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FILOSOFÍA MEDIEVAL

Fase 2 - Elaborar resúmenes analíticos y ensayo reflexivo

Estudiantes:

Isidro Ramírez Cardozo

Darieveli Sánchez

Daniel Estiven García

No. de grupo colaborativo:

520002_8

Tutor:

JOSE LUIS TAPIASU

NIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA Y A DISTANCIA (UNAD)

ESCUELA DE CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN - ECEDU

LICENCIATURA EN FILOSOFÍA

Abril 2022
Resumen Analítico Darieveli Sánchez

Representantes de la filosofía medieval

Santo Tomas de Aquino

Tomás de Aquino nace en el reino de Nápoles durante el reinado del emperador Federico II. En el año

1230 ó 1231, fue enviado a la Abadía de Montecasino, donde estudió alrededor de ocho años. La familia

de Santo Tomás esperaba que algún día Tomás obtuviera algún cargo importante en la abadía, pero un

conflicto político entre Federico II y Gregorio XI hicieron de Montecasino un centro de rivalidad entre

el Papa y el Emperador. En 1239, Santo Tomás fue a estudiar a la recién fundada universidad (o, mejor

aún, studium generale) en la ciudad de Nápoles. Fue en ese momento de su vida que el Aquinate

comenzó a familiarizarse con las tesis filosóficas de Aristóteles, Averroes y Maimónides. En esa misma

época de su vida, Santo Tomás encontró su vocación a la vida religiosa concretada en su entrega como

fraile dominico, incorporándose de por vida a la orden dominica entre los años 1242 y 1244. A

mediados de 1246, Santo Tomás tomó clases en París con San Alberto Magno, quien en ese momento

enseñaba lecciones sobre el Pseudo-Dionisio. Se trasladó a Colonia, donde continuó trabajando bajo la

tutela de Alberto Magno.

En 1256, Santo Tomás se convirtió en maestro de teología, y enseñaba en la Universidad de París. Su

labor como maestro de teología le comandaba enseñar sobre la Biblia y presidir algunas discusiones

teológicas: Quaestiones disputatae. Fue en ese mismo año de 1256 que Santo Tomás comenzó a producir
sus trabajos tempranos más conocidos actualmente: Comentario a las ‘Sentencias’ de Pedro Lombardo,

De veritate, De ente et essentia, un comentario al De Trinitate de Boecio y su Suma contra Gentiles.

Alrededor de 1265 y 1268, Santo Tomás comenzó la composición de la Summa theologiae, trabajo que

quedó inconcluso.

Duns Escoto

De la vida de Duns Escoto se sabe relativamente poco. Sobre su vida intelectual como teólogo se cree

que comenzó en Oxford, alrededor de 1288, pero fue transferido por la orden franciscana a la

Universidad de París en 1302 para completar su grado como maestro de teología. Los estudios de Escoto

fueron truncados por Felipe IV el Hermoso cuando en ese mismo año gran cantidad de miembros de la

orden franciscana fueron expulsados de Francia por haber tomado bando con el Papa Bonifacio VIII en

su disputa contra el Rey Francés en torno a la imposición de impuestos sobre las propiedades de la

Iglesia. Es lugar común asumir que Escoto regresó a Oxford tras su expulsión de Francia. Como sea, de

regreso a París en 1304, Escoto continuó con sus estudios y fue promovido al grado de Maestro de

Teología hacia el año de 1305. Fungió como regente de teología en la orden franciscana para París hasta

1307, año en el cual fue transferido a la casa de estudios de los franciscanos en la ciudad de Colonia,

lugar donde murió a la edad de 42 años.

El corpus de Escoto se puede dividir en dos grades secciones: sus comentarios sobre algunos trabajos de

Aristóteles y sus trabajos en teología. De Aristóteles, Escoto comentó las Categorías, el De

Interpretatione, las Refutaciones Sofísticas, el De Anima y los primeros nueve libros de la Metafísica.

Dentro de sus escritos sobre teología se encuadran sus dos comentarios a las Sentencias de Pedro

Lombardo, sus Lectura (especie de lecciones preliminares sobre el Lombardo) y la Ordinatio (sus

lecciones revisadas).
Guillermo de Occam

Se cree que fray Guillermo nació alrededor de 1285 en una pequeña villa llamada Occam, no muy lejos

de Londres. Se sabe que se hizo subdiácono en 1306 en Southwark, municipio inglés ubicado al sudeste

de Londres, y que recibió sus licencias para confesar en el año de 1318. Es probable que Occam haya

comenzados sus estudios en Oxford en el año de 1309. Entre 1314 y 1316, impartió cursos sobre la

Biblia, y entre los años de 1317 y 1319 explicó las Sentencias de Pedro Lombardo en Oxford.

