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Yo no llamaría puertorriqueño a quien piense que la masacre de Ponce no tiene valor histórico.

Entiendo
que la comodidad de varios sectores no puede hablar por todo un pueblo, siempre hemos sido unos
pobres hambrientos que, ante la oportunidad de obtener posición social y política, vendemos hasta el
alma, vendimos nuestra patria. Desde los inicios de la política puertorriqueña padecemos de ese mal, lo
vemos en la formación de los primeros partidos, el tira y jala de visión de Muñoz Rivera con la
autonomía y de Diego con la independencia, Muñoz Marín con el progreso y el desarrollo, Barceló y
Concepción de Gracia con la independencia pacífica, Iglesias Pantín con su “La Alianza” y sin dejar fuera
El maestro Don Pedro Albizu Campos con su “acción inmediata”, aquí vemos que no todos queremos lo
mismo y el control de estos sectores es tanto, que hasta el Maestro Albizu denunció que las elecciones
no eran un proceso justo y ni transparente, cosa que hasta hoy día seguimos viendo la misma falta de
moral en nuestros procesos electorales.

Que más obvio que el terror del gobierno militar estadounidense y el capricho de querer americanizar
un pueblo de por si confundido culturalmente, pero que ya contábamos con un idioma, un Ateneo y
unas bases político-culturales. Explotando nuestra gente y nuestra ecología en su competencia
azucarera. Pero, así como la educación sirve de herramienta colonizadora, sirve para el despertar de un
pueblo sumiso, que pena que la falta de educación siempre fue un problema de casi toda la población
puertorriqueña y hasta eso, por su puesto, nos controlaron e impusieron. Quedamos a la merced de los
que tuvieron la oportunidad de educarse y representarnos como nación, para tarde o temprano vender
la patria a conveniencia propia.

La Masacre de Ponce, sin olvidar los hermanos caídos en Rio Piedras en el ’35 y los héroes patrióticos
Rosado, Beauchamp y Antongiorgi, marca una etapa en nuestra nación, marca un periodo donde las
intenciones imperialistas de Estados Unidos eran claras, marca el periodo donde casi conseguimos la
independencia en el ’36, pero el distinguido Muñoz Marín no lo vio favorable en ese momento. Marca el
momento donde toda América latina y la Comisión de Derechos Civiles norteamericana tenían el lente
en el estatus de colonial de Puerto Rico por las barbaridades del gobierno de Winship.

Horroroso fue “el chistecito” de Cornelius Rhoads, así se refirió el individuo cuando se hizo pública su
cartita de “satírica paródica”, donde hace descripciones horrendas del pueblo puertorriqueño y admite
conspirar para la exterminación de la raza puertorriqueña, hasta admite haber matado a ocho de sus
pacientes y sembrado cáncer en otros, chistecito que adjudica a que estaba molesto pues la habían
vandalizado su carro el día anterior y como desahogo decidió redactar su “ficcionista cartita”.

¿Será peor que a éste nunca se le probó o procesó por estas barbaridades al igual que a Winship y a sus
secuaces?

Todos estos eventos agitaron y agitaran los corazones del independentismo puertorriqueño, pero el
cantazo patriótico del ELA sirvió de cuna para el conformismo y acomodo que hemos conocido en la
política puertorriqueña hasta el presente.

Muñoz Marín en su diferencia ideológica de cómo obtener la independencia, ya siendo éste, tema de
crítica por independentistas, por la oposición en la independencia del ’36 llamadose éste así mismo
independentista, “Persiguiendo la independencia”, en 1938 inscribió el Partido Popular Democrático,
con el cual consciente de la composición y la situación del pueblo puertorriqueño, llevo una campaña
dirigida a cambiar la situación de pobreza y salubridad que había vivido y que vivía el trabajador y el
campesino.
En representación de su interés por cambiar la situación de pobreza que vivió el Jibaro puertorriqueño,
adoptaron como insignia la silueta de la cabeza de un jibaro con su típica pava, bajo esta las palabras
“Pan, Tierra y Libertad” dirigido al pueblo trabajador que sufría las injusticias del capricho azucarero y la
dominación económica, en símbolo del derecho de poder tener el sustento para alimentarse. Dirigido a
ese pueblo que trabaja las tierras, aplastados por el capital norteamericano y al derecho de orientación
patriótica puertorriqueña, bajo sistema democrático que nos permitiera elegir nuestro propio destino.

