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UNIVERSIDAD DE CARABOBO

Dpto. de Salud Odontológica Comunitaria

TEMA 3
ODONTOLOGÍA SANITARIA

Valencia, junio 2018


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ODONTOLOGÍA SANITARIA

Es la disciplina de la Salud Pública que tiene como misión el diagnóstico, prevención y


tratamiento de los problemas de la salud bucal de la comunidad. Así entendida, la
odontología sanitaria tiene su objetivo perfectamente caracterizado: la salud bucal de
la comunidad. El individuo que la ejerce, el odontólogo sanitario es un especialista de
la salud pública. Es un sanitario especializado en una disciplina de la salud pública.

En general, la definición de odontología sanitaria, suele ser una adaptación de salud


pública. Downer, a partir de la definición de salud pública define la odontología sanitaria
como “El arte y la ciencia de prevenir la enfermedad bucal, promover la salud bucal y
mejorar la calidad de vida a través de los esfuerzos organizados de la comunidad”. En este
caso la comunidad es el paciente más que el individuo en sí.

La odontología sanitaria, estaría integrada en la salud pública. Su objetivo sería la


promoción y la prevención de la salud bucal, así como la restauración de la misma en la
comunidad. La odontología sanitaria tiene un ámbito mucho mayor que la odontología.

En la odontología sanitaria los integrantes de la comunidad intervienen en la planificación,


administración, gestión y control de las acciones que llevan al óptimo estado de salud bucal
de sus integrantes, con responsabilidad y participando activamente

Como miembro del equipo de la salud pública, el odontólogo sanitario procura conocer los
problemas de salud de su paciente, la comunidad; como especialista estudia con detalle los
problemas odontológicos que son parte integrante de esos problemas de salud. Esto le
permite tener una visión de conjunto para ver los problemas odontológicos en su propia
perspectiva, sin disminuirlos o hipertrofiarlos.

Como elemento integrante de una profesión multidisciplinaria de profesionales de


igual nivel, como dice McGavran, el odontólogo sanitario debe ser capaz de mantener
siempre el sentido de la justa proporción de su programa, en relación con el programa
general de la salud pública. Debe contribuir para que el programa de salud pública de su
comunidad sea equilibrado, esto es, para que las actividades desenvueltas en las varias
áreas de la salud, guarden proporción con la importancia relativa de los problemas. Una de
sus virtudes debe ser el sentido de la proporción.

Para el odontólogo sanitario; la comunidad puede ser una ciudad o parte de ella, si trabaja a
nivel local; o un estado, región, país, o grupos de países, si trabaja a otros niveles. En
cualquiera de ellos, lo que importa es la visión de conjunto de la comunidad, tanto más
compleja cuanto más extensa sea geográficamente y mayor el número de población. Por
extensa y compleja que resulte, para efectos de trabajo podrá ser subdividida en unidades
menores, de modo que, en conclusión, la comunidad local será el extremo de la cadena,
el punto de aplicación de los beneficios de un programa de odontología sanitaria en
cualquier nivel.

A efectos didácticos procuraremos esquematizar los problemas de salud de una comunidad


relacionados con la caries dental, por ejemplo, y en relación con los recursos que vienen
siendo aplicados para su solución, a fin de analizar la actuación del odontólogo sanitario.
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(Fig. 1) Esquema representativo de las formas de actuación del odontólogo sanitario


para resolver un determinado problema de salud bucal de la comunidad.

A B Q E

AECF: EL PROBLEMA
G H ABCD: PREVENCIÓN
BEGH: SECTOR PRIVADO
y y IJDF: SECTOR PÚBLICO
K L GHIJ: AREA PROBLEMA

M N
z z
I J

C D R F

PREVENCIÓN
0% a% B% 100%
Límite de Fuerzas Métodos Preventivos
Extensión Actual de Métodos Preventivos

Identificada la situación se deberá actuar aislada o simultáneamente sobre las otras áreas para
reducir o eliminar el área problema.

ACTIVIDADES PREVENTIVAS ACTIVIDADES CURATIVAS

Siendo el rectángulo AECF la extensión teórica del problema (Fig 1) podrá ser
subdividido en cuatro áreas distintas:

1ª área (ABCD): parte del problema que está siendo resuelto con métodos preventivos.
2ª área (BEGH): parte del problema que está siendo resuelto por las acciones de la
clínica particular. (privada)
3ª área (IJDF): parte del problema que está siendo resuelto por los servicios sociales
del estado, para estatales, cooperativos y filantrópicos.
4ª área (GHIJ): área descubierta (área problema)
5ª área (OLPN): extensión mínima teórica del área problema.

