TRANSFORMANDO MI AUTOCONCEPTO 1 –

A. Si tuvieras el poder de cambiar cualquier cosa en cuanto a ti mismo, ¿cuáles cosas cambiarías?
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B. Identifica cuáles de estos cambios tienen que ver con:

1. Tu apariencia física 2. Tus habilidades 3. Tus actitudes 4. Tus bienes materiales.

C. El mundo tiene tres espejos para establecer la identidad:

1. Las acciones. “Dado que actúo con impaciencia, entonces soy una persona impaciente.” No podemos
determinar nuestra identidad verdadera por lo que hacemos. Lo que hacemos es el resultado de lo que ya
creemos de nosotros.
2. Cómo otros nos ven. “inteligente”. “guapo”. Ellos determinan tus puntos fuertes y tus debilidades
desde su punto de vista de tu apariencia externa y tus acciones. Puede ser que sí representan, o no al tú
verdadero. Una vez que crees que tienen razón, siempre responderás de acuerdo con eso.
3. Comparación. Si le “ganas” al otro, el resultado es el orgullo. Si tú “pierdes”, te sientes inferior.
EJEMPLO: Dn. 1:6,7 y 4:8: Daniel, Que querían cambiarle el nombre, es decir tacharlo, de Daniel que
significaba Dios es mi Juez, a Beltsasar: que Bal proteja su vida, y dime si no parece ahorita que quieren
meter un cambio de género, y que nosotros lo abracemos como si fuera normal. El cambio del nombre
de Daniel era un enfoque ya no en Dios, sino en el hombre. Misael: Quién como Dios, por Mesac: Quién
como venus, y A Ananías que significa amado por Dios, por Sadrac: iluminado por Ra. Azarías, Jehová
es mi ayudador, por Abednego que es el sirviente de Nebo, es decir pasando de Hijo de Dios, a esclavo
de hombre.

E. Dios tiene un solo espejo para que establezcas la auto-imagen correcta: Jesucristo. ¿Qué enseña
Stg.1:22-25 en cuanto a esta verdad?

2 Co. 3:14-18 también habla de la Biblia como un espejo. Según v. 16-17, ¿cuál es el requisito para
poder ver la verdad de Dios en Su Palabra?

¿Cuál es el proceso divino para cambios verdaderos en nuestro ser? 2 Cor. 3:18
F. El amor de Dios es la base de nuestro auto-concepto y trato con otros.
¿CUÁNTO VALES?
1. En el mercado, asignamos valor por medio del precio que ponemos sobre algo, o la cantidad que
estamos dispuestos a pagar. Cuando Dios nos redimió (o sea, cuando Él nos compró), ¿cuánto estaba
dispuesto a pagar por nosotros?
1 Pedro 1:18-19
¿Qué nos dice en cuanto a nuestro valor delante de Dios?
¿Quién sabe mejor cuánto realmente vales, tú mismo, el mundo o Dios?

6. El mundo dice que nuestro valor radica en nuestra apariencia, poder, intelecto o posesiones. Para
Dios, ¿qué es lo que realmente vale? Jer. 9:23-24
¿Qué descubrió Pablo en cuanto a lo que realmente vale en la vida? Fil. 3:3-10
7. ¿Cómo puedes basar tu auto-concepto en Dios y no en el mundo?

¿Por qué tengo valor? Porque Cristo me ama y me ha escogido (Ef. 1:4-5)
C. Para los cristianos, el asunto no es determinar nuestro auto-concepto, sino experimentar nuestro
Cristo-concepto. Nunca podremos experimentar nuestra identidad verdadera hasta que estemos
dispuestos a mirarnos a nosotros mismos en Cristo. Usando Lucas 9:23-26, explica la enseñanza de
Cristo al respecto. (La palabra “vida” en el griego realmente es “alma”).

A. Tus actitudes y decisiones tienen que ver con la mente y el corazón. Cuando creíste en Cristo, naciste
de nuevo (Ez. 36:26, Jn. 3:3-8, 1 P. 1:23, 2 Co. 5:17). Ya no eres tinieblas, sino que ahora eres luz en el
Señor (Col. 1:13-14, Ef. 5:8).

