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UNIVERSIDAD NACIONAL PEDRO RUIZ

GALLO
FACULTAD DE CIENCIAS BIOLÓGICAS

BIOSORCIÓN EN EL TRATAMIENTO DE AGUAS


CONTAMINADAS

ASIGNATURA:
Biotecnología Microbiana

DOCENTE:
César Wilber Guzmán Moreno

CICLO:
2021-II

AUTORES: GRUPO 1
Aldana Custodio Jesús Rodolfo
Collantes Rivera Vivian Débora
Medina Ñopo Jessica Aurora
Pérez Mejía Ronaldo Anders
Urcia Sipion José Ernesto
Yamunaque Castro Eduardo Antonio

LAMBAYEQUE-PERÚ
BIOSORCIÓN EN EL TRATAMIENTO DE AGUAS CONTAMINADAS
I. INTRODUCCIÓN
Una de las problemáticas sociales de mayor relevancia que aqueja
actualmente a la sociedad, es el crecimiento industrial, debido a la gran cantidad
de desechos y compuestos tóxicos generados, los cuales perjudican
significativamente al ambiente (ecosistemas); siendo el recurso hídrico, uno de los
más afectados, y presentando un incremento de contaminación en los últimos
años. Lo que nos lleva a contemplar la necesidad de buscar tecnologías de bajo
costo (en contraste con las convencionales) para la remoción de contaminantes en
soluciones acuosas; siendo una de ellas la biosorción, que presenta como ventajas
su bajo costo, alta eficiencia, minimización de productos químicos, recuperación
de metales y su aplicación en contaminantes pequeños (Mar y Dos Santos, 2011).
La aplicación de la biosorción es importante, pues permite dar un uso
alternativo a materiales considerados “desechos”, como es el caso de las cáscaras
de tamarindo, plátano, limón, naranja, hoja de maíz, maní, quitosano, desechos de
tallo de uva; disminuyendo así su presencia e impacto en el ambiente. También,
permite el uso de recursos renovables como son las bacterias, hongos y algas, las
cuales se encuentran en gran cantidad en la naturaleza y presentan una variedad
de mecanismos de acumulación de metales. Sin embargo, el uso de organismos
vivos como materiales biosorbentes puede verse afectado por las altas
concentraciones de contaminantes, interrumpiendo así el proceso de adsorción
cuando estos lleguen a la fase de muerte (Tejada et al., 2015).
Por ello, se prefiere el uso de la biomasa muerta para el tratamiento de
aguas contaminadas, ya que evita el rápido deterioro del material biosorbente, no
requiere nutrientes adicionales y sus propiedades físicas y químicas pueden ser
modificadas para aumentar la eficiencia del proceso (Cañizares, 2000). Debido a
que el proceso de biosorción permite la remoción de contaminantes en solución
acuosa, se considera como una alternativa a emplear en procesos de
descontaminación, a fin de evitar problemas futuros, y permitiendo mantener un
equilibrio en el ecosistema; además de utilizar fuentes renovables y dar un valor
agregado a productos considerados desechos.

II. DESARROLLO
1. Biosorción
Mejía (2006), define como biosorción a la captación de iones (aniones y
cationes) metálicos mediante el uso de biomasa (viva, como las algas o muerta);
esto ocurre a través de mecanismos fisicoquímicos, con la posterior eliminación
de la remoción de la sustancia contaminante en la solución (siendo un ejemplo, la
eliminación de metales pesados en aguas residuales). Así mismo, Cuizano et al.
(2009) describe a la biosorción como un sistema en el cual un sorbato (átomo,
molécula o ion molecular) interactúa con un biosorbente (superficie sólida de una
matriz biológica) produciendo una acumulación en la interfase sorbato-
biosorbente, y generando una reducción en la concentración del sorbato en la
solución tratada.

