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RADIO NOVELA
“VERACRUZ 1914”
Radio Networks
Fundacrover A.C.
Veracruz, Ver. 2014
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VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
INTRODUCCIÓN
MUJER NARRADORA.- Habían pasado solo 7 meses, pero ya nada era igual.
Los que quedábamos nos acercamos a recibir a los hombres de la división de
Oriente del ejército Constitucionalista, en su entrada triunfal por la calle de Miguel
Lerdo de la ciudad de Veracruz.
Eran hombres comunes, como los que había peleado el 21 de abril aquí en esta
misma calle, como mis amigos y amigas, pero ya pocos quedábamos.
Eran casi las 12 del día y las últimas tropas gringas se estaban embarcando, con
ellos se iban muchas cosas. Amigos, enemigos, aliados, socios, recuerdos, fueron
muchas cosas las que se llevaron, y no todas materiales.
La gran mayoría del pueblo los recibe con júbilo y esperanza, los cascos de los
caballos sacan chispas al golpear el empedrado de la calle.
CAPÍTULO I
ESCENA 1
PEPE.- Puede ser Jovita, por eso vamo´ a apurarno’ a recoge´ la´ rede´ y vende´
mucho pejcao pa´ pode´ ir a Alvarao esta semana…
JOVITA.- (Incrédula) ¡Aja!, ¡sí, cómo no!, si siempre que llegamos al pueblo se me
desaparece por semanas y ahí me deja en casa de su señora madre...
PEPE.- ¡Pero muje´!, Eso no es cosa nuestra, ya ve lo que dice el señor cura, no
es cosa nuestra, es cuando Dios lo disponga…
PEPE.- ¡Con toda el alma! Mmm, ¡qué rico huelen esos frijolitos!
PEPE.- Bien, bien, voy a meter las redes pa´ ver qué cayó.
JOVITA.- (Sorprendida) ¿Y ahora qué le pasa? Parece que vio uste´ una sirena,
¿Qué le pasa Pepe?
JOVITA.- ¿Y ahora?
PEPE.- ¡Pos ya tenemos pa’ ir al casorio!, ¡Me voy a la ciuda´! Segurito, segurito
vendo todo en el mercado ¡y hasta me alcanza pa´ regalarle un rebozo nuevo
Jovita!
JOVITA.- ¡Ay Pepe! pero, ¿Ahora cómo va a llevarse tanto pescado hasta allá?,
ya ve que se está metiendo el viento del norte y va estar re feo pa´ navegar a la
ciudad…
PEPE.- Pues si verdad, quién sabe… pero mira ahí va Atilano en su burrita,
veamos si nos puede ayudar, ¡Ey! ¡Don Atilano! ¡Don Atilano!
ATILANO.- Sí hijo.
PEPE.- Oiga don Atilano, pues aprovechando el viaje, quería ver si nos puede
echar la mano pa´llevarnos los pescados que cayeron en mis redes, yo le doy
unos centavos de la ganancia…
ATILANO.- ¡Pa´ su mecha Pepe!, ¡Tremendos bichos pescaste!, claro que sí,
traítelos y aquí los llevamos y no te preocupes, con unos tragos me pagas…
PEPE.- Gracias Don Atilano, ¡Ándele Jovita traígase unos cuchillos bien filosos y
mi sombrero de la suerte!
JOVITA.- (Incrédula) Sí Pepe, pero yo también voy con ustedes, no vaya siendo
que mi rebozo no me guste…
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ATILANO.- (Burlón) ¡Ja ja!, ¡Estas mujeres de hoy tan desconfiadas! En mis
tiempos muchacho, uno mandaba, ¡ándele, apúrese!, el viento va a empeorar y
vamos a comer pura tierra en todo el camino, ¡Arre Pascuala, arre!
ESCENA 2
BELARMINO.- (Preocupado) Patrón, ¿Usted cree que los yanquis nos ataquen?
BERLARMINO.- Sí Patrón.
BERLAMINO.- Oiga patrón, apunte pa´ otro lado que ya me escupió la camisa.
CINFORIANO.- ¡Jodé!, (Tose) ¡Coño!, Entonces torná pa´ otro lao rapaz.
(carraspea)
CINFORIANO.- ¡Don Manue´!, ¿Qué carambas pasa? ¡Todo el mundo tiene cara
de pocos amigos, parece que van a un sepelio!
MANUEL AZUETA.- Don Cinforiano, (En voz baja) escuche bien, no puedo
contarle todo, pero creo que la cosa es grave, acabo de ir a buscar al general
Gustavo Mass a los cuarteles y no lo he encontrado…
MANUEL AZUETA.- Don Cinforiano, (Voz baja) voy a confiar en usted amigo, me
acabo de enterar por fuentes muy serias, que el cónsul americano ha advertido a
los demás cónsules y personas importantes de la ciudad, buscar refugio en zona
segura, pues el desembarco ocurrirá a medio día. No hay que generar pánico.
ando de paisano, voy rumbo a casa para ponerme el uniforme y estar a la orden
ante cualquier contingencia…
CINFORIANO.- ¡Jode´!
MANUEL AZUETA.- Así es muchacho, pero eran otros tiempos y era otra ciudad,
ahora sería terrible, usted Cinforiano conoce la magnitud de destrucción de las
nuevas armas…
CINFORIANO.- (Molesto) ¡Ni que lo diga don Manuel, en Cuba hundieron nuestros
barcos como si se tratara de tiro al blanco!…
MANUEL AZUETA.- Hace poco hice un viaje oficial a los Estados Unidos, cada
uno de los nuevos acorazados como el “Florida” y el “Utah”, posee cañones de 12
pulgadas, causarían una tremenda devastación…
NARRADOR.- Con gran rapidez, el Comodoro sale de la tienda, sin moverse, los
empleados observan minuciosamente a Don Cinforiano…
CINFORIANO. (Escupe) ¡Ea! ¿Qué me ven, qué me ven ostia?, ¡Si bien que
debieron de haber escuchado!
CINFORIANO.- ¡Vaya rapaz que a mi mujer ya la había llamado Dios!, Pero esto
es diferente, que cada uno de vosotros vaya a cumplir con su deber por esta tierra,
¡Vamos, vamos!, (CARRASPEA) ¡Andando a cerrar todo!
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO II
INTRODUCCIÓN
Algunas casas todavía mostraban los daños del bombardeo y las balas del 21 de
abril y otras estaban como nuevas y como no iba a ser, si algunos malos
mexicanos habían colaborado con los yanquis, como el viejo de Villa y su
mamacita, la vieja hurraca de doña Matilde, ahí lo vi, bien hipócritas lanzando
vivas a los revolucionarios, quien los viera hace 7 meses besándole las patas al
invasor.
ESCENA 1
DOÑA MATILDE.- (Molesta) ¿Qué es todo ese alboroto que viene de la calle? No
me deja escuchar este Vals tan bonito…
ROSA.- A ver, deje me asomo, (ruido de pasos, golpe en ventana) Pues es Don
Cinforiano, el niño Belarmino y los empleados que están cerrando la tienda.
DOÑA MATILDE.- ¿Cerrando la nueva Jauja? , (Intrigada) debe ser muy delicado
lo que está pasando. A ver, apaga esta máquina de música que yo no le entiendo
y quiero escuchar bien el alboroto. Para que ese gachupín de quinta cierre su
porquería de tienda, sí que debe estar pasando algo importante…
ROSA.- Sí señora.
ROSA.- ¡Ay Doña Mati! y eso no es todo, ya nos podemos comunicar entre las
personas, ¡A grandes distancias!
ROSA.- No doña Mati, con la propia voz. Con el teléfono se puede hablar con las
demás personas por medio de cables a grandes distancias…
DOÑA MATILDE.- ¡Esas son cosas del demonio!, (Actuando) ¡como ese mentado
fonógrafo!, mira que no sé cómo le hacen para meter a los músicos en esa cajita.
