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Sermonario para las Campañas de Evangelismo en GP, ¡Volví a Jesús!

16 al 23 de Abril de 2022

Recomendaciones

 El líder de Grupo Pequeño organizará toda la campaña en conjunto con


los miembros del mismo.
 El líder de GP motivará a cada miembro de GP, a traer un amigo o amiga.
 Comisione a cada miembro del GP a participar de la oración intercesora
por cada amigo que habrá de tomar su decisión por Jesús, también por
los que han llegado por primera vez.
 Organice planes de visitación a cada hogar de nuestros amigos que
llegan a las reuniones.
 Recuerde anunciar el tema de la noche siguiente.
 Aperitivo especial para las visitas y hermanos que traen amigos.
 Elabora la mejor estrategia durante esta campaña para conseguir nuevos
estudios bíblicos “a mayor siembra, mayor cosecha”
 Recuerde participar al pastor o anciano de iglesia, los amigos que han
decido entregar su vida a Jesús con anticipación, haga los arreglos
necesarios.
Programa Sugerente
Hora Momento OBSERVACIONES
6:30 a 7:00pm Confraternización y esparcimiento Presente a las visitas a los
hermanos
7:00 a 7:10pm Momento de Poder (Oración Se sugiere usar, el canto
intercesora) “Cuando el pueblo de Dios
ora”
7:15 a 7:20pm Bienvenida y atención a visitas haga arreglos para los
presentes obsequios)
7:20-7:25pm Música Especial Preferente de temática
“Evangelismo”
7:25 a 7:30 Canto tema Volví a Jesús, haga
provisiones para
reproducirlo varias veces en
primera instancia.
7:30 a 8:00pm Presentación de tema
8:00pm Despedida Cerrada la oración despida a
todos a sus hogares
Tema 1: Vine al Dios de lo imposible (Domingo)
Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo Pequeño.

Texto Base: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero
¿qué es esto para tantos?” (Juan 6:9).

Propósito: El estudio de hoy mostrará que en las manos de nuestro Dios lo poco llega a ser
suficiente. Él puede hacer con nosotros cosas que ojo humano no vio, porque lo que es
imposible para el hombre es posible para Dios.

I. EL ESCENARIO DE LO IMPOSIBLE (Juan 6: 1-7)

El texto que leímos al inicio es parte de una historia maravillosa que se desarrolló
cerca del mar de Galilea. Jesús ya estaba predicando hacía bastante tiempo y nadie se iba.
Nadie se quería perder ni un trecho de lo que él enseñaba. Muchos habían venido de lejos.
Muchos, habían estado de pie la mayor parte del tiempo durante la predicación, ¡Muchas
personas!

La Biblia dice que eran cinco mil hombres (Juan 6:10) sin contar mujeres y niños. Ya
había pasado la hora del almuerzo, cuando los discípulos se dirigieron a Jesús y le dijeron:
“Señor, tenemos que darles un intervalo”. Decían esto para que las personas se pudieran ir
a la casa a comer. Imagine a los niños tomados de las faldas de sus madres, Y los adultos
también pensando en qué comer. Jesús miró a la multitud y su respuesta asustó a los
discípulos: “Denle ustedes de comer” (Lucas 9:13). Esto fue una sorpresa para los discípulos,
¿Y ahora qué hacemos? Felipe, a quien Jesús le hizo la observación, metió la mano en el
bolsillo y, antes de continuar la conversación, fue a los otros apóstoles para ver cuánto
dinero tenía cada uno.

Querían juntar un poco de todos para poder alimentar a la multitud. Pero no estaban
preparados, no tenían los recursos suficientes para comprar alimentos. Jesús conversó
nuevamente con Felipe y le dijo: “Felipe, tú que vives por este sector, ¿conoces algún lugar
donde podríamos comprar pan para esta gente? ¿Será que no hay un abasto que podría
sacar unos 5000 panes de una sola horneada o dos?” Felipe respondió: “Señor, por aquí no
conozco ninguna panadería o tienda que podría tener comida para tanta gente”. Y claro que
no hay ningún comedor o restaurante por aquí. Todo está lejos. No podemos hacer nada”.
Jesús preguntaba porque quería ver la fe de Felipe y de sus discípulos. Pero estos aun no
miraban por la fe a aquél que realizaba las preguntas. Si hubieran mirado con fe a Jesús, él
ya habría dado la respuesta. Quisieron confiar en sus propio razonamiento y buscaron por
si solos la solución. Lamentablemente, al mirarse a sí mismos, al buscar soluciones en ellos
mismos, no encontraron las respuestas, esperaban una oportunidad pero no la hubo.

Mis queridos amigos quizás hay muchos que están pasando por momentos difíciles,
desempleo, problemas económicos, quizás estas atravesando un cuadro depresivo y
pretendes encontrar en ti mismo las soluciones a tus problemas o necesidades. Hoy, has
llegado a este lugar, es el momento de mirar a Jesús con fe, caminar hacia él y poner toda tu
confianza en que él si tiene la solución. - ¿Cuántos desean poner su confianza en Jesús?
(Levanten la mano).

II. LO IMPOSIBLE DEL HOMBRE FRENTE A LA FE (Juan 6:9-11)

En Juan 6:9, ante la negativa de Felipe, Andrés inmediatamente se aproximó a Jesús


y le dijo: “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos pececillos; mas
¿qué es esto para tantos?” Felipe había dicho en dos palabras: “Señor, imposible”. - Nada,
Señor. No va a funcionar. Es mejor mandar a cada uno de regreso a su casa. Allí estaba la
ley de la demanda y la oferta. Del lado de la demanda había una multitud de 5000
hombres, sin contar mujeres y niños. Todos con hambre. Del lado de la oferta: 5 panes y 2
peces. Aquí aparece el discípulo, figura clave de hoy. No es popular ni conocido entre los
discípulos. No era alguien con muchos talentos. No ocupaba una posición de importancia
dentro del grupo. Aparece más como en el segundo escalón. Era una especie de pan de
segunda, duro y tieso. No se habla de él como alguien que hacía algo grandioso, fantástico,
espectacular, como había hecho su hermano Pedro, al andar sobre las aguas. No escribió
ningún evangelio o epístola. No se menciona que alguna vez haya predicado. Claro, estuvo
con los otros apóstoles en el Monte de los Olivos, en la Santa Cena y en la resurrección. Pero
era el tipo de persona que sabía hacer, tomaba la iniciativa! Y una de sus cualidades era ver
el potencial en las personas, descubrir en ellas talentos y cualidades y llevarlas hasta Jesús.
Estamos hablando de “Andrés”, hermano de Pedro. (Juan 1:4 y 6:8)

Andrés entra en escena en un momento muy importante del ministerio de Jesús.


Entre las pocas palabras que dijo Andrés está: “Aquí hay un niño”. Hablamos mucho del
niño pero nos olvidamos de quién realmente descubrió al niño. Descubrir un niño en medio
de una multitud no es difícil. Ahora, descubrir un niño con su lonchera, es otra cosa. El
problema era: había una demanda para la cual no había suministro suficiente y,
aparentemente, ninguna provisión. Allí estaba el desafío. Miles de personas después de la
hora del almuerzo, ya por la tarde, no tenían nada para comer. Eran 5000 hombres, sin
contar mujeres y niños. Andrés recordaba haber visto a un niño con una cesta y cinco panes
y dos peces... El niño estaba en medio de la multitud, pero lo suficientemente cerca para
ser encontrado por Andrés... Andrés, con ojos de líder... Veía potencial en las personas.
Andrés ni imaginaba lo que podía suceder con aquel cesto del niño con los panes y peces.
¿Quién tomó la iniciativa? Andrés. Él lleva al niño, que queda sin saber qué hacer cuando
Andrés dice: “Señor, este niño tiene cinco panes y dos peces...”. En aquel momento, las
perspectivas parecían no ser las mejores. Desde el punto de vista de la edad, era un niño. En
cuanto a la posición social, era pobre. Pero era “¡siervo de Dios y amigo de todos!”. Para
Andrés 5 panes y 2 peces = 5000 platos de comida y más. Los panes que él tenía no eran
panes italianos o franceses con cáscara crocante y queso amarillo por dentro. Eran panes de
cebada, los más baratos. Era la comida diaria de los pescadores allí en el Mar de Galilea.
Imaginen ahora la reacción de los demás discípulos cuando Andrés apareció con su
“solución”, trayendo al niño con cinco panes y dos peces.

