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¿OBLIGACIONES DE MEDIOS Y RESULTADOS?


Analurdes Yris Beltrán Manzaneda
En nuestro entorno, no es sorprendente darse cuenta que las relaciones jurídicas concretas
de cooperación son frecuentes en cualquier espacio donde nos encontremos, al ir a comprar
una prenda, contratar a un albañil para que arregle nuestro hogar, contratar los servicios de
un médico para que nos proporcione un tratamiento ante una enfermedad que se nos pueda
haber presentado eventualmente, entre tantas otras actividades cotidianas que cualquier
persona realiza en su vida diaria, desde esta perspectiva, es importante señalar que existen
obligaciones de distintos tipos, existen aquellas que tienen como prestación el dar, hacer o
no hacer, sin embargo, las obligaciones que tienen como prestación el hacer no son tan
sencillas de estandarizar como las que son de dar, porque el resultado muchas veces
resultará incierto y subjetivo, en el mundo del derecho hay discusiones sobre lo que se esta
obligado a hacer y cual es la responsabilidad, desde esta óptica de las obligaciones de hacer,
cobra sentido hacer énfasis en las obligaciones de medios y resultados, aunque respecto a
esta percepción, muchos juristas no adoptan un punto de vista favorable como hay otros que
si, por ejemplo, Mario Castillo Freyre deja entrever su posición ya que no concuerda con
distinguir las obligaciones de dicho modo, considerando que hacerlo resulta inapropiado e
inaplicable en la realidad. En lo personal, la postura que obtengo es positiva y completamente
a favor sobre clasificar las obligaciones en las que son de medios y resultados, por lo tanto,
el trabajo presentado a continuación consistirá en hacer un análisis sobre estas obligaciones,
para ello, se hará uso de doctrina relevante sobre distintas percepciones e incorporando
posturas a favor y en contra de distintos autores, como también será manejada legislación
comparada y la manera en que se regula el tema en cuestión a comparación de Perú, a su
vez, incluiré jurisprudencia a través de sentencias, para finalizar, se apreciara una conclusión
que recopile los puntos más importantes a tratar a lo largo del presente texto con un aporte
al respecto.
En primer lugar, es necesario definir sobre lo que hablamos cuando nos referimos a
obligaciones de medios y de resultados, recalcando que dentro de la doctrina francesa,
Demogue es considerado como el iniciador en diferenciar entre ambas obligaciones, este
resaltante maestro, en el V tomo de su tratado mediante 28 ejemplos de aquella época,
sostiene que la obligación del deudor no será siempre de la misma naturaleza, entonces,
considero relevante traer al caso lo mencionado por Josserand, uno de los fieles seguidores
de la teoría de Demogue, quien afirma lo siguiente:
Hay obligaciones que tienden a la obtención de un resultado determinado que deberá
lograrse, mientras que otras se refieren solamente a la conducta que el deudor deberá
observar en condiciones y dirección determinadas. Expresa que las primeras son las
obligaciones de resultado, en tanto que las segundas son las obligaciones de medios;
en aquellas el deudor ha prometido ejecutar un acto determinado, positivo o negativo,
por ejemplo, transportar los viajeros o las mercancías de tal a tal punto, o construir
una casa; en las segundas se ha comprometido solamente a portarse de tal modo, en
tal dirección, a poner en marcha su industria, su actividad, su talento, a prestar sus
cuidados, a brindar sus esfuerzos -a fin de obtener un resultado, sin duda- pero sin
garantizar el éxito. (Josserand, 1952, pp.83-84)
Concordando con Josserand, otros autores partidarios de la teoría de Demogue son
Mazeaud, Enneccerus, Betti, Hernández Gil, Spota y Cazeaux y Trigo Represas
Pero bien se sabe que la teoría de Demogue también tuvo importantes detractores que no
concuerdan con distinguir en obligaciones que son de medios o de resultados, dado que su
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tesis concuerda con lo dicho por Mario Castillo Freyre, que detrás de todo resultado existe un
medio y que no es favorable dividir las obligaciones. Uno de estos críticos en contra de la
diferenciación es Clemente Wayar, un maestro argentino quien menciona que entre las
obligaciones de medios y resultados no existe diferencia alguna, Wayar (1990) sostiene que
“su distinción solo es aparente, pues en aquellas llamadas de medios, siempre es posible
poder hallar un resultado, lo que se comienza a comprender cuando se acepta que en toda
obligación hay medios y que en toda obligación también se persigue resultados, además que,
resultado y medio son dos elementos que están íntimamente ligados dentro de la estructura
de toda relación obligacional, pues constituyen parte de su esencia” (p.128-130), Ripert y
Boulanger, Breccia, Brigant, Miccio, Carresi y Ospina son otros autores que también
comparten el mismo punto de vista
Por lo expresado, me inclino y concuerdo con aquellos juristas que comparten la teoría de
Demogue, mi acotación personal es que evidentemente no se puede afirmar que todas las
obligaciones son iguales, no todas podrán satisfacer el interés del acreedor de la misma
forma, dentro de lo que son las obligaciones con prestación de hacer, por ejemplo, el atender
a un paciente con una enfermedad terminal a construir un edificio significara obtener un
resultado muchas veces incierto y distinto en cada caso, debido a lo cual es que se da el
debate de cuál es la obligación y cuál es la responsabilidad del deudor, es por esta razón que
opino sobre lo muy importante que resulta separar las obligaciones en aquellas que son de
medios y resultados dado que el deudor no siempre va a poder asegurar un resultado, porque,
por ejemplo, lo que busca el acreedor es algo que no se encuentra en la esfera de dominio
del deudor. Recordando que en caso de incumplimiento de la prestación, el derecho civil lo
que se busca es reparar el daño de la víctima (satisfacer el interés del acreedor), por eso es
que en el Perú no se debe buscar la culpa, lo que se busca es la esfera de dominio y de
