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Genesis apocalipsis

En el principio creó Elohim los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Elohim se movía sobre la faz de las
aguas. Y dijo Elohim: Sea la luz; y fue la luz. Y vio Elohim que la luz era buena; y separó Elohim
la luz de las tinieblas. Y llamó Elohim a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y
la mañana un día. Luego dijo Elohim: Haya expansión en medio de las aguas, y separe las aguas
de las aguas. E hizo Elohim la expansión, y separó las aguas que estaban debajo de la
expansión, de las aguas que estaban sobre la expansión. Y fue así. Y llamó Elohim a la
expansión Cielos. Y fue la tarde y la mañana el día segundo. Dijo también Elohim: Júntense las
aguas que están debajo de los cielos en un lugar, y descúbrase lo seco. Y fue así. Y llamó
Elohim a lo seco Tierra, y a la reunión de las aguas llamó Mares. Y vio Elohim que era bueno.
Después dijo Elohim: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que
dé fruto según su género, que su semilla esté en él, sobre la tierra. Y fue así. Produjo, pues, la
tierra hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza, y árbol que da fruto, cuya
semilla está en él, según su género. Y vio Elohim que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el
día tercero. Dijo luego Elohim: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día
de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años, y sean por lumbreras en
la expansión de los cielos para alumbrar sobre la tierra. Y fue así. E hizo Elohim las dos grandes
lumbreras; la lumbrera mayor para que señorease en el día, y la lumbrera menor para que
señorease en la noche; hizo también las estrellas. Y las puso Elohim en la expansión de los
cielos para alumbrar sobre la tierra, y para señorear en el día y en la noche, y para separar la
luz de las tinieblas. Y vio Elohim que era bueno. Y fue la tarde y la mañana el día cuarto. Dijo
Elohim: Produzcan las aguas seres vivientes, y aves que vuelen sobre la tierra, en la abierta
expansión de los cielos. Y creó Elohim los grandes monstruos marinos, y todo ser viviente que
se mueve, que las aguas produjeron según su género, y toda ave alada según su especie. Y vio
Elohim que era bueno. Y Elohim los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las
aguas en los mares, y multiplíquense las aves en la tierra. Y fue la tarde y la mañana el día
quinto. Luego dijo Elohim: Produzca la tierra seres vivientes según su género, bestias y
serpientes y animales de la tierra según su especie. Y fue así. E hizo Elohim animales de la
tierra según su género, y ganado según su género, y todo animal que se arrastra sobre la tierra
según su especie. Y vio Elohim que era bueno. Entonces dijo Elohim: Hagamos al hombre a
nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de
los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y
creó Elohim al hombre a su imagen, a imagen de Elohim lo creó; varón y hembra los creó. Y los
bendijo Elohim, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread
en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la
tierra. Y dijo Elohim: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la
tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer. Y a toda bestia de
la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay
vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así. Y vio Elohim todo lo que había hecho, y
he aquí que era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana el día sexto.

Génesis 1:1-31
Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos. Y acabó Elohim en el día
séptimo la obra que hizo; y reposó el día séptimo de toda la obra que hizo. Y bendijo Elohim al
día séptimo, y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.
Estos son los orígenes de los cielos y de la tierra cuando fueron creados, el día que Jehová
Elohim hizo la tierra y los cielos, y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda
hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Elohim aún no había hecho llover sobre la
tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual
regaba toda la faz de la tierra. Entonces Jehová Elohim formó al hombre del polvo de la tierra,
y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Y Jehová Elohim plantó un
huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Elohim hizo
nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida
en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar
el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que
rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí
también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la
tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el
cuarto río es el Eufrates. Tomó, pues, Jehová Elohim al hombre, y lo puso en el huerto de Edén,
para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Elohim al hombre, diciendo: De todo árbol
del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el
día que de él comieres, ciertamente morirás. Y dijo Jehová Elohim: No es bueno que el hombre
esté solo; le haré ayuda idónea para él. Jehová Elohim formó, pues, de la tierra toda bestia del
campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y
todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre. Y puso Adán nombre a toda
bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea
para él. Entonces Jehová Elohim hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía,
tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Elohim tomó
del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de
mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada Varona, porque del varón fue tomada. Por
tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.
Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.

Génesis 2:1-25
Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Elohim había
hecho; la cual dijo a la mujer: ¿Conque Elohim os ha dicho: No comáis de todo árbol del
huerto? Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos
comer; pero del fruto del árbol que está en medio del huerto dijo Elohim: No comeréis de él, ni
le tocaréis, para que no muráis. Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; sino que
sabe Elohim que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Elohim,
sabiendo el bien y el mal. Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era
agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió;
y dio también a su marido, el cual comió así como ella. Entonces fueron abiertos los ojos de
ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron
delantales. Y oyeron la voz de Jehová Elohim que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el
hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Elohim entre los árboles del
huerto. Mas Jehová Elohim llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? Y él respondió: Oí tu
voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí. Y Elohim le dijo: ¿Quién
te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses? Y el
hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.
Entonces Jehová Elohim dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente
me engañó, y comí. Y Jehová Elohim dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás
entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo
comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y
la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. A la mujer dijo:
Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu
deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a
la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita
será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos
te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que
vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó
Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová
Elohim hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió. Y dijo Jehová Elohim: He aquí
el hombre es como uno de nosotros, sabiendo el bien y el mal; ahora, pues, que no alargue su
mano, y tome también del árbol de la vida, y coma, y viva para siempre. Y lo sacó Jehová del
huerto del Edén, para que labrase la tierra de que fue tomado. Echó, pues, fuera al hombre, y
puso al oriente del huerto de Edén querubines, y una espada encendida que se revolvía por
todos lados, para guardar el camino del árbol de la vida.

