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Oriana Quevedo Gonzalez

2do Bach
Comentario de texto: Historia de la Filosofía

En este texto vemos reflejado una característica fundamental acerca de la teoría


cartesiana. Primeramente, estamos en la época del renacimiento, esto implica la época de
la revolución científica. Siglo XVI, ilustración, se entiende el mecanicismo como explicación
del mundo animal y una realidad matematizada por completo (racionalismo), en
búsqueda de la razón única. El método del autor, lo llevará a dudar de todo para lograr su
punto de certeza, la única verdad de la cuál se podrá sostener todo el sistema filosófico
que crearía posteriormente. Una verdad de la que no podamos dudar y esa para Descartes
será que: yo pienso y si yo pienso entonces existo.

En el texto dice: “No podía fingir que yo no era”, donde vemos planteado anteriormente
que él si podía fingir que no poseía cuerpo o podía dudar de donde y cuando se
encontraba, sus sentidos lo podían engañar pero solo por dudar él sabía que pensaba, por
lo cuál tenía que existir. Pero antes de toda esta deducción para llegar a su punto de
certeza, en el cuál fundamentar su sistema de una forma objetiva, Descartes somete su
problemática a las reglas del método, para buscar reducir la complejidad de su
problemática y los elementos que la constituyen. La ciencia depende de estas reglas
(evidencia, análisis, síntesis y enumeración) para que la razón conserve y aumente sus
conocimientos, así será un conocimiento universal y absolutamente indubitable. Después
la característica que se plantea en la introducción como fundamental acerca de la teoría
cartesiana será la duda; este es el recurso cartesiano para evitar el error y descubrir la
verdad. El filósofo expondrá los motivos de la duda, con el propósito de encontrar un
resto indubitable sobre el cuál fundar el edificio de conocimiento. Después de plantear
que los sentidos nos engañan, que son falaces; el autor duda de los sueños (el hecho de
que cuando soñamos creemos en la existencia real de las cosas y situaciones soñadas,
refuerza la duda). Entonces, por último, un genio maligno es el punto más radical de su
duda, donde se plantea la posibilidad de que un Dios engañador y maligno, haya puesto
todo su poder en hacer creer que estamos en lo cierto cuando no. Un callejón sin salida
donde ninguna verdad podrá resistir la prueba de la duda. Entonces, es ahí donde
Descartes plantea que lo único de lo que no podía dudar, no importa cuanto radicalizara
su duda, es el hecho de que yo dude, yo piense, eso quiere decir que yo existo. Esto es lo
expuesto en este fragmento del “Discurso del Método”. Cogito, ergo sum (Pienso, luego
existo), pero no sucesivamente, no pienso y literalmente de repente después de eso
mágicamente existo, sino que soy pensamiento. “Y aunque el cuerpo no fuese, no dejaría
de ser todo lo que es”, porque soy un ente pensante y solo por el hecho de dudar, significa
que pienso y encontramos entonces nuestro punto de certeza, yo sé y no puedo negar
que existo.

En conclusión, la esencia del alma o la mente es ser una cosa o substancia que piensa. Esta
concepción del alma es para su época muy innovadora respecto a lo que se creía de ella
desde los tiempos de Aristóteles. El modernismo es la revancha de Platón ante la
concepción de que la mente consiste en un conjunto de facultadas y Descartes plantea
que las diferentes funciones de la mente no las realizan facultades separadas, sino que
una facultad cognitiva operará de diferentes maneras. La mente será ahora indivisible
debido a que está conformada por formas inmateriales y esto diferencia radicalmente
alma y cuerpo.

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