2. Ciclo de adsorción-desorción
El estudio de los procesos de adsorción-desorción de metales pesados es
crucial en la propuesta de estrategias efectivas de mitigación, reducción o
eliminación de estos tóxicos en los sistemas naturales. El ciclo o proceso de
adsorción global inicia cuando el fluido pasa alrededor de las partículas de un
lecho fijo, difundiéndose primero el soluto desde el volumen del fluido hasta la
superficie de las partículas. Posteriormente el soluto se difunde del interior del
poro hasta su superficie, finalmente se absorbe sobre la superficie. Es preferible
buscar sólidos altamente porosos con áreas internas grandes, ya que la
acumulación por unidad de área suele ser pequeña.
La desorción es un proceso de tratamiento de residuos y suelos
contaminados que, mediante un proceso térmico, reduce la presencia de
determinados contaminantes, los más volátiles, con la finalidad de que pierdan su
condición de residuo peligroso. En un equipo de desorción, el agua contaminada
se vierte sobre el material de llenado mediante una boquilla central o un embudo
de distribución en la parte superior de la columna. La carga de material de llenado
sirve aquí para ampliar la masa de intercambio de material. El aire se insufla con
un procedimiento a contracorriente, al hacerlo, los hidrocarburos disueltos pasan
al aire. El aire contaminado se limpia en un filtro de carbono activo posterior
(adsorción de las sustancias tóxicas mediante el carbono activo). El agua tratada
se recopila al pie de la columna y se alista para su uso posterior (Mauro, 2014).
La biosorción es una técnica usada para el refinamiento de aguas de
desecho contaminadas con metales pesados, para el ciclo de biosorción se trata
previamente a la biomasa por lavado con ácidos o bases, posteriormente ocurre el
secado, la molida, el corte, la pulverización y la granulación de la biomasa seca
para obtener partículas estables (pueden empaquetarse en columnas), el proceso
continúa con la carga del material sorbente, por el cual pasará el efluente y aquí el
material es captado por el biosorbente, finalmente el ciclo termina al lavar con
agua el material regenerado y eliminación de los restos de solución y sólidos
suspendidos (Sala et al., 2010).

En el proceso de adsorción, existen sustancias importantes con


capacidades de adsorción, una de ellas es el carragenano, producida por el alga
roja Gymnogongrus torulosus, este componente tiene carácter hidrófilo gracias a
los grupos sulfatados de las moléculas de galactosa. Los polisacáridos como el
carragenano, son componentes importantes en la pared celular por ser sustancias
poliméricas intracelulares o extracelulares con grupos funcionales ionizables, los
cuales son sitios de unión para los metales pesados libres, principalmente tiene
afinidad con cationes divalentes o trivalentes. El pH influencia de forma
significativa la adsorción, ya que al ser similar al pH fisiológico la biosorción se
ve favorecida en ph ácidos, debido que los protones y metales estarán en
competencia por los sitios de unión en la pared del alga (Mar y Dos santos, 2011).
Estructura molecular de un poligalactano sulfatado

3. Metales pesados de interés en la biosorción


Se consideran como metales pesados a aquellos que poseen peso atómico
comprendido entre el Cu y el Hg, con un peso específico >4 gr/cm3, su
concentración es lo que los hace tóxicos. En las aguas se encuentran en forma de
coloides orgánicos e inorgánicos, partículas minerales y fases disueltas. Se pueden
clasificar los metales, según el interés y su impacto ambiental, en cuatro
categorías: pesados tóxicos, estratégicos, preciosos y radionúclidos. En medio
acuoso el Fe, Mn, Co y Cr tienen a formar oxohidrocationes que llevan a la
formación de partículas suspendidas y el Zn, Ni, Cu, Cd, Ag Pb y Hg tienden a
formar complejos más estables o compuestos organometálicos, haciendo más fácil
su transporte en ambientes acuáticos (Mar y Dos Santos, 2011; Vizcaíno y
Fuentes, 2014).
Por ejemplo, el Zn es tóxico a niveles de 100-500 mg/día, el Cu no es
tóxico, pero su uso intenso en el medio ambiente es preocupante, el Cr hexavalente
es extremadamente tóxico, se presenta en forma aniónica, y sus propiedades son
diferentes a las de los cationes metálicos más comunes, sin embargo, este se
reduce con facilidad a Cr(III) siendo accesible a eliminarse por procesos de
biosorción (Sala et al., 2010).
Los metales pesados pueden permanecer en el ambiente durante cientos de
años, y ahí radica su peligrosidad, además, su concentración en los seres vivos
aumenta a medida que son ingeridos de forma indirecta por encontrarse en plantas
o animales contaminados y pueden provocar síntomas de intoxicación. Los
metales disueltos en el medio acuoso son fácilmente absorbidos por la biota
acuática, en las algas marinas se puede encontrar al Aluminio (Al), Cobre (Cu),
Mercurio (Hg), Manganeso (Mn), Níquel (Ni), Plomo (Pb) y Zinc (Zn), así como
se ha encontrado Cadmio (Cd), Mercurio (Hg) y Manganeso (Mn) en el esqueleto
de los peces. Los metales pesados están dentro de los contaminantes más
preocupantes porque provocan daños en los organismos más sensibles, como la
inhibición de la fotosíntesis en el fitoplancton, la inhibición del crecimiento y
desarrollo del zooplancton y de los primeros estadíos de desarrollo de otras formas
de vida. La capacidad de absorción de metales por las plantas varía con la acidez,
el contenido orgánico y otras características del suelo. Los metales pesados más
tóxicos son Cd, Cu, Cr, Hg, Ni, Pb y Zn. La importancia de este tipo de metales
tóxicos radica en la tendencia a ser acumulados y concentrados por las distintas
especies, siendo más peligrosos a medida que se asciende en la cadena evolutiva
hacia el hombre, ya que pueden generar la muerte de organismos superiores,
además de comprometer seriamente la calidad del agua destinada para consumo
humano (Cabrera, 2018).