Campaña con la cual consiguió presidir el Senado del 1940 al 1948 cuando gano la gobernación, siendo
el primer puertorriqueño electo bajo un proceso democrático, al puesto que ejercería 16 años
consecutivos. Consiguiendo de esta manera Muñoz Marín, la posición y el apoyo político para integrar el
Estado Libre Asociado de Puerto Rico (ELA) en 1952 ante el presidente estadounidense Harry S. Truman.

Esto claramente redirecciona el pensar puertorriqueño, dejando en el olvido el ideal de ser libres,
dejando en el olvido un de Diego, que entendió que la Ley Foraker era un protectorado que reconocía
dos estados diferentes y no un sistema colonial y que la independencia era la solución final. Dejando en
el olvido las luchas del pueblo puertorriqueño ante la adversidad imperialista. Dejamos atrás el valor,
sacrificio y sabiduría de “El maestro” Don Pedro Albizu y el sacrificio de los hermanos nacionalistas
asesinados y desaparecidos. La determinación y entrega de Albizu nunca será en vano, nos dejó ese
legado de sentimiento nacional patriótico puertorriqueño, que 400 años no se borran de nuestra
historia por puro capricho y que bajo circunstancias extremas hay que aplicar acciones extremas. Como
alguna vez dijo El Maestro “nosotros tenemos nuestra estirpe como nacionalidad”.

“Nosotros tenemos nuestra estirpe, tenemos nuestra estirpe como nacionalidad, nosotros no tenemos
que ir invocar apostolados de nadie, aquí tenemos la grandeza encarnada de un Betances, aquí tenemos
la grandeza encarnada de un Hostos, aquí tenemos la grandeza encarnada de un Arizmendi, aquí
tenemos la grandeza encarnada de un de Diego, aquí tenemos el encarnecido heroísmo de un
Antongiorgi, de un Rosado, de un Beauchamp…” Don Pedro Albizu Campos, (1991) Albizu Vive (Cien
Años de Pedro Albizu Campos) La Universidad del Sagrado corazón

“No es cuanto uno vive, si no, es como uno vive y la muerte puede llegar mañana, si es con dignidad, se
queda como algo permanente en la vida de un pueblo, pero si es algo de ¿qué puede significar? o ¿qué
puede representar? cualquiera de estas personas que lo que han hecho toda su vida ha sido bregar con
engaños con el pueblo, y tienen mucho nombre, mucho renombre y los conocen, y nada… Sin embargo,
hoy recordamos a patriotas, que fracasaron políticamente como Betances, ¿que representa Betances hoy
en día? Bueno, representa CONSCIENCIA NACIONAL. ¿Qué representa Don Pedro Albizu Campos en estos
días? LUCHA REVOLUCIONARIA PATRIOTICA, VALOR Y SACRIFICO…” Palabras de Filiberto Ojeda Ríos
(1991) en entrevista con Daisy Sánchez.
Referencias

5 Datos Sobre la Masacre de Ponce. https://islacaribe.medium.com/

A Tale of Two Governors. https://waragainstallpuertoricans.com/

Albizu Vive (Cien Años de Pedro Albizu Campos). (1991). La Universidad del Sagrado corazón.

https://www.youtube.com/

Ángel M. Rivera Rivera y Ángel Pérez Soler. Masacre de Río Piedras: 77 años después.

http://www.redbetances.com/

Daisy Sánchez. (1991). Cita con la Injusticia, crónica de una entrevista clandestina. La entrevista

desde el clandestinaje a; Filiberto Ojeda Ríos y Luis Colon Osorio.

Edgardo Pratts. (2020). A 85 Años de La Masacre de Río Piedras. https://www.80grados.net

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. (2004). Biografia de Pedro Albizu Campos. En Biografías y

Vidas. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/a/albizu.htm

http://www.mcnbiografias.com/

Javier Yanes. (2017). El oncólogo "exterminador" que se jactó de matar a los puertorriqueños

que trató. https://www.elespanol.com/

Juan Mari Brás habla de José de Diego y Albizu Campos. Ateneo Puertorriqueño. El Ateneo en

su Hogar. https://www.youtube.com/

Wilmer Jobeth Fernández. Elias Beauchamp e Hiram Rosado Ajustician al Coronel Riggs en 1936.

https://www.salonboricua.com/

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