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Él es completamente igual a Dios el Padre y Dios el Hijo. Por lo tanto, ¡Si! Él puede y
debe ser adorado como Dios.
Aun así, se debe hablar del hecho que algunos han tratado de enseñar lo que se llama
“la doctrina de la subsecuencia” o “segundo trabajo de la gracia”, que dicen que
Cristianos reciben una parte del Espíritu Santo al momento de la salvación y luego lo
que llaman el “bautismo del Espíritu Santo” más tarde. Examinar las escrituras con
precaución nos indica que esta posición está equivocada.
En primer lugar, la frase “bautismo del Espíritu Santo” no aparece en ninguna parte en
las Escrituras. Además, no existe ningún lugar en las Escrituras en el que es el Espíritu
Santo quien está bautizando. En su lugar, la Biblia claramente representa a Cristo
como el que bautiza, dijo Juan el bautista
“Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después
de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los
bautizará con el Espíritu Santo y con fuego” Mateo 3:11
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En segundo lugar, mientras aquellos que apoyan la enseñanza de la subsecuencia
señalan algunos episodios en Hechos como pruebas de un segundo bautismo.
Los Samaritanos, una raza extremamente despreciada por los Judíos, y en Hechos 8
nos narra como fueron añadidos a la Iglesia. Las razones para un bautismo
subsecuente con el Espíritu Santo son evidentes. Era importante que los Judíos vieran
y vivieran el hecho que los Samaritanos fueron incluidos a la Iglesia, y era importante
que los Samaritanos supieran que los Apóstoles Judíos eran los canales de la verdad
divina y que tenían autoridad Apostólica.
En Hechos 10, los Gentiles – Cornelio y aquellos que estaban con él – fueron
agregados a la Iglesia. Pero, noten que un bautismo subsecuente no ocurre; en lugar,
creer y el bautismo con el Espíritu ocurren a la misma vez. y por si fuera poco el
bautismo en agua es al nal.
Ser bautizado con el Espíritu Santo signi ca que Cristo mete al nuevo creyente
en la uni cación de Su cuerpo y lo conecta con todos los demás que también
creen en Cristo.
“Todos fuimos bautizados por un solo Espíritu para constituir un solo cuerpo —ya
seamos judíos o gentiles, esclavos o libres—, y a todos se nos dio a beber de un
mismo Espíritu” 1 Corintios 12:13
“Y no os embriaguéis de vino, en lo cual hay disolución; mas sed llenos del Espíritu.”
Efesios 5:18.
Pero en cuanto al regalo inicial del Espíritu Santo, eso sucede en un momento, y solo
uno, en el momento de la salvación
“Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también fueron llamados a una sola
esperanza; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo” Efesios 4:4-5
Ser lleno del Espíritu se compara con estar repleto o embriagado con vino. La idea es
que uno esté siendo controlado por el Espíritu de Dios en lugar de otras cosas.
Cuando somos llenos del Espíritu, viene una actitud de alegría y agradecimiento.
Entonces, ¿Cómo puede ser llena una persona del Espíritu Santo? Para aclarar, hay
una diferencia importante entre el morar del Espíritu Santo y ser lleno del Espíritu
Santo. Todos los creyentes en Jesucristo tienen el Espíritu de Dios viviendo en ellos, o
morando dentro de ellos (Juan 14:16, Efesios 1:13, 2 Corintios 1:22, Efesios 4:30);
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pero no todos los creyentes viven llenos o controlados por el poder del Espíritu.
Algunos Cristianos describen la diferencia diciendo que creyentes tienen todo el
Espíritu Santo pero el Espíritu Santo no tiene todo de ellos. Somos morados por el
Espíritu Santo cuando somos salvados pero somos llenos por Él cuando nos
sometemos a Él.