Figura 2. Isotermas de adsorción Zn(II): (▲); Cu(II): (🔸); Cd(II): (🟣) y Pb(II): (◼), a pH
5.5 y temperatura ambiente por G. torulosus. Los ajustes se realizaron a partir del modelo de
Langmuir.

4. Biosorbentes
Son materiales naturales disponibles en grandes cantidades, o productos
residuales de operaciones industriales o agrícolas, que pueden ser utilizados con
el fin de la captura de contaminantes. Entre los biosorbentes más comunes se
encuentra todo tipo de biomasa microbiológica, vegetal y animal, y productos
derivados, los cuales han sido objeto de investigación en todas sus características,
ya sea físicas, químicas, de oxidación o reducción para la eliminación de distintas
sustancias orgánicas e inorgánicas. Estos materiales proporcionan nuevas
oportunidades para el control de la polución, recuperación de elementos preciosos
y su reciclaje, considerándose de bajo costo si requieren de poco procesamiento.
La peculiaridad que presentan los biosorbentes, es su composición, no
varían entre diferentes especies del mismo género u orden en la estructura de la
pared celular y su composición es similar en todas las bacterias. Lo mismo pasa
con los hongos, que son parecidos en la composición de su pared celular, excepto
por algunas variaciones como la cantidad de quitina, glucanos, entre otros. Las
células vegetales y algas marinas también muestran una uniformidad considerable
(Gutiérrez et al., 2013).
Las paredes celulares de los materiales bioadsorbentes contienen
polisacáridos, proteínas y lípidos, y, por tanto, numerosos grupos funcionales
capaces de enlazar metales pesados en la superficie de estos. Entre los grupos
funcionales presentes se pueden mencionar los grupos amino, carboxílico,
hidroxílico, fosfato y tiol que difieren en su afinidad y especificidad respecto a la
susceptibilidad para unirse a los diferentes iones metálicos. Así también los
mecanismos de retención de los adsorbatos y la capacidad de eliminación están
determinados y condicionados por la composición y reactividad química de la
superficie del bioadsorbente. La presencia de grupos funcionales con oxígeno
favorece la biosorción de metales pesados (Collantes, 2019).
Los componentes relevantes en este tipo de materiales son los
carbohidratos, siendo la lignina y la holocelulosa los que tienen mayor
participación presentando dos cadenas largas de hidrocarbonos (polímeros
naturales) de gran importancia que le atribuyen la característica de adsorción.
Estos son la celulosa y hemicelulosa, de las cuales derivan los materiales
lignocelulósicos que ofrecen intensas fuerzas de atracción con los iones metálicos
debido a su alto contenido en grupos hidroxilo. También se encuentran otros
grupos funcionales como las aminas, amidas, carboxilos, ésteres con alcoholes,
carbonilos y grupos que contienen azufre, los cuales se unen a los iones metálicos
mediante sustitución por iones de hidrógeno (intercambio iónico), absorción o por
donación de pares de electrones. Siendo entonces materiales con alto potencial en
la eliminación de metales de aguas contaminadas mediante absorción, por su
cantidad de los grupos funcionales (Ronda, 2016).
Los residuos de origen microbiano son los que presentan mayor capacidad
de absorción, sin embargo, también tienen una mayor complejidad de operación y
condiciones más estrictas para su correcto funcionamiento. En cuanto a los
residuos lignocelulósicos los que mayor capacidad de biosorción presentan son la
mazorca de maíz, los tallos, la poda del olivo y la cáscara de almendra.

