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Caso Ramo

Ramo es una de las marcas con mayor tradición en Colombia, una de las marcas más
queridas por los colombianos, cuenta con un amplio portafolio de alimentos, los cuales por
décadas han hecho parte de la vida y de las celebraciones de los colombianos. Muchos
crecimos cantando "feliz cumpleaños amiguitos les desea ponque Ramo. Crecimos con las
colaciones, las Morenitas, las Limoncitas y más adelante en la década de los ochentas con
los Maicitos y los Tostacos. Qué hay detrás de esta prestigiosa y linda marca, la cual ocupa
un lugar de privilegio en la mente de los colombianos. Es una marca que esta en cada
esquina, en cada Kiosko, en cada pueblo. Quien no ha probado el Chocoramo, uno de los
productos insignia de los colombianos.

Historia de la Marca Ramo


La historia tiene dos importantes personajes Don Rafael Molano y su esposa Ana Luisa
Camacho y comenzó hace 58 años de una manera casual como comienzan muchos sueños
de negocios y en Colombia para convertirse en éxitos empresariales. Nació como una idea
casera que se convirtió en un producto que hoy en día es un icono, un símbolo de los
colombianos. Es un símbolo del país de la colombianidad. Es una marca que ha logrado
trascender varias generaciones llegando a todos los rincones del país, a través de diferentes
sistemas innovadores de distribución y ventas. Las generaciones que crecieron en los años
setentas recuerdan con gran cariño la publicidad de la marca, los famosos cumpleaños
RAMO con Gloria Valencia de Castaño y la famosa canción de feliz cumpleaños
amiguitos, que hizo parte de millones de celebraciones de las familias en nuestro país,
muchas veces reemplazando el tradicional happy birthday. Es una marca que hace parte del
ADN de nuestra cultura.
Ramo es una de las marcas con las que más se han identificado generaciones de
colombianos desde mediados del siglo XX hasta el día de hoy. No sólo es un ejemplo de
emprendimiento e innovación y un caso de mercadeo digno de estudiar, sino que por
encima de todo es un ejemplo de vida, el de Rafael Molano, su fundador.

En búsqueda de oportunidades
Luego de terminar sus estudios de bachillerato en Tunja (Colombia), Rafael quien era
originario de Santa Rosa de Viterbo en Boyacá, viaja a Bogotá en busca de oportunidades.
Allí su primer trabajo sería el de repartir periódicos en el diario El Siglo. Sin embargo su
ambición (entendida en el buen sentido) lo llevaría más tarde a buscar la manera de trabajar
en el Hotel Astor. Gracias en parte a la amistad que logró construir con las señoras Tobón,
las dueñas del lugar, Rafael empezaría a hacerse cargo de algunas tareas que le eran
delegadas dado los continuos viajes que éstas solían hacer. Así fue como a sus 17 años
Rafael lograría convertirse en gerente del lugar. Su instinto hábilmente lo llevaría a poner
en práctica una estrategia tradicional de networking aprovechando su posición en un hotel
que fácilmente podría ser considerado uno de los mejores de su época. Esta consistía en
invitar a su mesa a las personas que veía solas a la hora de la comida.
Así fue como en uno de esos tantos encuentros que sostuvo con los visitantes, terminaría
por conocer a Vicente de la Cuesta; nada más ni nada menos que el vicepresidente de la
cervecera Bavaria en esa época, quien lo contrató.
De esta manera Rafael conseguiría llegar a una gran empresa que con el tiempo le enseñaría
el know-how de un aspecto que podría considerarse clave en el éxito del negocio al que
más tarde daría vida: la distribución.
Los pasteles como fuente adicional de ingresos
La búsqueda de la independencia con frecuencia exige desarrollar los oficios propios que
supone el ser empleado a la par con otras actividades de las que se espera poder desprender
un beneficio adicional, hasta el punto de hacer con el tiempo que éste sea lo
suficientemente significativo como para dejar de lado cualquier opción segura. De igual
forma Molano, ante la necesidad de generar nuevas fuentes de ingresos para no retrasarse
en el pago de la cuota que le demandaba la propiedad a la que se había hecho y poder
mantener el nivel de vida de su familia, tendría que decidirse por un oficio alterno. Fue así
como encontró en los pasteles que su madre Mercedes Olarte hacía, la forma de generar
esos ingresos extra que tanto estaba necesitando. Con el apoyo de su esposa, quien
terminaría por aprender a hacer las tortas de la suegra, Rafael iniciaría una nueva etapa en
su vida que lo llevaría de a poco a ir dando vida a un sueño hasta entonces nada fácil de
concebir