Imaginemos la escena, Deben haber dicho: “Andrés, ¡No te creo! ¡Qué solución es
esa! - ¿Qué quieres hacer con ese niño con un cesto de cinco panes y dos peces? - ¿No lo
entiendes, Andrés? Son 5 mil. ¡Deja a ese niño en paz!”. Para comprender la belleza del
milagro, debe ponerse en la persona, en el lugar y el momento donde sucedió todo. Al igual
que ese mismo niño, hay personas en la Biblia que fueron actores en tremendos
acontecimientos y de los cuales no conocemos ni sus nombres: la mujer samaritana/ el
ladrón en la cruz , entre otros. Me gustaría conocer sus nombres. Así como el nombre del
niño de esta historia. ¡Claro! Me gustaría saber si ese niño de los panes y peces se llamaba
Ricardo / Samuel/ Arturo o Alex. Pero sea cual sea su nombre, el hecho es que fue
protagonista de uno de los mayores milagros que Jesús realizó. Dios quiere tomar lo poco y
pequeño que tenemos y hacer algo grande.

Amigo y hermano, quizá piensas que no tienes talentos o dones, sientes que no
posees nada útil y que hasta ahora nada has hecho bien o quizá te sientes pequeño para
realizar cosas grandes. Por favor, hoy, deja esos pensamientos o sentimientos de lado, y ven
como estas a la presencia de Jesús. Ven con lo que tengas, como ese niño de la historia. Y
si piensas que no tienes nada, ven igual, Jesús te dará y hará lo que tú necesitas. Él te ha
creado para realizar, a través de ti, sus grandezas. Él te ha creado para “¡Vencer lo
Imposible!” y “¡Ser Siervo de Dios!”. Permite que el Espíritu Santo toque tu corazón y te guíe
a Jesús. - ¿Cuántos quieren venir a Jesús? (levanten la mano).

III. LO IMPOSIBLE PARA EL HOMBRE ES POSIBLE PARA JESÚS (Juan 6:12-14)

Jamás podremos medir lo que puede suceder cuando llevamos a un amigo a


entregarle a Jesús sus dones, talentos, energía, entusiasmo, su vida. El liderazgo es un
camino de descubrimientos, descubriendo talentos y potencial. En Juan 6:9, se registra que
Andrés dijo: “Aquí está un muchacho, que tiene cinco panes de cebada y dos peces”. ¡Aquí
hay! Andrés pensó: Primero hay una necesidad y descubrí que aquí hay alguien que puede
entregarle todo a Jesús. Segundo Hay que aquí hay alguien que quiere entregarle todo lo
que tiene en las manos de Jesús. Tercero que aquí hay alguien con sus dones y talentos, con
su actitud puede acercarse a Jesús, Andrés estaba incluyendo a los niños en el ministerio de
Jesús.
Facilitó a alguien que nadie apostaba nada por él para un milagro. La iglesia necesita
personas como Andrés. Hombres y mujeres que descubran y encaminen a otros a los pies
de Jesús. • Andrés dijo: Ya sé cómo puede enfrentarse ese desafío, cómo se puede
satisfacer esa necesidad. Él ni imaginaba lo que sucedería. Pero, lo más revelador son las
pocas palabras que dijo Andrés: ¡AQUÍ ESTÁ UN MUCHACHO! Cuando Jesús se dio cuenta
de que la dádiva era del muchachito, de un joven, sonrió y le brillaron los ojos. Vio qué gran
potencial tenía el muchachito para realizar el milagro y servir a la multitud. Fue entonces
que Jesús ordenó que toda la gente se recostara sobre la hierba de aquel lugar. Entonces,
“tomando aquellos panes y peces, dio gracias a Dios” y “empezó a repartirlos entre los
discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados” (Juan 6:10,11). Jesús, con sólo
cinco panes y dos peces, alimentó a cinco mil personas. Fue un milagro maravilloso. Cuando
el niño se dio cuenta de lo que estaba sucediendo con sus panes y peces, debe haberse
sorprendido muchísimo. ¡Imaginen el rostro de ese niño! Quizá pensó o exclamó: - “Miren
como mis panes y peces, se han multiplicado en las manos de Jesús”.

Hermanos, no subestimemos solo porque los talentos, los dones y las habilidades
están en manos de un niño o una niña. Andrés, nos enseña por palabra y por ejemplo lo que
significa llevar a un amigo a entregar sus talentos a Jesús. Ese niño puede representar aquí a
cualquiera de nosotros echado a un lado cree que no tiene nada, que nos es nada y que
aunque nadie cree en él, quizás un Andrés te trajo acá, porque decidió creer en ese poco
que tiene en sus manos para multiplicarlos y convertir te esa en el protagonista de un gran
milagro para Jesús. ¿Cuántos de los presentes quieren colocar sus manos en las manos de
Jesús, y decirle Señor aquí te entrego todo mi ser en tus manos? (levanten la mano) ,
recuerda que Jesús es el Dios de lo imposible.

Conclusión:

En cada iglesia Dios está buscando hombres y mujeres que deseen entregarle a
Jesús todos sus dones. Amigos que se decidan por el Dios de lo imposible. Hombres y
mujeres que rescaten a muchas personas de las tinieblas y las lleven a su luz admirable. No
hay nada imposible para Jesús. Al preparar la cesta aquella mañana, la madre del niño
nunca imaginó que su hijo sería protagonista de uno de los mayores milagros que Jesús
realizó. Hace 2000 años, al regresar a su hogar, ese muchachito (No sé si se llamaba Samuel,
Alex) le debe haber dicho a su madre: “Mamá, hoy Jesús y yo hicimos un milagro”. Su mamá
debe haberse sorprendido al escuchar toda la historia narrada por su hijo.

Llamado:

Hoy, Jesús también quiere hacer un milagro en tu vida. Si eres adulto, joven o
señorita, Jesús tiene milagros para cada uno de ustedes. Y el más grande milagro es la
transformación del corazón. Hoy Jesús quiere hacer lo que es imposible para ti, cambiar tu
carácter, limpiar tu mente y corazón. - ¿Cuántos quieren darle todos sus dones y talentos,
todo su ser a Jesús quien promete multiplicarlos por mucho más de lo que tienes ahora?
(levanten la mano y vengan adelante para realizar una oración especial).
Vamos a orar por todos aquellos que levantaron su mano y salieron al frente. Pero también
vamos a orar por esta semana de Grupos Pequeños “Volví a Jesús” que inicia desde hoy y
termina el sábado 23 de abril. Vamos a orar para que todos los que están presentes ahora
puedan asistir toda esta semana y traer amigos para que escuchen la Palabra de Dios.
Seamos partícipes de esta semana de victoria, partícipes del milagro más grande que Jesús
hace en las personas, el milagro de la salvación. En cada iglesia Jesús está haciendo volver a
hombres y mujeres a los pies de Jesús. No hay nada imposible para Dios. Oremos por todos
aquellos que han levantado sus manos para que Jesús de lo imposible haga lo posible, su
entrega total a él, ¡Amen!
Tema 2: Vine a ti por FE (Lunes)
Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo Pequeño.

Texto Base: “Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti
sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas
para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio
voces, diciendo: ¡Señor, sálvame!” (Mateo 14:28-30).

Propósito: El estudio de hoy mostrará que ir por la fe, la mirada o la conexión diaria con
Jesús puede llevar tu vida a alcanzar no sólo el éxito terrenal sino también el gozo y la
bendición eterna.

