Está en la página 1de 2

ACERCANDONOS MÁS A DIOS

LA CONDICION PARA BUSCAR Y ENCONTRAR A DIOS ESTA EN EL CORAZON, LA BUSQUEDA DEBE SER SINCERA PARA QUE
NUESTRA RESTAURACION SEA COMPLETA.

JEREMIAS 29:13 “Me buscaran y me encontraran cuando me busquen de corazón”

En más de una ocasión nos hemos dicho personalmente, “Quiero más de ti Señor”, quiero que vivas con migo, cerquita de
mí, para siempre ¡verdad!

Sentir esa alegría de su presencia en nuestras vidas y descubrimos que sin él ya no podemos vivir.

Pero la pregunta es ¿Cómo Hallarlo EN Este Mundo Tan Vacío De EL?

¡Y SI LO ENCUANTRO…! Por cuanto tiempo mantendré esa relación íntima con Él.

Una relación íntima con eL, amorosa, compasiva, perdonadora y saludable.

Las formas de buscarlo son muchas, en oración, en alabanza, en tiempo de calidad, en predicas, en la intimidad. Para
lograrlo citaremos tres aspectos muy importantes para conseguirlo: Ser humildes, ser quebrantados y servirle de corazón.

Cada una de ellas toma una parte importante en la búsqueda de mejorar la relación con nuestro Salvador.

Nuestro trabajo es mantener esa llama en nuestro ser eso que puso Dios la cual nos ayudara en todo, en buscarlo, en
mantenerlo y a gozar de su presencia en nuestras vidas

SER HUMILDES Y CON UN CORAZON HUMILDE:

Salmos 63:1

"Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde
no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he mirado en el santuario."

UN CORAZON HUMILDE

Cuando buscamos la presencia del Señor debemos hacerlo con un corazón abatido con Él reconociendo que sin Dios
estamos en el nivel más bajo que nos podríamos imaginar, la falta del amor a Él nos aleja de su lado, aunque su Espíritu
Santo nunca desea hacerlo esta Hai para cuando nosotros abramos nuestro corazón.

Mis acciones mis actos muchas veces de rebeldía de inmadurez se hacen que se vaya alejando de mi Salvador, pero si
regresamos con un corazón humilde y humillado nos perdonara alcemos nuestras manos y alabemos.

UN CORAZÓN QUEBRANTADO

Un corazón quebrantado derrama lágrimas, que son esa sangre espiritual que sube a su trono y el las recibe con agrado
mis hnos.

A veces pensamos que deberíamos estar muertos por tanto pecado que hay en mí y lo reconocemos y sabemos que por su
misericordia real y verdadera es que estamos vivos y que solo Él puede limpiarnos, pero cuando Dios encuentra un corazón
quebrantado y rendido a sus pies.
UN CORAZON DISPUESTO AL SERVICIO ISAIAS 6:8

De la palabra hebreo KUM que significa estar erguido listo esperando una orden . Sabemos que cuando nos presentamos delante de Dios
lo hacemos con el deseo de nuestro corazón para así recibir sus mandatos para nuestras vidas y decir como el profeta
Isaías ¡HEME AQUÍ ENVIAME A MI! Con la disposición de ser moldeados por el SEÑOR por medio de su palabra y su poder.

Un corazón dispuesto acepta con humildad la reprensión de DIOS.

Muchos cristiano venimos al Señor muchas veces pidiendo misericordia para nosotros pero olvidamos tenerla con el
prójimo, si pedimos también debemos dar PROVERBIOS 28:5 Los hombres malos no entienden el juicio, más lo que buscan
a Dios entienden todas las cosas.

Un corazón malo es tenebroso e impuro y en él se aloja un espíritu rebelde. Pero cuando ansiamos conocer más a Dios
nuestro corazón se vuelve humilde y limpio nuestra mente se aclara y nuestro espíritu se hace obediente, seremos capaces
de discernir lo que moralmente bueno y entonces acataremos obedientemente la dirección divina.

CONCLUSION

Por tanto, cuando leemos las palabras de Dios, debemos calmar nuestros corazones y usar nuestros corazones para
reflexionar por qué Dios dice tales cosas, cuál es la voluntad de Dios y qué resultados quiere lograr en nosotros al decir
tales cosas. Sólo contemplando profundamente sus palabras de esta manera podremos entender la voluntad de Dios y
estar más de acuerdo con su corazón, y nuestra relación con Dios será cada vez más normal. Por ejemplo, vemos que el
Señor Jesús dice: “En verdad os digo que si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”
(Mateo 18:3). Todos podemos entender el significado superficial de esta declaración, que Dios desea que nos convirtamos
en personas honestas. Pero debemos contemplar más profundamente asuntos como la importancia de ser una persona
honesta, por qué Dios ama a las personas honestas y cómo exactamente llegar a ser una persona honesta. A través de la
lectura de la oración y la contemplación de las palabras de Dios, entonces entendemos que la esencia de Dios es fiel, y que
no hay falsedad o engaño en nada de lo que Dios dice o hace, y por lo tanto Dios ama a la gente honesta y odia a la gente
embustera.

También podría gustarte