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Este texto es un fragmento de una tesis de grado, escrita hace más de diez años, para aspirar al título de
filósofo de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD), titulada: Friedrich Nietzsche y el
nihilismo en el devenir histórico de América Latina. La tesis fue aprobada por su director pero nunca
sustentada, y quien la escribió nunca obtuvo el título mencionado.
La época de las grandes ideologías que atravesó el siglo XIX y muy buena parte del
que un escritor como Milan Kundera deja muy bien plasmado en su obra; en una
no sólo el ser humano ha convertido el mundo en imagen, sino que igual ha hecho
obsesión por el cuidado de la imagen, por elaborarse ante los demás una imagen
Los fundamentos de la imagología ya no son las razones ni los argumentos sino las
imágenes que elaboran los imagólogos con base en los sondeos de opinión
pública1. De allí que los objetos sobre los que la imagología elabora sus modelos
jefes de estado, las estrellas de cine, los miembros de las castas reales, los
un momento determinado, que por un lapso de tiempo efímero fungen como verdad,
espacial de los objetos, tal y como la entieden los diseñadores de moda – ahora las
mismo sucede en los demás ámbitos de la vida; en las academias, los catedráticos
también se ponen los bluejeans teóricos a la usansa, que circulan entre los púlpitos
y los retretes: Althusser es ahora quizás la marca del papel toilette que se usa en
1
Cfr. Kundera, Milan. La Inmortalidad. Barcelona: Tusquets, 1990, pp. 139 y ss.
las universidades, mientras Habermas aún permanece abierto, ¿Por cuánto tiempo
De suerte que si todo es imagen, todo es signo, el cambio entonces viene a consistir
en un inocuo juego sintáctico con los signos: así arribamos a la época en que los
símbolos son tratados como materia y la materia como símbolos. ¿No da cuenta de
del cambio –en los términos en que lo concibe Kundera-, de la innovación como
condición, como rutina o como “aquello -según dice Gianni Vattimo- que permite
que las cosas marchen de la misma manera” 2? . Todo esto representa la liquidación
planeta entero ha terminado por morderse su propia cola, ya que ha sido su misma
moderno, pero también es una señal confiable de que la época del último hombre
2
Vattimo, Gianni. Op. cit., p. 14
3
Ibid., p. 17.
todavía sucede, pues aún no nos habituamos al deslumbramiento que nos produce
’ –dicen los últimos hombres, parpadeando”- sino que por el contrario, como dice
produce el encierro en un presente perpetuo que impide la apertura del espacio para
Pero ¿no será acaso la vanalización generalizada el precio que tenemos que pagar
por la pérdida de peso específico del ser, por eso que en otra de sus novelas -que
insoportable levedad del ser?; el haber vivido durante milenios bajo la férula
Nuestra última apuesta fue todo o nada por el espíritu de la pesadez, expresado en
4
Cfr. Tourain, Alain. Crítica de la modernidad. Bogotá: Fondo de Cultura Económica, 2000, p. 190
5
Cfr Morin, Edgar. Los siete saberes necesarios para la educación del futuro. Bogotá: Magisterio, 2001, p. 74
avasallamiento del sujeto, en su reducción a la condición de objeto –mensurable,
manipulable, sustituible- 6. Tras haber padecido las graves heridas infrigidas por la
capitalismo, que se vehiculiza con el flujo constante del valor de cambio, a la que le
mediáticos a todos los confines del mundo, permitiendo también el arribo al campo
origen a ese embelesamiento con la propia imagen que hemos anotado, pero
6
Cfr. Vattimo, Gianni. La sociedad transparente. Barcelona: Paidós, 1998, p. 83
7
Cfr. Ibid., p. 79
minorías étnicas, sexuales, religiosas, culturales, artísticas. Pero lo significativo –
que nos produce el escuchar nuestra propia voz, nuestro dialecto, en el concierto
sempiterna –metafísica- de lo humano. Para Vattimo este era el gran reto que
8
Cfr. Ibid., p. 85
9
Cfr. Ibid., p. 85.