I. ¿DIFICULTADES HUMANAS? ¡NO, VICTORIA EN CRISTO! (Mateo 14:23-25)

“Después de despedir a la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la


noche, estaba allí solo. Ya la barca estaba en medio del mar, azotado por las olas, porque el
viento era contrario. Pero a la cuarta vigilia de la noche, Jesús fue a ellos andando sobre el
mar” (Falta cita). Después de hablar por mucho tiempo a la multitud que le seguía y haber
alimentado a más de 5000 personas, Jesús envió a sus discípulos al otro lado del mar,
mientras él despedía a la multitud. Luego de eso, él se dirigió al monte a orar y la Biblia
recalca que estaba sólo (Falta cita).

Sin duda, Jesús tenía la costumbre de estar a solas en comunión con el Padre. De
esta manera, él se fortalecía y se nutría espiritualmente, recibía instrucciones y era guiado
para poder iniciar un nuevo día. Y también descargaba todas sus cargas y dolores del día, y
colocaba en las manos de su Padre todos los sufrimientos que había visto en la humanidad
por causa del pecado. Él demostró que sólo de esa manera el ser humano podría ser
victorioso.

Por otro lado, la Biblia muestra la situación de los discípulos. Ellos se encontraban en
una barca en medio del mar. Eran pescadores expertos pero aun así estaban
experimentando momentos de dificultad porque “el viento era contrario” y las “olas
azotaban la embarcación”. ¿Qué ocurre cuando algo que pensabas que estaba bajo control
se escapa de tus manos? ¿Alguna vez has estado al borde de la muerte? Quizá los discípulos
sintieron que solos podían manejar y dominar su embarcación. Pero el clima, el viento, las
olas, hicieron titubear a esos pescadores experimentados. Aplicación:

Mi querido amigo, amiga, nuestra vida es como una embarcación. Todos estamos
navegando en el mar de la historia de este mundo. Hay personas que se sienten
autosuficientes de manejar la embarcación de su vida. No escuchan consejos. No buscan a
Dios. Se dejan llevar por sus gustos y sentimientos antes que por la Palabra de Dios.
Navegan dejándose llevar por las corrientes turbulentas de este mundo. Ellos afirman:
“¡Déjame vivir mi vida! ¡Es mi vida, no te metas!”. Satanás comienza a usarlos como sus
instrumentos. No piensan en sus familias, ni en sus hijos. Destruyen sus vidas. Y cuando se
dan cuenta, se encuentran en medio de una gran tormenta: Problemas, sufrimiento,
angustia, depresión, dolor y muerte.

Quizá la embarcación de tu vida está en medio del mar y los vientos turbulentos del
mundo parecen hundirte. Quizá estas pasando por problemas que nunca imaginaste vivir en
tu vida. Pero, amigo, amiga, hoy es el momento de mirar a Jesús. Él ha venido hoy, como
aquella vez apareció caminando sobre el mar para ayudar a sus discípulos, él está aquí, para
darte esperanza. No pienses que estas sólo o sola. Hoy él te ayudará a dirigir la embarcación
de tu vida. Hoy él hará milagros en tu vida y te dará la victoria. - ¿Cuánto quieren dejar la
embarcación de su vida en las manos de Jesús? (Levanten la mano).

II. JESÚS APARECE CUANDO MENOS LO IMAGINAS (Mateo 14:25-27)

La Biblia sigue narrando, en Mateo 14:25-27: “Pero a la cuarta vigilia de la noche,


Jesús fue a ellos andando sobre el mar. Los discípulos, viéndolo andar sobre el mar, se
turbaron, diciendo: - ¡Un fantasma! Y gritaron de miedo. Pero en seguida Jesús le hablo
diciendo: - ¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis”. Estando en medio de una tormenta en el mar,
¿esperarías que alguien venga a ayudarte caminando sobre el mar? Sinceramente, no creo
que los discípulos hayan imaginado que Jesús aparecería de esa forma. Era la cuarta vigilia
de la noche. Aproximadamente entre las 3 y las 5 am. Según los estudiosos del clima, es la
hora cuando la noche es más densa y más oscura. Además es el horario donde el sueño es
más profundo. Pero los discípulos no podían dormir, mucho menos ver con claridad porque
no había forma de alumbrarse. La tormenta les quitó el descanso y la paz. Tenían que estar
despiertos y es probable que sus fuerzas se hayan agotado.

En ese momento de seria dificultad. Mientras los rayos relumbraban sobre las aguas
del mar. Una silueta humana apareció en el horizonte iluminado tenuemente por el fulgor
de los rayos. Aquella figura humana se acercaba lentamente hacia la embarcación. Su
avance era firme. Entonces los discípulos se atemorizaron aún más. Ya estaban en medio de
una fuerte tormenta. Ya habían agotado todas sus fuerzas. Todos sus conocimientos del mar
no habían dado resultado. Y ahora, aparece ¡un fantasma! - Por un instante en suspenso,
sus pensamientos se turbaron, sus corazones palpitaron de miedo y, con el poco aire que les
quedaba, gritaron aterrorizados: “¡Es un fantasma!”. Como en una película de terror,
pensaron en huir, pero no podían. A su alrededor solo había agua, truenos, rayos, lluvia…y
aquel fantasmagórico personaje se acercaba. Desesperados y desfallecientes, pensaron que
la muerte era su fin. Sin embargo, aquel que todo lo conoce, leyó, en un instante, las
mentes de sus discípulos y percibió que el miedo y el terror los había turbado hasta la
muerte. Fue entonces que, con dulce voz, les dijo: “¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis”. Su
voz resonó por sobre el estruendo de las aguas y los truenos. ¡Porque no hay nada ni nadie
que pueda acallar a Jesús! Y hoy, querido amigo, amiga, Jesús quiere aparecer en tu vida y
decirte lo mismo: “¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis”. • Aplicación: Quizá toda tu vida ha
sido tormentosa y triste. Quizá sientes que los problemas te ahogan. Quizá la oscuridad y la
penumbra de la culpa y el pecado han inundado la embarcación de tu vida. Y al igual que los
discípulos te sientes solo, sola, en este mundo sin saber a dónde ir. - Hoy, Jesús te dice:
“¡Tened ánimo! Soy yo, no temáis”. Ya no más tristeza. Ya no más soledad. Ya no más
temor. “¡Yo estoy aquí a tu lado! - dice Jesús”. No temas, yo estoy contigo. “Ven a mi hijo
mío, hija mía”. - ¿Cuántos quieren venir a Jesús esta noche? ¿Cuántos quieren aceptar a
Jesús en vidas? (Levanten la mano)

III. VÉ POR LA FE EN JESÚS (Mateo 14:28-32)

“Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las
aguas. Y le dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca andaba sobre las aguas para ir a
Jesús. Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: ¡Señor,
sálvame! Al momento Jesús extendiendo la mano, lo sostuvo y le dijo: - ¡Hombre de poca fe!
¿Por qué dudaste? En cuanto ellos subieron a la barca se calmó el viento”. Pedro se atrevió
a pedirle a Jesús, “si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas”. Su pedido demostraba
desconfianza en aquel personaje que caminaba sobre el mar. Sin embargo, Jesús fue
paciente y aprovechó para darle una lección de fe a él y a sus discípulos. Le dijo: ¡Ven! En el
instante en que Pedro puso un pie fuera de la embarcación, supo que era Jesús quien estaba
frente a él. Empezó a caminar. Pero dice la Biblia que “al ver el fuerte viento, tuvo miedo y
comenzó a hundirse”.

Amigo, amiga, cuando apartas tu mirada de Jesús y miras los problemas, las dificultades,
tus pecados, tus errores; entonces pierdes la fe. ¡No mires a tu alrededor, mira a Jesús! ¡No
te mires a ti mismo, mira a Jesús! Porque cuánto más te mires a ti, más miserable te sentirás
y pensarás que nadie puede ayudarte. Pero mientras más mires a Jesús, más esperanza
tendrás, más fe y más fortaleza. Pedro comenzó a hundirse y exclamó: ¡Señor Sálvame!
Inmediatamente, Jesús lo tomó, lo saco del agua y le dijo: “Hombre de poca fe, ¿por qué
dudaste?”