Si bien es cierto que Occam fue precoz en sus disputaciones y en su lección inaugural para recibir el

título de maestro de teología, jamás se convirtió en maestro de teología. Más bien: la orden franciscana

le pidió que se dedicara a enseñar filosofía a los miembros más jóvenes de la orden franciscana.

Alrededor de su estadía en Londres (1321-3), Occam escribió sus Quaestiones Quodlibetales, parte de su

Summa logicae y una versión revisada de sus enseñanzas sobre las Sentencias, la cual se convertiría en

su Ordinatio. Gracias a las quejas del rector de Oxford, John Lutterell, concernientes a la ortodoxia de

Occam, hicieron que este último fuera llamado a Aviñón. En 1356, la comisión papal declaró que 51

proposiciones contenidas en los escritos teológicos de Occam merecían ser censuradas; pero nunca

fueron censuradas. Esperando la resolución papal sobre su procesamiento, Occam se entrometió

fuertemente en la controversia sobre la pobreza.

Isidoro de Sevilla (560 – 636)

El escritor y filósofo español fue uno de los grandes compiladores de su tiempo, dedicado durante su

etapa como arzobispo de Sevilla en el primer tercio del siglo VII a recopilar todo tipo de conocimientos

que después integró en varias de sus obras como Etimologías, una enciclopedia monumental que refleja

la evolución del conocimiento desde la antigüedad hasta su época: nada menos que veinte libros y casi
450 capítulos en los que se sistematizan conocimientos sobre áreas como la historia, la literatura o las

ciencias naturales.

Avicena (980 – 1037)

Nacido en Afshana en la actual Uzbekistán, Avicena no es solo uno de los padres de la medicina, sino

uno de los grandes responsables de la reintroducción del pensamiento aristotélico en la filosofía

occidental en una etapa como la Edad Media en la que el neoplatonismo vertebró buena parte de las

doctrinas, marcando el camino a otros pensadores posteriores como Tomás de Aquino o Buenaventura

de Fidanza.

Agustín de Hipona

Pese a haber vivido en la antigüedad, la relevancia del pensamiento de San Agustín es tal que debe ser

incluido como filósofo medieval. Nacido en Tagaste, una ciudad de Numidia, un antiguo reino bereber

entre Argelia y Túnez, estudió gramática y retórica, además de mostrar gran interés por el teatro.

La tradición crsitiana señala que su madre Mónica le enseñó los preceptos básicos del cristianismo, pero

Agustín no llega a convertirse hasta el 385 tras un periodo en Italia. Renunció entonces a todos sus

bienes, rechazó la cátedra de Retórica en Milán retirándose a la vida monacal: uno de los primeros

filósofos ascéticos que encontraron en el aislamiento el contexto adecuado para entregarse a la reflexión.

La filosofía de San Agustín se fundamenta en una síntesis entre el cristianismo primitivo y la filosofía

platónica de autores como Plotino marcando el camino que seguirá el pensamiento cristiano durante

siglos. Inspirado por la fe, San Agustín señaló una nueva dimensión del hombre: la conciencia, “esa

soledad que no frecuentamos”, una suerte de ‘conócete a ti mismo’ que marcaría su camino hacia la

verdad cuyo destino final sería la contemplación de Dios y de su propia alma.


Ensayo reflexivo

Desde la contemplación de la limitación del hombre ante el infinito que es el universo,

buscamos siempre acercarnos a esta persona por encima del entorno humano de nuestra limitación. De la

angustia del presente surge la cuestión del devenir. El conocimiento de la predestinación humana fue

uno de los temas que rodeó a la filosofía medieval, ya partir de los aportes del Cardenal se pudo lograr

una forma de pensar nacida en las escuelas medievales, que se conoció en su desarrollo intelectual.

como científico Entendemos de San Agustín que la importancia y el valor de la verdad no radica en el

redescubrimiento de nuevas verdades, sino en la capacidad de establecer la credibilidad de la certeza ya

dada. Pues los hechos, como el estado de Dios, eran el centro contemplativo de todo su pensamiento,

para luego establecer una mayor importancia para la relación entre Dios y el alma como conciencia. De

esta forma, su filosofía nos da la idea de que el hombre en su ser es una semilla dada por Dios. Así, san

Agustín afirma que Dios está en lo más profundo del corazón humano y que el encuentro con Dios

puede tener lugar a través de la confesión, haciendo del hombre portador de la gracia, que el

conocimiento puede comprender. Cuanto mayor es la gracia de un hombre, mayor es su capacidad de

autoconocimiento, conocimiento que san Agustín reforzaba en el hecho de que si me equivoco, me

equivoco. Con esta afirmación se sugiere un salto en el tiempo de San Agustín respecto al de René

