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EL CINE

El cine.

El cine es un arte y una técnica. Es el arte de narrar historias mediante la


proyección de imágenes, de allí que también se lo conozca con el nombre de
séptimo arte. Y es la técnica que consiste en proyectar fotogramas, de forma
rápida y sucesiva, para crear la ilusión de movimiento.

Para la realización del cine es necesaria la concurrencia de muchas otras


capacidades a nivel técnico, creativo y financiero, como el montaje, la fotografía, la
dirección, el guionismo, la operación de cámaras, el sonido, la producción, etc.,
para lo cual es necesario todo un equipo de trabajo. Asimismo, pasa por varias
etapas: el desarrollo, la preproducción, el rodaje, la posproducción y la
distribución.

El cine suele ser dividido en multitud de géneros, según ciertas características


y similitudes entre las películas (estilo, tema, intencionalidad, público, forma de
producción), como cine de animación, comercial, policíaco, de acción, de ciencia
ficción, romántico, documental, experimental, entre otros.

El cine inició, en el siglo XIX, en París el 28 de diciembre en 1895 con los


hermanos Lumière quienes proyectaron en una función pública varias escenas
de la vida cotidiana de su tiempo: la salida de los obreros de una fábrica, la
demolición de un muro, la llegada de un tren, la partida de un barco.

Georges Mélies fue quien profundizó el hecho de contar historias ficticias y


comenzó a desarrollar las nuevas técnicas cinematográficas, aplicando la técnica
teatral ante la cámara creando los primeros efectos especiales, la ciencia – ficción.
En 1935, esta técnica permitió la incorporación del color, con “La furia de las
vanidades” de Rouben Mamoulian; aunque consiguió su máxima plenitud en 1939,
lo cual tardó más en ser adoptado por el cine.

Desde entonces, el cine ha evolucionado enormemente. De la primera etapa de


cine mudo, pasamos al cine sonoro, y de allí llegamos al cine a color. Actualmente,
se ha desarrollado, además, el cine digital y el cine 3D y 4D.

El cine, como arte, es la forma en que las sociedades se narran sus historias,
problemas, coyunturas o circunstancias a través del discurso audiovisual. El cine
es el reflejo del tiempo en que vivimos, de nuestras preocupaciones y nuestros
anhelos a nivel personal o colectivo.
Clasificación de cine.

Cine de autor
Como cine de autor se denomina aquel que se caracteriza por reflejar el estilo, las
búsquedas, inquietudes e intereses de su realizador. Este, por lo general, tiene un
papel preponderante en la toma de todas las decisiones relacionadas con la
ejecución de la obra, y suele ser, al mismo tiempo, director y guionista de sus
películas.
Cine comercial
Como cine comercial se denomina todo aquel cine producido por la gran industria
cinematográfica, cuyo objetivo fundamental es llegar al gran público con un
producto de entretenimiento que produzca beneficios económicos. Es el cine que
acostumbran a proyectar las salas de cine tradicionales.
Cine documental
Como cine documental se denomina aquel que basa su trabajo en imágenes
tomadas de la realidad, a partir de las cuales cuenta una historia.
Cine experimental
Como cine experimental se denomina aquel que deja a un lado los moldes
clásicos del cine más convencional y se aventura a explorar otros recursos
expresivos. En este sentido, es un cine más puramente artístico.
Cine independiente
Como cine independiente denominamos aquel que es producido sin apoyo de un
estudio o una productora de cine comercial. Se caracteriza por el control casi total
del director sobre el resultado final. En este sentido, podemos decir que el cine
independiente es casi siempre cine de autor.
Cine mudo
Como cine mudo se denomina aquel de la primera etapa del cine, en que la
proyección es silenciosa, de modo que no cuenta con el acompañamiento de
sonidos ni voces.
Cine sonoro
Como cine sonoro se conoce todo aquel que reproduce, por medio de una banda
sonora, las voces, ruidos y música que acompañan la proyección de una película.
Hoy en día, todo el cine es sonoro.

