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W UNIVERSIDAD NACIONAL

ABIERTA

RECTORA
DO

DIRECCIÓN DE INVESTIGACIONES Y
POSTGRADO

CURSO DE INICIACIÓN

Lectura N°
2

EL ADULTO Y SUS
CARACTERÍSTICAS
EN SITUACIÓN DE
APRENDIZAJE

MATERIAL DE APOYO CON FINES


INSTRUCCIONALES

Autor: Dr. José


Capitillo Silva

CARACAS,
2017

Panamá, octubre 2016

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.....
Fundamentos teóricos......
..............4

Motivación.
......4

Clasificación de las motivaciones............


..........5

...........12
Necesidades del estudiante adulto en situación de aprendizaje.............11
Características del adulto que aprende........ Emociones y estilos de aprendizaje en
los adultos......... Aprendizaje en el adulto. Estrategias para el aprendizaje en
el adulto que aprende.......... Reflexiones finales......... BIBLIOGRAFÍA.....
.......................................
......................
INTRODUCCIÓN

En la actualidad existe una civilización basada en la información y el conocimiento;


época que está siendo catalogada como la era de los grandes cambios en
distintos niveles; ya sea en lo social, tecnológico y científico, exigiéndose en cada
uno de estas continuas actualizaciones a lo largo de todo el proceso de
transformación. Estos acelerados cambios en materia de educación incluyen una
atención específica en el momento cuando estén ocurriendo, tal como se ve en la
innovación que este tenga al desarrollo de nuevos proyectos ya sea para
mejorar y formar adecuadamente a las

personas, al empleo de estas nuevas tecnologías de la comunicación y de información


asociados a la educación.

Pues bien, lo antes referido plantea muchas de las grandes tendencias de cambio en
educación con las aportaciones de las tecnologías de la información y comunicación
además de los aportes que ha generado la andragogía centrada en la formación del
participante adulto. Esto se refiere, que la educación ha evolucionado de un aprendizaje
centrado en el profesor, de manera conductista tradicional el cual enseña al estudiante
como aprendiz, en el aprendizaje pensado como acumulación con
conocimientos a una construcción personal con significados, en un
conocimiento entendido como saber algo, a la necesidad para hacer algo
con lo cual se conoce.

A este respecto, la formación docente, juega un papel de mucha importancia ya que, el


docente debe ser un facilitador o mediador necesario del proceso de aprendizaje
y que, cuanto mejor formado esté, mejor desarrollará su trabajo y en definida mejor
formación experimentaran los participantes adultos dado las motivaciones, intereses y
necesidades acordes con su edad para la adquisición de sus aprendizajes en
una determinada formación que las personas requieran.

Dentro de este contexto, centrarse en el aprendizaje es reconocer la diversidad de sujetos,


saberes, prácticas, el derecho a recibir, en la heterogeneidad que crea y define al
conocimiento como bien común, a la escuela generadora de valores, sentidos colectivos,
el currículo en la investigación, al docente como orientador y guía. Cabe destacar, los
cambios que se están desarrollando en la sociedad, la economía y la cultura, han generado
repercusiones en el ámbito educativo de manera significativa.

Por consiguiente, uno de los propósitos fundamentales de la docencia es brindar las


condiciones adecuadas donde los participantes logren

aprendizajes constructivos, significativos y coherentes con el espacio donde


viven. Pues bien, esta premisa permite hacer un análisis desde una perspectiva
constructivista, donde el facilitador debe utilizar procedimientos, métodos, recursos que
contengan la contextualización de los aprendizajes y por ende la adecuada práctica educativa
que conlleve a procesar el aprendizaje desde un enfoque de la construcción del
conocimiento, donde el participante a partir de sus experiencias sume los nuevos
saberes y sea creativo aportando a la producción del nuevo conocimiento.

Esta postura, hace referencia a que hoy, en el ámbito educativo, las tecnologías de
información y comunicación abren un abanico de nuevas posibilidades que rompen con
estos esquemas muy enraizados y develan nuevas vías andragogicas sustentadas
teóricamente en la motivación para la participación totalmente activa de los
estudiantes lo que enriquece notablemente el proceso de aprendizaje.
FUNDAMENTOS TEÓRICOS

Motivación

En este sentido, la motivación es un término ampliamente utilizado en psicología para


comprender las condiciones, estado, que activan, dan energía, al organismo
llevándolo a una conducta dirigida hacia la obtención de metas, la satisfacción de
necesidades Díaz y Crespo, (2002: 12). Los motivos o impulsos, como se les pueda
llamar con frecuencia, pueden ser primordialmente innatos en su naturaleza o aprendidos,
pero cualquiera sea su origen, cuando son despertados inician la actividad dirigida
hacia determinadas finalidades o incentivos. La capacidad de aprendizaje de los
adultos y en especial también de las personas de edad parece depender en mayor
medida del entrenamiento, de la motivación y de una situación de
aprendizaje favorable, que de la edad de la persona.

De igual manera, Romero (2005), sostiene que de la motivación puede hablarse


denotando procesos muy distintos, es decir, se alude a ésta como
un proceso con dos aspectos bien diferenciados. Primero, constituye un elemento iniciador
de la conducta, disparador, activador o energizador de una secuencia conductual.
Esa cantidad de energía proveniente de los motivos es necesaria para iniciar la
conducta, pero no basta, por cuanto
cualquier meta con sentido humano requiere esfuerzo para ser alcanzada.

En segundo lugar, la motivación puede ser vista desde la perspectiva del elemento que
mantiene la conducta en una dirección determinada, es decir, dirige, orienta y
selecciona el curso de la acción a seguir. De tal manera, la conducta motivada es
energizada en dirección hacia metas asociadas al motivo activado.