Descartes, quien decía “pienso porque existo”. Debemos entender que para llegar a la conclusión de que

me equivoqué, dice San Agustín, antes había pasado un período o espacio de conciencia, del cual yo

sabía mi propio engaño, así pensaba. . , la valoración y asimilación del pensamiento agustiniano implica

mucho más que la búsqueda de la verdad, y el restablecimiento de lo que hasta hoy puede considerarse

verdad absoluta. Hablar de san Agustín despierta en cada uno el amor a la verdad.
Desde los momentos de la Edad Media, asumiendo que la idea de este período puede ser filosófica,

diremos que existen sus principales beneficios entre la filosofía y los teólogos, que son conocidos por el

tiempo medieval. Esto muestra el universo. Comencé a leer en la Biblia en el Capítulo 1, Pregunta 26,

nombrando con el contenido ", dijo que Dios: Haz de personas en nuestras fotos, de acuerdo con

nuestras cosas que" hago preguntas sobre el hecho de que pides la idea del hombre. ¿Si la idea de las

personas en Dios, crea a Dios o representa la idea de estas personas? Si el universo es una de las más

preguntas mencionadas en la Edad Media, también se espera que se base en Juan sin sin, sobre la base

de la sabiduría infinita, que lo sabe todo. Durante esta fase es gratuita, surgió problemas, que siempre

tienen problemas importantes en la era moderna, ¿cómo puedo ser libre en la pre-hipótesis seguida de un

destino no es posible? ¿Un hombre construye su destino? Se cree que es una receta para tratar con este

centro de incertidumbre, luego entiende San Agustín "Si no puede creerlo, no entenderé que" de esta

manera, encontrará la comunicación entre Alemania y entenderá que las semillas han firmado el Señor

tomando mucho conocimiento. Los más grandes, por nuestras almas porque son Thomas sagradas de

Aquino que tiene derecho a por qué, que podemos crear acciones y trabajar en la misma edad es el

principio general del comportamiento humano, mientras que la ley es una base determinada; Entonces,

bajo derecho racional (Losada Sierra, M, 2009, P.4). Sin olvidar que en la vida humana la voluntad actúa

como guía para la mente y para la lucha conjunta del bien “En efecto, una acción es humana, cuando es

realizada por la voluntad en el patrón de la intención”.


Resumen Analítico Isidro Ramírez

San Agustín de Hipona

Agustín (354-430) es el más importante de los padres de la Iglesia. Su itinerario espiritual y filosófico

fue muy articulado: su madre Mónica, por su firme y tenaz fe, y el obispo Ambrosio, que le enseño el

método filosófico, jugaron un papel decisivo en su conversión al cristianismo. En el 387 Agustín recibió

el Bautismo. En 391 mientras se encontraba en Hipona, fue ordenado sacerdote de manos del obispo

Ambrosio. En Tagaste, vendió los bienes y formo una comunidad religiosa. En el 395 fue consagrado

Obispo y al año siguiente quedó como Obispo efectivo de la pequeña ciudad de Hipona. Murió en el año

430.

Filosofía y vida en el pensamiento de Agustín.

La obra de San Agustín de Hipona supone la primera gran síntesis entre el cristianismo y la filosofía

platónica. Aunque inspirado por la fe, el pensamiento de San Agustín dominará el panorama filosófico

cristiano hasta la aparición de la filosofía tomista, ejerciendo un influjo considerable en la práctica

totalidad de pensadores cristianos durante siglos. Llamado por algunos el último sabio antiguo y el

primer hombre moderno, San Agustín tuvo la genialidad de señalar una nueva dimensión del hombre: la

intimidad, donde descubre a Dios. La filosofía fue para San Agustín el amor y esfuerzo del alma entera

hacia la sabiduría y hacia la verdad. La verdad era para San Agustín el ideal supremo al que se entregó

con pasión. Esta verdad es la que se refiere al alma y a Dios, los dos objetos de su preocupación

filosófica.

La influencia universal de Agustín en todas las edades subsiguientes puede explicarse por los dones

combinados del corazón y la mente. Su obra, profundamente unitaria y expresión auténtica de su vida, es

la de un hombre religioso y teórico, que sintió una gran pasión por la verdad que identificó con la
inquietud por lo absoluto y el anhelo de felicidad. Su diálogo con el pensamiento antiguo le llevó a una

integración con el cristianismo en la dinámica de su propio filosofar. Así, la integración agustiniana del

platonismo en la filosofía cristiana genera su metafísica ejemplariza. Metafísica de la verdad que

fundamenta el ascenso a Dios como verdad eterna y se despliega en el ejemplarísimo gnoseológico de la

iluminación y el ejemplarísimo moral de la participación por la criatura en la ley eterna. San Agustín no

es un platónico cristianizado: su metafísica del espíritu descubre dimensiones inexploradas para el

pensamiento antiguo y podría decirse que cumple por primera vez el llamamiento del "conócete a ti

mismo". La influencia de San Agustín en la evolución de la filosofía occidental ha sido tan grande que

bien puede decirse que el agustinismo es una constante histórica que informa los más diversos

movimientos doctrinales, tanto de inspiración cristiana como de carácter inmanentista. A partir de San

