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Universidad Teológica de América Central

Introducción a la Filosofía
Luvin Areas Meza
Ensayo 3
Tema: El Regreso de Dios al Escenario de la Filosofía.

No es extraño encontrarnos con diferentes percepciones sobre la existencia de Dios en


Latinoamérica, pero lo más sorprendente es la desactualización en este campo, por algunas escuelas
académicas, por lo que en el presente ensayo se pretende dar una breve descripción del estado de
las cosas en relación con el tópico mencionado hasta esta fecha. Se presenta una reseña del
resurgimiento del tema Dios, según la tradición Judeocristiana, el relanzamiento de algunos
argumentos, principales proponentes e implicaciones al campo de la Filosofía.

Introducción

Fue el 8 de abril de 1966 que una prestigiosa revista de Estados Unidos, Time—publicó en
su portada tres palabras sugestivas ¿Está Dios muerto?, en ese ejemplar se mostraba lo irónico
sobre la existencia o no de Dios puesto que mientras ciertos teólogos “escribían el obituario de
Dios, una nueva generación de filósofos redescubría su vitalidad” (Craig, 2018).

Dos décadas después de esa publicación, nos dice Craig (2018) la misma revista publica
“Modernizando el Caso de Dios”, en la que de manera maravillada describe cómo un movimiento
de filósofos serios renovaba los argumentos para la existencia de Dios. Tal fue el impacto de
entonces que la reacción de un prestigioso filosofo ateo no se hizo esperar:

Los naturalistas observaron pasivamente cómo las versiones realistas del teísmo
mayormente influidas por lo escritos de Plantinga, comenzaron a propagarse en la
comunidad filosófica, a tal punto que tal vez un cuarto o un tercio de los profesores de
filosofía de hoy son teístas, y la mayoría son cristianos ortodoxos (…) los teístas con su
trabajo académico rara vez asumen o nunca defienden el teísmo en su trabajo académico
(…) pero en filosofía, se convirtió de la noche a la mañana, en algo “académicamente
respetable” el defender el teísmo, convirtiendo la filosofía en un campo de entrada
privilegiado para los teístas inteligentes y talentosos que ingresan hoy a la academia (Smith,
2001).

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Filósofos y Relanzamiento de Argumentos

Es bien sabido que en el pasado varios han sido los argumentos para la defesa de la
existencia de Dios, por ejemplo, el argumento Ontológico, Cosmológico, Teleológico, entre otros
(Ferrater, pp. 466-469). Lo que Anselmo sostenía, como un ejemplo, ha sido defendido por Scotus,
Descartes, Spinoza y Leibniz entre otros. Anselmo trató de elaborar un argumento que no sólo
demostrara que Dios existía, sino que tuviera todas las características superlativas que la teología
cristiana le atribuía. En tiempos modernos varios filósofos han retomado y fortalecido el
planteamiento de Anselmo tales como Malcom, Hartshorne y en especial Plantinga. Esta ha sido
la tónica en los últimos años en relación con los demás argumentos, a pesar de la propaganda anti-
teísta de los neo-ateos que tratan de dar la impresión de que la filosofía de la religión está
desgastada y en relación con el cristianismo es hasta perniciosa (McGrath, pp. 137-139).

Fue Plantinga (2000), entre otros, quien desafío el empirismo filosófico, al replantear a
nivel epistémico los criterios de lo que deben ser “verdades básicas” (basic believes). Parece que
no toda creencia justificada es verdadera ni toda creencia verdadera es justificada. Esto lleva a
varios filósofos a producir varios argumentos si bien orientados a mantener la racionalidad
garantizada o fiable de las creencias, también a brindar claridad sobre varios aspectos de nuestro
conocimiento y las fuentes de nuestra certeza. Tal es el caso de William P. Alston que, analizando
el concepto de percepción, a partir de la percepción de Dios, desarrolló varios avances
epistemológicos. “No solo se demuestra que la creencia de Dios está justificada sino la otras cosas
tales como la creencia en otras mentes, la existencia del pasado y del “Yo mismo” (1991).