Para Romero (ob. cit), la motivación se refiere en general, a estados internos que
energizan y dirigen la conducta hacia metas específicas, es decir, mientras más motivado
esté el participante más definidas tendrá sus metas, más fructífera será su búsqueda hacia
el logro de las mismas. Para este autor, los motivos pueden ser fisiológicos o innatos
como la sed y el hambre, los cuales fortalecen la conducta en busca de su satisfacción;
también, pueden ser aprendidos como las motivaciones sociales del logro, poder, afiliación, los
cuales también energizan, dirigen la conducta hacia la obtención de metas específicas, van
teniendo más importancia en el ser humano en la medida de su crecimiento y desarrollo.

En este sentido, existe la necesidad de aprender, de estudiar, en capacitarse, para


avanzar por parte de los estudiantes adultos quienes se automotivan a seguir adelante,
pero debería de existir el incentivo por parte de los docentes facilitadores los cuales, deben
ser agentes activadores de la motivación externa de las demás personas,
como parte de las necesidades personales y profesionales para poder incentivar el
trabajo del participante adulto en situación de aprendizaje.
Cabe referir, el comportamiento subyacente es movimiento: un presionar o impulsar a esas
personas que aprenden hacia la acción. Esto implica, que existe algún
desequilibrio o insatisfacción dentro de la relación existente entre el participante y su
realidad: identifica las metas y siente la necesidad de llevar a cabo determinado
comportamiento que los llevará hacia el logro de dichas metas. En este caso, el
logro de una profesión la cual, implica en generar cambios o capacitarse para realizar
un determinado trabajo que les permita la satisfacción de sus necesidades para sentirse
realizados.
Clasificación de las motivaciones

Muchos autores como Chiavenato (2000) clasifican la motivación de distintas


formas, la motivación puede nacer de una necesidad que se genera de forma
espontánea (motivación interna) o bien puede ser inducida de forma externa
(motivación externa). La primera, surge sin motivo aparente, es la más intensa y
duradera. Así se tiene, que la primera vez que se observa una actividad deportiva y
la persona queda tan impresionada que siente la necesidad de integrarla en nuestras vidas. A
partir de ese instante, todo gira alrededor de dicha actividad y poniéndola en práctica se
siente un placer el cual empuja a realizarla, hasta que momentáneamente, queda satisfecha la
necesidad de llevarla a cabo. Si, además, se obtiene un resultado apetecible (éxito,
reconocimiento, dinero, entre otros.), ello reforzará, aún más, nuestra conducta de
repetir dicha práctica.
Pues bien, se tiene, que no todo el que lleva a cabo una actividad lo hace con el
ánimo de destacarse, ganar o ser el mejor. Es más, si el único objetivo fuera
ganar y la continuidad de la acción dependiera del triunfo, posiblemente solo
unos pocos seguirían practicando, evidentemente, los ganadores.
En otro caso, existe otro tipo de motivación interna que no surge de forma espontánea,
sino, más bien, es inducida por las mismas personas. Es aquella, que nos
autoimponemos por algún motivo y que exige ser
mantenida mediante el logro de resultados. Se trata de una motivación vacía que
difícilmente se sostiene a menos que se consigan resultados apetecibles. Muchos
estudiantes renuncian a cursar una carrera que les gusta porque piensan que una vez
convertidos en profesionales no ganarán el dinero que desean y se plantean cursar otra carrera
porque confían en alcanzar un elevado nivel de vida. Su motivación responde a una necesidad
ajena a los estudios y que se basa en un supuesto imprevisible, por depender
del siempre cambiante mercado laboral.
En otros casos, no sienten la necesidad de aprender para colmar un deseo de conocimiento,
sino que deben estudiar para terminar la carrera y poder ganar dinero. Cuando las largas
noches de estudio comienzan a hacerse insoportables, cuando llegan los primeros
suspensos, cuando llegan las primeras dudas, es entonces cuando
comienzan a recapacitar y posiblemente, a arrepentirse de la decisión adoptada.
En cualquier, campo puede suceder lo mismo.
De esta manera, de la persona que sufre un accidente y debe iniciar un proceso de
recuperación. Se inscribe en un gimnasio y se pone en manos de un profesional que le
confecciona un programa de ejercicios. El participante, acude regularmente a
realizar el programa pero, no porque sienta la necesidad de entrenarse, sino,
porque sé autoimpone el deber de hacerlo esperando una pronta
recuperación. Una vez completada dicha recuperación, abandona el centro
deportivo y sigue con su rutina de vida habitual.

Otros Autores como Matos (2005) define que la motivación es positiva y negativa.

En cuanto a la motivación positiva. Es el deseo constante de superación, guiado siempre


por un espíritu positivo. Plantea, que esta motivación puede ser intrínseca y
extrinseca. Por otra parte, la motivación
negativa. Es la obligación que hace cumplir a la persona a través de castigos,
amenazas, entre otros, de la familia o de la sociedad. Esta motivación está
referida en hacer que la persona quede bien aún no a gusto o conforme consigo mismo
pero se debe quedar bien con los demás y con el contexto social.

Motivación Intrínseca

Es intrinseca, cuando la persona fija su interés por el estudio o trabajo,


demostrando siempre superación y personalidad en la consecución de sus fines,
sus aspiraciones y sus metas. Es decir, referida a la satisfacción de necesidades de
progreso para salir adelante en crecer como persona y profesionalmente.

Definida por el hecho de realizar una actividad por el placer y la satisfacción que
las personas experimentan mientras aprenden, explora o trata de entender algo
nuevo. Aquí se relacionan varios constructos tales como la exploración, la curiosidad,
los objetivos de aprendizaje, la intelectualidad intrínseca y, finalmente, las propias de
las personas para aprender.

Cabe resaltar, hacia la realización: en la medida en la cual las personas se enfocan más
sobre el proceso de logros que sobre resultados, puede pensarse que están motivados al
logro. De este modo, realizar sus acciones puede definirse como el hecho de
incorporarse en una actividad, por el placer y la satisfacción experimentada cuando uno
intenta realizar o crear algo. En el caso, del participante adulto en situación de
estudiantes, el hecho de descubrir nuevos conocimientos científicos a sus saberes y
experiencias acordes a su edad de la mano con el trato y la atención recibida de quienes
les facilitan los aprendizajes estarán motivados permanentemente.