Agustín, el platonismo quedó adherido durante siglos al cristianismo, ya que no hay Santo Padre de la

Iglesia católica, griego o latino, que haya ejercido una influencia tan decisiva y que haya gozado de tanta

autoridad como San Agustín en los siglos posteriores. Hasta el siglo XIII san Agustín fue el Gran

Maestro de Occidente.

Los principales autores escolásticos de la Edad media siguieron las huellas de San Agustín desde el

principio de sus especulaciones, y la concepción platónico-cristiana del mundo informó sus mentes.

Pueden ser considerados agustinianos Scotus Eriugena, San Anselmo, Abelardo, Pedro Lombardo, los

escritores de la escuela de San Víctor, entre otros. Cuando ya en el siglo XIII comenzaron a ser

conocidas las obras metafísicas y físicas de Aristóteles, se produjo una doble actitud frente a sus

doctrinas: en unos, de repulsa, por creerlas peligrosas para la fe; en otros, de simpatía, porque pensaron

que podían servir de sólido fundamento para el pensamiento cristiano. El agustinismo del siglo XIII se

caracteriza, pues, en general, por defender las siguientes tesis: la primacía de la voluntad sobre el

entendimiento (y, por consiguiente, predominio del amor sobre el conocimiento, de la intuición afectiva
sobre los métodos racionales), la producción de todos o de algunos conocimientos sin en concurso

inicial de las cosas externas o sensibles (teoría de la iluminación), el hilomorfismo universal (todas las

criaturas, incluso las espirituales, están compuestas de materia y forma), la positividad de la materia (que

no es pura potencia), la pluralidad de formas substanciales en el individuo, la identidad del alma y sus

facultades (negación de la distinción esencial de las potencias del alma), la imposibilidad de la eternidad

del mundo, la identificación de la filosofía y la teología en una sabiduría única. Los dos principales

representantes de esta corriente fueron Alejandro de Hales y San Buenaventura. Tomás de Aquino

también reconoció la indiscutible autoridad de San Agustín como doctor de la fe; pero, en cuanto

filósofo, asumió algunas de sus teorías y rechazó otras. Concretamente, Santo Tomás aceptó tres

importantes doctrinas agustinianas: el trascendentalismo causal o abismo metafísico existente entre Dios

y las criaturas (que son causadas); el ejemplarismo, recogiendo la doctrina de la participación en la

cumbre de su pensamiento metafísico; y la solución al problema del mal. Sin embargo, tuvo serias

reservas respecto a la estructura metafísica de la criatura y la doctrina del conocimiento agustinianas.

Santo Tomás de Aquino

Tomás de Aquino nació en Roccasecca en el año 1221, su primera educación la tuvo en la abadía de

Montecassino; luego continuo sus estudios en Nápoles, en la universidad fundada por Federico II.

Allí entro en comunicación con la orden dominicana, muchos de los cuales estaban dedicados al

estudio y a la enseñanza universitaria. Enseñó en París desde 1252 hasta 1259 en diferentes

universidades europeas. Murió a los 53 años, el 7 de marzo de 1274 en el monasterio cisterciense de

Fossanova, cuando iba de camino para Lyon, a donde se dirigía por órdenes del Papa Gregorio X para

que participara en el concilio.


Las fuentes de la síntesis tomista: La filosofía de Santo Tomás es tributaria de una larguísima

tradición histórica. En algún sentido puede decirse que el tomismo nace de la confluencia de las

grandes corrientes de pensamiento que cruzaron la antigüedad y el medievo: platonismo y

aristotelismo, helenismo y arabismo, paganismo y cristianismo, sin olvidar otras corrientes

secundarias, como la filosofía hebrea. Habiendo nacido en un momento histórico bien concreto y

teniendo el sello cristiano medieval, el pensamiento de Tomás de Aquino es un pensamiento esencial y

dialogante. No le importó enfrentarse a los prejuicios de su tiempo y se mostró siempre abierto a toda

aportación valiosa, dando acogida a toda partícula de verdad, sin importarle que ésta procediera de

filósofos paganos, griegos, hebreos o musulmanes. Ese era el auténtico espíritu de Tomás de Aquino y,

probablemente, una de sus más valiosas herencias. Su obra constituye un esfuerzo por integrar en un

sistema simple, pero coherente, el legado de sus antecesores. En este sentido, conviene señalar que su

pensamiento no es la simple suma de elementos de sus predecesores, sino que constituye un sistema

propio cuya nota distintiva y original es su noción filosófica del ser, la cual recorre y vertebra el

conjunto de su pensamiento.

