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CIUDADANA

JUEZ TERCERA DE PRIMERA INSTANCIA


EN FUNCION DE EJECUCION
AREA METROPOLITANA DE CARACAS
SU DESPACHO.-

Yo, NELSON JAIME SANCHEZ, titular de la cédula de identidad Nro: V-4237071, Abogado en
el libre ejercicio, inscrito en el IPSA bajo la matricula 90.560, en mi carácter de defensor privado
del ciudadano JAIKER JOSE CAMACHO, portador de la cédula de identidad V-13641799, a quien se
le sigue causa en ese juzgado a su digno cargo, bajo expediente nro: 1934-07, por el delito de
Porte Ilícito de Arma de Guerra, previsto y sancionado en el artículo 274 del texto sustantivo penal
vigente para el momento de los hechos (AÑO 2007); ante usted con todo respeto me dirijo a los
fines de solicitar una revisión y análisis de las actuaciones que conforman el presente expediente,
toda vez que de la relación de la causa hecha por esta defensa, MI DEFENDIDO SE ENCUENTRA
PRIVADO DE LIBERTAD, HABIENDO OPERADO LA PRESCRIPCION DE LA PENA POR UN LAPSO
SUPERIOR A LOS OCHO (8) AÑOS.

De seguidas esta defensa pasa a demostrar detalladamente mediante el transcurso del


tiempo como ocurrió la prescripción de la pena en el presente caso:

En fecha 16 de julio de 2007, el ut supra ciudadano fue sentenciado por el Juzgado Quinto
de Primera Instancia en Función de Control de este Circuito Judicial Penal, a cumplir pena de dos
(2) años y seis (6) meses de prisión por la comisión del delito de Porte Ilícito de Arma de Guerra,
previsto y sancionado en el artículo 274 del Código Penal vigente para la fecha en que ocurrieron
los hechos, todo conforme al procedimiento especial por admisión de los hechos.

El 27 de septiembre de 2009 (2 meses después), se realizó el auto de ejecución de la pena..

En fecha 10 de junio de 2009 (casi 2 años después de la ejecución de la sentencia), fue


otorgado el beneficio de Suspensión Condicional de Ejecución de la Pena.

El 19 de diciembre de 2014 (transcurrido 5 años, 6 meses y 9 días del otorgamiento del


beneficio de suspensión condicional de la ejecución de la pena), fue revocado dicho beneficio a
petición del Delegado de Prueba, estando la pena prescrita, además de no haberse oído la opinión
fiscal, de acuerdo a lo establecido en el artículo 499 del Texto Adjetivo Penal vigente para el
momento (487 del COPP actual) en su parte in fine (circunstancia ésta, susceptible de un recurso
de apelación).

En fecha 02 de diciembre de 2017, mi defendido fue aprehendido y ordenada su


encarcelación, aún cuando de autos se evidencia que la pena se encuentra evidentemente
prescrita con creses. Es decir, que después de ocho (8) años, cinco (5) meses y veintidós (22) días
de haber sido impuesto del beneficio de la Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena, con
una pena ya prescrita, fue ordenado su traslado a un centro penitenciario.

DE LA PRESCRIPCION DE LA PENA

De una forma u otra todos los que participamos en la administración de justicia sabemos
que la prescripción es una institución de orden público de pleno derecho, y todo asunto jurídico
calificado como de orden público no puede ser relajado por las partes intervinientes en un proceso
de orden legal; y aun cuando no sea alegado por los justiciables (o por su defensa), el tribunal de
oficio debe decretarla una vez comprobada su existencia mediante el examen de los elementos
traídos a los autos. Uno de los principios fundamentales sobre los cuales descansa esta institución
es el de Seguridad Jurídica, que no es otra cosa que la posibilidad que tiene el justiciable de
disponer de una tutela judicial efectiva de sus derechos y garantías procesales y constitucionales
en su aspecto subjetivo y objetivo, cuando por el transcurso del tiempo el Estado ha perdido el IUS
PUNIENDI, bien para perseguir los actos delictivos a través de la acción penal o bien para que la
medida coercitiva (en este caso la pena) impuesta se cumpla en su totalidad, o sea, perseguir el
cumplimiento de la condena.

