivas. En la Por tanto, esta complicación es muy previsible en
extremidad superior, se recomienda la asociación de función de la cuantía del desplazamiento inicial y de
autoinjerto de hueso esponjoso ilíaco y el uso de una la situación precisa del foco de fractura respecto al
placa [30]. pedículo vascular que asegura la irrigación epifisaria.
La repercusión clínica de una seudoartrosis diafisaria De este modo, para cada una de las principales loca-
es de tal magnitud que obliga a tratarla de forma lizaciones de las fracturas se han desarrollado clasifi-
quirúrgica y, además, de forma precoz, sin que sea caciones con un objetivo de pronóstico vascular que

Aparato locomotor 7
E – 14-642 ¶ Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto

Figura 4.
A. Fractura transcervical con desplazamiento en varo de tipo Garden III.
B. Reducción de urgencia (menos de 6 h) en una mesa ortopédica. Control de la reducción
(proyección anteroposterior).
C. Control radiológico al 4.° mes. Consolidación.
D, E. Control radiológico al 10.° mes. Osteonecrosis del polo superior.

permita evaluar el riesgo de necrosis, basado en el pero de volumen anómalo, es evidente en seguida en las
trayecto preciso del trazo de fractura y de la intensi- radiografías de control. Esta complicación se encuentra
dad del desplazamiento (Fig. 4). sobre todo tras las fracturas diafisarias tratadas de forma
La osteonecrosis aparece en el mes posterior a la ortopédica o tras un enclavado con fresado. Las conse-
fractura epifisaria o metafisoepifisaria. Se manifiesta cuencias clínicas de este callo son variables, o bien sólo
como fenómenos dolorosos y una pérdida de las estéticas o a veces funcionales, con repercusión sobre las
amplitudes articulares. Cuando se asocia a una seu- amplitudes de la articulación próxima. Los traumatis-
doartrosis, contribuye a la semiología clínica dolorosa mos craneales graves o un período prolongado con
y al déficit de movilidad. El diagnóstico es, ante todo, ventilación asistida son, en ocasiones, factores de callos
radiológico; la epífisis aparece condensada y pierde hipertróficos. Los principales ejemplos son: un callo
con rapidez su volumen, con deformación de la inestético, pero sin otras consecuencias clínicas, una
superficie articular por hundimiento del hueso sub- fractura mediodiafisaria de la clavícula tras un trata-
condral. El estudio mediante resonancia magnética no miento conservador [36], o la osteogénesis voluminosa
es de utilidad en presencia de material metálico. Esta
mediodiafisaria tras una fractura femoral, responsable de
semiología es difícil de demostrar en ocasiones, debido
adherencias del cuádriceps que limitan la flexión de la
a la presencia del material de osteosíntesis. En la
rodilla (Fig. 7). La indicación quirúrgica se basa en la
práctica, suele ser el proceso inverso el que debe
realizarse y buscar la osteonecrosis, en presencia de intensidad de los síntomas objetivos.
una seudoartrosis o de un retraso de la consolidación Las osificaciones ectópicas o paraosteopatías calcifi-
durante el control de una fractura epifisaria o metafi- cantes son focos de metaplasia ósea intramuscular o
soepifisaria. En la extremidad superior, la osteonecro- paraarticular en la zona próxima a un foco de frac-
sis sólo afecta durante un período prolongado a la tura. Los factores favorecedores son los mismos que
epífisis fracturada (Fig. 5); en la extremidad inferior, los previos: coma prolongado o período con ventila-
evoluciona con rapidez hacia una artrosis difusa por ción asistida. La repercusión también es variable. Las
alteración de la superficie articular opuesta. localizaciones glúteas de estas osificaciones tras las
Cuando esta complicación parece inevitable en el fracturas acetabulares pueden ser totalmente asinto-
análisis del estudio radiológico inicial, está justificado máticas o repercutir en las amplitudes coxofemora-
realizar una artroplastia de urgencia [33-35]. les [37]. Sucede lo mismo con las sinostosis
radiocubitales tras las fracturas antebraquiales [38] .
Osificación hipertrófica y ectópica La resección de la osificación sólo se plantea cuando
ha finalizado su evolución, tras varios meses,
La osteogénesis de la fractura puede revelarse más con una atenuación o una extinción de la captación
intensa de lo habitual, lo que produce un callo hiper- gammagráfica. Las dificultades anatómicas son
trófico (Fig. 6). La formación de este callo de unión, graves en ocasiones; el riesgo de recidiva es signi-

8 Aparato locomotor
Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto ¶ E – 14-642

Figura 5.
A. Fractura cefalotuberositaria conminuta con un desplazamiento moderado del cuello humeral.
B, C. Reducción con foco cerrado y enclavado en palmera a partir de la V deltoidea (técnica de Kapandji). Control postoperatorio
(proyección anteroposterior).
D. Osteonecrosis cefálica surgida el 2.° año.
E. Artroplastia cefálica.