El odontólogo sanitario, después de diagnosticar la existencia de un área problema (GHIJ)


deberá poner en juego toda su imaginación, ingenio y arte para reducirla o eliminarla,
actuando de manera aislada o simultáneamente en las tres primeras áreas para que,
aumentándolas al máximo, pueda reducir o eliminar su propio problema (4ª área).
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Podrá actuar en dos sectores, el de prevención y el de tratamiento.

En el sector de la prevención, su arte se ejercería en el sentido de la flecha “x”,


procurando aumentar el área cubierta por la prevención y desplazar la línea BD hasta un
límite QR, teóricamente posible, que sería lo que llamamos el límite de la fuerza de los
métodos preventivos. Con relación a problemas en que la fuerza de los métodos preventivos
es de 100%, sería posible hacer desaparecer el área problema simplemente por la actuación
en el aspecto preventivo. El límite del desplazamiento de BD en sentido de “x”, sería en
este caso EF. En el caso de nuestro ejemplo, la caries dental, no conocemos el límite de la
fuerza combinada de los métodos preventivos actualmente disponibles; probablemente sería
del orden del 80% o más. Con cierto optimismo, algunos autores consideran ya la caries
como evitable y atribuyen la fuerza de 100% a una combinación de los métodos actuales de
suplementación de flúor y control del consumo de azúcar.

La actuación del odontólogo sanitario podría tomar las mas variadas formas, como por
ejemplo, campañas pro fluoruración del agua, programas de aplicaciones tópicas, de
educación sanitaria, trabajo junto a los odontólogos, en asociaciones profesionales, o junto
a las escuelas de odontología, a fin de promover una mejor utilización de métodos
preventivos. En todos los casos el objetivo final sería el mismo: aumentar el área cubierta
por la prevención, desplazar BD en sentido de “x”.

En el sector del tratamiento, el odontólogo sanitario tendría que contribuir con todos sus
esfuerzos para conseguir el aumento de la cobertura dada a la comunidad por todos
aquellos que le presten servicios de asistencia odontológica. Su atención se volvería, por
un lado, hacia los servicios prestados por la clínica particular y por el otro hacia los
servicios sociales.

Aumentando las áreas BEGH (clínica particular) e IJDF (servicios sociales), por un
desplazamiento de GH en el sentido de “y” y de IJ en el de “z”, sería reducido por dos lados
el rectángulo GHIJ, representativo del área problema.

En el caso de la clínica particular, por ejemplo, si existiese mano de obra profesional


subutilizada y el nivel económico de la comunidad lo permitiera, podrían establecerse
programas de financiación de servicios odontológicos (postpayment) combinados con
programas de educación sanitaria. En el supuesto de utilización plena de mano de obra, se
podrían divulgar sistemas de trabajo que permitan un considerable aumento de la
productividad. En ambos casos, el sanitarista estaría procurando desplazar GH hasta KL,
límite teórico de la cobertura que le es posible a la clínica particular, con los métodos y
recursos de que se dispone actualmente.

En el caso de los servicios sociales, la actuación también sería en el sentido de aumentar el


empleo de los mismos, si se hallaban en estado de subutilización y en el aumento de su
productividad, hasta que el rendimiento, partiendo de su nivel actual IJ, alcance el límite
teórico previsto MN. El verdadero arte de la odontología sanitaria está en obtener
reducciones apreciables del área problema, sin incremento de recursos, mediante el
aumento del rendimiento de los servicios existentes. El aumento de la cobertura a base de la
expansión de los servicios y del aumento de los recursos, no siempre resulta posible en los
programas de salud pública, sin afectar el equilibrio de éstos.
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Volviendo al esquema de la Fig. 1 y con la explicación que ya fue dada; podríamos,


suponiendo que la actuación en las tres primeras áreas hubiese resultado eficaz, alcanzar los
límites teóricos y reducir el área problema a una fracción de su tamaño original,
representada por el rectángulo con dobles trazos OLPN. Idealmente, el área OLPN sería
igual a O cuando la línea KL se superpusiese a MN, esto es, cuando los recursos
combinados de la clínica particular y de los servicios sociales, permitiesen la cobertura total
de las necesidades de tratamiento de la comunidad, o la línea BD alcanzase EF por la
aplicación plena de métodos preventivos con una fuerza de 100%.

