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ÍNDICE

I. INTRODUCCIÓN..........................................................................................................................1
II. JUSTIFICACIÓN..........................................................................................................................2
III. OBJETIVOS.................................................................................................................................3
3.1. Objetivo General....................................................................................................................3
3.2. Objetivos Específicos.............................................................................................................3
IV. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL..........................................................................................4
4.1. La democracia........................................................................................................................4
4.1.1. Estructura........................................................................................................................5
4.1.2. Derechos y libertades......................................................................................................6
4.1.3. Precondiciones................................................................................................................7
4.1.4. Los orígenes de la democracia liberal..............................................................................8
4.2. Tipos de democracias liberales.............................................................................................10
4.2.1. Democracias liberales de facto......................................................................................10
4.2.2. Representación proporcional y plural............................................................................10
4.2.3. Sistemas presidencialistas y parlamentarios..................................................................11
4.3. Aspectos negativos y aspectos positivos de la democracia liberal........................................12
4.3.1. Democracia directa........................................................................................................12
4.3.2. Conflictos étnicos y religiosos.......................................................................................12
4.3.3. Burocracia.....................................................................................................................13
4.3.4. Estudio a corto plazo.....................................................................................................14
4.3.5. Teoría de la elección pública.........................................................................................14
4.3.6. La "tiranía de la mayoría"..............................................................................................15
4.3.7. Estabilidad política........................................................................................................17
4.3.8. Respuesta eficaz en tiempo de guerra............................................................................18
4.3.9. Mejor información sobre y corrección de los problemas...............................................20
4.3.10. Corrupción..................................................................................................................20
4.3.11. Crecimiento económico y crisis financieras................................................................20
4.3.12. Hambrunas y refugiados..............................................................................................22
4.3.13. Desarrollo humano.....................................................................................................23
4.3.14. Teoría de la paz democrática......................................................................................23
V. CONCLUSIONES......................................................................................................................24
BIBLIOGRAFÍA..............................................................................................................................25
I. INTRODUCCIÓN

En muchas ocasiones en Bolivia la palabra "democracia" se utiliza como sinónimo de


“democracia liberal”. De un modo más preciso, suele entenderse por democracia liberal un
tipo genérico de Estado surgido de la Independencia de Estados Unidos (1776) y
posteriormente más o menos generalizado en las repúblicas y monarquías constitucionales,
las mismas que emergieron de los procesos de emancipación o revolucionarios contra las
grandes monarquías absolutas y que establecieron sistemas de gobierno en los que la
población podía votar y ser votada, al mismo tiempo que el derecho de propiedad era
preservado.

No obstante el término democracia tiene un alcance muchos más profundo, donde destaca
por considerarse como una forma de gobierno del Estado donde el poder es ejercido por el
pueblo, mediante mecanismos legítimos de participación en la toma de decisiones políticas.

El mecanismo fundamental de participación de la ciudadanía es el sufragio universal, libre,


igual, directo y secreto, a través del cual elige a sus dirigentes o representantes para un
período determinado. Las elecciones se llevan a cabo por los sistemas de mayoría o
representación proporcional, o combinación de ambos.

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II. JUSTIFICACIÓN

Gobernar no es una tarea fácil. No se trata simplemente de lograr un resultado favorable en


las urnas, para luego aplicar el plan de acción contenido en el programa electoral. Muchas
veces quien gobierna recibe la influencia de personajes influyentes, generalmente grupos,
desde el seno mismo del gobierno o desde afuera, con tanta importancia, que debe hacer
caso a sus reclamos. Los grupos de poder, son aquellos conjuntos de individuos que
presionan de tal modo en la política legislativa, administrativa y jurídica de un país que
obtiene reformas en base a sus propuestas. No son en beneficio de un sector en particular,
como el de los grupos de presión, sino de carácter general. Los grupos de presión pretenden
soluciones para su sector, y desaparecen o no continúan presionando una vez obtenidas sus
metas, salvo que aparezca otro reclamo, caso en que vuelven a la acción para obtenerlo. Los
grupos o factores de poder, persisten en el tiempo, pues no tienen un objetivo único sino un
programa de acción de índole político. El factor de poder puede ser un organismo
constitucionalmente previsto, como la iglesia o las fuerzas armadas, o ser empresas
multinacionales, o grandes empresas de comunicación, los intelectuales o los fuertes
sindicatos. Los grupos de intereses, si gravitan en forma crucial, en las decisiones políticas
y tienen metas perdurables y generalizadas, pueden actuar como factores de poder.

En Bolivia toda esta situación expuesta anteriormente por lo general no es de conocimiento


de la población en general, y los movimientos sociales exigen medidas que favorezcan a
sus respectivos sectores sin tomar en cuenta que la presión de los grupos de poder son más
fuertes e influyentes en los gobiernos de turno.

Es por esta razón que se considera importante la elaboración del presente trabajo para
entender más a fondo la influencia de los grupos de poder en la democracia vigente en el
Estado Plurinacional de Bolivia.