Figura 6.
A. Control al 3.er mes (proyección lateral) de una fractura conminuta distal del húmero. Inicio de un callo hipertrófico tras enclavado con
foco cerrado.
B. Radiografía de la consolidación completa.
C, D. Control tras la retirada del material (proyección lateral). Callo hipertrófico sin repercusión sobre la movilidad del codo. Problema
estético muy discreto.

Aparato locomotor 9
E – 14-642 ¶ Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto

Figura 7.
A. Fractura en cuña de torsión del fémur izquierdo en el
cuadro de un politraumatismo.
B. Control radiológico (proyección anteroposterior) al 4.°
mes de una intervención mediante enclavado centrome-
dular con bloqueo estático.
C. Callo considerado insuficiente en la cortical interna:
dinamización proximal y distal; apoyo permitido.
D. Control al 4.° mes tras la dinamización; callo hipertró-
fico con discreta limitación de la flexión activa de la rodilla.
E. Control mediante TC de la longitud y de la torsión tibial
de las fracturas de ambas diáfisis femorales: no existe una
diferencia notable de estos dos criterios.

ficativo, a pesar de la administración de antiinflama- Callo vicioso


torios y de radioterapia locorregional.
La consolidación completa del foco diafisario que
perpetúa uno o varios desplazamientos elementales
Otras complicaciones tardías iniciales define un callo vicioso. Esta complicación es
más frecuente tras el tratamiento ortopédico; las
Rigidez articular osteosíntesis, en especial las centromedulares con foco
La pérdida de amplitudes articulares tras una frac- cerrado, pueden provocarlo, sobre todo en el plano
tura se debe a mecanismos variables y a menudo horizontal [39]. El callo vicioso es consecutivo a un
asociados. Tras una fractura epifisaria o metafisaria, defecto inicial de reducción o a un desplazamiento
cualquier callo vicioso óseo o cartilaginoso altera la secundario. La reducción imperfecta del foco es un
fisiología articular y suprime los grados extremos de defecto terapéutico o una libertad que se concede el
movilidad. Otros elementos patológicos pueden inter- traumatólogo, con total conocimiento de causa [40, 41].
venir: retracción capsular tras algodistrofia o inmovi- La repercusión inmediata y a largo plazo de un callo
lización prolongada en posición no fisiológica, callo vicioso se relaciona de forma íntima con su localiza-
vicioso hipertrófico, osificación ectópica y pérdida de ción anatómica y con su grado cuantitativo. La distin-
sustancia cartilaginosa postraumática (Fig. 8). ción entre callo vicioso diafisario y metafisoepifisario

10 Aparato locomotor
Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto ¶ E – 14-642

especial mediante TC, que es el único método capaz


de demostrar un trastorno de torsión asociado a una
anomalía frontosagital. La decisión de corrección
mediante osteotomía depende de este análisis cuanti-
tativo, de la repercusión articular del callo vicioso y de
la edad del paciente (Fig. 9).