5. Microorganismos utilizadas para la biosorción


a) Bacterias
Son biosorbentes naturales, tienen la capacidad de remover contaminantes
metálicos y presentan un carácter renovable. Entre sus ventajas se destaca el
proceso de biosorción mediante el empleo de células microbianas inactivadas
o muertas. Por calor seco la inactivación celular proporciona estabilidad
operacional al microorganismo, elimina impurezas y expone sitios de unión a
metales en la superficie de las células.
Además, condiciona el proceso de biosorción como mecanismo de captura de
los metales, lo que da la posibilidad de regenerar y reutilizar la biomasa y
recuperar el metal, sin requerir la adición de nutrientes. Una estrategia para
modificar células inactivadas consiste en aplicar tratamientos químicos a las
biomasas, los cuales ejercen efectos diferentes sobre la captura de los iones y
son, en muchos casos, dependientes de la especie metálica y del
microorganismo (Pérez et al., 2021).

b) Hongos
La biomasa de hongos filamentosos del orden Mucorales constituye un buen
material biosorbente de metales pesados, y los sitios de unión se encuentran
asociados a la estructura de la pared celular. Tanto R. arrhizus como R.
niqricans contienen quitosano y quitina en sus paredes celulares, que juegan
un rol en la captación de iones uranilo a partir de la solución. También eliminan
un gran número de iones metálicos de efluentes acuosos, como titanio,
zirconio, hafnio, mercurio, cobre y uranio; pero no son los compuestos
coordinantes mayoritarios en la captación de metales por biosorción (Sala et
al., 2010).
c) Algas
La superioridad que presenta frente a los demás adsorbentes se debe a la gran
versatilidad para su eficaz adecuación a las condiciones adversas que presentan
soluciones con trazas de fenoles y derivados (por su reactividad). Crecen de
forma natural y presentan una gran diversidad que permite aumentar su
selectividad y eficiencia; se han descubierto diferentes capacidades de
adsorción y selectividad por algas rojas, verdes y pardas frente a diversos
contaminantes.
La composición química y presencia de diferentes centros de adsorción
(fucanoides, alginatos, proteínas fosfatadas, etc.) permiten una mayor
adsorción de ciertos contaminantes debido a su tamaño, presencia de iones
quelantes, tamices moleculares e intercambio iónico con especies presentes en
el alga. Así también presentan un contenido inorgánico rico en calcio,
magnesio, sodio y potasio, los cuales son identificados en procesos celulares.
Por lo tanto, los biosorbentes hechos a partir de algas pueden ser fácilmente
aceptados por el público cuando se apliquen biotecnológicamente (Cuizano et
al., 2009).

6. Mecanismos de Biosorción
El proceso de bioadsorción involucra una fase sólida (biosorbente) y una
fase líquida (solvente, que normalmente es el agua) que contiene especies
disueltas que van a ser biosorbidas (sorbatos, es decir, iones metálicos). Debido a
la gran afinidad del sorbente por las especies del sorbato, esté último es atraído
hacia el sólido y enlazado por diferentes mecanismos. Este proceso continúa hasta
que se establece un equilibrio entre el sorbato disuelto y el sorbato enlazado al
sólido. La afinidad del biosorbente por el sorbato determina su distribución entre
las fases sólida y líquida (Cabrera, 2018).
Existe una serie de mecanismos que explican la retención o secuestro del
metal en diferentes partes del biosorbente.
Tabla 01. Mecanismos implicados en la biosorción de metales pesados

MECANISMOS DEFINICIÓN

El metal se une a los centros activos de la pared celular mediante


Complejación enlaces químicos formando determinados complejos.

La unión entre la superficie del sorbente y el metal se produce por


Adsorción física fuerzas de atracción electrostática o de Van der Waals. En este caso la
biosorción es rápida y reversible.

Propio de los iones metálicos divalentes que se intercambian con iones


Intercambio iónico propios de los polisacáridos ya que gran parte de los sorbentes
contienen sales de Na+ , K+ , Ca+2 y Mg+2 en sus estructuras.

Quimiosorción La unión entre el sorbente y el metal se produce por enlaces


químicos mediante el intercambio de electrones

Se asocia a un mecanismo de defensa de algunos microorganismos,


Precipitación los cuales pueden producir sustancias que precipitan los elementos
tóxicos acumulados en su interior o en el medio que los rodea.
Fuente: Muñoz, 2007.

