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Ciudadana:

OFICIAL JEFE (CPMN) LILUE R. TOVAR G.


JEFE DE LA OFICINA DE CONTROL DE ACTUACION
POLICIAL DEL CUERPO DE POLICIA
MUNICIPIO NAGUANAGUA
Su Despacho.

Yo, Oficial (CPMN) ENRIQUE JOSE ZAMORA JIMENEZ, titular de


la cedula de identidad V-17.903.057; debidamente asistida en el presente acto
por la Abogada en ejercicio, , Venezolana, mayor de edad, titular de la
cédula de identidad V- , inscrita ante el Instituto de Previsión Social del
Abogado bajo el número: , tengo el honor de dirigirme a Usted, en la
oportunidad de presentar de manera oportuna y en el lapso establecido en la Ley,
ESCRITO DE DESCARGO, CON ALCANCE A PROMOCIÓN DE PRUEBAS, por
medio del cual ejercito mi Derecho a la Defensa, en concordancia con el artículo 89,
ordinal: 4°, de la Ley del Estatuto de la Función Pública, en concordancia con lo
escrito en el artículo 49, ordinal 3°, de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, por los hechos que se me investiga y acusa, de lo cual por esta vía
administrativa ya fui investigado y absuelto por esta misma oficina de Control de
Actuación Policial. Incidencias contenidas en el expediente administrativo signado con
la nomenclatura: OCAP-029/2014; hechos y acusaciones de las cuales soy
“INOCENTE” afirmación que se soporta en el precepto Constitucional, previsto en el
artículo 49, ordinal 2 °, ejusdem y que por medio del presente escrito voy a
demostrar.

DE LOS HECHOS
Es el hecho cierto, que en fecha, 09 de noviembre de 2012, fui detenido por
funcionarios adscritos a la Oficina de Respuesta a las Desviaciones Policiales,
encontrándome de servicio en el Área de Seguridad Interna de la Comandancia
General de Policía del Estado Carabobo, justificando su acción mis compañeros
alegando que tenían conocimiento que mi persona estaba solicitada por el Juzgado
Cuarto de Control en materia Penal del Estado Carabobo, según oficio número: C4-
0272-2012, de fecha 13/07/12, por cuanto me fue revocada una medida cautelar de
la que gozaba, por cuanto estoy siendo juzgado por hechos que supuestamente
ocurrieron, y donde presuntamente guardo relación, contenidos en el expediente
penal signado con la nomenclatura GP01-2011-003942, por el delito de Robo
Agravado. Por estos hecho aún permanezco detenido, esperando sentencia del
ciudadano Juez, quien es por mandato de Ley, el único quien puede señalar si mi
persona tiene responsabilidad Penal o no en los hechos que se me imputan.
Paralelamente, en el pasado, específicamente en el año 2011, la Oficina de
Control de Actuación Policial del Estado Carabobo abrió averiguación administrativa,
signada con la nomenclatura OCAP-0179/2011, a fin de determinar mi
responsabilidad “ADMINISTRATIVA” en estos mismos hechos, por los cuales se me
esta juzgando; dichas diligencias administrativas culminaron con un acto de
desestimación, de fecha 17 de mayo de 2012, donde se acordó: “Desestimar la
presente averiguación” donde además se agrega: “……es de interés mencionar que el
ciudadano denunciante en ningún momento aportó indicios que nos permita sostener
que la conducta del funcionario antes mencionado pueda ser merecedora de sanción
alguna establecida en la vigente Ley del Estatuto de la Función Policial”. Dicho escrito
de Desestimación del Expediente administrativo OCAP-0179/2013, lo consigno como
prueba en el presente, en formato de fotostato, a fin surta los efectos legales
consiguientes y lo signo con la letra “A”.
Teniendo en cuenta lo antes mencionado, ya fui investigado y juzgado
administrativamente por el hecho en cuestión, donde se determinó en acto motivado
que NO GUARDO RELACIÓN ALGUNA, con esos hechos.

Pero sorprendentemente a raíz de mi detención producto de la decisión del Juez


Cuarto de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Carabobo, de revocar la
medida cautelar que disfrutaba, que dicho sea de paso NO CONSTITUYE SENTENCIA
FIRME ALGUNA, solo un simple acto de aseguramiento, y que el Juez en cualquier
momento está en la facultad de aplicar; La Oficina de Control de Actuación Policial de
la Policía del Estado Carabobo, nuevamente abrió averiguación administrativa en mi
contra, en fecha 07 de diciembre de 2013, por medio de auto de apertura, suscrito
por el entonces Jefe de la O.C.A.P, Supervisor Jefe (CPEC) JESUS ALBERTO JIMENEZ
MEDINA, donde justifica la apertura de averiguación diciendo: “…..se apertura
Averiguación Disciplinaria, al funcionario policial: Oficial Agregado (CEPC) Cedeño
Landaeta Emilio Rafael, titular de la cedula de identidad numero: V-14.713.163, por
estar presuntamente incurso en la causal prevista en el Numeral 2, del Articulo 97
ejusdem, …..” acto que violenta el principio del derecho que universalmente se
conoce como: in bis in ídem, que coloquialmente hace referencia a: (en latín: No dos
veces por lo mismo), es un derecho fundamental reconocido por la Constitución que
prohíbe que un acusado sea enjuiciado dos veces por un mismo delito. En otro
sentido implica que no pueda valorarse dos veces un mismo hecho o fenómeno para
calificar la tipicidad de un delito (por analogía al hecho que nos atañe “falta”) o
evaluar la concurrencia de circunstancias modificativas de la responsabilidad penal
(en nuestro caso por analogía “responsabilidad administrativa”). Pero más allá, ahora
se me Notifica y se me formulan cargos en mi contra, asiéndose del supuesto de que
mi persona PRESUNTAMENTE es responsable por: “Comisión intencional o por
imprudencia, negligencia o impericia grave, de un hecho delictivo….” Ósea, aunque
aún soy inocente de los hechos que se me imputan penalmente, por cuanto no existe
condena penal en mi contra, ya la Oficina administrativa que usted dirige determino
que PRESUNTAMENTE soy responsable del hecho delictivo por el cual se me juzgan.

