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El uso de las redes sociales en Bolivia se caracteriza por una gran participación ciudadana pero sin estrategia de parte del gobierno o los políticos. Las redes sociales se han convertido en un espacio alternativo para el debate público y la organización ciudadana, pero también en una arena para las batallas políticas que aumenta la polarización. Se necesita que el gobierno y los ciudadanos desarrollen estrategias efectivas para interactuar a través de las redes sociales y fortalecer la democracia.
El uso de las redes sociales en Bolivia se caracteriza por una gran participación ciudadana pero sin estrategia de parte del gobierno o los políticos. Las redes sociales se han convertido en un espacio alternativo para el debate público y la organización ciudadana, pero también en una arena para las batallas políticas que aumenta la polarización. Se necesita que el gobierno y los ciudadanos desarrollen estrategias efectivas para interactuar a través de las redes sociales y fortalecer la democracia.
El uso de las redes sociales en Bolivia se caracteriza por una gran participación ciudadana pero sin estrategia de parte del gobierno o los políticos. Las redes sociales se han convertido en un espacio alternativo para el debate público y la organización ciudadana, pero también en una arena para las batallas políticas que aumenta la polarización. Se necesita que el gobierno y los ciudadanos desarrollen estrategias efectivas para interactuar a través de las redes sociales y fortalecer la democracia.
El uso de las redes sociales en el país como acción política, sea o no partidaria o tradicional, se caracteriza por una cantidad importante de presencia e interacción ciudadana, pero sin planificación. Además, se han convertido en un espacio público como alternativa a los medios de comunicación tradicionales.
Foto:Abecor. IDEAS
Por Redacción Diario Pagina Siete
domingo, 25 de marzo de 2018 · 00:00
Milen Saavedra Periodista
Falta de planificación de acciones, poca interacción de las autoridades e instituciones públicas con sus seguidores, constante participación y organización ciudadana y espacio de debate, son algunas de las características que expertos, periodistas e investigadores identificaron en el uso de las redes sociales en Bolivia. Los entrevistados observan en estas plataformas la generación de espacios novedosos donde no sólo se debe estar presente, sino tener una estrategia para lograr una interacción efectiva entre los usuarios. Las acciones gubernamentales online En abril de 2016, el Gobierno creó la Dirección General de Redes Sociales, que depende del Ministerio de Comunicación, mediante la aprobación del Decreto Supremo 2731. Tiene el objetivo de “difundir, consultar e interactuar” información del Gobierno con las “cibercomunidades” en distintas plataformas virtuales, como Facebook y Twitter. Además de monitorear las tendencias en los medios, a los periodistas y lo que publican los ciudadanos. Según un estudio de la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (Agetic), de 2017, el 67,5% de los bolivianos, de 14 años o más, es internauta. Y de esa cifra, el 94% utiliza Facebook y el 91% WhatsApp. Le sigue YouTube con el 40% y luego Twitter, con un 17%. En febrero de este año, el presidente Evo Morales exhortó a las organizaciones sociales a prepararse para la “guerra digital”. “Ahora estamos en otro tiempo de lucha, una guerra digital. Hermanos y hermanas, tenemos que prepararnos para una guerra digital, redes sociales. No es nuestra práctica pero (estamos) obligados a entender y a aprender todos para defender nuestra revolución democrática y cultural”, dijo en esa ocasión. Es necesario recordar que Morales abrió su cuenta oficial en Twitter, @evoespueblo, el 14 de abril de 2016 y es hoy la segunda persona con más seguidores a nivel nacional. Este año, el 23 de enero, abrió su cuenta oficial en Facebook @EvoMasFuturo. Y este mes, se unió a Instagram, @evomoralesayma. Posteriormente, la ministra de Comunicación, Gisela López, explicó que la “guerra digital” significaba contrarrestar la mentira con hechos verídicos de la gestión de Gobierno y no “armar historias” y “desprestigiar” a los opositores. Así, para este año, el Gobierno destinó cinco millones de bolivianos para la Dirección de Redes Sociales. Según el periodista digital Tonny López, el Gobierno ha creado un importante equipo de comunicadores en la Dirección de Redes Sociales, pero no hay una estrategia efectiva. “Actualmente hay fuerte actividad en redes sociales. Se están creando muchas cuentas con inclinaciones