7. Biosorción de metales pesados por biomasa inerte y por células vivas


La adsorción por biomasa inerte inmovilizada, es decir biomasa muerta, es
independiente del crecimiento, y no está sujeta a las limitaciones de toxicidad. No
necesita de nutrientes en la solución de alimentación, de disposición de nutrientes,
ni productos metabólicos, y entre sus ventajas, se considera que son muy rápidos
y eficientes en la remoción de metales; la biomasa se comporta como un
intercambiador de iones, además que los metales pueden ser liberados fácilmente
y recuperados. Por otro lado, entre sus desventajas tenemos: su rápida saturación,
cuando los sitios de interacción con el metal están ocupados, es necesario remover
el metal antes de utilizarse nuevamente, sin importar su valor; el estado de
valencia del metal no puede ser alterado biológicamente, por ejemplo para dar
formas menos solubles. El mejoramiento de estos procesos biológicos es limitado
ya que las células no efectúan un metabolismo.
Así mismo, también puede darse la adsorción por células vivas
inmovilizadas, en este caso aunque cada célula llegue a saturarse, el sistema se
auto restablece debido al crecimiento. La actividad metabólica puede ser la única
forma económica de lograr cambios en estado de valencia o degradar compuestos
organometálicos; se pueden utilizar sistemas multienzimáticos. También es
posible mejorar las cepas por medio del aislamiento de mutantes o la manipulación
genética, debido a que esta es una propiedad microbiana más que un producto bajo
explotación. Entre sus desventajas tenemos la toxicidad, debido a esto, sólo se
pueden tratar los metales a bajas concentraciones, sin embargo se han utilizado
cepas resistentes a los metales. Otra desventaja es la disposición de los productos
metabólicos y los nutrientes del crecimiento no consumidos, estos productos
metabólicos pueden formar complejos con los metales, impidiendo la
precipitación, y la recuperación de los metales por desorción es limitada, debido
a que pueden formar uniones intracelulares (Cañizares, 2000).

8. Modelos de cultivo y sistemas empleados para la biosorción


Se han empleado diversos modelos de cultivo para el estudio del proceso
de biosorción, entre ellos está el cultivo en lote o Batch y el cultivo continuo.
- Cultivo en lote o Batch: Permite evaluar la velocidad de crecimiento de las
bacterias ante distintas concentraciones del metal pesado, así como la
influencia de distintas variables en el proceso, para evaluar el pretratamiento
de la biomasa. Según Vizcaíno y Fuentes (2014), se recomienda pretratar las
biomasas para eliminar los excesos de iones disueltos que se encuentran en
gran cantidad en aguas residuales contaminadas con metales, así se lograrán
mejores resultados en la remoción de estos.
- Cultivo continuo: Mantiene a la bacteria en una fase exponencial constante
por encontrarse en su máximo periodo de desarrollo, este sistema se puede
usar también para evaluar la capacidad de biosorción de metales pesados por
parte de la bacteria o biomasa estudiada. A su vez, en el cultivo continuo se
utiliza un biorreactor aerobio con flujo ascendente, que es de lecho fijo,
porque se ubica un biosorbente (como la zeolita clinoptilolita) o medio de
soporte para la biomasa en una columna de vidrio, las partículas del
biosorbente permiten el paso del fluido sin separarse, logrando que la altura
y porosidad del lecho sean constantes. La saturación de la columna depende
de parámetros como el tiempo, espacio y tamaño de la columna. Este último
sistema, se considera como el más efectivo para la remoción de metales
pesados y es factible para realizar el escalamiento del proceso a nivel
industrial, por lo tanto, es el más utilizado.
El modelo de biorreactor de lecho fijo, no funciona bajo condiciones de
equilibrio, a diferencia del cultivo Batch, ya que continuamente ingresa a la
columna una disolución, donde ocurre un proceso de transferencia de masa entre
la fase móvil que contiene al adsorbible (sustancia a remover, en este caso metales
pesados), y la fase sólida que contiene al adsorbente.
Las columnas de lecho fijo contienen a un biosorbente granulado inmóvil,
el líquido puede atravesar la columna en modo ascendente o descendente, pero el
tamaño de los gránulos debe ser el adecuado para evitar que se produzca
demasiada presión a lo largo de la columna (si la partícula es muy grande, limita
los procesos de difusión y disminuye la superficie útil del biosorbente). Por lo
tanto, las partículas granulosas deben ser pequeñas para que exista una caída de
presión adecuada a través de la columna, y el lecho de sorción debe ser poroso,
para permitir que el líquido fluya con una resistencia mínima pero permitiendo la
máxima transferencia de masa a las partículas (Collantes, 2019).

