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Redes sociales y política en Bolivia: sin

estrategia y con participación colectiva


El uso de las redes sociales en el país como acción política, sea o
no partidaria o tradicional, se caracteriza por una cantidad
importante de presencia e interacción ciudadana, pero sin
planificación. Además, se han convertido en un espacio público
como alternativa a los medios de comunicación tradicionales.

Foto:Abecor.
IDEAS

Por Redacción Diario Pagina Siete


domingo, 25 de marzo de 2018 · 00:00

Milen Saavedra Periodista


Falta de planificación de acciones, poca interacción de las autoridades e
instituciones públicas con sus seguidores, constante participación y
organización ciudadana y espacio de debate, son algunas de las
características que expertos, periodistas e investigadores identificaron en
el uso de las redes sociales en Bolivia.
Los entrevistados observan en estas plataformas la generación de
espacios novedosos donde no sólo se debe estar presente, sino tener
una estrategia para lograr una interacción efectiva entre los usuarios.
Las acciones gubernamentales online
En abril de 2016, el Gobierno creó la Dirección General de Redes
Sociales, que depende del Ministerio de Comunicación,  mediante la
aprobación del Decreto Supremo 2731. 
Tiene el objetivo de “difundir, consultar e interactuar” información del
Gobierno con las “cibercomunidades” en distintas plataformas virtuales,
como Facebook y Twitter. Además de monitorear las tendencias en los
medios, a los periodistas y lo que publican los ciudadanos.
Según un estudio de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías
de Información y Comunicación (Agetic), de 2017, el 67,5% de los
bolivianos, de 14 años o más, es internauta. Y de esa cifra, el 94% utiliza
Facebook y el 91% WhatsApp. Le sigue YouTube con el 40%  y luego
Twitter, con un 17%.
En febrero de este año, el presidente Evo Morales exhortó a las
organizaciones sociales a prepararse para la “guerra digital”.
“Ahora estamos en otro tiempo de lucha, una guerra digital. Hermanos y
hermanas, tenemos que prepararnos para una guerra digital, redes
sociales. No es nuestra práctica pero (estamos) obligados a entender y a
aprender todos para defender nuestra revolución democrática y cultural”,
dijo en esa ocasión.
Es necesario recordar que Morales abrió su cuenta oficial en Twitter,
@evoespueblo,  el 14 de abril de 2016  y es hoy la segunda persona con
más seguidores a nivel nacional. Este año,  el 23 de enero, abrió su
cuenta oficial en Facebook @EvoMasFuturo. Y este mes, se unió a
Instagram, @evomoralesayma.
Posteriormente, la ministra de Comunicación, Gisela López, explicó que
la “guerra digital” significaba contrarrestar la mentira con hechos
verídicos de la gestión de Gobierno y no “armar historias” y
“desprestigiar” a los  opositores. Así, para este año, el Gobierno destinó
cinco millones de bolivianos para la Dirección de Redes Sociales. 
Según el periodista digital Tonny López, el Gobierno ha creado un
importante equipo de comunicadores en la Dirección de Redes Sociales,
pero no hay una estrategia efectiva. “Actualmente hay fuerte actividad en
redes sociales. Se están creando muchas cuentas con inclinaciones por
diferentes campañas que se están realizando”, explica.
Para López hay tres tipos de actividades que realizan las cuentas
creadas por el Gobierno o sus seguidores.  La primera, es apoyar y
seguir cuentas del entorno, por ejemplo, ministros, comunicadores,
activistas, autoridades. Cuando uno apoya cierta línea política, sea en
Facebook, WhatsApp o Twitter inmediatamente hay retuiteos,
respuestas y mensajes de 50 hasta 300 veces.
“La segunda actividad es el uso de la ‘posverdad’ que es desinformar a la
población con diferentes noticias o anuncios. Por ejemplo, los falsos
comunicados o convocatorias de los ministerios. Los que no conocen
creen y lo comparten. Los que ya saben cómo funcionan las redes
sociales como los periodistas o influencers identifican y advierten a sus
seguidores”, agrega.
La tercera es la creación de medios de comunicación digitales con
información “favorable” al Gobierno actual. “Son portales con titulares de
apoyo al Gobierno, en su mayoría. Esos medios replican en las redes
sociales ese tipo de noticias y generan tráfico y movimiento”, detalla
López.
El periodista agrega que el efecto de viralización de noticias que hace el
Gobierno sólo se da al interior de los mismos grupos que apoyan a
Morales y no se difunde fuera de estos círculos.
Ivanna Torrico, comunicadora social y máster en marketing político,
observa que, en nuestro contexto, hay mensajes subidos de tono entre
gente que ocupa cargos directivo-jerárquicos en la administración pública
y gente de la oposición. 
“Es muy triste ver cómo utilizan sus cuentas para agredir, amenazar,
insultar, descalificar etc. etc. cuando estas plataformas debieran servir
para crear una marca personal favorable a los políticos, o para generar
un debate enriquecedor dentro de una cultura democrática”, indica.
Además, explica Torrico, este fenómeno refuerza la polarización y la
división entre ciudadanos. “Las redes sociales no están logrando
fortalecer la democracia, todo lo  contrario, cada vez estamos más
polarizados y no utilizamos estas herramientas para un amplio y sano
debate  que aporte a una sólida democracia”, acota.
El periodista Andrés Gómez indica que las redes sociales son, entonces,