por diferentes campañas que se están realizando”, explica. Para López hay tres tipos de actividades que realizan las cuentas creadas por el Gobierno o sus seguidores. La primera, es apoyar y seguir cuentas del entorno, por ejemplo, ministros, comunicadores, activistas, autoridades. Cuando uno apoya cierta línea política, sea en Facebook, WhatsApp o Twitter inmediatamente hay retuiteos, respuestas y mensajes de 50 hasta 300 veces. “La segunda actividad es el uso de la ‘posverdad’ que es desinformar a la población con diferentes noticias o anuncios. Por ejemplo, los falsos comunicados o convocatorias de los ministerios. Los que no conocen creen y lo comparten. Los que ya saben cómo funcionan las redes sociales como los periodistas o influencers identifican y advierten a sus seguidores”, agrega. La tercera es la creación de medios de comunicación digitales con información “favorable” al Gobierno actual. “Son portales con titulares de apoyo al Gobierno, en su mayoría. Esos medios replican en las redes sociales ese tipo de noticias y generan tráfico y movimiento”, detalla López. El periodista agrega que el efecto de viralización de noticias que hace el Gobierno sólo se da al interior de los mismos grupos que apoyan a Morales y no se difunde fuera de estos círculos. Ivanna Torrico, comunicadora social y máster en marketing político, observa que, en nuestro contexto, hay mensajes subidos de tono entre gente que ocupa cargos directivo-jerárquicos en la administración pública y gente de la oposición. “Es muy triste ver cómo utilizan sus cuentas para agredir, amenazar, insultar, descalificar etc. etc. cuando estas plataformas debieran servir para crear una marca personal favorable a los políticos, o para generar un debate enriquecedor dentro de una cultura democrática”, indica. Además, explica Torrico, este fenómeno refuerza la polarización y la división entre ciudadanos. “Las redes sociales no están logrando fortalecer la democracia, todo lo contrario, cada vez estamos más polarizados y no utilizamos estas herramientas para un amplio y sano debate que aporte a una sólida democracia”, acota. El periodista Andrés Gómez indica que las redes sociales son, entonces, escenarios de batallas políticas, lo cual es positivo. “Son las redes sociales, donde actualmente se hace política, es el escenario adecuado de la política”, comenta. El valor de este uso de las plataformas digitales es la posibilidad de dar espacio y voz a todos los ciudadanos. “Lo más importante de las redes sociales es que ahí no hacen política solamente los políticos tradicionales o los gobernantes sino hace política el ciudadano común y corriente es decir el titular de la libertad de expresión que todos los días tiene la posibilidad de interactuar, de criticar, de sugerir a las autoridades”, asevera Gómez. Para Javier Badani, periodista digital, el manejo de plataformas digitales en tanto instancias públicas es algo nuevo. Si bien no es algo novedoso, para nuestro contexto es algo nuevo. “Tengo la impresión de que pasa, no sólo en instancias públicas, también pasa con ONG, etcétera que, como está de moda tener cuentas en plataformas digitales, se abren Facebook, Twitter, Youtube, Instagram, todas; pero no tienen una estrategia clara de para qué quieren usarlas, qué quieren generar con estas herramientas”, explica. Según Badani, los políticos en Bolivia tienen sus cuentas sólo para publicar sus actividades, pero no interactúan con el ciudadano. “Me parece vital ese entendimiento, primero, de las lógicas que se mueven en redes sociales, antes de ingresar a redes sociales. Ahí se requiere una estrategia clara. Muchas veces se comete el error de hacer estrategia de comunicación, primero; radios, televisión y al último dejan redes sociales, no le dan la importancia que podría tener”, acota. La respuesta y acción ciudadana digital La ciudadanía también usa las redes sociales para aglutinarse en torno a distintas causas, como organizarse para bloquear calles el 21F o defender a la Virgen del Socavón que fue pintada en ropa interior. “Creo que lo que se está transformando con el tema de las plataformas digitales es la noción de comunidad. Para mí, las redes sociales son un espacio público; es también la calle”, comenta Javier Badani. El periodista considera que aunque se critica que los usuarios de redes sociales sólo ponen Me Gusta y no hacen nada después. “No es tan cierto, sólo poner un Me Gusta a una publicación o compartir es una acción política”, agrega. Además, las redes son una opción ante el descreimiento y la baja de credibilidad tanto de instancias políticas, partidarias