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1
Profesor investigador de la Dirección de Centros Regionales de la Universidad
Autónoma Chapingo, Chapingo, México, c.p.56230. Teléfonos oficina: 01-595-
9521672, celular: 55 3707 4104, correo electrónico:
cmarquezr@taurus.chapingo.mx
2
Investigadora del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y
Humanidades de la UNAM, Ciudad de México, México, c.p.04510. Teléfono
oficina: 5623-0025, celular: 5561224763, correo electrónico: clegorreta@unam.mx
3
Investigador del Institut National de la Recherche Agronomique (INRA),
Departamento Ciencias de la Acción para el Desarrollo, Paris, Francia, c.p.75338.
Correo electrónico: thierry.linck@gmail.com
Resumen
¿Cómo lograr que la biodiversidad, un bien común de la humanidad, se mantenga también como
un recurso colectivo propio de las comunidades humanas que dependen directamente de ella para
su subsistencia? Este es el tema que aquí analizamos, el cual ha sido institucionalizado por la
creación de reservas de biosfera en México y otras partes del mundo. Si bien la preservación de la
biodiversidad es de interés común, la creación de reservas implica para las poblaciones residentes
una alteración de las modalidades de apropiación y acceso a recursos vitales para ellas. El
presente artículo aborda estas cuestiones con base en el caso de la Reserva de Biosfera Montes
Azules (REBIMA) y la Reserva de Biosfera Lacantún (REBILA) en Chiapas. Aporta a la
discusión la importancia y el reto de construir la democracia ambiental, al exponer diversas
racionalidades que interactúan en la REBIMA. Así mismo discute sobre la necesidad de crear
consensos entre los actores involucrados que propicien procesos de co-construcción de recursos
cognitivos locales para el uso y manejo de la biodiversidad a fin de resolver la pregunta arriba
formulada.
Abstract
How can biodiversity, a common good of humanity, can continue to be a collective resource for
human communities who depends directly on it for their subsistence? This is the subject
discussed here, which has been institutionalized by the creation of biosphere reserves in Mexico
and other parts of the world. Although the preservation of biodiversity is of common interest, the
creation of reserves implies for the resident populations an alteration of the modalities of
appropriation and access to resources vital for them. This article addresses these issues based on
the case of the Montes Azules Biosphere Reserve (REBIMA) and the Lacantún Biosphere
Reserve (REBILA) in Chiapas. It contributes to the discussion about the importance and the
challenge of building environmental democracy, by exposing different rationalities that interact
in the REBIMA. It also discusses the need to create consensus among the actors involved, which
leads to processes of co-construction of local cognitive resources to use and management of
biodiversity in order to solve the question previously mentioned.
Introducción
¿Cómo lograr que la biodiversidad, un bien común de la humanidad se mantenga también como
un recurso colectivo propio de las comunidades humanas que dependen directamente de ella para
1
multilaterales, gobiernos nacionales y ONG- y los de las poblaciones autóctonas? Este es
países donde se encuentran ecosistemas que destacan por la riqueza de su biodiversidad. Si bien
reserva implica siempre para las poblaciones residentes, indígenas y no indígenas, una alteración
con Guatemala, la REBIMA fue creada en 1978 e incorporada al programa Hombre y Biosfera
(MAB, por sus siglas en inglés) de la UNESCO; y la REBILA se decretó en 1992 en el contexto
La creación de una reserva de biosfera plantea retos que pueden expresarse de múltiples formas.
quienes son responsables del proceso y sobre cómo repartir el costo económico y social de su
preservación. Alimentan estas tensiones los intereses de las corporaciones que dominan la
producción agropecuaria, la difusión de recetas técnicas poco respetuosas del medio ambiente y
el negocio de los alimentos, sin omitir, desde luego, las presiones que ejerce la bioindustria.
Tampoco pueden pasarse por alto las tensiones entre los diferentes componentes y conflictos de
la población local, las discrepancias entre grupos de presión1 y las burocracias multilaterales y
1
Nos referimos al papel que juegan las poblaciones locales, comunidades indígenas, científicos, gobiernos,
organizaciones ambientalistas, etc.
2
nacionales acerca de la definición de los objetivos, la elección de los métodos y planes de manejo
de la reserva.
El éxito del proyecto presupone la construcción de una normativa que regule el uso y acceso a los
espacios de la reserva, que sea reconocida por todos los actores involucrados. Depende por lo
tanto de un consenso que logre enlazar lo local y lo global y conciliar intereses radicalmente
opuestos. Podemos intuir que, en términos generales, este consenso resulta inalcanzable. En su
ausencia viene cobrando importancia la retórica, sus enunciados abstractos y sus artífices: la
retórica engaña, encubre y distorsiona la realidad. Así, pase lo que pase, domina un mismo
discurso que ostenta en forma algo surrealista un arraigo a los valores de sustentabilidad, de
justicia social, de participación ciudadana y de democracia ambiental, no siempre acordes con las
Nuestro estudio enfatiza el papel que han tenido los conflictos por la apropiación de la tierra y de
los territorios. 2 Cabe destacar que la Selva Lacandona ha sido objeto de movimientos de
propicia así un análisis de corte histórico de la disputa por el acceso y el control del espacio (la
disputa territorial) llevado a cabo en diferentes escalas y escenarios sociales. Por su propia
2
Veremos adelante como el concepto de apropiación territorial entraña varias dimensiones. Ver los trabajos de
Márquez, 2002 y Linck, 2007: 177-198.
