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Resiliencia familiar: un marco de trabajo para la práctica clínica.

Autor: Froma Walsh.

Un marco de trabajo en resiliencia familiar: el concepto de resiliencia familiar amplia nuestra comprensión del buen funcionamiento de la familia
en situaciones de adversidad. La resiliencia es la capacidad de resistir y tener éxito frente a desafíos de la vida. La misma supone el
fortalecimiento y la posibilidad de generar recursos propios que permitan a los individuos y a las familias a que respondan de manera positiva,
exitosa; a las crisis y los persistentes desafíos.

El contexto de las relaciones en las resiliencia individual: inicialmente la resiliencia era considerada como una condición innata, como un blindaje
del “niño invulnerable” o “muñeco de acero”, se consideraba impenetrable estrés. Y las familias eran consideradas como una fuente que contribuía
al riesgo y no a la resiliencia. En la medida en que las investigaciones avanzaron la resiliencia empezó a ser considerada en términos de una
interrelación de procesos de riesgo múltiple y cuidado clínico a lo largo del tiempo, que incluía al individuo, la familia y espacios socioculturales.
Más tarde en un notable estudio, realizado por Werner, líder y pionero en las investigaciones sobre resiliencia, rastreo de la vida de
aproximadamente 700 niños, mostraron que a pesar de una niñez y adolescencia difíciles, existen potencialidades para el desarrollo de la
resiliencia. También sostuvo que:

 La investigación de la resiliencia da una base auspiciosa(favorable) y fértil para la práctica;


 Los descubrimientos de las investigaciones en resiliencia tienen muchas aplicaciones potenciales;
 La construcción de puentes entre clínicos, investigadores y administradores de la salud es de máxima importancia.

La perspectiva de la resiliencia familiar detecta el potencial y las fortalezas de cada grupo más allá, de las limitaciones. Y más aún, apoyada en una
orientación sistémica, busca superar la díada padre-hijo para considerar influencias más amplias en la red familiar. Esta óptica altera la mirada
restringida, únicamente al déficit familiar y en su lugar prefiere verlos como desafiados por circunstancias adversas, pero con potencial para llevar
adelante el crecimiento y la salud de sus miembros.

Estrés familiar, adaptación y resiliencia: el concepto de resiliencia familiar se focaliza en el riesgo de la misma, y es tomada como una unidad
funcional. Una de las premisas básicas de la mirada sistémica es que las crisis agudas y la persistencia de la adversidad impactan sobre toda la
familia, con efectos de onda expansiva a cada uno de sus integrantes. A su vez los procesos familiares claves permiten que el sistema familiar se
compacte y recupere fuerzas en tiempos de crisis, que amortigüen el estrés, que reduzcan el riesgo a la disfunción y alcance una adaptación óptica.

Riesgo y resiliencia. Contexto sociales y de desarrollo: un marco de trabajo de la resiliencia familiar combina:

1. Perspectiva ecológica: desde una orientación basada en los sistemas psico-bio-sociales, el riesgo y la resiliencia son considerados a la luz
de influencias múltiples y recursivas que incluyen a individuos, familias y sistemas sociales más amplios, los problemas son vistos como
resultado de una interacción entre la vulnerabilidad individual y familiar. Y los síntomas pueden tener base biológica o estar influidos por
variables socioculturales.
2. Perspectiva de desarrollo: es de total importancia ya que el impacto de una situación crítica puede variar según el momento en que esa
crisis se produce en los ciclos del individuo y la familia. Lo cual incluye la adaptabilidad a hechos predecibles como a los inesperados, y al
legado del pasado, en cuanto a que el desorden anímico y físico aumenta cuando los elementos estresantes cotidianos reactivan malos
recuerdos o emociones del pasado.

La resiliencia implica procesos clave, los cuales fortalecen la capacidad de “luchar mejor”:

Sistema de creencias:

1. Darle sentido a la adversidad:


 Ver la resiliencia basada en las relaciones, y no en el individuo fuerte solo ,duro.
 Normalizar y contextualizar la adversidad y el desequilibrio.
 Sentido de coherencia: considerar la crisis como un desafió manejable, comprensible, con sentido.
 Elementos explicativos causales:¿Cómo pudo suceder esto? ¿Qué podemos hacer?

2. Mirada positiva:
 Esperanza, sesgo optimista: confianza ante hechos inesperados.
 Dar fuerza y reforzar: afirmar los recursos propios y focalizarse en la potencialidad.
 Iniciativa activa: de pro, y perseverancia (espíritu de puedo hacerlo).
 Manejar lo que sea posible, aceptar lo que no puede ser cambiado.

3. Trascendencia y espiritualidad:
 Valores objetivos y sentido de la vida asumida con mayor amplitud.
 Espiritualidad, fe, apoyo del grupo, ritos que ayudan a la salud.
 Inspiración sueños reveladores, nuevas posibilidades; expresividad creativa, acción social.
 Transformación, aprendizaje cambio y crecimiento a partir de la adversidad.

Modelos organizacionales:
4. Flexibilidad:
 Apertura al cambio: revisión, reorganización y adaptación ante nuevos desafíos.
 Estabilidad en medio de la crisis: continuidad, seguridad y perseverancia.
 Liderazgo fuerte proveer proteger guiar.
 Diferentes formas familiares: la cooperación los grupos que protegen.
 Relación de pareja/de colaboración entre los padres: igualdad.
5. Amplitud para unirse:
 Apoyo mutuo colaboración y compromiso.
 Respeto a las necesidades, diferencias y fronteras individuales.
 Buscar el acercamiento y la reconciliación luego de relaciones heridas.

6. Recursos sociales y económicos:


 Movilizar las redes sociales, comunitarias y familiares: buscar modelos y mentores.
 Construir la seguridad económica, que supone una administración del trabajo y una coordinación de las tendencias familiares.

Comunicación/resolución de problemas:

7. Claridad:
 Mensajes claros y consistentes (en palabras y actos).
 Clarificar la información ambigua; buscar la verdad/hablar con la verdad.

8. Abrirse a la experiencia emocional:


 Compartir todo el rango de sentimientos (alegría y dolor: esperanzas y miedos).
 Empatía mutua: tolerancia ante las diferencias.
 Hacerse responsable de los sentimientos y la conducta propios: evitar culparse.
 Interacción placentera, humor.

9. Resolución de problemas vía la colaboración:


 Abundancia de creatividad: apelar a todos los recursos.
 Toma de decisiones compartidas: resolución de conflictos: negociación, confiabilidad recíproca.
 Focalizarse en los objetivos; dar pasos concretos: buscar el éxito: aprender de los fracasos.
 Espíritu activo, de pro: prevenir problemas ,desviar las crisis,: prepararse para desafíos futuros.

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