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INFORMES PARA LA 80ª CONVENCIÓN GENERAL

Sobre el rito

En muchas comunidades latinas, es costumbre celebrar de forma solemne los quince años de una
persona joven. Muchas culturas cuentan con ritos de este tipo. En ellos el o la quinceañera pasa a
una nueva etapa en su vida. La celebración generalmente incluye una fiesta con comida, música
y baile. La Celebración de los Quince Años varía bastante de lugar en lugar.

Observaciones pastorales: Cuando se acerca una familia a solicitar una quinceañera, podemos
ofrecerles un periodo de preparación, por varios meses, ya sea como miembro del grupo juvenil
de la parroquia, o individualmente, participando semanalmente en la Eucaristía y en la vida
parroquial. La celebración de los quince años presenta una gran oportunidad de servir a la familia
entera, ayudándoles también a conocer mejor nuestra comunidad eclesial y nuestra fe.

Este rito se puede celebrar para miembros de cualquier género u orientación sexual. Es posible
también celebrar los quince años de más de una persona al mismo tiempo, aun en la eucaristía
principal del domingo, en cual caso se proclaman las lecturas asignadas en el leccionario.

Orientaciones litúrgicas: Por lo general, la persona que está siendo honrada es conducida en
procesión por una acompañante, quizás precedidos por varias parejas de jóvenes. Le siguen
parejas de padrinos, y finalmente el/la joven y luego, sus padres. Al final, sale primero la
quinceañera (con su acompañante), seguida de los jóvenes y de los padrinos y padres.

Durante la procesión, puede tocarse música, ya sea una marcha, o un canto de entrada, e igual al
salir. Durante la celebración se puede cantar himnos y cantos. A veces es prudente ensayarlos
con el pueblo antes de comenzar el oficio.

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La Celebración de los Quince Años

Esta celebración ocurre generalmente dentro de la Santa Eucaristía. El rito comienza con la
procesión de entrada de la quinceañera y sus acompañantes. Si es en la eucaristía, la persona que
preside debe ser obispo o sacerdote. Puede ir delante de ellos o esperarlos ante el Altar.

El oficio comienza como es usual en la Santa Eucaristía. Se puede comenzar con el rito
penitencial.

Después del Gloria u otro canto de alabanza:

Presidente Queridos hermanos y hermanas: nos hemos reunido hoy para celebrar los quince
años de N,N, y dar gracias a Dios por el don de su vida. Todos, familiares y amigos, celebramos
con alegría esta eucaristía pidiendo a Dios continua protección y amparo por el resto de su vida.

Presidente El Señor esté con ustedes.


Pueblo Y también contigo.
Presidente Oremos.
Todos oran en silencio.

Presidente Dios generoso, Creador de la vida: N. viene hoy agradecida a celebrar los quince
años que tú le has concedido. Confírmala en su fe y fortalécela en su voluntad para que, formada
por tu Palabra y Sacramentos, madure hasta ser ejemplo de la vida cristiana. Por Jesucristo
nuestro Señor, quien vive y reina contigo y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.

Presidente (Entregándole la Biblia parroquial o el leccionario del cual se leerán las lecturas)
N, hasta el día de hoy, te hemos explicado la palabra de Dios en tu casa y en la Iglesia. Ha
llegado el momento en que ya puedes interpretar su significado por ti misma. Esta biblia
(leccionario) es una señal de tu llamado a estudiar la Palabra de Dios e interpretar su significado
para tu vida.

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La/el quinceañera puede llevar el libro al ambón, y proclamar la primera lectura.

La Palabra de Dios

Se proclaman tres lecturas:


Del Antiguo Testamento: Jeremías 1: 4-10 (Vocación de Jeremías) o
Judit 13: 18-20 (Judit, mujer valiente).

Del Nuevo Testamento Efesios 1: 3-6 (Elegidos en Cristo antes de la creación) o


Gálatas 4: 4-7 (Filiación divina) o
Romanos 12: 1-2 (La ofrenda agradable a Dios).
Se puede cantar o recitar el Salmo 9: 1- 11.