riesgo, entonces, la esfera de dominio, es aquello que se puede controlar física y
jurídicamente de manera natural conforme a los avances de la ciencia y la técnica del
momento, se sabe que siempre se busca satisfacer el interés del acreedor y que cuando se
daña su interés original, cobra importancia el dar indemnización a la víctima para satisfacer
dicho intereses dañado. La responsabilidad contractual significara satisfacer el interés del
acreedor, si no se logra satisfacer el interés del acreedor por cualquier circunstancia excepto
caso fortuito fuerza mayor, se debe dar la indemnización, este es el motivo de la
responsabilidad civil, ya sea satisfacer el interés originario o en todo caso la indemnización
de dinero.
Así que, es importante saber en qué radica la diferencia entre estas obligaciones. La distinción
se formula de acuerdo a la sustancia de la prestación, de este modo lo señala Diez Picazo
con quien concuerdo rotundamente, este autor manifiesta que:
Se trata de poner en relieve cómo el deudor puede quedar obligado únicamente a un
despliegue de energía o actividad, a la observancia de un estándar o modelo de
conducta, mientras que, en otros casos, su compromiso y su obligación pueden consistir
en la producción de una modificación en la realidad material o jurídica (Diez,1993,
p.235)
Por ende, la diferencia se centra en la naturaleza de cada obligación concreta, ya que el
contenido del objeto es diverso, contenido que es su prestación, se tendrá que ver si el deudor
tiene que cumplir su obligación con diligencia o si debe cumplir con un fin concreto más que
con un grado de diligencia. En lo que son obligaciones de resultado, existe cumplimiento de
la obligación de satisfacerse el interés primario del acreedor, en caso de las obligaciones de
medios no es importante que se cumpla con este interés primario, el deudor al satisfacerse
con los medios, ve satisfecho su interés secundario, así aporta Antonio Hernández Gil (1960)
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quien menciona que en “las de medios se cumple la prestación cuando el deudor observa la
debida conducta diligente, teleológicamente organizada hacia la consecución de la
expectativa del acreedor, por lo que resulta irrelevante, en general, que se obtenga tal interés
o expectativa” (p.94) Así mismo, Peñailillo sostiene que:
En la obligación de medio, es una actividad o cierto comportamiento lo que constituye
la substancia de la prestación. El resultado no está in obligatione, no forma parte directa
de la prestación (…), en cambio, en la de resultado este está in obligatione, y por tanto,
su cumplimiento dependerá de su producción; dependerá de si se produce o no
(Peñailillo,2003, p.222)
Este autor en sus escritos da como ejemplo de obligación de medios aquella del médico que
va a tratar una enfermedad y de resultado, aquella que surge de transportar mercancía, en
las obligaciones de resultado cabe mencionar que si el resultado no se realiza la obligación
se considera incumplida, aunque el deudor se haya comportado diligentemente, esto significa
que la prueba del comportamiento diligente no es prueba del cumplimiento. Entonces, por lo
expuesto, me permito a sintetizar que respecto al régimen de responsabilidad, en las
obligaciones de medios, el cumplimiento o incumplimiento de la prestación dependerá de la
diligencia con que se realice dicho comportamiento, es decir, la responsabilidad subjetiva del
deudor, por otro lado, en las obligaciones de resultado el cumplimiento o incumplimiento
dependerá directamente de la producción o no del resultado, en estas obligaciones si se vera
la responsabilidad objetiva del deudor, también que el objeto de las obligaciones de medios
es una cierta conducta o servicio, mientras la realización del resultado esperado queda por
fuera de la prestación, como ejemplo se menciono la labor del médico cuando trata de curar
una enfermedad, en el supuesto que sea un paciente con cáncer terminal, no asegura que se
cure dadas las circunstancias, y en general la obligación del profesional y aquellas producto
del contrato de locación de servicios, por otro lado, en las obligaciones de resultado se hace
referencia a un determinado efecto material o jurídico, como ejemplo tenemos a las
obligaciones dependientes del contrato de obra.
La distinción entre obligaciones de medios y resultados es inexacta y se deberá ver el caso
concreto a tratar, para sostener este punto de vista, concuerdo con lo expuesto por Jordano
Fraga (1987) que menciona que la diferenciación tuvo críticas y muchos señalan que todas
las obligaciones persiguen un resultado y un grado de esfuerzo del deudor, pero aunque
siempre se debe un resultado, este es distinto según el caso concreto, ya que si se trata por
ejemplo de obligaciones de resultado, el resultado supone una alteración de la realidad, Ahora
respecto a que criterios seguir para saber cuándo es una obligación de medios o de
resultados, primero se tendrá que evaluar la voluntad de las partes, si se acuerda que la
obligación es de actividad, quien se ve beneficiado es el deudor ya que pondrá sus servicios
a disposición, por otro lado, cuando las partes acuerdan a la obligación de resultados, se
agrava la posición jurídica del deudor, ya que si o si compromete a una obra.
Se sabe que la importancia de distinguir en las obligaciones de medios y resultados radica
en lo útil que resulta para determinar la responsabilidad del deudor y simplificar el problema
de la prueba del incumplimiento, por ejemplo, yendo al campo de la legislación comparada,
en la legislación italiana en caso de incumplimiento de las obligaciones de resultados resulta
aplicable el artículo 1218 del código civil italiano, el que menciona que
«El deudor que no cumple exactamente la prestación debida está obligado a
indemnizar el perjuicio, si no prueba que el incumplimiento ha sido determinado por
imposibilidad de la prestación debida a causa a él no imputable»
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En este punto el deudor tiene que demostrar la imposibilidad de la prestación o será