10
un.

En estimulantes:
este sentido, la motivación intrínseca hacia experiencias
opera cuando alguien realiza una acción a fin de experimentar
sensaciones de placer sensorial, experiencias estéticas, diversión y
entusiasmo al logro de sus aspiraciones obteniendo mejores resultados.

Motivación Extrínseca

Es extrinseca cuando el participante sólo trata de aprender no tanto porque le


gusta la asignatura o carrera si no por las ventajas que ésta ofrece. Esta
referida, al saber los grandes beneficios de aprendizajes, profesionalmente, en
lo personal, que a corto, mediano y largo plazo va ir obteniendo para la
satisfacción de sus necesidades personales y sociales.

Se plantea, que contraria a la motivación intrínseca, la motivación extrínseca


pertenece a una amplia variedad de conductas las cuales son medios para
llegar a un fin, y no el fin en sí mismas. Sin embargo, Matos (ob.cit) amplia que
hay tres tipos de motivación extrínseca:

Regulación externa: La conducta es regulada a través de medios externos tales como


premios y castigos. Así pues, un participante puede decir, estudio la noche antes
del examen porque mis padres me fuerzan a hacerlo.

Regulación introyectada: la persona comienza a internalizar las razones para sus


acciones pero esta internalización no es verdaderamente autodeterminada,
puesto que está limitada a la internalización de pasadas contingencias externas. Así se
tiene, que estudiaré para este examen porque la evaluación anterior lo reprobé por no
estudiar.

Identificación: Es la medida en que la conducta es juzgada importante para la


persona, especialmente lo que percibe como escogido por él mismo, entonces la
internalización de motivos extrínsecos se regula a través de

identificación. Se presenta: decidí estudiar anoche porque es algo importante para mí.

Recompensas extrínsecas generales e individualizadas.

Las recompensas individualizadas:

Resultan eficaces para atraer a las personas a formar parte de la


organización y para mantenerlos en ella.

Son eficaces, también, para motivar a los miembros a realizar sus tareas en los niveles de
cantidad y calidad exigidos e incluso superándolos aunque en ocasiones existen
limitaciones estructurales, o de otro tipo, que impiden una adecuación correcta de
este tipo de recompensas.

Por otra parte, las recompensas de tipo individualizado resultan difíciles de utilizar
para motivar los comportamientos innovadores de los participantes.

Recompensas de tipo económico:

Su empleo eficaz requiere al menos los siguientes requisitos:

Deben ser percibidas claramente como lo suficientemente amplias para


justificar el esfuerzo extra que requiere la tarea que hay de cumplirse para
conseguirlo.

Deben ser percibidas como consecuencia directa de la tarea requerida y seguirla


contingentemente.

Deben ser, además, percibidas como equitativas por la mayor parte de los
miembros.

La promoción o el ascenso:
Encuentra una serie de dificultades al no acomodarse los criterios de promoción de
los directivos de la organización a las conductas más eficaces

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para la organización sino atender más bien, a criterios como el


conformismo, antigüedad, observancia de las normas, entre otros.
El reconocimiento y la recompensa social

Han de estar estrechamente vinculados al desempeño del empleado para resultar


eficaces como recompensa extrínseca.

Los supervisores y directivos han de evitar desigualdades o injusticias al dispensar este


tipo de refuerzos y aplicarlos de modo contingente.

Recompensas de grupo o generales:

Son necesarias cuando el patrón de recompensas individuales resulta imposible porque la


productividad en tareas depende del funcionamiento eficaz de un grupo que
puede ser, en ocasiones, muy amplio.

Este tipo de recompensas no se conceden, por lo general, sobre la base del esfuerzo
individual, sino sobre la base de la pertenencia de la persona al grupo (membrecía).

Las recompensas generales son eficaces para mantener a los miembros dentro de
la organización; pero no lo son para conseguir una mayor productividad ya
que todos los miembros las reciben por igual y no son diferenciadoras.

El uso eficaz de estas recompensas requiere una aplicación uniforme a todos los
miembros de la organización de acuerdo con los criterios con los que se han
establecido. Cualquier aplicación diferenciadora en función de otros
criterios puede provocar resentimiento en una parte de los miembros de la
organización.

Necesidades del estudiante adulto en situación de aprendizaje

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La edad adulta es una etapa más del desarrollo del ser humano, tiende,
como las otras, al perfeccionamiento; si bien no se alcanza plenamente,
se acerca por pequeños logros que implican un constante esfuerzo personal.

El adulto es una persona que ha alcanzado la etapa de su vida en la que


responde por sí mismo, tiene a su cargo otras personas (normalmente), desempeña un
papel productivo en la sociedad.

El adulto experimenta necesidades que motivan su comportamiento; al


satisfacer las más elementales, se esfuerza por las del siguiente nivel y así
sucesivamente, hasta que se logra cubrir el orden más elevado de
requerimientos.

Características del adulto que aprende

En este sentido, realidad que ha sido plasmada en numerosos estudios y que,


apoyándose en diversos autores, se expone extensamente en el trabajo de
Richardson (2004):

Poseen un alto grado de motivación hacia los programas formativos que deciden
emprender (Gibbs, Morgan y Taylor, 1984); poseen sofisticados recursos de
aprendizaje, basados en su experiencia, que es de diferente naturaleza (de vida,
estudios previos, familiar...) lo cual les posiciona para utilizarla de manera eficaz
(Van Rossum y Taylor, 1987; Devlin, 1996); poseen altamente desarrollada la
competencia de planificación del tiempo y autogestión (Trueman y Hartley, 1996).
Pues bien, Lieb (1991) considera que los adultos muestran elevado interés por el
trabajo entre iguales, existiendo amplias posibilidades de desarrollar sus capacidades
de liderazgo entre ellos; al mismo tiempo, se les define con capacidad para dar
una adecuada respuesta a proyectos integradores, siempre y cuando éstos se
orienten a sus intereses; además necesitan que el aprendizaje sea significativo para
ellos.