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III. OBJETIVOS
3.1. Objetivo General

Describir los aspectos negativos y aspectos positivos de la democracia en el Estado


Plurinacional de Bolivia

3.2. Objetivos Específicos

 Analizar las características generales de la democracia, que permita identificar si


es cumplida a cabalidad en Bolivia
 Describir los tipos de democracia que se han aplicado a lo largo de la
historia en Bolivia
 Analizar las características de la democracia liberal

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IV. MARCO TEÓRICO CONCEPTUAL
4.1. La democracia

La democracia es una forma de gobierno que consiste en una democracia representativa


donde la capacidad de los representantes electos para la toma de decisiones políticas se
encuentra sujeta al Estado de Derecho y normalmente moderada por una Constitución que
regula la protección de los derechos y libertades individuales y colectivas, estableciendo
restricciones tanto a los líderes como a la ejecución de la voluntad de una determinada
mayoría.

Los derechos y libertades garantizados por las constituciones de las democracias liberales
son variados, pero normalmente incluyen gran parte de los siguientes derechos: a un debido
proceso, a la intimidad, a la propiedad privada y a la igualdad ante la ley, así como las
libertades de expresión, asociación y culto. En las democracias liberales esos derechos (a
veces conocidos como "derechos fundamentales") suelen estar regulados bien
constitucionalmente o bien mediante ley. Además generalmente existen instituciones
civiles con la capacidad de administrar o reforzar dichos derechos.

Las democracias liberales se suelen caracterizar por la tolerancia y el pluralismo; las ideas
sociales y políticas diferenciadas, incluso las más extremas, pueden coexistir y competir por
el poder político siempre sobre una base democrática. Las democracias liberales celebran
periódicamente elecciones donde los distintos grupos políticos tienen la oportunidad de
alcanzar el poder. En la práctica, estas elecciones las ganan los grupos que defienden la
democracia liberal, de modo que el sistema se perpetua a sí mismo.

El término "liberal" dentro de la expresión "democracia liberal" no implica que el gobierno


de una democracia de este tipo deba seguir estrictamente la ideología política del
liberalismo, si bien el concepto puro de "democracia liberal" nace de la corriente del
liberalismo político.

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4.1.1. Estructura

Existen varias naciones y territorios que afirman ser los primeros en establecer el sufragio
universal. El Gran Ducado de Finlandia tenía sufragio universal completo en 1906. Las
democracias liberales actuales suelen basarse en el sufragio universal, concediendo a todos
los ciudadanos adultos el derecho al voto sin tener en cuenta su etnia, sexo o riqueza. Sin
embargo, y en especial históricamente, algunos países considerados democracias liberales
han tenido un sufragio limitado. En algunos lugares es necesario registrarse para poder
votar. Las decisiones tomadas mediante procesos electorales no son tomadas por todos los
ciudadanos, sino sólo por aquellos que se han decidido a votar.

Las elecciones deberían ser libres y justas y el proceso político, competitivo. El pluralismo
político se suele definir como la presencia de varios partidos políticos.

Toda Constitución democrática define el carácter democrático del Estado. El objetivo de


una Constitución es frecuentemente el de fijar límites en la autoridad del gobierno. La
tradición política americana enfatiza la separación de poderes, la judicatura independiente y
un sistema de observación y control entre los distintos poderes. Muchas de las democracias
europeas se centran más en la importancia de constituirse en un Estado de Derecho. La
autoridad gubernamental es ejercida de forma legítima solamente en armonía con las leyes
escritas y promulgadas de acuerdo con los procedimientos establecidos. Muchas
democracias utilizan el federalismo (también conocido como separación vertical de
poderes) o versiones endulzadas como el Estado de las Autonomías español para prevenir
posibles abusos e incrementar la participación ciudadana repartiendo el poder entre los
gobiernos municipales, regionales (provinciales o estadales) y nacionales.

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4.1.2. Derechos y libertades

Los criterios más frecuentes para distinguir las democracias liberales toman la forma de
derechos y libertades específicos. Los más claros ejemplos son:
 Derecho a la vida y a la integridad de la persona.
 Libertad contra la esclavitud.
 Libertad de movimiento por el país.
 Igualdad ante la ley y derecho al debido proceso bajo el Estado de Derecho.
 Libertad de expresión.
 Libertad de prensa y acceso a fuentes alternativas de información.
 Libertad de reunión y asociación
 Libertad de enseñanza.
 Libertad de culto.
 Independencia judicial.
 Derecho a la propiedad privada y a la compraventa, uno de los puntos más
controvertidos.

En la práctica, las libertades democráticas están limitadas. Hay limitaciones legales como
el copyright o las leyes contra la difamación. Hay también limitaciones a los discursos
antidemocráticos, contra los derechos humanos o aquellos que hacen apología del
terrorismo. En los Estados Unidos, durante la Guerra Fría, restricciones de este tipo fueron
aplicadas a los simpatizantes del comunismo. Actualmente esto se aplica a las
organizaciones que promueven el terrorismo o la incitación al odio racial o religioso.
Ejemplos de ello son las leyes antiterroristas, la ilegalización de ciertos partidos políticos o
la clausura de las emisiones por satélite de Hezbolá. Los críticos claman en contra de estas
limitaciones pues opinan que pueden ir demasiado lejos y provocar que los procesos
judiciales dejen de ser justos y correctos.