Génesis 3:1-24
Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová
he adquirido varón. Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín
fue labrador de la tierra. Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra
una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo
de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda; pero no miró con agrado a Caín y a la
ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante. Entonces Jehová dijo a
Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante? Si bien hicieres, ¿no serás
enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y
tú te enseñorearás de él. Y dijo Caín a su hermano Abel: Salgamos al campo. Y aconteció que
estando ellos en el campo, Caín se levantó contra su hermano Abel, y lo mató. Y Jehová dijo a
Caín: ¿Dónde está Abel tu hermano? Y él respondió: No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi
hermano? Y él le dijo: ¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la
tierra. Ahora, pues, maldito seas tú de la tierra, que abrió su boca para recibir de tu mano la
sangre de tu hermano. Cuando labres la tierra, no te volverá a dar su fuerza; errante y
extranjero serás en la tierra. Y dijo Caín a Jehová: Grande es mi castigo para ser soportado. He
aquí me echas hoy de la tierra, y de tu presencia me esconderé, y seré errante y extranjero en
la tierra; y sucederá que cualquiera que me hallare, me matará. Y le respondió Jehová:
Ciertamente cualquiera que matare a Caín, siete veces será castigado. Entonces Jehová puso
señal en Caín, para que no lo matase cualquiera que le hallara. Salió, pues, Caín de delante de
Jehová, y habitó en tierra de Nod, al oriente de Edén. Y conoció Caín a su mujer, la cual
concibió y dio a luz a Enoc; y edificó una ciudad, y llamó el nombre de la ciudad del nombre de
su hijo, Enoc. Y a Enoc le nació Irad, e Irad engendró a Mehujael, y Mehujael engendró a
Metusael, y Metusael engendró a Lamec. Y Lamec tomó para sí dos mujeres; el nombre de la
una fue Ada, y el nombre de la otra, Zila. Y Ada dio a luz a Jabal, el cual fue padre de los que
habitan en tiendas y crían ganados. Y el nombre de su hermano fue Jubal, el cual fue padre de
todos los que tocan arpa y flauta. Y Zila también dio a luz a Tubal-caín, artífice de toda obra de
bronce y de hierro; y la hermana de Tubal-caín fue Naama. Y dijo Lamec a sus mujeres: Ada y
Zila, oíd mi voz; Mujeres de Lamec, escuchad mi dicho: Que un varón mataré por mi herida,Y
un joven por mi golpe. Si siete veces será vengado Caín, Lamec en verdad setenta veces siete
lo será. Y conoció de nuevo Adán a su mujer, la cual dio a luz un hijo, y llamó su nombre Set:
Porque Elohim (dijo ella) me ha sustituido otro hijo en lugar de Abel, a quien mató Caín. Y a Set
también le nació un hijo, y llamó su nombre Enós. Entonces los hombres comenzaron a invocar
el nombre de Jehová

Génesis 4:1-26
Apocalipsis
Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y
honra y gloria y poder son del Señor Elohim nuestro; porque sus juicios son verdaderos y
justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la tierra con su fornicación, y ha
vengado la sangre de sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de
ella sube por los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se
postraron en tierra y adoraron a Elohim, que estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén!
¡Aleluya! Y salió del trono una voz que decía: Alabad a nuestro Elohim todos sus siervos, y los
que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran multitud, como el
estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el
Señor nuestro Elohim Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha
concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones
justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la
cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Elohim. Yo me
postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Elohim ; porque el testimonio de Jesús
es el espíritu de la profecía. Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo
montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de
fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía
sino él mismo. Estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es: EL VERBO DE
ELOHIM. Y los ejércitos celestiales, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio, le seguían en
caballos blancos. De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las
regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Elohim
Todopoderoso. Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y
SEÑOR DE SEÑORES. Y vi a un ángel que estaba en pie en el sol, y clamó a gran voz, diciendo a
todas las aves que vuelan en medio del cielo: Venid, y congregaos a la gran cena de Elohim ,
para que comáis carnes de reyes y de capitanes, y carnes de fuertes, carnes de caballos y de
sus jinetes, y carnes de todos, libres y esclavos, pequeños y grandes. Y vi a la bestia, a los reyes
de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra
su ejército. Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella
las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían
adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con
azufre. Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el
caballo, y todas las aves se saciaron de las carnes de ellos.