responsable y tendrá que indemnizar al acreedor, por otro lado, en las obligaciones de
medios, en caso de incumplimiento se aplica el artículo 1176 del código civil italiano, que
menciona lo siguiente:
«En el cumplimiento de la obligación el deudor debe usar la diligencia del buen padre
de familia. En el cumplimiento de las obligaciones relativas al ejercicio de una actividad
profesional, la diligencia se considera en relación con el tipo de actividad ejercida»
Es decir que, en los casos que se refieran a las obligaciones de medios, el deudor tiene que
demostrar que actuó con diligencia.
Por otro lado, en Colombia también se adoptó la distinción de obligación de medios y
resultados, como menciona Tamayo Jaramillo, en este país se considera que en lo
concerniente a responsabilidad civil:

La división clásica en obligaciones de dar, de hacer o de no hacer, y la posterior a


esta, en obligaciones positivas y negativas, no proporcionan un método para la
solución de los problemas referentes a la culpa y a la carga de su prueba. Débese a
la clasificación introducida por Demogue, en obligaciones de resultado y en
obligaciones de medio, el que se haya logrado superar la mayor parte de las
dificultades que a ambos respectos suelen presentarse (Tamayo,2007, p.498)
Así que, en Colombia si la obligación es de medio se debe probar la responsabilidad del
deudor mientras que, si es de resultado, se presume de conformidad con el articulo 1604 de
su código civil, además, como lo expresa Mosset Iturraspe (2007), la diferenciación de
obligación de medios y resultados consta en que se “coloca la carga de la prueba de la
responsabilidad, en las obligaciones de medio, en las espaldas del actor, y en las de
resultado, en las del demandado” (p. 225)
Otro país que se acoge a la distinción de obligaciones de medios y resultados es Argentina,
ya que esta clasificación se ha visto fortalecida por su recepción por el art. 774 del Código
Civil y Comercial, que adopta esta diferenciación de manera directa, además, en el código
civil y comercial de este país se ha establecido diversas obligaciones de resultado como por
ejemplo, las que surgen del art. 1289, que regla las obligaciones del transportista respecto
del pasajero, las del hotelero, entre otras, a su vez ha establecido en la primera parte del art.
1768 el arquetipo de las obligaciones de medios, que no es otro que la obligación de los
profesionales liberales: “La actividad del profesional liberal está sujeta a las reglas de las
obligaciones de hacer. La responsabilidad es subjetiva, excepto que se haya comprometido
un resultado concreto”
Ahora, a nivel nacional, en el código civil dentro de los supuestos típicos de una obligación
con prestación de hacer, encontramos el art 1771 del código civil que regula el contrato de
obra, que doctrinariamente se entiende como una obligación de resultado, así como también
el art, 1764, respecto al contrato de locación de servicios, que se entiende como una
obligación de medios. Nuestra legislación a comparación de otros países como Colombia no
adopta de manera expresa la distinción de obligaciones en aquellas que son de medios y de
resultados.
En lo que respecta a la jurisprudencia relevante, en primer lugar, considero importante traer
al caso la sentencia recaída en el EXP. N.° 569-99-AA/TC, donde el demandante Leonel
Valdiviezo interpone acción de amparo contra el Consejo transitorio de Administración
Regional de la región Grau, ya que expresa que suscribió un contrato con la demandada para
la construcción de un pabellón de 6 aulas cuyo avance solo se realizó al 88% debido al
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fenómeno del niño que no le permitió seguir con la realización de la obra, ya que se
encontraba imposibilitado, sin embargo la empresa manifiesta que el demandante ha
incumplido con el contrato de obra por lo que no se le está renumerando y a parte de ello, se
le está suspendiendo de futuras contrataciones, en esta sentencia es evidente que las partes
suscribieron un contrato de obra, por ende, es una obligación de resultados, dado que el
resultado final era la realización del pabellón con las 6 aulas, las cuales iban a satisfacer el
interés primario del acreedor, que es el Consejo Transitorio de Administración Regional de la
Región Grau, pero en este caso en particular el demandante, que viene a ser el deudor, el
señor Leonel Valdiviezo no pudo cumplir con la prestación dado el caso fortuito fuerza mayor
que es la presencia del fenómeno del niño, lo cual no se podía controlar ni física ni