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Las aportaciones de Wynne expuestas en la documentación que ofrece la web de


ASSET, añade que poseen opiniones, valores y criterios construidos durante su
experiencia vital, lo cual juega un papel importante al enfrentarse al aprendizaje; poseen
mejor capacidad para aprender en ambientes democráticos, participativos y de
colaboración; necesitan ver la aplicación práctica de los conocimientos teóricos; y
les gusta desarrollar la autonomía en el aprendizaje.

En su aproximación al estudio de este tipo de alumnado, Wynne también


describe los temores que manifiesta, en la esfera del rol que asume como alumno:
miedo al fracaso, inseguridad por ser mayor que el resto de compañeros, miedo a
un nuevo entorno tecnológico, posee dudas sobre sus propias capacidades de
aprendizaje, miedo a una evaluación formal por posibles inseguridades respecto
a las expectativas que se tenga de él, más que por el resultado de la evaluación
propiamente dicha.

Ahora bien, El National Center for Education Statistics (NCES) en 1996, identificó siete
características que definen el perfil medio de lo que han dado en llamar estudiantes no
tradicionales en Estados Unidos: Retrasan su ingreso en la universidad; tienen una
dedicación a tiempo parcial a los estudios universitarios; trabajan a tiempo completo;
poseen independencia económica; tienen personas dependientes a su cargo y no
tienen titulación previa. Si bien, es otro contexto social diferente al nuestro, sí puede ayudar
a visualizar mejor a este tipo de estudiantes.
Emociones y estilos de aprendizaje en los adultos

Emociones y estilos de aprendizaje Para Therer (1998), cuando se conoce como


aprenden los estudiantes es que el esfuerzo de la orientación de los
aprendizajes podría tener algún efecto positivo, este aprender no depende
únicamente de las capacidades cognitivas de los participantes,

sino de sus disposiciones emocionales, dado que el o la docente es más que un


mero transmisor de información, es un creador o creadora de espacios de aprendizaje
y le corresponde gestionar las condiciones que posibiliten organizar las situaciones
de aprendizaje las cuales dependen de al menos cuatro factores ligados a los
estudiantes: a) su motivación (donde se insertan los aspectos emocionales), b) sus
capacidades cognitivas, c) sus estilos de aprendizaje, y d) los objetivos curriculares
a ser alcanzados.
Esto lleva a considerar, la importancia de poder articular en el proceso de aprendizaje,
las emociones de los adultos en situación de aprender, con sus estilos de aprendizaje,
entendido este como la preferencia mostrada por él, para abordar un aprendizaje.
Popescu, (2008), lo que corresponde a la manera dominante de aprender que manifiestan
estas personas.

De Lièvre, Temperman, Cambier, Decamps y Depover, (2009), reflejando así las


disposiciones personales que influyen o influencian en la habilidad para accesar a la
información; a lo que habría que adicionar los estilos de enseñanza del profesor. Si
este docente logra hacer compatibles sus estilos de enseñanza y el estilo de aprendizaje
de los participantes adultos tomando en cuenta las emociones de ambos,
probablemente el rendimiento académico de estos, será mayor, aspecto que
redundará en la generación de más emociones positivas, que a su vez potencian un
mayor aprendizaje. (Felder, (1990) y Pérez, (1995), citados por Amado Brito y Pérez,
2007), construyéndose un círculo virtuoso entre aprendizaje y emociones, de manera tal
que el rendimiento académico vendrá por sí solo. Casassus, (2006). De lo contrario, no
lograr superar las diferencias entre los estilos de enseñanza del profesorado y los estilos de
aprendizaje de los participantes adultos, puede constituirse en fuente de
conflicto, tensión y malos entendidos.
Por su parte, Grasha, (2002) sostiene, el estilo de aprendizaje de cada uno de los
participantes repercute en su manera de aprender, ya que

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aprender. Gallego y Nevot, (2008), lo cual revela las emociones y sentimientos de los
mismos, por lo que deben ser ellos quienes deben informarse sobre los estilos de
aprendizaje de sus estudiantes y los mecanismos que posibiliten una educación
emocional, en razón de potenciar el círculo virtuoso apuntado anteriormente ya que si
los docentes ignoran los estilos de aprendizaje de los estudiantes, así como las
emociones y los sentimientos de estos, el resultado es tan perjudicial como el no dominar la
disciplina que se esté orientando, o no contar con las técnicas y estrategias
didácticas que motiven a los estudiantes.

En este caso, Bonilla, (1998), generándose entonces apatía, desinterés, reducción de la


efectividad del planeamiento didáctico y de las estrategias metodológicas. El conocer los
estados emocionales de los estudiantes, así como sus estilos de aprendizaje, puede
ayudar al profesor a organizar de manera más eficaz y eficiente el proceso de aprendizaje
a implementar, Thompson y Aveleyra, (2004), y posibilita atender a los estudiantes de
manera más personal, guiándolos en el contexto del aprendizaje; solo así es que el facilitador
realmente puede contribuir a que sus estudiantes se conviertan en los constructores de
sus propios aprendizajes.

Sostiene, Thomson y Mazcasine, (2000). Lo anterior permite considerar que los niveles de éxito
o fracaso por parte de los estudiantes, en el aprendizaje de cualquier disciplina, podrían
estar asociadas, entre otros aspectos a la concordancia, discrepancia entre los estilos
de aprender que se puedan orientar, las cuales que se dan entre los
estudiantes y los facilitadores.