Apocalipsis 19:1-21elohim
Vi a un ángel que descendía del cielo, con la llave del abismo, y una gran cadena en la mano. Y
prendió al dragón, la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo ató por mil años; y lo
arrojó al abismo, y lo encerró, y puso su sello sobre él, para que no engañase más a las
naciones, hasta que fuesen cumplidos mil años; y después de esto debe ser desatado por un
poco de tiempo. Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi
las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Elohim , los
que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes
ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Mashiaj mil años. Pero los otros muertos no
volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años. Esta es la primera resurrección.
Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no
tiene potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Elohim y de Mashiaj, y reinarán con
él mil años. Cuando los mil años se cumplan, Satanás será suelto de su prisión, y saldrá a
engañar a las naciones que están en los cuatro ángulos de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de
reunirlos para la batalla; el número de los cuales es como la arena del mar. Y subieron sobre la
anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Elohim
descendió fuego del cielo, y los consumió. Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago
de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche
por los siglos de los siglos. Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante
del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos. Y vi a los muertos,
grandes y pequeños, de pie ante Elohim ; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto,
el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas
en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el
Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras.
Y la muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego. Esta es la muerte segunda. Y el que no
se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado al lago de fuego.

Apocalipsis 20:1-15
Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el
mar ya no existía más. Y yo Juan vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de
Elohim , dispuesta como una esposa ataviada para su marido. Y oí una gran voz del cielo que
decía: He aquí el tabernáculo de Elohim con los hombres, y él morará con ellos; y ellos serán su
pueblo, y Elohim mismo estará con ellos como su Elohim . Enjugará Elohim toda lágrima de los
ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las
primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas
todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas. Y me dijo:
Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré
gratuitamente de la fuente del agua de la vida. El que venciere heredará todas las cosas, y yo
seré su Elohim , y él será mi hijo. Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas,
los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago
que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda. Vino entonces a mí uno de los siete
ángeles que tenían las siete copas llenas de las siete plagas postreras, y habló conmigo,
diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero. Y me llevó en el Espíritu
a un monte grande y alto, y me mostró la gran ciudad santa de Jerusalén, que descendía del
cielo, de Elohim, teniendo la gloria de Elohim. Y su fulgor era semejante al de una piedra
preciosísima, como piedra de jaspe, diáfana como el cristal. Tenía un muro grande y alto con
doce puertas; y en las puertas, doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce
tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al
occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce
nombres de los doce apóstoles del Cordero. El que hablaba conmigo tenía una caña de medir,
de oro, para medir la ciudad, sus puertas y su muro. La ciudad se halla establecida en cuadro, y
su longitud es igual a su anchura; y él midió la ciudad con la caña, doce mil estadios; la
longitud, la altura y la anchura de ella son iguales. Y midió su muro, ciento cuarenta y cuatro
codos, de medida de hombre, la cual es de ángel. El material de su muro era de jaspe; pero la
ciudad era de oro puro, semejante al vidrio limpio; y los cimientos del muro de la ciudad
estaban adornados con toda piedra preciosa. El primer cimiento era jaspe; el segundo, zafiro;
el tercero, ágata; el cuarto, esmeralda; el quinto, ónice; el sexto, cornalina; el séptimo,
crisólito; el octavo, berilo; el noveno, topacio; el décimo, crisopraso; el undécimo, jacinto; el
duodécimo, amatista. Las doce puertas eran doce perlas; cada una de las puertas era una
perla. Y la calle de la ciudad era de oro puro, transparente como vidrio. Y no vi en ella templo;
porque el Señor Elohim Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero. La ciudad no tiene
necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Elohim la ilumina, y el
Cordero es su lumbrera. Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los
reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella. Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues
allí no habrá noche. Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella. No entrará en ella
ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están
inscritos en el libro de la vida del Cordero.

Apocalipsis 21:1-27
Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del
trono de Elohim y del Cordero. En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río,
estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del
árbol eran para la sanidad de las naciones. Y no habrá más maldición; y el trono de Elohim y
del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán, y verán su rostro, y su nombre estará en
sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol,
porque Elohim el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos. Y me dijo: Estas
palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Elohim de los espíritus de los profetas, ha
enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto. ¡He aquí,
vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro. Yo Juan
soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a
los pies del ángel que me mostraba estas cosas. Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo
soy consiervo tuyo, de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este
libro. Adora a Elohim. Y me dijo: No selles las palabras de la profecía de este libro, porque el
tiempo está cerca. El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo
todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.
He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su
obra. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el primero y el último. Bienaventurados los
que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida,y para entrar por las puertas en la
ciudad. Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los
idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira. Yo Yeshua

he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el
linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana. Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y
el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida
gratuitamente. Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si
alguno añadiere a estas cosas, Elohim traerá sobre él las plagas que están escritas en este
libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía, Elohim quitará su parte del
libro de la vida, y de la santa ciudad y de las cosas que están escritas en este libro. El que da
testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Yeshua . La
gracia de nuestro Señor Yeshua ha Mashiaj sea con todos vosotros. Amén.

Apocalipsis 22:1-21

Génesis Apocalipsis
En el principio creó Elohim los cielos y la tierra.
Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las
tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el
Espíritu de Elohim se movía sobre la faz de las
aguas.
Babilonia 18

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