3
Ver los trabajos de Legorreta, 2004; Legorreta, 2008; Márquez, 2002; De Vos, 2002. Destaca también la obra en
proceso de D´Alessandro y Linck, 2016, en la que abordan el tema de la circulación de los saberes técnicos y
relacionales locales en los movimientos de población de origen tzeltal en Chiapas.
4
La REBILA es creada el 21 de agosto de 1992, abarca una superficie de 61,874 ha y es contigua a la REBIMA en
su lado Este.
3
naturaleza, este proceso permite retomar la perspectiva de los actores, reconocer el sentido de sus
luchas y entender las configuraciones de sus relaciones con las autoridades y las demás
Este enfoque cobra más sentido en la medida en que la UNESCO plantea en su programa Man
and Biosphere (MAB) un concepto de manejo de las áreas protegidas ampliamente asentado en
distintivos del programa. La democracia ambiental se plantea como una exigencia básica.6 Al
menos está muy presente en el discurso y en los objetivos del programa, aunque la observación
Pautas metodológicas
¿Cómo explicar este desfase? Las investigaciones realizadas en la REBIMA, la REBILA y otras
reservas del MAB7 ponen en evidencia la existencia de tensiones entre instituciones y población
local. El análisis de estas tensiones se ha llevado al amparo de una acepción amplia de la noción
5
MAB es un programa intergubernamental de la UNESCO (1971), cuyo objetivo es establecer una base científica
para la mejora de las relaciones entre las personas y los ecosistemas. "MAB combina las ciencias naturales y
sociales, la economía y la educación para mejorar los medios de subsistencia humanos, la distribución equitativa de
los beneficios y para salvaguardar los ecosistemas naturales y gestionados, promoviendo así enfoques innovadores
para el desarrollo económico que sean social y culturalmente apropiados y ambientalmente sostenibles. (UNESCO,
2016)." (La cita original está en inglés, la traducción al español es de los autores).
6
Existen diferentes definiciones de democracia ambiental, pero uno de los factores comunes a varias de ellas y
retomado por el programa MAB UNESCO remite en este caso al involucramiento de la población local en la toma
de decisiones respecto a los planes y acciones sobre las reservas. Además, como señala E. Leff (2004): "En áreas
decretadas como reservas de la biosfera la construcción de la democracia es primordial dado que el planteamiento de
conservar y desarrollar implica un cambio en las estructuras sociales, en las formas de apropiación del espacio y en
las prácticas de uso de los recursos naturales."
7
Ver Legorreta, Márquez y Trench (edit.), 2014. En dicho trabajo además de la REBIMA se estudia el caso de la
Reserva de Biosfera “La Sepultura” ubicada en la Sierra Madre de Chiapas.
8
Manejamos el concepto de “recurso cognitivo local” en sustitución de la noción de saber local. En parte porque
suele remitir esta última, en forma ambigua, a conocimientos “tradicionales”, “autóctonos”, “ancestrales”,
4
tierra (lo que establece el título de propiedad) no puede desvincularse de la construcción de
dispositivos de regulación social local y del dominio de los recursos biológicos y cognitivos (que
considerarse como un simple soporte físico e inerte de los cultivos. Conforma un ecosistema
no puede desligarse de las modalidades de domesticación de los procesos biológicos. Por este
Estos recursos tienen a su vez que entenderse en una doble acepción. Por un lado, remiten a las
relacionadas con los procesos de apropiación. Considerada bajo esta perspectiva, la “democracia
y relacionales locales.
Por lo tanto, el recurso cognitivo local conforma este basamento operativo imprescindible y este
pilar consensual que condiciona la adhesión de los actores y la implementación de las normas y
de las tensiones entre instituciones y poblaciones autóctonas puede aparecer con mayor claridad:
la apropiación de los recursos biológicos y cognitivos locales. Las discrepancias cobran sentido
heredados”... Consideramos que el conocimiento local es un saber vivo, dinámico y flexible. En parte también
porque suele enmarcarse en una visión taxonómica que tiende a oponer y disociar conocimientos técnicos y
relacionales. Para mayor referencia ver: V. Toledo, 2005, págs. 16-17 y E. Leff, 1998. p 226.