9. Proceso de biosorción
Si bien la biosorción se considera una técnica eficiente y de fácil
aplicación, se deben mejorar las condiciones del adsorbente, para así mejorar su
eficiencia de acuerdo a las necesidades propias del medio en el que se aplicará,
por ello se estudian las distintas etapas del proceso, tales como:
1) Acondicionamiento
Se toman en cuenta aspectos como la química de los metales cuando
están en solución, la caracterización fisicoquímica del adsorbente, el pH
óptimo de biosorción y la temperatura adecuada. Si es necesario, se realiza
un acondicionamiento físico o químico del material que será utilizado como
biosorbente para eliminar ciertas impurezas o sustancias en exceso, pero
también para añadir un mayor número de sitios de unión o nuevos grupos
funcionales. Para la caracterización físicoquímica de los adsorbentes, se
utilizan técnicas como el análisis termogravimétrico (ATG), que sirve para
evaluar los cambios de peso del material frente a la temperatura y tiempo,
en una atmósfera controlada, determinando así su composición y
estabilidad, también se puede utilizar el espectro infrarrojo (FTIR), que
grafica los picos de absorción para mostrar los distintos enlaces entre
átomos que componen al adsorbente, es decir, indica directamente la
cantidad de material presente; la microscopía electrónica de barrido (MEB),
que investiga la morfología superficial del biosorbente antes y después de
la biosorción, lo que nos permite conocer además el tamaño, superficie, etc.
Por último, el potencial zeta, que permite conocer la carga de la
superficie del biosorbente (es decir, la fuerza de atracción o repulsión del
material en base a sus características iónicas y de polaridad), generalmente
los biosorbentes son de carga positiva para que logren la adhesión de iones
metálicos a su superficie, pero no sucede siempre. El pH influye en el
potencial Z, porque un pH ácido incrementa la negatividad de la carga y
promueve la formación de enlaces con compuestos de carga positiva.
2) Adsorción
Es la primera parte de la biosorción y en ella se evalúa si las
condiciones del acondicionamiento previo son eficaces para remover los
metales, mediante el estudio de las concentraciones de metal en solución y
las concentraciones de adsorbente. Así se determina la capacidad máxima
de adsorción y el tiempo óptimo para el proceso. La capacidad de adsorción
es atribuida por la pared celular del adsorbente, específicamente, a ciertos
grupos funcionales dispuestos en ella.
3) Desorción
Consiste en la liberación de los metales adsorbidos a la superficie,
resuspendiéndolos en fase líquida. Su objetivo es mantener el bajo costo del
proceso, una mayor recuperación del biosorbente utilizado y su
regeneración. Esta etapa se caracteriza por el uso de soluciones de elución
o desorbentes que pueden ser ácidos o alcalinos, para lograr la recuperación
del adsorbente sin destruir su estructura, y que pueda mantener sus
capacidades iniciales. Algunos desorbentes son muy agresivos y dañan la
estructura del adsorbente, pero cumplen con el objetivo de extraer los iones
metálicos retenidos por la biomasa. Algunos compuestos utilizados como
desorbentes, son: HCl, H2SO4, CH2-COOH y HNO3. Si se desea lograr una
recuperación del metal en su totalidad, se deben estudiar las condiciones
óptimas para lograrlo como pH, concentración, etc.
4) Modelamiento
Permite estudiar la cinética de la biosorción, es decir, la velocidad a
la que se produce la adsorción, mediante modelos matemáticos, conocidos
como las isotermas de adsorción. Es importante determinar el tipo de
isoterma para conocer mejor el proceso de adsorción que ocurre. Su estudio
puede resultar complicado debido a que involucra reacciones químicas entre
grupos funcionales (formación de complejos), y también porque en un
sistema sólido-líquido, el solvente puede competir con el soluto para unirse
a los sitios activos del adsorbente. Las isotermas de adsorción en fase sólida-
líquida se clasifican en 4 tipos (L, S, C, H) en base al comportamiento inicial
de la isoterma, cada tipo, a su vez, está clasificado en 5 subgrupos, en
función de las modificaciones de la isoterma frente a altas concentraciones
de adsorbato.
- Tipo L: indican la existencia de múltiples interacciones entre soluto y
solvente, fuerte atracción molecular entre moléculas de soluto, y poca
competencia entre el soluto y solvente por los sitios de sorción.
- Tipo S: el tramo inicial de la curva indica que un aumento en la
concentración de soluto favorece su adsorción. Estas isotermas indican
que existe una interacción específica entre soluto y sorbente, atracción
intramolecular moderada y competencia entre soluto, solvente y las
moléculas adsorbidas por sitios específicos de sorción. La curva es de
tipo sigmoidea.
- Tipo C (constant partition): Se caracterizan por un reparto constante del
soluto entre la solución y el sorbente, hasta que todos los sitios de
sorción están ocupados
- Tipo H (hihg affinity): Son poco comunes y se consideran casos
especiales de isotermas tipo L. Sucede cuando hay una elevada afinidad
entre soluto y sorbente, ya que, debido a bajas concentraciones de
soluto, todo o casi todo, queda retenido en el sorbente (Cabrera, 2018).
De las antes mencionadas, las más utilizadas para graficar el proceso
de biosorción, son las isotermas de Langmuir y Freundlich.
- Isoterma de Langmuir: Es de tipo L, también llamada Isoterma
normal. Considera la adsorción como un fenómeno químico. Es el
modelo más importante de adsorción en monocapa. Establece que
existe cierta cantidad de sitios de adsorción y que en cada sitio solo
puede haber una molécula de adsorbato, que los sitios de unión son
homogéneos, y que no hay interacción entre las moléculas adsorbidas
Su gráfica es hiperbólica y representa una alta afinidad entre
soluto y adsorbente en la fase inicial de la curva, luego al soluto le es
más difícil unirse, ya que los sitios específicos de sorción se van
ocupando poco a poco. a ecuación que la representa es la siguiente:

𝑞𝑚𝑎𝑥 . 𝑏. 𝐶𝑒𝑞
𝑞 =
1 + 𝑏. 𝐶𝑒𝑞
Donde: q = capacidad de adsorción (mg/g); qmax = capacidad máxima
de adsorción (mg/g o mmol/g); b = constante de Langmuir (afinidad
entre adsorbato y adsorbente); Ceq = concentración de equilibrio del
metal (mg/L).

- Isoterma de Freundlich: Propone también un sistema de adsorción en


monocapa, pero una distribución heterogénea de la energía de los sitios
activos. Permite interacciones entre las moléculas del metal adsorbido,
también establece que hay un número infinito de sitios de reacción
desocupados, pero no muestra una máxima capacidad de adsorción, por
lo que se utiliza en concentraciones bajas o medias. La ecuación que la
representa, es la siguiente:
1
𝐿𝑜𝑔 𝑞 = 𝐿𝑜𝑔 𝐶𝑒 + 𝐿𝑜𝑔 𝐾
𝑛
Donde: n = constante relacionada con intensidad de sorción del
biosorbente en función de su grado de heterogeneidad; k = constante de
Freundlich relacionada a la capa de sorción del biosorbente
Así mismo, el equilibrio del proceso de adsorción es analizado
usando modelos empíricos, pero el procedimiento es complejo debido
a que todos los sitios de adsorción no son idénticos, la fuerza motriz de
la adsorción se reduce conforme los sitios de adsorción van siendo
ocupados e interfiere a su vez en la misma, además se presentan
resistencias por restricciones de espacio, también se debe considerar la
afinidad del adsorbato, del adsorbente, y la transferencia de masa
externa e interna del adsorbato soluble de la solución acuosa al
bioadsorbente. La mejor forma de representar todo lo antes
mencionado, es expresando la cantidad de soluto adsorbido por unidad
de peso de adsorbente (qe) en función de la concentración de soluto
remanente en la solución en equilibrio (Ce) a una temperatura fija, esto
es conocido como isoterma de adsorción. La qe relaciona la cantidad de
adsorbato removido con la cantidad de adsorbente utilizado para lograr
ese cambio, y se determina usando la siguiente ecuación:
𝑥 𝑉
𝑞𝑒 = = (𝐶𝑜 − 𝐶𝑒)
𝑚 𝑀
Donde: qe = capacidad de adsorción. Cantidad de contaminante en un
medio (x/m = mg contaminante/g adsorbente); Co = concentración
inicial del contaminante en solución (mg/L); Ce = Concentración del
metal luego de alcanzar el equilibrio (mg/L); V = volumen de la
solución donde está el contaminante (L); M = masa del adsorbente (g)
Además, el porcentaje de remoción del contaminante o de
adsorción, mide la cantidad de adsorbato removido mediante la
diferencia de concentraciones entre antes y después de la adsorción, y
se determina por la siguiente fórmula:
(𝐶𝑜 − 𝐶𝑒)
% remoción = 𝑥 100
𝐶𝑜

5) Granulación
Se refiere a la condición física del biosorbente o adsorbente,
exactamente a su tamaño y porosidad, las partículas más pequeñas, brindan
una mayor área de adsorción, pero el tamaño de estas también depende del
sistema, en una columna de flujo continuo, las partículas muy pequeñas
limitan el flujo del efluente, y las partículas muy grandes no permiten un
contacto adecuado entre las especies metálicas y los sitios de sorción
(Cabrera, 2018; Dimas, 2011; Flores et al., 2001; Oré et al., 2015; Silva,
2016; Tamay, 2019).