El nacimiento de Ramo
Hacia 1950 Rafael Molano empezaría a vender las tortas a sus amigos de Bavaria. Sus
ganas de comercializar el producto a través de tiendas lo llevaron a cambiar el concepto que
hasta entonces se tenía del producto. Al estar muy asociado a los cumpleaños y resultar
algo costoso para la gente, Molano debería hacer ajustes a su oferta si es que efectivamente
pretendía comercializar las tortas a través de terceros. Así fue como se le ocurriría tajar los
ponqués en 12 porciones para que los tenderos pudieran venderlas de forma individual y a
un precio menor. Volviendo las tortas un postre que se podía disfrutar en cualquier
momento, Molano lograría cambiar la concepción que hasta entonces se tenía del producto
al ampliar las ocasiones de consumo a otros momentos diferentes a los cumpleaños. La
buena aceptación que tenían las tortas, sumado a la penetración cada vez mayor que estaba
logrando a través del comercio minorista, eran la prueba inequívoca de que el negocio tenía
potencial
Consolidación del negocio
Las cosas en la entonces pequeña empresa marchaban bastante bien como para dedicarse a
otra cosa que no fuera la producción y venta de tortas. Y es que con una proyección de
ventas que iba en aumento, de la mano con un nivel de ingresos cada vez más
representativo para Rafael y su esposa, era menester tener un nivel de involucramiento cada
vez mayor conforme el negocio iba creciendo. Esta complejidad que se reflejaba en el
crecimiento demandaba cada vez mayor atención. Así la mejor forma que Rafael vio que
esta posibilidad se pudiera realizar, fue acudir al médico de Bavaria y fingir que tenía
alguna clase de síntomas. El veredicto del médico no pudo ser mejor ya que a Rafael se le
dictó un mes de incapacidad. De esta manera Molano tendría tiempo para concentrar todos
sus esfuerzos en su empresa y asistir a su esposa en la producción de volúmenes cada vez
mayores de producto. También durante ese mes Rafael tomaría un pequeño crédito de la
cooperativa de Bavaria para comprar algunos peroles. Como si fuera poco, al término de
este periodo de incapacidad Molano lograría hacer que el galeno le diera un mes más de
inactividad. Al final, el el trastorno y la obsesión que le producía su negocio fue suficiente
como para dejar de lado su empleo y dedicarse por completo a su empresa.

La diversificación del portafolio de sus productos, le ha permitido a Ramo expandir sus


nichos de mercado abriéndose paso por consumidores diferentes en cada región. Cuenta
con tres líneas específicas de productos: 1) Ponqués y panes. 2) Pasabocas (donde se
encuentran los tostacos, maicítos, achíras y platanítos). 3) Galletas. Además de su
tradicional sabor y sus famosos Chocoramos, la innovación ha sido uno de los elementos
fundamentales que ha hecho que la marca perdure en el corazón y la mente de todos los
consumidores.

Origen del nombre


Contrario a lo que muchos piensan, Ramo no tiene su origen en el nombre y apellido de su
fundador, sino en la forma como Ana Luisa Camacho, la esposa de Rafael, empacaba los
ponqués. Este consistía en el uso de cintas de papel seda para amarrar las tortas de forma
muy similar a la de los ramos de flores.
Crecimiento del negocio
Para crecer y afianzar su negocio, Molano se rodeó de muchos de sus compañeros de
Bavaria a los que traería a trabajar a su empresa. Además de esto también empezaría a
estandarizar los productos. Ya para los años 60 abriría su primera planta en el sector de San
Andresito en Bogotá. Posteriormente gracias al crecimiento de la compañía se abriría una
planta en Sabaneta (Antioquia), y luego gracias a un préstamo se haría el traslado de la
primera planta hacia Mosquera en Cundinamarca.

Durante los 70s se presentaría un boom de la marca gracias a un programa de televisión en


el que se popularizaría el estribillo: “feliz cumpleaños amiguito te desea ponqué Ramo”.
Esta frase quedaría grabada para siempre en las mentes de muchas generaciones gozando
de gran recordación hasta la actualidad y siendo sin duda la mejor publicidad para la marca
en muchos años de existencia.

Más tarde en los 80s, el crecimiento del mercado haría que la empresa construyera otra
fábrica en Palmira, Valle del Cauca.