DOÑA MATILDE.- ¡Aquí estamos hijo!, (Intrigada) ¿Cómo están las cosas?
DON JORGE.- ¡Está decidido!, tuvimos una reunión con el cónsul William Canadá
y en una hora estarán desembarcando las tropas americanas para tomar control
de la ciudad…(Orgulloso)
DON JORGE.- Así es madre, pero por si acaso hablé con el general Gustavo
Mass, para refrendarle mí apoyo al presidente Huerta.
DOÑA MATILDE.- ¡Que inteligente mi niño!, (Alegre) así no quedas mal con el
viejo borracho de Huerta, por si las dudas…
DON JORGE.- Sí madre, nunca se sabe, como decía mi padre que en paz
descanse. (Solemne)
DON JORGE.- Como decía: “No hay que dejar todos los huevos en una sola
canasta”.
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DOÑA MATILDE.- ¡Así es hijo!, pero no será que la tropa de Gustavo Maas
¿Vaya a hacer resistencia?
DON JORGE.- Bien, esos loquitos no pasan de 160 personas, así se lo informé
al Cónsul William Canadá, para que se lo comunicara al Comandante de la flota
americana el vicealmirante Frank F. Fletcher. La toma de Veracruz será como un
día de campo. No correremos peligro.
DOÑA MATILDE.- Que bueno hijo, no hay nada que temer, mira a los Aguirre,
salieron huyendo para su hacienda de Puente Moreno…
ROSA.- ¡También los Gómez salieron como alma que lleva el diablo desde ayer
rumbo a Tejería! (Chismosa)
ROSA.- Perdón Doña Matilde, es que ayer me lo platicó Gloria la cocinera, los
Iturralde también se van según ella.
DOÑA MATILDE.- Claro que si niña, hay que preparar un buen almuerzo para
recibir a los oficiales del ejército americano como se merecen.
JORGE JR.- (Valiente) ¡Me voy de esta casa a cumplir con mi deber como
mexicana y veracruzana, me iré con los voluntarios!
DOÑA MATILDE.- ¡Por Dios! ¿Qué pasa?, (Actuando) ¿Qué está pasando?,
¡Ese muchacha se volvió loca!, debe ser ¡el demonio!, el maldito demonio metido
en el fonógrafo ese…
DON JORGE.- (Enojado) ¡Rosa! ¡Si das un paso fuera de esta casa, quedarás
despedida!
NARRADOR.- Don Jorge coloca en la salida para impedir que Rosa se vaya.
ROSA.- ¡Yo me voy con los voluntarios a servir a mi patria, ustedes me dan asco!
Andele hágase pa´ un lado viejo rabo verde a ver ahora a quién le pellizca las
piernas! (valiente/Molesta)
DOÑA MATILDE.- ¡Jorge!, ¡Ay, Ay! ¡Jorge tráeme algo, un poco de agua! ¡Siento
que me muero! (fingiendo ataque)
NARRADOR.- Rosita corre por la avenida principal rumbo a los cuarteles que se
encuentran en el sur de la ciudad, allí espera incorporarse a los voluntarios que
piden armas y municiones para combatir al invasor…
DON JORGE.- Esa ingrata ya se fue con los locos esos que piensen hacer
resistencia a los americanos, pero olvídese de ella, la acompaño a su habitación
para que descanse, mientras tanto yo voy al consulado norteamericano para ver
cómo va el asunto…
DOÑA MATILDE.- ¡No me dejes sola, por favor, no vaya a ser que las cosas no
salgan como tú dices! (Preocupada)
DON JORGE.- No se preocupe madre, voy a buscar a alguien que venga a estar
al pendiente…
DOÑA MATILDE.- Ay sí, esa ingrata de Rosa de seguro no dejó nada de comer, y
mira que ya es tarde, ¿Qué hora son?
ESCENA 2
HUSE.- ¡No comandante!, el último radiograma se recibió a las 8.00 a.m. con las
órdenes que usted ya posee.
HUSE.- No hay de qué preocuparse señor, sus cañones son dignos de un museo.
FLETCHER.- ¿Qué noticias hay de las Flotas del Vicealmirante Charles T. Badger
y de Henry T. Mayo?
FLETCHER.- ¡No!, Esos nubarrones y la intensidad del viento indican que el clima
empeorará y nos haría más difícil el desembarco. ¡Huse!, ¿Habló usted con el
cónsul William Canadá?
HUSE.- ¡Señor!, Como usted instruyó tuvimos una reunión en nuestro consulado.
FLETCHER.- ¿Y?
HUSE.- Que esperaría a que los cónsules pusieran a resguardo a sus familiares y
nacionales, posteriormente se comunicaría con él, según él no sería gran
problema, nos aseguró un éxito rotundo.
FLETCHER.- No esté tan seguro Huse, no esté tan seguro, ¿Acaso no ha leído
acerca de la historia de este país?
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¡Huse!, tome nota: Envíe un telegrama al capitán del “Utah”, que deje en paz al
“Ipiranga”, y de inmediato se una a nuestras fuerzas en la bahía, con los alemanes
mejor ni comprometerse…
HUSE.- ¡Enseguida!
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO III
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
ATILANO.- Yo digo que mejor pasemos a echarnos un trago, (Alegre) con tanta
tierra que está volando, ya tengo seco el gaznate…
PEPE.- Pues no, pero ya conoce el dicho: “El que con lobos anda, a jaullar se
enseña”.
JOVITA.- Ande pues, vamo´a pasa´ rapidito, es aquí cerquitita, en el patio de “San
Salvador”…
DOMITILA.- ¿Qué pasó Vita, qué andas haciendo por estos lares?
JOVITA.- Pues venimo´ a vender unos robalitos al mercado y esta tortuga que
creemos le puede interesar a Don Cinforiano…
DOMITILA.- ¡Tas loco negro!, ¿Cuál conducta dudosa? A ver Charo, ¿A qué te
dedicas?
DOMITILA.- ¿Y tú Concha?
DOMITILA.- ¡Ya ves Pepe!, ¡Aquí naiden tiene duda de su conducta, todas somos
mujeres públicas!
DOMITILA.- ¡Ay sí! ¡Muy persignado!, ¡Ay hermanita, esos son los peores!, ¿O no
muchachas?, A ver Concha, dile a mi hermanita quién es tu mejor cliente.
DOMITILA.- ¡Ah! Pues a ver si encuentran abierto, porque desde hace rato están
los rumores de que los gringos esos van a desembarcar, pero si creen que va a
ser fácil, están muy equivocados. Nuestros hombres ya están armándose y
nosotras también tenemos con qué ¿o no muchachas?
DOMITILA.- ¿¡No te digo Jovita!? Te casaste con el más bruto de los pescadores.
¡A ver Charo muéstrale tus armas!
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PEPE.- ¡¿Qué?!
NARRADOR.- En una rápida maniobra, sin que se diera cuenta, Charo corta con
una navaja el cordel que sujeta los pantalones de Pepe, ante el asombro de su
mujer…
DOMITILA.- ¡Voy, voy, no te enojes hermanita!, ¡Miren ahí vienen Don Panchito
García Barrientos y viene con un fusil…
DOMITILA.- ¡Ah! Pues muchas gracias Don Panchito, nos sentimos más seguras
al saber que tan ilustre guerrero nos protege...
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CHARO.- Oiga Don Panchito ¿y qué sabe usted de los rayados? ¿Los presos
también van a combatir?
CHARO.- ¡Mi marido está en la cárcel!, seguro también lo van a meter a la bola.
(Preocupada)
CHARO.- ¡Ay no!, ni pensar quedarme sin viejo, ahorita que están tan escasos.
