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Vodka tonic

Juan Eurea
vodka tonic

Juan Carlos Eurea Quevedo

2022

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mecánico, sin la autorización expresa de los titulares del copyright.

ADVERTENCIA
Esta obra tiene contenido explícito sobre uso de drogas, sexo, violencia y lenguaje explícito. Se
recomienda discreción, si es sensible a este tipo de contenidos, se recomienda no leer esta obra. Los
poemas aquí presentados fueron escritos en el año 2009. Los poemas no tienen título. Quedan
diferenciados por la primera palabra en negritas.
En el aeropuerto
mientras ocurre el escape
hay suficiente espera
como para saborear
aquellos momentos
donde las fiestas de la paciencia
culminaron en la transacción
del beso y la despedida
de aquellos días
donde estuvimos juntos
y fuimos jóvenes.
Conversaciones sudadas a gritos
levantan ventiscas y botellas de vodka
para dispersar los días de lobos
y darle otro nombre a la infamia

Pintar con otras charlas la máscara


que divide en brazos enfrentados

Para disimular la pobreza


de quienes aún permanecen
atados a la agonía de no saber
quién es aquel que ven
cuando el espejo
devuelve la mirada.
Otro futuro otras pupilas
para dilatar el tiempo
para que el sueño
inicie su vuelo de Pegaso
y la historia levante su muro
hasta cubrir el horizonte
con divergencias histéricas

¿Quién se atreve a negar la belleza de la incertidumbre?


La transparencia cuya voz de furia
derrota cualquier fantasma
al dar los pasos del golpe de dados
y recita su ruego
con voz de mandato en mármol.
La palabra amor jamás ha sido escrita
Como danzas de llamas dobles
Como el vuelo de pájaros que llevan mensajes de los árboles

No es más que espejismo


una sombra difuminada
un torrente que inunda
con tantas supercherías
el montón de noches mágicas
de estar vivo

Cuando viajamos no regresamos


es permanente
a través de las luces que se pierden
en una línea atemorizante
que desafía el horizonte
a donde van conmovidos
los que escapan del muro.
El sabor de la piel iguala
la canción que delata
el vuelo de los monstruos
dentro de los sueños
y es así como las fronteras
se vuelven líneas inútiles
para conjurar soledades cómplices
y no tengo manera de imaginar
el viaje dentro de los dominios estelares
donde mi mente se expande en dimensiones
que buscan el éxtasis en tu piel el significado en las hojas
como sed en el desierto
porque saqué de mí toda necesidad y miedo
de conseguir cumplir con los mandatos
de conseguir un hogar
y por eso deliro nocturnamente
pues la calma no es mi juicio
ni la saciedad mi destino
y el orgasmo es mi juego
y perderme en una sonrisa ilimitada
ya que todas las llegadas son encrucijadas
porque no hay puerto final
sino nuevos andenes
otros desplazamientos.
El reloj hace un ciclo de sangre
que circula por el cuerpo
porque danzamos cubiertos
de lluvia y niebla
aunque invisibles e incógnitos
hasta que entiendes
y el círculo de fuego se hace fuerte
y la espada ardiente
da vueltas alrededor del árbol
para que el secreto no sea arrebatado de nuevo

Entonces los hombres


borrarán los bosques
venderán el fuego
y fornicarán la vergüenza.
Si escucho Dark side of the moon
es porque las colinas me pertenecen

Vengo de la niebla y la hoguera inmortal


que eleva su voz sobre los árboles
porque este es mi reino y voy a defenderlo
sangrando y sudando en los embates diarios
sabiendo de la caída al amanecer
sabiendo que en algún momento
la luna se teñirá de rojo
y el horizonte arderá en llamas
incinerando las fronteras
y los libros serán como el mar que se abre
para que el pueblo escogido camine a través de él

Llegará el momento de entender


que aquello que es iluminado por el sol
es oscurecido por la luna.
El día se pierde
en el tiempo que se incendia
como el beso que arde en la memoria
palpitante de belleza