Razón y fe: Santo Tomás de Aquino replanteará la relación entre la fe y la razón, dotando a ésta de

una mayor autonomía. El punto de partida externo de la filosofía de Santo Tomás fue la necesidad de

distinguir la razón de la fe, y también la de ponerlas de acuerdo.

La teoría del conocimiento: Santo Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del

conocimiento, del modo en que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la

filosofía clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación con otros problemas en el curso

de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas

serán fundamentalmente teológicos y psicológicos. Por ser el hombre punto de intersección entre lo

meramente corporal y lo espiritual, su modo peculiar de conocer tiene una doble vertiente: por una
parte, gracias a su cuerpo, el hombre parte de los sentidos para adquirir conocimiento; pero por otra,

gracias a su intelecto, el hombre puede abstraer de las cosas sensibles sus formas o esencias

inteligibles, y remontarse así al mundo espiritual. El proceso del conocimiento se da bajo la

cooperación estrechísima de alma y cuerpo.

Una metafísica del ser: La mayor parte de la metafísica tomista procede de Aristóteles, pero la

necesidad de conciliar el aristotelismo con el cristianismo le llevará a introducir una nueva estructura

metafísica, utilizada ya por Avicena, y que constituye uno de los aspectos más originales de su

filosofía: la distinción entre "esencia" (essentia) y "ser" (esse). También recurrirá a las teorías

platónicas de la participación, de la causalidad ejemplar y de los grados del ser. Analogía, causalidad y

participación vertebran y configuran su metafísica del ser.

. La existencia de Dios: La existencia de Dios no es evidente para el hombre, por lo que necesita ser

racionalmente demostrada. Tomás de Aquino lleva a cabo dicha demostración a través de cinco vías o

caminos que son argumentos "a posteriori": parten de las criaturas como efectos y se remontan a Dios

como Causa a través de la analogía y la causalidad. Las vías tienen una estructura parecida: el punto de

partida es un hecho de experiencia que es considerado metafísicamente; aplicación de la causalidad al

punto de partida; imposibilidad de proceder al infinito en la serie de las causas; como término final se

concluye la existencia de Dios bajo una formalidad concreta. En este sentido: la primera vía parte de la

experiencia del movimiento y llega a Dios como Primer Motor Inmóvil; la segunda vía parte de la

experiencia de la causalidad eficiente, y concluye la existencia de Dios como Primera Causa Incausada;

la tercera vía parte de la generación y corrupción, y culmina en Dios como Ser Necesario por sí mismo;

la cuarta vía tiene su punto de partida en los diferentes grados de perfección que encontramos en los

entes y llega a Dios como Ser sumamente perfecto, Acto Puro o Ser por esencia; finalmente, la quinta
vía, parte de la experiencia de la finalidad de las cosas y llega a la existencia de Dios como Inteligencia

ordenadora del mundo.

La esencia de Dios: Dios es incomprensible, en cuanto que su esencia trasciende o excede la

limitación del entendimiento humano. Pero, a pesar de que nuestra inteligencia no pueda abarcar toda

la realidad divina, Dios sí que puede ser conocido por el hombre: es cognoscible. Para Santo Tomás,

nuestro conocimiento de Dios tiene un carácter analógico cuyo fundamento es la analogía ontológica

que se establece entre Dios y las criaturas. El nombre más propio de Dios es el de Ipsum Esse

Subsisten (Mismo Ser Subsistente), que constituye su constitutivo formal o atributo fundamental del

que se derivan todos los demás.

La creación y el orden: La creación no debe entenderse, en Santo Tomás, como una emanación de

Dios ni como una necesidad suya: Al igual que el resto de los filósofos medievales tributarios de la

tradición cristiana Santo Tomás afirmará la creación "ex nihilo" (de la nada); es decir, la creación del

mundo mediante un acto de Dios totalmente libre, radical y originario. Santo Tomás ofrece una visión

jerárquica y piramidal de la realidad creada. La jerarquía de los seres vendrá dada por la mayor o

menor simplicidad de estos, es decir, por su mayor o menor cercanía al puro ser de Dios.