La frase “el fruto del Espíritu” ha causado mucha confusión por los años. Tal vez sería
más fácil comenzar explicando lo que no es el fruto del Espíritu. No es el resultado de
un esfuerzo que puede hacer uno. No el esfuerzo de tener fe ni de obedecer o ser
amable o amoroso. El fruto del Espíritu no tiene nada que ver con un esfuerzo que
puede hacer un creyente.
“pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se
cumpla su buena voluntad.” Filipenses 2:13
El fruto del Espíritu es el resultado natural de la presencia del Espíritu Santo dentro del
creyente.
"En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad,
delidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas.”
Gálatas 5:22-23
Los talentos naturales innatos no se deberían confundir con los dones del Espíritu.
Identi car nuestros dones espirituales es crucial para que la iglesia funcione efectiva y
e cientemente.
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¿Hay alguna lista de los dones espirituales bíblicos?
Dadivosidad – Quienes tienen este don, son aquellos que gustosamente comparten lo
que poseen con los demás, ya sea en lo nanciero, material u ofreciendo su atención y
tiempo personal. El dador se preocupa por las necesidades de los demás y busca
oportunidades para compartir sus bienes, dinero y tiempo con ellos cuando surge la
necesidad.
Liderazgo – El líder dotado es aquel que dirige, preside o administra sobre otras
personas en la iglesia. La palabra literalmente signi ca “guiar” y conlleva la idea de
alguien que dirige un barco. Alguien con el don de liderazgo gobierna con sabiduría y
gracia y exhibe el fruto del Espíritu en su vida al dirigir con el ejemplo.
Palabra de sabiduría – El hecho de que este don sea descrito como “palabra” de
sabiduría, indica que es uno de los dones del uso de la palabra. El don describe a
alguien que puede entender y declarar verdades bíblicas, de tal manera, que puedan
hábilmente ser aplicadas a las situaciones de la vida con todo discernimiento.
Fe – Todos los creyentes tienen fe en alguna medida, porque es uno de los dones que
concede el Espíritu a todos los que vienen a Cristo en fe (Gálatas 5:22-23). El don
espiritual de la fe es manifestado por alguien con una fuerte e inquebrantable
con anza en Dios, Su Palabra, Sus promesas, y el poder de la oración que efectúa
milagros.
Sanidad – Por muchos siglos se ha debatido la habilidad del hombre para producir
curaciones milagrosas, y se dice que perteneció únicamente a los apóstoles de la
iglesia del primer siglo, con el n de con rmar que su mensaje procedía de Dios.
Creemos en Un dios vivo el cual es el mismo ayer hoy y siempre y este don puede ser
activo o activado en el momento que su soberanía lo permita.
Hablar en lenguas – El don de las lenguas es uno de los “dones de señal” dado a la
iglesia primitiva para permitir que el Evangelio pudiera se predicado a través del
mundo por todas las naciones y en todos los lenguajes conocidos. Implicaba la
habilidad divina de hablar un lenguaje nunca aprendido por el hablante. El don
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autenti caba que tanto el mensaje del Evangelio como quienes lo predicaban
procedían de Dios.
Ayudas – Este don está íntimamente ligado con el don de la misericordia. Aquellos con
este don de ayudas, son quienes pueden auxiliar o prestar asistencia a otros en la
iglesia con gracia y compasión. Éste don tiene una amplia gama de posibilidades para
su aplicación. Lo más importante, es que éste tiene la habilidad única de identi car a
aquellos que están luchando con dudas, temores, y otras batallas espirituales; para
acudir con quienes tienen la necesidad espiritual de una palabra amable, empatía y
compasión; y hablarles de la verdad bíblica que es a la vez convincente y amorosa.
Estos son unos consejos que nos ayudarán a identi car el don con el cual fuimos
equipados.
1.- Orar a Dios pidiendo al Espíritu Santo que revele su voluntad en nuestras
vidas.
2.- Leer la palabra, no hay excusa para esta práctica.
3.- Experimentar diferentes aspectos de servicio pueden ayudar a identi car
nuestro don.
4.- Preguntar a los demás sobre nuestro trabajo, forma de servir.
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