¿Jovita, ustedes van a pasar por la comandancia?, para ir con ustedes…
ESCENA 2
ROBERTO.- Don José Luis, ¿Ya están todas las actas empaquetadas?
PRADO.- ¡No Alcalde! (Cansado), nos faltan algunos legajos pero ya casi
estamos listos.
PRADO.- Esperemos que no Alcalde, pero hay un rumor muy fuerte de que la
guerra será larga…
PRADO.- Pues no quisiera señor Alcalde, pero “el miedo no anda en burro”.
PRADO.- De hecho el Cónsul William Canadá solicitó hace unos minutos hablar
con usted personalmente…
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ROBERTO.- Sí lo sé, pero ya imagino para qué es y le voy a decir una cosa don
José Luis: ¡Ninguno de los miembros del Cabildo aceptará trabajar para los
invasores!
ROBERTO.- Ninguna amigo, ninguna. Creo que nos han dejado a nuestra suerte,
como tantas otras veces ha ocurrido con esta heroica ciudad. Pero Veracruz, mi
querido poeta, y anótelo muy bien: ¡Veracruz ante los embates de la ignominia se
crece al castigo!, ¡Andando, andando que no tenemos todo el día!
ROBERTO.- Don José Luis, querido amigo, le encargo mucho todos estos
documentos, por favor verifique que los bienes preciados que están en la
biblioteca del pueblo, también queden bajo resguardo, hay documentos muy
valiosos, y la llave de la ciudad no debe caer en malas manos…
ROBERTO.- Querido poeta, como veo las cosas, es mejor estar prevenidos.
Cuídese mucho, estaremos en comunicación cuando amaine la tempestad…
PRADO. Pierda cuidado Alcalde, terminando de subir las cajas con documentos
voy a la Biblioteca del pueblo a resguardar los bienes que usted me indicó.
ROBERTO.- Lleve usted consigo al oficial Aurelio Monfort por si las dudas,
aprovechando que es el único policía de guardia que nos queda.
ROBERTO.- Acompañe a Don José Luis Prado a la biblioteca del pueblo, van a
resguardar algunos bienes…
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ESCENA 3
DELFINO.- ¡Señoras, señoras calma, calma!, Los niños les serán entregados,
pero no generen pánico. (Enérgico)
SEÑORA1.- ¡Es que los gringos esos vienen para matarnos a todos! (Asustada)
DELFINO.- ¡Señora, es lo primero que les estoy diciendo que no haga!, (molesto)
¡Que no causen alarma!, yo no tengo ninguna información al respecto.
DELFINO.- Está bien, está bien, insisto, con orden todos los niños les serán
entregados por sus respectivos profesores…
DELFINO.- Ya di la orden a los profesores: que todos los niños regresen a sus
hogares. Pensé que todo era un rumor…
DELFINO.- Me acabo de enterar que las monjas josefinas ya enviaron a las niñas
a sus hogares, trataré de comunicarme con Elenita del Toro.
DELFINO.- Bien, bien, yo me ocuparé de ver que todos los niños vayan saliendo
en orden, ten cuidado Abraham…
VERACRUZ 1914
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CAPITULO IV
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
AYUDANTE.- ¡El cónsul americano está en el aparato telefónico! ¡Le urge hablar
con usted! (Nervioso)
MASS.- (Al teléfono) ¡General Mass!, ¿Si?, ¡se oye bueno!, ¡bueno! ¡Sí, soy el
General Gustavo Mass! ¡Ajá!, sí, algo así se rumoraba. ¿¡Qué!? ¡Pues dígale que
no es posible! ¡No voy a consentir tal atropello!, con las fuerzas con las que cuento
repeleré cualquier agresión a la soberanía nacional. Hágaselo saber al cónsul y al
comandante Fletcher, sobre el asunto de los trenes de la terminal, obraré según lo
considere. ¡Buen día!
MASS.- (Enojado) Lo que me había dicho el vice cónsul español, sólo que ese
cretino de William Canadá no tuvo los arrestos de comunicarse personalmente,
sino que me manda a decir a través de su asistente, que las tropas van a
desembarcar para tomar control del muelle…
MASS.- Sí, pero pensé que desembarcarían en Tampico y no aquí. Mira que violar
el derecho internacional… ¡¿Qué se creen?! Entraron al puerto como amigos,
¡¿Qué clase de militares son?! ¡Teniente Alcocer!
MASS.- Que los Generales Francisco Figueroa del 19° Regimiento y Luis Becerril
del 18°, mantengan a los hombres sobre las armas para proteger el cuartel y el
arsenal…
ALCOCER.- ¡Señor! ¿Qué hacemos con los paisanos que ya están afuera del
cuartel pidiendo armas?
Con el batallón que organice deberá apoyar la retaguardia del coronel Albino
Rodríguez, hasta recibir nuevas órdenes…
MASS.- Hay que prevenir… Estos canijos gringos igual y nos quieran envolver,
hay que trasladar el centro de mando a la estación de los Cocos, allá está
operando el telégrafo con normalidad…
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ESCENA 2
HUSE.- ¡Señor!, (Choque de botas) las fuerzas estarán dividas en dos sectores,
norte y sur. Desembarcaremos en el muelle de la terminal de ferrocarriles, de ahí
los infantes de marina del 2° regimiento a cargo del coronel Wendell Neville
ocuparán la estación terminal, la de ferrocarriles, la oficina de telégrafos y la planta
de energía eléctrica.
FLETCHER.- ¡Bien!
HUSE.- Los infantes de marina a cargo del teniente Richard Wainwring jr,
tomarán la oficina de correos y la aduana. La tercer compañía al mando del
teniente Leland S. Jordan jr cubrirá la retaguardia en el muelle. Montará una
artillería en caso de retirada, deberá cubrir la misma.
FLETCHER.- ¡Bien!
HUSE.- Si señor, por cierto el teniente keaton, está esperando a ser recibido.
FLETCHER.- Ah, bien, bien, adelante Teniente, por favor Capitán déjenos solos.
KEATON.- ¡Señor!
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KEATON.- ¿Señor?
FLETCHER.- Gracias Teniente, aunque yo sé que no será así, pero insisto, tenga
cuidado en no meterse en mi camino... ¿Entendido?
FLETCHER.- Bien, bien Teniente, entenderá que esta charla nunca tuvo lugar.
ESCENA 3
PEPE.- No sé Jovita, deben ser “Los pelones” que estarán dando alguna noticia,
vamos a apurarnos para llegar al mercado a tiempo…
JOVITA.- Pepe mejor vámonos, no vaya a ser que se armen los cocolazos…
PEPE.- Perate Jovita, vamos a acercarnos pá saber de qué se trata tanto alboroto.
NARRADOR.- El teniente Manuel Contreras baja de las cajas que utilizaba como
tarima, para dirigirse al interior del cuartel donde está la cárcel con prisioneros
políticos y rayados de San Juan de Ulúa, que el día anterior trasladaron a la
ciudad…
CONTRERAS.- Venga, ande, que voy para la prisión, de una vez recojan los
fusiles y las cajas de municiones…
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PEPE.- Buen día Don Cinforiano, mire, traigo re te hartos chucumites y robalos por
si gusta comprarme algunos.
CINFORIANO.- ¡Por Dios Pepe!, (molesto) ¡Qué momento escoges para venir a
vender tus pescados! ¿Y tú Atilano?, ¡seguro también vienes a vender carbón...!
CINFORIANO.- ¡Pues que brutos sois!, ¿no veis que está a punto de estallar una
batalla?, regresen a sus casas…
JOVITA.- ¿Y mi rebozo?
BELARMINO.- Oiga, patrón, pero tiene razón el señor, los pescados nos podría
servir para alimentar a la tropa. El carbón también nos podría servir…
JOVITA.- (valiente) Voy con las mujeres a la cocina a meter los pescados y el
carbón…
SALIDA
NARRADOR.- Ésta ha sido una presentación de Rn, Radio Network y la
Fundación de la crónica de la ciudad de Veracruz, No se pierdan la próxima
entrega de su radio novela: “Veracruz 1914”.