Cargos en mi contra que se encuentran fuera de orden legal, ya que solo son
aplicables cuando el sujeto activo, es aprehendido en flagrancia come tiendo el
hecho, o existe una condena penal en su contra definitivamente firme, que lo hace
responsable de los hechos, y en ninguno de los dos supuestos está encuadrada mi
detención.

Así mismo en el cuarto folio del auto de formulación de cargo de fecha 27 de


febrero de 2014, realizado en mi contra y es objeto de esta defensa, está escrito: “
Procedimiento totalmente autónomo e independiente del proceso tramitado en sede
jurisdiccional, independiente del resultado penal (medidas cautelares, sentencias
condenatorias, o absolutorias), la averiguación administrativa recae solamente, sobre
la conducta subsumida en un cuerpo normativo distinto al ámbito penal ” Si esto es
cierto, entonces la averiguación en mi contra no tiene razón de ser, ya que lo único
irregular es el hecho de que el tribunal que me juzga decidió limitar mi libertad,
revocando una medida cautelar dada, sin que eso signifique que soy culpable de
algo, o que he sido condenado por delito alguno.

DEL DERECHO
Para soportar lo arriba aseverado a favor de mi defensa, es menester
desvirtuar las acusaciones concretas que se hacen en mi contra, las cuales son: a).-
Articulo 97, ordinal 2: Comisión intencional o por imprudencia, negligencia o
impericia graves, de un hecho delictivo que afecte la prestación del servicio policial o
la credibilidad y respetabilidad de la Función Policial.
Es un hecho demostrado en este escrito de que mi persona es INOCENTE de
hecho delictivo alguno con el cual se me quiera vincular, ya que si bien estoy siendo
juzgado privado de mi libertad, ya que presuntamente cometí un delito, no es menos
cierto que no he sido condenado penalmente y tampoco fui aprehendido en
flagrancia cometiendo hecho alguno, que ponga en entredicho mi INOCENCIA.
Además en los expediente administrativo signado con la nomenclatura OCAP:
0239/2012, no existe ni un solo elemento de convicción que permita convencer a
juzgador alguno que con mi conducta, mi persona pudiera guardar relación con los
ilícitos administrativos de los cuales se me acusa, por lo tanto SOY INOCENTE DE
TODO LO QUE SE ME IMPUTA, tal y como está escrito en el artículo 49, ordinal 2°, de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, donde está escrito: “Toda
persona se presume inocente, mientras no se demuestre lo contrario.”
Segundo esta instancia administrativa nada tiene que decidir entorno a estos
hechos, por cuanto ya fue juzgado y se demostró en esa investigación mi
INOCENCIA, mal podría volver a juzgar a mi persona por los mismos hecho ya que va
en contravención de lo establecido en el principio del derecho In Bis In ídem, previsto
en el artículo 49, ordinal 7° de la Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela, donde está escrito: “Ninguna persona podrá ser sometida a juicio por los
mismos hechos en virtud de los cuales hubiese sido juzgada anteriormente”.
Así también en el Acto antes mencionado, se me acusa que incurrí en el
supuesto previsto en el artículo 86, ordinal 6 de la Ley del Estatuto de la Función
Pública, donde está escrito: “…falta de probidad…acto lesivo al buen nombre o a los
intereses del órgano o ente de la Administración Pública.” Siendo la falta de probidad
en el sentido etimológico de la palabra, la cual proviene de latín “probĭtas” que
significa “honradez” (RAE, 2009); siendo esta una cualidad que implica para quien la
posea ser “probo justo, recto, equitativo (…) escrupuloso en lo que pueda constituir
delito o falta contra la probidad” (Cabanellas, 2005:186). En otras palabras, es la
“rectitud de espíritu y de sentimientos de honra que lleva a la observancia rigurosa
de deberes de justicia y moral” (Caldera, 1960:353).
Por lo antes señalado, cuando se incorpora la palabra “falta” como sinónima de
ausencia y actúa como adjetivo de la palabra “probidad”, el término obtenido “falta
de probidad” sería equivalente a la “ausencia de honradez”. La falta de probidad se
puede resumir igualmente en el término “improbidad” (Caldera, 1960), que significa
“falta de probidad, rectitud u honradez. Iniquidad, maldad, perversidad” (Revista
Judicial, 2010), siendo un ímprobo “quien procede con improbidad, inicuo, malvado,
perverso” (Revista Judicial, 2010).
En el ámbito laboral, el vocablo probidad corresponde a la “idea de rectitud, de
integridad, de honestidad, aplicada al cumplimiento de los deberes derivados de la
relación de trabajo que ha de cumplirse de buena fe” (Caldera, 1960: 353). Por lo
que puede entender en sentido general a la falta de probidad como toda conducta
dolosa que implique un engaño hacia el patrón o hacia el trabajador con el fin de
obtener un beneficio propio o perjudicar a la otra parte de la relación de trabajo.
Leída la explicación encontrada en la doctrina que emana de la práctica de la
legislación patria, se establece más aun mi INOCENCIA prevista en el artículo 49,
ordinal 2°, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, por cuanto mi
conducta siempre a estado ajustada a lo que dictan las leyes.
De lo que se desprende en el artículo 49, ordinales: 1°, 2°, 3°, 5°, 6°; 7 y
artículo: 51, de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; además de
los Artículos: 8, 9 en sus ordinal: 1°; artículos: 15, en todos sus numerales, y 98
ordinal 4, de la Ley del Estatuto de la Función Policial, es que solicito:

PETITORIO
En virtud de los hechos, donde juro es la verdad; y del derecho arriba
enunciado, que, en el ejercicio de mi derecho a la Defensa, muy respetuosamente
solicito a la administración, representada en su persona que: 01.-Se acuerde la
desestimación de esta averiguación administrativa, por cuanto ya fue juzgado y
absuelto por la Oficina de Control de Actuación Policial. 02.- Se deje sin efecto
cualquier sanción en mi contra, por cuanto soy INOCENTE DE TODO LO QUE SE ME
IMPUTA. 03.- Se admita el presente escrito, en toda sus partes y contenidos, sus
anexos, y aseveraciones, a fin surtan los efectos legales pertinentes.
Es justicia que espero, a los doce días del mes de marzo del año dos mil
catorce.-

Oficial Agregado (CPEC) EMILIO RAFAEL CEDEÑO LANDAETA,

V-14.713.163
JUZGADO SUPERIOR EN LO CIVIL Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO 
DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA. 

Expediente Nº 9.995 

MOTIVO: Recurso Contencioso Administrativo de Nulidad (Querella Funcionarial). 

PARTE RECURRENTE: El ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMÍREZ,


venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad Nº 16.834.812, domiciliado
en este Municipio Maracaibo del Estado Zulia. 

APODERADO JUDICIAL DEL RECURRENTE: El abogado en ejercicio GABRIEL


PUCHE URDANETA, inscrito en el Inpreabogado bajo el número 29.098, venezolano,
domiciliado en el Municipio Maracaibo del Estado Zulia; representación que se
evidencia de Poder Autenticado por ante la Notaria Pública Décima Primera de
Maracaibo anotado bajo el número 29, Tomo 113, en fecha 10 de Noviembre de 2005,
inserto en el folio nueve (9) y diez (10) de las actas procesales. 

PARTE RECURRIDA: Policía Regional del Estado Zulia. 

REPRESENTANTE JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA: Abogada Ironu C. Mora,


titular de la cédula de identidad N° 12.869.868, inscrita en el Inpreabogado bajo el
numero 89.828, obrando con el carácter de abogada sustituta del Procurador del Estado
Zulia, según consta de documento poder notariado por ante la Notaria Pública Octava
de Maracaibo, quedando anotado bajo el N° 46, Tomo 77 de los libros de
autenticaciones, que riela en el folio treinta y tres (33) y treinta y cuatro (34) del
expediente. 

ACTO ADMINISTRATIVO IMPUGNADO: Acto administrativo de destitución del


cargo Oficial de Policía N° 4026 de la Policía Regional del Estado Zulia, contenido en
la Resolución N° 030 suscrita por el ciudadano José Sánchez Montiel, Secretario de
Defensa y Seguridad Ciudadana del Estado Zulia y notificada el 28 de Octubre de
2.005. 

Se da inicio a la presente causa por recurso contencioso administrativo de nulidad


interpuesto por ante éste Juzgado Superior en lo Civil y Contencioso Administrativo de
la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, en fecha 27 de Enero de 2006, el cual fue
recibido y se le dio entrada el mismo día. Posteriormente, en fecha 06 de Marzo de
2006 se admitió cuanto ha lugar en derecho y se ordenó citar al Procurador del Estado
Zulia, a través de su órgano subjetivo institucional administrativo, para que diera
contestación al presente recurso de conformidad con la Ley del Estatuto de la Función
Pública. 

PRETENSIONES DEL RECURRENTE: 

Fundamenta la parte recurrente su solicitud en los siguientes hechos: 

Que era un funcionario público de carrera policial al servicio de la Policía Regional del
Estado Zulia, órgano adscrito a la Gobernación del Estado Zulia, con el grado de Oficial
N° 4026. 
Que en fecha 28 de Octubre de 2005, fue destituido de su cargo, al recibir original de la
Resolución N° 030 de fecha 06 de Octubre de 2005, suscrita por el Secretario de
Defensa y Seguridad Ciudadana de la Gobernación del Estado Zulia, de conformidad
con el artículo 86, numerales 6 y 11 de la Ley del Estatuto de la Función Pública, en
concordancia con el artículo 32, numeral 1 de la Ley de Policía Regional. 

Que para la destitución se le imputaron los cargos establecidos en el numeral 6 y 11 del


artículo 86 de la Ley del Estatuto de la Función Pública y el artículo 32 numeral 1 de la
Ley de Policía Regional del Estado Zulia. 

Que el acto administrativo destitutorio esta viciado de nulidad porque violó el principio
de presunción de inocencia consagrado en el numeral 2 del artículo 49 de la
Constitución Nacional y en el artículo 8, numeral 2 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos. 

Refirió que en su expediente disciplinario, incoado por la Oficina de Recursos


Humanos de la Policía Regional del Estado Zulia, cursa una denuncia en su contra
realizada por el ciudadano Whinter de Jesús Fuenmayor Castillo, quien manifestó ser
funcionario de la Policía Municipal de Maracaibo, el cual denunció que en un
procedimiento policial se le extravió su teléfono celular, y que presuntamente estaba en
poder del ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ, y en tal sentido la Policía
Regional detuvo al recurrente por el referido hecho y fue puesto a la orden de la Fiscalía
del Ministerio Público el cual fue presentado por la Fiscal Auxiliar Décimo Séptimo del
Ministerio Público del Estado Zulia, ante el Tribunal Tercero de Control de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia. 

Que dicho Juzgado de Control en la audiencia de presentación del detenido (EUDRY


ENRIQUE GIL RAMIREZ, parte recurrente) determinó que “el denunciante extravió
su celular en un procedimiento en la avenida 61 con 8…”, todo lo cual hace presumir
que no se configuraron en las actas el hecho punible atribuido por el Ministerio
Público. 