De los evangelios: Mateo 25: 1-13 (La parábola de las diez jóvenes) o
Lucas 10: 38-42 (Marta y María) o
Mateo 5: 14-16 (La luz del mundo) o
Juan 13: 31-35 (Un mandamiento nuevo).
El domingo, se usan las lecturas asignadas en el leccionario dominical.

Homilía
En los domingos y fiestas mayores sigue el Credo Niceno.

Oración de los Fieles


Se puede usar esta o cualquier otra fórmula de intercesiones.

Diácono o líder
Con confianza en el amor de Dios por todos, oremos diciendo:
Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por los más necesitados: los desamparados, los hambrientos, los enfermos y
atribulados.

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Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por nuestro planeta tierra; por el aire, los ríos y mares, los montes y valles.
Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por N y todos los jóvenes aquí presentes. Llénalos de tu gracia y amor, otórgales el
don de la alegría y fortalécelos a lo largo de sus vidas.
Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por sus padres y madres; apóyalos e ilumínalos en la educación de sus hijos.
Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por cuantos gobiernan y ejercen autoridad en todas las naciones del mundo.
Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por la Iglesia, la comunidad de cristianos, que todos seamos uno.


Señor, escucha nuestra oración.

Te pedimos por nuestros familiares y amigos difuntos y por todos los que has llamado a tu
regazo.
Señor, escucha nuestra oración.

Presidente Oh Dios, escucha las súplicas de tu pueblo; y lo que fielmente te hemos pedido
concédenos para gloria de tu Nombre. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

La Confesión de Pecados puede tomar lugar aquí.

Presidente La paz del Señor sea siempre con ustedes.


Pueblo Y también contigo.

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El pueblo se puede saludar mutuamente en nombre del Señor.

Presentación de Ofrendas.
El pueblo, o sus representantes, incluyendo si se desea, la quinceañera (y sus acompañantes),
pueden traer ofrendas al altar, no solo de pan, vino y dinero, sino cualquier otra, incluyendo los
regalos religiosos para la quinceañera. El/la diácono o en su ausencia, el/la sacerdote los recibe y
los coloca sobre el altar.

La persona que preside puede bendecir los regalos con estas palabras:
Bendice, Dios generoso, estas ofrendas, expresiones del amor y apoyo de los familiares y amigos
de N, y concédele profundo agradecimiento por su vida y por todos los que la aman.

Ofrecimiento
La quinceañera hace su ofrecimiento o se expresa similarmente:
Te doy gracias, Dios de mi vida, por mis quince años. De todo corazón, te ofrezco mi promesa
de servirte hoy y siempre. Ayúdame a cumplir tu voluntad y fortaléceme para proclamar en
palabras y hechos tu Reino de verdad, justicia, paz y amor. Por tu Hijo, Jesucristo, quien vive y
reina contigo y el Espíritu Santo ahora y siempre. Amen.

Renovación de Votos.
En lugar del ofrecimiento la quinceañera puede renovar sus votos bautismales si se ha preparado
debidamente a través de una exploración madura del significado de su bautismo. La persona que
preside puede introducir la renovación con estas palabras u otras similares:

Presidente N, de niña, tus padres y padrinos, te trajeron para incorporarte, por el Santo
Bautismo, al Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Proclamaron la fe en tu lugar y aceptaron la
responsabilidad de educarte como cristiana. Ha llegado el momento de aceptar esta
responsabilidad por ti misma y profesar nuestra fe de forma madura y ante todos.

La renovación de votos bautismales se encuentra en la p. 224 del L.O.C.

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Se entregan los regalos. Se puede cantar Las Mañanitas.


Se puede compartir la Paz.

La Santa Eucaristía continúa con la Gran Plegaria Eucarística. Cualquier fórmula autorizada
puede usarse.

Oración después de la comunión.

Oh Dios, dador de todo lo que es verdadero, noble y amable. Te damos gracias por habernos
unido en estos santos misterios del Cuerpo y Sangre de tu Hijo Jesucristo. Concede por tu
Espíritu Santo, que N, fortalecida por tu Espíritu, ame a su prójimo como a sí misma, y sea señal
viva de tu nuevo reino de verdad, justicia, paz y amor por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Quien preside puede dar una bendición


Un/a diácono despide al pueblo.

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