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La justificación común para estos límites es que es necesario garantizar la existencia de la
democracia, o la existencia de las libertades por sí mismas. Por ejemplo, el permitir la
libertad de expresión para los defensores del genocidio mina el derecho a la vida y la
seguridad. Existe división de opiniones en relación a hasta cuanto se puede extender la
democracia, en incluir en ella a sus enemigos. Si los grupos que se excluyen por estas
razones representan una parte relativamente pequeña de la población, ese país puede seguir
siendo considerado una democracia liberal. Algunos argumentan que esto no difiere mucho
de los regímenes personales en que se persigue a la oposición, si bien estas restricciones no
son tan severas y afectan a un número reducido de personas. Otros remarcan que las
democracias son diferentes. Al menos en teoría, también los opositores a la democracia
tienen derecho al debido proceso. En principio, las democracias permiten críticas y cambios
en los líderes de la política y la economía; lo que está prohibido es realizarlos de forma
violenta o promover alcanzarlos de ese modo.

4.1.3. Precondiciones

Aunque no son partes del gobierno como tales, la presencia de una clase media y de una
tolerante y floreciente sociedad civil suelen ser vistas como precondiciones para la
democracia liberal.

En países sin una fuerte tradición democrática, la simple introducción de las elecciones
libres raramente ha bastado para alcanzar la transición de la dictadura a la democracia; es
necesario un cambio mucho mayor en la cultura política así como la formación gradual de
las instituciones democráticas. Hay varios ejemplos, como en América Latina, de países
que sólo pudieron mantener la democracia de forma temporal o limitada hasta que
sucedieron cambios culturales mayores que permitieron aplicar la voluntad de la mayoría.

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Uno de los aspectos clave de la cultura democrática es el concepto de "oposición leal". Éste
es un cambio cultural especialmente complicado de alcanzar en naciones donde las
transiciones de poder se han hecho históricamente mediante la violencia. La expresión
viene a significar que todas las partes comparten unos mismos valores democráticos, de
manera que un grupo político puede no estar de acuerdo con otro, pero debe siempre tolerar
sus ideas y nunca intentar imponerlas por la fuerza. Las reglas de juego de la sociedad
deben animar a la tolerancia y civismo en los debates públicos. En una sociedad así, los
perdedores aceptan la decisión de los votantes una vez finalizadas las elecciones, y
permiten una transferencia pacífica de poder. Los perdedores están seguros de que no
perderán ni su vida ni su libertad, y que podrán continuar participando en la vida pública.
No son leales a la política específica del gobierno, pero sí lo son a la legitimidad
fundamental del estado y al proceso democrático.

4.1.4. Los orígenes de la democracia liberal

La democracia liberal toma sus orígenes (y su nombre) de la época de la Ilustración


europea. En aquel momento casi todos los estados de Europa eran monarquías, con el poder
político ostentado por el rey o por la aristocracia. La posibilidad de la democracia no había
sido considerada de forma seria por la teoría política desde la época grecorromana, y la
creencia inherente a ella era la de la inestabilidad y el caos debido a los caprichos de la
gente. Más adelante llegó a creerse que la democracia era algo antinatural, pues los
humanos eran vistos como malvados por naturaleza, violentos y necesitados de un líder
fuerte que reprimiera sus impulsos destructivos. Muchos de los reyes europeos mantenían
que su poder había sido inspirado por Dios, y que cuestionarlo era prácticamente una
blasfemia.

Estas ideas convencionales fueron desafiadas en un primer momento por un pequeño grupo
de intelectuales ilustrados, quienes creían que los problemas humanos deberían ser guiados
por la razón y los principios de libertad e igualdad.

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Argumentaban que todos los hombres habían sido creados iguales y por tanto la autoridad
política no podía justificarse basándose en la "sangre azul", una supuesta conexión
privilegiada con Dios, o cualquier otra característica que fuese alegada para hacer a una
persona superior a otras. Finalmente pensaban que el gobierno estaba para servir al pueblo
y no al revés, y que las leyes habían de ser aplicadas tanto a quienes gobiernan como a los
gobernados (Estado de Derecho).

A finales del Siglo XVIII, estas ideas inspiraron la Guerra de la Independencia de los
Estados Unidos y la Revolución francesa, que dieron a luz a la ideología del liberalismo e
instituyeron formas de gobierno que intentaron llevar a la práctica los principios de los
filósofos ilustrados. Ninguna de estas formas de gobierno era precisamente la que hoy
llamamos democracia liberal (la diferencia más significativa es que el derecho a voto estaba
restringido a una minoría de la población) pero eran una especie de prototipos de la
democracia liberal actual. Desde que los simpatizantes de estas formas de gobierno fuesen
conocidos como liberales, los propios gobiernos comenzaron a ser llamados "democracias
liberales".

Cuando fueron fundadas las primeras democracias liberales, sus simpatizantes eran vistos
como un grupo extremista y peligroso que amenazaba la paz y estabilidad internacional.
Los absolutistas que se oponían al liberalismo y a la democracia se consideraban los
defensores de los valores tradicionales y del orden natural de las cosas, y su crítica a la
democracia parecía justificada cuando Napoleón Bonaparte tomó el control de la joven
Primera República Francesa, reorganizada como el Primer Imperio Francés y comenzó su
proceso de conquista de Europa. Napoleón fue finalmente derrocado y se formó la Santa
Alianza como medio de prevención de cualquier intento posterior de instaurar el
liberalismo o la democracia en Europa. Sin embargo, los ideales liberales democráticos
pronto se extenderían entre la población, y hacia el Siglo XIX la monarquía tradicional
entró en un estado de defensa continuada. Las reformas y revoluciones ayudaron a que la
mayoría de los países europeos se acercasen a la democracia liberal. El

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liberalismo dejó de ser una opción extrema y pasó a ser la corriente dominante en política.
Al mismo tiempo, aparecieron ciertas ideologías no liberales que tomaron el concepto de
democracia liberal y lo reformaron a su manera. El espectro político cambió: la monarquía
tradicional se fue convirtiendo en una idea extremista mientras la democracia liberal fue
calando en la gente hasta ocupar la posición dominante en la política. A finales del Siglo
XIX, la democracia liberal ya no era solamente una idea "liberal", sino que era apoyada por
diferentes ideologías. Tras la Primera Guerra Mundial y especialmente después de la
Segunda, la democracia liberal alcanzó una posición dominante entre las teorías de
gobierno y hoy en día es apoyada por la inmensa mayoría del espectro político.