Cine en Bolivia.

A diferencia de otros países de Latinoamérica que conocieron el cine durante la


última década del siglo XIX, tal como Colombia y Uruguay, Bolivia experimentó un
desarrollo fílmico con una temporalidad distinta.

En 1912, tres años después de haberse realizado las primeras proyecciones,


surgieron las filmaciones realizadas en territorio boliviano por parte de Luis Castillo
González, entre las que destacó una galería de imágenes de aspectos cotidianos
de La Paz, titulada “Vistas locales” (1913). Posteriormente, en 1918, Castillo fundó
una compañía cinematográfica y en 1925, junto al antropólogo Arturo Posnansky,
inició el proyecto Condor Maiku Films, productora que se enfocó en la realización
de cortometrajes, documentales y largometrajes.

Otro paso significativo en la historia del cine de Bolivia llegó con la primera
película de larga duración: “La profecía del lago” (1925), dirigida por José María
Velasco Maidana, que narra la historia de un hombre adinerado y el conflicto que
este enfrenta al descubrir que su mujer está enamorada de un indígena que
trabaja en su casa. La temática de la historia causó controversia en el público por
la relación que mostraba y fue censurada sin poder ser vista en otros lugares. Ese
mismo año, Pedro Sambarino, director de cine de origen italiano, concluyó la
película “Corazón Aymara” (1925), un largometraje de ficción que narra una
discordia amorosa entre un matrimonio que vive en los nevados andinos y recurre
a un juicio bajo las normas del pueblo aymara para arreglar el descontento.

En estos ejemplos, los relatos del cine boliviano incluyeron personajes indígenas,
factor que poco a poco condujo al desarrollo de un cine indigenista y que en años
posteriores tendría un auge considerable. Sin embargo, durante los años veinte y
los treinta, la cinematografía nacional también tuvo algunos momentos de
progreso respecto a su capacidad narrativa. “La gloria de la raza” (1925), de Arturo
Posnansky, es ejemplo de ello, pues logra desarrollarse como un medio de
difusión para mostrar sus descubrimientos en una trama que lo incluye a él mismo
como protagonista, guiado por un nativo en su visita a unas ruinas precolombinas.

En 1932, la película “Hacia la gloria” (1932), una realización de Mario Camacho,


José Jiménez y Raúl Durán, implicó el primer acercamiento del cine boliviano con
la sonorización. No obstante, transcurrieron más de dos décadas para que la
sonoridad fuera parte elemental de los filmes, hecho que logró concretarse en
1958 con el reestreno de “La guerra del Chaco” (1936), también conocida como
“El infierno verde” (1958). La película fue el resultado de la labor de
documentación y registro de Luis Bazoberry, un fotógrafo que cubrió las
actividades y enfrentamientos durante la Guerra del Chaco.

Aunque el final del conflicto entre Bolivia y Uruguay hizo evidente la inactividad en
el campo cinematográfico de esa época, surgieron nuevos realizadores y
aficionados, como Jorge Ruiz y Augusto Roca, quienes trabajaron juntos hasta
1947 cuando se unieron al norteamericano Kennet B. Wasson y fundaron Bolivia
Films.

La empresa abrió una línea de producción de cortometrajes y documentales, entre


los que destacó “Virgen India” (1948), de la mancuerna integrada por Ruiz y Roca,
reconocido como el primer largometraje sonoro en blanco y negro. Un año
después, “Donde nació un imperio” (1949), dirigida por Alberto Perrin Pando,
sobresalió por ser el primer documental boliviano sonoro a color y “Bolivia busca la
verdad” (1950), bajo la dirección de Jorge Ruiz, obtuvo el mérito por ser la primer
película en lograr una escena con sonido sincronizado.

