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UNIVERSIDAD DEL VALLE

FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE FILOSOFÍA
SEMINARIO TEMÁTICO: FORMAS DE HACER FILOSOFÍA
AGOSTO-DICIEMBRE 2020
PROFESOR: PEDRO POSADA G.

Sergio Andrés Araujo Gómez 1733594

En el siguiente trabajo me dedico a analizar partes del diálogo titulado ​Critón​, escrito
por el filósofo ateniense Platón. Para ello, haré uso de los diferentes esquemas vistos en clase
para la clasificación de textos, y el estudio de lo contenido en el mismo. Ello implica un
esfuerzo por determinar aspectos como (I)​formas de vida​, (II)​prácticas sociales y
(III)​prácticas discursivas​; así como también un análisis de los elementos internos del
(IV)​texto ​a nivel discursivo. Así, para los primeros tres aspectos, correspondientes a un
escenario extratextual, haré un corto resumen de las circunstancias y características que
determinan el contexto de emisión del texto. En cuanto al último aspecto, procederé a
analizar los pormenores del texto en su aspecto material y a extraer elementos del ethos de
los actores que intervienen en el texto, en tres apartados diferentes.

(I) Formas de vida:


El diálogo titulado ​Critón ​fue escrito entre los siglos V y IV a.C. por el filósofo ateniense
Platón. Este texto se enmarca en lo que actualmente se denomina como filosofía clásica
griega, la cual se desarrolló de manera prominente en los territorios continentales de las
actuales Grecia y Turquía y las islas circundantes.
Cerca del fin del siglo V a.C., el contexto ateniense estuvo marcado por la restauración
de la democracia luego de las guerras del peloponeso, en las que Esparta mostró su poderío
militar provocando la rendición de Atenas. Sin embargo, esto no representó un periodo de
paz pues, en menos de 10 años, los atenienses estarían combatiendo en dos frentes contra
persas y espartanos 1​​ .
Es en este marco histórico en el que toma lugar el juicio a Sócrates (399a. C.). Se dice
que, aproximadamente, Sócrates rondaba los 70 años mientras que su pupilo Platón estaba
cerca de los 30 años. En la primavera de 399 a.C., Socrates fue acusado frente a una corte
conformada por 500 jurados, bajo los delitos de corrupción a los jóvenes y falta de creencia
en los dioses. Luego de ser declarado culpable y condenado a muerte, la sentencia fue
ejecutada un mes después 2​​ . Me parece importante recalcar el panorama en el cual los hechos
de los cuales Platón fue testigo, y que luego son descritos en el diálogo ​Critón ​casi una
década después, ya que esto abre la posibilidad a juzgar el texto según su verosimilitud; así
como también el papel del texto en la situación sociopolítica que vivió la ciudad.
En general, se suele caracterizar la cultura griega como respetuosa de las leyes. A partir
de diferentes testimonios -entre los que se incluyen algunos trabajos de Platón, Demóstenes
o Jenofonte- se muestra cómo el respeto hacia la ley es un elemento característico de dicha
cultura. Este hecho, según algunos autores, se debe, en parte, a que aún se creía que existía
un fundamento divino en el cual las leyes reposaban. Además en autores como Demóstenes,
se pueden encontrar demostraciones de una corriente en la cual se contraponía la ley -como
algo eterno y siempre justo- con la naturaleza -la cual es contingente y caprichosa-​3​. Bajo esta
nueva luz, es posible encontrar este trabajo de Platón como una obra en la que se describe un
eje fundamental de la vida ateniense como lo es su respeto por las leyes.

(II) Prácticas sociales:


La filosofía platónica se da, en su gran mayoría, en un contexto novedoso que involucra
la búsqueda dedicada del conocimiento y la transmisión del mismo. Aunque la creación del
diálogo ​Critón ​es ubicado unos cuantos años antes a la fundación de la academia (386 a.C),
es importante reconocer que la fundación de ésta es un giro en las prácticas sociales que
enmarcaron la obra del ateniense y de la filosofía en general. Es gracias al establecimiento de
una institución que por más de tres siglos se dedicó a la investigación científica y filosófica,
que se puede ver un cambio en el contexto en que la reflexión filosófica toma lugar. La
academia no solo estaba pensada como escenario de desarrollos teóricos sino como un foro
al cual atendían quienes buscaban asesorarse acerca de la conducción de la vida privada,
pública o asuntos del estado 4​​ . Esto rompe con una tradición filosófica que tuvo lugar en
escenarios menos formales donde otros grandes pensadores de la Grecia antigua
desarrollaron su actividad.