Desde Europa, el profesor de Oxford, Richard Swinburne da un giro en el abordaje de la


existencia de Dios apelando a las probabilidades bayesianas. Para este filósofo es razonable
postular a Dios como Inferencia de la Mejor Explicación acorde con los datos con los cuales
contamos hoy (2011). Su acercamiento es plantear la Hipótesis de Dios de manera explicativa de
forma que justifique el por qué de ciertos datos observados tal y como el científico en su
laboratorio, el arqueólogo o investigador en su trabajo forense. Para este filósofo decir
proposicionalmente “Dios existe” es lógicamente comparado a “existe necesariamente una persona
sin cuerpo que necesariamente es eterna, perfectamente libre, omnipotente, omnisciente,
perfectamente buena y creadora de las cosas” (p. 24).

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Si bien Swinburne aprecia el trabajo analítico de Plantinga se propone justificar, a
posteriori y de manera probable lo razonable de concluir que Dios existe. El autor comienza con
el argumento cosmológico “para explicar la existencia del universo, hay que introducir la
explicación personal, y una explicación dada en términos de una persona que no es parte del
universo y que actúa desde afuera” (p. 166). El otro argumento tratado inductivamente es el del
orden, “el orden del universo al que presto atención aquí es su conformidad a fórmulas, a leyes
científicas simples y formulables. El Orden del universo a este respecto es un hecho
sorprendentemente respecto al mismo” (p. 178). El autor concluye que es sumamente improbable
que “hubiese, en un universo sin Dios, leyes de la naturaleza lo suficientemente simples como para
que los seres racionales extrapolasen desde el pasado al futuro con éxito” (p. 189).

Aunque parecido al anterior, Swinburne también considera la finalidad del universo,


“Defenderé que el que las leyes y las condiciones iniciales sean tales como conducir a la evolución
de los cuerpos humanos es muy improbable –a priori—pero bastante probable si hay un Dios que
las produjo” (p. 197).

Otro aporte significativo es la argumentación a partir de la conciencia y la moralidad “Dios


tiene razones significativas para producir seres conscientes con conciencia moral (…) La razón
para que Dios dote a los humanos de conciencia moral es darles una opción libre entre el bien y el
mal” (p. 247).

Al cierre de su planteamiento y siguiendo los criterios de la investigación científica forense,


Swinburne plantea la necesitad del estudio de la evidencia de trasfondo, es decir que nuestro
conocimiento debe funcionar en un ámbito más amplio. Este filósofo encuentra el problema del
mal y el sufrimiento en el mundo como el más citado contra la Hipótesis de Dios, y decide sopesar
su validez y veracidad. Se considera el mal en relación con un Dios bueno y omnipotente
argumentando que “el bien será mayor que cualquier mal necesario para obtenerlo” (p. 269). “Sin
males naturales (…) nuestra capacidad para hacer elecciones libres significativas quedaría
enormemente disminuida (…) los males naturales son necesarios (…) para que los agentes tengan
este conocimiento sin estar privados del bien de la respuesta racional a la evidencia y de la búsqueda
racional” (p. 277).

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Hay otros argumentos interesantes considerados por este autor, sin embargo, se cita
finalmente el argumento de la experiencia religiosa, éste “afirma que estas han ocurrido con
frecuencia: muchos han experimentado a Dios y por ello conocen y pueden hablarnos de su
existencia” (p. 329). Ahora bien, alguien podría preguntar ¿si tales experiencias deban tener algún
valor evidencial?, a lo que este filosofo respondería, “es un principio de racionalidad que, si le
parece a un sujeto que x está presente, entonces probablemente x está presente; lo que uno parece
percibir es probablemente así (p. 340).