Analizando el trabajo que habría desempeñado un odontólogo sanitario en la forma descrita


anteriormente, comprobamos que no corresponde con los conceptos considerados como
ortodoxos acerca de lo que es el trabajo de odontología sanitaria. La idea de que la
odontología sanitaria es prevención o de que odontología sanitaria es asistencia al
indigente, a la gestante, al escolar o a cualquier otro grupo, no tiene razón de ser.
Odontología sanitaria es trabajo organizado de la comunidad, en la comunidad y para
la comunidad, en el sentido de obtener las mejores condiciones medias posibles de
salud oral.

No existe una dicotomía entre clínica particular y odontología sanitaria. La clínica


particular es una aliada importantísima en el trabajo del odontólogo sanitario en países
industrializados de libre empresa. En comunidades de alto nivel económico, la cobertura
dada por ella puede alcanzar casi el 100%.

Por otro lado, en países de economía planificada centralmente, en países donde el estado
dispone de amplios recursos, o en países de libre empresa de economía agraria primitiva, la
actividad de la clínica particular en el sector de tratamiento es reducida; en cambio, la de
los servicios sociales adquiere gran amplitud.

El esquema presentado tiene aplicación universal y permite una filosofía de la salud pública
también de carácter universalista, aplicables a países en distintas etapas evolutivas y con
diferentes sistemas de organización político-económica. En cualquier caso tenemos
problemas de salud que en su conjunto pueden ser expresados por una cierta área
rectangular indicativa de la extensión teórica del problema, en el supuesto de que no se
intervenga en el mismo.

Para la resolución de los problemas se puede disponer de métodos preventivos y curativos,


constituyendo la prevención de la enfermedad el ideal a lograr. Podemos, por medio de un
trazo vertical en el rectángulo delimitar a la izquierda del mismo el área de la enfermedad
actualmente prevenida, representando un cierto porcentaje del área total. El límite teórico
de la fuerza de los métodos preventivos disponibles, sería representado por una línea
vertical de puntos. Esa línea se superpondría al lado derecho del rectángulo cuando
existiesen métodos con eficacia de 100%. Las enfermedades susceptibles de prevención
parcial, tendrían la vertical del límite teórico en el punto determinado por la fuerza del
método. Las enfermedades aún no susceptibles de prevención en sentido estricto, tendrían
su límite en el 0% y la primera área se reduciría a una línea, el lado izquierdo del
rectángulo.
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En el sector del tratamiento tenemos dos áreas, separadas por horizontales, indicando la
cobertura dada por la clínica particular y por los servicios sociales. El espacio vacío entre
el área de prevención y las dos áreas de tratamiento delimitan el área problema del
odontólogo sanitario.

El odontólogo sanitario que estamos describiendo como elemento principal encargado de


la odontología sanitaria en una comunidad, sería el que trabaja en los servicios de los
ministerios de salud pública. Cuando está adscrito a otros tipos de servicios sociales, el
ámbito de su trabajo tendría que ser reducido para ajustarse a los objetivos del servicio al
que pertenece. Así por ejemplo, un odontólogo sanitario jefe de un servicio dental escolar,
ya estaría por razón de su misma función, vinculado especialmente a los problemas de la
edad escolar. La limitación de su atención a un grupo de edad no implica, sin embargo, el
restringir su actuación a la tercera área (servicios sociales); por el contrario muchas veces
en un servicio escolar el trabajo es mucho más fructífero cuando se concentra en las dos
primeras áreas.

El odontólogo sanitario no debe nunca hacer frente a su trabajo en forma pasiva, como la de
prestar asistencia en un servicio social exclusivamente a aquellos que lo requieran. Esta
sería una fórmula segura de transformar un trabajo que es por naturaleza estimulante, en
frustración rutina y desaliento. Su actuación debe ser orientada en una forma amplia, osada,
agresiva, considerando a la comunidad como a un paciente.