jurídicamente de manera natural conforme a los avances de la ciencia y la técnica del
momento ya este fenómeno natural no se encuentra en su esfera de dominio del acreedor,
por ende, se sabe que este fenómeno le imposibilito de cumplir con la prestación, entonces
concuerdo con lo que decidió el acreedor, dado que no podía haber contraprestación ya que
el resultado no se dio.
En segundo lugar, en la casación N°220-2013 el asunto radica en que Flor Gonzales Villareal
interpuso demanda de indemnización por daños y perjuicios derivado de la negligencia
médica incurrida por el medico Jorge Chimoy Arteaga producto de la atención brindada, la
cual origino que la herida de su pierna derecha devenga en necrótica, ya que esta persona
acudió a la clínica debido a que sufrió un atropello y el medico demandado la atendió, la
demandante alega que hubo mala praxis ya que el medico le realizo un procedimiento que
supuestamente le iba a ayudar pero producto de ello se le infectaron las heridas que tenia
en la pierna, la clínica y el medico demandado argumentaron que desde el ingreso de la
demandante a la clínica fue evaluada por el medico Chimoy Arteaga con la diligencia debida
y siguiendo el protocolo de atención y que al tratarse la prestación de servicios médicos uno
de medios y no de resultados por su especial complejidad, no existirá responsabilidad cuando
el medico haya tenido una conducta diligente, lo cual ha ocurrido en el presente proceso, de
establecerse la responsabilidad civil del médico y la clínica deberá fijarse el monto
indemnizatorio correspondiente, dada la controversia en la casación se fundamenta que al
tratarse el servicio médico de una obligación de medios, la cual se entiende cumplida al
realizar diligentemente los medios tendientes a que se produzca un resultado, independientes
si se logra o no dicho resultado, resulta fundamental determinar si se usó o no el medio
adecuado, por lo que los demandados si tendrán que indemnizar a la demandante dado que
efectivamente el medio no era el adecuado.
En conclusión, me permito refutar al doctor Mario Castillo Freyre ya que los argumentos que
presenta no me parecen precisos o claros para contradecir la teoría de Demogue, como por
ejemplo, en el video presentado sobre sus sustentos, hace mención de la promesa del hecho
de un tercero, lo que pienso que es irrelevante porque se habla de un juicio en donde el juez
no está obligado con el acreedor, solo ejecuta un deber además que alguien solo puede
obligarse a lo que dependa de su propio esfuerzo, si ese resultado no depende su propio
esfuerzo es ilógico obligarse, no se puede hacer un contrato esperando que otro realice una
prestación de hacer con la otra parte, así mismo, no coincido con aquellos detractores que
optan por no distinguir las obligaciones en aquellas que son de medios y resultados, considero
que es importante que en nuestro país también opte por esta distinción como ya lo hicieron
países vecinos tales como Argentina y Colombia, ya que la división clásica en obligaciones
de hacer no proporciona un método para la solución de los problemas referentes a la
responsabilidad y quien asume el riesgo, porque no todas las obligaciones son de la misma
naturaleza, en cada caso concreto se deberá ver si se va a satisfacer el interés primario del
acreedor o su interés secundario, las obligaciones varían demasiado desde mi parecer y lo
visto en la realidad. Lo que puedo aportar respecto al tema en cuestión es que, no siempre
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detrás de todo resultado hay un medio, pero normalmente sí, aunque no es una regla que
tenga que cumplirse en estricto, por ejemplo, yendo en traslado a una experiencia personal,
mi persona hace un tiempo sufría de un problema al corazón que producía ataques
insoportables, el cardiólogo me indico que seria necesario intervenir quirúrgicamente, sin
embargo, yo sin buscar el resultado de curarme del malestar modifique hábitos de vida diaria
y empecé con otros beneficiosos, en razón de lo cual, tiempo después cuando los
especialistas estaban a puertas de la intervención, el problema que asechaba había
disminuido considerablemente, tanto así que operarme al corazón ya no era necesario, como
se puede concluir, en el caso del que fui protagonista, no fue necesario medio alguno para
curarme de la molestia, pero si obtuve dicho resultado, es decir, no requerí el servicio del
médico, este medio que sería la operación no logro la satisfacción del resultado.