(III)Prácticas discursivas:
Modo: ​Es un texto argumentativo. Allí se presentan diferentes elementos a partir de los
cuales se busca legitimar una postura alrededor de la ley. Esta argumentación, además,
también puede verse como una narración, pues se basa, al parecer, en unos sucesos que
rodearon un hecho, en este caso: el juicio a Sócrates. Sin embargo, no es posible asegurar con
certeza que dicha conversación haya tenido lugar, pues distintos relatos históricos que
involucran a Critón lo describen de un modo diferente al que Platón nos presenta en su
diálogo 5​​ .
Tipo: Es un discurso filosófico porque analiza diferentes creencias acerca de cómo
conducirse en el ámbito práctico en relación a la ley. No es un discurso jurídico porque no
toma en cuenta ninguna ley particular sino el cuerpo legislativo en general. El desarrollo de
este problema práctico, aunque se enmarca en un evento específico, tiene pretensión de
universalidad.
Género:
Campo Genérico: ​Corresponde al periodo socrático de la filosofía antigua.
Género: ​Diálogo.
Subgénero: ​filosofía práctica.

(IV) Texto:
Plano de la expresión: ​El texto fue escrito en el siglo IV a.C., entre los años 399-390
a.C. La lengua original en que el diálogo está escrito es conocida hoy en día como griego
antiguo, llevando por título original: ΚΡΙΤΩΝ. De acuerdo a la edición canónica, hecha por
Stephanus, el texto ocupa unas 12 páginas. Este diálogo sobrevive en una gran cantidad de
manuscritos con distintos orígenes. Por ejemplo, la edición oxoniense ​Platonis Opera ​recoge
cerca de 10 testimonios textuales cuyo origen se ubica entre el siglo IX y el siglo XIII. Estos
manuscritos fueron clasificados en tres familias según sus similitudes. El códice más antiguo,
usado en esa edición es del año 892 d.C. y reposa en la biblioteca Bodleiana en Oxford 6​​ . El
texto en castellano aquí usado fue publicado por primera vez en 1981 por la editorial Gredos,
la cual encargó la traducción desde el griego a J. Calonge.
Plano del contenido: Este diálogo cuenta con dos personajes que intervienen, a saber,
Sócrates y Critón. Además, hacia el final del diálogo, las intervenciones de Sócrates
introducen a un “nuevo” interlocutor. Ello implica que, en cierto punto, el diálogo se da entre
las leyes, Sócrates y Critón. A continuación haré un corto análisis de los diferentes
componentes del ethos de los personajes, según lo expresado en unos pasajes que, a mi
juicio, son claves para resumir el texto.
El primer apartado que quiero destacar muestra un poco acerca de las caracterizaciones
que hace Critón sobre Sócrates. Además, se puede extraer una idea del talante de la amistad
que tenían. El apartado es el siguiente:
Sóc. — ¿Has venido ahora o hace tiempo?
Crit.— Hace ya bastante tiempo.
Sóc. — ¿Y cómo no me has despertado en seguida y te has quedado sentado ahí al
lado, en silencio?
Crit. — No, por Zeus, Sócrates, en esta situación tampoco habría querido yo
mismo estar en tal desvelo y sufrimiento, pero hace rato que me admiro viendo
qué suavemente duermes, y a intención no te desperté para que pasaras el tiempo
lo más agradablemente. Muchas veces, ya antes durante toda tu vida, te consideré
feliz por tu carácter, pero mucho más en la presente desgracia, al ver qué fácil y
apaciblemente la llevas.
Sóc.— Así es. Pero, ¿por qué has venido tan temprano?
Crit. — Para traerte, Sócrates, una noticia dolorosa y agobiante, no para ti, según
veo, pero ciertamente dolorosa y agobiante para mí y para todos tus amigos, y que
para mí, según veo, va a ser muy difícil de soportar.(Critón 43a8-43b10)​7
Primero, es necesario distinguir entre aquello que cada uno de los interlocutores expresa
sobre sí mismo y sobre el otro a través de sus intervenciones. Además, no debemos olvidar
que esto corresponde a un nivel intratextual y que uno y otro hacen parte de lo enunciado
por Platón.
A través de las tres intervenciones de Critón aquí destacadas, podemos distinguir una
imagen de sí mismo que consiste en los siguientes aspectos: En cuanto al componente
pasional podemos decir que este tiene una devota amistad con Sócrates, por lo que la actual
situación de éste le parece dolorosa y agobiante. Por otra parte, en cuanto a lo axiológico, es
evidente que valora la paz, tanto la suya como la de Sócrates, por encima de cualquier otra
urgencia, por ello no ha querido molestar el tranquilo descanso de este último, a pesar de ser
portador de una noticia que lo perturba. Sumado a esto, Critón expresa admiración por el
carácter de su amigo que le ha permitido sobrellevar diferentes circunstancias de manera
ecuánime.
Por otro lado, la imagen del ethos de Sócrates que puede construirse a través de lo que
expresa Critón, consisten en lo siguiente: En lo pasional, parece que Sócrates no se siente