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VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO V
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
El Director del plantel, Capitán de Fragata Rafael Carrión, se pasea nervioso por
el patio del colegio observando su reloj de bolsillo…
NARRADOR.- Dos jóvenes cadetes que no pasan los 19 años de edad, llegan
apresurados a su presencia. Son Virgilio Uribe y Carlos Meléndez.
CARRIÓN.- ¡Eh, sí!, Regresen a sus clases cadetes, en unos momentos debe de
regresar el Teniente Ángel Corzo, al que envié a los cuarteles a recibir
instrucciones.
Sin embargo, no son los únicos que se han percatado de los movimientos de
tropas americanas, la mayoría de alumnos se han asomado a las ventanas que
dan hacia los muelles y observan aquel movimiento…
CARRIÓN.- ¿Y nosotros?
MANUEL.- ¡A las armas muchachos, la patria está en peligro! (Grito con valor)
CARRIÓN.- Señor, son pocos los datos con los que cuento, ¿es verdad que están
rotas las hostilidades?
CORZO.- ¡Señor!
MANUEL.- Que a los profesores les quede claro que no abran fuego a menos que
sea estrictamente necesario.
CARRIÓN.- Soy de la idea que mejor entremos a la oficina, los muchachos están
muy nerviosos.
MANUEL.- ¡Andando!
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ESCENA 2
HUERTA.- (Alcohólico) Bien, bien no hay nada como un buen trago de coñac para
iniciar la mañana, ¿No le parece abogado López Portillo?
HUERTA.- ¡Ah! (sorbo) (sonido de vaso) Ustedes los intelectuales son algo raros,
tenía la idea que les gustaba echarse sus tragos para escribir, pero lo que es
usted y Don Salvador Díaz Mirón nomás no me siguen el ritmo, ¡ja, ja ja!
Bien, bien a ver ¿Cómo vamos con el asunto de Tampico?, ¿Ya le contestaron los
gringos? Vaya, no le veo mayor problema, que así como quieren que saludemos
a su bandera, también ellos lo hagan con la nuestra.
De seguro los bandidos de Villa que otra vez los ponen en vergüenza o los
sombrerudos muertos de hambre Zapatistas. ¡A a ver, a ver que pase! (Sonido de
botella)
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BLANQUET.- ¡Señor he ordenado al general Mass que repela la agresión una vez
que el enemigo haya desembarcado!
HUERTA.- ¿Se da cuenta Blanquet?, ¡Estos canijos gringos nos quieren apretar
el gaznate cerrando nuestra principal fuente de ingresos, la aduana de Veracruz!
HUERTA.- ¡No, no! ¿Y dejarle el camino libre a Carranza?, ¡No!, ¡Esto es plan con
maña!, mejor vamos a dejar que los americanos tomen el puerto y con ese
pretexto nos echamos a la bolsa a algunos rebeldes, vamos a ver si es que son
tan patriotas.
HUERTA.- ¡Mire nada más abogado!, estos que se dicen más civilizados, han
violado todos los tratados internacionales, échele un estudio a eso y que se
publique en todos los diarios del país. (Ruido de copas).
HUERTA.- Háblele a Don Salvador Díaz Mirón al diario “El Imparcial”, hay que dar
una declaración pomposa a los medios, y el poeta se pinta solo para eso, usted
abogado López Portillo, haga lo propio, diga que garantizamos la vida y
propiedades de los ciudadanos extranjeros, no voy a permitir que me quieran
hacer ver como un monstruo.
ESCENA 3
NARRADOR.- Los “Picket Boats”, son unos modernos botes de transporte militar
con capacidad para 100 soldados.
Con enorme dificultad, debido al fuerte oleaje y el viento del norte, tropas de la
infantería de marina conocidos como “marines” comienzan a embarcarse en once
“Picket Boats”, mientras unos pequeños buques de vapor esperan para
trasladarlos al muelle de la terminal…
Son las once la mañana con once minutos. Sorteando los obstáculos del mal
tiempo los marines van tomando sus posiciones en los botes.
Uno de los botes está al mando del oficial John Keaton, quien es asistido por el
sargento Logan, un experimentado miembro del cuerpo de los Marines…
KEATON.- Bien sargento, seremos remolcados hacia el muelle y una vez allí
debemos llegar a nuestro consulado, allí recibiremos instrucciones.
NARRADOR.- Desde los acorazados se dan las señales con banderas y sonidos
de silbato, los vapores toman sus posiciones de remolque e inicia el trayecto hacia
el muelle de la terminal.
LOGAN.- ¿Señor?
KEATON.- SÍ sargento
KEATON.- No, nuestra misión será asegurar varios perímetros de la ciudad para
proteger el desembarco…
LOGAN.- ¿Cuáles?
KEATON.- No lo sé aún Sargento, nos lo dirá el cónsul, allá tienen los nombres
de las calles y el mapa de la ciudad.
KEATON.- Pues a buscar el consulado, yo creo que debe ser ese edificio que está
enfrente, porque ahí está nuestra bandera. ¡Adelante!
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También tenemos hombres que estuvieron en Panamá, creo que los escogieron
porque el clima de esta ciudad es muy similar.
LOGAN.- Señor yo soy de acero, con decirle que en China, ante la falta de
abastecimientos ¡Nos comimos un zoológico completo! ¡ja ja, ja!
LOGAN.- ¡Señor!, ¿Le parece bien que cubramos el consulado con algunas
ametralladoras?
KEATON.- ¡Si Sargento! Queda usted al mando, mientras yo entro a hablar con
el Cónsul para para recabar la información, espere mis órdenes para avanzar.
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO VI
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
Es tan rápida la acción, que sorprende al secretario del ayuntamiento, Don José
Luis Prado y Argumedo, que se disponía a partir rumbo a la biblioteca del pueblo
para poner a salvo los libros valiosos y las llaves de la ciudad…
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Es el oficial de policía, Aurelio Monfort, quien le informa que los invasores ya están
en la aduana. Justo frente a la calle de los Portales de Lerdo.
PRADO.- Pero oficial, usted sólo cuenta con un revólver, esos tipos van a tirar a
matar…(Preocupado)
NARRADOR.- Don José Luis presiente que corre un gran peligro, pues algunos
pelotones de avanzada de los “marines” están tomando posiciones en las
bocacalles, para evitar sorpresas…
NARRADOR.- Sorteando el peligro, Don José Luis accede a la azotea del palacio
municipal y con asombro se percata de la gran cantidad de soldados americanos
que ya están en posición defensiva.
El viento del norte que por momentos parece aumentar sus ráfagas y la edad de
Don José Luis no le hacen fácil su misión. Con bastante dificultad logra acceder
hasta el asta bandera y sin mayor protocolo arriar la enseña patria. Sin embargo al
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emprender el regreso se topa con unos zopilotes que tienen su nido cerca de la
torre de palacio…
NARRADOR.- Monfort no lo piensa y al ver que los “Marines” apuntan sus armas
hacia Don José Luis, sale de su refugio y dispara su arma…
MONFORT.- ¡Órale Don José Luis! ¡Métale pa´ su casa!, ¡Llévese la bandera! que
estos canijos no la toquen… (Valiente)
PRADO.- ¡Por Dios, Por Dios!, (llorando) ¿Qué hacen? ¡No sean salvajes!
ALBINO.- ¡Don José Luis quítese de aquí! ¡Don José Luis! ¡¿Qué le pasa?!
ALBINO.- Voy a utilizar dos escuadrones para distraer a los gringos que están
acercándose a la aduana. Nuestro centro de reunión será los portales del Hotel
Diligencias, ¿Entendió?