Que en cuanto al delito de extorsión imputado por la Vindicta Pública adujo que el
mismo no se encuentra configurado y en consecuencia el día 13 de Agosto de 2005, el
Tribunal de Control concedió la libertad inmediata al ciudadano EUDRY ENRIQUE
GIL RAMIREZ, por no llenarse los extremos del artículo 250 en su tercer aparte del
Código Orgánico Procesal Penal. 

Alegó que la imputación de los cargos y la motivación de la destitución violaron el


principio de presunción de inocencia, porque la Administración Pública no probó los
hechos imputados al recurrente y se le sancionó en vía administrativa con puras
presunciones, sin llegarse a la verdad de lo que ocurrió, refiriendo además que el
Tribunal Tercero de Control del Circuito Judicial Penal exonero de cualquier
responsabilidad al ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ de los hechos
imputados por el Ministerio Público que fueron los mismos imputados en la
averiguación disciplinaria, razón por la cual consideró que el acto administrativo
destitutorio impugnado violó el principio de presunción de inocencia antes descrito y en
consecuencia esta viciado de nulidad. 

Por otro lado denunció que en el procedimiento disciplinario se violó el principio de


control de la prueba, por cuanto la Administración Pública promovió a varios testigos
en la elaboración preliminar sin la presencia de su representado y sin permitirle
repreguntarlos, lo cual no es permitido en el procedimiento previsto en la Ley del
Estatuto de la Función Pública. 

Refirió que para que una prueba tenga valor en sede administrativa o judicial se le debe
permitir a la contraparte que controle la misma, y en el caso de la prueba de testigos es
pertinente que al investigado se le permita repreguntar a los testigos por la
Administración en su contra, y en el presente caso según la parte recurrente no se le
permitió a su representado repreguntar a los testigos evacuados por la Administración
ya que sólo consta la declaración del denunciante Whinter de Jesús Fuenmayor
Castillo. 

Adujo que el artículo 49 de la Constitución Nacional señala que toda persona tiene
derecho a acceder a las pruebas y que serán nulas las pruebas obtenidas mediante
violación del debido proceso, por lo cual consideró que su representado debió estar
presente cuando se realizaron las declaraciones de los testigos evacuados por la
Administración Pública, alegando no habérsele permitido, con lo cual consideró que la
Administración Pública violó directa y flagrantemente el derecho a la defensa y al
debido proceso. 

Así mismo denunció que la Administración Pública aplicó erróneamente la causal de


destitución N° 6 y 11 del artículo 86 del Ley del Estatuto de la Función Pública, por
considerar que la misma no corresponde a los hechos imputados, por lo cual al ser la
formulación de los cargos erróneo, todo lo subsiguiente esta viciado de nulidad
absoluta, al no corresponder la base legal con los hechos señalados que fueron
desvirtuados en la sentencia penal y en base a ello no puede pretender la
Administración que simplemente hubo un error, debido a que el ciudadano EUDRY
ENRIQUE GIL RAMIREZ fue destituido en base a hechos que no son ciertos y que no
fueron demostrados por la Administración Pública. 

También alegó que el sistema sancionatorio de la Ley del Estatuto de la Función


Pública prevé un sistema de graduación de la falta, en la cual se establece que para la
aplicación de la sanción mas severa, como es la destitución, previamente se deben
aplicar amonestaciones por escrito, y por acumulación de amonestaciones es que puede
luego sancionarse al funcionario 

En tal sentido adujo que no se puede destituir al ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL
RAMIREZ por haberse encontrado un teléfono celular en el piso y más aun cuando en
el Derecho Administrativo rige el principio de la proporcionalidad de la sanción
administrativa, para lo cual invocó un criterio jurisprudencial emanado de la Corte
Primera de lo Contencioso Administrativo en sentencia de fecha 21 de Diciembre de
2.000. 

Refirió que la Administración cuando hace uso de su poder disciplinario, debe poner
especial cuidado en la adecuación entre la falta cometida y la sanción que procede
aplicar, sobre todo cuando se trata de la sanción de destitución, que acarrea la ruptura
del vinculo que une a ambas partes. 

Alegó que resulta a todas luces desproporcionado el acto administrativo destitutorio por
estar basado en un hecho no probado, por lo que no pudo sancionársele con un hecho
que no cometió ya que no se demostró en forma alguna que el ciudadano EUDRY
ENRIQUE GIL RAMIREZ haya extorsionado para la devolución del teléfono celular a
su propietario, por lo que consideró el recurrente que se destituyó a su representado en
forma ilegal, abusiva, desconsiderada, porque no apreció que el trabajo de su
representado es difícil de realizar día a día por las funciones que cumple y tiene que
resolver rápidamente las situaciones de acuerdo a su experiencia. 

Que la Administración Pública incurrió en desviación de poder porque la


administración aplicó la medida mas severa como es la destitución a un hecho que no
esta contemplado en la norma jurídica aplicable, porque los hechos ocurridos no fueron
demostrados, y de ser cierto no consta una violación de ninguna norma legal ni
constitucional. 
Por las razones antes expuestas, solicitó la nulidad del acto administrativo de
destitución del ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ, del cargo Oficial de
Policia N° 4026 de la Policía Regional del Estado Zulia contenido en la resolución N°
030 de fecha 06 de Octubre de 2005, emanada por el Secretario de Defensa y Seguridad
Ciudadana de la Gobernación del Estado Zulia, notificada en fecha 28 de Octubre de
2005, por contener los vicios de falso supuesto, desproporcionalidad de la sanción y
desviación de poder. 

Que se ordene la reincorporación del ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ al


cargo que venia ejerciendo en el referido órgano policial. 