Otro en la línea de Swinburne, pero de tradición Tomista, es el Dr. Norman Geisler,


graduado del Loyola University, escritor prolífico que plantea varios argumentos en esta línea, en
su más reciente libro, No Basta Mi Fe Para Ser Ateo (I Don´t Have Enough Faith To Be An Atheist)
logra combinar varios argumentos desde la epistemología, la filosofía de la Ciencia y de la Historia
que infieran la existencia de Dios. Este filósofo inicia rescatando la verdad de la verdad y que esta
es cognoscible, lo cual es de vital importancia para aproximarnos a la racionalidad y al
conocimiento (pp. 43-83). Los argumentos desde la filosofía de la ciencia los plantea de manera
creativa, por medio del acróstico SURGE, (Segunda Ley de la Termodinámica, Universo en
Expansión, Radiación del Big Bang, Grandes Semillas Galácticas, Einstein y la teoría de la
relatividad) como caso acumulativo hacia la razonabilidad de la existencia de Dios.

Para Geisler hay inferencia de inteligencia no solo a nivel cosmológico sino biológico, 1.
Todo diseño complejo requiere de un diseñador inteligente, 2. La Vida revela un diseño complejo,
por lo tanto 2. La Vida requirió un diseñador Inteligente. (pp. 135-199). Ahora bien, este filósofo
trató de establecer una conexión con una de las Declaraciones más atrevidas de la Historia de la
Humanidad –que Dios resucitó a Jesús de Nazaret de entre los muertos—y esto como un hecho
histórico. ¿Cómo emprende tal empresa?, Geisler estructura una serie de argumentos como el gran
argumentum, 1. Es posible conocer la verdad, 2. Lo opuesto a lo verdadero es falso, 3. Es cierto
que el Dios teísta existe y brinda tres argumentos: el cosmológico, el teleológico y el Moral., 4. Si
Dios existe, entonces los milagros son posibles; aquí hay un tratamiento muy interesante sobre la
posibilidad de los milagros y hace una crítica filosófica a Hume (pp. 243-247), 5. Los milagros se
pueden usar para confirmar un mensaje divino, 6. El Nuevo Testamento es Históricamente
confiable, (aquí se abre el debate desde la filosofía de la Historia), 7. El Nuevo Testamento dice
que Jesús afirmó ser Dios y esto quedó confirmado por su Resurrección por lo tanto Jesús es Dios,

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si bien hay otros pasos más (son 12), para efectos del ensayo rescato los anteriores de manera
explicativa por parte de Geisler. (pp. 233-411). Fue el gran Tomas de Aquino quien hablara de
las cinco vías para la existencia de Dios, y Geisler, es uno de los doctos tomistas para relanzar sus
argumentos.

Hablar de “filosofía de la religión” o “teología natural” sin referenciar a William Lane


Craig, quien es graduado en Filosofía y Teología de las Universidades de Birmingham (D. Phil.) y
del Ludwig-Maximillians-Universität München (Theol. D.) es no estar al día con una de las
personas más conocidas mundialmente en las Universidades más prestigiosas del mundo a partir
de sus escritos, pero sobre todo por sus incontables debates con filósofos del más alto nivel. Su
tesis doctoral sobre el Argumento Kalam para la existencia de Dios y sus libros derivados del
tratamiento de su tópico, rescatan y relanzan los aportes de la filosofía y teología medieval tanto
islámica como cristiana para “refutar la doctrina de Aristóteles sobre la eternidad del universo”
(Craig, p.100).

al-Ghazali sostenía “todo lo que comienza a existir lo hace en un momento determinado.