1. ¿Qué tenemos ahora para que no pensemos como antes? 1 Co. 2:16
2. El diablo quiere engañarnos para que no vivamos la realidad de nuestra vida en Cristo. ¿Cuáles son
algunas de sus tácticas para confundir nuestra mente?
Jn. 8:44
3. ¿Cuáles recursos tienes para combatir mentiras (como “Tú no vales nada”) que estorban tu
perspectiva?
Jn. 1:14,17, 8:32, 14:6, 16:13, 17:17
2 Co. 10:5
Fil. 4:6-8
B. Usa Col. 3:1-4 para explicar cómo es que el verdadero tú es Cristo con sus cualidades

C. Pasos para combatir actitudes que posiblemente sean negativas.

1. Determina si la actitud es de tu naturaleza antigua o nueva.

a. Anota las actitudes de la vieja naturaleza (Gá. 5:19-21, Ef. 4:31, Col. 3:5-9)b. Escribe las actitudes del
“yo” nuevo en Cristo: Gá. 5:22-23, Ef. 4:32-5:2, Col. 3:12-17
2. Si la actitud es de la vida anterior, confiésala como pecado.
¿Qué pasa si no admitimos nuestro pecado? (Sal. 66:18, Pr. 28:13 y 1 Jn. 1:8-10)

3. Reconoce que las actitudes del “yo” anterior no son parte del “yo” verdadero. La vieja naturaleza se
ha muerto con sus patrones pecaminosos (Gá. 2:20, 2 Co. 5:17, Ro. 6:3-4). Ya que Cristo es tu vida,
escribe las cualidades verdaderas tuyas que se manifiestan cuando tú estás en Cristo: 1 Co. 13:4-7, Ro.
12:9-21.

4. Ejercítate para la vida devota. ¿Qué dicen 1 Ti. 4:7, Col. 3:10 y Ro. 12:2 sobre nuestras
responsabilidades como personas nuevas en Cristo?

Antes estabas entrenado en la impiedad, ahora tienes un enfoque nuevo: Cristo.

a. Escribe en una tarjeta: “Cristo es el verdadero yo. Cristo es (la actitud que deseas), entonces en Cristo
yo soy (esa misma actitud)”.

D. Aplicación personal.

1. ¿Cuál actitud hay en tu vida que no representa la persona de Cristo?

2. Confiésala como pecado. (1 Jn. 1:5-10)

3. Reconoce delante de Dios que la vieja naturaleza se murió en la cruz. Así que, si te dejas dominar por
el pecado que mora en ti (Ro. 7:15-24), no estás viviendo la realidad de tu nueva vida en Cristo. Rechaza
esos patrones negativos de pecado y por fe pon tu mirada en Cristo, quien es tu vida (Ro. 6:6-13, Col.
3:1-4).

4. Ejercítate en la vida consagrada a Dios según el paso 4 de la Sección B.

RESUMEN:
Tu auto-concepto no está basado en tu apariencia, tus habilidades ni en tus actitudes. Está basado en el
amor de Dios para ti que El mostró en dar a su único Hijo por ti y en escogerte a ti para vivir siempre
con El. Este amor es incondicional y te da un valor incalculable. ¡Vive tu realidad de ser una persona
nueva en Cristo!

En el transcurso de nuestras vidas, identidad de cada persona está siendo formadas y formadas a través
de experiencias individuales, relaciones, cultura, medios de comunicación y el mundo que nos rodea.
Constantemente estamos tratando de definir quiénes somos en cualquier manera que podamos.

Definir nuestra identidad

David Benner, un psicólogo y autor del libro El regalo de ser usted mismo, define la identidad como
"que “experimentamos nosotros mismos para ser, el que cada uno de nosotros lleva dentro. A menudo,
sentimos la presión para definir nosotros mismos a través de nuestros puestos de trabajo, situación
financiera, éxitos, grados, aspecto, lo que otros dicen acerca de nosotros y muchos otros medios.