Y que se ordene el pago de los salarios caídos, aumentos o incrementos salariales por
decreto presidencial, aguinaldos, vacaciones, bonos vacacionales, intereses sobre
prestaciones sociales, primas, bonos, aportes al fondo de ahorro, fondo de pensiones y
jubilaciones, Ley de Política Habitacional, o cualquier otro que reciban los funcionarios
públicos policiales de la Gobernación del Estado Zulia, desde la fecha de su ilegal
retiro, hasta que real y efectivamente sea reincorporado a su cargo y que los mismos
sean indexados de conformidad con el método indexatorio establecido por el Tribunal
Supremo de Justicia; y que en caso de ser improcedente este recurso subsidiariamente
se ordene el pago de sus prestaciones sociales. 

DEFENSA DE LA RECURRIDA: 

En la oportunidad procesal para dar contestación al recurso, compareció la abogada,


Ironu C. Mora, antes identificada, obrando con el carácter de abogada sustituta del
Procurador del Estado Zulia, y presentó escrito en el cual se limitó a expresar y solicitar
lo siguiente: 

Que la Administración Pública fundamentó la falta del ciudadano EUDRY ENRIQUE


GIL RAMIREZ conforme a lo dispuesto en el numeral 6 de la Ley del Estatuto de la
Función Pública referente a la falta de probidad, vías de hecho, injuria, insubordinación,
conducta inmoral en el trabajo acto lesivo al buen nombre o a los intereses del órgano o
ente de la Administración Pública; en tal sentido se pudo constatar del expediente
administrativo los hechos cometidos, los cuales fueron corroborados por los testigos,
los cuales motivaron la apertura de la averiguación administrativa y son irrefutables, de
manera que considere o no el recurrente que se le ha vulnerado su derecho a la defensa
y al debido proceso, el acto lesivo como tal existe y fue cometido por el recurrente, de
manera que declarar la nulidad del acto administrativo por medio del cual se le
destituye, constituye indiscutiblemente revestir de legalidad el hecho cometido. 

Que existen suficientes fundamentos de hecho que evidencian que el ciudadano


EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ es responsable de las irregularidades que se le
imputan. 

Que las irregularidades cometidas constituyen una falta de probidad y no debe estar
supeditado a una interpretación estricta del enunciado, por cuanto ocasionan un
perjuicio grave al buen nombre de la institución que representa y en consecuencia un
daño irreparable al colectivo, puesto que tal actuación crea incertidumbre e inseguridad
jurídica para quienes deben estar amparados por los cuerpos policiales, ya que los afecta
en su buena fe, so pena del hecho de que quienes laboran para la administración
pública, mas allá de las funciones inherentes a su cargo, prestan un servicio público, por
lo que deben ser personas idóneas, probas de intachable moral. 

Refirió que quien se presta a cometer hechos irregulares haciendo caso omiso al
procedimiento legal establecido, quien conociendo la comisión de irregularidades en
lugar de denunciarlo se convierte en participe y cómplice de la misma, no puede ser la
persona idónea para ocupar un cargo público y que aunque el colectivo no puede
considerarse patrimonio del Estado, si constituye uno de sus intereses primordiales, por
lo que la Administración tiene la obligación indeclinable de sancionar todas aquellas
actuaciones que ocasionen un daño grave en detrimento de los administrados. 

En tal sentido, calificar los actos cometidos por el recurrente enmarcándolos en el


supuesto establecido en los numerales 3 y 6 del artículo 86 de la Ley del Estatuto de la
Función Pública, obedece a la interpretación que otorga la Administración a un hecho
irregular que a su juicio afecta gravemente su interés principal, que no es otro que sus
ciudadanos. 

Que el recurrente pretendió desvirtuar los fundamentos que dieron origen al acto
administrativo de destitución, alegando que fue vulnerado el derecho a la presunción de
inocencia, no obstante advirtió que el fundamento legal que sustenta la destitución es
una actuación que atenta contra el prestigio de la Institución por falta de probidad o
conducta inmoral con ocasión del servicio, al respecto indicó que la falta de probidad se
puede materializar a través de una actuación u omisión cuyas consecuencias afecten
negativamente la imagen de la institución. 

Refirió que la Ley de Policía Regional del Estado Zulia, como norma sustantiva que
regula el orden interno de dicha Institución enmarca los hechos bajo la denominación
de “faltas muy graves”, establecida en el artículo 32.1 y recalcó que la comisión de este
tipo de faltas conllevan de conformidad con el numeral 1 del artículo 36 (ejusdem), a la
destitución y expulsión del oficial de la Policía Regional del Estado Zulia. 

Que la conducta asumida por el oficial, independientemente del calificativo penal que
de ella pueda derivar, se configura por si misma como una falta sancionada en sede
administrativa, por lo que no resulta subsidiaria o vinculante a la condena penal que de
ella se haga, para lo cual refirió lo establecido en las sentencias N° 01216 de fecha 26
de Junio de 2000, Sentencia N° 469 del 02/03/2000 y Sentencia N° 02714 del
20/11/2001 emanadas de los máximos Tribunales de la República 

Que la Administración aunque no tiene la competencia para sancionar penalmente la


conducta del recurrente, si tiene la atribución, el deber y la obligación de sancionar
aquellas conductas de los funcionarios que no sean cónsonas con las obligaciones y
comportamiento debido que estos deben observar en el ejercicio de sus funciones; por
lo tanto se hace necesario un pronunciamiento autónomo e independiente por parte de la
Administración en torno a las situaciones en que se encuentre incurso el funcionario y
que bajo la tutela de la ley estatutaria constituyan falta susceptible de ser sancionada. 