4.2. Tipos de democracias liberales


4.2.1. Democracias liberales de facto

La democracia liberal es a veces el sistema de gobierno de facto aunque técnicamente el


sistema sea otro: por ejemplo, con sus diferencias las monarquías de España o el Reino
Unido, donde el soberano es el monarca hereditario, pero la soberanía de facto (la
legislativa) es popular, a través de los representantes elegidos para el Parlamento, siendo,
por tanto, democracias.

Muchos discrepan de cualquier forma de privilegio hereditario, incluida la monarquía. Los


monárquicos afirman que la monarquía en esos países no es más que algo ceremonial más
que político.

4.2.2. Representación proporcional y plural

El sistema de escrutinio uninominal mayoritario asigna puestos según las mayorías dentro
de una circunscripción. El partido político o candidato que recibe más votos gana el puesto
por esa circunscripción. Hay otros sistemas democráticos, como las distintas formas de
representación proporcional, que

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asignan puestos según la proporción de votos individuales que un partido recibe en todo
el país o en una determinada región.

Uno de los puntos principales de conexión entre ambos sistemas es la existencia de


representantes efectivos para cada región pero partiendo de la base de que el voto valga lo
mismo independientemente de su región de procedencia.

Algunos países como Alemania y Nueva Zelanda resuelven el conflicto entre ambas formas
de representación teniendo dos tipos de escaños en las cámaras bajas de sus parlanentos
federales. Los escaños del primer tipo son asignados según la población de las regiones, y
los restantes son asignados de acuerdo a la proporción de los votos obtenidos por los
partidos en el país. Este sistema es conocido como representación proporcional mixta.

4.2.3. Sistemas presidencialistas y parlamentarios

Un sistema presidencialista es una forma de gobierno de una república donde el poder


ejecutivo es elegido separadamente del legislativo. Un sistema parlamentario se distingue
por que el poder ejecutivo depende de manera directa o indirecta del Parlamento,
dependencia expresada por las mociones de confianza y de censura.

El sistema presidencialista democrático se ha hecho popular en América Latina, África y


algunos lugares de la Unión Soviética, siendo el ejemplo más claro el de los Estados
Unidos. Las monarquías constitucionales (controladas por parlamentos electos) son
populares en algunos países europeos (Reino Unido, España, etc.) y en algunas antiguas
colonias separadas de forma pacífica, como Australia y Canadá. Antiguos territorios
británicos como Sudáfrica, India, Irlanda o los Estados Unidos optaron por otras formas
de gobierno tras su independencia. El sistema parlamentario es popular en la Unión
Europea y los países vecinos.

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4.3. Aspectos negativos y aspectos positivos de la democracia liberal
4.3.1. Democracia directa
Algunas personas argumentan que la "democracia liberal" no respeta la voluntad de la
mayoría (excepto en la elección de representantes). La "libertad" de la voluntad de la
mayoría está restringida por la Constitución o leyes precedentes. Por otra parte, el poder es
realmente ostentado por un grupo de representantes relativamente pequeño. Así, el
argumento sigue con que la "democracia liberal" no es más que una oligarquía disfrazada,
siendo lo preferible la democracia directa. Las nuevas tecnologías pueden permitir la
implantación de sistemas como la democracia electrónica.

Otros dirían que sólo una democracia liberal puede garantizar las libertades individuales de
sus ciudadanos y prevenir la conversión a una dictadura. La aplicación de la voluntad de la
mayoría sin moderación alguna podría llevar a la opresión de las minorías. Un argumento
utilizado en sentido contrario es que los líderes electos serían más capaces y estarían más
interesados en los temas a tratar que el votante medio, que debería esforzarse mucho en
recopilar la información necesaria para luego discutir y votar sobre ella.

Algunas democracias liberales tienen ciertos elementos de participación directa como


pueden ser los referendos o plebiscitos. En países como Suiza o Uruguay se emplean
para pulsar la opinión popular sobre infinidad de cuestiones legales, mientras que en otros
quedan limitados a temas de extrema importancia como fueron, en España, aquellos por los
que se aprobó la Constitución de 1978, los diferentes Estatutos de Autonomía o la adhesión
importantes tratados internacionales (Unión Europea, OTAN).

4.3.2. Conflictos étnicos y religiosos

Por razones históricas, muchos estados no son homogéneos cultural ni étnicamente


hablando, e incluso puede haber marcadas diferencias de raza,

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idioma, religión o cultura. De hecho, algunos grupos pueden ser activamente hostiles hacia
otros. Una democracia, que por definición permite la participación masiva en la toma de
decisiones teóricamente también permite el uso del proceso político contra los grupos
"enemigos". Esto puede ser especialmente visible durante los procesos de democratización,
si el gobierno autoritario anterior oprimió a ciertos colectivos. Esto es visible también en
democracias ya establecidas, sobre todo en forma de populismo racista o contra la
inmigración. Sin embargo, también es cierto que las peores represiones tuvieron lugar en
estados en los que no estaba establecido el sufragio universal, como el apartheid en
Sudáfrica o el caso de la Alemania Nazi.

