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Instituto Tecnológico del Estado de Oaxaca

Ensayo de la comunicación.

José Manuel Gonzales Pérez.

Institutos tecnológicos de México

Comunicación Humana
Ing. Eva Graciela Escobar y Santillán.

4 DE MARZO DEL 2022.


Estructuras y propiedades de los materiales.

La estructura de los materiales es el modo en que se enlazan, ordenan y manifiestan


sus componentes a distintas escalas de observación. Entiéndase por componentes los
átomos, moléculas, iones, cadenas, planos, cristales, granos cristalinos, entre otros
conjuntos de partículas. Y a su vez, en lo que respecta a las escalas de observación, nos
referimos a las nano, micro y macroestructuras.

Dependiendo del tipo de enlace químico presente en las estructuras de los materiales,


se tendrá lugar distintas propiedades mecánicas, químicas, ópticas, térmicas, eléctricas, o
cuánticas. Si el enlace es iónico, el material será iónico. Mientras, si el enlace es metálico,
el material será metálico.

La madera, por ejemplo, es un material polimérico y fibroso, pues está hecho de


polisacáridos de celulosa. Las eficaces interacciones entre sus cadenas de celulosa
definen un cuerpo duro, capaz de moldearse, cortarse, teñirse, pulirse, cincelarse.

Es necesario destacar que el material es toda materia que cumple un propósito en la


vida o en la historia de la humanidad. Conociendo sus estructuras, se puede ingeniar
nuevos materiales con propiedades optimizadas para determinadas aplicaciones, ya sean
industriales, hogareñas, artísticas, computacionales o metalúrgicas.

Estructura de los materiales metálicos

Los materiales metálicos abarcan todos los metales y sus aleaciones. Sus estructuras
están compuestas de átomos fuertemente compactados unos al lado o encima del otro,
siguiendo un orden periódico. Se dice por lo tanto que constan de cristales metálicos, los
cuales se mantienen fijos y cohesionados gracias al enlace metálico que existe entre
todos sus átomos.

Entre las estructuras cristalinas más comunes para los metales se hallan la cúbica
centrada en el cuerpo (bcc), la cúbica centrada en las caras (fcc), y la hexagonal
compacta (hcp), siendo esta última la más densa. Muchos metales, como el hierro, la
plata, el cromo o el berilio, se caracterizan asignándoles a cada uno de ellos una de estas
tres estructuras.

No obstante, tal descripción no basta para describirlos como materiales.

Los cristales metálicos pueden adoptar más de una forma o tamaño. Así, en un mismo
metal se observarán más de un cristal. De hecho, habrá muchos de ellos, los cuales se
conocen mejor con el término de grano cristalino.
La distancia que separa los granos entre sí se conoce como borde o límite de grano y
es, junto con los defectos cristalinos, uno de los factores más determinantes en las
propiedades mecánicas de los metales.

Estructura de los materiales cerámicos

La mayoría de los materiales pueden describirse como en el apartado anterior, es


decir, en función de los cristales, de sus números, tamaños o formas. Lo que varía sin
embargo para el caso de los materiales cerámicos, es que sus componentes no constan
solo de átomos, sino de iones, localizados frecuentemente en una base amorfa de silicato.

Por lo tanto, las cerámicas tienden a ser materiales semicristalinos o completamente


cristalinos cuando está ausente el dióxido de silicio. En sus estructuras predominan los
enlaces iónicos y covalentes, siendo los iónicos los de mayor importancia. Generalmente,
las cerámicas son materiales policristalinos; esto es, constan de muchísimos cristales
pequeños.

Las cerámicas son materiales de composiciones muy variables. Por ejemplo, los
carburos, nitruros y fosfuros se consideran cerámicas, y en sus estructuras conformadas
por redes tridimensionales se rige el enlace covalente. Esto les confiere la propiedad de
ser materiales muy duros y de alta resistencia térmica.
Las cerámicas vítreas, por tener una base de dióxido de silicio, se consideran amorfas.
Por lo tanto, sus estructuras son desordenadas. Mientras, hay cerámicas cristalinas, como
los óxidos de aluminio, magnesio y circonio, cuyas estructuras se componen de iones
unidos por el enlace iónico.

Estructura de los materiales cristalinos

La estructura cristalina del


cloruro de sodio, NaCl, un compuesto iónico típico. Las esferas púrpuras representan
cationes de sodio, Na +, y las esferas verdes representan aniones cloruro, Cl−.