Así como, en la comprensión de las emociones y los sentimientos de ambos y cómo


éstos afectan directamente al proceso cognitivo; y no exclusivamente a las
usuales debilidades que se apuntan en direcciones únicas, como lo son entre
otras, estudiantes con bajos niveles de

conocimiento, ausencia de conocimientos previos significativos, o bien profesores


incapaces de lograr una comunicación efectiva, por lo que se puede afirmar a juicio
de Campos (2010) que, un educador con inteligencia emocional y un clima
favorable en el aula son factores esenciales para el logro eficaz de los aprendizajes.

Aprendizaje en el adulto

No aprende peor que el niño o adolescente. Pero, se encuentra en otra situación de


aprendizaje. Tiene otras necesidades y otros intereses. En algunos casos, posee una relación
más conservadora respecto a las nuevas exigencias del aprendizaje. Requiere una
motivación especial para aprender y necesita otras formas de aprendizaje.

Cabe referir, el adulto no debe sentir que la interacción con los demás participantes y
con el o los facilitadores sea parte de un protocolo sino más bien tomarlo de la manera
más amigable posible, haciendo uso de las nuevas tecnologías de información y
comunicación para lograr la necesaria interrelación. Se puede decir, que ambos son
adultos con experiencias, igualados en el proceso dinámico de la sociedad. Acá el
tradicional concepto de uno que facilita conocimientos y otro que aprende, uno que
sabe y otro que ignora en algunos casos, pero posee experiencias y saberes se
transforman es una acción reciproca de aprendizaje.

Según, Knowles (1975), define el aprendizaje autodirigido como "el" proceso por
el cual, los individuos toman la iniciativa, con o sin la ayuda de otros, en el
diagnóstico de su aprendizaje, formulación de objetivos, identificación de los recursos
humanos y materiales para la formación, la elección y aplicación de
estrategias de aprendizaje apropiadas y la evaluación de los resultados del
aprendizaje" (p. 18).
18

Cabe resaltar, que en el aprendizaje autodirigido la persona toma la iniciativa y


la responsabilidad de lo que ocurre. Además, seleccionan gestionan y evalúan
su propio aprendizaje, que pueden llevarse a cabo en cualquier momento, lugar, a
través de cualquier medio, a cualquier edad.

Al respecto, con este tipo de aprendizaje, el estudiante asume la iniciativa en el


diagnóstico de sus necesidades de aprendizaje, la formulación de los objetivos, la
elección y búsqueda de los talentos humanos y materiales para el aprendizaje, selecciona las
estrategias para mejor aprender y evalúa los resultados obtenidos. En este caso, el
docente actúa como facilitador y es un recurso más del aprendizaje autodirigido.
Una de la idea errónea acerca de la auto-aprendizaje es que los estudiantes
aprenden en completo aislamiento de los demás, cuando en realidad la idea central detrás
de esta realidad, es que el aprendizaje se debe a factores motivacionales intrínsecos
derivados de los participantes, es el propio deseo de aprender y llevar a su
experiencia de aprendizaje comenzando con el reconocimiento de la necesidad de
aprender.

Bajo esta visión, una razón inmediata es que existe la evidencia de que las personas que
toman la iniciativa en su aprendizaje (estudiantes pro activos) aprenden más cosas y mejor
que las personas que se sientan a los pies del profesor de forma pasiva, esperando a
ser enseñados (estudiantes reactivos). Los primeros entran en el aprendizaje con
más determinación y con una mayor motivación. También tienden a retener y hacer
uso de lo que han aprendido mejor y durante un mayor tiempo que los
estudiantes reactivos.

Cabe resaltar, un segundo motivo inmediato es que el aprendizaje autodirigido está más
en sintonía con el proceso natural de desarrollo psicológico. Cuando al nacer se
poseen personalidades completamente dependientes. Se necesitan a los padres
para proteger, alimentar, llevar y tomar decisiones por cada persona. Pero, a medida que
crece y madura la

19

persona, se va desarrollando una necesidad psicológica cada vez más profunda de ser
independientes. Primero, del control de los padres, y después, del control de
profesores y otros adultos. Un aspecto esencial de esta madurez es desarrollar la
habilidad de tener una creciente responsabilidad de nuestras propias vidas (para
ser cada vez más autodirigidos).
Por consiguiente, una tercera razón inmediata es que muchos de los nuevos desarrollos en
la educación (nuevos currículum, enseñanza abierta, centros de recursos de
aprendizaje, estudio independiente, programas de estudio no tradicionales, programas
de titulaciones externas, universidades abiertas y otras) ponen una gran
responsabilidad sobre los estudiantes para que lleven la iniciativa en su propio aprendizaje.
Los estudiantes que entran en estos programas sin haber aprendido las habilidades del
aprendizaje autodirigido abordan la experiencia con ansiedad, frustración y,
frecuentemente, fracaso; y con ellos sus profesores.

Para adecuarse al nuevo mundo se debe comenzar a pensar en aprender


como lo mismo que vivir. Se debe aprender de todo lo que hacemos; explotar
cualquier experiencia como una "experiencia de aprendizaje". Cualquier institución en la
comunidad se convierte en un recurso para aprender, así como cualquier persona a la que
tenga acceso. Aprender significa hacer uso de cualquier recurso, dentro o fuera de
las instituciones educativas, para el crecimiento y desarrollo personal.
En este sentido, el aprendizaje primario durante la juventud debe proporcionar las
habilidades para investigar y el aprendizaje después de la escolaridad se centra en
adquirir el conocimiento, actitudes, compresión, actitudes y valores requeridos para vivir
adecuadamente en un mundo en constante cambio.
En total, el aprendizaje autodirigido describe un proceso por el cual las personas
toman la iniciativa, con o sin la ayuda de otros, en diagnosticar sus necesidades
de aprendizaje, formular sus metas de aprendizaje, identificar los talentos
humanos y materiales para aprender, elegir e implementar las estrategias de
aprendizaje adecuadas y evaluar los resultados de su aprendizaje. Otros nombres
que se le han dado en la literatura son "aprendizaje autoplanificado",
"aprendizaje independiente", "autoeducación", "autoinstrucción", "autoenseñanza",
"autoestudio" y "aprendizaje autónomo".