A la caída de la Unión Soviética y democratización parcial de los estados del bloque


soviético siguieron guerras y guerras civiles en la antigua Yugoslavia, en el Cáucaso y en
Moldavia. Sin embargo, las estadísticas muestran que a la caída del comunismo y al
aumento del número de estados democráticos acompañó un repentino aumento de las
guerras entre estados, étnicas, revoluciones... así como el número de refugiados y
desplazados.[3]

4.3.3. Burocracia

Una crítica persistente que los liberales libertarios y de los monárquicos achacan a la
democracia es que anima a los representantes electos a cambiar las leyes sin necesidad
alguna para ir poco a poco cambiando todo el sistema legal. Esto es visto en cierto modo
pernicioso. Las nuevas leyes recortan el alcance de las anteriores libertades privadas. Las
leyes modificadas repetidamente dificultan a la gente respetuosa con las normas mantenerse
al día. Esto puede incitar a las fuerzas del orden a hacer un uso incorrecto de su poder. La
contestada complicación continua de las leyes puede ser contraria a la ley natural sencilla y
eterna, aunque no hay un consenso sobre lo que esta "ley natural" es, incluso entre sus
defensores. Aquéllos que apoyan la democracia señalan que la

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burocracia compleja y las regulaciones eran propias de las dictaduras, como en muchos de
los antiguos estados comunistas.

Las democracias liberales son también criticadas por la lentitud y complejidad en la toma
de decisiones.

4.3.4. Estudio a corto plazo

Las democracias liberales modernas, por definición, permiten los cambios regulares de
gobierno. Esto ha llevado a una crítica generalizada sobre su trabajo a corto plazo. En
cuatro o cinco años los gobiernos deberán volver a afrontar unas elecciones, y
evidentemente deben pensar en como ganarlas. Este hecho hace que prefieran llevar a cabo
políticas que les proporcionen beneficios a corto plazo al electorado (o a los propios
políticos) antes de las siguientes elecciones, a otras acciones impopulares cuyos beneficios
tarden más en ser apreciados. Esta crítica asume que es posible hacer predicciones a
largo plazo acerca de la sociedad, algo que Karl Popper ha criticado con el nombre de
historicismo.

4.3.5. Teoría de la elección pública

La teoría de la elección pública es una parte de la economía que estudia el comportamiento


de los votantes, políticos y gobernantes durante la toma de decisiones desde la perspectiva
de la teoría económica. Un problema estudiado es que cada votante por sí solo apenas tiene
influencia y puede tener por tanto cierta "ignorancia racional" sobre temas políticos. Esto
puede permitir a los lobbys conseguir subvenciones y cambios legales que les benefician
pero que no son buenos para la sociedad en general. Sin embargo, estos grupos pueden
tener la misma influencia o incluso más en sistemas no democráticos.

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4.3.6. La "tiranía de la mayoría"

La "tiranía de la mayoría" es el miedo de que un gobierno democrático, reflejando el punto


de vista de la mayoría, pueda tomar acciones que opriman a una minoría concreta.
Teóricamente, la mayoría podría ser solamente una mayoría sobre los que votan y no una
mayoría sobre los ciudadanos. En esos casos, una minoría tiraniza a otra en el nombre de la
mayoría. Esto puede aplicarse tanto a la democracia directa como a la representativa.

Algunos ejemplos serían:


 Las minorías pueden ser propensas a las conspiraciones.
 Varios países europeos han prohibido portar símbolos religiosos en colegios
públicos. Los opositores ven esto como una violación del derecho de libertad de
culto. Sus defensores lo ven como consecuencia de la separación Iglesia-Estado.
 La prohibición de la pornografía es típicamente determinada porque se supone que
la mayoría está de acuerdo con ello.
 El uso recreativo de las drogas está típicamente legalizado (o al menos tolerado)
hasta el grado de que la mayoría lo encuentra aceptable. Los usuarios pueden verse
a sí mismos como una minoría oprimida, víctima de una guerra injustificada contra
la droga.
 El tratamiento que la sociedad hace de la homosexualidad también puede incluirse.
Hasta hace algunas décadas las acciones consideradas propias de homosexuales
estaban duramente castigadas en las democracias, incluso aún lo están en algunas,
reflejando la moral religiosa o sexual de la mayoría.
 La democracia ateniense y la norteamericana en sus principios permitían la
esclavitud.
 La mayoría a menudo grava a las minorías más pudientes con tramos impositivos
más elevados, con la intención de que esos impuestos se conviertan en una carga
para ellos en favor de la sociedad. Sin embargo,