Sistema de distribución
Rafael Molano estaba seguro que una de las claves de su negocio estaba en la distribución,
en virtud de su política de mantener precios bajos. Siendo fiel a esta política a lo largo de
los años y habiendo ya tenido la oportunidad de trabajar en dicha área, nada más ni nada
menos que en una empresa de la magnitud de Bavaria, Molano decide hacer un viaje a
China con el fin de implementar el famoso sistema de distribución en triciclos.
Dado que el sistema no resultaba ser en realidad muy atractivo para los vendedores,
Molano de forma muy astuta logra vender su idea y salirse con la suya contratando a Rafael
Antonio Niño, un popular ciclista de la época para que se tomara una foto en un triciclo,
con lo cual daba a entender que se podía hacer ejercicio al tiempo que se trabajaba.

Fabricación de materias primas


La necesidad de mantener el abastecimiento de materias primas inestables, ha hecho que la
empresa se encargue de producirlas por sí misma. Tal es el caso de la harina, los huevos y
hasta el mismo chocolate que son producidos por la misma compañía, con lo cual se logra
mantener un flujo y control adecuado en los ingredientes usados para la fabricación de las
diferentes líneas de producto.
El Chocoramo
Olimpo López, quien dió vida al Chocoramo el producto insignia de la empresa, se lanza al
mercado en 1972.
El popular pastel que representa cerca del 80% de las ganancias de la compañía es fruto de
la idea de uno de sus hijos, quien sugirió bañar el tradicional ponqué Gala con chocolate.
Hoy en día su fórmula se encuentra celosamente guardada en la bóveda de un banco en los
Estados Unidos.

Ramo en la actualidad
La compañía continúa ampliando su portafolio lanzando al mercado nuevos productos y
dándole a estos una nueva imagen para lucir más atractivos en medio de unos mercados
altamente competidos y con una oferta variada. La tradición de la marca y sus productos ha
constituido la mejor arma con la que la empresa ha logrado hacer frente a la globalización y
las grandes multinacionales. Entre los objetivos de la compañía para los próximos años
están el tener presencia en otros mercados fuera del país, fortalecer la región Caribe y
construir una cuarta planta. Con la muerte de Rafael Molano en el año 2014, la compañía,
que había estado muy supeditada a la familia del fundador, pasaría a ser dirigida por un
gobierno corporativo.
La firma fundada por el boyacense Rafael Molano en 1950, nombró a inició de este año a
Germán Martínez como el nuevo director general de la compañía, el ejecutivo fue ratificado
en el cargo el pasado 25 de marzo. A su vez, dicha junta también tomó un nuevo aire al
sumar tres profesionales externos a la mesa de siete miembros, según explicó Santiago
Molano, director de asuntos corporativos de la organización.

“Hemos venido en un proceso de cambio al interior de la empresa y en esta última etapa


hemos migrado a una junta directiva que tiene cuatro miembros de la familia y tres
personas externas: Ernesto Romero, que es experto en procesos de protocolo de familia,
Julian Jaramillo, que fue presidente de Alpina, y Ricardo Obregón, que fue presidente de
Sofasa y Procafecol (firma que administra la marca Juan Valdez). En fin, gente con mucha
experiencia que será clave”, aseguró uno de los herederos de Ramo. El sector que tiene a
gigantes como: Nutresa y Bimbo metidos en la ‘pelea’ por los clientes es cada vez más
fuerte, y por ello, el grupo está estrenando varios productos en el mercado como Donas,
Ramito Chips y en pocos días tendrán en el mercado plátanos y maduritos de su marca.
Cuando lanzaron el Ramito Chips, tenían el propósito de vender cinco millones de
toneladas al mes, y contra todo pronóstico, están comercializando 40 millones de toneladas
cada 30 días. En cuanto a las Donas, el director general afirmó que el consumo está
rodeando 15.000 diarias. Con una demanda elevada de nuevos productos, lo más lógico es
que la compañía esté pensando en acrecentar la producción en 38%. Además de la
construcción de nuevas plantas en Colombia.

Ramo tiene actualmente tres plantas, una Mosquera (Cundinamarca), Caldas (Antioquia) y
Palmira (Valle del Cauca), y está construyendo una nueva en la Zona Franca de Occidente
que deberá estar lista antes de que finalice 2015 y que representa para la firma una
inversión de US$20 millones. Con esta nueva apuesta la producción aumentará cerca de
25% y con la de Caldas que está entre las más recientes, se espera un crecimiento
aproximado de 15% en la materia. El fuerte de la operación para Ramo sigue estando en el
sistema tienda a tienda, mediante el cual distribuyen 80% de galletas, panes, ponqués
(mercado en el que tiene 65% de participación) y otros, 20% restante es comercializado en
grandes superficies. Ramo lanzó el nuevo formato de la Tienda Ramo ubicada en su planta
de Mosquera en la Carretera Occidente Km. 20 (Vía Mosquera – Madrid). La inversión
requerida para este proyecto fue cercana a los $200 millones de pesos y se espera que las
ventas aumenten un 70% con este nuevo formato.