Pero ya que, antes de la existencia de algo, todos los momentos son iguales, debe haber una causa
que determine que ese algo llega a existir en ese momento en lugar de antes o después. Por tanto,
todo lo que llega a existir debe tener una causa” (p.100). Craig retoma el argumento de Ghazali y
lo actualiza planteándolo de la siguiente manera 1. Todo lo que tiene un principio tiene una causa,
2. El Universo tuvo un principio, por lo tanto 3. El Universo tuvo una causa. La estructura es válida
y su conclusión necesaria que de ser verdaderas las premisas entonces la conclusión lo es. Para
Craig la experiencia cotidiana y la evidencia científica confirman la primer premisa, uno no ve
aparecer las cosas de la nada en la vida real, para la segunda premisa hay que aclarar el concepto
que se tenía del universo eterno, algo estático y eterno, sin embargo nos dice Craig, la segunda Ley
de Termodinámica nos demuestra que el universo se está quedando sin energía utilizable lo cual
confirma lo que varios filósofos y científicos habían postulado entre ellos, Einstein, Friedman y
Lemaitre quienes trabajaron con las ecuaciones de Einstein y predijeron que el universo se estaba
expandiendo.

En 1929 Edwing Hubble midió el desplazamiento al rojo de la luz de las galaxias distantes,
esta evidencia empírica no solo confirmó que el universo estaba expandiéndose, sino que había
surgido desde un punto singular en el pasado finito. Craig al igual que Ghazali, planteó

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filosóficamente lo poco probable de un pasado infinito,1. Un número realmente infinito de cosas
no puede existir. 2. Una serie de eventos sin comienzo en el tiempo implica un número realmente
infinito de cosas. 3. Por lo tanto, una serie de eventos sin comienzo en el tiempo no puede existir.

La reacción a un universo finito a partir del Big Bang hizo que otros propusieran modelos
alternativos al comienzo del universo tales como: a. estado estacionario—“a medida que las
galaxias retroceden, surge una nueva materia para reemplazarlas” de esta forma el universo se
renueva, b. Modelos cíclicos, “cada fase de expansión está precedida y tiene éxito por una fase de
contracción”, en otras palabras, el universo es como un acordeón que se expande y encoge sin fin.
Otros propusieron 3. El modelo de Fluctuación Cuántica o de vacío, que plantea fluctuaciones
dentro del vacío que se transforman en micro universos, 4. Modelo de Inflación Caótica—“El
universo más amplio produce dominios separados que continúan alejándose”. Otros modelos
adicionas han sido planteados como 5. Gravedad Cuántica, Teoría de las cuerdas, etc., sin embargo,
Craig sostiene que “La historia de la cosmogonía del siglo XX ha sido, en cierto sentido, una serie
de intentos fallidos de elaborar modelos aceptables no estándar del universo” (pp. 115-156).

Desde la argumentación científica, Craig refuta cada uno de los modelos alternativos
presentándolos como no viables en relación con el modelo estándar. “el teorema Borde-Guth-
Vilenkin cerró la puerta a esa posibilidad” (p.157). Si la primera premisa es verdadera y la segunda
también, entonces la conclusión es verdadera o plausible. Este filósofo procede entonces a buscar
la inferencia de la mejor explicación en relación con la causa y en esto toma partido con Swinburne.
Tal causa por inferencia no puede ser parte de lo creado, ni del tiempo ni del espacio, con un poder
e inteligencia extraordinarios y con facultad volitiva para traer a la realidad todo cuanto existe (pp.
159-164).

Craig ha sido identificado con el tema de su disertación doctoral, el argumento Kalam, sin
embargo, ha trabajado otros argumentos como el teleológico y el moral. Por asunto de espacio en
el presente ensayo se plantean las estructuras del primero, pero sólo se desarrolla el último (moral).
1. El ajuste fino del universo se debe o a la necesidad física, al azar o al diseño, 2. No se debe a la
necesidad física o al azar 3. Por lo tanto, es debido al diseño. Para el argumento Moral, Dr. Craig
plantea el siguiente silogismo: 1. Si Dios son existe, los valores y deberes morales objetivos no
existen. 2. Los valores y deberes morales objetivos existen, 3. Por lo tanto, Dios existe., “cada uno
de nosotros guía su vida (…) por un cierto conjunto de valores. Pero ¿son los valores que

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apreciamos y guían nuestras vidas producto de meras convenciones sociales (…) meras expresiones
de preferencia personal? ¿O son válidos independientemente de nuestra aprehensión de ellos, de
ser así, cual es su fundamento? (pp. 180-181).

