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Cimbra autolanzable frente a otros procedimientos constructivos

Cimbra autolanzable bajo tablero.

Aquí destacaremos las ventajas e inconvenientes de esta técnica


constructiva de puentes y la compararemos con otros procedimientos
habituales.

Las cimbras autolanzables presentan ventajas evidentes que,


cuando se dan las condiciones adecuadas, facilitan la construcción de
un puente. La primera de ellas es su poca interferencia con las
actividades que se desarrollan bajo el tablero. La autocimbra apoya
sobre las pilas o sobre el tablero en ejecución salvando obstáculos del
terreno o de vías de comunicación. Además, este procedimiento
disminuye el riesgo de deformaciones por asiento diferencial de la
cimbra apoyada sobre el terreno, siendo innecesaria, por tanto, la
mejora del terreno para cimientos de apoyos provisionales.
Cabe señalar, asimismo, la facilidad que presentan las
autocimbras para incorporar la seguridad colectiva. En efecto, se trata
de un medio auxiliar industrializado donde resulta sencillo incorporar
plataformas de trabajo y elementos de protección. Además, la
seguridad se beneficia al tener los operarios funciones claras y
concretas.

Tampoco son desdeñables los buenos rendimientos


constructivos de esta técnica debido, entre otras causas, a que las
tareas son continuas y repetitivas. Así, es habitual ejecutar un vano
por semana en autocimbras bajo tablero, rendimiento que desciende a
dos semanas en el caso de autocimbras sobre tablero. En efecto, los
movimientos de traslación de la cimbra son sencillos, rápidos y
económicos. Factible tanto en tableros a baja altura como sobre
pilares muy altos. Además, en el caso de autocimbras bajo tablero, la
prefabricación de las armaduras durante la fase de curado del tablero
y el traslado al vano siguiente con la propia cimbra agilizan el
desarrollo de las tareas. Con todo, las cimbras autolanzables también
presentan algunos inconvenientes. En primer lugar, hay que planificar
un tiempo de espera de diseño, fabricación y traslado de la cimbra;
que si bien puede retrasar el comienzo de la obra, luego se pueden
recuperar los plazos por los buenos rendimientos. Además, hay que
adaptar la autocimbra para cada nuevo puente. Se debe desmontar al
finalizar la ejecución y ese tiempo supone cierto retraso en la puesta
en uso del puente.
Otra de las dificultades que hay que tener presente es la
necesidad de medios auxiliares en los apoyos de pila para colocar la
cimbra. También hay que tener presente la dificultad que puede haber
al prefabricar la armadura por la interferencia que pudiera existir entre
el parque de fabricación de la ferralla y el acceso de los materiales y el
hormigón a la cimbra.

Otro de los inconvenientes es la nivelación laboriosa que debe


darse a la cimbra en el caso de que existe una variación en la
pendiente o en el peralte del tablero. Hay que tener presente que el
tesado se realiza a edad temprana (a las 24-48 horas) y que si existen
factores que reducen dicha resistencia, eso interfiere notablemente en
el avance de las tareas. Si comparamos las autocimbras con
el cimbrado tradicional, las primeras salen ganando en algunos
aspectos clave. En efecto, la independencia respecto al terreno impide
las deformaciones del tablero por asiento diferencial de la cimbra
convencional y no son necesarios tratamientos del terreno para
cimentar dicha cimbra. Además, la capacidad de autolanzamiento
permite el traslado de vano a vano por sus propios medios, lo cual
incrementa los rendimientos de ejecución. En cuanto al diseño del
tablero, apenas existen diferencias tanto si se construye con cimbra
tradicional o con autocimbra. Si acaso, habría que dar una mayor
contraflecha de ejecución con la autocimbra. Únicamente no interesa
el uso de la autocimbra frente al cimbrado tradicional cuando existen
pocos vanos y poca altura.
Paso superior cimbrado.

Por otra parte, tanto las autocimbras como los puentes


empujados se pueden utilizar en vanos con luces entre 40 y 60 m. Las
autocimbras salen ganando porque sus plazos de ejecución son
menores y utilizan menos cuantías de hormigón y acero. Además, los
aparatos de apoyo son más caros en los puentes empujados. También
hay que considerar algunas limitaciones constructivas de los puentes
empujados: su uso solo es posible en puentes cuya planta sea circular
(no clotoides), no se pueden usar en puentes con curva y contracurva,
no permite juntas de dilatación ni puentes de canto variable o
isostáticos. Los plazos de ejecución son menores en las autocimbras,
pues existen menos maniobras. Así, el ciclo constructivo con puentes
empujados son en tramos de 1/3 a 1/2 de la luz de vano, mientras que
con las cimbras autolanzables son tramos iguales a la longitud de
vano. Por último, decir que las solicitaciones en ejecución son
mayores en los puentes empujados, donde se alternan momentos
positivos y negativos al paso por las pilas, lo que supone un mayor
canto de tablero y mayor pretensado.
Puente empujado. San Juan de los Lagos, Jalisco.

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