Recalcó que si bien es cierto en materia contencioso administrativa rige el principio


dispositivo, el juez es libre de elegir el derecho que considere aplicable según su ciencia
y conciencia; en tal sentido, ha venido desarrollando poderes inquisitivos de manera de
poder entrar a considerar otros elementos de derecho, distinto a los alegados por las
partes. Por lo cual consideró que el Órgano Jurisdiccional puede utilizar todos aquellos
datos que figuren en el expediente administrativo aun cuando en los alegatos formales
las partes no recojan alguno de ellos. 

Sobre la base de los argumentos explanado por la representación judicial de la parte


recurrida, solicitó se declare sin lugar el presente recurso. 

DE LAS PRUEBAS: 

En fecha 19 de Junio de 2006, día y hora pautados para la realización de la audiencia


preliminar, la misma se llevó a efecto y en virtud de no haber conciliación entre las
partes se ordenó la continuación del procedimiento, quedando abierta la causa a pruebas
de conformidad con la Ley del Estatuto de la Función Publica; no obstante vencido el
lapso probatorio ninguna de las partes consigno escrito de promoción pruebas. 

Sin embargo, es importante destacar que el recurrente junto con el escrito de querella
consignó como fundamento de la pretensión unas documentales, las cuales éste
Tribunal de conformidad con el principio de adquisición procesal se encuentra forzado
a valorar y lo hace de la siguiente manera: 

a) Original de la notificación de la Resolución 030 de fecha 06 de Octubre de 2005,


contentiva de la destitución del ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ,
suscrita por el Secretario de Defensa y Seguridad Ciudadana Dr. José Alberto Sánchez
Montiel, la cual fue recibida por el referido ciudadano el 28 de Octubre de 2005 y de la
cual se desprende la competencia del órgano administrativo para resolver la destitución
del ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ, que se aperturó y sustanció
procedimiento disciplinario signado con el N° DG-DRH-DRD-071-05 y la decisión de
destitución basada en el numeral 6 y 11 del artículo 86 de la Ley del Estatuto de la
Función Pública, en concordancia con el artículo 32, numeral 1 de la Ley de Policía
Regional del Estado Zulia. 

b) Acuse de recibo de escrito suscrito por el ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL


RAMIREZ, dirigido al Director Comisario Jefe de la División de Recursos Humanos
con atención al Jefe del Departamento de Régimen Disciplinario de la Policía Regional
del Estado Zulia, mediante el cual le describió según su consideración los hechos
suscitados, su situación laboral y solicitó la nulidad del acto administrativo preparatorio
del procedimiento disciplinario y en tal sentido revoque la medida cautelar
administrativa de suspensión de cargo con goce de sueldo acordada al momento de la
apertura del procedimiento disciplinario y se ordene la reincorporación al cargo. 

c) Copia simple de la notificación de la Resolución de fecha 12 de Agosto de 2005,


contentiva de la medida cautelar administrativa de suspensión del ejercicio de las
funciones al ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ, decretada por el Jefe de la
División de Recursos Humanos de la Policía Regional del Estado Zulia, Comisario Jefe
Valme Franco. 

d) Copia simple del Acta de Presentación de Imputado, de fecha 13 de Agosto de 2005,


emanada del Tribunal Tercero de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Zulia,
decisión N° 1208-05, causa N° 3C-957-05, mediante la cual el Tribunal declaró la
libertad inmediata del ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ, sin perjuicio a
que se aperture un procedimiento administrativo por cualquier superior del imputado y
se declaró sin lugar la solicitud de la Fiscalía del Ministerio Público. 

Los instrumentos identificados en los particulares a), y b), constituyen documentos


administrativos, los cuales se tienen como documentos reconocidos y dan fe entre las
partes del hecho material y de las declaraciones en ellas contenidas; en consecuencia a
tenor de lo establecido en los artículos 1.357 y 1.359 del Código Civil, el Tribunal les
reconoce pleno valor y la eficacia probatoria. Así se decide. 

Y en cuanto a los instrumentos identificados en los literales c), y d) son copias


fotostáticas simples, y por cuanto la parte querellada no impugnó las mismas, se tienen
como fidedigna de su original a tenor de lo previsto en el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil. Así se decide. 

CONSIDERACIONES PARA DECIDIR: 

Estando en la oportunidad para dictar sentencia en la presente causa, el Tribunal


procede a pronunciarse al fondo previo las siguientes consideraciones: 

Se observa de las actas procesales, de la prueba referente a la notificación de la


Resolución de destitución consignada en el expediente en el folio once (11) y doce (12),
que efectivamente el ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ, era oficial de la
Policía Regional N° 4026 y que fue destituido en fecha 06 de octubre de 2005, basada
en la causal de destitución tipificada en el artículo 86, numerales 6 y 11 de la Ley del
Estatuto de la Función Pública , en concordancia con el artículo 32, numeral 1 de la Ley
de Policía Regional del Estado Zulia. 

No obstante se observa del escrito de querella que el recurrente alegó que el acto
destitutorio esta viciado de nulidad porque violó el artículo 49 de la Constitución
Nacional referente a la presunción de inocencia al sancionar la administración al
ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL RAMIREZ en base a presunciones, ya que los
hechos imputados por la Fiscalía del Ministerio Público no fueron comprobados por lo
que fue declarado libre por el Tribunal de Control que llevaba el caso penal. 

Que contiene el vicio del falso supuesto de derecho porque aplicó erróneamente las
normas invocadas en el acto destitutorio considerando que las mismas no corresponden
con los hechos señalados; y que contiene el vicio de falso supuesto de hecho porque fue
destituido en base a hechos que no son ciertos y no fueron demostrados por la
Administración Pública. 

Que el acto destitutorio fue desproporcionado porque la destitución no debió ser


aplicada directamente sino previa imposición y acumulación de ciertas amonestaciones
escritas, por poseer el sistema sancionatorio de la Ley del Estatuto de la Función
Pública un sistema de graduación de faltas. 

