Según la física el proceso de la respiración humana está conformado por la

Inspiración y espiración, de una variada cantidad de volumen; esto sucede

por la variación de presión atmosférica y pulmonar. Gracias a esto, los
manómetros abiertos pueden cuantificar la presión manométrica
pulmonar.
La presión manométrica pulmonar trabaja con base de la función del peso
específico, además toma en cuenta las variaciones de alturas entre
función del peso específico y la diferencia de alturas del líquido
manométrico.
La fórmula para poder hallar la presión manométrica pulmonar es:

La presión manométrica se da al manómetro únicamente, no obstante,

también se pueden medir en relación de la presión atmosférica. Se
considera que el valor de presión se da en un manómetro y el valor de
presión absoluta será el que equivalente al registrado en dicho
manómetro. Por este motivo la presión atmosférica y la presión
manométrica son idénticamente expresadas en las unidades
correspondientes.
A diferencia, la presión manométrica pulmonar es aquella que se le aplica
un valor en específico de una presión descrita al cero. Logrando que los
seleccionados valores indiquen la presión a la cual el cuerpo está
expuesto, tomando en cuenta así el total de las presiones que se ejerce.

Este es un dispositivo que se utiliza para la capacidad pulmonar de los

pacientes, el principal objetivo del espirómetro es detectar los diferentes
tipos de anomalía respiratoria.
La utilidad que tiene en medicina es:
 Diagnosticar a los pacientes y efectuar pruebas de enfermedades a
los pulmones que dificultan la respiración.
 Determinar las causas de la falta de aire, tos o sibilancia.
 Monitorear los diferentes tratamientos de los pacientes con
problemas respiratorios.
Huancayo es una ciudad con una latitud de 3249 m.s.n.m. A esta altura el
porcentaje de la hemoglobina que se satura con oxígeno determina la
carga de oxígeno en la sangre. Nosotros como seres humanos poseemos
adaptaciones a corto y largo plazo lo cual le permite compensar la falta de
oxígeno; no obstante, existe un límite para la adaptación natural, esta
zona que es alcanzada a los 8000 m.s.n.m es llamada la “zona de la
muerte”.
Los síntomas habituales son las náuseas, dolor de cabeza, falta de apetito,
alteraciones en el sueño, cansancio y sensación de disnea; estos síntomas
por más que parezcan simples pueden llegar a complicarse como un
edema cerebral y pulmonar.