Entre las diversas teorías que intentan explicar la naturaleza de la prescripción, nos
encontramos que todas se fundamentan en la necesidad social, sustentada a su vez en la realidad
de las cosas y en requerimientos humanitarios que imponen fijar un término a la persecución
penal, un límite al poder del Estado que no se puede mantener de forma ilimitada en el tiempo.

A los fines de la prescripción de la pena, se requiere la existencia de una pena impuesta


por sentencia condenatoria definitivamente firme, pasada en autoridad de cosa juzgada, siendo
que para su prescripción, se hace necesario el transcurso de un cierto lapso, establecido por la ley,
sin que la misma sea ejecutada en forma total o parcial, lo cual hace que cese la coerción penal y
por ende da a tal institución una naturaleza extintiva, liberatoria.

Así lo ha establecido la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en fecha 13


de diciembre de 2005, expediente 4586:
“…la llamada prescripción de la pena se produce cuando en la fase de ejecución de la
condena, el imputado no cumpliere efectivamente la misma… Esta Sala Constitucional
advierte a la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de
Caracas, que dado que la prescripción es materia de orden público, su revisión y
declaratoria debe ser previa a cualquier pronunciamiento, por lo que no se podía
ignorar en el presente caso, que la pena impuesta pareciera encontrarse ya extinguida,
salvo que el accionante imputado en la causa principal, la haya interrumpido, lo cual
debe ser objeto de análisis por parte del tribunal de ejecución…” .
EXIGENCIA DE LEY PARA QUE OPERE LA PRESCRIPCION DE LA PENA
De conformidad con el artículo 112 vigente para el momento de los hechos, “las penas
prescriben así:
1. Las de prisión y arresto, por un tiempo igual al de la pena que haya de
cumplirse(subrayado por la defensa) más la mitad del mismo

OMISSIS

6. Se entiende que la pena que haya de cumplirse, a que se refieren los numerales 1 y
2 de este artículo, es lo que resulte según el cómputo practicado por el juez de la
causa.

El tiempo para la prescripción de la condena comenzará a correr desde el día en


que quedó firme la sentencia o desde el quebrantamiento de la condena, si hubiere
ésta comenzado a cumplirse; pero en el caso de nueva prescripción, se computará en
ella al penado el tiempo de condena sufrida.

Se interrumpirá esta prescripción, quedando sin efecto el tiempo transcurrido, en


el caso de que el imputado se presente o sea habido y cuando cometiere un nuevo
hecho punible de la misma índole antes de completar el tiempo de la prescripción, sin
perjuicio de que ésta pueda comenzar a correr de nuevo”.

De la lectura de este artículo, se desprende que la pena que haya de cumplirse se


determinará cada vez que el juzgado elabora un cómputo de la pena, verbigracia, cuando otorga
una fórmula alternativa de cumplimiento de pena, cuando se redime pena o hace una
acumulación de penas.

Se infiere entonces, que son dos los supuestos para que opere la prescripción de la pena:
1°) Desde que quede firme la sentencia y

2°) Desde el quebrantamiento de la condena (en este caso el penado se encontraría


bajo una fórmula alternativa de cumplimiento de pena por haber estado privado de libertad).

Del análisis de estos dos puntos, tenemos que: En el primer supuesto la pena que haya de
cumplirse es total, o sea, la pena principal. En el segundo supuesto, la pena que haya de
cumplirse es aquella que resta desde que el penado dejó de cumplir con la fórmula alternativa
otorgada.
ANALISIS Y MOTIVACION POR PARTE DE LA DEFENSA PARA ALEGAR LA PRESCRIPCION DE LA
PENA

De autos se evidencia que mi defendido fue sometido a vigilancia y control por parte de un
Delegado de Prueba, toda vez que el 10 de junio de 2009, le fue otorgado el beneficio de
Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena por ser ésta inferior a cinco (5) años, régimen
de prueba que el ciudadano JAIKER JOSE CAMACHO, por un buen tiempo estuvo cumpliendo,
según puede evidenciarse al folio 187 del expediente, donde comienza la primera queja del
delegado de prueba por la inasistencia de mi defendido ante su despacho, la cual data del 18 de
marzo de 2014 (para esa fecha ya la pena estaba prescrita).