Los materiales cristalinos integran una gran familia de materiales. Por ejemplo, los
metales y las cerámicas se clasifican como materiales cristalinos. Estrictamente hablando,
los materiales cristalinos son todos aquellos cuyas estructuras son ordenadas, sin
importar que estén compuestos de iones, átomos, moléculas o macromoléculas.

Todas las sales y la inmensa mayoría de los minerales entran en esta clasificación. Por
ejemplo, la piedra caliza, compuesta principalmente por carbonato de calcio, pudiera
decirse que es un material cristalino, aun cuando no siempre sea transparente y brillante,
según su proceso natural de formación.

Los cristales de azúcar, por otro lado, están hechos de moléculas de sacarosa. Como tal
el azúcar no es un material, a menos que se construyan castillos, carcasas, muebles o
sillas de azúcar. Entonces, el azúcar sí pasaría a convertirse en un material cristalino. El
mismo razonamiento aplica para todos los demás sólidos moleculares, incluyendo el hielo.

Estructura de los materiales ferrosos

Austenita, ordenamiento de átomos

Los materiales ferrosos son todos aquellos que consisten de hierro y sus aleaciones con
el carbono. Por lo tanto, los aceros cuentan como materiales ferrosos. Sus estructuras, al
igual que la de los metales, se basan en cristales metálicos.

Sin embargo, las interacciones son un tanto distintas, pues los átomos de hierro y carbono
forman parte de los cristales, por lo que no se puede hablar de un enlace metálico entre
ambos elementos.

Otros ejemplos
Nanomateriales

Nanotubos de carbono.

Muchos nano materiales, al igual que los materiales ya discutidos, se describen también
en función de sus nano cristales. Sin embargo, estos comprenden otras unidades
estructurales más singulares, compuestas por menos átomos.

Por ejemplo, las estructuras de los nanomateriales pueden describirse por átomos o
moléculas ordenados en forma de esferas, micelas, tubos, planos, anillos, platos, cubos,
etc., los cuales podrán o no generar nano cristales.

Si bien en todas esas nano estructuras puede estar presente el enlace iónico, como
sucede con las nano partículas de innumerables óxidos, es más común el enlace
covalente, responsable de aportar los ángulos de separación necesarios entre los átomos.
Materiales poliméricos

Estructura química del


polietileno

Las estructuras de los materiales poliméricos son predominantemente amorfas. Esto se


debe a que sus polímeros conformantes son macromoléculas que difícilmente logran
ordenarse de manera periódica o repetitiva.

No obstante, en los polímeros puede haber regiones relativamente ordenadas, por lo que
algunos se consideran como semicristalinos. Por ejemplo, el polietileno de alta densidad,
el poliuretano y el polipropileno se consideran polímeros semicristalinos.

Materiales jerárquicos

Los materiales jerárquicos son vitales en la naturaleza y sostienen los cuerpos vivos. La
ciencia de los materiales se dedica incansablemente a mimetizar dichos materiales, pero
utilizando otros componentes. Sus estructuras son “desarmables”, empezando por las
partes más pequeñas hasta la más grande, la cual vendría a ser el soporte.
Por ejemplo, un sólido que se compongan de varias capas de distinto grosor, o que tenga
cavidades tubulares y concéntricas ocupadas por átomos, se considerará de estructura
jerárquica.

POLIMEROS
Un polímero es una molécula, natural o sintética, que consiste esencialmente en
unidades estructurales idénticas repetidas. Una de las propiedades más atractivas de los
polímeros orgánicos clásicos ha sido la capacidad de actuar como excelentes aislantes
eléctricos. Sin embargo, ha existido un gran interés en la posibilidad de producir polímeros
que actúen como conductores eléctricos. Estos nuevos materiales, a los que se han
denominado polímeros conductores, podrían revolucionar la industria eléctrica y
electrónica al combinar excelentes propiedades mecánicas y químicas, además de su fácil
preparación y bajo costo de fabricación. En este trabajo, se hace una revisión sobre las
principales características de los polímeros conductores y su síntesis mediante un método
relativamente nuevo llamado polimerización en microemulsión ya que existe un potencial
para ser utilizados industrialmente, en medicina, electrónica y en otras aplicaciones
biológicas.

Hoy en día sabemos que un polímero es una molécula, natural o sintética, que
consiste esencialmente en unidades estructurales idénticas repetidas (griego poli− que
significa varias y −meros que significa unidad). Pero hace ya unos setenta y cinco años
los químicos trabajaban intensamente en la Química de Polímeros. Antes del
descubrimiento del poliestireno completamente sintético, la producción se basaba en
modificaciones de polímeros naturales, como viscosa−rayón o acetato de celulosa. No fue
sino hasta 1936 (con la llegada del nylon−66) cuando la Química de polímeros empezó a
cambiar el mundo hasta el punto en el que lo ha hecho (Textoscientificos.com, 2005).