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esto normalmente queda contrarrestado hasta cierto punto por su más fácil acceso a
consejeros expertos (asesores fiscales y abogados).
 En las democracias occidentales desarrolladas, los pobres forman una minoría de la
población que queda en desventaja respecto de una mayoría se queja cuando suben
las comisiones bancarias. Más grave es el caso en que, cuando los pobres forman
una clase baja diferenciada, la mayoría puede aprovecharse del proceso democrático
para reducir o eliminar las ayudas sociales del estado.
 Un ejemplo citado con frecuencia de "tiranía de la mayoría" es la llegada al poder
de Adolf Hitler mediante procedimientos democráticos. El partido Nazi consiguió
el mayor número de votos de las elecciones efectuadas durante la República de
Weimar en 1933. Algunos consideran que esto es un ejemplo de "tiranía de la
minoría", debido a que nunca consiguieron la mayoría absoluta, pero es muy común
que quien ha obtenido la mayoría relativa ejerza el poder en las democracias, así
que la subida al poder de Hitler no puede ser considerada irrelevante. Sin embargo,
sus violaciones a gran escala de los derechos humanos tuvieron lugar tras la
abolición del sistema democrático. Además, la Constitución de Weimar permitía en
caso de "emergencia" que el canciller tomase el poder absoluto y cancelar los
derechos fundamentales sin necesidad de aprobación alguna, algo que no es posible
en las democracias liberales actuales.

Los defensores de la democracia presentan diversos argumentos en favor de la "tiranía de la


mayoría". Uno es que la presencia de una Constitución que protege los derechos de todos
los ciudadanos en la mayoría de los países democráticos funciona como salvaguarda.
Generalmente, los cambios en estas constituciones requieren la aprobación por parte de una
mayoría cualificada de los representantes electos, de un juez y un jurado que opinen que se
han seguido de forma evidente los procesos correctos, o la opinión de la cámara de
representantes antes y después de unas elecciones o incluso un referéndum. Estos requisitos
a menudo están combinados. La separación de poderes en poder

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legislativo, ejecutivo y judicial también dificulta a una pequeña mayoría imponer su
voluntad. Esto significa que una mayoría puede coaccionar legalmente a una minoría (si
bien es éticamente cuestionable), pero una minoría sería muy pequeña y, en la práctica, es
más difícil obtener una mayor proporción de gente que aprueba tales acciones.

Otro argumento es que las mayorías y las minorías pueden tomar posiciones marcadamente
diferentes en diferentes temas. La gente a menudo está de acuerdo con la mayoría en
algunas cosas y con la minoría en otras, pues la opinión de las personas varía. Así, los
miembros de una mayoría pueden limitar la opresión de una minoría puesto que en el futuro
ellos mismos pueden convertirse en minoría.

Un tercer argumento muy empleado es que, a pesar de los riesgos, el uso de la voluntad de
la mayoría es preferible a otros sistemas, y la tiranía de la mayoría es en todo caso mejor
que la de la minoría. Todos los posibles problemas mencionados hasta ahora pueden tener
también lugar en sistemas no democráticos con el problema añadido de que la minoría en el
poder puede oprimir a la mayoría. Los defensores de la democracia sostienen que las
estadísticas afirman de forma concluyente que un mayor grado de democracia lleva a
experimentar menos problemas internos. Esto es formulado a veces como la Ley de
Rummel, que afirma que cuanta menos libertad democrática tiene un pueblo, más probable
es que se produzcan genocidios por parte de los poderosos.

4.3.7. Estabilidad política

Un argumento en favor de la democracia es que creando un sistema donde el pueblo pueda


cambiar gobiernos sin cambiar la bases legales, se reduce la incerteza e inestabilidad
políticas y se asegura que si los ciudadanos no están de acuerdo con la política del
gobierno de turno, podrán cambiarlo en las próximas

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elecciones. Esto es preferible a un sistema en que los cambios políticos tengan lugar a
través de la violencia.

Algunos piensan que la estabilidad política puede ser considerada como excesiva cuando el
partido en el poder es el mismo durante mucho tiempo. Por otra parte, esto es algo más
común en los sistemas no democráticos.

Una característica notable de las democracias liberales es que sus oponentes (aquellos que
buscan su abolición) rara vez ganan unas elecciones. Los defensores emplean esto como
argumento para sostener su idea de que la democracia liberal es estable de forma inherente
y que sólo puede ser derrocada por la fuerza, mientras que sus oponentes argumentan que el
sistema está en su contra por naturaleza pese a la supuesta imparcialidad. En el pasado, se
temía que la democracia pudiese ser fácilmente aprovechada por líderes con aspiraciones
dictatoriales que alcanzasen el poder en unas elecciones. Sin embargo, el número de
democracias liberales que han elegido como gobernantes a futuros dictadores es bajo.
Cuando esto ocurre, suele ser tras una gran crisis que ha provocado que el pueblo no
confíe en el sistema o bien en democracias jóvenes o mal establecidad. Algunos ejemplos
serían el ascenso al poder de Adolf Hitler en Alemania tras unas elecciones o cómo
Napoleón III se convirtió en el primer Presidente de la Segunda República Francesa para
luego proclamarse Emperador.

4.3.8. Respuesta eficaz en tiempo de guerra

En una democracia liberal, por definición, los poderes no están concentrados. Una crítica a
esto es que podría suponer una desventaja para un estado en tiempo de guerra, cuando se
necesita una respuesta rápida y unificada. Normalmente los Parlamentos deben dar su
consentimiento antes de comenzar una ofensiva militar, aunque a veces el Gobierno puede
ordenarlo por sí solo mientras mantenga informado a la cámara o cámaras. Sin embargo, en
caso de ataque contra el país,

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no se necesita consentimiento para las operaciones defensivas. La gente puede votar en
contra de un ejército popular. Los ejércitos de las monarquías y dictaduras pueden, en
teoría, actuar de forma inmediata.