ESCENA 2
CARLOS.- ¡Uy!, Ahora yo también lo escuché, sonó por acá atrás de la escuela,
como por las Atarazanas.
JUAN.- ¡Esperen un momento!, quedas a cargo Mario, voy a ver qué pasa...
CARLOS.- ¿Oye Virgilio, y por fin qué vas a hacer para tu cumpleaños?
VIRGILIO.- Eso me dijo Pepe Azueta, que a ver si íbamos, pero yo nunca me he
parado por esos lugares.
MARIO.- ¡Pues ya iremos! Para que Villo, se convierta en don Virgilio,¡ ja ja ja!
JUAN.- Una pequeña batería instalada atrás de nosotros está haciendo fuego
rumbo al muelle, es el ruido que escuchamos…(Entusiasmado)
VIRGILIO- ¡Qué bueno! ¡Pepe es muy bueno en manejo de la artillería espero les
dé su merecido a esos gringos tramposos!
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO VII
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
NARRADOR.- El joven teniente José Azueta, hijo del comodoro Manuel, hasta
hace unos meses formaba parte de la Escuela Naval, pero por cuestiones
personales pidió su baja y se incorporó a la artillería fija del puerto…
ATILANO.- ¡Qué va hijo!, ¡Mi burra es bien entrona! ¡Me late que el que se está
echando pa´ atrás es otra mula! (Sarcástico)
CINFORIANO.- Pues se parecen a las que traemos, pero estas cuando te entran,
te revientan por dentro, y te hacen un hoyo del tamaño de una tortilla, ¡Jode´!
CINFORIANO.- ¡Claro que no muchacho!, ¡su uso está prohibido por las naciones
más civilizadas!
BELARMINO.- Y si está prohibido su uso, ¿por qué las están utilizando los
americanos? (Indignado)
CINFORIANO.- ¡Porque se les pega la gana!, ¡esas balas las inventaron los
ingleses para combatir a las tribus africanas!
BELARMINO.- ¿Si salimos de esta? ¡Oiga patrón, usted nunca me contó eso de
las balas expansivas! ¡Vaya que es difícil esto de la guerra…
CINFORIANO.- Claro que es difícil, esto no es una novela, rapaz (escupe) pero
guardad silencio, nuestro comandante nos está haciendo señales…
ALBINO.- ¡Teniente Contreras!, ¡qué bueno que llega!, ¿dónde están los soldados
de refuerzo del 18° regimiento?
ALBINO.- ¡Por Dios!, ¡¿La sociedad de voluntarios y estos rayados?! ¡Yo pedí
soldados del regimiento!, ¡soldados de línea!
ALBINO.- Disculpe teniente, pero usted entenderá, estoy esperando refuerzos del
18° regimiento…
ALBINO.- Debe ser nuestra artillería, el plan está funcionando, ahora hay que
presionarlos por la zona de la aduana…
¡El teniente Jorge Alació Pérez es mi segundo al mando, usted puede también
coordinarse con él!.
ALBINO.- ¡Envíe a algún destacamento a traer más!, como veo esto, la fiesta va
para largo…
CONTRERAS.- Van a dar las dos de la tarde y aún no hemos comido nada…
ALBINO- ¡Ya hace hambre! ¡Que también traigan los carros de servicio! ¡Contacte
con Alació Pérez¡ ¡Pero muévase teniente!
Los demás pelotones distribúyalos como apoyo a los compañeros que están en
las calles de: Hidalgo, Guerrero, Cortes y 5 de mayo. Deje una reserva en los
portales de la Parroquia, y envié un pelotón a la comandancia, a recoger
abastecimientos y municiones.
ESCENA 2
ROSITA.- ¡Híjole!, hicimos re´ te hartas tortillas, ¡cómo para una boda!
CHARO.- Pues no creo que sea con el galleguito ayudante de don Cinforiano, se
ve muy verde… (Sarcástica)
ROSITA.- ¡Pues Belarmino es muy abusado!, ¡de verdad!, ¡va a ser un gran
comerciante!
CHARO.- ¿Será…?
(ja ja ja)
NARRADOR.- Al patio del cuartel, llegan: Don Atilano con su burrita, Cinforiano,
Belarmino, Jorge Jr, “La Cotorra” y algunos presidiarios…
DON ATILANO.- Oiga Sargento, recuerde que mi burrita no puede cargar más de
dos cajas, no me la vayan a echar…
JOVITA.- ¡Ay Dios mío, hasta acá se oyen los balazos!, ¡debe estar muy fea la
cosa!
CHARO.- ¡Sí viejo!, te hice tortillitas y les eche mantequita como a ti te gustan.
CHARO.- Oye viejo, ¿no será bueno que nos vayamos? ¿La cosa esta fea
verdad? (susurrando)
ROSITA.- ¿De verdad?, ¡Ay niño Belarmino que valiente es usted! (Admirada)
BELARMINO.- ¡Ja, ja!, Pues no soy como Napoleón, pero hago mi mejor
esfuerzo!
ESCENA 3
NARRADOR.- Mientras los hombres siguen cavando, llega el capitán Luis Salas,
quien está al mando de aquella batería…
SALAS.- ¡Hay que apurar a esos voluntarios!, que terminen pronto las trincheras,
debemos colocar las ametralladoras para proteger la artillería en caso de que
seamos atacados por el lado del mar.
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO VIII
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
LOPEZ.- Es usted muy amable señor Presidente, pero ya con la copita que me
tomé hace rato entré en calor…
SALVADOR.- Gracias señor Presidente, pero usted sabe que no soy afecto a las
bebidas espirituosas…
HUERTA.- ¡Sí! Me percaté de eso cuando vino a pedir por la vida de su paisano
el periodista. Rehusó probar de mi coñac…
SALVADOR.- ¡Tenga cuidado con lo que dice licenciado Portillo, recuerde que
soy de mecha corta! (Molesto)
HUERTA.- Bueno, bueno, vamos a ver (sonido de copa) ¿Ya tiene listo lo que
vamos a declarar?
BLANQUET.- ¡No señor!, pero me informan que la escuadra del almirante Mayo
ya salió para Veracruz…
BLANQUET.- Y no sólo eso señor, la flota del atlántico del almirante Badger,
también se está moviendo hacia Veracruz…
HUERTA.- Bueno, pues que se retire con los regimientos a Tejería de manera
ordenada. Que salve todo el material de guerra posible, sacaremos a la tropa del
radio de operación de sus cañones…
HUERTA.- Don Salvador ¿Ya tiene listos los discursos para alentar al pueblo?
SALVADOR.- Señor presidente aquí están los dos, el de usted y el del ministro de
relaciones exteriores…
HUERTA.- Muy bien, muy bien, con eso evitamos que se vaya a desatar la furia
del pueblo contra los extranjeros. Hay que tratar de no complicar las cosas. ¿Y lo
que yo voy a decir?
“En el puerto de Veracruz, estamos sosteniendo con las armas el honor nacional…
HUERTA.- ¿No le digo licenciado López Portillo?, (ruido de vaso, botella) Estos
canijos gringos creen que todavía andamos con taparrabos y flechas, ya ni la
friegan, pero ya se veía venir con la política intervencionista del presidente Wilson,
pero a que no se le ponen así a los alemanes. ¿Sabe una cosa López Portillo?…
HUERTA.- ¡Ya estuvo suave!, (Molesto) mañana a primera hora me saca usted
del país a este granuja, regrésele su pasaporte y que se vaya a dónde quiera, que
por mí lo mandaba directo a....
HUERTA.- ¡A fusilar!, a fusilar licenciado… Bueno, pues ya qué nos queda, más
que tomarnos otro coñaquito para hablar con la prensa…
ESCENA 2
El teniente John Keaton logra llegar y entrevistarse con el cónsul, el señor William
Canadá.