BIBLIOGRAFIA:
1. Josserand, L. (1952). Derecho Civil. Buenos Aires: Bosch y Cía Editores

2. Tamayo Jaramillo, J. (2007). Tratado de Responsabilidad Civil. Bogotá: D.C.


o
3. Mosset Iturraspe, J y Piedecasas, M. (2007) Responsabilidad Contractual. Buenos
aires: Rubinzal–Culzoni Editores

4. Jordano Fraga, F. (1987). La responsabilidad contractual. Madrid: Civitas

5. Diez Picazo, L. (1993) Fundamentos de derecho civil patrimonial. Madrid: Civitas

6. Hernandez Gil, A. (1960) Derecho de las Obligaciones. Madrid: Maribel Artes Gráficas

7. Peñailillo Arevalo, D. (2003) Obligaciones. Teoría General y Clasificaciones. La


resolución por incumplimiento. Santiago: Editorial Jurídica de Chile

oo
8. Clemente Wayar, E. (1990). Derecho Civil, Obligaciones. Buenos Aires: Ediciones
Depalma

9. RECURSO EXTRAORDINARIO, EXP. N.° 569-99-AA/TC (Tribunal Constitucional, 29


de Setiembre de 1999)

10. RESPONSABILIDAD POR MALA PRAXIS, CASACION N°220-2013(Corte Suprema


de Justicia de la Republica, 12 de Noviembre de 2013

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