5
en torno a la naturaleza y a la amplitud de las actividades humanas autorizadas dentro de los
dejar de usarla. Proceden también de la aparente imposibilidad de rebasar esta relación asimétrica
que opone los saberes de los “expertos” que detentan las instituciones oficiales y científicas y los
Hace falta, en síntesis, un acuerdo compartido sobre los lineamientos básicos del manejo de la
reserva. Siguiendo una pista abierta por Hirschman (1970), podemos definir el consenso como un
acuerdo que no admite ni contestación ni reconoce cualquier forma de oposición. En este sentido,
corrupción, de abusos y violaciones de las normas y del derecho. Veremos que éste es un cuadro
que en muchos aspectos puede caracterizar las tensiones en las trayectorias de la REBIMA y la
REBILA.
que el proceso de construcción de los recursos cognitivos locales debe contemplarse como un
aspecto clave tanto del manejo de la biodiversidad como de la implementación de una gestión
una escasa participación de la población local y una fuerte incidencia del clientelismo. Estas
6
prácticas cobran sentido en una nebulosa de sistemas de acción parciales, incongruentes y
conclusión plantea que el proyecto democrático ha fallado, no en tanto que opción y objetivo de
gobernanza9, sino por la ausencia de base operativa y de consenso previo sobre los objetivos, los
Las Reservas de Biosfera en la sombra de los retos del siglo: entre estética y santuarización
al ámbito internacional. Las últimas décadas han sido marcadas por la multiplicación de áreas
protegidas a lo largo y ancho del planeta, en un movimiento que ha cobrado recientemente una
notable presencia en las regiones intertropicales. De acuerdo con la CONANP10, en México las
áreas protegidas cubren 12.1% de la superficie terrestre y marítima del país en 2015 y se anticipa
9
En términos genéricos, la gobernanza podría definirse como el arte de gobernar y por lo tanto como la expresión de
una ética de la construcción de las elecciones colectivas. Adherimos en esta perspectiva el planteamiento de
(Calame, 2003: 84) quien define la gobernanza “como el conjunto de regulaciones que permiten que una sociedad
viva en paz duradera y garantice su perennidad a largo plazo.” Apunta también que el “nuevo enfoque de la
gobernanza se interesa en cambio por la manera como se organiza, en el tiempo, el proceso mediante el cual las
políticas públicas se organizan, se aplican y se corrigen” (Calame, 2003: 200).
10
Ver SEMARNAT. CONANP. (2016) Prontuario Estadístico y geográfico de las áreas naturales protegidas de
México. En http://entorno.conanp.gob.mx/docs/PRONTUARIO-ANP-2016.pdf
11
Ver SEMARNAT, CONANP (2015) Resolución sobre las cifras oficiales correspondientes a las superficies de las
Áreas Naturales Protegidas de competencia federal en México. En
http://www.conanp.gob.mx/que_hacemos/pdf/PROPUESTA_DE_RESOLUCION_DE_SUPERFICIES_ANP_indiv_
b2.pdf
12
Siguiendo a E. Ostrom (2000) y Ostrom et al (2002), la naturaleza y la biodiversidad se identifican como “bienes
rivales”, en el sentido de que el sobreuso implica un desgaste del recurso que, en el caso, se considera irreversible.
7
preocupante: por lo que es necesario preservarla. La idea no es novedosa. Remite, al menos en
sus principios iniciales, a un planteamiento que enlaza con un doble mito. Primero, el de
Prometeo que presenta el progreso como un desafío a las potencias divinas, un movimiento
inflexible e irreversible que tarde o temprano tiene que revertirse en contra del hombre (Fortier,
disociación estricta entre sociedad y naturaleza: el progreso sólo puede plantearse en términos de
dominio -y por lo tanto de destrucción- de la naturaleza. Bajo este doble concepto, las reservas de
biosfera, consideradas como Áreas Naturales Protegidas tienen que (o tienden a) concebirse como
recreativos.
Las primeras áreas protegidas han sido creadas en los Estados Unidos y en Europa hace un poco
más de un siglo. Prevalecía entonces un criterio estético: tenía que asegurarse la conservación y
la valorización de sitios naturales de excepción. Bajo este concepto John Muir logró en 1864 la
creación del Parque Nacional del Yosemite, en California; le siguió en 1872 el de Yellowstone.
Por otra parte, se promulga en 1906 en Francia la ley sobre la protección de los paisajes naturales
y se funda en 1912 la reserva natural de las Siete Islas, en la costa atlántica del mismo país. No
puede dejarse de mencionar aquí las experiencias rusa y soviética con la creación de los
humana, y manejadas para fines exclusivamente científicos. Además de las iniciativas de parques
nacionales y reservas forestales promovidas por Miguel Ángel de Quevedo a principios del siglo
XX en México.
Son también “bienes no exclusivos” o sea, recursos no apropiados de manera privada y, por lo tanto de libre acceso:
el mercado no puede operar como dispositivo de regulación. La erosión de la biodiversidad es una amenaza para la
humanidad considerada en su conjunto. Por lo tanto, su preservación no puede ser de la competencia exclusiva de los
estados: plantea exigencias de eficiencia y de coherencia que sólo pueden asumirse en el marco de una coordinación
de las políticas nacionales con instancias y redes multilaterales, con tal suerte que el interés colectivo pueda
prevalecer sobre el de los usuarios locales.