10. Factores que influyen en el proceso de biosorción


La capacidad de biosorción depende del estado de la biomasa, el tipo de
biomasa o biomaterial utilizado (incluyendo su preparación previa), los
componentes presentes en la solución, particularmente la concentración inicial del
ion metálico, y las condiciones ambientales del proceso fisicoquímico (como el
pH y la temperatura):
- Efectos del pH: Los metales en disolución acuosa se encuentran en forma de
diferentes especies químicas en función del pH de la disolución, de aquí la
fuerte dependencia que existirá entre el pH de la disolución y la posibilidad
de extracción del metal, ya que según la especie química los mecanismos de
sorción varían. Los metales son sustancias electropositivas ya que ceden
cargas positivas a la superficie del sorbente, el cual va aumentado el número
de cargas negativas para lograr la adsorción, lo cual se facilita en soluciones
ácidas. Así, mientras que la adsorción de cationes suele estar favorecida para
valores de pH superiores a 4.5 la adsorción de aniones prefiere un valor bajo
de pH entre 1.5 y 4.
- Naturaleza del adsorbato: El adsorbato es un factor influyente en el
equilibrio de adsorción. Existe una regla general para predecir el efecto de la
polaridad del soluto sobre la adsorción y consiste en que el soluto polar
preferirá la fase que es más polar. En otras palabras, un soluto polar será
fuertemente adsorbido por un adsorbente polar, cuando esté en un disolvente
no polar. Es decir, en el caso de las sales de metal utilizadas en este estudio
presentan un carácter polar o alta solubilidad en el agua y la matriz de
adsorción o adsorbente también es polar. Otro factor referente a la naturaleza
del adsorbato en el caso de los metales, se refiere al radio atómico del metal,
pues se cree que a mayor tamaño de este disminuye la afinidad por los
ligandos de la pared.
- Concentración inicial del metal: Para determinar la efectividad de un
material sorbente hay que conocer cuál es la cantidad máxima de metal (la
capacidad máxima) que puede adsorber. Los materiales establecen diferentes
equilibrios de extracción cuando se ponen en contacto con concentraciones
distintas de metal. Estos equilibrios dependen en todos los casos de las
condiciones experimentales y son diferentes para cada temperatura, son
equilibrios isotérmicos. Idealmente los modelos teóricos que se utilizan para
describir los resultados experimentales deben ser capaces de predecir los
procesos de sorción a bajas y altas concentraciones, además de permitir una
interpretación física del mecanismo de sorción.
- Efecto de la Temperatura: La adsorción es un proceso exotérmico y se
produce por tanto de manera espontánea si el adsorbente no se encuentra
saturado. La cantidad de material que se acumula depende del equilibrio
dinámico que se alcanza entre la tasa a la cual el material se adsorbe a la
superficie y la tasa a la cual se puede liberar, y que normalmente dependen de
forma importante de la temperatura. La temperatura no influye en el proceso
de manera determinante mientras no existan cambios bruscos, por eso los
procesos de biosorción suelen ser realizados a temperatura ambiente, y se
estudian mediante las isotermas de adsorción, las cuales muestran que la
temperatura no afecta el equilibrio adsorbente/adsorbato.
- Tamaño de las partículas: La adsorción tiene lugar fundamentalmente en el
interior de las partículas, sobre las paredes de los poros en puntos específicos.
La cantidad de adsorbato (soluto) que se puede adsorber es directamente
proporcional al volumen, y es bien conocido que este volumen es
directamente proporcional al área externa y también que una partícula
pequeña tiene mayor área superficial, o sea mayor área de la superficie interna
por su cantidad de poros por unidad de masa.
- Grupos activos: Existen grupos funcionales oxigenados de naturaleza ácida
o polarizable en la estructura del sorbente, principalmente grupos carboxilos,
carbonilos, fenoles y lactosas, que favorecen la captación de cationes
metálicos.
- Tiempo de equilibrio: El tiempo de equilibrio es aquel a partir del cual se
satura el bioadsorbente. Se ha determinado que el mecanismo de retención
ocurre inicialmente con la migración del adsorbato desde la solución a la
superficie del adsorbente, seguido por un proceso de difusión para finalizar
en la fijación en el sitio activo.

11. Aplicaciones de la biosorción


La biosorción es una técnica que puede ser usada para la eliminación de
contaminantes a partir de aguas residuales, especialmente de aquellas que no son
fácilmente degradables como los compuestos fenólicos (Cuizano et al., 2009).

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