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La 

Basílica de Nuestra Señora de la Consolación es un templo católico localizado en la


localidad de Táriba1 en el estado Táchira en los Andes de Venezuela.2
Su historia se remonta a la emirte construida en los primeros tiempos por los agustinos que
requería convertirse en templo de jerarquía y dimensiones suficientes a la atención y servicio
de una feligresía creciente y a los peregrinos, renovándose y nutriéndose en la abundosa
benignidad mariana. Corresponde al Sacerdote Francisco Martínez de Espinoza, Cura y
Vicario de la Villa de San Cristóbal, iniciar la construcción del primer templo a la Virgen de
Táriba, tal como se ve en la "Relación Auténtica", cuando el 19 de agosto de 1690 se está
testificando otro milagro de la Bendita Virgen, al hundirse el techo de la Capilla Mayor y
salvarse el albañil Juan Báez y otros cuatro ayudantes que allí estaban entejando el día 18 de
marzo del mismo año, víspera del Domingo de Ramos.
La construcción del Santuario que reemplazó a la Ermita primigenia, precisamente frente al
lugar en que ésta estaba, en la actual Plaza Bolívar, vale al nombrado sacerdote Martínez de
Espinoza el que el Canónigo de la Santa Iglesia Catedral de Santa Fe, de Bogotá, Onofre
Tomás Baños Sotomayor, Consultor y Comisario del Santo Oficio y Visitador General
Eclesiástico de la Provincia, por auto del 6 de octubre de 1691, abra averiguación sobre su
vida y costumbres para el reconocimiento de sus méritos. El primero en acudir a declarar, el
16 de octubre de dicho año, es el Capitán Francisco Ramírez de Are-llano. Alcalde Ordinario
de la Villa de San Cristóbal, quien testifica que el Padre Martínez de Espinoza no solamente
ha edificado la Iglesia de la Villa de San Cristóbal, sino también una Capilla a la Virgen de
Nuestra Señora de Táriba.
Hay otros declarantes, como Gerónimo Colmenares Aesmasa, vecino y encomendero de la
Villa de San Cristóbal, y Fray José Gómez, Prior del Convento Agustino de la misma Villa. el
cual afirma el celo religioso y el sentido progresista del Padre Martínez de Espinoza. En
consecuencia, el 'isitador y Canónigo Baños y Soto-mayor prevé un auto recomendando el
estímulo, a la dignidad que más convenga, del nombrado sacerdote, cuya parte final dice:
"Declaramos y damos por buen Cura beneficiado y Vicario Juez Eclesiástico al dicho Maestro
Don Francisco Martínez de Espinoza, y mandamos dé cuenta de los honrados procederes de
dicho Maestro al Señor Vicepatrono de este Nuevo Reino para que le dé a su Majestad, que
Dios guarde, para que le honre con la canonjía y dignidad que más convenga, por ser digno y
no merecedor de ella." Tal auto tiene fecha 16 de octubre de 1691.
Cuando los Padres Agustinos -que habían traído a nuestra tierra la Virgen de la Consolación-
dejaron su Convento de San Cristóbal, tal como lo dice el historiador Ricardo González
Valbuena, vinieron años más tarde los Padres Dominicos a ser rectores espirituales de ia
Iglesia de Táriba, pues ya estaban como misioneros en el Alto Apure.
Corresponde al sacerdote Francisco Martínez de Espinosa, cura y vicario de la Villa de San
Cristóbal, iniciar la construcción del primer templo a la Virgen de Táriba, cuando el 19 de
agosto de 1690 se está testificando otro milagro de la bendita virgen, al hundirse el techo de la
Capilla Mayor y salvarse el albañil Juan Báez y otros cuatro ayudantes que allí estaban
entejando el día 18 de marzo del mismo año,
Está situada frente de la Plaza Bolívar de Táriba, municipio Cárdenas, en la calle 2. En su
interior se haya una docena de vitrales en donde se pueden apreciar las diferentes escenas
del origen del culto hacia la virgen. Su estatua se encuentra dentro de un hermoso relicario de
plata en el retablo.
Este templo está dedicado a la Señora de La Consolación, patrona del estado Táchira. Obtuvo
por parte del papa Juan XXIII el título de Basílica Menor, como obra de monseñor Miguel
Ignacio Briceño Picón  y gracias a las gestiones realizadas por  monseñor Alejandro
Fernández Feo durante el período de 1904 y 1913, y remodelada bajo la administración de
monseñor Alejandro Figueroa Medina, por acercase esos días la coronación canónica de la
virgen.

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