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ESCUELA Nº 9 – 003 NORMAL SUPERIOR

PSICOLOGÍA EDUCACIONAL.
PROFESORA: PERALTA, D.

INTRODUCCIÓN A LAS PERSPECTIVAS TEÓRICAS

A partir de las relaciones planteadas entre enseñanza, aprendizaje y


desarrollo, revisaremos las diferencias básicas entre las Perspectivas
Teóricas Asociacionistas o Conductistas y Cognitivas, haciendo hincapié en
el Constructivismo.

El Conductismo funda su análisis en los factores exógenos (es decir,


entiende que el aprendizaje es producto de la acción de medio sobre el
individuo), en tanto que el Constructivismo abre las puertas a una concepción
centrada en la actividad constructora del individuo humano, a partir de su
interacción con su medio.

En este sentido, la argumentación contemporánea enfatiza hoy que la


educación es un fenómeno de interacción, en el cual lo exógeno y lo
endógeno se articulan y enriquecen mutuamente.

Creemos que el pensamiento educacional se beneficiaría mucho con


el abandono de la tradicional separación, mutuamente excluyente, entre el
pensamiento anglosajón (teorías conductistas) y el europeo (teorías
constructivistas). El primero ha sido caracterizado tradicionalmente como
centrado en la problemática del aprendizaje (conductismo en sus diversas
versiones: Watson, Thorndike, etc.), en tanto que el segundo estaría centrado
fundamentalmente en la problemática del desarrollo evolutivo (Piaget, Freud,
Vygotsky, etc.).

Una revisión comparativa de los dos, nos arrojará una serie de pa-
radojas que evidenciará la necesidad de ver de manera distinta la naturaleza
de lo pedagógico, manera que se diferencia radicalmente del enfoque
tradicional. Fundamentalmente, nos encontraremos con una diferenciación
básica entre el aprendizaje y el desarrollo, como dos procesos distintos en el
funcionamiento psíquico del sujeto humano.

Nos proponemos efectuar esta comparación haciendo una misma


pregunta a los dos planteamientos:

¿cómo se desarrolla o cómo crece psíquicamente el individuo


humano?

Veremos que hay cruciales diferencias en sus respuestas y que aquéllas


son centrales en términos de la mirada que dan a lo pedagógico.
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PROFESORA: PERALTA, D.

El conductismo

Para el conductismo, la respuesta es muy simple: hay crecimiento


psíquico en el sujeto, debida a la acción de cierta dinámica, que está dada
por la relación entre estímulo y respuesta. Si el sujeto humano cambia y, por
tanto, se desarrolla, es porque desde su nacimiento se ve sometido a un
bombardeo de estimulación venido del medio ambiente, al cual reacciona
emitiendo respuestas.

Teniendo cambios en la estimulación se suceden cambios en las


respuestas. A estos cambios en las respuestas o conductas del sujeto, el
conductismo los llama aprendizajes. El desarrollo, el crecimiento psíquico del
sujeto, se reduce entonces a sus aprendizajes.

En este planteamiento básico del conductismo vemos que la ex-


plicación radica en una dinámica externa al sujeto: la dinámica E - R. Además,
el sujeto aparece como un elemento pasivo frente a una estimulación activa
del medio ambiente. Claramente, el polo activo de los procesos de
aprendizaje reside en el medio externo, y lo que ocurra al sujeto en su interior
es el resultado directo de este movimiento exterior. Lo que ocurre dentro es
producto de lo que está fuera.

Si le preguntamos al conductismo por aquello que ocurre dentro del


sujeto, la respuesta será también bastante precisa. Por supuesto, esa
corriente no niega que hay procesos internos en el individuo; si uno toma un
sujeto y “lo mueve”, desde dentro se escucha “ruido”, algo pasa dentro. Pero,
en realidad, y como se ha dicho ya tantas veces, el sujeto sigue siendo para
el conductismo una caja negra. Caja negra, por dos razones:

Lo que pasa dentro del sujeto no es posible de ser conocido


por la ciencia, ya que, según este paradigma, ella estudia
“observables”; siendo los procesos internos “no observables”
por definición, son incognoscibles.

No sólo estos fenómenos quedan fuera del alcance del co-


nocimiento, sino que además ni interesa conocerlos. En rea-
lidad, para el conductismo, la explicación de lo que pase dentro
del sujeto está cien por ciento afuera, vale decir, en la dinámica
estímulo - respuesta.

Esta visión del sujeto humano como caja negra está ligada a una visión
del mismo como un organismo vacío, coherente con aquella antigua
afirmación acerca de la tabula rasa; algo sin forma; una piedra a la cual el
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escultor modela desde fuera. Para el conductismo, los individuos son como
barriles vacíos, llenados por medio de la estimulación a la que son sometidos
desde su nacimiento.

Para el conductismo, el factor fundamental del desarrollo humano reside


en lo que ellos llaman el aprendizaje. Todo es visto como aprendizaje, todo
es reductible a aprendizaje, y por esto, todos sus planteamientos giran en
torno a las diversas psicologías del aprendizaje.

El Constructivismo

Frente a nuestra pregunta acerca del desarrollo humano, la respuesta


del constructivismo es muy precisa:

el desarrollo humano gira en torno a la construcción de es-


tructuras y procesos mentales, por parte del mismo sujeto.

Es decir, el proceso central es aquel en el cual el individuo va


construyendo sus propias estructuras mentales.

Para el constructivismo el énfasis está puesto en procesos internos, en


estructuras mentales construidas por el propio sujeto. Esta idea, con las
necesarias diferencias entre ellos, es compartida por Piatget, Vygotsky,
Freud, Mead, Bruner, entre otros.

Y si le preguntamos al constructivismo ¿qué ocurre entonces con los


aprendizajes? La respuesta es también muy precisa: los aprendizajes son
procesos secundarios. Secundarios, no por ser poco importantes, o
inexistentes, sino porque se insertan en procesos de construcción de
estructuras mentales por parte del sujeto. Son procesos pequeños insertos
en un proceso mayor. (Esta secundariedad es muy clara en el caso de Piaget,
y menos clara en el de Vygotsky).
Pero lo que nos interesa no es destacar la primariedad o secundariedad
de los aprendizajes en relación al desarrollo, sino otra cosa íntimamente
relacionada con esto: lo que aporta el constructivismo es una diferenciación
entre los procesos de aprendizaje y los procesos de desarrollo, diferenciación
que no es posible de hacer desde el conductismo, para el cual el desarrollo
aparece confundido con el aprendizaje.
Esta diferencia se puede ver claramente en Piaget, quien defendió a lo
largo de todos sus escritos el hecho de que su teoría es una Teoría del
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Desarrollo, y no una teoría del aprendizaje, tratando incluso de plantear que


los procesos de desarrollo son independientes en su forma de los procesos
de aprendizaje.

Bibliografía:

 Molina, Víctor - Prieto Castillo, Daniel: “ESPECIALIZACIÓN EN DOCENCIA UNIVERSITARIA:


EL APRENDIZAJE EN LA UNIVERSIDAD”. EDIUNC. Mendoza. 1997 .

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