RELACIONES DE LA ODONTOLOGÍA SANITARIA CON LA ODONTOLOGÍA


Y CON LA SALUD PÚBLICA

Si consideramos a la salud pública como profesión independiente, la odontología sanitaria


constituirá una de sus especialidades perfectamente caracterizadas. Por otro lado, la
odontología sanitaria constituye también una de las especialidades de la odontología.

Este doble carácter aparece perfectamente caracterizado en los Estados Unidos. Por una
parte, la odontología sanitaria es reconocida como una de las especialidades de la
odontología. Por otra, la odontología sanitaria constituye una sección de la Asociación
Americana de Salud Pública. Así los odontólogos sanitarios, como dentistas, son miembros
de la Asociación Dental Americana (ADA); como sanitaristas son miembros de la
Asociación Americana de Salud Pública (APHA) y como odontólogos sanitarios forman
una asociación independiente, la Asociación Americana de Dentistas de Salud Pública
(AAPHD),

De este modo, el odontólogo sanitario viene a resultar vinculado a dos profesiones,


circunstancia que implica una doble lealtad no siempre fácil de mantener. El dilema del
odontólogo en salud pública es el de todos los miembros del equipo. El odontólogo
sanitario es primordialmente un sanitario y sólo así podrá actuar con eficacia plena en un
equipo democrático e interdisciplinario de profesionales de igual nivel, como el que
constituye la salud pública.

El importante papel representado por la profesión organizada en el desenvolvimiento


ulterior de la odontología sanitaria, todavía exige y exigirá por algún tiempo del odontólogo
sanitario, una actitud de flexibilidad. La lealtad debida a la profesión de origen no significa
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subordinación. Por el contrario, es una oportunidad, un reto a la capacidad rectora del


odontólogo sanitario. Los mejores programas de salud pública son aquellos en que los
odontólogos sanitarios son elementos activos, respetados, de sus organizaciones
profesionales.

Cuando se produzcan situaciones de conflicto, el odontólogo sanitario tiene la misión de


poner en claro ante los líderes profesionales los puntos de vista de la salud pública y
orientar su conducta por los cauces que la lógica, la razón y el sentido común le indiquen,
dentro siempre de las normas de la ética y sin transigir frente a intereses subalternos.

RELACIONES CON LA ODONTOLOGÍA PREVENTIVA

Las relaciones de la odontología preventiva con la odontología sanitaria son semejantes a


las que la medicina preventiva guarda con la salud pública en general. La odontología
preventiva suministra al odontólogo sanitario, las armas para la lucha contra las
enfermedades y los instrumentos de trabajo o métodos para uso en los programas de
odontología sanitaria.

Odontología preventiva y odontología sanitaria no son sinónimos. La distinción entre


ambas es muy clara. Tomando el término de prevención en su sentido estricto, odontología
preventiva es la parte de la odontología que trata de los diferentes métodos por medio
de los cuales se pueden prevenir las enfermedades orales. En la odontología preventiva,
cuando se estudia un método preventivo, no importa saber si dicho método va a ser
aplicado en clínica particular o en salud pública. Esta selección corresponde a la
odontología sanitaria. La odontología preventiva está constituida por una suma de
conocimientos que cuando son aplicados, bien sea en la clínica particular o en servicios
sociales o como medidas colectivas permiten prevenir total o parcialmente las
enfermedades cuya atención compete al odontólogo.

La odontología sanitaria se sirve de los conocimientos que le aporta la odontología


preventiva para aplicarlos, a través de la clínica particular, de servicios sociales o de
medidas colectivas, en el tratamiento de las comunidades. La odontología preventiva,
tomando el término prevención en el sentido amplio que le atribuyen Leavell y Clark, pasa
a ser sinónimo de odontología integral, sin dejar por eso de ser instrumento de la práctica
de la odontología sanitaria.

RELACIONES CON OTRAS CIENCIAS

La odontología sanitaria es una especialidad de mayor ámbito que la odontología. El


concepto actual de salud pública como tratamiento de la comunidad pone a esta ciencia y
con ella a todas sus disciplinas, en una posición intermediaria entre las ciencias sociales y
las biológicas. El término “salud” la conecta a las ciencias biológicas; el término “pública”,
a las ciencias sociales.

El odontólogo sanitario trae de la odontología sus instrumentos de trabajo para resolver los
problemas de la salud oral, y de la salud pública, los conocimientos que lo habilitan para
usarlos, junto con otras especialidades de la salud pública, en programas integrados de
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salud pública; que se definen como aquellos en que los diferentes problemas de salud de la
comunidad son atacados simultánea y armónicamente por los varios especialistas de salud
pública, trabajando en equipo.