De cada cosa que es un círculo


de cada cosa que es un aullido
de cada cosa que es un asalto
y se convierte en una lucha
contra aquello que perdura en nosotros

El fuego es el noticiero de la noche:


las bombas caen como el ciclo
de las sombras liberadas
y la culpa se revela como excusa
mientras las calles estallan
y no voy a parar de reír mientras
mi ego se disipa en el olvido de mi nombre
y miro el ser el rostro de los mitos.
Tan pronto como el sol se oculta
el río inicia el llanto solitario
la hoguera sangra
como música callada
luego de la danza de las antorchas
y es cuando el tiempo comienza
a desintegrarse a girar a arder a perderse
entre rombos dibujados
por mis dedos que se deslizan
en tu espalda desnuda
como la mirada de la noche
que se bifurca
como una estrella como una nube
que rompe el orden secreto del cielo
y es cuando saltamos de la ventana
y volamos sobre el asfalto
sobre la simplicidad de los tiempos de ceniza
donde la cola empieza en la cabeza
y las estrellas simulan estar fijas
donde estoy en todas partes
y allí estás desnuda
con tu divina locura
y tendida abierta como un abismo
mientras beso tu cuello
me miras
esa forma evadida de lo real
y sólo entonces el amor comienza
porque tu carne enrojece en mis ojos.
El mundo es una rueda con clavos
una silla eléctrica
una soga sedienta
una letrina
una trinchera
la muerte está en cada esquina
en cada cosa que está
fuera de su centro
en lágrimas derramadas
que se evaporan en el frío piso
de un formol de teléfono que suena
y nadie contesta
porque es demasiado tarde.
Cada rostro que veo inspira silencio
cada mirada delata soledad
no puedes mentir cuando callas
porque justo antes del armisticio tácito
de nuestros cuerpos acoplados
disolviendo el silencio y la soledad
se inicia la única discusión
que vale la pena oír entre nosotros:
llegas al éxtasis entre mis brazos
llego al éxtasis entre tus brazos.
El aire pesa como una aburrida conversación
de enamorados
en sus propias ilusiones

Llega una extraña sensación un presentimiento


que acompaña la mirada que se pierde
solitaria
en la ventana lluviosa:
—no más mentiras —dices

Pero no hay manera


de detener la superchería
que se esconde
tras una conversación
donde los dedos dibujan
las palabras y no los ojos.
En vano tratas de escapar de mi voz
haces sudar mi reloj
en vano salen a caminar los problemas domésticos
y me sirves un café con sabor a incertidumbre

En vano las ambulancias suplican


por alguna emergencia
no hace falta decirte que te desnudes
ni declarar la guerra en latín

Tu vanidad es a prueba de balas


entonces es hora de que hagamos el amor
dejemos el día para las contiendas.
Quiero bañarme en ti
quiero un lanzallamas
quiero un asalto infinito
recordarte como marea
que golpea las rocas

Hasta donde sé el día se desvanece


como caldo de estrellas
y la muerte esparce sus llamas
besando nuestros cuerpos
guarnecidos detrás del amor

No hay cartas de navegación


para trazar una posible ruta
de escape de las calles
que conducen a otros recuerdos.
Un barco navega en estos meandros
de blancos alaridos

Estoy con mis palabras


rodeado por espectros
que quieren contar sus historias
y todo este ruido
está contenido
en el silencio de irse
a otro destino.
Deja de temerle a la muerte
olvídate del ataúd
escoge las flores que te gusten: puede ser el último día
escribe como su fuera la palabra final

Trata de pensar en aquellas cosas


que quisiste decir y no te atreviste

Cántame una canción


bailemos sobre la cama
bebamos vodka
escuchemos rock and roll del viejo que es mejor
leamos un poema de Rimbaud
miremos fotos de Mapplethorpe

Pon las flores donde van


porque voy a quitarte tus panties
y arder en tus pezones delirar tu cuerpo
en medio de la noche
hasta que nunca más nos olvidemos
de hablarnos

Y por favor
cuando me vaya
no dudes en dejar
una botella de vodka
en la mesa.

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