Llamado:

Amigo, amiga, hoy es el día de tu salvación. No dudes del poder de Jesús. Pon tus ojos en
Jesús. Deja que él conduzca tu vida. Deja que él se encargue de tu embarcación. Deja que él
te guíe. Y si sientes que te estas hundiendo o quizá ya estás atrapado en la profundidad del
pecado y los vicios, Jesús te dice: - “¡Clama a mí y yo te responderé! Hijo mío, hija mía, yo
siempre escucharé tu voz, yo siempre escucharé tus pensamientos. Por favor déjame
ayudarte” (Falta cita) ¿Cuántos esta noche quieren venir caminando a Jesús por fe?
(Levanten la mano). -- Por favor, los que levantaron su mano pueden ponerse de pie. Sólo
queremos realizar una oración por usted. Gracias.
Tema 3: Vine a la verdad (Martes)

Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo


Pequeño.

Texto Base: “Había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Cuando Jesús lo vio acostado y supo que llevaba mucho tiempo así, le dijo: -¿Quieres ser
sano? El enfermo respondió: - Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se
agita el agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo” (Juan 5:5-7).

Propósito: El estudio de hoy mostrará que sólo Jesús es la Verdad. Al depositar tu confianza
y toda tu vida en sus manos obtendrás la bendición de su presencia sanadora y salvadora.
Su poder, su amor, su presencia estará a tu disposición.

I. ¿TRADICIONES HUMANAS? ¡NO, JESÚS ES LA VERDAD! Leamos Juan 5:7:

“El enfermo le respondió: - Señor, no tengo quien me meta en el estanque cuando se


agita el agua; mientras yo voy, otro desciende antes que yo”. La escena se desarrolla en el
estanque de Betesda cerca de la Puerta de las Ovejas en Jerusalén. Existía una tradición
sobre ese estanque, Supuestamente, de tiempo en tiempo, descendía un ángel y hacía
mover el agua. En ese momento, el primero que descendía y tocaba el agua sería sanado de
todas sus enfermedades (Juan 5:4). Muchos esperaban alrededor del estanque, Se
agolpaban y quizá peleaban para descender primeros al estanque. Sin embargo, aunque la
agitación del agua era real la tradición no era verdad. La explicación es que esta fuente de
agua era intermitente. Es decir, por momentos fluía el agua desde su interior y por
momentos cesaba. Entonces cuando fluía, el agua se agitaba y la gente pensaba que un
ángel acababa de descender. Pero no era así, el paralítico había seguido esa tradición
durante 38 años y durante todo ese tiempo no había podido descender primero. Su
esperanza, sus fuerzas, sus fantasías y quizá hasta su deseo de ser sanado ya habían
disminuido. Sin embargo, aún estaba allí, esperando algún milagro.

Tristemente, en Israel, los paralíticos, los ciegos o las personas que sufrían alguna
discapacidad eran marginados, despreciados, puestos a un lado. Para los religiosos de esa
época, aquellos habían recibido un castigo de Dios y por eso estaban así. Pero aquella tarde,
Jesús llegó al estanque de Betesda. Aquel que todo lo conoce, escudriñó el corazón de aquel
hombre. Jesús vio que, aunque estaba engañado por la tradición, su fe a Dios era sincera,
entonces decidió acudir en su ayuda.

Amigo, amiga, quizá hasta hoy has vivido engañado por las tradiciones de este
mundo. Quizá tus propias ideas o conceptos te han impedido ver y conocer a Jesús. Quizá la
crianza de tus padres o tus propios traumas y temores te han impedido acercarte a Jesús.
Probablemente has acudido a otros lugares tradicionales a pedir ayuda.

Hoy, así como aquella vez en el estanque de Betesda, Jesús aparece en tu vida. Hoy
Jesús se acerca a ti para liberarte, para sanarte, para darte la luz y la esperanza que tu
corazón necesita. Porque él si es la Verdad y la Vida. Él quiere encaminarte en su Verdad. Él
quiere darte su Vida para que tú tengas Vida eterna. - ¿Cuántos quieren aceptar a Jesús
como su salvador? (Levanten la mano).

II. ACEPTA EL LLAMADO DE JESÚS (Juan 5:8,9)

Jesús le dijo: - Levántate, toma tu camilla y anda. Al instante aquél hombre fue
sanado, y tomó su camilla y anduvo. Era sábado aquel día”. Jesús le había preguntado: -
“¿Quieres ser sano?”, y la respuesta del paralítico no fue directamente “Si”, sino que se
refirió a la tradición del estanque de Betesda y dijo: - “No tengo quien me meta”.

Aquel paralítico percibió que no estaba frente a cualquier hombre. A diferencia del
desprecio, la indiferencia y la marginación que recibía a diario, inclusive por parte de los
religiosos de su época; aquella tarde, frente a Jesús, percibió que le tenía compasión. Su
voz, inspiraba paz y preocupación. Sus palabras irradiaron esperanza a su corazón que
por más de 38 años esperaba sanación. El paralítico percibió interés, amor y
misericordia. Pensó que aquel extraño le podía ayudar a bajar al estanque. Puso sus ojos
en los ojos de Jesús y todo su ser se estremeció. Aquella mirada, era la mirada de la
Vida. En su interior, un rayo de luz iluminó su oscuridad y se aferró a esa esperanza.
Jesús vio la fe de aquel hombre y le dijo: - “Levántate, toma tu camilla y anda”. Aquel
paralítico no había caminado por 38 años. Y ahora viene un extraño que le dice:
“¿Levántate?”.

Amigo, amiga, si estuvieras en el lugar del paralítico sin saber que es Jesús quien te
habla, ¿te levantarías? Sin duda, el paralítico aceptó por fe las palabras de Jesús. Puso en
las palabras de Jesús su confianza y empezó a levantarse. Al principio fue un poco difícil.
Pero poco a poco se dio cuenta que sus piernas adquirían más fuerzas hasta que logró
incorporarse.

Llamado

Hoy, al igual que aquella vez, Jesús ha venido para levantarte de donde estás. Quizá,
al igual que aquel paralítico, a lo largo de tu vida has sufrido el desprecio, la
marginación, la soledad, el engaño y la mentira, pero hoy Jesús llega a tu vida para
levantarte de donde estás. Quizá la oscuridad y el pecado de este mundo te llevaron a
cometer errores de los cuales estas arrepentido. Quizá has vivido arrastrándote en la
mugre del pecado. Pero hoy, Jesús está frente a ti para levantarte. Hoy Jesús te va a
sacar de la inmundicia a una vida nueva. Hoy Jesús te dice: “Yo soy el camino, la verdad y
la vida”. Ven y camina en mis caminos y ya no te arrastres por los caminos del mundo.
Ven sigue mis pisadas porque ellas te conducirán a la Vida eterna.

¿Cuántos esta noche deciden levantarse para seguir a Jesús? (Levanten su mano)
Por favor aquellos que levantaron su mano, pueden ponerse de pie.

Nota: Tomar los datos de aquellos que se pusieron de pie, ore por ellos y por su salvación.
Tema 4: Vine a la luz (Miercoles)
Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo Pequeño.

Texto Base: “Mientras estoy en el mundo, luz soy del mundo” (Juan 9: 5)

Propósito: El estudio de hoy mostrará que sólo en Jesús está la plena satisfacción y la
seguridad para vivir en paz. Cómo él es la luz, ninguna oscuridad de este mundo podrá
entenebrecer nuestro diario vivir sino que su luz irradiará esperanza eterna.

I. LA LUZ VENCE CUALQUIER OBSTÁCULO

Aquella tarde, Jesús caminaba con sus discípulos y mucha gente iba con ellos.
Entonces Jesús “vio a un ciego de nacimiento” y sus discípulos le preguntaron: - “Rabí
¿quién pecó, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió Jesús: - No es que
pecó este, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten en él” (Juan 9:2,3).