El hombre, cuerpo y alma: La doctrina tomista acerca del hombre difiere de la agustiniana y se

fundamenta en la concepción aristotélica, la cual tratará de conciliar con creencias básicas del

cristianismo como son la inmortalidad del alma y la creación. En línea con el hilomorfismo, afirma que

el hombre está compuesto de materia y forma. La unión entre alma y cuerpo no es accidental, sino

sustancial. El hombre es un compuesto sustancial de alma y cuerpo, representando el alma la forma del

cuerpo. El cuerpo constituye el principio de individuación; el alma le da al hombre su condición en

cuanto tal. Frente a la afirmación de algunos de sus predecesores de que existen en el hombre varias

formas sustanciales, como la vegetativa y la sensitiva, Santo Tomás afirma la unidad hilemórfica del
hombre: el ser humano constituye una unidad en la que existe una única forma sustancial, el alma

racional, que informa inmediata y directamente a la materia prima constituyendo el compuesto

"hombre". Desaparecen así el alma vegetativa y sensitiva, pero no la racional, que tiene ser en sí

misma. Cada alma humana es creada individualmente por Dios. La subsistencia e inmaterialidad del

alma son las características esenciales del alma, a partir de las cuales demuestra su inmortalidad. Por

otra parte, también cabe destacarse que Tomás de Aquino considera al hombre como persona: adopta la

definición de Boecio de persona como "substancia individual de naturaleza racional" que concibe como

"lo subsistente en la naturaleza racional".

La Ética: Tomás de Aquino concibe la ética como la ciencia que considera el orden que la razón

humana introduce en los actos de la voluntad. Dicho orden se establece con vistas al fin último de la

vida humana; viene expresado por ley moral, y se realiza a través de las virtudes morales.

La teoría política: La filosofía jurídica y política de Santo Tomás se desarrolla en torno a la idea de

la justicia legal recibida de Aristóteles y el concepto agustiniano del orden. Probablemente una de sus

más importantes aportaciones al pensamiento político sea la formulación y explicitación de su célebre

definición de la ley como "disposición de la razón para el bien común promulgada por quien tiene el

cuidado de la comunidad".
Representantes de la filosofía medieval

Máximo el Confesor: (580-662 d.C.) Inicia la escolástica. Su filosofía está orientada a la defensa del

dogma cristológico, partiendo de dos voluntades la humana y la divina. Sus principales obras fueron:

Ambigua, Cuestiones a Talasio, Pensamientos sobre el amor, La mistagogia y sigue la corriente del

neoplatonismo y la teología cristiana.

Severino Boecio: (480- 524 d.C.) Considerado el último filósofo romano y el primero escolástico. Su

fin era conocer a los latinos de la cultura griega, describe a la persona como “sustancia individual de

naturaleza racional” siguiendo la tradición de Aristóteles, para él la felicidad la da Dios a través de la

filosofía. Su principal obra fue La consolidación de la filosofía la escribió en la cárcel, en forma de

verso y en prosa tuvo un gran influjo en el pensamiento y en la espiritualidad del medioevo allí la

filosofía se le aparece como una mujer. Bebió de las corrientes del aristotelismo y neoplatonismo.

Juan Escoto Eriúgena: (810- 877 d.C.) Para él, el hombre debe transformar el mundo creado, pero no

es creador, es co-creador; la sustancia del hombre está en el alma, cuyo instrumento es el cuerpo. Dios

es “supra ser, supra bondad, supra sustancia, supra vida y supra espíritu. “la verdadera autoridad no

obstaculiza a la recta razón, ni ésta a la verdadera autoridad, porque las dos brotan de una misma fuente,

es decir, de la sabiduría divina” (Reale, 2010, pág. 211). Traduce las obras de Dionisio Areopagita, el

Pseudo-Dionisio, Traducción de Ambigua de Máximo el Confesor, escribe además la Creación del

hombre y la División de la naturaleza. Fue influenciado por la corriente filosófica del neoplatonismo.

San Anselmo de Aosta: (1033- 1109 d.C.) Fue benedictino y luego arzobispo de Canterbury. Se

interesa sobre todo por el problema de la existencia y de la naturaleza de Dios, retomando como fuente
de estudio la Biblia. Su teología está centrada en el instrumento de la razón, por lo tanto, se le considera

como teólogo racional.

Establece además cuatro pruebas de la existencia de Dios

 “La primera parte de la existencia de las cosas buenas para llegar a la bondad absoluta.

 La segunda parte de la variedad de las grandezas para llegar a la suma grandeza de la que

participan todas las demás.

 La tercera se basa en el concepto de causa: todo lo que existe, existe en virtud de algo, por tanto,

hay que llegar a un ser Supremo en virtud del cual existe todas las cosas.

 La cuarta se basa en los grados de perfección que reenvían a una perfección suma” (Reale, 2010,

pág. 229).