Una de las propiedades más atractivas de los polímeros orgánicos clásicos, como el
poliestireno, polipropileno, polietileno, etc., ha sido la capacidad de actuar como
excelentes aislantes eléctricos. Sin embargo, ha existido un gran interés en la posibilidad
de producir polímeros que actúen como conductores eléctricos. Con ello se pretendía
combinar en un mismo material las propiedades eléctricas de un semiconductor con las
de un polímero. Estos nuevos materiales, a los que se han denominado polímeros
conductores, podrían revolucionar la industria eléctrica y electrónica al combinar
excelentes propiedades mecánicas (flexibilidad, ligereza y resistencia al impacto) y
químicas (resistencia a la corrosión), además de su fácil preparación y bajo costo de
fabricación.

A principios de la década de los años 70, un estudiante (Hyung Chick Pyun) de Hideki
Shirakawa (en ese entonces investigador asociado en el Instituto Tecnológico de Tokio),
se encontraba realizando la síntesis de poliacetileno a partir del gas de acetileno. En lugar
de obtener el esperado polvo oscuro y opaco, el estudiante obtuvo una película lustrosa,
con apariencia de aluminio y al mismo tiempo flexible, similar al plástico usado en
embalaje. Dicho producto presentaba, además, una conductividad inusualmente elevada.
Al investigar el origen de estos asombrosos cambios, resultó que todo había sido
originado por un error. Durante el proceso de polimerización, el estudiante agregó por lo
menos mil veces más catalizador que el requerido en las instrucciones de preparación.
Aunque la función del catalizador es favorecer la velocidad de la reacción de
polimerización, una cantidad excesiva de este reactivo provocó importantes cambios en la
estructura del polímero (Shirakawa, 2001). A partir de ese momento, el estudio de los
polímeros conductores se convirtió en blanco de atención de Shirakawa, así como de
otros grupos de investigadores, entre los que destacaban Alan G. MacDiarmid y Alan J.
Heeger. En el verano de 1977 estos tres científicos dieron a conocer sus descubrimientos
en relación con las propiedades conductoras de algunos materiales poliméricos en los que
habían centrado sus estudios. Su contribución fue considerada como un gran avance,
hasta el punto de que se les concedió el premio Nóbel de química en el año 2000 “Por el
descubrimiento y Desarrollo de los Polímeros Conductores”

Los polímeros conductores, conducen la electricidad debido principalmente a la


presencia de ciertas cantidades de otros productos químicos (dopado), pero también a la
presencia de dobles enlaces conjugados que permiten el paso de un flujo de electrones.

Los polímeros conductores son materiales formados por largas cadenas


hidrocarbonadas con dobles enlaces alternos, o conjugados. Cuando extraemos un
electrón de uno de estos dobles enlaces se genera un radical catión, también llamado
polarón, y al seguir oxidando se puede arrancar un segundo electrón para formar un
dicatión, o bipolarón, que es muy estable. Esta carga positiva puede desplazarse por la
cadena pasando de un doble enlace a otro conduciendo de este modo la electricidad. La
extracción de electrones, u oxidación, puede ser continuada formándose más de un catión
por cadena. Las familias más comunes de polímeros conductores son derivados de:
poliacetileno, polianilina, polipirrol y politiofeno,
En general, los polímeros conductores por si mismos poseen bajas propiedades
mecánicas, por ejemplo, son muy frágiles y tienen poca procesabilidad. Estas desventajas
pueden ser superadas mediante la formación de mezclas o compósitos con otras matrices
poliméricas con buena flexibilidad. Por ejemplo, Cairns y colaboradores en 2003
reportaron la síntesis y caracterización de partículas de polipirrol (PPy) depositadas en
látices prácticamente monodispersos de poli(metil metacrilato) (PMMA, un polímero
transparente y flexible) y de poli(butil metacrilato) (PBMA, polímero flexible), observando
que el uso de látices de PMMA no permite un recubrimiento uniforme de las partículas de
PPy debido a que la superficie del PMMA es altamente hidrófila (afín al agua). Mientras
que el PBMA, el cual posee un carácter moderadamente hidrófobo (no afín al agua),
permite el recubrimiento de las partículas de PPy de manera uniforme.
CERAMICOS.

