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DELÉITATE EN EL SEÑOR

Deléitate en el SEÑOR,
    y él te concederá los deseos de tu corazón. Salmos 37:4

¿Piensa en algo que te gusta?, que te genere satisfacción.

La palabra deleite significa "obtener gran placer, satisfacción y felicidad"

Otro significado de la palabra hebrea para deleite es "suavidad y ternura". Los verdaderos
amantes de Dios son aquellos que siempre están dispuestos a aprender y son dóciles en sus
manos.

¿Cuál es el deleite de Dios?


Deleitarse en Dios es una comunión personal del alma con Dios, que surge de la comprensión de la
belleza que hay en Dios y a la vez una confianza total que nos permite ser moldeados por Él.

¿Cómo Dios concede las peticiones del corazón?


El Salmos menciona algunos requisitos importantes para que Dios pueda conceder las peticiones de
nuestro corazón. ... Orar en el nombre de Dios quiere decir orar conforme a sus deseos y planes. Toda
petición debe conformarse a la voluntad de Dios y debe tener el propósito de honrarle y glorificarle.

Porque Papá se compromete a cumplir nuestros deseos una vez nos deleitemos en él.

Enamorarse es bellísimo. La emoción que dan los primeros encuentros con el ser amado es inigualable. 
La primera vez que tomas a esa persona de la mano es casi eléctrica.  Inicias un camino que promete
siempre fuegos artificiales.
Todo el día piensas en esa persona, y procuras tener los mayores detalles posibles para hacerle sentir tu
amor.
Enamorarse de otra persona, es increíble. Pero… ¿enamorarse de Dios?

Me llama la atención la palabra “DELEITE”

Por ejemplo:
“Venir a comer a este restaurante es un deleite”, “Nada me causa más deleite que sentarme a leer a orillas
del mar”, “El concierto fue un deleite para todos los asistentes”.

¿No te gustaría que esas palabras fueran una descripción de tu relación con tu Creador, una
en la que tanto tú como él disfruten el tiempo que pasan en la presencia del otro?

Ejemplo; Iniciar un romance con Jesús es iniciar una gran historia de amor y de muchos retos.

¿Cómo podemos deleitarnos en DIOS?

Atráeme; en pos de ti correremos.


El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.
Cantares 1:4

1.Deleitate en la palabra: Salmos 119:16 Me deleitaré en tus estatutos, y no olvidaré tu palabra.


¿Te encanta escuchar la voz de tu esposo? ¿A veces, quieres estar en la habitación en la que él está solo
para poder hablarle repetidas veces? Así debe ser con la palabra de Dios. Nuestro creador quiere hablar con
nosotros. Anhela compartir su corazón y pasiones con sus hijos pero tenemos que fomentar su presencia
para lograr esa conexión. Todos están envueltos dentro de las Sagradas Escrituras.

Sería imposible exagerar la importancia de deleitarse en cada palabra que procede de la boca de Dios. ¿Está
encontrando tiempo para estar en su palabra y deleitarte en lo que él le dice? Entonces te encuentras
teniendo una verdadera relación y cercanía con el Creador.

Jeremías 15:16
Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi
corazón, porque se me llamaba por tu nombre, oh SEÑOR, Dios de los ejércitos.

2.Deleitate en sus caminos: Salmos 128:1 Dichosos todos los que temen al Señor, los que van por sus caminos.
Deleitarte en el camino de Dios y en la forma en que obra en tu vida es lo que te hace más como Cristo. Los
caminos de Dios incluyen esperar en él. Sí, ¡espera en el Señor! Esperar significa "tener paciencia sin
desespero". Debemos llevar nuestro corazón al corazón de Dios y aprender sobre sus caminos.

Muchos aman las obras de Jesús, ¡porque los milagros son realmente asombrosos! Nos encanta ver a Dios
obrar pero no nos gusta seguir los senderos correctos, y esto es un error grave. Conocer los caminos de
Dios es conocer su corazón y si no tenemos idea de lo que son, estamos mal. Deléitate con sus caminos, no
importa lo desconcertantes que te parezcan en un momento dado

Ejemplo: Jesús es tan real como yo: Carlo Auti, muere de leucemia fulminante, pero un dia le dijo a su
madre llévame a la iglesia para encontrarme con Jesus, en el miraba un amigo. Cuando estaba a punto de
morir dijo: “Mamá, no te preocupes, he vivido mi vida sin malgastar el tiempo en cosas que no agradan a
Dios“, le dijo a su madre para consolarla.

3.Deléitate con sus maravillas


Piensa en el momento en el que te deleitaste con algo, tal vez una puesta de sol. Mientras te deleitabas con
la puesta de sol, ¿deseabas comer? ¿O zapatos nuevos? ¿O la fama? No. En ese momento, lo que deseabas
era exactamente lo que estabas presenciando. Querías seguir disfrutando de la belleza del atardecer.

Más adelante puede que tengas otros deseos, pero en el momento en que te deleitabas con ese preciso
acontecimiento, no venía nada más a tu mente. De la misma manera, cuando nos deleitamos en el Señor,
lo que deseamos es a Dios: seguir contemplando su gloria, adorando su majestad, viendo su belleza.
Entonces, cuando esto ocurre, los deseos que tenemos en nuestro corazón son para el Señor. Por lo
tanto, el Salmo 37:4 significa que, si nos deleitamos en el Señor, él satisfará nuestros deseos dándonos
más gozo en él
Porque todo gira alrededor de él, y NO pedirás fuera de lo que hay en su corazón porque estas conectado con
Jesús.

Deléitate en la adoración
NO hay nada más hermoso que el reciba adoración de sus hijos, te impregnas tanto de DIOS que lo único que anhelas
es hacer su voluntad.
Salmos 36: 7-8
Tú, SEÑOR, cuidas de hombres y animales;

¡cuán precioso, oh Dios, es tu gran amor!
    

Todo ser humano halla refugio


    a la sombra de tus alas.

Se sacian de la abundancia de tu casa;
    les das a beber de tu río de deleites.

Porque en ti está la fuente de la vida,
    y en tu luz podemos ver la luz.
No sirvas sin pasión, sin amor, sin deleite, gózate y alégrate en lo que haces. Me despojo de MI. Deja la rutina y vuélvete a
un romance eterno. Jeremias dijo: 7 Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido; más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido escarnecido,
cada cual se burla de mí. 8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y
escarnio cada día. 9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis
huesos; traté de sufrirlo, y no pude.

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