En abril de 1952 estalló la revolución boliviana, que tuvo su origen en la


inestabilidad política y monetaria del país, tras su derrota en la Guerra del Chaco y
la Gran Depresión que se vivía a nivel mundial que, en el caso específico de
Bolivia, afectó la actividad minera y el sector obrero reprimido por el gobierno en
turno y el monopolio minero. Durante este periodo, gran parte de las producciones
de cine en Bolivia, se limitaron a documentar los hechos que acontecieron en el
país.
“Nuevo panorama del cine boliviano”.

Con el propósito de estimular el crecimiento del cine nacional como mecanismo de


prensa y propaganda, el gobierno creó en 1953 el Instituto Boliviano
Cinematográfico (IBC), a cargo de Waldo Cerruto. Bajo esta nueva consigna, se
produjo “La vertiente” (1958), de Jorge Ruiz. El largometraje, una combinación de
ficción documental, narra los esfuerzos de una comunidad selvática en su lucha
por resguardar los derechos de acceso al agua y la historia de dos personajes en
romance.

Otro título emblemático con esta línea fue “Las montañas no cambian” (1962),
también de Jorge Ruiz, realizado en conmemoración de los diez años de la
revolución y el cual aborda algunos aspectos de la capacidad económica del país,
haciendo referencia a las zonas del Altiplano, los valles y la Amazonía, e
intercalando esa narración informativa con historias personales y personajes, entre
campesinos, militares, y colonos, entre otros.

En julio de 1976, durante la dictadura de Hugo Banzer y bajo el mandato de Mario


Mercado como alcalde de La Paz, se creó la Cinemateca Boliviana. Lo anterior,
para responder a la necesidad que destacaron algunos personajes de la escena
cultural y política de Bolivia sobre la urgencia de abrir un espacio para la
preservación de los filmes nacionales, puesto que gran parte de las producciones
que se habían realizado hasta ese momento estaban desaparecidas o
acumuladas en lugares que no aseguraban su conservación.

Desde entonces, la Cinemateca ha desempeñado un papel importante en la


conformación de un archivo cinematográfico boliviano, mismo que ha crecido
gracias a diversas donaciones. De igual manera, la institución ha expandido sus
actividades y objetivos a lo largo del tiempo, por lo que actualmente también se
concentra en la restauración de materiales y en el desarrollo académico a partir de
investigaciones de cine y la formación de nuevos realizadores y espectadores.

Ley general del cine

El Estado boliviano otorgó una mayor importancia al cine nacional hasta los
últimos años de la década de los setenta, con el decreto de la Ley general de cine
en 1978. El proyecto legal nació como una propuesta por parte de la ya
establecida Cinemateca, en la que convocó a otras dependencias, como la
Cámara Nacional de Empresarios Cinematográficos, la Asociación de Cineastas,
la Asociación de críticos y el Centro de Orientación Cinematográfica, para diseñar
una iniciativa de ley que velara por el interés de proteger y fomentar la producción
fílmica a nivel nacional.

En junio de 1978, el anteproyecto fue aprobado y con ello se planteó el propósito


de crear el Consejo Nacional Autónomo del Cine (CONACINE), pero fue hasta
1982 que inició sus actividades. En los años posteriores, la legislación tuvo
algunas reformas, entre las más importantes se encuentra aquella impulsada en
1991 por el Grupo Nuevo Cine y Video Boliviano, remarcando los objetivos de
normar, proteger e impulsar las actividades cinematográficas, además de la
obtención de los recursos para su financiamiento, proporcionados por el Ministerio
de Finanzas.

Cine boliviano contemporáneo.


Entre saltos vertiginosos respecto a los avances técnicos y narrativos, películas
extraviadas, extensos periodos de uso propagandístico y los cimientos de una
legislación, el cine nacional llegó a la última parte del siglo XX. A principios de los
noventa comenzó un periodo que se caracterizó por un pequeño boom en la
producción, gracias al soporte legislativo logrado en 1991.