En aquella época, los ciegos, paralíticos y las personas que tenían alguna
discapacidad eran discriminados y marginados por la sociedad. Se pensaba que ellos
estaban condenados por causa de sus pecados o los pecados de sus antepasados. Y es por
eso que sus discípulos le preguntan: “¿Quién pecó, este o sus padres?” Sin embargo, Jesús
les muestra la verdadera realidad: el gran conflicto entre el bien y el mal, entre la luz y las
tinieblas, entre Él y Satanás. Por eso responde: “No pecó este ni sus padres, sino que es para
que la obra de Dios se manifieste”. De esta forma, Jesús les dijo, que el causante de todo
mal es Satanás pero que en ese momento, Él, la Luz, estaba presente para mostrar cuan
poderoso es Dios y vencer toda tiniebla.

Hoy, Jesús quiere mostrar su poder en tu vida. Él quiere disipar toda oscuridad e
iluminar tu existencia. Quizá el enemigo ha traído tristeza y destrucción a tu vida y familia.
Pero, gracias a Dios, hoy Jesús está aquí para ser tu defensor, tu consuelo, tu salvador. -
¿Cuántos desean aceptar a Jesús como la luz de su vida? (Levanten la mano).

II. LA LUZ VENCE A LA OSCURIDAD

Juan 9:6,7: “Dicho esto, escupió en tierra, hizo lodo con la saliva y untó con el lodo
los ojos del ciego, y le dijo: - Ve a lavarte en el estanque de Siloé - que significa “Enviado”.
Entonces fue, se lavó y regresó viendo”.

Jesús actuó con la intención de fortalecer la fe de aquel hombre. “Hacer lodo” o


“amasar” y “untar”, en sábado, estaba prohibido dentro de las leyes rabínicas. Sin embargo,
Jesús estaba enfocado en cumplir su misión: “salvar a la humanidad”. Y este hombre ciego
de nacimiento debía ser libre. Aquel hombre, dejó que Jesús lo untara con el barro. Había
escuchado sus palabras y rayos de esperanza iluminaron su oscuridad. Aquella voz avivó en
su interior la fe que poseía. Por eso no dudó en ir al estanque de Siloé a lavarse. Jesús no le
había dicho que lo iba a sanar. Pero aquel hombre ciego simplemente obedeció aquella voz.

Mi amigo, amiga, hoy Jesús se ha encontrado contigo en este lugar. Y aquella misma
voz que habló con el ciego, está hablando a tu corazón. El ciego no veía quien hablaba con
él. Su decisión era un asunto de fe. ¿Cuántos, al igual que el ciego, obedecerán por fe la voz
de Dios? (levanta tu mano) Imagino que al llegar al estanque, aquel pobre hombre empezó a
lavarse el barro que tenía en los ojos. Poco a poco el barro fue escurriéndose y cayendo al
agua. Lentamente empezó a abrir sus ojos. Por primera vez vio la luz y el brillo del sol. Por
primera vez vio su rostro reflejado en el agua. Nunca más viviría en tinieblas sino en la luz.

Querido amigo, hay mucha gente en este mundo que, pudiendo ver, vive en tinieblas
porque no poseen la Verdadera Luz que es Jesús. Lo más triste es que esas tinieblas
destruyen la vida desde adentro hacia afuera. Lentamente, destruyen sueños, emociones,
sentimientos, relaciones familiares, compromisos matrimoniales, y cuando menos piensas
ya no puedes ver la luz. Es probable que estés viviendo en la noche más oscura de tu vida.
Quizá las sombras del mundo han oscurecido tu existencia y todo a tu alrededor es
penumbra. Quizá has pensado suicidarte porque piensas que ya no hay solución.

Llamado

Sin embargo, hoy has venido a la Luz. Hoy estas aquí y Jesús conoce tu necesidad.
Jesús, la Luz verdadera, iluminará tu vida. Jesús está frente a ti y desea abrir tus ojos para
que veas su luz. En él está la verdadera vida. Por eso él desea que tú le permitas iluminar tu
ser. No hay oscuridad que él no pueda desaparecer. No hay pecado que él no pueda
perdonar. No hay problemas que él no pueda solucionar. Hoy ven a la Luz Verdadera.
¿Cuántos aceptan a Jesús como su salvador? (Levanta tu mano). Por favor si has levantado
tu mano puedes ponerte de pie, ven acá al frente, Sólo queremos orar por ti.
Tema 5: Vine al dador de la Vida (Jueves)
Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo Pequeño.

Texto Base: “Tomó la mano de la niña y le dijo: - ¡Talita Cumi! (que significa: “Niña a ti te
digo, levántate) (Marcos 5:41).15

Propósito: El estudio de hoy mostrará que Jesús es la fuente de la Vida. Aceptarlo y


mantenerse en comunión con él, revitalizará la vida personal y familiar para siempre porque
él es dador de Vida Eterna.

I. JESÚS CONOCE TU DOLOR

Marcos 5:22: “Vino un alto dignatario de la sinagoga, llamado Jairo. Al verlo, se


postró a sus pies, y le rogaba mucho, diciendo: - Mi hija está agonizando; ven y pon las
manos sobre ella para que sea salva, y viva. Fue pues, con él, y lo seguía una gran multitud, y
lo apretaban”.

Al llegar Jesús a la orilla del mar de Galilea, mucha gente se reunió para escucharlo.
El comenzó a enseñar y a sanar. Luego comenzó a dirigirse hacia la casa de Levi Mateo. Fue
allí cuando Jairo se encontró con Jesús. El hecho de que Jairo siendo un dignatario, un
rabino, se haya acercado a Jesús, aunque los miembros del sanedrín podrían sancionarlo y
expulsarlo de la sinagoga, demuestra que Jairo estaba desesperado y buscó la única opción
que le quedaba. Jairo había escuchado los milagros de Jesús. Por eso vino a Jesús
convencido de su poder. Aunque, quizá al principio de la enfermedad de su hija, fue a los
médicos; ahora ya no tenía otro lugar al cual acudir. Veía que su hijita desfallecía y que cada
vez se debilitaba más. Pensó en Jesús, aquel hombre que decía ser el Mesías y que hacía
milagros. Pero, también pensó en el desprecio y la marginación que sufriría por parte de sus
amigos, vecinos y familiares, si acudía a Jesús por ayuda. Porque éstos estaban en contra de
él. Sin embargo, Jairo tomó la decisión de venir a Jesús. Su hija, su familia y él mismo
necesitaban de su poder, No se detendría por nada.

Se dirigió hasta el lugar donde Jesús estaba y se abrió paso entre la multitud. La
gente lo reconoció, era uno de los rabinos de la sinagoga. Cuando llegó frente a Jesús, se
postró delante de él. Como si estuviera delante de un Rey o un Príncipe, Jairo dejó su orgullo
y se humilló. Al postrarse, Jairo reconoció la grandeza, el poder y la suficiencia de Jesús. Al
postrarse, Jairo colocó su vida a disposición de Jesús, Jairo vino a encontrarse con la Vida
misma.

El dolor, la tristeza y la desesperación agobiaban a Jairo. Quizá esta noche tu vida


está en su peor momento. Quizá durante mucho tiempo has vivido atormentado y
mortificado por tus problemas. Acudiste a muchos lugares en busca de ayuda y nadie logró
hacer algo por ti. - Pero hoy, querido amigo, amiga, Jesús ha llegado a tu casa. Él está
dispuesto a ayudarte. Sólo tienes que vencer tu orgullo, tus miedos, e ir a Jesús. Solo a él
puedes venir con plena confianza. Aférrate a esa esperanza y que importa lo que digan tus
amigos, familiares y vecinos, - ¡ven a Jesús!

¿Cuántos quieren ir a Jesús y depositar su fe en él? (Levanten la mano)

II. JESÚS ES EL DADOR DE LA VIDA

Volvamos a leer, Marcos 5:41: “Tomó la mano de la niña y le dijo: - ¡Talita Cumi! (que
significa: “Niña a ti te digo, levántate)”.

