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Por medio del este libro el autor no establece un análisis del sistema actual educativo sino

por el contrario un pensamiento propio y diferente frente a los procesos de aprendizaje que
se están usando hoy en día.
-  Enfatizándose en la educación superior el autor expone varias preocupaciones frente a
este aprendizaje básico y elemental  del bachiller, los métodos educativos planteados
actualmente están imposibilitando la capacidad filosófica del estudiante a aprender sin
estar sujeto a dogmas que el maestro está dispuesto a imponer.
-  Desenvolverse en un mundo burócrata, es el fin para el cual están siendo formados los
jóvenes, según el autor, puesto que la formación de individuos que piensen, que tengan
autonomía y creatividad, no es en lo que los centros educativos cultivan grandes y largas
horas de clase, sino en formar autómatas  con “capacidad” de producción frente a ordenes
impuestas por otros formados para mandar, dejando de lado la formación de seres
racionales con capacidad de innovar, refutar y crear.
-  La mejor manera de lograr un pensamiento diferente en aquellos jóvenes en proceso de
crecimiento es con una educación humanista es aquella que permita y fomente el
desarrollo de la persona, es decir, que las posibilidades de desarrollo del individuo no estén
determinadas por el mercado.
-  El desarrollo humano y social no debe estar sujeto al avance técnico y tecnológico del
mundo, puesto que si el ser humano se degrada como tal y la tecnología avanza en sí
misma el ser humano será incapaz de manejar diferentes actividades que incluyan
destreza, eficacia, eficiencia y habilidad, encerrándose en un mundo heterónomo que le
impida progresar moral y socialmente.
-  La educación solo llegará a ser eficaz si se expresa con pasión y si se ofrece a alguien
que realmente desee aprender, puesto que el hombre desde siempre ha tenido repudio a
aquello que es impuesto con obligación y fuerza, algo que solo se adquirirá por un
momento y que al pasar del tiempo se olvidara sin importancia porque así fue “aprendido”,
sin importancia.
-  Igualmente como el estudiante necesita amor para poder absorber las cosas con
eficacia, el maestro necesita pasión al enseñarlo; ya que si la enseñanza es trivial no se
transmitirá con dicha fuerza para ser recibida, como no se aprende obligado tampoco se
enseña sin vocación.
-  La relación entre el autoritarismo de la escuela y la formación de un pensamiento
democrático, es el principal problema que actualmente ejerce la sociedad, en donde los
maestros imponen sus pensamientos a los alumnos sin fomentar la capacidad y el
derecho a la diferencia, a pelear por ese lado opuesto, contra la idea de la mayoría.
- LA DEMOCRACIA NO ES EL DERECHO DE LA MAYORIA, ES EL DERECHO DEL
OTRO A DIFERIR.
Por medio de dicha educación vista desde la parte meramente conceptual, sale un
individuo que tendrá que enfrentarse con la sociedad donde no se verá tolerante ante las
diferencias y los diferentes puntos de vista; perspectivas diferentes y variadas que el
hombre aprendería a tolerar si desde su escuela, su “segundo hogar” le fomentaran e
inculcaran.
-  El criterio de aprender es pensar por sí mismo; es tarea de los maestros como tal abrir
las puertas del conocimiento en sus estudiantes, fomentado la investigación, evitando
seres conformistas; futuro de una nación que está envuelta en el poder del dinero, causa
por la cual se “educan” y salen a obedecer en una empresa autoritaria.

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