Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Investigadores
Rodolfo Castañeda Ramírez
Febrero de 2018
Resumen:
1
que logran un acuerdo. Ésta ha de ser una actitud dialógica. Necesario es que los
interlocutores tengan la apertura académica para que sus saberes sean
susceptibles de crítica, acompañados de pretensiones de validez. Sus saberes
tienen estructura proposicional, entonces para entenderse han de estar planteados
desde posturas epistemológicas construidas en colectivo. Esta es la posibilidad de
que los cuerpos académicos se consoliden.
Los integrantes del cuerpo académico al elegir lo que quieren compartir, han de
ser una elección inteligible para todos, ello facilita que se puedan entender entre
sí. Cada uno de ellos como hablante ha de tener la actitud de comunicar saberes,
para que los otros que actúan en ese momento como interlocutores puedan
compartir también sus saberes. Las intenciones comunicativas del hablante han
de ser argumentativas y pertinentes para lograr un consenso en los saberes que
se han de producir y aplicar. Esta lógica académica bien puede consolidar o
destruir el cuerpo académico, destruirlo es con la tecnología burocrática de la
institución.
INTRODUCCIÓN
DESARROLLO
2
Los CA (cuerpos académicos) son una idea estética, genialmente académica, más
allá de lo social, o institucional; lo es por esa armonía intersubjetiva de los sujetos
que los integran, que comparten LGAC (líneas de generación y aplicación del
conocimiento) desde las que se proponen generar conocimiento y aplicarlo. Es un
horizonte de aprendices y maestros, que se vuelve trascendental en el momento
en que se busca lo substancial del objeto de conocimiento. En suma es un tejido
intersubjetivamente complejo por sus interacciones, pero que tiene sentido cuando
cada interlocutor coopera lingüísticamente en los consensos generados con las
pretensiones de validez que se anteponen a todo acto de habla orientado al
entendimiento.
3
racionalidad de los cuerpos académicos conduce a una simulación intelectual de
sus integrantes. La acción comunicativa como racionalidad no se identifica con la
razón como dominio, la antepone como detonador autorreflexivo, este horizonte es
una cultura que fortalece académicamente al cuerpo académico. Reconocer
también que puede ser una amenaza para su desintegración, la razón: los
profesores no soportan la crítica académica, la reflexión; en su lugar la cómoda
determinación burocrática que se asume sin cuestionar, que bien puede mantener
al CA en sus estereotipos.
4
1992, p. 32). El nudo problemático está en la filosofía de la conciencia, que
considera la existencia de un sujeto que significa los objetos y construye su
identidad al confrontarlos. Es una posición dogmática que no identifica el problema
y la posibilidad de conocimiento e intersubjetividad queda reducida a una acción
cognitiva pragmática. La necesidad de transitar de la acción teleológica a la acción
comunicativa, hasta el momento es la vía trascendental que garantiza que los CA
sean una figura académica que asegura la mejora académica de la institución. No
es posible pensar en producción de conocimiento si el fantasma de la razón
instrumental influye en el pensamiento de acción reflexiva. La transición habrá de
conformarse desde los horizontes del análisis, reflexión y crítica como
competencias profesionales de los integrantes del cuerpo académico, estos signos
hablan realmente de las competencias profesionales de un docente integrado a
cuerpos académicos.
Habermas considera que el modelo con el cual hay que pensar la acción social no
es ya el de una acción subjetiva orientada por fines egoístas de sujetos
individuales, sino el de una acción orientada al entendimiento en el cual los sujetos
coordinan sus planes de acción sobre la base de acuerdos motivados
racionalmente, a partir de la aceptación de pretensiones que apelan a una
estructura dialógica del lenguaje como fundamento del conocimiento y de la
acción, donde la racionalidad está dada por la capacidad de entendimiento entre
sujetos capaces de lenguaje y acción mediante actos de habla cuyo trasfondo es
un mundo de la vida.
5
quienes participan en la comunicación, alude a lo cotidiano, es el horizonte en
donde se dan las acciones humanas, es el mundo en el que vivimos como actores,
cualquier acto vital adquiere sentido si la explicamos desde el mundo de la vida,
“es sólo en el mundo de la vida, donde es posible el encuentro dialógico de
cualquier comunidad”. (Habermas, 1987, p. 31)
Para que los sujetos que actúan comunicativamente puedan entenderse entre sí,
sus interpretaciones han de estar siempre en el horizonte de un mundo de la vida,
por representar el trasfondo aproblemático de donde se obtienen las pretensiones
de validez para la consumación de un acuerdo. Así la racionalidad del mundo de la
vida puede caracterizarse ante todo en la dimensión acuerdo normativamente
adscrito vs. entendimiento alcanzado comunicativamente, se constituye en el
trasfondo desde donde los sujetos se salen al encuentro y se ponen de acuerdo.
La acción comunicativa, es un concepto complementario al mundo de la vida,
desde el cual y sobre el cual puede producirse la reproducción simbólico-social en
acciones lingüísticamente mediadas, en este sentido el mundo de la vida
representa una perspectiva interna como el punto de vista de los sujetos que
actúan y la acción comunicativa puede considerarse como algo que ocurre dentro
del mundo de la vida, es el lugar donde se encuentran el hablante y el oyente,
donde de modo recíproco se plantean pretensiones de validez, desde donde
pueden criticar la validez de lo que dicen como discurso a través de sus
pretensiones, le dan congruencia lógica a sus posibles discrepancias con el apoyo
de la argumentación y puedan llegar a acuerdos, es el espacio donde los actos de
habla se constituyen en un dispositivo fundamental.