8
Hay que considerar con cierta cautela las estadísticas sobre la superficie terrestre establecida
como áreas protegidas que se han presentado líneas arriba; remiten a contextos heterogéneos y a
dado un fuerte impulso y cierta coherencia a la creación de reservas naturales. Las convenciones
contra la desertificación (CNULD) han abierto espacio al desarrollo de redes que propician el
instancias regionales y locales, dejando a los gobiernos nacionales la responsabilidad directa del
La cumbre de Rio abre nuevas perspectivas. La red mundial de reservas de la biosfera (RMRB)
definió en Sevilla (1995) une estrategia centrada en la promoción de relaciones “armoniosas entre
poblaciones humanas y naturaleza” (MAB UNESCO, 1996) y difunde bajo este criterio un nuevo
concepto del manejo de las áreas protegidas. Por un lado, el hombre se reconoce y se asume
biodiversidad tiene que incluir las actividades humanas y su trayectoria. En este sentido, la
simultáneamente en sus expresiones naturales y culturales. Por el otro, una concepción sistémica
ahora énfasis en los flujos, en la circulación de los genes y en las interacciones entre especies,
poblaciones y biotopos.
Por tanto, estos avances no cierran el debate sobre los alcances y la pertinencia de las reservas en
tanto que estrategia global de preservación de la biodiversidad. Pues no permiten superar las
9
contradicciones entre lo global (el ámbito en el cual se concibe la estrategia) y lo local (los sitios
locales), como tampoco las que surgen entre regulación institucional y mercado. La
santuarización y la estética que caracterizan las experiencias del siglo pasado siguen presentes en
el actual. A tal punto que uno puede preguntarse si las reservas de biosfera no son artífices
trampantojos, destinados a ocultar el hecho de que se deja a la lógica dominante del mercado el
En este contexto, las misiones educativas encargadas a las reservas suelen destinarse a un público
amplio, más que a los residentes y a los productores agropecuarios. Enlazan oportunamente
procesos ecológicos y culturales propios del sitio, hasta las dinámicas que afectan al Sistema
La sustentabilidad y el desarrollo local son referencias claves de las nuevas orientaciones. Pero
sólo llegan a cobrar sentido en el fomento de actividades turísticas y (en menor grado) en la
promoción de productos emblemáticos de las tradiciones locales. Son opciones que respaldan las
misiones educativas. Pero ha de notarse que se trata de bienes y de servicios que solicitan las
ordinarios. A diferencia de los alimentos comunes y de las materias primas de origen agrícola, no
son tributarios de mercados unificados y fuertemente estructurados en una escala global. Por su
sistema agropecuario global y que puedan renunciar a las opciones y expectativas que éste les
brinda o les promete. Se enfrenta, por otra parte, a la normativa propia del manejo de las reservas
de biosfera. Se tiene que trazar y asentar límites territoriales, contener el espacio agropecuario y
encuadrar las prácticas productivas, definir e imponer prescripciones. Por su propia naturaleza, la
territorial, implica acciones represivas y genera tensiones que no propician la implicación de los
al análisis y preservación de las biocenosis y biotopos locales: se inscribe en una perspectiva que
poco enlaza con la agronomía y las ciencias sociales. Está a cargo de instituciones y organismos
objetivos propios, no siempre acordes con las expectativas locales en lo que toca al pilotaje “por
dentro” de los procesos biológicos. Sin embargo, son nuevos stakeholders que suelen estar muy
presentes, tanto en la cadena deliberativa (global) como, localmente, en esas nuevas arenas en las
cuales se definen las modalidades concretas de la apropiación territorial. (Deverre, 2004; Fortier,
2009).
En este contexto, la participación constituye más un reto que un pilar de la administración de las
13
Se trata de la delimitación de las reservas y de sus divisiones internas: las zonas núcleo, de transición o de
amortiguamiento y de usos múltiples. Son cuatro en REBIMA: zona de protección (corresponde al área o áreas
11
conocimientos locales. La rectoría que ejercen las redes internacionales y las responsabilidades
que les corresponde a las instituciones públicas nacionales no fácilmente coinciden con un
“surrealista”: se asienta menos en las iniciativas de los actores locales que en la implementación
orientaciones que han venido cobrando cuerpo a raíz de la Cumbre de Rio, la conservación de la
biodiversidad enlaza mucho más con el cambio climático que con este otro reto planetario que
El interés limitado por las actividades agropecuarias y la producción de alimentos tiene que
interpretarse en forma diferente en el norte y en el sur. Las áreas protegidas en general y reservas
de biosfera en particular del norte suelen ubicarse en espacios que han sido poco afectados por
marginal, en escenarios de nuevos enlaces entre campo y ciudad y en territorios que pueden
desarrollo de las reservas de biosfera cobra así sentido en el marco de las estrategias de desarrollo
núcleo de máxima protección), zona de uso restringido y zona de aprovechamiento sustentable. La cuarta (la zona de
uso tradicional) es muy poco extendida y no exenta de control (INEC-SEMARNAP, 2000).