KEATON.- Bien, bien, tenemos poco tiempo, ¿Qué calles son las que tenemos
que cubrir…?
que tiene usted que cubrir son todas aquellas que proveerán protección al
consulado.
ANTONIO.- Así es, nos encontramos aquí: en Morelos y Emparan, por lo que
debemos cubrir sobre esta misma, las bocacalles de Juárez, Emparan y Pastora,
así como la calle de Montesinos con Independencia, Bravo e Hidalgo…
KEATON.- Bien, bien, me queda claro, daré las órdenes para que mis fuerzas
empiecen a cubrir estas calles…
CANADA.- Bien, teniente, una vez asegurado este perímetro, con gusto el señor
Villavicencio lo ayudará en su misión …
ESCENA3
La tarde del 21 de abril de 1914, en la capital del estado del mismo nombre, se
encuentran discutiendo la situación que acontece en Veracruz, el señor
Venustiano Carranza, líder del grupo opositor al gobierno de Huerta y su ministro
de relaciones exteriores, el reconocido abogado y escritor Isidro Fabela…
ISIDRO.- Así es señor, ahora hay que esperar la reacción de los demás
generales…(Diplomático)
CARRANZA.- Sí, por eso no dudaría que se lanzara contra algún pueblo de la
frontera, como Tucson…
CARRANZA.- Pues ¡qué caray!, creo que ya tienen al hombre indicado, je je je,
nomás que hay que ser muy prudentes con esto de la diplomacia de altura…
ISIDRO.- Sí señor…
ISIDRO.- Sí señor
CARRANZA.- Dígale que si quieren tratar con un gobierno decente, tienen que
tratar con el gobierno constitucionalista, ósea nosotros, no creo que quieran tratar
con Zapata… (Orgulloso)
ISIDRO.- No señor…
ISIDRO.- Así es señor, de hecho la división del norte está que no se aguanta para
avanzar a Zacatecas…
CARRANZA.- Pero “a todo santo le llega su capilla” estimado abogado, deje que
se haga de Zacatecas, que cuando vea, nosotros ya estaremos en la ciudad de
México y todo esto se habrá terminado…
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO IX
INTRODUCCIÓN
Escena 1.-
Cada vapor y los botes llevan en la proa un cañón de una libra y una
ametralladora.
STEVEN.- ¿Señor?
MALPICA.- ¡Teniente Bonilla, señor ya vienen más cerca, mírelos vienen bien
confiados hasta parece que vienen de paseo!.(Nervioso)
JUAN.- ¡Shh! Cadetes, silencio, hay que esperar ordenes, recuerden lo que dijo el
Comodoro, que solamente podíamos abrir fuego en caso necesario.
URIBE.- ¿Señor?
NARRADOR.- El Teniente Bonilla es una bola de nervios, tiene que tomar una
decisión y los cadetes le insisten, con razonamientos que el también acepta.
El fuego se rompe en todo el colegio contra el invasor, tomando por sorpresa a los
hombres de MacCloy que retroceden en desorden.
MANUEL.- ¡Aguilar!
CONTROL/EXT/DIA/RUIDO DE BALAS
MACCLOY.- ¡Disparen sobre el edificio del colegio!, ¡Fuego con los cañones!
¡Qué las ametralladores cubran a los hombres!.
CONTROL.- EXT/DIA/ (Gritos, balazos) (Pull back, Safe your life, Hurry)
(Ruido de ametralladora, cañón pequeño)
CONTROL.-EXT/DIA/(Armasamericanas/ametralladora/pequeño
cañon/rifles/gritos de heridos)
MACCLOY.- ¡Steve!
STEVE.- ¡Señor!
CARRIÓN- ¡Señor!
MANUEL.- ¡Dios mío! ¡Que lo trasladen a la enfermería! ¡Hay que pensar como lo
llevamos al Hospital Militar!
MANUEL.- Prevenga a los Cadetes, que se alejen de las ventanas, que informen
al comandante de la batería, que han sido descubiertos.
Los marineros del Praire toman sus posiciones en los cañones de 3 pulgadas,
modelo Mark.
Los cañones se ajustan, reciben su carga y se fijan los objetivos, el Colegio Naval
y de la zona trasera, cerca del Baluarte Santiago.
Escena 2
MASS.- ¡El General Aureliano Blanquet nos informa que por órdenes del General
Presidente Victoriano Huerta nos retiremos a Tejería!. (Enojado)
Envié esta misma orden al director de la Escuela Naval y al Arsenal Nacional para
que se no incorporen en Tejería.
91
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO X
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1
Las tropas americanas han vaciado algunos comercios de la zona, para sacar
toneles, sacos de semillas, con los que han elaborado trincheras desde donde se
defienden.
Las familias que habitan en la zona de conflicto se han encerrado en sus bodegas
y sótanos, pues el ruido que proceden las detonaciones de las armas es
escalofriante.
DOÑA MATILDE.- ¡Ay Santa Virgen del Rosario!, ¿Dónde estará Jorge?.
(Asustada)
DOÑA MATILDE.- ¡Ay qué bueno!, Alguien educado y de buenos modales, ¡Qué
bien hijo!, pero favor pasen a la Sala, tomen asiento, ustedes disculpen el
desorden pero nuestro servicio se volvió loco y se fueron a jugar a la guerra.
DOÑA MATILDE.- Si adelante, para que esos villanos nos respeten, mire que
“ponerse con el burro a las patadas”
94
KEATON.- ¿El burro a las patadas?, ¡ja ja, que expresión tan cómica!.
DOÑA MATILDE.- ¡Ay qué bien!, muy interesante, y ¿de donde aprendió tan bien
el castellano?.
DON JORGE.- Bien madre, por favor necesito que empaques lo más elemental
para que nos refugiemos en el Consulado Americano.
DOÑA MATILDE.- ¿Qué cosa? ¿Refugiarme yo?, ¡No hijo estás loco! ¡Yo no me
salgo de mi casa!.
KEATON.- ¿Túnel?
DON JORGE.- Son unos Acueductos muy antiguos de la época de la colonia que
atraviesan la ciudad, pocas familias tienen el privilegio de poseer uno.
DOÑA MATILDE.- ¡Qué gentil es usted joven!, Todo un caballero, cuando acabe
todo este sainete, le platicare de algunos secretos antiguos de esta ciudad, que
estoy segura que a usted le interesaran.
DON JORGE.- Bien pues me quedare también con mi madre y los elementos que
usted indique, con ellos estaremos seguros.
KEATON.- Así será señora, ahora tengo que regresar con mis hombres al
Consulado.
DOÑA MATILDE.- ¡Pero Jorge!, como pueden confiar en ese sujeto, es un ser
malvado, ¿Recuerdas que estuvo implicado en el intento de asesinato del General
Porfirio Díaz?
DON JORGE.- Si madre, pero dicen que es muy eficiente, y los americanos ya
tenían contacto con él desde hace tiempo, por lo que pude escuchar, al parecer
cuando Villavicencio huyó de la ciudad de México y se refugió aquí en Veracruz,
tuvo acceso a información muy valiosa para ellos.
DON JORGE.- No lo sé madre, parece que es otra cosa, ese teniente Keaton, no
es cualquier persona.
96
ESCENA 2
NARRADOR.- Una de los disparos del buque Priare impacta al Baluarte Santiago
y miles de esquirlas salen volando, hiriendo a algunos prisioneros que cavan
trincheras.
AZUETA.- ¡Don Panchito! Es mejor que regrese usted a su casa, advierta a sus
vecinos de la situación para que tomen providencias.
AZUETA.- ¡Cúbranse!
MALPICA.- Pepe que bueno que llegas, esos canijos gringos se echaron a
Virgilio. (Angustiado)
AZUETA.- Esta bien, tengo unos voluntarios que nos pueden apoyar, ¿Dónde está
mi padre?