Pero ¿qué pasa con nuestra identidad cuando experimentamos fracaso? ¿O perder el favor de alguien?
¿O ser quemado en nuestros puestos de trabajo o lugar de servicio? El fundamento de nuestra identidad
es agitado y alterado, dando como resultado nos apresurando para definirnos por algo o alguien. Un
sentido estable de sí mismo no puede existir plenamente cuando ponemos nuestra identidad en cosas
externas. Cuando las circunstancias cambian, nuestra identidad cambia constantemente también.

Podemos recibir una cantidad abrumadora de mensajes diciéndonos a nosotros mismos para definir
medidas externas, pero lo que parecería a la base de nuestra identidad en la manera que Dios nos ve?
Benner afirma que "una identidad en Dios significa que cuando pensamos que somos, lo primero que le
viene a la mente es nuestro estatus como alguien que es profundamente amado por Dios."

¿Cómo usted mismo viendo de esta forma cambiaría la forma en que vive? ¿Cuáles son algunos
obstáculos en hacerlo?

Cómo Dios nos ve

En primer lugar, debemos saber cómo nos ve Dios. Uno de los pasajes más ricos sobre la identidad en la
Biblia se encuentra en Efesios 1:3-14. En este pasaje, Pablo se dirige a la iglesia en Éfeso, explicando la
nueva identidad dada a una persona cuando están en Cristo.

Hemos recibido la esperanza de pasar la eternidad con Dios. Cuando estamos en Cristo, estos aspectos
de nuestra identidad no pueden ser modificados por lo que hacemos.

Obstáculos
Muchas veces, sin embargo, existe una brecha entre saber intelectualmente estas verdades acerca de que
Dios dice que somos y vivir hacia fuera. Esto puede afectado por cómo nos vemos, experiencias de vida
y las maneras de permitir que el mundo que nos definen.

Para vivir de la plenitud de nuestra nueva identidad en Cristo, debemos determinar lo que nos está
dificultando de este modo, que varía de persona a persona. Muchas veces, una falsa creencia sí mismo
ha la encajada entre cómo Dios define nosotros y vernos en la misma luz.

Qué hacer con las falsas creencias

Una vez que reconozcas la falsa creencia, entregarse lo más a Dios en arrepentimiento, que significa en
griego "cambiar de mente", según la Biblia de letra azul. Vuelva a la mentira con la verdad en las
escrituras.

A veces la mentira se conecta a una experiencia muy real y dolorosa. Tomar algún tiempo para llorar
sobre la experiencia e invite a Dios en el lugar de quebrantamiento. Después han rendido la mentira
sobre Dios, orar que él ayudará a creer la verdad acerca de quién dice usted y hacerle consciente de los
tiempos que no está creyendo. ¡Luego, realizar la elección de creer!

Podemos no siempre "sentir" perdonado o libre de culpa, pero la verdad es que Dios nos ve de esa
manera. Esto es donde fe. Segundo Estados de Corintios 10:3-5, "pues aunque andamos en la carne, no
estamos librando una guerra según la carne. Para las armas de nuestra guerra no son de la carne, pero
tienen poder divino para destruir fortalezas. Que destruir argumentos y cada opinión noble levantado
contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a obedecer a Christ."

Dios nos ha dado todo lo que necesitamos para demoler fortalezas o falsas creencias, y él nos da el poder
para hacerlo.

Es importante ver a sí mismo como Dios te ve

Si viviéramos de una identidad basada en cómo Dios nos ve, no sentimos la necesidad de encontrar
nuestro valor en nuestras circunstancias externas.

Gratis nos hasta vivir de una manera estable y segura, en vez de cambiar que nos basamos en otros, los
puestos de trabajo que recibir o no, cómo nos vemos y todas las otras maneras que tratamos de definir el
significado. Nos daría la oportunidad de experimentar el amor incondicional de Dios para nosotros en
maneras nuevas y frescas. Y nos permita con audacia y confianza, compartir su amor con otros.

Sin duda es una batalla ya que vivimos en un mundo que busca definir nosotros por sus propias normas.
Pero es una batalla que, cuando nos involucramos en él, podría todo sobre nosotros!

¿Cómo creer la verdad acerca de su nueva identidad en Cristo cambiaría la forma en que vive?