El 5 de junio de 2014 (folio 184), el 9 de julio de 2014 (folio 189), el 8 de agosto de 2014
(folio 190) y el 10 de septiembre de 2014 (folio 192), son las fechas en las que el delegado de
prueba presentó queja y solicitud de revocatoria a mi representado por no acudir a su despacho.

Ahora bien, esta defensa se pregunta: Si al prenombrado ciudadano le fue otorgado el


beneficio de Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena el 10 de junio de 2009 y, no
cumplía con el régimen de prueba ante su delegado, por qué esperó hasta el año 2014 para
presentar queja y solicitud de revocatoria ante el tribunal?, Dónde estuvo durante esos años el
Delegado de Prueba?, Por qué no cumplió eficientemente con la labor de vigilancia y control del
régimen de prueba impuesto a este ciudadano? Por qué esperó que la pena estuviera prescrita
para presentar dicha solicitud de revocatoria?, considera esta defensa que el Estado ha sido
descuidado a través de este representante, por lo que nadie puede alegar a su favor su propio
descuido.

Así tenemos pues que, siendo que este ciudadano estuvo sometido al beneficio de
Suspensión Condicional de la Ejecución de la Prueba, eso quiere decir, que la pena que habría de
cumplir era la totalidad de la misma, o sea, dos (2) años y seis (6) meses; pero resulta que desde
que fue impuesto de este beneficio hasta la fecha que le fue revocado, había transcurrido cinco (5)
años, seis (6) meses y nueve (9) días y, de acuerdo al artículo 112 numerales 1 y 6 del Código
Penal, esta pena está prescrita por lo siguiente:

Pena impuesta:
2 años y 6 meses, más la mitad de la misma sería:
1 año y 3 meses por lo que arrojaría una pena total de
3 años y 9 meses, que debió cumplirse el 10 de marzo de 2013.

De tal manera ciudadana juez; con todo respeto esta defensa solicita la extinción de la
pena por prescripción de la misma, y se declare la libertad plena, ya que mi defendido no fue
aprehendido ni se presentó voluntariamente ante el tribunal durante el tiempo que corría la
prescripción como para que se produjera la interrupción de la misma.
Solicitud que se hace de conformidad con los artículos 2, 26, 51 y 253 constitucionales, 112
numerales 1 y 6 del Código Penal; caso contrario, estaríamos dejando de lado la justicia social y de
derecho para trasladarnos a una injusticia penal.

NELSON JAIME SANCHEZ


INPRE 90560

EXPED 1934-07
La prescripción, lato sensu, es una institución jurídica que  tiene como finalidad la
adquisición o extinción de derechos por el  solo hecho del transcurso del tiempo, siempre y
cuando se cumplan determinadas condiciones. De otra forma, y en atención a los criterios
tradicionales, pudiéramos decir que consiste en una delimitación en el tiempo de la eficacia
del Derecho, es decir, la prescripción establece el límite en que de  la eficacia valorada
desde la óptica  trascendental de justicia plena, se pasa a una eficacia relativizada
pragmáticamente hacia los derechos e intereses inmediatos del individuo y del grupo social.

“La prescripción de la acción penal es una causa de extinción de la pretensión punitiva


estatal que opera por el mero transcurso del tiempo tras la comisión del delito” (David
Baigún y Eugenio Zaffaroni

“Es una causa de extinción de responsabilidad criminal fundada en la acción del tiempo
sobre los acontecimientos humanos” (Francisco Muñoz Conde y Mercedes García Arán)

“Es un límite temporal al ejercicio del Poder Penal del Estado” (Alberto Binder)

PERO. ¿CUÁL ES EL FUNDAMENTO PARA QUE EL ESTADO DESISTA DE LA


ACCIÓN PENAL Y CONSECUENTEMENTE DE LA JUSTICIA EN ESE CASO
CONCRETO?