Así, la cinematografía de Bolivia comenzó a emplear nuevos recursos en sus


producciones y en algunos casos hizo énfasis en el carácter educativo, por
ejemplo, la realización de cuentos animados, tal como en “Paulina y el cóndor”
(1994), de Marisol Barragán, un cortometraje sobre la región andina y una niña
aymara llamada Paulina, que se relaciona con un cóndor y este le ayuda a
escapar de una prestamista que quiere llevarla a la ciudad y este le ayuda a
escapar de una prestamista que quiere llevarla a la ciudad.

Paralelo a esto, en 1995, se publicó la primera convocatoria del Fondo de


Fomento Cinematográfico (FFC), coordinado por el CONACINE, y alcanzó la meta
de estrenar cinco producciones durante ese año, una de ellas fue “Viva Bolivia
toda la vida” (1995), de Carlos Mérida, en la que aprovechando la euforia nacional
ocasionada por la clasificación del equipo boliviano de fútbol al Campeonato
mundial de Estados Unidos en 1994, empleó algunos segmentos de partidos y la
ficción sobre un niño que anhela convertirse en un futbolista profesional.

El cine boliviano del siglo XXI.

Con las facilidades económicas que otorgan los fondos del Conacine e Ibermedia,
la cinematografía nacional propone nuevas temáticas, narrativas y formatos para
lograr que su público acuda a las salas.

El panorama del cine boliviano cambió con el nuevo siglo. Hace nueve años que
no se producía un boom de estrenos cinematográficos como el de este año. En
1995 se abría una prometedora temporada que continuó luego con algunos
estrenos esporádicos. El fenómeno lo inició el filme Para recibir el canto de los
pájaros (Jorge Sanjinés) y continuó con Jonás y la ballena rosada (Juan Carlos
Valdivia), Cuestión de fe (Loayza), La oscuridad radiante (Hugo Ara), y luego El
triángulo del lago (Mauricio Calderón), La calle de los poetas (Diego Torres) y El
día que murió el silencio (Paolo Agazzi).

Un aire similar se volvió a respirar este 1 de enero en el estreno del filme de Jorge
Sanjinés y el Grupo Ukamau, Los hijos del último jardín. Al momento de ingresar a
la sala, el realizador fue recibido con una cerrada ovación que se mantuvo durante
cerca de 20 minutos que emocionó al experimentado director, quien agradeció la
repuesta “de la gente que cree en el cine nacional y todos aquellos que confiaron
en el proyecto”. Con estas palabras, se abrió un nuevo ciclo de películas que se
estrenarán o filmarán en el 2004.

Las cosas han cambiado en los últimos 10 años, más aún en relación al cine con
el que nacieron realizadores de la talla de Sanjinés, Agazzi y Ruiz. Los temas del
siglo XXI son otros, al igual que la narrativa y la técnica.

ACTIVIDAD N° 3

Subrayemos la opción correcta.

1. Las principales industrias del entretenimiento son…

a) Televisión y cine b) Cine y juego de ordenador c) Cine y radio.

2. … Fue quien profundizó el hecho de contar historias ficticias.

a) Lumiere b) Georges Mélies c) Rouben Mamoulian.

3. El éxito de este invento fue inmediato, no sólo en…

a) Italia b) Inglaterra c) Francia.

4. Georges Mélies desarrolló las nuevas técnicas…

a) de edición b) Cinematográficasc) Visuales.

5. En 1935, la técnica teatral permitió la incorporación…

a) de los corto metrajes b) del color c) del sonido.

Completamos las oraciones con las palabras del recuadro.

1. El cine es la técnica y el arte de proyectar………………………………………de


manera rápida y sucesiva.

2. El cine muchas veces ha sido entendido como medio de


…………………artística.
3. El video es un…………………………..de captación, grabación, procesamiento,
almacenamiento transmisión y……………………………………..instantánea de la
imagen en movimiento.

4. Al video se lo conoce como


medio………………………………………………………

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