preocupado en manera alguna por el destino al que ha sido condenado. Se podría decir a
partir de esto que, en cuanto a lo axiológico, Sócrates valora más el respeto a la ley que su
propia vida. Ello implica también que éste, al menos de la forma en que Critón lo describe,
posee unas ciertas virtudes que lo han hecho mantener una vida feliz sin importar lo que el
destino le ponga en frente.
En las intervenciones de Sócrates, no es posible sino encontrar unas cuantas expresiones
de asombro tras notar la presencia de su amigo, luego de despertar temprano en la mañana.
Esto podría tomarse como una de las pasiones que le afectan. No hay mayor información que
nos permita configurar una imagen de Sócrates mismo o de Critón.
El siguiente apartado a destacar muestra la justificación por la cual Sócrates escoge la
reflexión como método para dilucidar la situación que se plantea luego del ofrecimiento de
Critón para escapar. El fragmento versa así:
Sóc. — [...]Así pues, es necesario que reflexionemos si esto debe hacerse o no.
Porque yo, no sólo ahora sino siempre, soy de condición de no prestar atención a
ninguna otra cosa que al razonamiento que, al reflexionar, me parece el mejor.
Los argumentos que yo he dicho en tiempo anterior no los puedo desmentir ahora
porque me ha tocado esta suerte, más bien me parecen ahora, en conjunto, de
igual valor y respeto, y doy mucha importancia a los mismos argumentos de
antes. Si no somos capaces de decir nada mejor en el momento presente, sabe
bien que no voy a estar de acuerdo contigo, ni aunque la fuerza de la mayoría nos
asuste como a niños con más espantajos que los de ahora en que nos envía
prisiones, muertes y privaciones de bienes. ¿Cómo podríamos examinar eso más
adecuadamente? Veamos, por lo pronto, si recogemos la idea que tú expresabas
acerca de las opiniones de los hombres, a saber, si hemos tenido razón o no al
decir siempre que deben tenerse en cuenta unas opiniones y otras no. ¿O es que
antes de que yo debiera morir estaba bien dicho, y en cambio ahora es evidente
que lo decíamos sin fundamento, por necesidad de la expresión, pero sólo era un
juego infantil y pura charlatanería? Yo deseo, Critón, examinar contigo si esta
idea me parece diferente en algo, cuando me encuentro en esta situación, o me
parece la misma, y, según el caso, si la vamos a abandonar o la vamos a seguir.
[...] En efecto, tú, en la medida de la previsión humana, estás libre de ir a morir
mañana, y la presente desgracia no va a extraviar tu juicio. Examínalo. [...](Critón
46b1-47a1)​8
En este fragmento el único que interviene es Sócrates, por lo cual, de allí procederemos a
extraer los elementos del ethos que sean posibles distinguir. En cuanto a lo pasional, es
difícil distinguir algo pues la situación no parece despertarle alguna emoción. Además, es
importante notar que, en la primera frase, Sócrates expresa una jerarquía de valor en la cual
pone por encima de cualquier otra cosa el ejercicio intelectual -esto corresponde al
componente axiológico-. El razonamiento aquí expresado deja ver el carácter del producto
del ejercicio de la razón, el cual es una verdad que no varía según las circunstancias. Ello
implica, también, que Sócrates vive de acuerdo con el carácter de esa verdad y mantiene
siempre sus juicios, sin importar los acontecimientos, a menos que pueda encontrarse algo
contrario a través de otro razonamiento -de esto trata de convencer a Critón-. El camino que
propone Sócrates, argumentativamente, es el siguiente: La validez de los juicios anteriores
no depende de la situación actual; Sólo se puede convencer de hacer algo contrario a estos
juicios si puede agregarse algo nuevo -distinto a una circunstancia- a la consideración;
entonces, es necesario emprender un análisis de lo que ya se ha analizado antes para
comprobar si pueden emitirse nuevos juicios. En la situación concreta, Sócrates insta a
Critón a analizar las razones por las cuales él cree que, a pesar del ofrecimiento de su amigo
para escapar de Atenas, es necesario respetar la ley aun cuando a través de ésta se lo haya
condenado a morir. Por último, encontramos una expectativa de Sócrates para que su
interlocutor acepte el principio acerca de la validez casi eterna de los razonamientos, lo cual
no habría de extrañarnos pues Critón fue también seguidor de Sócrates 9​​ .
El último fragmento a analizar muestra una parte de la personificación que crea Sócrates
para explicar las razones por las cuales el respeto por la ley debe primar ante cualquier
circunstancia. El pasaje es el siguiente:
Sóc.— Tal vez dirían aún las leyes: «Examina, además, Sócrates, si es verdad lo
que nosotras decimos, que no es justo que trates de hacernos lo que ahora