Jairo le había rogado a Jesús que fuera a ver a su hija para que la sanara. Pero debido
a la multitud, Jesús no podía avanzar rápidamente. Fue en el trayecto que vinieron de la
casa de Jairo diciendo: “Tu hija a muerto, ¿para qué molestas al maestro? Pero Jesús, luego
que oyó lo que se decía, dijo al alto dignatario de la sinagoga: - No temas, Cree solamente”.
Sin duda cuando uno está al lado de Jesús, no hay noticia que sea para mal porque él
siempre tendrá una respuesta de esperanza. Jesús no dejó que Jairo pierda la fe sino que lo
fortaleció.

Hoy, Jesús también puede fortalecerte. Quizá piensas que es imposible vivir la vida
cristiana. Quizá tienes miedo de entregarte a Jesús por temor a fallarle. Amigo, escucha la
voz de Jesús que te dice: - “No temas, Cree solamente. No tengas temor, porque yo estaré
contigo. No desmayes porque yo soy tu Dios. Yo te sostendré con mi brazo poderoso”. -
¿Cuántos quieren aferrarse de la mano de Jesús? (Levanten su mano)

Aquel día, con las palabras de Jesús, el corazón de Jairo volvió a latir. Jairo volvió a
tener fuerzas y siguió caminando al lado de Jesús. Hoy, mi amigo, mi amiga, tú también
comenzarás a caminar al lado de Jesús. No habrá problema que te pueda derribar si tan sólo
te aferras de la mano de Jesús.

Cuando llegaron a la casa de Jairo. Había mucha gente llorando. En aquella época, la
costumbre era contratar plañideras para que vinieran a llorar al funeral. Por eso el texto
dice que Jesús vio alboroto y gran lamento. Ante esa situación, Jesús preguntó: - “¿Por qué
alborotáis y lloráis? La niña no está muerta; sino dormida” (Marcos 5:39). La gente se burló
de Jesús. Porque no comprendían el verdadero significado de la muerte.

Lo que quería decir Jesús, es que la niña muerta no se había ido ni al cielo, ni al
purgatorio, ni al infierno, sino que estaba allí en su cama. Porque para Jesús, cuando las
personas mueren no hay nada vivo que salga del cadáver y se vaya a algún lugar. Por eso,
para Jesús la muerte es como un sueño más profundo. De tal manera que, las personas
muertas en Cristo, descansan hasta la resurrección que ocurrirá cuando él venga por
segunda vez. Sin embargo, aquella vez en Capernaúm, Jesús mismo estaba presente. La
Biblia dice que se burlaron de Jesús. Pero él echó afuera a todos. Sólo tomó al padre, a la
madre y a Pedro, Jacobo y Juan, e ingresó donde estaba la niña. Le tomó la mano y le dijo: -
“¡Talita Cumi! (que significa: “Niña a ti te digo, levántate). Inmediatamente, la niña se
levantó y andaba, pues tenía doce años”. Las palabras de Jesús traspasaron las barreras de
la muerte y revitalizaron el cuerpecito de la niña. Porque no hay nada imposible para Jesús.
Aquel día lúgubre y triste para la familia de Jairo se convirtió en un día de gozo y fiesta.
Jesús llegó para cambiarlo todo.

Llamado 1

De igual manera, HOY Jesús quiere hacer milagros en tu vida. Quizá aparentemente
eres feliz, pero por dentro estas muriendo. El dolor, la angustia, la soledad, la depresión, el
pecado, la infidelidad, los vicios, están corroyendo tu ser. Aparentemente vives pero por
dentro te estas pudriendo en vida. - Pero, ya no sufras más, HOY ha venido Jesús para
revivirte y regenerar todo lo que en ti se ha destruido. Él ha venido para sacarte de la mugre
del pecado a una vida de pureza. Él ha venido para sacarte de la muerte a la vida. Él ha
venido para arrancarte de las garras del dragón y sostenerte en sus poderosas manos.

- ¿Cuántos deciden venir a Jesús y aceptarlo a como su salvador personal? (Levanten


la mano) Por favor los que levantaron la mano, podrían ponerse de pie. Queremos hacer
una oración por ustedes.

Llamado 2:

Sin duda, aquella vez, Jesús no sólo devolvió la vida a la niña sino que otorgó
salvación y vida eterna a toda la familia de Jairo. Porque Jesús busca salvar familias. Esta
noche, ¿habrá alguien más que desea entregar su vida a Jesús? Por favor, los que se
pusieron de pie, podrían venir aquí adelante para orar por ustedes.

Nota: Tomar los datos de los que vinieron adelante.


Tema 6: Volví a Jesús (Viernes)
Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo Pequeño.

Texto Base: “Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: - Mujer,
¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: - Ninguno, Señor.
Entonces Jesús le dijo: - Ni yo te condeno; vete y no peques más” (Juan 8:10,11)

Propósito: El estudio de hoy mostrará que estar cerca de Jesús traerá bendición y paz. Y
aunque haya habido errores y caídas, Jesús siempre está dispuesto a impartir su perdón, su
justicia y pureza a todo aquel que se arrepiente y lo acepta como su Salvador.

I. JESÚS NUNCA ES UN ACUSADOR (Juan 8:7)

“Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: - El que de vosotros esté


sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella”.

Jesús estaba enseñando a una multitud en el templo, cuando de pronto apareció un


tumulto de escribas y fariseos, que se abrieron paso, trayendo a una mujer, encontrada en
adulterio, semidesnuda, y la arrojaron delante de Jesús. Entonces le dijeron a Jesús: -
“Maestro la Ley de Moisés dice que esta mujer debe morir apedreada, tu ¿Qué dices?” Pero
Jesús, no respondió, se inclinó a tierra y comenzó a escribir con su dedo. Hubo un silencio
prolongado. La mujer avergonzada solo se hallaba agachada. Ella sabía que le esperaba la
muerte. Pensó que no tendría escapatoria. Su cuerpo estaba frio y temblaba de miedo.
Pensó en todo lo que había desperdiciado en su vida. Pensó en sus parientes. Pero ya era
tarde, pensó, ese día moriría. Sólo miraba la tierra, esperando las palabras condenatorias de
Jesús. Por eso aquel silencio se hizo eterno. Los escribas y fariseos se miraban unos a otros
mientras Jesús continuaba escribiendo.

Entonces, otra vez los escribas y fariseos arremetieron con preguntas y argumentos
para saber cuál era la respuesta de Jesús. Quizá la mujer levantó un poco la vista para mirar
cual sería la reacción de Jesús. Y cuando vio que Jesús se enderezó, pensó que su fin había
llegado. Sin embargo, Jesús no expresó palabras de condenación. Él dijo: “el que esté sin
pecado sea el primero en arrojar la piedra”. En ese momento, la mujer, cerrando sus ojos,
encorvó su cuerpo, esperando la primera piedra. Pero ésta no cayó. Y cuando abrió sus ojos
vio que Jesús seguía escribiendo.

Aquella mujer había llegado al momento más oscuro y triste de su vida. El amor por
si misma había desaparecido y probablemente vendía su cuerpo. Ella había perdido el valor
de la vida y no le tomaba importancia; hasta que se encontró a un paso de la muerte. Sola,
sin amigos y sin que nadie la defienda. Quizá hoy tu sientes lo mismo. El dolor, la culpa, los
problemas, las frustraciones y la depresión te están matando por dentro. Te refugiaste en
los vicios, el alcohol, los juegos de azar, los placeres, el sexo, y has llegado a sentir que tu
vida ya no tiene sentido. ¿Has pensado que tu vida es un error? ¿Has deseado morir? HOY,
Jesús tiene el poder para cambiar el rumbo de tu vida. Él te defenderá de Satanás, tu
enemigo. Él perdonará tus pecados y te cubrirá con su manto de justicia. Él transformará tu
tristeza en gozo. Por eso, hoy ven a Jesús. - ¿Cuántos quieren entregar su vida a Jesús?
(Levante la mano).