Este  análisis lo soportaremos en una reciente decisión del TSJ que define de forma
excelente y pedagógica la jurisprudencia patria respecto a esta institución. Tal sentencia se
halla, por supuesto, disponible en este sitio, en el siguiente link:
http://www.tecnoiuris.com/venezuela/jurisprudencia/derecho-penal/declarada-prescripcion-
de-la-accion-para-el-enjuiciamiento-penal-de-italo-del-valle-aliegro-en-el-caso-del-
caracazo-3267.html

LA JURISPRUDENCIA PATRIA

Al respecto señala el juzgador: “No obstante lo anterior, no puede desconocer la Sala que el
ejercicio del llamado Ius Puniendi, el Derecho a la Sanción Penal, que como potestad
pública ostenta el Estado Venezolano, está supeditado a un ejercicio oportuno, dentro de un
lapso de Ley que está previamente predeterminado por el cuerpo normativo penal patrio, el
Código Penal, porque injustamente puede pender tal Derecho a la Sanción, de una manera
eterna frente a quien es presuntamente señalado de la comisión de un hecho ilícito”.

Así mismo, de seguidas define el máximo tribunal la prescripción penal:”En efecto, la


prescripción es un instituto jurídico por el cual el transcurso del tiempo produce el efecto de
consolidar las situaciones de hecho, permitiendo la extinción de los derechos o la
adquisición de las cosas ajenas. En el Derecho anglosajón se le conoce como estatuto de
limitaciones (statute of limitations). Así, en muchas ocasiones la utilización de la palabra
prescripción en Derecho, se limita a la acepción de prescripción extintiva o liberatoria,
mediante la cual se pierde el derecho de ejercer una acción por el transcurso del tiempo.
Y es que el tiempo lleva a la consolidación de cierto derechos o a la pérdida de los mismos
y así, conforme a nuestros códigos, tanto el Penal, como el Procesal Penal, la prescripción
produce la extinción de la acción penal y también produce la prescripción de la pena,
conforme al articulado que va del Artículo 108 y siguientes del Código Penal.
Ahora bien, en Venezuela, ciertamente, a partir del 30-12-99, fecha de su primera
publicación, como se dijo en la narrativa de este fallo, nuestra Constitución estableció en el
Encabezado de su Artículo 271 que…“…No prescribirán las acciones judiciales dirigidas a
sancionar los delitos contra los derechos humanos”…,

NAURALEZ; En cuanto a la naturaleza, el TSJ en la sentencia de marras nos dice: “Ahora


bien, la jurisprudencia de nuestro Máximo Tribunal ha venido admitiendo de forma
unánime la naturaleza material y no procesal de la prescripción en materia penal, por lo que
la alegación de la prescripción, por su naturaleza material puede apreciarse de oficio y ser
alegada en cualquier fase del proceso”. Y  la especifica de esta forma:

a)      “olvido de la infracción, en el sentido que, con el transcurso del tiempo se debilita el


recuerdo del delito en la sociedad hasta que llega un momento en que desaparece, como
consecuencia del olvido social”.

b)      “la  imposibilidad de realizar el fin de la prevención general: Se afirma que la


prescripción del delito se funda, no tanto en la ausencia de necesidad de la pena, por
haberse borrado el recuerdo del delito en sociedad, como en la imposibilidad de lograr los
fines preventivos generales transcurrido un período de tiempo”.

c)      “la enmienda presunta del delincuente, sosteniéndose que transcurrido el plazo de


prescripción, sin que el delincuente haya cometido otro delito, la pena resulta innecesaria,
pues puede presumirse razonablemente la corrección o reinserción social del sujeto que
tiempo atrás fue delincuente”.

