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METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN LITERARIA.T.P4-FERNANDO A.

DE BERNARDI

UNPSJB. Metodología de la investigación literaria. Trabajo Práctico N° 4

Nosferatu- Manual de escritura para científicos sociales


En ambos hay un Mal que erradicar. En Howard Becker ese mal es la parálisis
para comenzar a escribir, la idea de escribir bien en el primer intento, la
impostura de “parecer eruditos”, la Única Manera Correcta.
En ambos hay una salida o redención para ese Mal.
En ambos la prisa juega un papel en el advenimiento de ese mal, en ambos
aparece el miedo y alguna forma del engaño.
Hellen, la mujer de Nosferatu redime entregándose sin coacción.
También la salida para comenzar a escribir viene dada por liberarse de la
coacción de ciertas ideas: como pensar que a los buenos escritores las cosas
le salen bien al primer intento, como pensar que existe una única manera
correcta para escribir un texto.

Preguntas:
La idea que articula mis preguntas es cómo pensar, con elementos o
categorías que aparecen en Nosferatu, algunas cuestiones que aparecen de
modo implícito y para nada evidente en el Manual de Escritura para Científicos
Sociales. Muy buena pregunta (sí: también hay preguntas sin signos)
¿Puede pensarse una correlación entre ambos “textos” a partir de la idea de
Mal? ¿Podría pensarse que hay una forma del Mal en el Manual de Escritura
para Científicos Sociales de manera análoga a como la encontramos en
Nosferatu? ¿qué Qué vela y qué devela en ambos textos la percepción del
Mal?
¿Ante qué se tiene miedo en ambos “textos”? ¿qué relación se puede pensar
entre el miedo y la aparición de lo monstruoso? ¿y entre miedo y pensamiento?
¿qué miedo debe conjurar la escritura? Cuando se cierra un signo y se abre
otro sin puntuación alguna, se asume punto. Así que la siguiente pregunta va
con mayúscula
¿Qué categorías de lo “monstruoso” nos permitirían pensar la escritura?
Si la sangre aparece en Nosferatu como elemento portador de vitalidad del que
necesita alimentarse el monstruo ¿qué elemento análogo aparece en el
Manual? Es decir, ¿de qué se alimenta la escritura para aparecer como
monstruo? En esta pregunta mora un presupuesto que podría limitar tu
respuesta. Así que te propongo la pregunta del "paso atrás”: “¿Existe una
estructuración vampírica en el ámbito de las ciencias sociales? ¿En qué
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elementos o relaciones se hace visible?” Lo que hice con esta pregunta es


quitar el presupuesto de que es la escritura la “vampírica” y trasladé la pregunta
a la posibilidad de que esto quede por verse. Porque de pronto, es quizá la
institución, la lógica institucional, la vampírica, por ejemplo.
¿Qué salidas hallamos en ambos “textos” para redimir el Mal que representa
ese monstruo?

- ¿Qué categorías de lo “monstruoso” nos permitirían pensar la escritura?

Dice G. Giorgi (2009):


Pero el monstruo también trae otro saber, que no es solamente una figuración
de la alteridad y la otredad (que pueden, apaciblemente, reafirmar los límites
convencionales de lo “humano”) sino un saber positivo: el de la potencia o
capacidad de variación de los cuerpos, lo que en el cuerpo desafía su
inteligibilidad misma como miembro de una especie, de un género, de una
clase. El monstruo tiene lugar en el umbral de ese desconocimiento, allí donde
los organismos formados, legibles en su composición y sus capacidades, se
deforman, entran en líneas de fuga y mutación, se metamorfosean y se
fusionan de manera anómala; viene, por lo tanto, con un saber sobre el cuerpo,
sobre su potencia de variación, su naturaleza anómala, singular; si expresa el
repertorio de los miedos y represiones de una sociedad, también resulta de la
exploración y experimentación de lo que en los cuerpos desafía la norma de
lo “humano”, su legibilidad y sus usos.
Esta cita nos permite pensar la relación de lo monstruoso con el saber. Lo
monstruoso codifica ciertos miedos; pero, asimismo, habilitaría la exploración y
la experimentación y, en este sentido, nos permite desafiar ciertas legalidades.
Desde ese lugar ya podríamos establecer cierta analogía con el texto de H.
Becker (2007), en el sentido, sin la coma de que en éste se explicitan un
repertorio de miedos y represiones que afectan a los escritores. Por otro lado,
se intenta llevar al escritor a renunciar a ideas preconcebidas o a ciertas
legalidades que abruman y detienen el proceso de escritura. Decía García
Marquéz Márquez que escribir es enfrentarse al monstruo de la escritura. Pero
esto lo podemos entender, leyendo a Giorgi, en la ambivalencia que la figura de
lo monstruoso despierta para el pensamiento. Esto es, lo monstruoso como
aquello que concentra todos nuestros miedos y represiones frente a la tarea de
la escritura. Pero, también, como aquello que desafía cierto modo
“normalizado” de entender el proceso de escritura, y por lo mismo, como la
potencia de “otro” modo de hacer.
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La definición del diccionario para “monstruo” dice que “Un monstruo (del


latín monstrum)1 es un concepto muy amplio ligado a la mitología y la ficción.
Se aplica a cualquier ser que presente características, por lo general negativas,
ajenas al orden regular de la naturaleza. Los monstruos se describen como
seres híbridos que pueden combinar elementos humanos, animales y
necrológicos, así como tamaño anormal y facultades sobrenaturales. 