14
En la Unión Europea, la Smart Speciatization Strategy tiene como objetivo la construcción de ventajas
competitivas asentadas en la valorización de las especificidades locales y de recursos no reubicables: “La Estrategia
Europa 2020 tiene la intención de actuar como un marco general de organización en el que todas las políticas de la
UE funcionarán durante el próximo decenio. En particular, el concepto se ha destacado ahora como un elemento
central en el desarrollo de una política europea de cohesión reformada, que se basa en los principios de «crecimiento
inteligente», «crecimiento verde» y «crecimiento inclusivo», (McCann y Ortega, 2011:2). (La cita original está en
inglés, la traducción al español es de los autores).
12
No sucede lo mismo en el sur donde las reservas de biosfera suelen restarse del espacio
actividades de otra naturaleza. Son también regiones que destacan por la riqueza de su
biodiversidad. Pero ésta riqueza no puede considerarse como natural o “dada”: en muchos casos
numerosas generaciones. Así, se estima que en América Latina, 80% de las reservas han sido
locales15. El saber local puede reconocerse como “autóctono”, o sea como la expresión de una
“tradición” y el producto de una historicidad propia. Pero también puede considerarse, en una
perspectiva más funcional, que corresponde a una necesidad cuando no se tiene acceso a los
insertar los procesos productivos en las tramas temporales propias de los procesos biológicos y de
La creación de áreas protegidas en el sur del planeta abre dos campos problemáticos que no
15
Cada parte con “arreglo a su legislación nacional, respetará, preservará y mantendrá los conocimientos, las
innovaciones y las prácticas de las comunidades indígenas y locales que entrañen estilos tradicionales de vida
pertinentes para la conservación y la utilización sostenible de la diversidad biológica y promoverá su aplicación más
amplia, con la aprobación y la participación de quienes posean esos conocimientos, innovaciones y prácticas, y
fomentará que los beneficios derivados de la utilización de esos conocimientos, innovaciones y prácticas se
compartan equitativamente” (ONU, 1992:7).
13
biodiversidad con la seguridad alimentaria. La santuarización de la biodiversidad y las
restricciones que impone la dirección de las reservas alteran las modalidades de apropiación
abasto local y regional. Es un asunto vital para las poblaciones residentes y sus familias. Lo es
más aún si se toma en cuenta la distancia física, cultural y social que separa campo y ciudad: no
se puede esperar que la reserva pueda generar empleos suficientes para asegurar su
la naturaleza, una de corte animista propia de la población local y la otra, naturalista, heredada de
efectos se pueden medir localmente: veremos que la reserva no puede cumplir con sus objetivos
ámbito global: se pierde una oportunidad clave. En efecto, los acervos cognitivos locales enlazan
sistema y opciones para enfrentar los desafíos de la erosión de la biodiversidad y de las amenazas
14
a la seguridad alimentaria. Condicionan la inserción de las actividades agropecuarias en las
Las áreas naturales protegidas de la región Selva Lacandona integran el componente mexicano
de la Selva Maya, el más importante complejo tropical húmedo de Mesoamérica. Es una zona
extensa dotada de una biodiversidad excepcional. Ha constituido hasta finales del siglo pasado, el
objeto, desde mediados del siglo XX, de un proceso de colonización por parte de antiguos peones
indígenas de los Altos, de la Meseta Comiteca, así como de los valles de Ocosingo y zona Norte
Las medidas que se han tomado de 1970 en adelante para regular la propiedad de la tierra, así
como el uso y conservación de los recursos, dan una idea del escaso margen de autonomía que se
le concede a la población local y de la ausencia de reconocimiento que se les tiene como actores
los Bienes Comunales de la Comunidad Lacandona, con una superficie de cerca de 615 mil
intención era triple: ponerle un alto al movimiento de colonización, tener bajo control la
explotación de las maderas preciosas y abrir opciones para una explotación “racional” de otros
año siguiente con la creación de una empresa paraestatal. Un convenio con el grupo de los 66
jefes de familia lacandones le dio una exclusividad de uso de sus “bienes comunales” a espaldas
15
de los demás grupos étnicos establecidos en la zona y tratados desde entonces más o menos como
si fueran intrusos.
La Reserva de la Biosfera Montes Azules se creó -también por decreto- en 1978 (en el marco del
programa Man and Biosphere de la UNESCO), sin consulta previa de los comuneros, pese al
creación de la Reserva de la Biosfera Lacantún ha seguido el mismo cauce, o sea sin abrir espacio
a una consulta y a una participación efectiva de la población local y sin tomar en cuenta sus
desalojo de varias comunidades- no es la única vía por medio de la cual se expresa la alteración
expresión colectiva de las comunidades. Los objetivos, las orientaciones y las modalidades de
operación de la reserva han sido fijados por decreto. No les toca a los campesinos expresar como
expectativas. Es algo que les corresponde en forma exclusiva y perentoria a los expertos.
Detentan el saber y la autoridad: deciden ellos como establecer los límites de los perímetros, el
grado y el tipo de protección que les corresponde. Imponen una lógica de santuarización y
criterios estéticos: la atención se centra mucho más en la flora y en la fauna silvestre que en la
productivas. Se dan como meta restringir el acceso de la población local a los recursos o hasta
16
Ni tampoco por las características del régimen de la propiedad intelectual, sus prerrogativas en tanto que
detentores de facto de los recursos cognitivos y biológicos locales.