6
actos no lingüísticos. La función de los actos de habla es dar a conocer la
intención del agente. Esto implica que un oyente puede saber por el contenido
semántico de la emisión cómo se está empleando la oración emitida, es decir, qué
tipo de acción se está ejecutando con ella. Si tiene éxito el acto de habla, la acción
comunicativa termina en el consenso, por lo que hay que estudiar "cuáles son las
condiciones que debe satisfacer un consenso conseguido comunicativamente para
que pueda tener las funciones de coordinación de la acción" (McCarthy, 1987, p.
398).
Con el acto de habla, los sujetos no sólo son capaces de conocimiento, también
de acción, lenguaje y comunicación, los hablantes están en el umbral de la
comunicación interpersonal, establece las condiciones concretas que posibilitan la
comunicación desde el horizonte del entendimiento que conduce a la noción de
intersubjetividad. El acto de habla adquiere su fuerza ilocucionaria en las tomas de
postura que un oyente hace frente a las posibles pretensiones de validez, si esto
tiene cumplimiento el “hablante puede actuar ilocucionariamente sobre el oyente y
éste a su vez actuar ilocucionariamente sobre el hablante porque las obligaciones
típicas de los actos de habla van asociadas con pretensiones de validez
susceptibles de examen cognitivo” (Mc Carthy, 1987, p. 363) , ésta es ya una
relación interpersonal de entendimiento orientada al acuerdo y el consenso. La
acción comunicativa se aleja de la perspectiva monológica, más bien conduce a
un horizonte dialógico, en donde supone ya un hablante y un oyente que se ponen
de acuerdo sobre un estado de cosas. La actuación del habla en el mundo se ve
sustituida por la acción concreta intersubjetiva de los agentes lingüísticos.
7
que ambas son susceptibles de crítica. La “racionalidad de las emisiones o
manifestaciones se mide por las reacciones internas que entre sí guarda el
contenido semántico, las condiciones de validez y las razones que en el caso
necesario puedan alegarse a favor de la validez de esas emisiones o
manifestaciones, a favor de la verdad del enunciado o de la eficacia de la regla de
acción” (Habermas, 1982, p. 26), la racionalidad comunicativa resulta ser más
amplia por recurrir a la argumentación como reflexión y como pretensión de
validez del discurso, es una validez que se apoya en un saber proposicional con
fines comunicativos, esta situación se va caracterizando por el consenso, un acto
de habla argumentativo en el que se puede observar la superación de los puntos
de vista de los sujetos que hasta antes de la argumentación su saber era
aproblemático, el rasgo de argumentación viene a posibilitar que los participantes
en la comunicación puedan entenderse sobre algo que existe. Así lo que existe
puede ser racional y este rasgo lo puede obtener “una afirmación si el hablante
cumple condiciones para el logro de un fin ilocucionario de entenderse sobre algo
en el mundo al menos con otro participante en la comunicación” (Habermas, 1982,
p. 28).
Esta perspectiva sólo es la racionalidad que los CA han de guardar, para abordar
el conocimiento, desde el planteamiento de La Crítica de la Razón Pura , es
inexcusable realizar un examen de las condiciones trascendentales que posibilitan
el conocimiento a través de una crítica epistemológica del conocimiento que se
discute y produce al interior del cuerpo académico. Es una crítica reflexiva que en
la perspectiva de Kant, sólo puede darse como una reflexión de tipo trascendental.
Se alude a “trascendental todo conocimiento que se ocupa, no tanto de los
objetos, cuanto de nuestro modo de conocerlos, en cuanto que tal modo ha de ser
posible a priori. Un sistema de semejantes conceptos se llamaría filosofía
trascendental” (Kant 1996, p. 58). El propósito de la actividad crítica-reflexiva es
comprender e interpretar el conocimiento que se produce. “Razón significa a la vez
voluntad de razón. El interés emancipatorio del conocimiento tiende a la
consumación de la reflexión como tal. Así en la fuerza de la autorreflexión el
conocimiento y el interés son uno” (Habermas 1982, p. 177).
8
El problema de la emancipación pasa a orientarse, entonces, hacia la búsqueda
de una comunicación libre de dominio que engendre las condiciones necesarias
para una intersubjetividad sin coacciones. “La subjetividad de la naturaleza,
todavía encadenada no podrá ser liberada hasta que la comunicación de los
hombres entre sí no se vea libre de dominio. Sólo cuando los hombres
comunicaran sin coacciones y cada uno pudiera reconocerse en el otro, podría la
especie humana reconocer a la naturaleza como un sujeto y no sólo, como quería
el idealismo alemán, reconocerla como lo otro de sí, sino reconocerse en ella
como en otro sujeto” (Habermas 1992b, p. 63).
CONCLUSIONES
Referencias Bibliográficas
10
Habermas, Jürgen. (2001). Teoría de la Acción Comunicativa:
Complementos y Estudios Previos. Madrid: Cátedra.
Kant, I. (1996). Crítica de la Razón Pura. México: Alfaguara.
Mc Carthy, (1987). La teoría crítica de Jürgen Habermas. Madrid: Tecnos.
11