Sin embargo, actuales estudios muestran que las democracias tienen más posibilidades de
ganar las guerras que los países no democráticos. Una explicación lo atribuye en principio a
la "transparencia de las políticas aplicadas y a la estabilidad de las preferencias de los
gobernantes, de manera que una vez determinadas éstas, son más capaces de colaborar con
sus aliados en el manejo de la situación de guerra". Otras investigaciones lo atribuyen a la
superior movilización de recursos o que las democracias suelen entrar únicamente en
guerras en que tengan altas probabilidades de ganar.

Stam and Reiter también destacan que el énfasis en la individualidad propio de las
sociedades democráticas lleva a que sus soldados luchen con más iniciativa y guiados por
un fuerte liderazgo. Los oficiales en las dictaduras son a menudo seleccionados por su
lealtad política más que por su capacidad militar, aparte de poder ser escogidos únicamente
de entre una reducida clase poderosa o grupo religioso o étnico que apoye al régimen. Esto
suele excluir a buena parte de los oficiales más capacitados. Los líderes no democráticos
pueden responder de forma violenta a cualquier típo de crítica o desobediencia. Esto puede
hacer que soldados y oficiales teman alzar cualquier objeción o hacer algo sin autorización
explícita. La falta de iniciativa puede ser particularmente negativa en las formas modernas
de guerra. Los soldados enemigos pueden rendirse de modo más fácil a los ejércitos de las
democracias puesto que esperan un buen trato como prisioneros de guerra. La Alemania
Nazi mató a casi 2/3 de los soldados soviéticos capturados. El 38% de los soldados
americanos apresados por Corea del Norte en la Guerra de Corea fueron asesinados.

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4.3.9. Mejor información sobre y corrección de los problemas

Un sistema democrático puede proveer mejor información para las decisiones políticas. La
información que refute las ideas a estudiar puede ser más fácilmente ignorada en las
dictaduras, incluso si advierte de problemas graves o a muy corto plazo. Además las
democracias poseen medios para reemplazar a los líderes ineficientes. Por ello los
problemas de larga duración y las crisis de todo tipo son más comunes en los regímenes
autoritarios.

4.3.10. Corrupción

Investigaciones del Banco Mundial sugieren que las instituciones políticas son
extremadamente importantes a la hora de determinar la prevalencia de la corrupción: la
democracia, los sistemas parlamentarios, la estabilidad política y la libertad de prensa están
asociadas a la baja corrupción.

4.3.11. Crecimiento económico y crisis financieras

Estadísticamente, un alto grado de democracia y el crecimiento del PIB per cápita están
relacionados. Sin embargo, existe cierto desacuerdo sobre cuánto de cierto es esto. Una
observación al respecto es que la democracia sólo pudo extenderse por el mundo tras la
revolución industrial y la introducción del capitalismo. Por otro lado, comentar que la
revolución industrial se inició en Inglaterra, uno de los países más democráticos de la
época.

Varios estudios estadísticos apoyan la teoría de que cuanto más arraigado está el
capitalismo (algo que se puede medir mediante los Índices de Libertad Económica
empleados en ciertos de estudios por investigadores independientes) mayor es el
crecimiento económico y por tanto se incrementa la prosperidad general, se reduce la
pobreza y se favorece la democratización. Ésta es una tendencia estacional, y hay
excepciones individuales como la India, país democrático pero

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que no podría decirse próspero económicamente, o Brunéi, que tiene un elevado PIB pero
nunca ha sido democrático. Hay otros estudios que sugieren que la democracia hace
aumentar la libertad económica aunque unos pocos encuentren pequeños efectos negativos.
Una objeción puede ser que países como Suecia o Canadá quedan encuadrados por debajo
de otros como Chile y Estonia en los Índices de Libertad Económica, aun teniendo Suecia y
Canadá mayor renta per cápita. Sin embargo, esto es un error de comprensión, los que los
estudios indican son los efectos sobre el crecimiento económico y así esa futura renta per
cápita será mayor con una mayor libertad económica. También debería tenerse en cuenta
que según los índices Suecia y Canadá están entre los países más capitalistas del mundo
gracias a factores como un consolidado Estado de derecho, un fuerte derecho a la propiedad
y pocas restricciones al libre comercio. Los críticos afirman que el Índice de Libertad
Económica y otros métodos empleados no miden el grado de capitalismo, prefiriendo otra
definición.

Algunos sostienen que el crecimiento económico asegura automáticamente la transición


hacia la democracia, en países tales como China. Sin embargo, otros rechazan esta idea.
Aunque el crecimiento económico ha sido en el pasado causa de procesos de
democratización, puede que no sea así en el futuro. Además los dictadores saben como
controlar sus países de modo que se produzca crecimiento económico sin apenas conceder
libertades políticas.

Un alto nivel de exportaciones de petróleo y minerales está fuertemente asociado a


regímenes no democráticos, algo que se aplica no sólo a Oriente Medio si no a todo el
mundo. Los dictadores cuyos países viven de estas industrias pueden gastar más en sus
dispositivos de seguridad y proporcionar beneficios que disminuyen el malestar social.
Además, esta bonanza económica no va seguida de los cambios sociales y culturales que
posibilitan la transformación de las sociedades en crecimiento económico.