II. JESÚS ES TU GRAN SALVADOR Juan 8:10,11.

“Enderezándose Jesús y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: - Mujer, ¿dónde


están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella dijo: - Ninguno, Señor. Entonces
Jesús le dijo: - Ni yo te condeno; vete y no peques más”. Jesús continuó escribiendo en la
tierra. Según la tradición, eran los testigos del acto los que debían tirar las primeras piedras.
Y es probable que éstos se hayan colocado cerca de Jesús. Todos estaban esperando la
respuesta de Jesús. Quizá alguno ya tenía su piedra en la mano. Pero Jesús continuó
escribiendo. La mujer esperaba la lluvia de piedras. Hacía el esfuerzo por silenciar su llanto.
Y como Jesús había vuelto a escribir, la atención de todos se enfocó en Jesús. Todos miraban
con curiosidad lo que él escribía. Al principio se podía escuchar el murmullo de la gente.
Algunos no dejaban de hablar de la condición pecaminosa de la mujer. Pero poco a poco,
todo fue quedando en silencio. Jesús escribía los pecados de todos los que le rodeaban. Y
cada uno vio su delito escrito sobre la tierra. Ante eso, ninguno se atrevió a tirar su piedra,
sino que silenciosamente, acusados por su conciencia, cada uno fue retirándose
lentamente. - Esa tarde Jesús desnudó las conciencias de todos. Perturbados y sin poder
hablar se iban a sus casas. ¡Quizá algunos, en lo secreto de su corazón, reconocieron su
miserable condición!

Hoy, Jesús también te llama al arrepentimiento. Quizá piensas que no has hecho
nada malo. Sientes que tu vida ha sido ordenada y no tienes de que avergonzarte. Sin
embargo, recuerda que pecado no es sólo lo que hacemos sino que todo nuestro interior,
mente y corazón, están infectados del pecado. Por eso tanto tú, como yo, necesitamos dejar
que Jesús escudriñe nuestro interior y extirpe toda la basura que tenemos dentro. Sólo él
puede limpiarnos de toda maldad. Sólo en él podemos nacer de nuevo y comenzar una
nueva vida. Un nuevo nacimiento del agua y del Espíritu siguiendo el ejemplo de Jesús.
Porque Él quiere perdonarte y borrar todos tus pecados. Sólo él puede ingresar a tu corazón
e iluminar tu oscuridad. - ¿Cuántos aceptan a Jesús en sus vidas? (Levanten la mano)

Ilustración aplicativa: Amigo, si aún no has pasado por la experiencia del nuevo
nacimiento a través del agua y del Espíritu, sumergiéndote como Jesús en las aguas del
bautismo, el llamado de hoy es para ti. “Nicodemo le preguntó a Jesús: - ¿Cómo puedo
heredar el reino de los cielos? Y Jesús le respondió: - Es necesario nacer de nuevo, del agua
y del Espíritu”. Porque en el bautismo, al ser sumergido y sacado del agua, simbólicamente
mueres y resucitas a una nueva vida. A partir de ese momento naces como hijo de Dios y
eres una nueva criatura. En ese momento eres ciudadano del Reino de Dios, porque tu
nombre es escrito en el libro de la vida. - ¿Cuántos quisieran ser una nueva criatura?
(levanten la mano).

III. JESÚS VINO A MI

Aquella mañana, cerca del mediodía, la mujer adúltera comenzó a ver como todos
se iban yendo mientras Jesús escribía sobre la tierra. Entonces Jesús se enderezó, vio a la
mujer y le preguntó: - ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? Ella, con
su voz entrecortada y mirada avergonzada, respondió: Ninguno, Señor. En lo profundo de su
ser, la vida volvió a fluir. Y Jesús, con la voz de un Padre, le dijo: - “Ni yo te condeno; vete, y
no peques más”. Con esas palabras, Jesús, “aunque no toleró el pecado ni redujo el sentido
de culpabilidad, no buscó condenar sino salvar” (DTG, 426).

El pecado la había conducido hasta la muerte. Su debilidad la había llevado a


arrastrarse en la basura de este mundo. Aquella mañana, ella moriría. En su corazón ya no
había esperanza. Pero fue llevada ante Jesús. Y para Jesús nadie está perdido. Para Jesús
no vida imposible de transformar, Ante Jesús, la misma muerte huye.

Llamado: Amigo, amiga, hoy es el día de tu salvación. Hoy Jesús quiere revivir lo que
en tu interior se ha muerto. Hoy Jesús quiere reconstruir los pedazos de tu vida. Hoy Jesús
quiere regenerar todo lo que has perdido. Quizá, sientes que es imposible, pero recuerda
que en Jesús no hay condenación. No temas, confía en él ¿Cuánto desean confiar y entregar
su vida a Jesús en las aguas del bautismo? (Levanta tu mano) Por favor, los que ha levantado
su mano, pueden ponerse de pie.

Nota: Tomar los datos de los que vinieron adelante.


Tema 7: Arriesgue todo para ir a Jesús (Sábado)
Introducción:

Use una ilustración más adecuada. Saludo a los presentes en el Grupo Pequeño.

Texto Base: “Cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su
manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente
de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote2 (Marcos 5: 27-
29).

I. PARA JESUS NO HAY LÍMITES NI PREJUICIOS (Marcos 5:25-27)

“Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había
sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado,
antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su
manto”

Jesús había sanado al endemoniado gadareno. Le había devuelto la vida a un hombre


que vagaba por los sepulcros. Sin embargo sus conciudadanos en vez de alegrarse de eso le
recriminaron y le pidieron que se fuera de su aldea. Jesús decidió alejarse de ese lugar a
pedido de ellos y subió a la misma barca que lo había llevado allí.

Cuando Jesús llegó a la otra orilla se encontró con otra realidad. Una gran multitud
se reunió para dar la bienvenida al mensajero de paz y amor (Marcos 5:21). Algunos estaban
ahí por curiosidad; querían conocer de quién habían hablado tanto, otros estaban por
necesidad; querían ser sanados de sus dolencias; otros estaban ahí para buscar algún
motivo para acusarle. Camino a la casa de Jairo se encontraba una mujer que hacía doce
años estaba atormentada por un continuo flujo de sangre.

En la Biblia estas personas eran consideradas inmundas todo el tiempo que durara su
flujo (Levítico 15:25). El tormento de ella no era sólo por su enfermedad, sino también por el
trato que recibía por ello. Por intentar curar sus males buscó la ayuda humana. Gastó todo
su dinero en médicos humanos que no hacían nada, sino empeorar la situación (Marcos
5:25,26).

¿Cuántas veces, por intentar resolver nuestras necesidades con soluciones humanas,
terminamos por dañarnos más? ¿Cuántas veces creemos más en lo que los médicos,
psicólogos, consejeros, espiritistas nos dicen, que en lo que nos dice la Palabra de Dios? Esta
enfermedad representa el pecado que nos agobia y que poco a poco nos hunde. A veces
queremos resolverlo con nuestros propios esfuerzos. Hacemos promesas de cambiar pero
terminamos con hundirnos en el lodo. Es que una persona que anda sin Cristo puede
parecer que tiene felicidad, pero esa felicidad es pasajera. Pero hoy es el día para dejar
todo sufrimiento atrás. Hoy es el día para que vengas a Jesús y recibas de él la paz, la vida y
la sanación que tu alma necesita. - ¿Cuántos quieren venir a Jesús? (Levanta la mano).

II. JESÚS ES NUESTRA ÚNICA SOLUCIÓN

Esta mujer desesperada había oído hablar de Jesús (Marcos 5:27). Había intentado
con los mejores médicos y no había encontrado solución. Su única esperanza estaba en el
Médico Celestial. ¿Qué podría perder? Ya estaba cansada de vivir en ese círculo vicioso.
Rodeaban a Jesús mucha gente, ¿cómo llegar hasta él para pedir que le sane? Además ella
era considerada inmunda por aquellas personas. ¿Debía decir públicamente que sufría de
flujo de sangre? Muchas interrogantes circulaban por su mente.

