Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Sermón 98
Sermón 98
I. UN PRIVILEGIO INAPRECIABLE.
Se dijo de cierto predicador: «Predica como si Jesucristo estuviera a su lado. ¿No veis
como de vez en cuando se vuelve, como si estuviera preguntando: "Señor Jesús, ¿qué quieres
que diga ahora?".»
Tomo mis labios y llénalos, Señor, De los puros mensajes de tu amor.
F. R. HAVERGAL
Los poseedores de la verdad divina están ansiosos para esparcirla, pues como dice
Carlyle: «Si es cierto que el oro, recién adquirido en abundancia, quema los bolsillos hasta
que es puesto en circulación, mucho más la verdad recién hallada.»
A menudo, en el sur de Francia, yo necesitaba fuego, pero lo encontraba de poca utilidad
cuando me lo encendían, pues los habitantes de aquella región campestre edifican sus hogares
tan mal que todo el calor se va por la chimenea. Por grande que sea el tizón, el hogar parece
que no se calienta sino a sí mismo.
Así, muchos preceptores de nuestra santa fe parecen tener grandes buenos pensamientos,
pero son únicamente para ellos; el calor sólo va por su propia chimenea. Lo que han visto en
la oscuridad lo mantienen en la oscuridad, y lo que les es hablado en sus oídos nunca va al
oído de otro. — C. H. S.
***