Por consiguiente, el problema con muchos de estos nombres es que parecen indicar que el
aprendizaje se realiza de forma aislada, mientras que el aprendizaje autodirigido
normalmente ocurre en asociación con varios tipos de ayudantes, como profesores, tutores,
mentores, compañeros y otro capital humano.

Andragogía

En este contexto, Alcalá (ob.cit:25), anuncia "es la ciencia y arte está siendo parte de la
antropogogía, se desarrolla a través de una praxis fundamentada en los principios de
participación y horizontalidad", orientada con características sinérgicas por el facilitador del
aprendizaje, al incrementar el pensamiento, autogestión, calidad de vida y
creatividad del participante adulto". Pues bien, como ciencia de la educación se
orienta para que los facilitadores del aprendizaje sean personas que desarrollen la
creatividad en las personas adultas donde exista la participación y la convivencia con el
respeto mutuo en el proceso de aprendizaje.

Bajo estas ideas, Márquez, (1998) enfatiza que la andrología, es una disciplina
educativa que trata de comprender al adulto, desde todos los componentes
humanos, como un ente psicológico, biológico y social. Esta ciencia educativa,
permite concebir a la persona adulta según su edad y

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desde sus componentes biosicosocial, espiritual desde la dimensión humana donde se
desarrolle el auto aprendizaje, autoformación y sobre todo la autorresponsabilidad.

Cabe destacar, que el hecho educativo está integrado por facilitadores y


participantes, quienes deben realizar sus tareas guiados por los principios de la
andragogía que se agrupan en este trabajo monográfico tales como: horizontalidad,
participación y flexibilidad; dichos principios fundamentan la concepción del participante
adulto de la educación. La horizontalidad se refiere a la igualdad de condiciones que
emergen de la misma situación de adulto y del aprendizaje por experiencias; mientras que la
participación se desarrolla a través del trabajo grupal, con razonamiento lógico y sentido
crítico. Por consiguiente, la flexibilidad se refiere, a la disposición de estar abierto en
el tiempo y en el espacio para adecuar las actividades de aprendizaje a las
necesidades e intereses del participante.

Al respecto, el facilitador es aquel profesional que debe poseer una madurez


psicológica y emocional, acompañada de una formación humanística, científica,
tecnológica y social, que le permita relacionarse de manera adecuada con los
participantes y con quienes le rodean, posibilitando la transmisión de conocimientos a
través de la motivación. En este caso, el participante está en el centro del proceso educativo,
asumiendo iniciativas de común acuerdo con el facilitador; todo tiende a la autogestión; es el
participante quien escoge los contenidos, los métodos y participa en la evaluación y
coevaluación de los resultados.

Pues bien, la persona aprende lo que realmente necesita saber. Los contenidos son
diseñados en consonancia con situaciones-problema cuya solución requiere que el
participante integre diversos recursos y herramientas. Generalmente, el punto de
partida del proceso orientación aprendizaje es la experiencia del participante para que se
transforme en aprendizajes significativos.
Principios andragógicos

Para esta monografía se abordan los principios de horizontalidad y participación


integrando a los ya existente la flexibilidad considerada como la mas
contemporánea en comparación con los ya existentes.

Horizontalidad

Existen dos principios, el primer principio a juicio, de Adam (1977:15) define la


horizontalidad, como la “relación entre iguales, como una relación compartida
de actitudes, responsabilidades y compromisos hacia logros y resultados exitosos". Bajo esta
premisa, la horizontalidad andragógica, conforme a Adam (ob.cit), reúne dos características
fundamentales cualitativas y cuantitativas, las cuales están presentes en el
facilitador andragogo y participante adulto; en relación a las cualitativas ambos poseen
adultez y experiencias, las cuantitativas son referidas a los diversos desgastes biológicos
que los adultos soportan en su condición física, como perdida visual, auditiva, problemas
de salud y otros, los cuales pueden ser causales de desmotivación para su aprendizaje.

Por otra parte, Torres y otros (1994) manifiestan que la horizontalidad como la
participación, son los dos principios sobre los cuales se fundamenta la praxis
andragógica. Puede entenderse como una relación entre iguales y más
explícitamente como una relación compartida de actitudes y de compromiso hacia
logros y resultados exitosos. Es una relación entre iguales, que se entienden
mutuamente, con una comprensión y un entendimiento que generar
compromisos por metas comunes y objetivos individuales que no son vistos
como del otro.

23
Por los cuales, una persona va a trabajar y ayudar a que "el otro" llegue hasta sus
potencialidades se le permitan. Del mismo modo, y al mismo tiempo el lograra llegar.
Por esta horizontalidad los participantes sea cual sea su rol, estarán mayor
capacidad de interpretar y respetar el autoconcepto que cada uno tiene de sí
mismo.

Participación

Es por lo cual, que el segundo principio está referido a la participación


entendida, por Adam (ob.cit:18) "como la acción de tomar decisiones en
conjunto o tomar parte con otros en la ejecución de una tarea
determinada”. Una vez que el participante adulto se involucra y decide
incursionar en el proceso de aprendizaje como sujeto activo de la misma, comparte sus
opiniones, aporta soluciones y confronta experiencias, a fin de lograr metas
individuales, colaborativas y cooperativas previamente establecidas con sus
facilitadores y grupo de estudio para el progreso del entorno social donde vive e
interactúa.

Pues bien, la participación se puede entender como la consideran Torres y Otros (2005)
la acción de tomar decisiones en conjunto o tomar parte con otros en la ejecución de una
tarea determinada. Además, aportan estos autores que la participación es el acto de
compartir algo. Es un dar y recibir, involucrarse en un proyecto común. Es buscar
explicaciones a los indicios de temor, desconfianza, incomunicación,
competencia. Revisar con frecuencia las metas, adaptarlas o cambiarlas. Es oír
sugestiones, compartir liderazgo, tomar en cuenta motivaciones y capacidades personales, es
aportar.