Por un lado estaba su necesidad. Por otro lado estaba el rechazo de la gente y quizá
pensó que Jesús también la discriminaría. ¿Sería capaz Jesús de sanar alguien que para
todos era considerada impura? Aprovechando que había mucha gente a su alrededor, la
mujer optó por acercarse detrás de Jesús. Escondida por la multitud creía que si tan solo
pudiese tocar el manto de Jesús quedaría sana. Su fe acerca del poder de Dios era tan
grande, que le hacía creer que con solo ese toque sus problemas se resolverían. Y es que así
es la salvación. No requiere penitencias ni indulgencias. No requiere sacrificios ni obras
buenas., simplemente acércate a él, ábrele tu corazón y Jesús entrará y cambiará tu vida,
tus pensamientos ya no serán los mismos. Esta mujer sintió cómo su cuerpo cambiaba al
instante, sintió el poder de Dios recorrer todo su cuerpo enfermo. “Al instante la fuente de
su sangre se secó” (Marcos 5:29). El poder de Dios es tan grande que puedes sentirlo.

Toda persona que se encontraba con Jesús cambiaba por completo. Sus vidas ya no
eran las mismas. Cambia su manera de pensar, de vivir, de comer, de sentir. Dios nos da un
sentido para vivir. Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida”, pero no una simple vida,
sino “para que la tengan en abundancia” (Juan 10:10). Dios no quiere que solo sobrevivas en
esta tierra. Dios desea que disfrutes el vivir. Dios anhela verte sonreír y para eso hace hasta
lo imposible.

HOY es el día para que tú te acerques a Él. Deja tus temores de lado. Quizá todo lo
que has hecho a lo largo de tu vida te avergüenza. ¡No importa, arriésgalo todo, ven a Jesús!
Quizá todos te miran mal, te señalan, te marginan, te discriminan y te dicen que ya no tienes
solución. ¡No los escuches! ¡Escucha la voz de tu Padre que te dice: Hijo mío ven! - ¿Cuántos
quieren venir y entregar su vida a Jesús? (Levanta tu mano).

III. LA TIERNA RESPUESTA DE NUESTRO SALVADOR

La actitud de Jesús demuestra su carácter amoroso. Se dio cuenta que había “salido
poder de él” y mirando a la gente preguntó: - “¿quién me ha tocado el manto?” (Marcos
5:30). ¿Acaso Jesús no sabía quién lo había tocado? ¿Acaso Jesús no conocía a la mujer que
durante doce años estaba sufriendo de flujo de sangre? ¿Acaso Jesús no conocía sus
angustias y tristezas de esta pobre mujer? Dios nos conoce y sabe lo que sufrimos. “Hasta
los cabellos de vuestra cabeza están todos contados” (Lucas 12:7). No hay nada que pase en
nuestra vida que Dios no tenga cuidado. Entonces, ¿por qué preguntó “quién ha tocado mi
manto”? Jesús quería que la gente conozca acerca de la fe de esta mujer, él quería que
sirviera como testimonio de cómo Dios se preocupa de sus hijos. Levantó los ojos buscando
a la mujer de fe, al ser descubierta se acercó ante Jesús. Todos los ojos estaban puestos
sobre ella, su fragilidad y su temor estaban expuestas ante los demás. Aquellos que la
conocían quizá se preguntaban si todavía tenía flujo de sangre, si todavía era impura. A
veces las personas nos dedicamos a juzgar. A veces lo que más nos importa son las
tradiciones y el qué dirán.

A Jesús lo que más le interesa en la persona: ¡Es salvar un alma! la mujer “se postró
ante él, y le contó toda la verdad” (Marcos 5:33). Reconociendo la divinidad de Jesús se
inclinó para adorarle. Con actitud agradecida le contó todos sus sufrimientos. Desde cuando
le descubrieron la enfermedad, hasta que tuvo que perderlo todo para ser sanada, le contó
el drama que la atormentaba día a día.

Tú también tienes la oportunidad de contarle a Dios todas tus perplejidades. A través


de la oración Dios puede oírte y conocer de tus labios todos tus sufrimientos, ¿Acaso Dios
no sabe lo que me sucede? sí, pero él está esperando a que te acerques a él, te quiere
cerca para darte sus bendiciones. Dios no creó un Whatsapp para darte sus bendiciones de
lejos, Él te quiere cerca. Él estuvo dispuesto a morir con los brazos abiertos para
demostrarte que así te espera, Las dulces palabras de Jesús fueron un alivio para los oídos
de esta mujer atribulada; “Hija, tu fe te ha sanado”, le dijo, “Ve en paz, y queda sana de tu
enfermedad” le susurró al oído. ¡Qué palabras maravillosas! ¡Cuánto amor se ve reflejado
en aquellas frases! Dios tiene siempre para ti palabras de consuelo. Jesús está dispuesto
siempre a socorrerte. ¿Quieres sentir esa mano poderosa levantándote cuando caes? HOY
es el día de tu salvación. Hoy puedes venir a Jesús y nacer de nuevo en él, quiere darte su
vida para que tú vivas en abundancia, quiere llenar tu vida de paz y gozo. - ¿Cuántos
aceptan a Jesús como su salvador? (Levanta tu mano) Jesús se detuvo a sanar a esta mujer,
así como hoy se detiene para sanar tu angustiado corazón, aquella mujer, condenada a la
muerte, volvió a vivir. Hoy Jesús anhela que tú nazcas de nuevo en él a través de las aguas
del bautismo. En el bautismo, simbólicamente morirás y resucitarás a una vida. Serás un hijo
de Dios, una nueva criatura. Recuerda que Jesús nunca está demasiado ocupado para ti. Así
como en aquellos tiempos antiguos, hoy Dios está buscando personas con fe. Personas que
crean en él y que se aferren de sus promesas. Hoy puede haber un milagro como hubo en
aquellos días. Solo debes entregarte a Jesús y nacer de nuevo en él.

Ilustración Reflexiva

Hace unos años atrás un hombre que no creía en Dios había emprendido un desafío.
Decidió escalar una gran montaña. Pero en su orgullo él quiso hacerlo solo. No quería
compartir con nadie su gran hazaña. Pero al intentar subir se hizo largo el camino. Cayó la
oscuridad y aún no lograba llegar a la cima, ni tampoco podía descender. Al intentar seguir
subiendo resbaló y empezó a caer. Sin embargo, había estado sujeto a unas cuerdas que lo
resistieron. Ahí se encontraba ahora, colgado en la oscuridad. Pasaban las horas y a pesar de
sus constantes gritos de desesperación, no había señales de algún rescate. En ese momento
de angustia se acordó de Dios. Clamó a él y le dijo: “Señor, si existes, mándame una ayuda.
Si tú lo haces yo creeré en ti y te entregaré mi vida”. Clamó una y otra vez. De repente
escuchó una voz en medio de la nada que decía: “corta la cuerda”. No creía lo que estaba
escuchando. Volvió a clamar a Dios diciendo lo mismo. Pero una y otra vez se escuchaba la
voz: “Corta la cuerda”. Pero este hombre no quería hacerlo. En su mente creía que Dios
quería que se estrelle contra el piso, por haberlo rechazado en tantas oportunidades. Se
cuenta que al día siguiente el equipo de rescate encontró a este hombre muerto, colgado de
una cuerda, a solo un metro del suelo. No había hecho caso a la voz de Dios. No confió en la
Palabra de Dios.

Llamado:

Hoy Dios está esperando tu decisión. Hoy es el momento de decidirte por Jesús. Si
aún no te has bautizado, este llamado es para ti, porque Jesús no desea que sigas sufriendo
en tinieblas. Él te puede darte vida, y vida en abundancia, no una vida pasajera, porque Él es
la vida. ¿Quieres hoy entregarle tu vida? ¿Quieres confiar en las promesas de restauración
de Dios? Hoy es tu oportunidad, ¿Cuántos desean entregar su vida a Cristo en las aguas del
bautismo? Ponte de pie como muestra de tu decisión de seguir a Cristo, Ponte de pie como
muestra de tu decisión de fe en él. - ¿Habrá alguien más esta noche que decida entregar su
vida a Jesús en las aguas del bautismo? ¿Alguien más decide nacer de nuevo? (Ponte de pie)

Nota: Tomar los datos de los que vinieron adelante.

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