16
impedirlo totalmente en ciertas zonas. El programa de manejo de la reserva (INE-SEMARNAP,
2000) se ha elaborado sin consultar, o mediante consulta limitada, a los campesinos y las
comunidades. Establece así que no se permiten cambios de uso del suelo, salvo para la
edificaciones o instalaciones que no sean acordes con los fines del decreto. Queda estrictamente
proscrito en las “zonas núcleo” (las áreas de protección máxima) cualquier tipo de
aprovechamiento y extracción de los recursos naturales, así como la caza, captura y colecta de
Sin embargo, los pobladores de la Selva Lacandona no dejan de ser campesinos que han logrado
generalmente con experiencias muy ricas de participación y organización tanto en sus propias
organizacional que se dio a partir de los años setentas (Legorreta 2004, 2008 y 2015). Sus
actividades productivas distan mucho de tener siempre el impacto negativo que se les atribuye.
Sus competencias y experiencia les dan capacidad para participar directamente en los programas
de investigación, así como beneficiarse y ser destinatarios de programas de capacitación que les
En algunos campesinos lacandones destacan sus capacidades para internalizar los costos y riesgos
ambientales. El acahual lacandón permite así asociar el cultivo itinerante del maíz con prácticas
17
de regeneración de la selva. Las parcelas desmontadas se convierten en milpas 17 que se
aprovechan durante dos o tres ciclos antes de entrar en un proceso de descanso que puede
extenderse sobre varias décadas, dependiendo de las condiciones de suelo, vegetación y clima.18
Las autoridades de la reserva no pueden impedir así de sencillo prácticas muy arraigadas y de las
cuales depende la sobrevivencia de los comuneros. Sólo pueden llegar a compromisos vagos o
poco serios e incongruentes, propios de esta racionalidad limitada a la cual nos referimos páginas
arriba. Imponen prescripciones que contradicen radicalmente la lógica que asienta estas prácticas.
misma del territorio. Entendiendo desde luego con ello a la vez el suelo (en tanto que soporte de
las actividades productivas) y la vida misma (o sea las interacciones entre los organismos y las
Por cierto pueden observarse en la Selva Lacandona modalidades de articulación de cultivo del
permiten abrir milpas y cubrir las primeras necesidades de las familias recién instaladas. Pasa el
17
La milpa es emblemática de los sistemas agrarios mesoamericanos y especialmente mayas. Se caracteriza
fundamentalmente por la asociación de vegetales con ciclos vegetativos complementarios. El maíz es el componente
estructurante del sistema: su cultivo marca las pautas de las labores productivas. Suelen asociarse diferentes
variedades de maíz para limitar la incidencia de los riesgos. Se usan sus tallos como guías para el frijol. Las
calabazas que se extienden por el suelo limitan el desenvolvimiento de las adventicias, mantienen la humedad y
favorecen la actividad biológica del suelo. El maíz es el componente básico de los regímenes alimenticios y el
ingrediente de numerosos platillos tradicionales. El frijol es la mayor fuente de proteínas. Diferentes variedades de
chile dan el calor y complementos nutricionales a regímenes alimenticios generalmente pobres en proteínas de origen
animal. Por último, los rastrojos, parte de los granos y los residuos de cultivo se destinan a los animales y se
convierten así, indirectamente, en fuentes de energía, de ingreso monetario y de proteínas animales. Sobre la milpa
Lacandona ver a Nations James D. y Ronald B. Nigh (1980), el trabajo de J. Zúñiga (2000) sobre la milpa chol en la
Selva Lacandona. Respecto a la milpa tzeltal en la región de la REBIMA ver el libro de Tania Carolina Camacho
(2011). Para profundizar en los conocimientos de los lacandones sobre especies de árboles utilizados para la
regeneración de la selva asociada a la milpa ver los trabajos de Samuel Levy (1999, 2009 y 2011). Ver también
Linck y D’Alessandro (2016) sobre la circulación de genes y conocimientos en la construcción de las semillas
“nativas” de maíz y el cultivo de la biodiversidad en población tzeltal de Tenejapa.
18
El tiempo necesario para que el crecimiento de la vegetación perene ahogue en forma duradera las gramíneas (con
las cuales compite el maíz).
18
tiempo, se abren nuevas milpas, crecen las disponibilidades de maíz. Se abre así espacio para el
desarrollo de producciones animales: aves y puercos. Crecen los excedentes, se convierten las
primeras milpas en pastizales y se abre progresivamente paso al fomento de una ganadería mayor
(Márquez, 2002 y 2006). Esta visión dinámica pone en evidencia el hecho de que en ausencia de
normas implementadas por las comunidades19, la ganadería vacuna puede convertirse en un polo
rector de las unidades familiares y de los sistemas agrarios, al menos en las áreas cercanas de los
centros de población.