Pero esos conocimientos, de odontología y de salud pública, por sí solos no hacen un buen
odontólogo sanitario. Para ello habrán de ser completados con un fondo amplio y sólido de
conocimientos de las ciencias sociales.

Mientras el trabajo en ciertas especialidades de la odontología exige gran profundidad en


campos cada vez mas circunscritos, la labor en odontología sanitaria exige gran extensión,
gran superficie y en campos cada vez más amplios. El especialista en cualquier disciplina
de salud pública tiene que proyectar su estudio hacia dos áreas igualmente importantes. Por
una parte necesita estar al día en su especialidad, con los progresos recientes en odontología
preventiva y en odontología de un modo general. Por otra, para poder actuar en el equipo de
salud pública, en igualdad de condiciones con los demás miembros del equipo, debe
prepararse para comprender, apreciar y criticar el programa de salud pública en su conjunto
o, en otras palabras, debe potencialmente estar en condiciones de si no actuar, por lo menos
pensar como generalista. Ahora bien, es imposible actuar como generalista, sin una base
sólida en las ciencias sociales y en humanidades. El sanitarista necesita situarse en el
tiempo y en el espacio, ha de comprender a la comunidad en sus más íntimos aspectos y
problemas. Historia, geografía humana, geografía económica, demografía, sociología,
psicología social, antropología cultural, ciencia política y economía política, son campos
del conocimiento humano de los que el odontólogo sanitario debe poseer, si no un dominio
profundo, por lo menos un conocimiento instrumental.

El odontólogo sanitario completo aquel cuya voz logrará ser oída y cuya opinión merecerá
ser acatada en una reunión de especialistas y generalistas de salud pública, será aquel cuya
especialidad se asiente sobre base más sólida. Sólo una base general de amplia cultura
podrá hacer líderes en odontología sanitaria.

La odontología sanitaria es una disciplina o especialidad de la salud pública. El especialista


que la ejerce es el odontólogo sanitario. Su posición en el equipo de salud pública, equipo
democrático de profesionales de igual nivel, es la misma que la de los otros especialistas. El
administrador de salud pública es el generalista, el que mantiene el equilibrio del programa
y dirige su coordinación. La formación de un sanitario que haya de actuar primordialmente
como generalista, debería ser organizada de modo que no careciera de un mínimo de
profundidad en cada una de las especialidades de la salud pública, incluida la odontología
sanitaria.

El odontólogo sanitario debe considerar como su misión, la de lograr para la comunidad a


la que debe servir, el grado mas alto posible de salud oral para los individuos que la
constituyen. Por lo tanto, tiene que preocuparse de poner en práctica todos los medios por
los cuales es posible prevenir o tratar las afecciones sanitarias y orales de la comunidad. En
suma deberá preocuparse de:

a- La utilización, siempre que sea posible, de medidas de carácter colectivo para


reducir la incidencia de enfermedades dentales en la comunidad.
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b- Que los odontólogos de la comunidad empleen al máximo, las medidas


preventivas de carácter individual
c- Aumento de la productividad de trabajo del odontólogo, allí donde las
necesidades y demanda superen la capacidad de prestación de servicios
d- Del aprovechamiento máximo de las posibilidades de la clínica particular, por
los individuos cuyos recursos económicos lo permiten.
e- De la organización y funcionamiento eficaz de servicios odontológicos, para la
atención, con carácter suplementario, de aquellos individuos que no están en
condiciones de pagar por los servicios profesionales.
f- La organización y consiguiente funcionamiento adecuado de servicios
odontológicos para la atención individual de miembros de distintos grupos de
población que, bien sea voluntariamente (sociedades mutuas), o en virtud de
medidas legislativas (previsión social), utilizan otros sistemas de pagos distintos
al que supone el efectuado directamente por el paciente al profesional, como
retribución por los servicios de éste.
g- Los medios de aumentar los recursos de mano de obra y financieros para los
servicios odontológicos, al ritmo el desenvolvimiento económico-social de país.