MALPICA.- ¡Ahí viene bajando las escaleras!, Ten cuidado están tirando a matar
con sus cañones.
AZUETA..- Perdón padre, pero mi deber es estar aquí con mi compañeros, acabo
de enterarme que esos desgraciados hirieron a Virgilio.
MANUEL.- Esta bien hijo, ordenare que les entreguen el agua que necesitan.
AZUETA.- ¡Gracias!.
NARRADOR.- Sin saber que esa sería su última charla, el Comodoro Manuel
Azueta ve salir a su hijo rumbo a su posición.
VOLUNTARIO1.- ¡Señor!,
NARRADOR.- Los dos voluntarios parten a buscar una camilla y poder trasladar
al cadete Virgilio Uribe.
AZUETA.- ¡Bien!, ¡Nosotros vamos a cubrir este costado del edifico!, ¡Desde aquí
podemos hostigar a la yanquis que se encuentran en el edificio de la aduana!.
MASAFINA.- ¡Duro con ellos Teniente! ¡Así é, por vía é Dios!, ¡Traguen Plomo
canallas, hijos de su…
SALIDA
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO XI
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1.-
KEATON.- Soy el Teniente John Keaton me han enviado para apoyarle, ¿Cuál es
la situación?.
LOWRY.- Señor, la azotea esta despejada, envié a cinco voluntarios que están
cubriendo a los muchachos que se encuentran en la calle.
LOWRY.- Iremos por dentro del edificio, para poder acceder ya perdimos al
marino Shumaker de un tiro en la cabeza.
KEATON.- Pero..
104
KEATON.- ¡Ya lo tengo!, ¡Es un joven militar, tiene una Hotchshkiss francesa!.
LOGAN.- ¡Bien Teniente! ¡Ahora despáchelo al otro mundo antes de nos siga
causando bajas!.
LOWRY.- ¡Apure Teniente hay que limpiar la calle, antes de que se percaten de
nuestra presencia!.
LOGAN.- ¡Bien Teniente, pues siempre hay una primera vez, así que le voy a dar
un consejo, no lo mire a los ojos, piense que es un Búfalo!.
LOWRY.- ja ja
LOGAN.- ¡Bien ahora hay que localizar otros que andan por los edificios del hotel
aquel!.
LOWRY.- ¡Mi Dios! (Asombrado) ¡Señor!, ¡Teniente, el tipo ese sigue disparando
la ametralladora debe estar loco!.
NARRADOR.- Con gran sorpresa Keaton observa que el joven teniente Azueta,
herido sigue disparando su ametralladora.
LOGAN.- ¡Teniente!, (Molesto) ¿O mata usted a ese lunático o deja que lo mate
otro de los muchachos!, Estamos revelando nuestra posición, no podemos seguir
así,
ESCENA2.-
Ignorantes del nuevo peligro que corren con los francotiradores americanos, Pepe
Tiburcio y Atilano, en una improvisada carreta jalada por Pascuala, la noble burrita
de Atilano van trasladando heridos y muertos al Hospital.
PEPE.- Oiga don Atilano que dócil es la Pascuala, no se asusta con tanto disparo.
ATILANO.- Te dije hijo, te dije que mi burrita es valiente, pero también se cansa,
vamos a bajar a estos difuntitos y tomamos un descanso.
ATILANO.- ¿Y ahora?.
RAYADO.- Es que esos güeros están utilizando tiradores expertos, con rifles
especiales y miras telescópicas.
RAYADO.- ¡Unos como catalejos!, hay que andarse con cuidado, porque te
prenden en donde te agarren, no importa que ande uno lejos.
PEPE.- Pues si hay, pero anda por allá adentro, ya ve como esta todo esto, lleno
de muertos.
CHARO.- ¿Qué?
CHARO.- ¡Ah no!, (enojada) ¡Ahora nos quedamos! ¿o que, son tan poco
hombres que no van a vengar a la Cotorra?.
CHARO.- ¡Eso creen ustedes, yo tengo una mejor arma, más chingona que sus
pinches rifles esos con miras teleféricas!.
PEPE.- ¡Telescópicas!
CHARO.- ¡Eso, eso, así me gusta, que sean bragados!. Nomás que no los vamos
a enterrar aquí, nos lo vamos a llevar pá velarlo como Dios manda.
CHARO.- Si compadre.
PEPE.- Oiga don Atilano, vamos por Jovita, no vaya a ser que como dicen estos
rayados, nos la vayan a matar con esos rifles.
PEPE.-. Ah que buena idea don Atilano, pues sí, a ver déjeme lo ayudo.
109
ESCENA3.-
Como puede, se arrastra para cubrirse del fuego de los francotiradores que se
encuentran en la azotea del edificio de la aduana.
NARRADOR.- Para proteger a los rescatadores del Teniente Azueta, los cadetes
de la Escuela Naval disparan sobre el edificio de la aduana, mientras el cadete
Malpica, Juan Sánchez Terán y MasaFina rescatan al teniente José Azueta.
MASAFINA.- ¡Por vida de Dio, que nunca había visto unos hoyos así!.
AZUETA.- ¡Ah!, ¡Son balas expansivas!,¡ ahh, por favor llévenme a mi casa!.
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO XII
INTRODUCCIÓN
Antes paso por la esquina del Colegio Preparatorio, su puerta de madera aún no
ha sido reparada y en la esquina, hay unas flores, para recordar la acción del
teniente Pepe Azueta.
El pueblo aún comenta sus palabras de repulsión cuando llegaron los médicos
yanquis a su casa:
ESCENA1.-
ROSA.- Por cierto doña Jovita me encontré el sombrero de Pepe, estaba aquí
debajo de una banca.
JOVITA.- ¡Qué!.
NARRADOR.- Son unos cuantos metros los que dividen a aquellos hombres de la
vida y la muerte. El Teniente Alacio Pérez no puede arriesgarse a perder más
hombres y comprende que la medida es desesperada.
El grupo de voluntarios abre fuego con dirección a la azotea del edificio aledaño
de donde vienen los tiros, para distraer a los francotiradores, momento que
aprovechan otro grupo de voluntarios para sacar de la línea de fuego a los
heridos.
JOVITA.- ¡Ay Pepe!, ¡Por Dios!, ¡Pepe tiene un hoyo en la panza! (Asustada)
NARRADOR.- Sin tiempo para llevarlos a un hospital, los heridos son atendidos
entre los pilares de los portales de Miranda, en la parte trasera de la iglesia
Parroquial.
ALACIO.- ¡Hay que ayudarle provisionalmente con lo que se pueda, todos los
hospitales están saturados, hasta el que improvisaron las monjas Josefinas!.
BERLARMINO.- ¡No siento ná patrón! ¡Ni las piernas, ni los brazos ni ná de ná!
NARRADOR.- Los gritos de dolor de Jovita llegan hasta las líneas americanas,
los tiradores se percatan que han ocasionado mucho daño, no solo físico, sino
también en el alma de cientos de veracruzanos, los disparos se suspenden.
CONTROL.- EXT/TARDE/LLANTOS/GRITOS.
CINFORIANO.- ¡No hables rapaz, guarda tus fuerzas! ¡Atilano! ¿Dónde está la
burra con la carreta?
CINFORIANO.- ¡Muchacho, muchacho, ay, ay, ay, maldita sea, maldita guerra!.
ESCENA 2.-
CONTROL.- INT/TARDE/PISADAS/
MANUEL.- ¡Adelante!.
CARREON.- ¡Señor!
MANUEL.- ¡Terrible!
AGUILAR.- ¿Peores?
CARRIÓN.- Escasas para otro ataque señor, pudimos traer una caja de los
cuarteles, pero en el caso de soportar otro ataque de la infantería, dudo que el
edificio soporte más cañonazos de los acorazados, no es una fortaleza.
CARRIÓN.- ¿Señor?