Según un comunicado de prensa emitido por la empresa de alimentos, este proyecto,


además de aportar a la utilidad de la compañía y la economía del municipio, beneficiará
también al medio ambiente. Este espacio hace uso de materiales reciclados y fue construido
reutilizando contenedores marítimos; el piso está compuesto por fibras vegetales del cisco
del café y polímeros reciclados.
“Con este proyecto no solo incursionamos en un nuevo formato con una oferta diferencial,
sino que transformamos un espacio tradicional de la compañía en el municipio de
Mosquera de una manera sostenible”. Así creamos un proyecto integral basado en la
sostenibilidad”, afirmó Santiago Molano, Director de Asuntos Corporativos de Ramo. Con
la Tienda Ramo la compañía busca acercarse a los consumidores y generar nuevas
experiencias de consumo ofreciendo el tradicional y querido portafolio de productos Ramo,
así como 51 nuevas referencias entre pastelería y bebidas frias y calientes. Los visitantes de
este nuevo espacio se encontrarán con una imagen fresca y renovada de la Tienda Ramo y
podrán adquirir todos los productos de la marca y disfrutar de pastelería de excelente
calidad y de un buen café.
De esta manera, Ramo busca brindar nuevas experiencias a los consumidores a través de
este nuevo punto de venta. Esta es una estrategia que no se había visto en toda la historia de
la compañía, que para muchos, es de las más queridas en Colombia por la tradición que
tiene. La empresa busca que los productos de la marca acompañen el tema de alegría, amor
y felicidad, esta es la principal palanca de su estrategia de comunicación. Ramo es una
marca muy bien posicionada entre la gente adulta y su reto es llegara la gente joven. Es
muy importante rejuvenecer la marca y llegar a las nuevas generaciones los Millennians y
los Centennials.

Tomado de: Productos Ramo en la actualidad, Entrevista en Portafolio

Productos Ramo invertirá a lo largo del 2018 un monto similar a los 44.000 millones que
dedicó el año pasado para modernizar su red productiva, al tiempo que el próximo año
puede estar lista para anunciar la incursión en un país vecino.

Así lo aseguró ayer el presidente de la Junta Directiva de la empresa colombiana, Ricardo


Obregón Trujillo, tras explicar las estrategias de crecimiento de la compañía dentro y fuera
del país.

Sobre los planes de modernización de su infraestructura productiva, señaló que “esta es


una compañía que lleva un ritmo frenético de modernizar sus instalaciones, porque durante
muchos años se quedó con un nivel de inversión relativamente bajo, pero desde hace unos
cuatro años hemos logrado hacer una renovación, y todo eso se ve reflejado en la
productividad de la compañía”.

“Obviamente, en la medida en que la economía reaccione, lo haremos - las inversiones- con


más confianza”, dijo Obregón.

Respecto a la opción de abrir operaciones fuera del territorio nacional, manifestó que la
empresa mantiene su condición de colombiana y no ha dado el paso a ser multilatina.
Desde su experiencia empresarial, consideró que para decidirlo “hay que garantizar que el
modelo de negocios que tiene en el país sea exitoso, de tal manera que se pueda replicar sin
llevarse grandes sorpresas”.

Fuentes: Blog Bien Pensado , Portafolio

Igualmente, planteó que hay que entender que esas primeras iniciativas deben hacerse con
mercados un poco más fáciles, no tan sofisticados como pueden ser el americano o el
europeo. “Como tal, razonablemente, las primeras decisiones de salir de Colombia tendrían
que estar ubicadas en la región - en países vecinos- y, de hecho, en nuestro plan estratégico
ya lo contemplamos. Lo estamos mirando y seguramente al cabo de un año de pronto
tendríamos una noticia”, anunció el presidente de la junta directiva de Ramo.

Ayer la compañía aprovechó para oficializar el cambio de la marca Ramo y presentar un


agresivo plan de lanzamiento de 25 productos, de los cuales varios ya están en el mercado.
Santiago Molano director de asuntos corporativos, explicó que tras 68 años de presencia en
el mercado, por primera vez tomó la decisión de revitalizar su logo, “La idea era hacer una
evolución y no una revolución”, comentó el directivo sobre la medida.

