CHOLO SOY Y NO ME COMPADESCAS

“Cholo”, palabra definida como el fruto de una mezcla entre la raza blanca e
indígena donde generalmente prevalecen los rasgos étnicos indígenas, por otro
lado, podría definirse como la condición culturalmente híbrida del sujeto urbano
migrante, situado entre las tradiciones andinas y las formas culturales
modernas de la ciudad.
A finales del siglo XX, la idea de migrar a la capital retumbaría en las cabezas
de las distintas personas que habitaban en la serranía peruana, las cuales
veían con suma tristeza como sus ganados, cosechas y siembras iban
reduciendo su valor económico; sumado a eso, los ataques terroristas cada vez
eran más constantes, es así que los comuneros se armaron de valor y fueron
en busca de una mejor calidad de vida, con el fin de encontrar oportunidades
de resurgir.
Así comenzaba el viaje de aquellos paisanos que con gran valentía se
enrumbaban en un largo viaje; comenzado con horas y horas de caminata para
llegar a aquellos medios de transportes que los llevaría a la “tierra prometida”,
la capital del Perú, Lima.
Casi 20 horas de viaje y pocas paradas, bastaron para llegar a la capital, todo
lo que ellos apreciaban era nuevo, como las pistas, edificios, parques y carros,
a comparación de lo que siempre veían en sus pequeños pueblos, donde solo
había chacras, ganados y casas hechas de adobe. Es aquí donde comienza su
recorrido, pasando por innumerables cuadras para encontrar trabajo, pero la
suerte y fortuna no estaba de su lado, puesto que, vivieron rechazos y
discriminados por muchos ciudadanos que repudiaban su llegada. Es aquí
donde el apelativo “cholo” se comenzó a usar con el fin de ofender, humillar y/o
minimizar a las personas provenientes del campo que recién comenzaban a
adaptarse a esa ciudad, pese a ello, nuestros hermanos campesinos
perseveraron; unos pudieron ajustarte a la caótica vida en la ciudad, teniendo
que abandonar parte de sus costumbres y adoptar nuevas, para poder encajar
en esa sociedad llena de marginación y clasismo; otros compartieron parte de
sus costumbres, creando así distintas corriente gastronómicas, musicales,
textiles entre otros aportes culturales.
En resumen, la migración produjo notables cambios, que hizo que la palabra
cholo sea usara despectivamente.