MANUEL.- Señores es una decisión difícil que debe ser tomada junto con ustedes,
si nos quedamos efectivamente corremos el riesgo de exponer a una muerte
segura a más jóvenes, son pocas la municiones y el edificio no es una
construcción adecuada para la defensa.
AGUILAR.- ¡Señor creo que debemos salir y alcanzar al General Máss y a la tropa
en Tejería!.
CARRIÓN.- ¡Soy de la misma opinión!, Creo que aquí se ha realizado una defensa
heroica, que pasara a los anales de la historia, menos de 90 niños han contenido a
un invasor mejor preparado. Los pasillos de este colegio están bautizados con la
sangre de valientes.
117
MANUEL.- ¡Silencio, silencio!, hoy hemos demostrado de que estamos hechos los
marinos mexicano, los cadetes de este colegio, la sangre vertida de su compañero
Uribe ha cubierto de honor los pasillos del Colegio, pero debemos retirarnos, para
reagruparnos con nuestros compañeros militares y así vengar a nuestro
compañero Uribe y a nuestro Colegio. ¡Viva México!
CONTROL.- EXT/TARDE (Gritos: ¡Viva México, Viva Uribe!, Viva Pepe Azueta)
AGUILAR.- Señor, si gusta lo dejamos solo para que descanse, unos momentos.
MANUEL.- ¡Capitán Aguilar, no hay tiempo para descansos!, hay que organizar
la salida, usted con algunos hombres verifiquen la mejor forma de evadirnos, que
118
me parece puede ser por la parte que da a las Atarazanas, aunque tengamos que
salir por una ventana.
MANUEL.- Usted capitán Carreón organice a los muchachos, que las luces se
mantengan encendidas, que algunos muchachos, sigan en sus puestos, debemos
aparentar que nos mantenemos en la defensiva, para que no noten nuestra salida.
MANUEL.- Pues bien, envié un mensaje a Contreras con la orden de que nos
escolte en nuestra retirada. Los muchachos deberán salir con su uniforme y
pertrechos, los más que puedan cargar, no sabemos que nos vamos a topar por el
camino.
ESCENA2.-
NARRADOR.- El teniente Ángel Corzo, subdirector del Colegio naval, llega hasta
la iglesia Parroquial, para llevar un mensaje a los defensores.
CORZO.- De nuestros cadetes solo uno, Virgilio Uribe, fue trasladado gravemente
herido al hospital, pero también nuestro amigo el teniente José Azueta fue herido.
CORZO.- Un muchacho valiente, fue el que mantuvo a raya a los americanos por
la calle de la playa con la ametralladora.
VERACRUZ 1914
ORIGINAL DE MIGUEL SALVADOR RODRIGUEZ AZUETA
CAPITULO XIII
INTRODUCCIÓN
ESCENA 1.-
También los marinos en cubierta de los buques de guerra escuchan ese sonido,
son tonos melancólicos que provienen de un barrio cercano a la ciudad.
Es un extenso patio de vecindad del barrio de la Huaca, fuera de los ojos de los
extraños, se realiza el velorio de Pepe Tiburcio, del presidiario apodado la Cotorra
y del joven Belarmino Alegre.
122
Las mujeres plañideras cumplen con su trabajo, mientras una vieja rezandera
hace lo propio.
Jovita mantiene la mirada fija en la luz de las velas que hacen guardia al féretro
improvisado de Pepe.
DOMITILA.- ¡Hermanita, pues seguir viviendo!, tú eres buena para guisar y cocer,
así que verás que pronto encontraras trabajo.
JOVITA.- ¡Yo lo que quiero es matar uno de esos gringos, de preferencia al que
mató a mi Pepe!. (Molesta)
DOMITILA.- ¿Que dices hermanita?, ¿Cómo crees?, ¡Ya deja de pensar en esas
cosas!. (Sorprendida)
JOVITA.- ¡No hermana! ¡Es en serio!, A ver cómo le hago, pero yo me quebró
mínimo a uno de esos güeros, sino no voy a estar tranquila, ni Pepe tampoco.
JOVITA.- ¡Si loca! ¡Pero de coraje!, Así que si no me ayudas, yo lo voy a hacer
sola.
CHARO.- ¡Ah no!, ¡Tú no estás sola!, ¡Yo también quiero un güero pá sacarle las
tripas con mi navaja!.
CONCHA.- ¡Y yo!.
DOMITILA.- Ah, pero tenemos otras armas, que podemos usar, solo que hay que
esperar, vamos a tener que esperar y veras que tu venganza será dulce
hermanita.
JOVITA.- Ta bueno.
ESCENA2.-
NARRADOR.- Como un poderoso rio que divide su cauce en tres brazos, la tropa
americana se interna en la ciudad de acuerdo a lo planeado por el comandante
Fletcher quien toma posesión del Palacio Municipal.
FLETCHER.- ¡Maldición!, (Molesto) ¿Qué esta gente no entiende cuando hay que
rendirse?
HUSE.- ¿Señor?
125
FLETCHER.- ¡Ordénele al capitán del Chester y del Praire que les disparen unas
rondas al edificio, vamos a ver si así se dan cuenta que ya todo está perdido para
ellos!.
FLETCHER.- Y Huse..
HUSE.- ¿Señor?
FLETCHER.- A los prisioneros que dejaron libres, que sirvan para limpiar las
calles, cuando los periodistas tomen sus fotos, debemos evitar que surja una
epidemia.
A la gente de Veracruz:
La fuerza naval de los Estados Unidos que está bajo mi mando ha ocupado
temporalmente la ciudad para supervisar la administración pública, debido a
la inquietante situación en la que se encuentra actualmente México. Todos
los empleados de la municipalidad de este puerto quedan invitados a
continuar desempeñando sus cargos como lo han hecho hasta ahora. Las
autoridades militares no intervendrán en los asuntos civiles y
administrativos, siempre y cuando el orden y la paz no se vean alterados.
Todos los ciudadanos pacíficos pueden continuar confiadamente dedicados
a sus ocupaciones usuales, seguros de que serán protegidos en sus
personas y propiedades así como en sus correctas relaciones sociales. El
comandante suscrito asegura que no habrá intervenciones con las
autoridades civiles, a menos que exista una situación de absoluta necesidad
y siempre buscando el buen cumplimiento de la ley y el orden. El recaudo de
impuestos y su uso, continuara de la misma forma que hasta el presente, y
conforme a la ley.
126
ESCENA3.-
CINFORIANO.- ¡Teniente tenemos que decidir qué hacer, porque nos van a
envolver y ya no podremos salir!.(Preocupado)
ALACIO. Le agradezco profesor Morteo, pero al menos yo, estoy incumpliendo las
órdenes de mi batallón, tenía que retirarme desde ayer en la noche.
ALACIO.- Lo sé, pero ahora, no podemos hacer nada, las municiones se han
agotado.
MORTEO.- ¿Entonces?
MORTEO.- Pues yo creo que es lo mejor, lo que ya no se hizo ayer, hoy menos,
son muchos los gringos.
CINFORIANO.- ¡Ostia, maldita suerte, otra vez, vamos en caer en las garras de
esos yanquis!.
ALACIO.- Bien vamos, traten de esconder sus armas en lugares seguros, para no
comprometer sus domicilios, vamos andando.
ALACIO.- ¡No se expongan señores!, (herido) ¡No se expongan sigan con el plan,
alcancen al ejército en Tejería!, ¡Ah!.
Hasta los yanquis, perdieron el sueño durante siete meses, ja ja ja, nunca
estuvieron tranquilos, hasta mandaron a traer a su ejército con el general Fustón
temiendo que les fuéramos a hacer más daño.
Y como no, si las muchachas durante la ocupación les dimos guerra, a veces era
uno, luego hasta dos gringos, noche tras noche, nos encargábamos de vengar a
nuestros hombres.