Artrosis postraumática
Todas las fracturas epifisarias presentan un riesgo de
aparición de una artrosis postraumática. Suele ser
multifactorial. En primer lugar, cualquier defecto de
reducción de la superficie articular representa un
reclamo inevitable para una artrosis postraumática
evolutiva. Debido a la deformación de la superficie
epifisaria por hundimiento del hueso subcondral,
sucede lo mismo con la osteonecrosis. Al callo vicioso
y a la osteonecrosis, debe añadirse la contusión del
cartílago como factor de aparición: de este modo, a
pesar de una reducción anatómica y de una consoli-
dación completa, la necrosis condrocítica amplia
puede ser la única causa de una artrosis tras una
fractura articular; este concepto se encuentra sobre
todo en las epífisis sometidas a carga (Fig. 10).
La artrosis postraumática tras una fractura diafisaria
es secundaria a un callo vicioso considerable y se
produce sobre todo en la extremidad inferior. Al
alterar la distribución de las tensiones mecánicas sobre
las superficies articulares de la rodilla o del tobillo, los
callos viciosos angulares de las diáfisis femorales y
tibiales producen artrosis a largo plazo [42, 43]. En el
caso del fémur, la repercusión es más precoz cuando
la angulación diafisaria se localiza cerca de la rodilla:
por encima de los 10° de varo diafisario femoral, la
evolución a artrosis es segura. Los callos viciosos en el
plano sagital se toleran mejor cuando aparecen de
Figura 8.
A. Fractura supra e intercondílea conminuta de la paleta
forma aislada; si se asocian a una desviación en varo
humeral. o en valgo, acentúan la repercusión articular. Los
B. Osteosíntesis mediante doble placa posterior tras miotomía callos viciosos angulares distales de la diáfisis tibial
del tríceps. modifican la horizontalidad de la interlínea tibioastra-
C. Consolidación con un tope anterior que limita la flexión. galina, lo que origina una degeneración artrósica
D. Resección ósea con artrólisis anterior y posterior; movilización (Fig. 9). Por último, para ambas diáfisis, debe tenerse
inmediata con artromotor; recuperación de las amplitudes. en cuenta el componente horizontal de la deforma-
ción que suele estar presente. La prevención de la
artrosis tras una fractura diafisaria se basa en una
reducción tridimensional casi anatómica, y el trata-
es fundamental. De este modo, tras una fractura de la
miento, en caso de callo vicioso constituido, lo hace
diáfisis humeral, un callo vicioso con torsión, angular
en una osteotomía (Fig. 11).
o un acortamiento tienen poca o ninguna repercusión
funcional cuando se toman en conjunto, y no sobre-
pasan los 20° o 10° en caso de asociación multidirec-
cional. Los callos viciosos de los huesos antebraquiales ■ Conclusión
se toleran mal y repercuten en la pronosupinación: la
reducción debe ser anatómica, lo que implica que será
A pesar de la larga y exhaustiva lista de las complica-
quirúrgica. En la extremidad inferior, los callos vicio-
ciones generales y locales, las fracturas de las extremi-
sos más frecuentes son los acortamientos que provo-
dades siguen teniendo un buen pronóstico gracias a los
can cojera y una postura escoliótica. Una desigualdad
considerables progresos técnicos recientes que se han
inferior a 1 cm tiene pocas consecuencias clínicas. Si
es superior a 1 cm, la corrección es obligatoria, porque realizado no sólo en la osteosíntesis, sino también en el
repercute en el equilibrio raquídeo. En los acorta- tratamiento pluridisciplinar del paciente traumatizado.
mientos extensos, superiores a 4 cm, se plantea una Los avances han tenido lugar en las técnicas de imagen,
intervención quirúrgica para igualar las extremidades. en especial con la generalización de la tomografía
Los callos viciosos angulares frontales y/o sagitales de computarizada en cortes transversales, así como en la
las diáfisis femorales y tibiales repercuten a largo plazo anestesia-reanimación: control de los desequilibrios
sobre las articulaciones distales, al inducir un defecto hidroelectrolíticos, de las hemorragias, de la enfermedad
de la distribución de las tensiones. Este posible riesgo tromboembólica y del dolor postoperatorio. Ello no
evolutivo se asocia a la repercusión clínica inmediata: quita que el traumatólogo deba seguir prestando aten-
anomalía estética, desigualdad de longitud y trastor- ción al seguimiento de cualquier paciente con una
nos de la marcha. La valoración de un callo vicioso fractura, para asegurar una recuperación rápida de sus
diafisario se basa en un estudio radiológico preciso, en funciones de locomoción.

Aparato locomotor 11
E – 14-642 ¶ Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto

Figura 9.
A, B. Fractura diafisaria distal de la tibia por caída de esquí, fijada mediante doble enclavado proximodistal con foco cerrado. Radiografías
del foco durante la consolidación (proyección anteroposterior).
C. Aspecto clínico del callo vicioso en rotación externa de la parte distal de la tibia.
D. Estudio mediante TC en el que se aprecia un exceso de rotación de 18°.
E, F. Osteotomía en el callo con fijación mediante enclavado con bloqueo estático. Apoyo inmediato. Consolidación adquirida al 2.° mes:
control anteroposterior y lateral.

12 Aparato locomotor
Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto ¶ E – 14-642

Figura 10.
A. Fractura acetabular con luxación endopélvica cefálica.
B, C. Reconstrucción tridimensional mediante TC de la fractura
bicolumnar.
D. Osteosíntesis con doble placa mediante acceso posterior y
anterior simultáneo.
E. Artrosis precoz con necrosis cefálica.

Aparato locomotor 13
E – 14-642 ¶ Complicaciones de las fracturas de las extremidades en el adulto

Figura 11.
A. Traumatismo escalonado de la extremidad inferior: fractura condílea
femoral, de la meseta tibial y de la diáfisis tibial abierta de tipo Gustilo II
lateral.
B, C. Control radiológico precoz del atornillado transepifisario femoral
y tibial, y del fijador monoaxial dinámico tibiotibial.
D. Consolidación de los diferentes focos con artrosis femorotibial
medial y callo vicioso en varo.
E. Retirada del material y osteotomía tibial de valguización mediante
adición medial de un sustituto óseo.
F. Control a largo plazo tras la retirada de las grapas; conservación de la
interlínea articular y biodegradación intensa del sustituto fosfocálcico.

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P. Bonnevialle (Bonnevialle.p@chu-toulouse.fr).
Service d’orthopédie-traumatologie, centre hospitalier universitaire Toulouse-Purpan, place du docteur-Baylac, 31059 Toulouse cedex,
France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo original: Bonnevialle P. Complications des fractures des membres de
l’adulte. EMC (Elsevier Masson SAS, Paris), Appareil locomoteur, 14-031-A-80, 2006.

Disponible en www.emc-consulte.com (sitio en francés)


Título del artículo: Complications des fractures des membres de l’adulte
Algoritmos Ilustraciones Vídeos / Aspectos Información Informaciones Autoevaluación
complementarias Animaciones legales al paciente complementarias

Aparato locomotor 15

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