Para alcanzar esas metas, posee gran eficacia el método educativo, que consiste en:

1- Educar al individuo para la solicitud y utilización plena de los recursos


existentes.
2- Educar al odontólogo en la adopción de métodos preventivos y de los que
aumentan la productividad del trabajo clínico
3- Educar a la comunidad para que, dentro de la tradición política y cultural que le
son propias, adopte la organización mas eficaz posible para la distribución y
remuneración de los servicios profesionales.

En resumen, el sanitario procurará utilizar sabiamente los recursos a su disposición e


influenciar a la comunidad para que emplee hasta el máximo los recursos que escapan al
control de él.

CARACTERIZACIÓN Y JERARQUÍA DE LOS PROBLEMAS DE LA


ODONTOLOGÍA SANITARIA

¿Cómo se caracteriza un problema de odontología sanitaria? Siendo la odontología


sanitaria una disciplina de la salud pública, sus problemas deben ser al mismo tiempo
problemas de salud pública, esto es, deben reunir los requisitos necesarios para que un
problema de salud pueda ser considerado como un problema de salud pública.

¿Que caracteriza entonces un problema de salud pública?. La fórmula más didáctica


que conocemos para caracterizar un problema de salud pública, es la propuesta por Sinai.
Según este autor, un problema de salud debe ser considerado como problema de salud
pública cuando reúne tres condiciones esenciales:

1- Cuando constituye una causa común de morbilidad o mortalidad


2- Cuando existen métodos eficaces de prevención y control.
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3- Cuando dichos métodos no están siendo utilizados de un modo adecuado


por la comunidad.

La primera condición es de importancia fundamental para la caracterización de un


problema de salud pública ya que cuanto más frecuentemente aparezca como causa de
morbilidad o mortalidad, tanto mayor es su significado sanitario.

Con respecto a la segunda condición, tomando a la prevención en el sentido amplio, una


determinada enfermedad bucal solo sería excluida en el caso de que no se pudiese hacer
absolutamente nada para prevenirla o para tratar o rehabilitar al individuo.

La última condición es axiomática. En el momento en que los métodos conocidos están


siendo utilizados plenamente, el problema deja de serlo. Solo reaparecerá como tal cuando
se descubran métodos más efectivos de prevención o control y no sean éstos introducidos
adecuadamente en la comunidad.

Dados los términos del concepto de Sinai, el considerar o no a una enfermedad bucodental
como problema de salud pública, dependerá principalmente de cuán elástico es nuestro
concepto sobre lo que es común o es raro. En el caso de la caries dental, por ejemplo, no
cabe duda; es de las enfermedades más frecuentes que afectan a la humanidad; existen
métodos de prevención parcial y de control y, por lo general, dichos métodos no son
utilizados en su debida extensión. No queda ninguna duda, pues, de que la caries dental es
un problema de salud pública. Pero, ya en el caso de anomalías congénitas como el labio o
paladar hendido, cuya incidencia varía alrededor de 1 por cada 1000 nacidos vivos ¿serán
lo suficientemente comunes como para considerarlas problemas de salud pública? Si
respondemos con la afirmativa estaremos ampliando considerablemente los problemas de la
odontología sanitaria.

Un grupo de consultores reunidos por la Organización Mundial de la Salud,


enumeró las siguientes enfermedades o grupos de enfermedades que constituyen riesgos
para la salud bucal:
1- Caries dental
2- Periodontopatías
3- Maloclusiones
4- Malformaciones congénitas de labio y paladar
5- Cáncer bucal

A esos cinco grupos podríamos aumentar como sugiere Striffler basándose en otros
autores, los siguientes:
6- Fluorosis dental
7- Secuelas de traumatismos faciales
8- Estigmas de sífilis congénita
9- Enfermedades ocupacionales con manifestaciones bucales

No nos parece conveniente aumentar la lista que, para ser completa, terminaría por incluir a
todas las entidades nosológicas de la patología buco-dental.
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Tan exagerada ampliación del concepto de problema de salud pública, vendría a hacer
desaparecer el límite entre lo que constituye un problema de tipo individual, relativamente
raro y un problema colectivo de salud, problema de salud pública o problema de
odontología sanitaria.

La enumeración de los problemas de la odontología sanitaria que fue hecha anteriormente


no pretende presentarlos por orden de importancia. En cada comunidad, los problemas de la
odontología sanitaria, una vez caracterizados como tales, es decir, si reúnen los requisitos
fijados por Sinai, deberán ser dispuestos en orden de importancia, de acuerdo con su
significación social y sanitaria.

