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ANTROPOLOGÍA BÍBLICA

Por

Iván Marrero

¿Qué es el hombre?

“Cuando contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que allí fijaste, me
pregunto: ¿Qué es el hombre para que en él pienses? ¿Qué es el ser humano para que lo
tomes en cuenta?

Pues lo hiciste poco menos que un *dios, y lo coronaste de gloria y de honra. Salmo 8:4-5
(NVI).

*Dios = elohim.

Su origen:

“Y dijo: hagamos al ser humano a nuestra imagen y semejanza. Que tenga dominio sobre los
peces del mar, y sobre las aves del cielo; sobre los animales domésticos, sobre los animales
salvajes, y sobre todos los reptiles que se arrastran por el suelo.

Y Dios creó al ser humano a su imagen; lo creó a imagen de Dios. Hombre y mujer los creó.”
Génesis 1:26-27. (NVI)

El ser humano fue hecho parecido a Dios.

- Capaz de decidir.
- Capaz de amar.
- Capaz de administrar.

Su constitución.

“Y Dios el Señor formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz hálito de vida, y el
hombre se convirtió en un ser viviente.” Génesis 2:7. (NVI)

Tierra (adamah) + hálito o aliento de vida (nishmat hayim) = Ser vivo (nefesh hayah) (alma
viviente).

Nefesh = alma, ser vivo, vida, persona.

“El alma expresa al hombre entero, a su total personalidad en muchas de las ocasiones en las
que aparece en la Biblia. Toda esta concepción del alma se basa en la observación concreta del
hombre.” (Vila/Escuain, Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Ed. Clie, p. 41).

“Para el pensamiento hebreo el alma es inseparable del hombre total, es decir, que el alma
expresa los hombres vivientes.” (Ibid.)

En algunos contextos puede indicar sentimientos, pasiones, voluntad, etc. Pero nunca, un ente
separado del cuerpo con vida independiente.
Espíritu: aliento, respiración, vida, mente.

En ocasiones se iguala o asemeja su significado con el de alma.

CONCLUSIÓN: el hombre solo tiene dos realidades, la interna y la externa.

La interna es la actividad de la mente y ocurre en el cerebro. Los términos mente, corazón,


alma, espíritu, denotan actividades de la mente o el cerebro. Son el software del ser humano.

En la mente creemos, amamos, odiamos, sentimos, nos angustiamos, pecamos, tememos,


confiamos, imaginamos.

La otra realidad es la externa expresada en nuestros miembros. Es el hardware humano. Con


ella sonreímos, hablamos, bendecimos, maldecimos, cantamos, gritamos, golpeamos, nos
movemos, abrazamos, acariciamos, besamos, mordemos, respiramos, comemos, corremos,
huimos, nos acercamos.

Ambas realidades componen al ser humano como una unidad indivisible.

“Y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo…” 1 Tes. 5:23.

EL PROCESO DE LA MUERTE.

La muerte es real. Según la biblia, es la suspensión de toda manifestación de vida.

“Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol,
adonde vas, no hay obra, ni ciencia, ni sabiduría.” Ecl. 9:10.

“Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más
paga; porque su memoria es puesta en olvido.” Ecl. 9:5.

LA RESURRECCIÓN Y LA INMORTALIDAD INCONDICIONAL SON EXCLUYENTES ENTRE SI.

“Y serás bienaventurado; porque ellos no te pueden recompensar, pero te será recompensado


en la resurrección de los justos.” Luc. 14:14.

“Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron la malo, a
resurrección de condenación.” Jn. 5:29.

TEXTOS COMPLICADOS.

Los que matan el cuerpo (Mateo 10:28).

R: los humanos no pueden cerrar la oportunidad de vida eterna a nadie. Esa potestad es única
de Dios. Él puede poner fin a una existencia por la eternidad.

El rico y Lázaro (Lucas 16:19-31).

R: se trata de un relato fantasioso que esconde un mensaje encriptado que resalta:

(1) La vida en la tierra es la única oportunidad que tenemos de alcanzar salvación.


(2) La revelación y no los milagros, es la base de nuestra salvación.
La adivina de Endor (1 Samuel 28).

R: Dios condena la consulta a los muertos (Deut. 18:11).

Quien apareció a Saúl fue un espíritu malo o demonio asumiendo la forma de Samuel.
2Corintios 11:14.

Asignación de lectura: La naturaleza humana, Creencias de los Adventistas del Séptimo Día, p.
87 a 107.

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