Para él la razón produce luz y seguridad a la fe divina. Formula el argumento ontológico que

consiste “en una prueba a priori de la existencia de Dios, obtenida a partir de la misma idea de Dios,

es decir, la existencia real es una perfección. Si Dios es el Ser por definición, posee toda perfección

y debe poseer necesariamente la existencia” (Reale, 2010, pág. 233). Sus principales obras fueron:

El Soliloquio¸ El Proslogio, El de Verdad. Tomó como corriente el aristotelismo.

Pedro Abelardo: (1079- 1142 d.C.) Reconoce la duda metódica en relación con la investigación y para

superar la fase de la duda es necesario imponerse reglas, “como el análisis lingüístico-terminológico del

texto, la verificación de su autenticidad, la búsqueda de la mayor objetividad posible en la exegesis”

(Reale, 2010, pág. 249) además hace una distinción entre entender y comprender, pues la razón y la fe

permiten entender, pero comprender es un don exclusivo de Dios. Sus escritos pueden catalogarse en

cuatro sectores: lógico, teológico, ético y autobiográfico. En cuanto a la lógica: Glosas literales, (al de

interpretación y la de división de Boecio a Porfirio y a las categorías) en cuanto a la teología: es el


primero en emplear el término teología como síntesis de la doctrina cristiana. En cuanto a la ética:

retoma la máxima de Sócrates “Conócete a ti mismo” y finalmente de carácter biográfico están las

mencionadas correspondencias con Eloísa y las poesías. Sigue la corriente del aristotelismo.

Santo Tomás de Aquino (1221- 1274 d.C.) Filósofo y teólogo italiano, llamado Doctor Angélico, es el

mayor representante de esta época. Su estudio filosófico le permite tomar una postura apologética en

cuanto permite discutir con quien no acepta la fe. Su doctrina tiene un objetivo claro y definido: ente

todo demostrar la existencia de Dios y la explicación de su esencia, hasta donde esto es racionalmente

posible; la explicación racional de los dogmas limitando su núcleo mistérico y distinguiendo claramente

los conceptos irracional y supra racional, en este intento son muy famosas las cinco vías que el propone

para demostrar la existencia de Dios.

 Primera vía: el movimiento Todo lo que se mueve es movido por otro, es preciso creer en la

existencia de un primer motor y éste es Dios.

 Segunda vía: la causa No es posible que exista una serie infinita de causas, existe una primera

causa incausada ésta es Dios.

 Tercera vía: la contingencia las cosas son contingentes pueden o no existir, mientras que Dios es

necesario, quien hace posible que los seres existan.

 Cuarta vía: los grados de perfección existen diversos grados de perfección, pero esto implica un

grado máximo al que pueden referirse. Esta perfección suma es Dios.

 Quinta vía: la finalidad existe un finalismo en el cosmos y esto implica la existencia de una

causa inteligente y finalista: precisamente Dios.

Considera a la filosofía y a la teología como dos ciencias distintas pero complementarias; la primera se

apoya en razones humanas, la segunda en la Revelación divina y cada una estudia a Dios, pero de
distinta manera, divide a la primera en tres grandes apartados: Estudio del ser, que culmina con la

metafísica; estudio del conocimiento y estudio de la conducta humana. Señala que el hombre está

formado por cuerpo y alma, éste es racional y subiste por sí mismo, tomando como referencia el

principio hilemórfico1 que propone Aristóteles siendo creado por Dios, espiritual y por tanto inmortal y

que posee dos tipos de facultades: orgánicas que rigen el comportamiento del compuesto alma- cuerpo y

son el sentido y el apetito; inorgánicas que se refieren solo al alma y son la inteligencia y la voluntad, de

estas dos da primacía a la primera por la que se ha denominado intelectualismo tomista. Realizó un

estudio minucioso y profundo de los temas éticos: libertad, voluntad, conciencia, actos, virtudes,

pasiones, ley, etc. El fin del hombre es la felicidad que se alcanza en la plena realización de sí mismo y

que solo es posible en Dios y por Dios. Las leyes tienen valor en cuanto que son expresión de la

voluntad de Dios y distingue tres clases: eterna, natural y positiva.

La síntesis filosófico-teológica lograda por Santo Tomás, constituye el llamado tomismo, como se

mencionó anteriormente. Sus tesis fundamentales son de tal solidez que aún tienen vigencia en nuestros

días y han merecido el calificativo de filosofía perenne. La Iglesia hizo suya esta doctrina y ha servido

para la formación de sacerdotes.

En la ontología de Santo Tomas existen distintos seres en el mundo. Para analizarlos se apoya en la

Metafísica de Aristóteles, presentando cuatro términos: materia- forma, cuerpo- alma, potencia-acto.