Cuando el grupo emprende una tarea, esta resulta más fácil si en ella intervienen todos
y cada uno de sus miembros. Al finalizar, queda la satisfacción de haberla compartido y
el éxito obtenido es producto del esfuerzo común. Ninguno de los integrantes puede
considerarse dueño del
24

hallazgo, de la meta lograda. La participación es un acto que lleva a enfrentar los


riesgos que se presentan. Riesgos estos que compartidos entre todos se hacen infimos.
Es también involucrarse en empresas, tareas difíciles.
irse en
as

En síntesis, Horizontalidad, participación y flexibilidad, constituyen los principios


básicos que facilitan a los estudiantes adultos y facilitadores andrógogos bajo un
ambiente de relaciones multiperceptivas ser corresponsables de compartir sus
experiencias y motivaciones en todos los órdenes del contexto de aprendizaje a
ser aplicado bajo un proceso sinérgico.

Aunado, a los principios anteriores Adam (ob.cit) aporta, que se debe tener en
cuenta que la andragogía se basa no solamente en dos principio sino en tres
principios, tales como: participación, horizontalidad y flexibilidad y añade un último
principio como lo es la flexibilidad.

Flexibilidad

A juicio, de Adam (ob.cit) es de entender, que los adultos, al poseer una carga
educativa formativa, llena de experiencias previas y cargas familiares o
económicas, deben necesitar lapsos de aprendizaje acordes con sus
aptitudes y destrezas. Por consiguiente, la flexibilidad se refiere, a la
disposición de tener la accesibilidad en el tiempo y en el espacio para adecuar las
situaciones de aprendizaje a las motivaciones, necesidades, e intereses del participante.

Según, Adam (ob.cit) vista la flexibilidad: facilitador y participante deben permitir


en el tiempo y en el espacio en la adecuación de las actividades de
aprendizaje a las necesidades e intereses del participante. Bajo este contexto,
la teoría piagetiana nos sirve de base para diferenciar los modelos pedagógicos y
andragógicos del aprendizaje. Esta teoría está dirigida a

explicar que el desarrollo cognoscitivo del ser humano está regulado por el
crecimiento progresivo hasta alcanzar la maduración. Este hecho, es
observable en todas las especies animales, donde la edad está
condicionada exclusivamente al crecimiento y desarrollo biológico; distinto al
ser humano, en que el desarrollo abarca además la vida psíquica y social.

No obstante, el ser humano está sometido a las leyes biológicas de


cualquier especie animal; pero nos diferenciamos de la irracionalidad porque
somos capaces de pensar, con el adiestramiento en las primeras etapas de su
vida, es capaz de liberarse porque piensa y razona, posteriormente del proceso
de acondicionamiento a que es sometido.

Según, Alcalá (1999) la flexibilidad consiste en que los adultos poseen una
carga educativa, formativa, llena de experiencias previas y cargas familiares o
económicas, y en ocasiones es necesario considerar los lapsos de
aprendizaje acordes con sus aptitudes y destrezas para no afectar su
proceso andragógico de aprendizaje. Dentro de esta visión que aporta el
principio de la flexibilidad considera un cúmulo de información basada en la
experiencia, cargas familiares, económicas sociales de los participantes, lo cual
permite considerar los lapsos de aprendizajes conforme a sus aptitudes y por
otro lado a sus destrezas.

Tipo de aprendizaje alcanzar


De esta manera, Edwards (1997) y Louden (1991, op. cit. Elliott,
1999), siguiendo la tipología de Habermas sobre los tres tipos de
racionalidad, consideran que: en primer lugar, la reflexión puede ser
vista, desde la racionalidad técnica, como un proceso neutral, es
decir, una actividad cognitiva de entrada, procesamiento y resolución de
problemas. En segundo lugar, desde la racionalidad práctica, puede ser
construida trabajando en interés de la comunicación y comprensión,
aumentando la competencia

26

comunicativa. En tercer lugar desde la racionalidad crítica, la reflexión puede estar en el interés
de la acción y el cambio.

Consecuentemente, la reflexión no puede ser considerada, simplemente, como una descripción


universal de la práctica profesional de los docentes, individualmente considerados. Por el
contrario, Kemmis (1989) ha sugerido que se debería de entender la relación entre
teoría y práctica como un proceso reflexivo que, más allá de ser un acto psicológico
llevado a cabo por el profesorado, es una acción que tiene lugar dentro de unos
determinados contextos sociales. Es decir, debemos preguntarnos a cuáles de
los anteriores intereses habermasianos sirve nuestra práctica educativa.

Kemmis se refiere a la reflexión crítica como un proceso que trata de desvelar el origen
sociohistórico de las concepciones educativas que se mantienen y se reflejan en las
práctica de las personas. En este sentido, se puede decir que la reflexión crítica se
pregunta cómo es la educación; cómo son sus relaciones con la economía, la
sociedad, la naturaleza del currículo y su orientación de aprendizajes; todo ello
con una única finalidad, la emancipación social.
Estrategias para el aprendizaje

Al respecto, Zuleta (2002:45.) considera que en este tipo de enseñanza


formal tradicional, propicia una concepción diferente del aprendizaje y con
ello la didáctica. En ella, el aprendizaje se reduce al proceso rutinario mediante el
cual se adquieren conocimientos preelaborados en este caso, un acto puramente
intelectualista.

Además, refiere a la didáctica como una bóveda que ahoga la personalidad


de sus miembros, se magnifica la institucionalidad de la clase formal, en ella, el
educador es un dador de clase que desvaloriza al grupo

27

como ambiente de trabajo. Todo lo que se va aprender, será suministrado por el profesor.

En todo caso, el estudiante es orientado con estrategias tradicionales


mecanicistas las cuales permiten depositar conocimiento en las mentes para luego
presentar un examen. Para atender, de manera actualizada el proceso de
aprendizaje propone, Alcalá (ob.cit) dejar las prácticas tradicionales desistir de ser un
dador de clases, tanto el facilitador como el participante, deben incentivar el
proceso de aprendizaje de una serie de estrategias andragógicas que son las que,
en último término, van a garantizar el cumplimiento de los objetivos propuestos
en los programas y asignaturas en la educación universitaria como tal.