como de medios de comunicación tradicionales. “El ciudadano quiere participar y está buscando las formas de dónde hacerlo y está encontrando en las redes sociales una forma de hacerlo”, indica Badani. Con él coincide la ciberactivista Eliana Quiroz que ve internet como un espacio público. “Es un lugar donde vivimos, donde nos encontramos, interactuamos y creamos algo en conjunto como sociedad”, dice. Según Quiroz, el problema es que no se entiende la dinámica de este espacio. “A veces, no entendemos que una noticia parezca real pero no lo sea; es falsa. A veces no entendemos que algunas expresiones que nosotros mismos ponemos ahí, tal vez no sería bueno que las pongamos, son muy íntimas, personales. Estos limites entre lo privado y lo público ya no son los mismos en las redes sociales”, añade. Para Tonny López, los usuarios asiduos de las redes sociales se conocen entre sí y la difusión de noticias falsas no dura mucho, una vez que los influencers las detectan como tal. “Como sabemos quiénes somos y nos conocemos las cuentas fake, que se están creando miles, son fácilmente detectables, tienen pocos seguidores o contactos. Depende de quién hace la publicación para que tenga credibilidad o se vuelva viral”, explica. ¿Estrategias efectivas? De acuerdo con los entrevistados, debe haber una estrategia específica, tanto por parte del Gobierno, como de los ciudadanos que quieren lograr resultados prácticos y la clave es que se comuniquen entre ambos grupos. “No hay directrices únicas para manejar redes sociales. Cada país, cada institución pública tiene que ir manejando de acuerdo con las necesidades que tiene. La primera pregunta que se deben hacer es: para qué quieren estar en redes sociales”, explica Javier Badani. Según el periodista digital, el uso de plataformas digitales es para abrirse a la gente tanto como para escucharla, como para saber medir el termómetro de sus necesidades y lo que se está debatiendo en redes sociales. “Por ejemplo, el Ministerio de Salud podría utilizar estas herramientas para ver qué temáticas son las que preocupan a la gente; abrir espacios que permitan a la gente apropiarse y poder aportar en políticas públicas”, detalla. Badani agrega también que no es cuestión de tener cuentas en redes sociales para mostrar fotos y nada más. La lógica de las redes sociales es generar interactividad y una relación con el ciudadano. “Esta inteligencia colectiva que es la inteligencia ciudadana de comunidad va a aportar muchas cosas”, finaliza. Redes que articulan plataformas ciudadanas Los entrevistados coinciden en que las redes sociales se han convertido también en ámbitos de convocatoria y movilización que generan articulación de las demandas ciudadanas centradas en la defensa de la democracia. Se trata de plataformas ciudadanas, una nueva manera de hacer e intervenir en política, que se destacan en su conformación por la presencia de jóvenes y mujeres.
“La gente reacciona en plataformas digitales. Ahí se están organizando”,
indica el periodista digital Javier Badani.
Estas convergencias van desde memes, fotografías, canciones y videos
hasta grupos y fanpages.
Por ejemplo; la plataforma nacional Me comprometo con Bolivia se
originó después de la victoria del No en el referendo de 2016, cuando los que hicieron campaña en las redes sociales contra la repostulación de Evo Morales establecieron que se reunirían una vez por semana.
Las mujeres también emergieron como grandes protagonistas cuando
conformaron el colectivo con el nombre de “Kuña Mbarete” (“mujer fuerte”) en Facebook. Ellas, en distintos departamentos, realizaron marchas y concentraciones con el objetivo de “luchar por la democracia en Bolivia”.
Similar ejemplo, se dio en las ciudades capitales, cuando los ciudadanos
se organizaron a través de chats de WhatsApp por barrios para bloquear calles el 21F. Con el mismo objetivo, en Facebook circularon instructivos emitidos por diferentes plataformas y también videos. Otro momento en que se convocó a los millennials, mediante las redes sociales, a dejar sus celulares y tablets y salir a la calle fue el fallo del Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) que habilitó a Morales a la reelección. En esa ocasión, se convocaron a través de las redes sociales a distintas concentraciones y protestas en diferentes regiones del país en contra de dicho fallo. A partir de esta protesta también se creó el grupo de las chicas del pañuelo rojo que se autodenominaron Resistencia Femenina, según recoge el portal Emol. Se reunieron para un acto después del fallo organizándose por WhatsApp sin conocerse.