Añade a estas definiciones la de ESENCIA- EXISTENCIA, definiendo esencia por lo que un ser es y

existencia como la manera particular de ese ser de realizarse. “La esencia está en potencia de recibir la

existencia. A partir de aquí hace una distinción de dos tipos de seres: -Necesario- Contingente. Siendo

los seres contingentes aquellos que necesitan de la ayuda de otro para existir (en este caso será de Dios).

1
El hilemorfismo: (del griego ὕλη, «materia», μορφή, «forma», e -ismo) es la teoría filosófica ideada por Aristóteles y
seguida por la mayoría de los escolásticos, según la cual todo cuerpo se halla constituido por dos principios esenciales, que
son la materia y la forma. Como cualquier objeto material tiene una forma, la materia prima es el sustrato básico de toda la
realidad.
Si existen es por participación” (Nieto, 2011). Dios es origen y causa de todo, es Necesario, tiene todas

las perfecciones en grado infinito, no tiene composición de ningún tipo y es inmutable.

Sus principales obras fueron: Comentario sobre los cuatro libros de sentencias de Pedro Lombardo

(1254- 1259), Cuestiones disputadas (1259), Suma contra los gentiles (tratado de teología acerca de la fe

cristiana) (1261- 1264) y la Suma teológica (1265- 1273). Su corriente filosófica se basó en el

aristotelismo y la teología cristiana.

San Buenaventura (1271- 1274 d.C.) Pertenece a la escuela franciscana, señala que Dios aparece

como un artista que crea lo que ha pensado y participa a la criatura parte de sí, esto se conoce con el

nombre de ejemplarismo, Todas las cosas llevan impresa la imagen del verbo, es decir de Cristo; el

mundo a su vez refleja la Trinidad que lo ha creado en diversas proporciones, como vestigio (el mundo

externo), como imagen (las realidades espirituales), como semejanza (las realidades trascendentales).

Entre sus obras principales tenemos: Itinerario de la mente a Dios, En cuanto a la reducción de las

artes a la teología, Cristo es el maestro (en la que está compendiado todo su pensamiento, con brillo y

rigor. Se inspira en la tradición platónico- agustiniana.

Juan Duns Scoto (1266- 1308 d.C.) Pertenece también a la escuela franciscana, fue teólogo y filósofo

escocés, creador de la escuela escolástica llamada escotismo. A causa de su intrincado pero hábil

método de análisis defendió la doctrina de la Inmaculada Concepción (que el papa Pío XI definió como

dogma de la Iglesia Católica en 1854). “En su sistema de filosofía analizó con precisión los conceptos de

causalidad y posibilidad en un intento de establecer una prueba rigurosa de la existencia de Dios como

el Ser primero e infinito. Afirmaba que no era necesario para conocer la verdad en su totalidad, el

conocimiento natural o filosofía, sino que también es necesaria la revelación divina; para él la teología

es una ciencia práctica, interesada en cuestiones teóricas sólo en la medida en que éstas se plantean

como el fin de salvar almas a través de la revelación” (Reale, 2010, pág. 437). Sus escritos más
importantes son las dos colecciones de: Comentarios sobre las sentencias, las Cuestiones sobre

metafísica, y sobre el principio primero. Sigue la corriente de San Buenaventura, por lo tanto, es

neoplatónico.

Guillermo de Ockham (1280- 1349 d.C.) En el siglo XIV se da una ruptura entre fe y razón, lo cual

crea una gran crisis para la escolástica. Ockham también perteneció a la orden de Frailes menores y fue

alumno de Duns Scoto. Pone el “principio de la suprema omnipotencia de Dios y con ello logra el

vínculo entre los entes individuales, a los que, por otra parte, se reduce el mundo, brotando de un acto

puro de acto de voluntad divina, sin que sea necesaria fuerza metafísica alguna, concibiendo así la

realidad como una totalidad individual, por lo que el universal no es real: el universal es un término de

alcance exclusivamente lógico. Lo que lo caracteriza fue su crítica al conocimiento que le denominó con

el nombre particular de “navaja” y de varios principios de la metafísica clásica y escolástica: el de

sustancia, causa eficiente, entendimiento posible”. (Reale, 2010, págs. 437,438) En cuanto al

conocimiento de Dios, niega que se pueda conocer intuitivamente y establece que se puede hacer a partir

de las causas que conservan la existencia en acto del mundo, es decir la creación. Es considerado el

padre del nominalismo.


Auto evaluación

Considero que, a pesar de las dificultades, hemos logrado compilar un buen trabajo de acuerdo a lo

propuesto por el docente de curso, a su vez rescatar la importancia que tiene para nosotros la realización

de las respectivas lecturas, de manera que, realizándolas adecuadamente, logremos avanzar en

conocimientos que permiten ejercer aprendizajes autónomos y colectivos.

Es de valorar el trabajo de los compañeros, sus aportes al foro para la construcción de este trabajo.
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