La categoría general de cerámicas eléctricas incluye una amplia gama de


composiciones y estructuras. La mayoría de estos cerámicos se utilizan como aislantes
eléctricos. En aplicaciones de alta frecuencia y baja pérdida dieléctrica generalmente se
utilizan cerámicos de fosforita, esteatita y alúmina. El presente estudio se realizó sobre
cerámicas eléctricas utilizadas como cortocircuitos en transformadores de energía
eléctrica, por lo que una de sus características es la de tener alta resistencia mecánica sin
afectar sus propiedades eléctricas. Estas piezas cerámicas tienen en la parte central un
barreno en donde se le coloca piedra cerámica cementante para fijarlas en los
transformadores. Se analizaron piezas cerámicas con temperaturas de quemado iguales
pero con colocación de piedra cementante en tres posiciones diferentes: sin piedra, con
piedra y con piedra a 1 cm del borde, con la finalidad de caracterizar la res instancia
mecánica en ensayos de flexión en función de la colocación de la piedra cementante. En
función de lo anterior, las piezas fueron sometidas a ensayos mecánicos de flexión y
posteriormente se analizó la zona de fractura mediante microscopía óptica, analizador de
imágenes y microscopía electrónica de barrido, encontrándose en las cerámicas con
piedra perfiles de porosidad inversos a los que presentados en cerámicas sin piedra, lo
cual influyó en la respuesta mecánica observada.

Se define a un cerámico como aquel material compuesto de uno o varios óxidos


metálicos y no metálicos, que se caracteriza principalmente por su baja conductividad
térmica y eléctrica, así como fragilidad mecánica [1,2]. Los cerámicos son utilizados en
aplicaciones tecnológicas en una gran variedad de formas: monolíticos, polvos finos y
fibras, entre otros. Cada uno de estos pueden ser mono cristalinos o poli cristalinos y
pueden incluir una o más fases. El número, tipo y distribución física de las fases se
determinan por su equilibrio y la historia térmica del material [2,3]. Muchas cerámicas se
basan en la arcilla, a la cual se le añade un material más grueso como el cuarzo, y un
material fundente como el feldespato. Los feldespatos son un grupo de minerales que
comprende al (K,N)20.A1,03.6Si0.. En el diagrama termodinámico de fases ternario Al,03-
SiO,-K,0, se puede ubicar a las porcelanas eléctricas en los porcentajes de
concentraciones de:

42.47 - 44.79 % de Al2 O3


; 47.24 - 45.23 % de Si O 2

.27 - 9.96 % de K 2 O

Los aislantes eléctricos deben tener poca porosidad, por eso las arcillas están
completamente vitrificadas, como la porcelana o el vidrio, para su uso como aislantes
eléctricos en aplicaciones de alto voltaje. Además de cumplir con ciertas características
de propiedades eléctrica s aislante, las piezas cerámicas deben de cumplir con resistencia
mecánica a la flexión con la finalidad de ser utilizadas en la industria eléctrica. El método
para determinar el comportamiento de los materiales sometidos a la carga de la viga
simple, es el ensayo de flexión. Con algunos materiales, también se denomina ensayo de
la viga transversal. La muestra o probeta está soportada por dos cuchillas como viga
simple y la carga se aplica en su punto medio. El esfuerzo máximo de la probeta y la
deformación máxima se calculan en incrementos de carga. Los resultados se grafican en
un diagrama de esfuerzo — deformación y el esfuerzo máximo de la probeta es la
resistencia a la flexión.

Los resultados de los ensayos mecánicos de flexión realizados a las piezas cerámicas
eléctricas, permiten concluir que la resistencia mecánica en las piezas cerámicas
estudiadas está en función de la colocación de la piedra cementante. La cual influye en la
generación de porosidad en el cuerpo de la pieza cerámica, 3 siendo estos sitios de
nucleación de grietas par 150 llevar a la fractura la pieza. Esto es debido a que la piedra
cementante interviene de manera directa como barrera en la transferencia de calor en la
pieza en el proceso de sinterizado, provocando con ello un perfil de porosidad en
detrimento de la resistencia mecánica.
Referencias

Wikipedia. (2020). Materials science. Recuperado de: en.wikipedia.org

Marc Ander Meyers and Krishan Kumar Chawla. (s.f.). Materials: Structure,
Properties, and Performance. [PDF]. Cambridge University Press. Recuperado de:
assets.cambridge.org

Víctor M. Ovando-Medina, M. A.-R. (s.f.). LOS POLÍMEROS CONDUCTORES DE LA ELECTRICIDAD Y


SUS APLICACIONES EN LA NANOTECNOLOGÍA. San Luis Potosí, San José de las Trojes,
Matehuala, SLP, México : Departamento de Ingeniería Química, COARA.

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