Y que la Administración Pública incurrió en desviación de poder porque aplicó la


medida mas severa y sobre unos hechos no demostrados. 

Por otro lado lo se observa, que la representación judicial de la Administración Pública


consideró que la norma aplicada en la destitución no tenía referencia sobre los hechos
materiales imputados al funcionario policial, sino en la situación que de ello se
desprende, situación que ocasiona un perjuicio grave al buen nombre de la institución
que representa y un daño al colectivo, puesto que tal actuación crea incertidumbre e
inseguridad para quienes deben estar amparados por los cuerpos policiales ya que los
afecta en su buena fe, y por prestar un servicio público deben ser personas idóneas
probas y de intachable moral; razón por la cual el órgano policial invocó la norma
adecuada. 

Vista la controversia planteada quien juzga observa que el numeral 6 del artículo 86 de
la Ley del Estatuto de la Función pública establece como causal de destitución “la falta
de probidad, vías de hecho, injuria, insubordinación, conducta inmoral en el trabajo o
acto lesivo al buen nombre o a los intereses del órgano o ente de la Administración
Pública”. 

Como se observa la causal invocada contiene varias sub causales las cuales han sido
definidas por la doctrina; para la solución del presente caso se considera necesario citar
lo que la doctrina y la jurisprudencia ha definido como falta de probidad y como acto
lesivo al buen nombre o a los intereses del órgano o ente de la Administración Pública,
a los fines de analizar las referidas conductas. 

Así la falta de probidad según la Enciclopedia Jurídica Opus (1999), citada en el libro
“Régimen Jurídico de la Función Pública en Venezuela, Homenaje a la Doctora
Hildegard Rondon de Sansó” (definición también usada por los máximos tribunales de
nuestro país), se define como “la bondad, rectitud de animo, hombría del bien,
integridad y honradez en el obrar, completando que la probidad consiste en la rectitud,
en la ética en las labores inherentes al cargo, lo cual implica cumplir de manera
eficiente con las actividades asignadas y que incluso la probidad va mas allá de un
delito ya que toca elementos más profundos como lo son la ética, la moral, la rectitud,
la honestidad y la buena fe. 

Así también el profesor Jesús González Pérez, igualmente citado en la obra antes
señalada, al referirse a la falta de probidad, señala que la misma no debe limitarse al
ámbito estrictamente funcionarial, sino que trasciende al ámbito interno de la
Institución donde el funcionario se desempeña, actuaciones públicas de quienes revisten
la calidad de agentes del Estado, toda vez que la vida social acorde con la dignidad del
cargo debe ser observada por todos los funcionarios en sus actuaciones privadas con el
objeto de no dañar el prestigio del servicio. 

En tal sentido se observa que el fundamento de de la falta de probidad como causal de


destitución está en que la administración Pública debe velar porque los funcionarios a
ella adscritos reúnan unos requisitos mínimos de comportamiento debido. 

Por otro lado en cuanto al acto lesivo al buen nombre o intereses del órgano o ente de la
Administración Pública, la Magistrada Hildegar Rondon de Sansó en una sentencia de
fecha 29 de Febrero de 1972,. Emanada del Tribunal de Carrera Administrativa
estableció lo siguiente: 

“ .. (omisis) alude a la realización por parte del empleado de un acto que lesione a la
Administración, contemplando dos posibles efectos de dicho acto y con ello dos
distintas hipótesis: la primera de las hipótesis es la que el acto menoscabe el buen
nombre del organismo y, corresponde por ello al campo de los derechos morales, ya que
está destinado a proteger la reputación, la fama, la integridad moral. La segunda
hipótesis es la de que el acto lesione los intereses del organismo y debemos entender
por ello que, la lesión en tal caso, se refiere a situaciones jurídicas mas concretas, esto
es, a los derechos y expectativas que tienen un contenido material” 

Ahora bien, en el caso de autos se observa que la parte querellante y la recurrida


coinciden en aseverar que el recurrente estuvo implicado en una denuncia y formal
acusación penal por haber cometido presuntamente el delito de extorsión, y en base a
ello el órgano acusatorio penal aperturó una investigación penal en su contra, lo cual
fue tramitado finalmente por el órgano jurisdiccional competente, el cual declaró
finalmente absuelto al recurrente de los cargos imputados. 

Sin embargo es importante destacar que la Sala Político Administrativa ha considerado


que un mismo hecho puede dar lugar a sanciones de tipo penal y de tipo administrativa
y que aunque el hecho esté tipificado como delito, nada obsta para que pueda ser
sancionado en sede administrativa, la cual no está supeditada a la comprobación previa
ante la jurisdicción penal ordinaria. Al respecto, la Sala en sentencia de fecha 02 de
Marzo de 2000 estableció lo siguiente: 

“… (omisis), aun cuando los hechos ventilados ante la jurisdicción penal ordinaria
nacen de la misma situación, que para los sancionados obedece a una “gratificación”
por parte de la presunta víctima, y para la jurisdicción penal supone la apertura de una
investigación sumarial por la presunta perpetración del delito de extorsión, a raíz de la
denuncia de la propia víctima, el resultado de este juicio es independiente de las
conclusiones de las averiguaciones administrativas iniciadas con ocasión de las
presuntas faltas a los deberes militares. Ello es así porque un mismo hecho puede dar
lugar a sanciones de naturaleza distinta, cuando el ámbito de actuación de los
involucrados está regulado especialmente y cuando determinado hecho, tipificado como
delito para la jurisdicción ordinaria, constituye en sí mismo una falta sujeta a sanción en
sede administrativa, la cual no depende para su imposición de la comprobación previa
ante la jurisdicción ordinaria de que se ha cometido delito”(Negrillas del Tribunal) 
El Reglamento de Régimen Disciplinario de la Policía Regional establece en su
artículado lo siguiente: 

