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En primer lugar, es importante no mezclar los conceptos de migraña y cefalea.

Ni
todos los dolores de cabeza son migrañas, ni todas las migrañas cursan con
dolores de cabeza.

La cefalea o dolor de cabeza es una de las formas más comunes de dolor.


Aunque su causa es desconocida, el dolor que la produce se debe a
una dilatación de las arterias situadas en el cráneo.

Una migraña es un dolor de cabeza recidivante, pulsátil e intenso que


habitualmente afecta a un lado de la cabeza, aunque puede afectar a ambos. El
dolor empieza repentinamente y puede estar precedido o acompañado de
síntomas visuales, neurológicos o gastrointestinales.
Las causas exactas de las migrañas se desconocen,
aunque se han estudiado varias teorías. Actualmente se
cree que la migraña es un trastorno constitucional con
base genética. Las causas desencadenantes son
difíciles de identificar y diferentes en cada personas, pero
las más frecuentes son:

•Herencia: aunque la forma de herencia no está


totalmente establecida, en algunas formas especiales de
migraña ya se ha identificado el gen que la transmite
situado en el cromosoma 9.

•Edad: en la infancia la migraña se presenta por igual en


niños y niñas. A partir de la pubertad y debido a los
cambios hormonales, se dispara la incidencia de migraña
en las mujeres.

•Estrés y ansiedad: es necesario aprender a relajarse,


buscar alguna distracción en momentos estresantes.
Hormonas: lo más frecuente es padecer una o dos crisis
al mes, fundamentalmente en la época de primavera y
otoño, y estas pueden llegar a durar de 4 a 72 horas.

Ingestión de alcohol y dieta: algunos alimentos y


bebidas pueden favorecer que se desencadene
un ataque de migraña. Por ejemplo, el alcohol,
especialmente el vino tinto o burdeos; las comidas con
glutamato monosódico (GMS); productos que contienen
tiramina (quesos); las carnes en conserva con nitratos; el
chocolate y los edulcorantes artificiales.

Factores medioambientales: el tiempo o los cambios de


temperatura, las luces deslumbrantes o las fluorescentes,
las pantallas de ordenador, los fuertes olores y las
elevadas altitudes.
Son los síntomas neurológicos transitorios, que se
instauran de forma progresiva y provocan alteraciones en
la visión en la mayoría de los casos y, en menor medida,
de sensibilidad o del lenguaje. Se debe a una depresión
cortical propagada: el lóbulo occipital del cerebro lanza
una onda que se emite de atrás a adelante provocando
una disfunción en las estructuras cerebrales. El aura solo
se da entre el 15 y el 20% de los pacientes con migraña, Aura visual: es la más común,
y tiene una duración entre 10 y 30 minutos. No todas las apareciendo en un 90% de las migrañas
migrañas presentan aura. con aura. Su forma tiende a ser la de un
destello en la mitad del campo de visión
que se va extendiendo en forma de
líneas en zigzag que se desplazan
hacia uno de los lados.
•Analgésicos: aspirinas, paracetamol o metamizol. No
presentan altos índices de eficacia en el tratamiento, por
lo que solo resultan efectivos en migrañas leves o
moderadas. Se deben evitar aquellos con barbitúricos,
codeína y cafeína.

•Antinflamatorios: solo están indicados en episodios de


leve o moderada intensidad y deben estar prescritos por
un profesional médico. Los antinflamatorios con eficacia
demostrada son ácido acetilsalicílico, naproxeno sódico,
ibuprofeno, dexketoprofeno y diclofenaco.

•Antieméticos: se usan para crisis de migraña con


náuseas y vómitos.

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