Se entiende que el control de la producción ganadera constituye un componente clave del manejo
de la reserva. Pero se puede entender también que este control difícilmente puede ser efectivo en
ausencia de una implicación de las comunidades. La proscripción seca de estas prácticas comunes
en las cercanías de los centros de población ha surtido efectos en varias dimensiones. Induce, por
una parte, una disociación de los cultivos y de las producciones animales que fragiliza las
propuestas de la directiva de la reserva. Por otra parte favorece un manejo más extensivo, el
reserva y las mismas comunidades difícilmente pueden tener bajo control. Por último el proceso
induce pobreza, descontento y violencia (Márquez, 2006). En este caso también, una implicación
19
Mediante la imposición de un límite al tamaño de los hatos individuales o promoviendo un manejo silvopastoril de
la ganadería. Sobre este tema, ver el trabajo de Jiménez et al, 2011.
19
La recolección de la palma-xate (una planta ornamental) solía ser en estas regiones apartadas, la
única actividad que podía aportar ingresos monetarios a amplios sectores de la población local, en
especial a los más pobres. Se ha ejercido una presión tal sobre este recurso que la planta empezó
a escasear en forma alarmante. En este caso la imposición de reglas tampoco puede, por sí sola,
ser efectiva ya que la sobrevivencia misma de los recolectores está en juego. En cambio, se puede
poner más énfasis en los ensayos y el desarrollo de cultivo de la palma e incidir en forma más
efectiva por parte de la población local sobre el mercado del producto. Salvo que esta opción no
encaja con el objetivo fundamental en el cual se asientan de facto las áreas naturales protegidas y
las reservas de biosfera de la Selva Maya: sacar en lo posible del juego a los pobladores y reducir
de los actores cuando estos son, en su mayoría, campesinos. ¿Cómo excluir a los comuneros y
ejidatarios del área natural protegida, quitarle o restringir sus medios de existencia y esperar que
se involucren sin reserva y con entusiasmo en el proceso? Los mismos pobladores sacan un
“Fuimos engañados pues nos dijeron que era una reserva para nuestros hijos,
para su futuro. Pero después nos dijeron que no era para ellos, que no la
podríamos tocar nunca porque era para toda la humanidad. Ahora nuestros hijos
reserva, Lacantún, en 1992. Con las dos reservas ya nos quitaron la mayor parte
pagamos los mayores costos para que no se toque, y los que se quedan con la
20
mayor parte de los recursos son otros, que no hacen nada.” “Nos tratan así
presupuestarias, limitan estrictamente las opciones alternativas. Los programas de desarrollo para
el fomento del ecoturismo, de plantaciones en áreas bajo protección (café, cacao, palma xate), de
mucho menos propiciar una adhesión efectiva al proyecto.21 Uno con otro, el ‘sistema de acción
global’ se encuentra estancado, paralizado. La ausencia de democracia tiene como corolario una
preocupante falta de eficiencia. Por un lado se evidencia una notable degradación del capital
humano y social (los conocimientos técnicos y relacionales locales) y por el otro, los objetivos de
Hemos optado por el enfoque del análisis estratégico de Crozier y Friedberg (1990). Aplicando
20
El estudio realizado en (Jardel et al. 2013) sobre la Reserva de la Biosfera Sierra de Manantlán ubicada dentro de
los Estados de Jalisco y Colima llega a conclusiones similares a las nuestras.
21
Nos referimos a los siguientes programas: "Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible"
(PROCODES); "Programa de Empleo Temporal" (PET); "Programa de Vigilantes Comunitarios" (PROVICOM)
principalmente. Ver al respecto Trench, 2014: 61-106.
21
asimétrico. Lo domina en forma absoluta los funcionarios ambientales y de las reservas: asientan
desalojos… También se sostiene por la legitimidad que les otorga el respaldo de científicos
nacionales e internacionales, así como de algunos medios, lo que les induce a menospreciar -
salvo honrosas excepciones- aún más los acervos cognitivos locales. Frente al Estado, los
comuneros de la zona Lacandona oponen con cierto éxito la fuerza que procede de su arraigo en
la zona, de sus derechos agrarios, de su apego a sus valores y a su cultura y de sus capacidades
organizativas. Las tensiones entre ambas partes son mutuamente excluyentes: sólo, tal como se
acaba de ver, se puede llegar a compromisos parciales e incongruentes, y mucho más difícilmente
administración de la reserva.
Sin embargo, la acción colectiva no termina con la imposición de una relación asimétrica y el
establecimiento de reglas formales. Las acciones programadas y las mismas reglas que la
administración trata de imponer abren opciones y nuevos espacios de negociación que estructuran
los llamados ‘sistemas de acción concreta’. Se ubican estos en tramas sociales, temporales y
espaciales múltiples que abren nuevos campos de expresión tanto a las emociones y a las
gobernanza de las áreas protegidas que generan incertidumbre, falsos consensos, contradicciones
contrario.