Articulo 7: “Los oficiales de Policía deberán conducirse todo el tiempo, dentro y fuera
del servicio, de tal manera que refleje favorablemente la imagen de la organización que
representan y de la cual forman parte. Una conducta inapropiada de un Oficial, podrá
incluir aquella conducta, que conlleve al desprestigio e imagen de la Institución Policial
a la que pertenecen y lo cual refleje descrédito, sobre el Oficial de Policía, como
miembro de dicha Organización 

Artículo 13: La vida privada y profesional del personal policial, deberá ser honorable,
se evitaran las relaciones con personas de dudosa reputación y la realización de actos
que vayan en perjuicio del honor y la dignidad del Oficial de la Policía Regional 

El artículo 40: La Dirección General de la Policía Regional del Estado Zulia, tomará las
medidas disciplinarias que sean necesarias cuando las circunstancias del caso así lo
ameriten y aplicará el régimen disciplinario correspondiente a los Oficiales de Policía
que incurran en violaciones de las leyes, reglamentos, decretos, ordenes e instrucciones,
que pauten su comportamiento al servicio de la Institución. 

Así también La ley de la Policía Regional establece en su artículo 17, numeral 4 que
“son deberes del Oficial de Policía: 4. Actuar con probidad, integridad y dignidad”. 

De las actas procesales se observa, específicamente del Acta de Presentación de


Imputado, emanado del Tribunal Tercero de Control del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, que riela en los folios dieciséis (16) al veintiuno (21) del expediente, así
como de las afirmaciones realizadas por el propio recurrente en el escrito recursivo, que
ciertamente el funcionario policial estuvo involucrado en una investigación penal en su
contra. 

En tal sentido quien suscribe observa que aunque es cierto que el funcionario fue
declarado inocente de los hechos delictuales imputados, también es cierto que el estar
involucrado en situaciones irregulares de tal magnitud, como el estar detenido y en un
procedimiento penal como acusado, no esta apto moralmente para cumplir funciones
policiales, por cuanto ya no se detentaría de una conducta intachable, la cual es exigida
para los que estén al ejercicio de esa función pública. 

Por lo antes expuesto se establece que la medida de destitución decretada por el órgano
administrativo policial no fue desproporcional, no esta viciada de falso supuesto de
hecho y de derecho por cuanto la norma se aplicó al hecho enmarcado en la situación en
la que estuvo involucrado el oficial y no en lo hechos concretos materiales delictuales
imputados, por lo que subsiguientemente tampoco se materializó la desviación de poder
planteada, puesto que el acto destitutorio no fue dictado con una finalidad distinta a la
establecida en la Ley del Estatuto de la Función Pública y en la Ley policial especial,
siendo este un presupuesto para que se configure el referido vicio, tal y como lo ha
establecido la Sala Político Administrativa en Sentencia N° 01967 de fecha 05/12/07.
Así se decide. 

Para mayor ilustración se transcribe a continuación un párrafo de la sentencia citada ut


supra referente al criterio asentado por la Sala respecto al vicio de desviación de poder: 

“Sin embargo, respecto al aludido vicio la Sala en reiterada jurisprudencia ha indicado


que este es una ilegalidad teleológica, es decir, que se presenta cuando el funcionario,
actuando dentro de su competencia, dicta un acto para un fin previsto por el legislados;
de manera que es un vicio que debe ser alegado y probado por la parte, sin que pueda su
inactividad ser subsanada por el juzgador. 
Por lo tanto se entiende que la Administración incurre en el vicio de desviación de
poder, cuando actúa dentro de su competencia, pero dicta un acto que no este conforme
con el fin establecido por la Ley, correspondiendo al accionante probar que el acto
recurrido, como ya ha sido señalado, persigue una finalidad diferente. 
Lo anterior implica, que deben darse dos supuestos para que se configure el vicio de
desviación de poder, a saber: que el funcionario encargado de dictar el acto
administrativo tenga atribución legal de competencia y que el acto haya sido dictado
con un fin distinto al previsto por el Legislador” (Sentencia de Sala Político
Administrativa N° 01967 de fecha 05/12/07) 

DISPOSITIVO: 

Por los fundamentos expuestos, éste Tribunal Superior en lo Civil y Contencioso


Administrativo de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR el recurso
de nulidad de acto administrativo interpuesto por el ciudadano EUDRY ENRIQUE GIL
RAMIREZ en contra de la Policía Regional del Estado Zulia, órgano adscrito a la
Gobernación del Estado Zulia y en consecuencia establece: 

No hay condenatoria en costas por gozar la recurrida el privilegio procesal establecido


en el artículo 76 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de la República. 

PUBLÍQUESE, REGÍSTRESE Y NOTIFÍQUESE. Déjese copia certificada por


Secretaría del presente fallo de conformidad con lo dispuesto en el artículo 248 del
Código de Procedimiento Civil, en concordancia con lo establecido en el artículo 1.384
del Código Civil y a los fines legales previstos en los ordinales 3° y 9° del artículo 72
de la Ley Orgánica del Poder Judicial. 

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del JUZGADO SUPERIOR EN LO


CIVIL Y CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO DE LA CIRCUNSCRIPCION
JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA, en Maracaibo, a los veintiséis (26) días del mes de
Mayo de dos mil nueve (2009). Años 199° de la Independencia y 150° de la
Federación. 
LA JUEZA, 

DRA. GLORIA URDANETA DE MONTANARI. 

LA SECRETARIA, 

ABOG. DAYANA PERDOMO SIERRA. 

En la misma fecha y siendo las tres de la tarde (2:00 p.m.) se publicó el anterior fallo
con el Nº 51. 

LA SECRETARIA, 

ABOG. DAYANA PERDOMO SIERRA. 


GUM/DPS. 
EXP: 9.995

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