Por su parte, Bataille, G. en La conjuración Sagrada sostiene para el término


informe la siguiente definición:

“Un diccionario comenzaría a partir del momento en que ya no suministra el


sentido sino los usos de las palabras. Así, informe no es solamente un adjetivo
con determinado sentido sino también un término que sirve para descalificar,
exigiendo generalmente que cada cosa tenga su forma. (…) Haría falta, en
efecto -para que los académicos estén contentos- que el universo cobre forma.
La filosofía entera no tiene otro objeto: se trata de ponerle un traje a lo que
existe, un traje matemático. En cambio, afirmar que el universo no se asemeja
a nada y que sólo es informe significa que el universo es algo así como una
araña o un escupitajo.” Qué genialidad de cita

En este sentido, podemos vincular al monstruo con lo informe. Tal como usa
Bataille este término podemos decir que corresponde a lo “monstruoso” o lo
“informe” la tarea de descalificar. Lo monstruoso es lo inclasificable, lo que
desarticula el sentido. Me parece interesante vincular estos sentidos con el
proceso de investigación o, sin la coma de escritura. Al comienzo de toda
investigación o escritura de un trabajo académico nos enfrentamos primero con
esa desarticulación del sentido, con ese monstruo informe. Becker sostiene que
lo que paraliza a los escritores es querer articular primero el sentido para
después escribirlo y él propone que, a partir de un primer borrador, todavía
desarticulado, informe, ir buscando esa forma, esa articulación de las ideas, del
sentido.
Podemos pensar, también, lo informe, en tanto que descalifica, como la tarea
del pensamiento que busca operar sobre ciertas clasificaciones establecidas,
sobre aquellos sentidos coagulados.

- ¿qué relación se puede pensar entre el miedo y la aparición de lo


monstruoso? ¿y entre miedo y pensamiento? ¿qué miedo debe conjurar la
escritura?
En cuanto al vínculo entre el miedo y lo monstruoso podemos decir que en la
figura del monstruo una sociedad codifica sus propios miedos frente a lo
diferente, al “otro” inasimilable.
Por otro lado, Blanchot en El diálogo inconcluso se pregunta “¿Qué es un
filósofo?” y se responde:
Tal vez se trate de una pregunta anacrónica. Pero le daré una respuesta
moderna. En otro tiempo se decía: es un hombre que se asombra; hoy diré,
usando la expresión de Georges Bataille: es alguien que tiene miedo.
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Y el motivo por el cual responde esto es:


El miedo vulgar, por lo tanto, sería el miedo filosófico, en cuanto nos
proporciona una especie de relación con lo desconocido, deparándonos así
un conocimiento de lo que escapa al conocimiento.
De esta manera, a todo pensamiento en tanto debe relacionarse con lo
desconocido le cabe tener una relación con el miedo. Acá hay algo muy
próximo a una hipótesis de trabajo. Creo que has estado merodeando esto todo
el tiempo, pero que aquí va encontrando una forma de cristalizarse como
hipótesis. Habría que darle los retoques de enunciación finales, explicitar
algunas obviedades (algo muy propio el discurso académico, jajajajaja) y
sacarla al ruedo
Asimismo, ante todo proceso de escritura que nos confronta con lo
desconocido, nos vemos enfrentados a nuestros miedos. Y de esto nos habla
Becker al comienzo del capítulo 1:
Al igual que los marineros de Trobriand, los sociólogos que no podían afrontar
racionalmente los peligros de la escritura utilizaban encantamientos mágicos
para contrarrestar la angustia, sin afectar realmente el resultado.

De modo que les pregunté a mis alumnos: “¿Qué es lo que tienen tanto miedo
de no poder controlar racionalmente para verse obligados a utilizar todos estos
hechizos y rituales mágicos?” Qué pedazo de pregunta que formula Becker,
¿no? (…) Tenían miedo de no poder organizar sus pensamientos, de que
escribir fuera un gigantesco y confuso caos que los llevara a la locura. Y
hablaron sentidamente de un segundo temor: temían escribir algo que estuviera
“mal” y que los otros (sin especificar quiénes) se rieran de ellos.

Me atrevo a hipotetizar que todo el Manual para escritura de científicos sociales


trata sobre hacer explícitos los miedos que se enfrentan al escribir y la manera
de conjurar ese miedo y no quedar paralizados.
Como afirmé más arriba, la salida para comenzar a escribir viene dada por
liberarse de la coacción de ciertas ideas: como pensar que a los buenos
escritores las cosas le salen bien al primer intento, como pensar que existe una
única manera correcta para escribir un texto. Bien, va muy bien. Le faltaría que
termines de enganchar esto con Nosferatu. Es algo que ya has venido
haciendo, pero me refiero aquí a la formulación. ¿Lo hacés?

Fíjense que este trabajo, el de Fernando, y el de Denisse por ejemplo, se valen


de dos estilos narrativos distintos, ¿no? Mientras que el de Fernando va
llegando paso a paso a una hipótesis, acercándose despacio, el de Denisse
prueba con tres hipótesis, repite tres veces, como en un “prueba-error” el
proceso. Son dos estructuras narrativas que están igualmente bien con
respecto a la consigna, pero quería hacer notar esto, una diferencia de estilos
de enunciación, de trabajo, de formas de ejecutar un mismo ejercicio. Es muy
enriquecedor que adviertan también las diferencias, por eso es muy
enriquecedor que se lean entre ustedes.

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