Esta meta anual de innovación supera las 12 novedades que la compañía introdujo a su
portafolio. Para eso hay un equipo que trabaja en el desarrollo de nuevos productos. Las
crispetas de tres sabores, la mantecada, el ponqué tradicional con trozos de chocolates, el
Chocoramo Forti con hierro y vitaminas, un Gala sabor a Naranja con Vitamina C, y
Gansito sabor mora arequipe, son algunas de las novedades.

Fortalecerse en la línea de ponqués y en la de pasabocas, es uno de los objetivos de la


marca, por la fuerza de la marca Ramo y por el potencial que tienen estos negocios,
comentó al respecto Camilo Deckers, director de Mercadeo de la empresa.
Las novedades de la empresa fueron enmarcadas dentro de un reporte del presidente de la
Junta Directiva, en el cual se resume en que ‘la empresa va por buen camino’.

En el primer trimestre la empresa registró ventas por $111.364 millones, lo que significó un
aumento del 4,2% frente al mismo periodo del año pasado, cuando alcanzó $110.269
millones.
Ricardo Obregón dijo que confía en que en el segundo semestre se alcance un repunte real
del consumo, dado que en lo que va del año no se ha notado un dinamismo en la demanda.
En ese sentido, consideró que ese panorama de mejoría será necesario para cumplir con la
meta de crecimiento que se ha fijado la compañía para el 2018 de 12%.

El año pasado, la facturación de la compañía colombiana cerró con ventas por $ 421.000
millones.
“No hay duda de que el 2017 fue un año difícil. Sin embargo, si uno observa la tendencia
de Ramo durante todo el año se alcanzaron las mismas ventas del 2016, y en este ejercicio
estamos con un ligero crecimiento, pero sí creemos que hay muchas iniciativas que nos
deben llevar a que estas ventas empiecen a diferenciarse frente al 2018”, dijo el alto
directivo.

Destacó en los resultados de la empresa los esfuerzos por una mayor eficiencia, en parte,
gracias a que cuando vienen épocas difíciles, como la del año pasado, automáticamente las
compañías tratan de ser más austeras, controlan muchos sus gastos y se solidifican para el
futuro.

Eso se refleja, resaltó Obregón, en el margen Ebitda de Ramo, que tuvo un crecimiento del
81,21%, llegando a $8.718 millones. Con las proyecciones favorables, la empresa está
dispuesta a enviar señales al consumidor de que está activa y en la permanente búsqueda de
innovaciones. “Estamos esperando también que un buen ambiente de la economía nos
potencie los buenos resultados del año”, reveló.
Dentro de los logros de la compañía, Obregón destacó cómo las mejoras en la
productividad han incidido en la política de precios al consumidor. “Ramo quiere manejar
el concepto de productividad con demasiada vehemencia porque en la medida en que uno
abarate los productos, de alguna forma puede sostener los precios y, puede, inclusive tener
más ganancias. Hace más de dos años nuestros productos insignia, Chocoramo y Gala no
han subido de precio gracias a esa mentalidad”, indicó.

Desde su perspectiva, Ramo también debe fortalecer su distribución, lo que es una de sus
ventajas. Hoy llega con su propia fuerza de ventas a 136.000 tiendas y con sus
distribuidores está cerca a las 200.000, “un privilegio que pocas empresas se pueden dar”.

Además, a nivel interno trabaja en una reorganización. Hace poco fusionó tres compañías:
Productos Ramo, Ramos de Occidente y Ponqué Ramo de Antioquia. Probablemente,
integrará más adelante las sociedades que cobijan la granja avícola y el molino.

La compañía anunció que continuará el desarrollo de su concepto de tiendas Ramo como


una manera de estar más cerca de sus consumidores, y con el cuidado de no competir con
las tiendas que es uno de sus canales fundamentales de crecimiento. La segunda que tiene
en operación la abrió recientemente en el barrio Bosa Brasil, en el sur de Bogotá.

Proyecta tener 4 puntos de venta al finalizar el 2018, con los que se espera superar los
$1.500 millones de pesos. Según explicó Santiago Molano, los otros dos locales también
estarán en la capital. No descartó abrir paso a la modalidad de franquicias. La marca debe
comunicar vanguardia, modernidad, innovación, sin perder el significado de tradición que
ha tenido históricamente para los colombianos.

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