escenarios de batallas políticas, lo cual es positivo. 
“Son las redes sociales, donde actualmente se hace política, es el
escenario adecuado de la política”, comenta.
 El valor de este uso de las plataformas digitales es la posibilidad de dar
espacio y voz a todos los ciudadanos.
“Lo más importante de las redes sociales es que ahí no hacen política
solamente los políticos tradicionales o los gobernantes sino hace política
el ciudadano común y corriente es decir el titular de la libertad de
expresión que todos los días tiene la posibilidad de interactuar, de
criticar, de sugerir a las autoridades”, asevera Gómez.
Para Javier Badani, periodista digital, el manejo de plataformas digitales
en tanto instancias públicas es algo nuevo. Si bien no es algo novedoso,
para nuestro contexto es algo nuevo.
 “Tengo la impresión de que pasa, no sólo en instancias públicas,
también pasa con ONG, etcétera que, como está de moda tener cuentas
en plataformas digitales, se abren Facebook, Twitter, Youtube,
Instagram, todas; pero no tienen una estrategia clara de para qué quieren
usarlas, qué quieren generar con estas herramientas”, explica.
Según Badani, los políticos en Bolivia tienen sus cuentas sólo para
publicar sus actividades, pero  no interactúan con el ciudadano.
“Me parece vital ese entendimiento, primero, de las lógicas que se
mueven en redes sociales, antes de ingresar a redes sociales. Ahí se
requiere  una estrategia clara. Muchas veces se comete el error de hacer
estrategia de comunicación, primero; radios, televisión y al último dejan
redes sociales, no le dan la importancia que podría tener”, acota.
La respuesta y  acción ciudadana digital
La ciudadanía también usa las redes sociales para aglutinarse en torno a
distintas causas, como organizarse para bloquear calles el 21F o
defender a la Virgen del Socavón que fue pintada en ropa interior.
“Creo que lo que se está transformando con el tema de las plataformas
digitales es la noción de comunidad. Para mí, las redes sociales son un
espacio público; es también  la calle”, comenta Javier Badani.
El periodista considera que aunque se critica que los usuarios de redes
sociales sólo ponen Me Gusta y no hacen nada después. “No es tan
cierto, sólo poner un Me Gusta a una publicación o compartir es una
acción política”, agrega.
Además, las redes son una opción ante el descreimiento y  la baja de
credibilidad tanto de instancias políticas, partidarias como de medios de
comunicación tradicionales.
“El ciudadano quiere participar y  está buscando las formas de dónde
hacerlo y está encontrando en las redes sociales una forma de hacerlo”,
indica Badani.
Con él coincide  la ciberactivista Eliana Quiroz que ve internet como un
espacio público. “Es un lugar donde vivimos, donde nos encontramos,
interactuamos y creamos algo en conjunto como sociedad”, dice.
Según Quiroz, el problema es que no se entiende la dinámica de este
espacio. “A veces, no entendemos que una noticia parezca real pero no
lo sea; es falsa. A veces no entendemos que algunas expresiones que
nosotros mismos ponemos ahí, tal vez no sería bueno que las
pongamos, son muy íntimas,  personales. Estos limites entre lo privado y
lo público ya no son los mismos en las redes sociales”, añade.
Para Tonny López, los usuarios asiduos de las redes sociales se
conocen entre sí y la difusión de noticias falsas no dura mucho, una vez
que los influencers las detectan como tal.
“Como sabemos quiénes somos y nos conocemos  las cuentas fake, que
se están creando miles, son fácilmente detectables, tienen pocos
seguidores o contactos. Depende de quién hace la publicación para que
tenga credibilidad o se vuelva viral”, explica. 
¿Estrategias efectivas?
De acuerdo con los entrevistados, debe haber una estrategia específica,
tanto por parte del Gobierno, como de los ciudadanos que quieren lograr
resultados prácticos y la clave es que se comuniquen entre ambos
grupos.
“No hay  directrices únicas para manejar redes sociales. Cada país, cada
institución pública tiene que ir manejando de acuerdo con las
necesidades que tiene. La primera pregunta que se deben hacer es: para
qué quieren estar en redes sociales”, explica Javier Badani.
Según el periodista digital, el uso de plataformas digitales es para abrirse
a la gente tanto como para escucharla, como para saber medir el
termómetro de sus necesidades y lo que se está debatiendo en redes
sociales. 
“Por ejemplo, el Ministerio de Salud podría utilizar estas herramientas
para ver qué temáticas son las que preocupan a la gente; abrir espacios
que permitan a la gente apropiarse y poder aportar en políticas públicas”,
detalla.
Badani agrega también que no es cuestión de tener cuentas en redes
sociales para mostrar fotos y nada más. La lógica de las redes sociales
es generar interactividad y una relación con el ciudadano. 
“Esta inteligencia colectiva que es la inteligencia ciudadana de
comunidad va a aportar muchas cosas”, finaliza.
Redes que articulan plataformas ciudadanas
Los entrevistados coinciden en que las redes sociales se han convertido
también en ámbitos de convocatoria y movilización que generan
articulación de las demandas ciudadanas centradas en  la defensa de la
democracia.
 Se trata de plataformas ciudadanas,  una nueva  manera de hacer e
intervenir en política, que se destacan en su conformación por la
presencia de jóvenes y mujeres. 

