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Yo, NELSON JAIME SANCHEZ, titular de la cédula de identidad Nro: V-4237071, Abogado en
el libre ejercicio, inscrito en el IPSA bajo la matricula 90.560, en mi carácter de defensor privado
del ciudadano JAIKER JOSE CAMACHO, portador de la cédula de identidad V-13641799, a quien se
le sigue causa en ese juzgado a su digno cargo, bajo expediente nro: 1934-07, por el delito de
Porte Ilícito de Arma de Guerra, previsto y sancionado en el artículo 274 del texto sustantivo penal
vigente para el momento de los hechos (AÑO 2007); ante usted con todo respeto me dirijo a los
fines de solicitar una revisión y análisis de las actuaciones que conforman el presente expediente,
toda vez que de la relación de la causa hecha por esta defensa, MI DEFENDIDO SE ENCUENTRA
PRIVADO DE LIBERTAD, HABIENDO OPERADO LA PRESCRIPCION DE LA PENA POR UN LAPSO
SUPERIOR A LOS OCHO (8) AÑOS.
En fecha 16 de julio de 2007, el ut supra ciudadano fue sentenciado por el Juzgado Quinto
de Primera Instancia en Función de Control de este Circuito Judicial Penal, a cumplir pena de dos
(2) años y seis (6) meses de prisión por la comisión del delito de Porte Ilícito de Arma de Guerra,
previsto y sancionado en el artículo 274 del Código Penal vigente para la fecha en que ocurrieron
los hechos, todo conforme al procedimiento especial por admisión de los hechos.
DE LA PRESCRIPCION DE LA PENA
De una forma u otra todos los que participamos en la administración de justicia sabemos
que la prescripción es una institución de orden público de pleno derecho, y todo asunto jurídico
calificado como de orden público no puede ser relajado por las partes intervinientes en un proceso
de orden legal; y aun cuando no sea alegado por los justiciables (o por su defensa), el tribunal de
oficio debe decretarla una vez comprobada su existencia mediante el examen de los elementos
traídos a los autos. Uno de los principios fundamentales sobre los cuales descansa esta institución
es el de Seguridad Jurídica, que no es otra cosa que la posibilidad que tiene el justiciable de
disponer de una tutela judicial efectiva de sus derechos y garantías procesales y constitucionales
en su aspecto subjetivo y objetivo, cuando por el transcurso del tiempo el Estado ha perdido el IUS
PUNIENDI, bien para perseguir los actos delictivos a través de la acción penal o bien para que la
medida coercitiva (en este caso la pena) impuesta se cumpla en su totalidad, o sea, perseguir el
cumplimiento de la condena.
Entre las diversas teorías que intentan explicar la naturaleza de la prescripción, nos
encontramos que todas se fundamentan en la necesidad social, sustentada a su vez en la realidad
de las cosas y en requerimientos humanitarios que imponen fijar un término a la persecución
penal, un límite al poder del Estado que no se puede mantener de forma ilimitada en el tiempo.
OMISSIS
6. Se entiende que la pena que haya de cumplirse, a que se refieren los numerales 1 y
2 de este artículo, es lo que resulte según el cómputo practicado por el juez de la
causa.
Se infiere entonces, que son dos los supuestos para que opere la prescripción de la pena:
1°) Desde que quede firme la sentencia y
Del análisis de estos dos puntos, tenemos que: En el primer supuesto la pena que haya de
cumplirse es total, o sea, la pena principal. En el segundo supuesto, la pena que haya de
cumplirse es aquella que resta desde que el penado dejó de cumplir con la fórmula alternativa
otorgada.
ANALISIS Y MOTIVACION POR PARTE DE LA DEFENSA PARA ALEGAR LA PRESCRIPCION DE LA
PENA
De autos se evidencia que mi defendido fue sometido a vigilancia y control por parte de un
Delegado de Prueba, toda vez que el 10 de junio de 2009, le fue otorgado el beneficio de
Suspensión Condicional de la Ejecución de la Pena por ser ésta inferior a cinco (5) años, régimen
de prueba que el ciudadano JAIKER JOSE CAMACHO, por un buen tiempo estuvo cumpliendo,
según puede evidenciarse al folio 187 del expediente, donde comienza la primera queja del
delegado de prueba por la inasistencia de mi defendido ante su despacho, la cual data del 18 de
marzo de 2014 (para esa fecha ya la pena estaba prescrita).
El 5 de junio de 2014 (folio 184), el 9 de julio de 2014 (folio 189), el 8 de agosto de 2014
(folio 190) y el 10 de septiembre de 2014 (folio 192), son las fechas en las que el delegado de
prueba presentó queja y solicitud de revocatoria a mi representado por no acudir a su despacho.
Así tenemos pues que, siendo que este ciudadano estuvo sometido al beneficio de
Suspensión Condicional de la Ejecución de la Prueba, eso quiere decir, que la pena que habría de
cumplir era la totalidad de la misma, o sea, dos (2) años y seis (6) meses; pero resulta que desde
que fue impuesto de este beneficio hasta la fecha que le fue revocado, había transcurrido cinco (5)
años, seis (6) meses y nueve (9) días y, de acuerdo al artículo 112 numerales 1 y 6 del Código
Penal, esta pena está prescrita por lo siguiente:
Pena impuesta:
2 años y 6 meses, más la mitad de la misma sería:
1 año y 3 meses por lo que arrojaría una pena total de
3 años y 9 meses, que debió cumplirse el 10 de marzo de 2013.