Cabe destacar, que las estrategias metodológicas de aprendizaje desde la andragogía


plantea, Alcalá (ob.cit) orientan el desarrollo del proceso de aprendizaje en la
modalidad del proceso de aprendizaje en los adultos, pueden sustentarse en
módulos, materiales instruccionales impresos, actividades presenciales o
semipresenciales, apoyadas con recursos audiovisuales, de acuerdo sea el
caso, y con las herramientas tecnológicas que en la actualidad está
proporcionando el internet para atender la educación a distancia.

Bajo este contexto, la nueva didáctica para ello, requiere según, Zuleta
(ob.cit) una concepción moderna sustentada en estrategias grupales como:
las tutorías, investigaciones, seminarios, los debates dirigidos mesas redondas,
torbellino de ideas, los grupos operativos entre otros, interacción con
herramientas tecnológicas, donde el aprendizaje implica una participación de
todos los miembros del grupo como sujetos activos conscientes productores de
nuevos conocimientos, donde se ponga en movimiento la afectividad para que el
docente sea creativo, conocedor del por qué, el cómo y el para qué, de su trabajo
como participante activo, como guía, como orientador como facilitador del aprendizaje que
están

28

necesitando los adultos que desean estudiar con otra visión acorde a sus edades
para aprender y tener la facilidad de formarse.

Al respecto, el enfoque mecanicista de la evaluación de los aprendizajes no se enmarca


dentro de la visión de Zuleta (ob.cit) Por el contrario, es un rudimentario componente
de cierre que se sienta únicamente en la realización de exámenes como el mejor
medio para comprobar la capacidad del estudiante, de repetir lo que dijo el profesor y lo
cual, está escrito en los libros. Es una manera, tradicional de reproducción de
conocimientos. Por consiguiente, a juicio de este autor, el participante es sometido
al orden lógico, de los objetivos, contenidos, actividades y estrategias metodológicas, el
cual es definido, organizado por el docente conforme a la educación tradicional.
Atendiendo, a estas realidades latentes se busca que el facilitador sea un
mediador del proceso de aprendizaje con una visión andragógica que atienda el
participante del hecho educativo conforme a su edad, donde se haga uso
estrategias grupales, colectivas, e individuales, aportadas por la ciencia de la
educación como lo es la andragogía.
Según, lo que aporta Alcalá (ob.cit) se busca que se apropien de medios y herramientas
tecnológicas para el aprendizaje propios de la modalidad andragógica propiciando
el aprendizaje asistido por computadoras, sustentados en módulos, materiales
instruccionales impresos, actividades presenciales, semi presenciales, a distancia, con el
desarrollo de las herramientas tecnológicas tales como la webquest, el aula virtual, el
blog, correo electrónico, el chat entre otras para el desarrollo del proceso de
aprendizaje del participante adulto en función de su disponibilidad de tiempo,
dedicación, saberes y sus experiencias previas.

REFLEXIONES FINALES

Las personas adultas en situación de aprendizaje requieren mayor atención para continuar
sus estudios, porque existe en ellos ciertas preferencias, tales como el trabajar, para
ganar dinero y poder satisfacer sus necesidades, por otra parte, el hecho de ya
tener múltiples responsabilidades de hogar, convivencia familiar, los hace
descuidar sus avances en continuar estudiando, aunado a ello, la concepción
educativa con una pedagogía tradicional a la que se enfrentan donde estos
adultos en la mayoría de los casos son tratados en las aulas como niños o en otros
casos como adolescente. Se observan docentes, apegados a técnicas, estrategias
metodologías de aprendizajes discordantes con la edad de las personas adultas.

Aunado, a lo anterior el distanciamiento entre docente con los estudiantes adultos, lo


cual conlleva a la reproducción del conocimiento propio de un aprendizaje mecanicista. Se
requiere, que los facilitadores despierten y rompas los paradigmas donde se den
cuenta, que el participante adulto debe ser motivado debido a la realidad que estos han
asumido la cual es diferente a los niños y adolescentes. Los adultos son personas
con diversidad de

30

conocimientos y experiencias para brindarles la oportunidad de que construyan


aprendizajes significativos con plena libertad para crear, innovar nuevos
conocimientos, aportando soluciones teóricas y prácticas, dado que ya poseen un alto grado de
responsabilidad para asumir cualquier situación.

Además, se pueden motivar haciéndoles ver que ya no es necesario estar en un salón


donde se desarrollen los aprendizajes. Es conveniente, que debido a sus
obligaciones, responsabilidades, existen las herramientas aportadas por el internet
es válida la educación a distancia donde los adultos en situación de aprendizaje pueden
participar en actividades asignadas, realizar trabajos, participar en foros, talleres,
conferencias, con las herramientas tales como los bloger, la webques, wikis, chat,
correos electrónicos, aulas virtuales, entre otros de la mano con las redes
sociales.
De esta manera, sus aportes serán valiosos, se sentirán cómodos, con libertad plena
para aprender desde sus contextos, de manera individual o con equipos de trabajo
donde se le brinden espacios para su participación espontanea con atención para su
autoformación, de respeto mutuo, en la autoresponsabilidad. hoy en día las
instituciones de formación para las personas adultas, centros de capacitación, educación
formal, y sobre todo la educación universitaria, se hace necesario impulsar la
aplicación de la Andragogía como ciencia de la educación de adultos, ya que esta posee a la
metodología adecuada que hará que el adulto en situación de aprendizaje se desarrolle
de manera eficaz, Igual de importante es conceder al adulto aprendiz de la inteligencia
emocional que le permita tomar conciencia de sus emociones y aprenda a
desempeñarse adecuadamente para alcanzar su plenitud.
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