“La gente reacciona en plataformas digitales. Ahí se están organizando”,


indica el periodista digital Javier Badani.

Estas convergencias van desde memes, fotografías, canciones y videos


hasta grupos y fanpages.

Por ejemplo; la plataforma nacional Me comprometo con Bolivia se


originó después de la victoria del No en el referendo de 2016, cuando los
que hicieron campaña en las redes sociales contra la repostulación de
Evo Morales establecieron que se reunirían una vez por semana.

Las mujeres también emergieron como grandes  protagonistas cuando


conformaron el colectivo  con el nombre de “Kuña Mbarete” (“mujer
fuerte”) en Facebook. Ellas, en distintos departamentos, realizaron
marchas y concentraciones con el objetivo de “luchar por la democracia
en Bolivia”.

Similar ejemplo, se dio en las ciudades capitales, cuando los ciudadanos


se organizaron a través de chats de WhatsApp por barrios para bloquear
calles el 21F. Con el mismo objetivo, en Facebook circularon instructivos
emitidos por diferentes plataformas  y también videos.
Otro momento en que se convocó a los millennials, mediante las redes
sociales, a dejar sus celulares y tablets y salir a la calle fue el fallo del
Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que habilitó a Morales a la
reelección. En esa ocasión, se convocaron a través de las redes sociales
a distintas concentraciones y protestas en diferentes regiones del país en
contra de dicho fallo.
A partir de esta protesta también se creó el grupo de las chicas del
pañuelo rojo que se autodenominaron Resistencia Femenina, según
recoge el portal Emol. Se reunieron para un acto después del fallo
organizándose por WhatsApp sin conocerse.

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