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TRINIDAD Y PENITENCIA (RECONCILIACIÓN)

1. DIOS PADRE MISERICORDIOSO1

La misericordia es sin duda el atributo divino más valorado por el hombre, quien recibe de
Dios Uno y Trino su amor y perdón, ya que fuimos creados para ir hacia Él. Es el Padre
quien nos perdona, pero a la vez, este perdón lo alcanzamos por la obra redentora del
Hijo amado, manifestándose de modo visible a través de la gracia que se nos da por
acción del Espíritu Santo, por medio de la labor de la iglesia como dispensadora de la
gracia divina.

 La iniciativa de Dios y el ministerio de la iglesia

Por ser una comunidad reconciliada y reconciliadora, la Iglesia no puede olvidar que en el
origen mismo de su don y de su misión reconciliadora proviene de la iniciativa llena de
amor misericordioso de Dios que es amor y es fiel a su designio eterno incluso cuando el
hombre, empujado por el Maligno y arrastrado por su orgullo, abusa de la libertad que le
fue dada para amar, a pesar de esta prevaricación del hombre, Dios permanece fiel al
amor.

 La parábola del hijo pródigo

Lo que más destaca en la parábola es la acogida festiva y amorosa del padre al hijo que
regresa: signo de la misericordia de Dios, siempre dispuesto a perdonar. En una palabra:
la reconciliación es principalmente un don del Padre celestial.

2. DIOS, HIJO REDENTOR, QUE NOS RECONCILIA CON EL PADRE

Como se deduce de la parábola del hijo pródigo, la reconciliación es un don de Dios,


una iniciativa suya. Mas nuestra fe nos enseña que esta iniciativa se concreta en el
misterio de Cristo redentor, reconciliador, que libera al hombre del pecado en todas
sus formas.2

 En la plenitud de los tiempos, el Hijo de Dios, viniendo como el Cordero que  quita y carga
sobre sí el pecado del mundo[158], aparece como el que tiene el poder tanto de
juzgar[159] como el de perdonar los pecados[160], y que ha venido no para condenar,
sino para perdonar y salvar[161]. Dives misericordia..

 QUIEN ME VE A MI, VE AL PADRE (cfr. Jn 14, 9)

Es Jesús quien nos trae la  Revelación de la misericordia, el Dios rico en


misericordia  es el que Jesucristo nos ha revelado como Padre.

 Sólo Dios perdona el pecado.

 Sólo Dios perdona los pecados (cf Mc 2,7). Porque Jesús es el Hijo de Dios, tiene poder
de perdonar los pecados en la tierra" (Mc 2,10) y ejerce ese poder divino, que pro su
voluntad lo concede a la Iglesia.3 Cristo quiso que toda su Iglesia, tanto en su oración

1
Cfr. EXHORTACIÓN APOSTÓLICA POST-SINODAL RECONCILIATIO ET PAENITENTIA DE JUAN PABLO II CONVERSIÓN Y
RECONCILIACIÓN TAREA Y EMPEÑO DE LA IGLESIA CAPÍTULO PRIMERO.
2
Ibid. Núm. 7.
3
Catecismo de la Iglesia Católica n. 1441
como en su vida y su obra, fuera el signo y el instrumento del perdón y de la
reconciliación que nos adquirió al precio de su sangre. 4

3. EL ESPÍRITU SANTO Y LA RECONCILIACIÓN EN LA IGLESIA.

Desde Pentecostés el Espíritu Santo guía, acompaña, enseña a la Iglesia, pero más aún la
santifica. Esta santificación está vinculada a la unión con Cristo a través de su obra
misteriosa de redención, de este modo alcanzamos la reconciliación con el Padre.

La Santificación por parte del Espíritu Santo se desarrolla en la Iglesia, específicamente en


la comunicación de la gracia y de un modo más perfecto con la gracia sacramental.

 EL ESPIRITU SANTO DON DE LA MISERICORDIA Y Reconciliación con la


Iglesia

Ahora bien, este poder de perdonar los pecados Jesús lo confiere, mediante el Espíritu
Santo, a simples hombres, sujetos ellos mismos a la insidia del pecado, es decir a sus
Apóstoles: «Recibid el Espíritu Santo; a quien perdonareis los pecados, les serán
perdonados; a quienes se los retuviereis, les serán retenidos»

Asi como el Padre envía al Hijo, y el Hijo nos envía al Espíritu Santo, la iglesia
sigue esta dinámica a través de la sucesión apostólica. Al hacer partícipes a los
Apóstoles de su propio poder de perdonar los pecados, el Señor les da también la
autoridad de reconciliar a los pecadores con la Iglesia. Las palabras atar y
desatar significan: aquel a quien excluyáis de vuestra comunión, será excluido de la
comunión con Dios; aquel a quien que recibáis de nuevo en vuestra comunión, Dios lo
acogerá también en la suya. La reconciliación con la Iglesia es inseparable de la
reconciliación con Dios. 5

4. LA UNIDAD TRINITARIA Y LA UNIDAD ECLESIAL.

La reconciliación exige el estar en unión, a semejanza de la Trinidad, que es una y


permanece unida, la iglesia al recibir la reconciliación permanece unida entre si, es decir
entre sus miembros y se une a Dios.

 La iglesia reconciliadora es a la vez La Iglesia reconciliada

La misión reconciliadora es propia de la Iglesia, y en modo particular de aquella que ya


ha sido admitida a la participación plena de la gloria divina con la Virgen María, con los
Ángeles y los Santos, que contemplan y adoran al Dios tres veces santo. Iglesia del cielo,
Iglesia de la tierra e Iglesia del purgatorio están misteriosamente unidas en esta
cooperación con Cristo en reconciliar el mundo con Dios. 6

 La Iglesia, gran sacramento de reconciliación.

La Iglesia tiene la misión de anunciar esta reconciliación y de ser el sacramento de la


misma en el mundo, la Iglesia es signo e instrumento de reconciliación. Lo es porque
testimonia y representa en el mundo la obra de Cristo, por su servicio como guardiana e
intérprete de la Sagrada Escritura, por último, lo es también por los siete sacramentos
que, cada uno de ellos en modo peculiar «edifican la Iglesia», llevándonos a Dios.

4
C.E.C. 1442 
5
Cfr. C.E.C.n. 1444-1445 
6
Cfr. RECONCILIATIO ET PAENITENTIA .n.12

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