Permítanme decir algo también para aclarar la distinción entre algo que es objetivo y algo
subjetivo. Decir que algo es objetivo es decir que es independiente de lo que la gente piensa
o percibe. Por el contrario, decir que algo es subjetivo es solo decir que no es objetivo; es
decir, depende de lo que las personas humanas piensen o perciban (…) decir que hay valores
morales objetivos es decir que algo es bueno o malo, independientemente de si algún ser
humano crea que lo son. Por ejemplo, decir que el Holocausto fue objetivamente incorrecto
es decir que estuvo mal, aunque los nazis que lo llevaron a cabo pensaron que era correcto
(…) si el teísmo es falso, ¿Por qué pensar que los seres humanos tienen un valor moral
objetivo?, después de todo, desde el punto de vista naturalista, no hay nada especial en los
seres humanos. Son simplemente subproductos accidentales de la naturaleza que han
evolucionado (…) la evaluación de Richard Dawkins sobre el valor humano puede ser
deprimente, pero por qué, sobre el ateísmo, se equivoca cuando dice: “En el fondo no hay
diseño, no hay propósito, no hay mal, no hay bien, solo hay indiferencia sin sentido…somos
máquinas propagadoras del ADN… (p. 182)

Craig expone el planteamiento naturalista contra los proponentes humanistas que no


quieran aceptar las consecuencias del naturalismo filosófico y cita al padre del Humanismo
Secularista, Paul Kurtz y al filósofo de la ciencia Michael Ruse que, si bien suenan escandalosos,
de ser consistentes con una ética como tal, no hay escapatoria. El homo sapiens simplemente actúa
bajo las presiones sociobiológicas. Sin embargo, la evidencia antropológica demuestra moralidad
en el Homo Sapiens y hay deberes aludidos universalmente para hacer el bien o evitar el mal, lo
cual, acorde con Craig nos conduce a la conclusión de su “tollens” que Dios existe. William Lane
Craig es un referente como filósofo a tal forma que si bien filósofos ateos discrepan de él no
escatiman palabras para considerarlo “uno de los apologistas cristianos que parece haber puesto el
temor de Dios en muchos de mis compañeros ateos” (www.reasonablefaith.org).

Finalmente, pero no menos importante, son los argumentos presentados por uno de los
referentes mundiales del campo filosófico, profesor por 50 años en la Universidad de Oxford,
militante ateo hasta el 2004, falleciendo en el 2010, se trata del profesor Antony Flew (D. Phil).
Varias fueron sus obras que los describían como una mente privilegiada: Dios y la Filosofía
(1966), Ética Evolutiva (1967), Una introducción a la filosofía occidental (1971), La presunción
del ateísmo (1976), Un animal racional (1978) Evolución de Darwin (1984), Humanismo ateo

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(1993), Ensayos filosóficos de Antony Flew (1997) y su último libro desde una perspectiva Deísta,
Hay un Dios, que fue traducida y publicada por Editorial Trotta.

En su libro, explica el por qué cambió de parecer, su descubrimiento de lo Divino y sus


debates con Craig, Plantinga, Gary Habermas, Richard Swinburne y Brian Leftow (p. 36). Su típica
forma de escribir por medio de respuestas a preguntas revelaba los diferentes argumentos que
consideraba válidos y verdaderos ¿Quién escribió las leyes de la naturaleza? (Ajuste Fino), ¿Sabía
el Universo que nosotros veníamos? (Principio Antrópico), ¿Cómo llegó a existir la vida? (Diseño
Inteligente), ¿Salió algo de la nada? (Cosmológico) (pp. 85-117) todas estas preguntas y respuestas
argumentadas podrían resumirse en una parábola que escribió de manera ilustrativa:

Imaginémonos que un teléfono móvil es depositado por las olas en la playa de una isla
remota habitada por una tribu que nunca ha tenido contacto con la civilización moderna.
Los nativos juegan con los números del teclado, y escuchan diversas voces cuando marcan
ciertas secuencias. Suponen que es el aparato el que produce esos ruidos (…) peor el sabio
de la tribu convoca a los científicos a una discusión. Ha reflexionado profunda y
prolongadamente sobre el asunto, y ha alcanzado la siguiente conclusión: las voces que
salen del instrumento deben proceder de gente como ellos mismos, gente que está viva y
consciente (…) quizá esta investigación podría conducir a una mejor comprensión del
mundo más allá de su isla (…) pero los científicos se limitan a reírse del sabio y dicen:
mira, cuando dañamos el instrumento, las voces dejan de salir. Así que, obviamente, no
son más que sonidos producidos por una rara combinación de litio, códigos de circuidos
impresos y diodos parpadeantes. (p. 85)
De esta forma el profesor Flew sostiene lo fácil de dejarse ir por teorías preconcebidas que
conforman el modo de percibir los datos en lugar de dejar a los datos conformar nuestras teorías:

Pero imaginémonos un final diferente. Los científicos aceptan, como hipótesis de trabajo,
la sugerencia del sabio según la cual el teléfono es un vehículo de contacto con otros seres
humanos. Después de más estudios, confirman la conclusión de que el teléfono está
conectado a una red que transmite las voces de personas reales. Ahora ya aceptan la teoría
de que existen seres inteligentes ahí afuera (…) Todo cambia entonces. Saben que no están
solos. Y en cierto momento entran en contacto con el otro lado (…) la analogía es fácilmente
aplicable. El descubrimiento de fenómenos como las leyes de la naturaleza—la red
telefónica de la parábola—ha conducido a científicos, filósofos y otros a aceptar la
existencia de una Mente infinitamente inteligente. Algunos aseguran haber establecido
contacto con esta Mente. Yo no lo he hecho: no todavía. Pero ¿Quién sabe lo que podría
ocurrir en el futuro? Quizá algún día pueda oír una Voz que dice: ¿Me oyes ahora? (p. 133).

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Implicaciones

De todo lo anterior, se puede decir que varios de los argumentos sostenidos por los filósofos
clásicos, los medievales y modernos han sido retomados por una comunidad de filósofos teístas e
incluso agnósticos (Berlinski) que nos pueden dar un panorama de los aportes del occidente
anglosajón.

Los diferentes filósofos han brindado aportes al campo de la Filosofía de la Religión con
implicaciones en el campo: ontológico, epistémico, axiológico y la filosofía de la ciencia inclusive.
El tratamiento de la existencia de Dios y el problema que éste conlleva está muy lejos de ser
considerado desactualizado o irrelevante.

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Bibliografía

Alston, W. P. (1991). Perceiving God: The Epistemology of Religious Experience. Ithaca:


Cornell University Press.
Craig, J. P. (2018). Fundamentos Filosóficos para una Cosmovisión Cristiana. Salem: Kerigma.
Craig, W. L. (2018). Fe Razonable. Salem: Publicaciones Kerigma.
Craig, W. L. (2021, Junio 1). www.reasonablefaith.org. Retrieved from
https://www.reasonablefaith.org/media/debates/is-the-foundation-of-morality-natural-or-
supernatural-the-craig-harris-deba/
Flew, A. (2013). Dios Existe. Madrid: Trotta.
McGrath, A. (2015). La Ciencia desde la Fe, Los conocimientos científicos no cuestionan la
existencia de Dios. Barcelona: Espasa.
Mora, J. F. (s.f.). Diccionario de Filosofía. Buenos Aires: Editorial Sudamericana.
Plantinga, A. (2000). Warranted Christian Believe. Grand Rapids: Christian Classics Ethereal
Library.
Smith, Q. (2001). The Metaphilosophi of Naturalism. Philo, 3-4.
Swinburne, R. (2011). La Existencia de Dios. Salamanca: Editorial San Esteban.
Turek, N. L. (2019). No Basta Mi Fe Para Ser Ateo. Graham: Faro de Gracia.

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