22
Prevalecen situaciones que propician el clientelismo y la corrupción, especialmente en lo que
recursos a poblados y proyectos tiende así a tener como finalidad menos el desarrollo que la
incorporación de la población como cliente en un modelo corporativo para alcanzar una mínima
conservación de la biodiversidad. (Legorreta et al. 2014) Por su lado, los líderes de las
funcionarios y de las ONG que operan en la región, sin olvidar, desde luego, que son también
ganadería extensiva o monocultivos intensivos que impactan negativamente en las zonas núcleo,
de estricta conservación.
La actitud de las comunidades frente a la autoridad llega a ser desafiante y violenta, sobre todo
cuando se trata de imponer restricciones en el uso de la tierra. “Si no nos conceden nuestras
peticiones quemamos y cortamos la selva para hacer más potreros y milpas” (Legorreta y
Márquez, 2014:160 y Dumoulin, 2003). Abundan los ejemplos en este sentido. Así, frente a las
restricciones impuestas para el cultivo de acahuales también pueden responder con una falta de
cuidado en el manejo del fuego en las operaciones de desmonte o en una franca falta de atención
en el control de los incendios. La excesiva reglamentación forestal también puede tener como
Frontera Corozal detuvo maquinaria pesada y destruyó partes de la brecha recientemente abierta.
23
También tomaron cautiva la madera extraída e hicieron “caminar descalzos a varios trabajadores
por el camino de grava hasta hacerles sangrar los pies" (Trench, 2008: 616). Con esta acción, en
1977, obtuvieron resultados casi inmediatos, porque el gobierno concedió el permiso que
solicitaban de abrir nuevas áreas al cultivo” (Legorreta y Márquez, 2014a:161). Sin olvidar,
desde luego, que el conflicto zapatista ofreció de 1994 en adelante, un escenario idóneo para
Regresar a la tierra…
instituye por decreto. No puede ser sino el fruto de un proceso largo, basado en aproximaciones,
ensayos e iteraciones y, por ende una construcción de mediano y largo plazo de capital humano,
aprendizajes compartidos que permitan enlazar las orientaciones definidas en un ámbito global
por las redes deliberativas y las políticas públicas nacionales con las exigencias que imponen
ajustar las representaciones de la naturaleza y definir el papel que debe desempeñar el hombre en
su preservación? ¿Cómo enlazar las orientaciones definidas globalmente con las acciones y las
prácticas implementadas localmente? ¿Cómo construir este basamento normativo que permite
24
Cobra su verdadero sentido cuando se asume que el conflicto por la apropiación territorial –el
apropiación de los recursos biológicos y cognitivos. Bajo esta perspectiva, si bien el principio de
aprendizaje compartido presupone concesiones recíprocas, también debe recordarse que las
lógicas de internalización de los costos ambientales que caracterizan las agriculturas tradicionales
congruentes con la preservación de las interacciones que enlazan entre sí los componentes de las
cosmovisión maya: se estructura ésta en torno a la imagen del Ch’ulel, este componente sagrado
del imaginario colectivo que une en forma pareja y solidaria a los hombres con todas las
2014:82).
En la escala de las redes multilaterales y de las políticas públicas nacionales que integran la
cadena deliberativa, esta concepción de las relaciones entre lo humano y la naturaleza no pasa de
ser un valor y una meta emergentes. Está presente en tanto que postura formal de la UNESCO
pero dista mucho de llegar a conformar una representación pública (consensual y amplia) de la
naturaleza, necesaria para darle legitimidad, fuerza y, sobre todo, congruencia a las políticas
sentido, los obstáculos a la implementación de una democracia ambiental en las áreas protegidas
25
proceden de discrepancias y tensiones propias a la cadena deliberativa y de la ausencia de una
del principio de santuarización de las reservas y la poca atención que se le dedica a la cuestión de
simultáneamente de dos registros claramente disociados. Por una parte, una regulación
institucional por lo que remite a creación y manejo de las áreas protegidas; y por la otra, el libre
Sin embargo, algo enlaza ambas áreas: la difusión de un patrón cognitivo uniforme a expensas de
los conocimientos técnicos y relacionales locales. Hemos visto como la apropiación territorial
enlaza con el desprecio y el cuestionamiento de los acervos cognitivos locales. Falta recordar que
la agricultura “moderna” se asienta en una disociación que opone en forma radical, de un lado, la
producción agropecuaria. Se ha impuesto desde mediados del siglo pasado un patrón tecnológico
estándar que se aplica sin mucha preocupación por las especificidades ecológicas y culturales
locales. De esta ruptura derivan dos cortes que caracterizan hoy en día la agricultura
locales por insumos y equipos de origen industrial. El segundo disocia la producción de plantas y
26
Una visión más realista evidencia que el criterio no deja de ser engañoso: la productividad del
trabajo sólo toma en cuenta los factores de producción, o sea los recursos que llegan a tener valor
generaciones futuras. La agricultura convencional puede considerarse así como el primer factor
acervos cognitivos locales, en sus expresiones tanto técnicas como relacionales. De ello depende
central planteada al inicio sobre cómo lograr que la biodiversidad sea un bien común de la
toda evidencia esta democracia no está aún inscrita en la agenda política multilateral.
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