intentas. En efecto, nosotras te hemos engendrado, criado, educado y te hemos
hecho partícipe, como a todos los demás ciudadanos, de todos los bienes de que
éramos capaces; a pesar de esto proclamamos la libertad, para el ateniense que lo
quiera, una vez que haya hecho la prueba legal para adquirir los derechos
ciudadanos y, haya conocido los asuntos públicos y a nosotras, las leyes, de que, si
no le parecemos bien, tome lo suyo y se vaya adonde quiera. Ninguna de nosotras,
Las leyes, lo impide, ni prohibe que, si alguno de vosotros quiere trasladarse a
una colonia, si no le agradamos nosotras y La ciudad, o si quiere ir a otra parte y
vivir en el extranjero, que se marche a donde quiera llevándose lo suyo.
El que de vosotros se quede aquí viendo de qué modo celebramos los juicios y
administramos la ciudad en los demás aspectos, afirmamos que éste, de hecho, ya
está de acuerdo con nosotras en que va a hacer lo que nosotras ordenamos, y
decimos que el que no obedezca es tres veces culpable, porque le hemos dado la
vida, y no nos obedece, porque lo hemos criado y se ha comprometido a
obedecemos, y no nos obedece ni procura persuadimos si no hacemos bien alguna
cosa.»(Critón 51c5-51e10)​10
En primer lugar, es necesario entrar a analizar este pasaje entendiendo que corresponde a un
segundo nivel intratextual, pues es Sócrates quien lleva una conversación imaginada con una
representación que él mismo hace de las leyes. Así, las leyes, según las describe Sócrates,
desarrollan el siguiente argumento para hacer evidente que escapar de la condena, sin
presentar elementos convincentes en contra de ella, es injusto: En primer lugar, es gracias a
las leyes que todo ateniense nace, crece, se educa y es partícipe de la vida en sociedad;
además, gracias a éstas se garantiza la libertad a todo ciudadano para abandonar la ciudad y
librarse de las leyes imperantes, en busca de un lugar que le agrade más; por último,
renunciar a irse implica aceptar vivir coaccionado, por la fuerza de ley, para obedecer lo que
en ella se dispone. Así, quien ha gozado de una vida en la sociedad ateniense y no ha optado
nunca por irse, no puede calificar a las leyes como injustas a raíz de una circunstancia
particular en donde se ejecuta una condena de acuerdo a las mismas leyes que en los demás
ámbitos no consideró injustas. Se puede plantear, además, que, a nivel axiológico, las leyes
siempre valoran la acción justa como superior ante la acción injusta.
En cierto sentido, tanto Las Leyes como Sócrates esperan que su interlocutor acepte los
tres presupuestos, es decir, que la vida en Atenas es posible gracias a la ley, que ésta también
garantiza la libertad de emigrar y que quedarse es aceptar su obligatoriedad. De darse esta
condición -aceptar los tres elementos- las leyes y Sócrates estarían probando que huir, sin
persuadir al jurado, es un acto injusto hacia la ciudad. De la misma forma, se espera que el
interlocutor, a un nivel axiológico, valore de manera positiva llevar una vida en la que
siempre se prefiera, por sobre todas las cosas, la acción justa a la injusta, pues de no hacerlo,
no importará si se prueba que escapar es una acción injusta. El papel del enunciador y del
interlocutor varía, pues en un primer nivel, en el cual Sócrates habla con Critón, el primero
es orador y el segundo es con quien conversa; en el segundo nivel, quien toma las riendas del
discurso son las leyes para hablarle a Sócrates. Debido a esto, se podría pensar que Sócrates
considera que los presupuestos enunciados son suficientes tanto para él como para su
interlocutor -Critón-.
A lo largo de los pasajes escogidos, hemos visto tres elementos que me parecen
importantes en el diálogo. En primer lugar, es la ferviente amistad que muestra Critón por
Sócrates lo que lo llevará a planear la forma de ayudar a escapar a este último. En segundo
lugar, se mostró uno de los presupuestos de la reflexión a partir del cual Sócrates se dispone
a evaluar el carácter justo o injusto de su acción. Así, sabiendo que ya antes había juzgado
como injusto desatender a las leyes, dispone que su planteamiento sólo cambiará a la luz de
nuevos elementos y no de una simple circunstancia como la de estar a punto de morir según
lo establecido por la ley. Por último, a través de una intervención imaginaria de las leyes, un
argumento por el que se pretende mostrar que una circunstancia como la de estar condenado
a muerte no es razón suficiente para cometer una injusticia hacia la ciudad al escapar.

Referencias:

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Diálogos I. ​Madrid: Editorial Gredos,
1985 (1era edición 1981). p. 193.
8. Ibidem. p.p. 198-199.
9. PLATÓN; FOWLER, Harold. Ver Ref.
5.
10. Ibidem. p. 206.

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