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Un reciente meta-análisis concluye que la democracia no tiene efectos directos sobre el
crecimiento económico. Sin embargo, sí que produce de forma indirecta efectos que
contribuyen al desarrollo. La democracia está asociada con una mayor acumulación de
capital humano, menor inflación, menor inestabilidad política y mayor Índice de Libertad
Económica.

Dejando el Lejano Oriente, durante los últimos 40 años las democracias pobres han visto
crecer sus economías un 50% más rápido que los países autoritarios. La economía de
democracias como las de los Países Bálticos, Botswana, Costa Rica, Ghana o Senegal han
crecido más rápidamente que las de otros países no democráticos como Angola, Siria,
Uzbekistán o Zimbabwe.

De las 80 peores catástrofes financieras de las últimas cuatro décadas, sólo 5 ocurrieron en
democracias. De forma similar, las democracias pobres tienen la mitad de probabilidades
que un régimen no democrático de sufrir una caída del 10% en el PIB en un sólo año.

4.3.12. Hambrunas y refugiados

Un importante economista, Amartya Sen, advirtió que las democracias ineficaces incluso
han sufrido hambrunas a gran escala] Esto incluye a las democracias que no han sido muy
prósperas a lo largo de la historia, como la India, cuya última gran hambruna tuvo lugar en
1943 y fue precedida de muchas otras durante el dominio británico del siglo XIX. Sin
embargo, otros defienden que la hambruna de Bengala de 1943 fue consecuencia de la
Segunda Guerra Mundial.

Las crisis humanitarias suelen ocurrir en países no democráticos. Analizando el flujo de


refugiados en los últimos veinte años, se puede ver que casi 90 sucesos tuvieron lugar en
regímenes autoritarios.

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4.3.13. Desarrollo humano

La democracia está correlacionada con una mayor puntuación en el índice de desarrollo


humano y una menor relevancia en el índice de pobreza.

Las democracias pobres tienen mejor educación, mayor esperanza de vida, menor
mortalidad infantil, más fácil acceso al agua potable y mejor sanidad que las dictaduras
pobres. Esto no es debido a mayores niveles de ayuda exterior o a mayores gastos sobre el
PIB en educación o salud. Lo que realmente ocurre es que se gestionan mejor los recursos
disponibles.

Ciertos indicadores de sanidad (esperanza de vida, mortalidades infantil y maternal) están


más fuertemente relacionados con la democracia que otros económicos como el PIB per
cápita, el porcentaje de sector servicios o la balanza de pagos.

En las democracias post-comunistas, tras su declive inicial, se experimentó un importante


aumento en su esperanza de vida.

4.3.14. Teoría de la paz democrática

Numerosos estudios basados en diferentes tipos de datos, definiciones y análisis


estadísticos han dado soporte a la teoría de la paz democrática. La idea original es que las
democracias liberales nunca han entrado en guerra con otras democracias liberales.
Investigaciones más recientes han extendido la teoría y concluyen que las democracias
tienen menos disputas militares internacionales (conflictos con menos de 1000 bajas en
combate) con otras, que esos conflictos cuando han ocurrido entre democracias han causado
menos muertos, y que las democracias sufren menos guerras civiles. Hay varias críticas a
esta teoría, incluyendo guerras históricas específicas y que la correlación no es lo mismo
que la causa.

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V. CONCLUSIONES

La democracia en Bolivia ha atravesado muchos cambios a lo largo de su historia, pero lo


más destacable es la inclusión al voto universal a diferentes sectores sociales que antes eran
excluidos de este derecho universal.

El balance democrático en Bolivia, después de 30 años, es relativamente satisfactorio, pues


hoy el país ha cumplido un tercio de estabilidad democrática, haciendo de este proceso algo
serio que significó elevar los niveles de participación electoral a umbrales históricos. Por
ejemplo, hoy los bolivianos registran una de las tasas de participación más elevadas en la
región en edad de votar, estimándose en un 87.8%, según el Instituto Nacional de
Estadísticas para Bolivia.

El repunte en Bolivia recién comenzó a desarrollarse desde 2011, año en que ese país
comenzó a reflejar excelentes indicadores económicos, gracias al crecimiento del precio de
los hidrocarburos y del gas. Si a eso sumamos que la inversión directa extranjera, después
de la brusca caída sufrida entre 2003 y 2006, logra estabilizarse y remontar a comienzos del
año 2007, la economía boliviana comenzaba a dar muestras de mejora, pero aún por debajo
del año 2000. Es aquí donde se comprueba nuestras hipótesis, en términos de que, si bien
durante la presidencia de Evo Morales la democracia ha mejorado sustantivamente, la
burocratización institucional, la pauperización en que viven las comunidades indígenas, la
extrema diferenciación de los ingresos del mundo indígena con el resto de la sociedad, las
bajas probabilidades educativas del grueso de la población y la dificultad de acceder a
beneficios sociales, siguen estando presentes y limitando el actuar del Estado.

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BIBLIOGRAFÍA

BOVERO. Una gramática de la democracia, Trotta, Madrid. 2002

HIRSCHMAN. Retóricas de la intransigencia, Ed. FCE, México, p. 173

G. SARTORI. ¿Qué es la democracia?, Taurus, Madrid. 2008 MOUFFE. La

paradoja democrática, Ed. Gedisa. Madrid, 2003. p. 49

N. BOBBIO. Liberalismo y democracia, FCE, México. 2000

R. DAHL. La democracia: una guía para los ciudadanos, Ed. Taurus, Madrid.

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