Los principales criterios empleados para establecer la prioridad relativa de los


problemas de la odontología sanitaria son:

1- Número de personas afectadas


2- Severidad del daño causado
3- Posibilidades de actuación eficaz
4- Costo per cápita
5- Grado de interés de la comunidad

Ninguno de estos criterios puede ser tomado aisladamente; es su atención en conjunto lo


que hace que un problema se destaque entre los demás, o que ocupe un lugar subalterno en
la escala de los problemas.

La caries dental por ejemplo, es casi siempre el problema número uno en odontología
sanitaria por las siguientes razones:

1- Por su frecuencia, ya que puede afectar al 99% o más de la población


2- Por el daño causado, puesto que determina insuficiencia masticatoria y
alteraciones en la estética facial, pudiendo ser causa directa de periodontopatías
y maloclusiones y agravar, por consiguiente, otros problemas de la odontología
sanitaria.
3- Por las posibilidades de actuación eficaz. Estamos hoy mejor provistos para
combatir la caries dental, que para combatir otros problemas de la odontología
sanitaria
4- Por el costo per cápita. Proporcionalmente es mas barato llevar a cabo un
programa contra la caries dental, que un programa de atención ortodóncica o
periodontal.
5- Por el interés de la comunidad. De un modo general los problemas de salud que
mayor interés despiertan en una comunidad, son aquellos que representan un
riesgo de muerte o de incapacidad permanente y llevan consigo la duda en
cuanto a la posibilidad de atacar a una determinada persona. Esa duda y la
gravedad de la enfermedad se combinan para dar un aspecto dramático al
problema. Por lo general los problemas de la odontología sanitaria no despiertan
con frecuencia el interés espontáneo de la comunidad, a no ser que exista ya un
alto nivel de educación sanitaria. Entre los problemas odontológicos, es
comúnmente la caries dental la que despierta mayor interés. Tal vez por la
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noción intuitiva de que constituye el problema que afecta a mayor número de


individuos y el que ofrece más altas posibilidades de éxito al combatirlo.

En determinadas situaciones, la caries dental podrá ceder a otros problemas esa precedencia
primaria. En áreas de fluorosis endémica grave, este problema adquiere sin duda mayor
importancia que la caries dental. Las situaciones en que la caries dental es desplazada del
primer lugar por otros problemas de la odontología sanitaria, constituyen las excepciones
que confirman la regla.

Al igual que en el campo de la salud pública, es costumbre decir que en determinado país se
está aún en fase de las enfermedades transmisibles o del saneamiento básico del medio, en
tanto que en otro ya se está en la fase de las enfermedades crónicas, también en odontología
sanitaria podríamos decir que todavía estamos en la fase de la caries dental: tal es la
desproporción que existe entre éste y los demás problemas de la odontología sanitaria.

La siguiente fase que tendremos que recorrer, será también la de las enfermedades crónicas,
las enfermedades de la edad madura. Pasaremos a esta fase, el día que se haya resuelto
satisfactoriamente el problema de la caries dental, las periodontopatías ocuparán la atención
del odontólogo sanitario. Por ahora estamos casi inermes ente este grupo de enfermedades y
la caries dental continúa siendo causa indirecta e importante de su origen.

En síntesis, la idea que pretendemos fijar con claridad es que la odontología


sanitaria tiene a su cargo el hacer frente a numerosos problemas que reúnen las condiciones
necesarias para ser considerados como problemas de salud pública. Por lo general, los
recursos con que se cuenta son muy limitados y por lo tanto el sanitarista tendrá que
decidirse por algunos de ellos, dándoles preferencia en sus programas. Para efectuar la
selección en forma racional, aplicará varios criterios en la evaluación de cada problema y
verá cual de ellos reúne en su conjunto mayor número de circunstancias favorables para su
selección.

Tomado de: Cháves, M. (1962). Odontología Social. Brasil. Editorial Labor Do Brasil.
Con el apoyo bibliográfico de:
Rioboo, R. (2002) Odontologia Preventiva y Odontologia Comunitária. Ediciones
Avances. Madrid.
Transcrito por: Jacqueline Mireles para la asignatura Salud Pública y Epidemiología.
Departamento Salud Odontológica Comunitaria. Facultad de Odontología. Universidad de
Carabobo.

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