d)      “ la imposibilidad de realizar el fin de la prevención especial. Esta teoría afirma que


cuanto más tiempo transcurre entre la comisión del hecho y la imposición o ejecución de la
pena, tanto menos eficaz será ésta, amén de no ser percibida como una reacción justa por el
delincuente”.

e)       “ cambio de identidad del delincuente”. Esta teoría sostiene que con el paso del
tiempo se produce una variación en la identidad del sujeto, de modo que, castigar al que ha
cometido un delito largo tiempo atrás, realmente es castigar a un hombre distinto”.
f)        “ la llamada desaparición de los efectos antijurídicos, admitiéndose que los efectos
antijurídicos del hecho delictivo desaparecen por la acción suavizadora del tiempo”.

g)       “ la expiación moral o indirecta: desde este planteamiento se afirma que el temor al


castigo, las angustias de ser apresado e, incluso, los remordimientos sufridos por el sujeto
durante el plazo de prescripción ya son un castigo suficiente; en estas circunstancias la
imposición de la pena sería tanto como castigar dos veces por los mismo hechos”.

Ahora haremos algunas consideraciones en cuanto a los fundamentos acogidos por nuestro
TSJ.

El Olvido de la Infracción.

Algunos autores refutan esta teoría argumentado que “en la época actual resulta muy difícil
olvidar”, por el auge  de los sistemas y medios de comunicación e interacción existentes.

Esta teoría aparenta sustentarse en el poder del Estado de reservarse y administrar la


“venganza”, es decir en la “vindicta publica”. Ello sería válido si se considerase  la
venganza como un simple impulso, una reacción “visceral” ante una determinada acción u
omisión lesiva e injusta de un bien particular o colectivo. De tal forma que al diluirse ese
impulso natural tanto en el individuo como en el colectivo, el Estado se siente relevado de
su deber.

En primer lugar debemos considerar a la venganza como la forma primigenia de


manifestación de la justicia, de manera tal que su carácter no se circunscribe a un  hecho
determinado en lugar y tiempo, sino que su finalidad es transcendental, es decir, pretende la
justicia y la paz dentro del grupo social, y finalmente la preservación de la especie.

Resultando así pues que, con la vindicta pública el Estado administra la justicia, y ésta, al
ser un valor, y por ende, una “cualidad pura”, es extraña a la cantidad, tiempo y espacio.
Algo es justo o injusto, no puede ser más o menos justo. Tampoco puede ser algo justo en
un sitio y no en otro, ni justo hoy y no mañana, porque entonces no sería “verdaderamente
justo”.

La relativización de la justicia ha sido uno de los grandes errores del hombre, que apenas
inicia a enmendar al comenzar a reconocer los Derechos Humanos, que se fundamentan en
esa justicia perenne y absoluta, mas allá de su voluntad.

Luego así, el deber del Estado de administrar esa vindicta o justicia, no puede estar
delimitado en cantidad, lugar o tiempo, sino que tiene carácter teleológico, es decir, forma
parte de su esencia, porque el concepto de Estado necesariamente debe comprender a la
justicia, el deber ser de todo Estado es el ser justo, como punto de inicio para establecer el
orden y la seguridad a los fines de la paz social, por lo que la función de sus órganos, en el
caso del hecho ilícito, estrictamente sería la de restablecer la justicia. A los efectos valga
este ejemplo: Imaginemos a un Estado como la cámara de un neumático y el aire que lo
conforma como la justicia. Pues un bache sería la injusticia, y el parche que subsane es la
actuación del Estado con sus órganos. De tal forma que el Estado al preservar y restablecer
la justicia conserva su propia existencia.

Así pues, esta teoría pierde sustento si consideramos que el deber de justicia del Estado es
transcendental y finalístico, es decir, va más allá de una circunstancia, de un lugar o de una
época, por lo que resulta absurdo hacerlo depender de la presunción de olvido del deseo
inmediato de venganza, puesto que en ese caso devendría en un vulgar verdugo.

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