De tal manera ciudadana juez; con todo respeto esta defensa solicita la extinción de la
pena por prescripción de la misma, y se declare la libertad plena, ya que mi defendido no fue
aprehendido ni se presentó voluntariamente ante el tribunal durante el tiempo que corría la
prescripción como para que se produjera la interrupción de la misma.
Solicitud que se hace de conformidad con los artículos 2, 26, 51 y 253 constitucionales, 112
numerales 1 y 6 del Código Penal; caso contrario, estaríamos dejando de lado la justicia social y de
derecho para trasladarnos a una injusticia penal.
EXPED 1934-07
La prescripción, lato sensu, es una institución jurídica que tiene como finalidad la
adquisición o extinción de derechos por el solo hecho del transcurso del tiempo, siempre y
cuando se cumplan determinadas condiciones. De otra forma, y en atención a los criterios
tradicionales, pudiéramos decir que consiste en una delimitación en el tiempo de la eficacia
del Derecho, es decir, la prescripción establece el límite en que de la eficacia valorada
desde la óptica trascendental de justicia plena, se pasa a una eficacia relativizada
pragmáticamente hacia los derechos e intereses inmediatos del individuo y del grupo social.
“Es una causa de extinción de responsabilidad criminal fundada en la acción del tiempo
sobre los acontecimientos humanos” (Francisco Muñoz Conde y Mercedes García Arán)
“Es un límite temporal al ejercicio del Poder Penal del Estado” (Alberto Binder)
Este análisis lo soportaremos en una reciente decisión del TSJ que define de forma
excelente y pedagógica la jurisprudencia patria respecto a esta institución. Tal sentencia se
halla, por supuesto, disponible en este sitio, en el siguiente link:
http://www.tecnoiuris.com/venezuela/jurisprudencia/derecho-penal/declarada-prescripcion-
de-la-accion-para-el-enjuiciamiento-penal-de-italo-del-valle-aliegro-en-el-caso-del-
caracazo-3267.html
LA JURISPRUDENCIA PATRIA
Al respecto señala el juzgador: “No obstante lo anterior, no puede desconocer la Sala que el
ejercicio del llamado Ius Puniendi, el Derecho a la Sanción Penal, que como potestad
pública ostenta el Estado Venezolano, está supeditado a un ejercicio oportuno, dentro de un
lapso de Ley que está previamente predeterminado por el cuerpo normativo penal patrio, el
Código Penal, porque injustamente puede pender tal Derecho a la Sanción, de una manera
eterna frente a quien es presuntamente señalado de la comisión de un hecho ilícito”.
e) “ cambio de identidad del delincuente”. Esta teoría sostiene que con el paso del
tiempo se produce una variación en la identidad del sujeto, de modo que, castigar al que ha
cometido un delito largo tiempo atrás, realmente es castigar a un hombre distinto”.
f) “ la llamada desaparición de los efectos antijurídicos, admitiéndose que los efectos
antijurídicos del hecho delictivo desaparecen por la acción suavizadora del tiempo”.
Ahora haremos algunas consideraciones en cuanto a los fundamentos acogidos por nuestro
TSJ.
El Olvido de la Infracción.
Algunos autores refutan esta teoría argumentado que “en la época actual resulta muy difícil
olvidar”, por el auge de los sistemas y medios de comunicación e interacción existentes.
Resultando así pues que, con la vindicta pública el Estado administra la justicia, y ésta, al
ser un valor, y por ende, una “cualidad pura”, es extraña a la cantidad, tiempo y espacio.
Algo es justo o injusto, no puede ser más o menos justo. Tampoco puede ser algo justo en
un sitio y no en otro, ni justo hoy y no mañana, porque entonces no sería “verdaderamente
justo”.
La relativización de la justicia ha sido uno de los grandes errores del hombre, que apenas
inicia a enmendar al comenzar a reconocer los Derechos Humanos, que se fundamentan en
esa justicia perenne y absoluta, mas allá de su voluntad.
Luego así, el deber del Estado de administrar esa vindicta o justicia, no puede estar
delimitado en cantidad, lugar o tiempo, sino que tiene carácter teleológico, es decir, forma
parte de su esencia, porque el concepto de Estado necesariamente debe comprender a la
justicia, el deber ser de todo Estado es el ser justo, como punto de inicio para establecer el
orden y la seguridad a los fines de la paz social, por lo que la función de sus órganos, en el
caso del hecho ilícito, estrictamente sería la de restablecer la justicia. A los efectos valga
este ejemplo: Imaginemos a un Estado como la cámara de un neumático y el aire que lo
conforma como la justicia. Pues un bache sería la injusticia, y el parche que subsane es la
actuación del Estado con sus órganos. De tal forma que el Estado al preservar y restablecer
la justicia conserva su propia existencia.
Así pues, esta teoría pierde sustento si consideramos que el deber de justicia del Estado es
transcendental y finalístico, es decir, va más allá de una circunstancia, de un lugar o de una
época, por lo que resulta absurdo hacerlo depender de la presunción de olvido del deseo
inmediato de venganza, puesto que en ese caso devendría en un vulgar verdugo.