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Termino de la Doctrina de Monroe

No podríamos comentar el final sin antes mencionar de que trata la misma.

Esta doctrina fue formulada a finales del 1823 por el secretario de Estado y futuro presidente

John Quincy Adams; establecía que cualquier movimiento o ataque hacia América por parte del

territorio Europeo se vería como un acto de agresión, en cuyo caso los Estados Unidos

intervendría. La idea resultó como justificación para que EE.UU. expandiera su hemisferio.

En el capítulo V nos relata la finalización de la doctrina en mandatos del presidente

Estadounidense Cleveland, el cual insistió en intervenir como mediador entre la Republica

venezolana y la británica ante la disputa por la frontera del río Esequibo, a esta extensión de

tierra, se le conoció como Guyana británica, puesto que Inglaterra la había conseguido bajo un

tratado con los países bajos el cual se trató en trazar una línea divisoria estableciendo límites

entre Venezuela y Guyana.

Tras la medición de esta línea, Venezuela reclama a Reino Unido, argumentando que estos

habían sobrepasado los límites y habían extendido al territorio venezolano. Es a partir de ese

entonces que comienza la disputa entre los países y juntamente la intervención de los Estados

Unidos. A partir de ese entonces se designa una comisión para investigar la línea divisoria entre

los países, bajo petición del congreso de Inglaterra quedando por asentado que se hiciera

justicia y se castigue judicialmente al país invasor, el fin de este arbitraje era conseguir

favorecer a Inglaterra, pero tras la intervención por parte del presidente Cleveland termino los

Estados Unidos humillando a Inglaterra.


El expresidente Cleveland después de estar retirado de la política, publicó un artículo dando a

conocer su desinterés en adquirir territorios que no le pertenecían a Estados Unidos, sino más

bien mostró interés en dar a conocer la importancia que es para el territorio norteamericano

defender la doctrina Monroe, o sea ser mediador ante disputas entre países.

Después del presidente Cleveland, quien asume el poder es Teodoro Roosevelt, el cual sintió un

poco de ardor y dio por modificada la afamada doctrina Monroe y es cuando nace el Corolario

Roosevelt. Este documento marco una nueva etapa dentro del monroísmo, para ellos el actual

presidente formuló un comunicado declarando que la doctrina Monroe carecía de derecho, o

sea no cumplía con los requisitos que debería tener, que esta no contenía orden jurídico o legal,

sino político. En ese mismo sentido la doctrina Monroe no contaba con el objetivo de asegurar

las relaciones armónicas entre los diferentes países, sino más bien Cleveland adopto la misma

para favorecer a Norteamérica fungiendo como árbitro entre las disputas de ambos países.

Cabe destacar, que a pesar de que la doctrina Monroe carecía de orden jurídico, fue aceptada

en el Congreso y se adoptó como regla en la disputa de la frontera, tiende a desempeñar el

papel de derecho. Durante esta etapa, se inició en América Latina un periodo de dominio
político y económico estadounidense haciéndose valer en ser el único con derecho de

intervenir en las fronteras de América con el fin de hacer cumplir la doctrina Monroe ya

modificada. Estados Unidos quería impedir que los Europeos tomaran posesión de las frontera

de América Latina haciéndose protector de los llamados ´´Derechos´´ de los demás países, con

el pretexto de mediar Norteamérica buscaba expandir sus horizontes.

La Doctrina Monroe afirmaba que Estados Unidos actuaría a fin de evitar cualquier intervención

extra-continental, esencialmente de los países europeos. Un ejemplo de esto fue el cierre naval

que sufrió Venezuela entre (1902 y 1903), por parte de los Imperios británicos, alemán y el

Reino de Italia, exigiendo el pago inmediato de deudas contraídas por el gobierno del entonces

presidente de la nación suramericana Cipriano Castro.

Otro ejemplo consiste, en el apoyo estadounidense a la Separación de Panamá, Colombia y

la ocupación militar de la República Dominicana entre los años (1916 y 1924), la ocupación

militar de Cuba entre

(1906 y 1909).

Uno de los países de habla hispana que ha rechazado por completo esta doctrina ha sido

México, el cual esperaba una participación de defensa por parte de Estados Unidos al momento
que este estaba siendo invadido por Europa, por el contrario, el país que había creado dicha

doctrina fue el primero en apoyar a Europa para que este interviniera Mexico. Es por eso que,

en 1931, Gerardo Estrada, quien estudió a fondo la doctrina Monroe y sus consecuencias en la

historia diplomática de México, y cuya doctrina Estrada es, por supuesto, una sólida

argumentación contra la intervención, afirmó que “la doctrina Monroe debiera mejor

sustituirse por la política de América para la humanidad”.

El presidente Cárdenas, puntualizo que la Doctrina Monroe en México no la reconocía como

documento favorable a la justicia de los países involucrados, sino más bien una política

unilateral, impuesta por Estados Unidos con el propósito de excluir a los países de Europa, para

así poder defender a sus propios intereses. También aclara que tal doctrina mal interpretada y

adaptada más allá de los limites, se convirtió para muchos una excusa de intervención.

Algunos historiadores, han llegado a la conclusión de que la Doctrina Monroe es un

planteamiento inaceptable para disponer una relación contribución y veneración recíproca

entre los países del continente en el siglo XXI. Como ya vimos México se dio a conocer su

oposición sobre el tema de manera repetida a través de los años manifestando, que no se trata

de seguir historia, sino asimilarla y comprenderla para hacer lo más favorable en tiempos en

que la provocación ha sustituido a la política.

En una política exterior, regida por principios como la de México, pero enfrentada a retos

pragmáticos que parecieran cada vez más difíciles, es crucial encontrar el balance para expresar

con firmeza e inteligencia el rechazo a una visión que pretende revivir e imponer visiones

hegemonistas del pasado. México debe estar a la altura de su historia y del momento presente.
Se ha determinado que, desde el punto de vista del Derecho Internacional, no puede ser

defendible ya que la Doctrina Monroe no puede ser un principio de Derecho de Gentes. Porque

los principios científicos deben ser eternos, generales y aplicables para todos los pueblos y a

todas las épocas; y la declaración de que se trata no tiene ninguno de esos caracteres. Podrá

convenir ahora a los intereses particulares de los norteamericanos, que las potencias europeas

no establezcan su imperio en los países latinoamericanos, ni cambien la forma de gobierno de

éstos, pero tal conveniencia, ni es general a todos lo pises, ni podrá extenderse a todos los

tiempos, ni está ligada con los principios de justicia que constituyen el Derecho Internacional.

Los principios fundamentales del Derecho de Gentes, son los derechos de conservación,

libertad, soberanía e igualdad de los Estados, con sus derivados de respeto, ayuda mutua y

otros. La doctrina Monroe no se sujeta a ninguna regla. Nació de la voluntad unilateral de los

Estados Unidos, sale a la palestra de un modo arbitrario, y en nada obliga, en resumen, ni a la

parte protectora ni a las partes protegidas.


Los Estados Unidos abandonaron a su suerte a Centro América, cuando Inglaterra se apodero

de la Costa de Mosquito, e intervinieron en la cuestión de límites entre Venezuela y la Guyana

británica. Tiene la pretensión de ser un protectorado, pero no lo es, porque no tiene cláusulas

ni aceptación.

Los Estados Unidos han violado el Derecho de Gentes al cerrar las puertas de su nación a la

Inmigracion amarilla, porque el mundo es de la humanidad, y todos los hombres tenemos por

derecho natural, el de ir a todos los países del mundo, salvo las excepciones que pretendan de

la conservación y de la independencia de los Estados.

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